La industria naval fue otra presencia importante del XXVI Seminario de Puertos. El panel formado por el presidente de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, Miguel Ángel Sánchez; Sandra Cipolla, titular de Astilleros Servicios Portuarios Argentinos (SPI), y Marcos de Monte del flamante Astillero Rio Paraná Sur, brindó un completo panorama sobre la realidad del sector.
Sánchez, quien también ejerce la coordinación de la Mesa de Concertación de la Industria Naval, resaltó que "han pasado cuarenta años y estamos en un punto donde debemos parar para ver dónde nos encontramos. Hay que terminar los versus, argentinos vs argentinos, industria naval vs industria naval. Venimos planteando estos temas porque la industria naval nunca ha sido contemplada en políticas nacionales. Necesitamos que nuestra industria naval funcione porque poseemos un gran litoral marítimo y fluvial con 8.400 kilómetros de costas".
El dirigente industrial resaltó que la flota argentina está compuesta por buques usados importados, en un 93% y solo un 4% de nuevos argentinos, un 2% usado argentino y un 1% de buques importados nuevos. Entre 2003 y 2014 se produjeron inversiones en infraestructura y equipamiento por un valor estimado de u$s 250 millones. Se ha invertido también mucho en educación, con capacitación a 2.500 operarios en distintos astilleros públicos y privados del país. Hay nuevas escuelas técnicas con orientación naval.
El Consejo Profesional de Ingenieros Navales (CPIN) incrementó su matrícula desde 190 a más de 500 profesionales navales. Hubo un aumento de la matrícula para la carrera de ingenieros navales en las universidades públicas y privadas, incluso en aquellas que las habían desactivado por falta de alumnos.
Construcciones
Las unidades construidas en los astilleros nacionales en el mismo período: 58 buques de servicio, 25 de turismo, 8 transbordadores, 12 remolcadores de puerto, 36 buques pesqueros, 46 buques de seguridad o militares, 9 pontones de servicio, 196 barcazas tipo Paraná para carga seca, 44 tipo Paraná tanque, 5 barcazas portacontenedores, 3 remolcadores de empuje, 14 buque de carga y cinco buques tanque. Son 459 embarcaciones con una inversión de u$s 1.099 millones, total que no incluye la construcción de unidades livianas ni deportivas.
Sanchez habló también de lo proyectado para un programa bianual de reactivación, que podría realizarse si se aprobara una ley de fomento de la industria naval, con una inversión que permita construir 337 embarcaciones en la Argentina, con cuatro unidades importadas. Esto implica la utilización de 153.760 toneladas de acero nacional en construcciones nacionales, con un total de 6.630 empleos directos que traen implicados otros 5.000 indirectos.
En Astilleros SPI trabajan alrededor de 250 personas y está preparado para reparación y construcción de buques. "La argentina tiene una capacidad técnica, de ingeniería, infraestructura, astilleros públicos y privados, tiene que haber un entendimiento de parte del gobierno de esta realidad para que esta industria prospere. Hay un desconocimiento de lo que la industria puede aportar en términos de construcción", resaltó Sandra Cipolla.
Para Marcos De Monte, "se trata de una madre de industrias que implica generación de recursos para el país, empleo genuino y de calidad, lo que hoy se está necesitando. Decidimos invertir en la Argentina creando este astillero que seguiremos desarrollando para que sea apto para construir tanto para el país como para exportación". Un grupo de asistentes al seminario de puertos pudo conocer de primera mano esta realidad mediante una visita realizada al Astillero Rio Paraná Sur luego tras una navegación desde Zarate hasta la zona de Lima donde, en un predio de 112 Has., se construyó este nuevo complejo industrial.
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