(La Nación) - Aceleró su estrategia de expansión económica con el impulso a la zona de libre comercio más grande del mundo
Xi y Obama, ayer, antes de entrar a una reunión, en la cumbre en Pekín. Foto: AFP
PEKÍN.- Dispuesta a consolidar definitivamente su jerarquía de potencia global en expansión, China desplegó en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) su creciente poderío, que hasta ayer le permitió cerrar varios frentes diplomáticos y sellar pactos militares y comerciales con las principales economías del mundo.
Desde el comienzo de la cita internacional, anteayer, el gigante comunista no escatimó pompa, símbolos y recursos para transmitirles a sus aliados, adversarios y -principalmente- al mundo la pujanza de una nación que en el mediano plazo se encamina a convertirse en la locomotora de la economía mundial.
Los jefes de Estado, entre los que se encontraban Barack Obama y Vladimir Putin, en lugar de una alfombra roja fueron recibidos con una calzada para autos iluminada de color escarlata, en pleno centro del barrio olímpico. Durante las primeras horas, y en frenéticos encuentros bilaterales, Xi Jinping, el líder chino, se dedicó a aplacar varios puntos de tensión diplomática con algunos de sus invitados, entre ellos Estados Unidos y Vietnam, país con el que mantiene un conflicto marítimo.
Sin embargo, el acercamiento más esperado fue con el premier japonés, Shinzo Abe. La coreografía del encuentro fue bien calculada para dejar claro que ambos países están muy lejos de resolver sus diferencias: un frío apretón de manos ausente de sonrisas y abrazos como primer paso para normalizar unas relaciones congeladas durante dos años a causa de una disputa territorial.
Mientras remendaba la relación con Japón, China también cerraba un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur, con la que mantiene una excelente sintonía desde la llegada de la presidenta Park Geun-hye al poder.
El pacto elimina las tarifas chinas para los textiles y la electrónica coreanos. Ambos países mantienen un intercambio comercial en torno a los 228.290 millones de dólares, favorable a Corea del Sur en más de 60.000 millones de dólares.
Con la intención de exhibirse en la cumbre como un país pujante y consciente de su responsabilidad en la estabilidad de la economía global, China también logró el apoyo de las 21 economías que agrupan a más de la mitad del comercio mundial a una "hoja de ruta" que prevé a crear una zona de libre comercio en la región Asia Pacífico (Ftaap, por sus siglas en inglés). De avanzar, sería el mayor bloque de libre comercio del mundo y tendría a Pekín como su conductor.
"Hemos aprobado la hoja de ruta para que la APEC promueva y lleve a cabo la Ftaap", dijo Xi.
La decisión "simboliza el lanzamiento oficial del proceso", agregó Xi, que, con esta iniciativa, puso en juego una alta cuota de su liderazgo después de haberse quedado fuera de las negociaciones de la Alianza Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), lideradas por Estados Unidos y en el que participan solo 12 de los 21 miembros de la APEC.
Xi instó a sus socios a "hacer avanzar con determinación el Ftaap, definiendo claramente los objetivos, la dirección y la hoja de ruta y convertir el deseo en realidad lo antes posible", dijo. Algunos expertos creen que la celeridad de China por ampliar el área de libre comercio intenta diluir la influencia de Estados Unidos en una región en la que Pekín cada vez sobresale con más fuerza como segunda economía mundial y por su posición de banquero del mundo.
En otro orden, una nueva página comenzó a escribirse ayer, cuando Xi y Obama iniciaron varios encuentros cara a cara en medio de escándalos por espionaje y las persistentes tensiones comerciales. Xi recibió por la tarde a Obama en el complejo palaciego de Zhongnanhai, sede oficial del gobierno de la República Popular China desde su fundación, en 1949.
Debilitado en su casa tras la paliza en las elecciones legislativas que dejaron al Congreso bajo control republicano, Obama optó por la suavidad para reparar unos lazos tensos debido a la incontenible expansión de China en la región, disputas en áreas como la ciberseguridad y los derechos humanos, y una enorme desconfianza mutua.
Obama aseguró a Xi que la cumbre, de intensa actividad para los líderes, había estado "bien gestionada", y manifestó su esperanza en trabajar para llevar las relaciones bilaterales a "un nuevo nivel".
Estas diferencias, sin embargo, no impidieron que la Casa Blanca anunciara un acuerdo con China para eliminar aranceles a productos como GPS, equipos médicos, videojuegos, software y semiconductores de la próxima generación, que podría acelerar las negociaciones destinadas a ampliar el Acuerdo sobre las Tecnologías de la Información (ATI).
Si la reunión de ayer en Zhongnanhai, que se prolongó durante más de cinco horas, no fue suficiente, los líderes volverán a verse hoy en una ceremonia oficial en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín (sede del Parlamento), donde también estará el primer ministro chino, Li Keqiang.
Un gesto no pasó inadvertido en la delegación norteamericana. Xi se dio el lujo de brindarle una ayuda importante a Rusia, jaqueada por las sanciones de Occidente tras la anexión de Crimea, al firmar varios convenios gasíferos con Putin que le generarían generosos ingresos a las arcas del Kremlin.
LAS CIFRAS DEL PODERÍO CHINO
La expansión económica empuja el gasto militar
9,2 Billones de dólares - Fue el PBI de China en 2013; los expertos y analistas creen que este año superará los 10 billones de dólares si el régimen comunista sostiene su meta de crecimiento en el 7,5%
16,8 Billones de dólares - Fue el PBI registrado por Estados Unidos el año pasado, cifra que aún lo mantiene como la principal economía del mundo
119.763 Millones de dólares - Es el gasto anual de Pekín en el mantenimiento de sus fuerzas armadas. Desde hace varios años esa partida presupuestaria se incrementa entre el 10% y el 12% anual
640.000 Millones de dólares - Es el presupuesto que administra la Casa Blanca para sus militares, incluido su arsenal nuclear, lo que constituye el 41% del gasto global en defensa, aproximadamente
Del editor: cómo sigue. El comercio es el arma más segura y efectiva que tiene China para ostentar su influencia global. Ningún país puede resistirse a ella.
Agencias EFE, Reuters, DPA y ANSA.