Las obras de electrificación del tren La Plata-Buenos Aires aún no se iniciaron, a pesar de que fue relanzada el 17 de septiembre de 2008, mediante un acto en la Gobernación, cuando el intendente de La Plata, Pablo Bruera, el gobernador Daniel Scioli y la presidenta Cristina Fernández realizaron la apertura de los sobres con las propuestas de los oferentes, para una licitación cuyo monto total rondaba los 4.344 millones de pesos. La intención oficial era arrancar con las obras a mediados de 2009, en coincidencia con las elecciones.
Otra condición de los pliegos licitatorios es que los adjudicatarios provean financiamiento por al menos la mitad de los montos estimados. Pero la crisis internacional limitó el acceso al crédito a estas grandes compañías privadas, que propusieron al Estado comenzar las obras con fondos propios. Pero para ese entonces la administración de Cristina ya tenía sus propios problemas presupuestarios y financieros.
A raíz de esas promesas incumplidas, que no son sólo de ahora, el presidente del bloque GEN del Senado provincial, Luis Malagamba, solicitó que comiencen de manera urgente las obras.
Malagamba recordó que “hace 20 años que se hacen promesas desde la Nación, pero las obras nunca se ejecutan. Mientras tanto, decenas de miles de vecinos del partido de La Plata y de las distintas localidades del Conurbano bonaerense viajan diariamente en condiciones infrahumanas en trenes obsoletos para cumplir con sus compromisos laborales y familiares”.
Según aclaró el legislador en su pedido “además de soportar el frío en invierno, el calor en verano y el hacinamiento, nunca saben con certeza si llegarán a destino o si lo harán a horario, debido a las condiciones en las que se encuentran tanto las vías como también los dispositivos de transporte”. Efectivamente, en 1985, se avanzó desde Constitución hasta Glew y Ezeiza, y recién en 2002 se inauguró el tramo de la vía descendente entre Glew y Alejandro Korn. Dos años después, se hizo desde Temperley a Claypole.
Para el senador Malagamba, la actual operadora brinda una mala calidad del servicio, lo que a su entender “también ha generado que otras decenas de miles de platenses deban optar por otros medios de transporte mucho más costosos”. Así, “aquella persona que deba viajar de lunes a viernes a la ciudad de Buenos Aires y luego regresar a La Plata está gastando actualmente noventa pesos ($ 90) semanales, es decir, unos trescientos sesenta pesos ($ 360) mensuales, lo que implica el 30% de un salario mínimo de $ 1.200”.
También cuestionó que “ya han pasado dos años de aquel anuncio y el tren La Plata-Buenos Aires sigue su camino de deterioro y vergüenza, mientras que las concesionarias del servicio reciben subsidios fabulosos. Pues, a como está la situación actualmente, hasta sería mucho más barato para todos que el Estado volviera a prestar este servicio público y realizara por sí mismo las obras pertinentes. Porque no podemos olvidar que el lucro no es condición del servicio público, el mismo tiene su esencia en el bienestar general”.
Esta obra ya había sido anunciada durante la administración de Néstor Kirchner. En octubre de 2005, el ministro de Planificación, Julio De Vido, prometió que para mediados de este año estaría terminado el tramo de Constitución a Berazategui. En ese momento, también dijo que la licitación para llegar a La Plata se realizaría en 2006. En septiembre de 2005 fue el propio Néstor Kirchner quien dijo que en febrero de 2007 estaría terminada la electrificación hasta Berazategui y que el tramo hasta La Plata se completaría en septiembre del mismo año.
Los anuncios de 2007 consistieron en la electrificación del tramo entre Avellaneda y Quilmes, de 13,6 kilómetros, y el llamado a licitación del tramo hasta La Plata. En ese entonces, desde la secretaría de Transporte estimaron que el tren eléctrico llegaría a La Plata a fines de 2008. Sin embargo, al día de hoy todo el recorrido entre Constitución y nuestra ciudad se hace con locomotoras diésel.
Fuente: Diario Hoy