De acuerdo al Atlas Comparativo de la Defensa, Brasil y Venezuela son los países con las Fuerzas Armadas más significativas y rivalizan en número con unos 367 mil efectivos activos.
El presidente Nicolás Maduro encabeza un desfile militar en Caracas, en junio del año pasado. AFP
El gasto militar en América del Sur sigue en aumento. Lo mismo las compras de material militar de última generación. De acuerdo al Atlas Comparativo de la Defensa, Brasil y Venezuela son los países con las Fuerzas Armadas más significativas y rivalizan en número con aproximadamente 367 mil efectivos activos. Colombia sigue en orden con 265 mil. El resto de los países de la región mantienen estructuras por debajo de los 80 mil efectivos. Al comparar la cantidad de personal militar por cada cien mil habitantes, la perspectiva cambia de manera notoria. En ese caso Venezuela se ubica primero y Chile segundo con el mayor desembolso de gasto militar per cápita.
El Global Firepower Index 2018, que proporciona una lista de la posición militar de 136 naciones en el mundo utilizando 55 variables, que incluye la diversidad del armamento y capacidades industriales, reconoce a Brasil en el puesto 14 entre las principales 20 potencias militares a nivel global. El ranking ubica a la Argentina 37, Perú 42, Colombia 45, Venezuela 46 y Chile 58. Asimismo, se señala que Chile, Brasil, Perú, Venezuela y Colombia lideran las importaciones de sistemas de armas de alta tecnología.
Soldados brasileños en el aniversario de la independencia. AP
En este contexto, el informe destaca que solo 4 países poseen aviones cazas de última generación: Brasil con Mirage 2000 franceses, Chile con F16 estadounidenses, Perú Mirage 2000 y Mig 29 rusos y Venezuela con Sukhoi 30MK2 rusos.
Military Balance, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, destaca que las orientaciones y características de ciertas compras de armamentos de Brasil y Venezuela plantean la duda si se está ante un proceso de rearme o de renovación de equipamiento y de capacidades militares. Se destaca la dimensión que ha alcanzado la industria militar de Brasil como la significativa capacidad naval adquirida con un portaviones, la incorporación de nuevas unidades de buques de superficie y submarinos, en particular uno proyectado a propulsión nuclear. Estos medios convierten a Brasil en la primera potencia naval del Atlántico Meridional.
Desfile militar en Santiago de Chile, en 2015.
Venezuela es el otro actor militar regional a seguir con atención y el Grupo de Lima ya ha señalado preocupación por el despliegue de armamentos que dispone. Aunque los datos son considerados como muy inciertos por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz y el Desarme (SIPRI), las importantes compras de material militar en Rusia y China lo han dotado de medios tecnológicos de última generación que crea serios desequilibrios en el norte de América del Sur, en particular respecto a Colombia. La flota de aviones de combate que posee junto con los sistemas de misiles de largo y mediano alcance adquiridos en Rusia (S 300VM, Buk y Pechora 2 M), son un ejemplo preocupante.
Si bien muchos de estos datos podrían no ser determinantes para considerar el comienzo de una carrera de armamentos en América del Sur, la historia refleja que las disparidades no suelen contribuir a la estabilidad regional. En este contexto, sería interesante estimular medidas para recuperar parámetros de defensa tradicionales y afianzar un espíritu colectivo de la seguridad regional para reducir en América del Sur los riesgos de volatilidad de los nuevos balances de poder global.