(Infodefensa.com) Por Gustavo Eduardo Andrés Saralegui, Buenos 
Aires –
La Argentina en la década del setenta, adquiere el avión Mirage 
III construido íntegramente por la fábrica Marcel Dassault Aviation. A 
partir de la Guerra de los Seis Días en 1967, se hicieron famosos por 
darle a Israel la capacidad para lograr el control del espacio aéreo. 
Sus incursiones permitieron destruir en tierra principalmente y en 
combates en el aire “dogfights” a la aviación egipcia, siria y jordana. 
En la Fuerza Aérea Argentina (FAA) estuvieron operativos a partir de 
1973, monoplazas  IIIEA  y biplazas III DA. En total se recibieron hasta
 1980, 17 monoplazas y 4 biplazas. Su rol fundamental era interceptor 
para defensa del espacio aéreo propio.
Este sistema de armas, incluía el radar de impulso doppler Thomson 
CSF Cyrano II y los misiles aire-aire (AAM) R -530 de alcance medio y R 
550 Magic de corto alcance, Within Visual Range (WVR) de la firma 
francesa Matra. Estos misiles de localización pasiva por ondas 
electromagnéticas o infrarrojo, tienen un buscador “aspecto posterior” a
 diferencia del AIM- 9 L/M y actuales Sidewinder  (Raytheon Company) con
 buscador “todo aspecto”. En abril de 1982 y previo a los combates en el
 sur se recibieron los R-550 Magic.
En los setenta, Israel y Argentina tenían algo en común, por diversas
 razones, ambos sufrían de embargos internacionales para la compra de 
equipos militares. Israel Aircraft Industries (IAI), logro construir el 
Mirage V, concebido específicamente para misiones diurnas de ataque al 
suelo, en condiciones de vuelo Visual Flight Rules (VFR), sin uso de 
radar “radar less”. Fue importado como repuestos, pues no había 
prohibiciones  y terminó convirtiéndose en el Nesher, que sirvió en la 
Fuerza Aérea Israelí (IAF) desde 1971 a 1981. IAI desarrolló también el 
Kfir, sustituyendo la planta motriz Atar 9C de 42 KN de fuerza, por el 
General Electric J79 más potente, con un empuje cercano a 52 KN, hasta 
ese momento usada como planta propulsora de los Starfighter F-104 y los 
Phanton F-4.
Los Nesher fueron exportados como Dagger a la Argentina y se 
recibieron 35 monoplazas y 4 biplazas en configuración avión de ataque. 
Posterior a la contienda en las islas comenzó un proceso de mejoras en 
diversas etapas, con la idea de llevarlos al estándar Kfir C2. Nace así 
el Finger, cuya aviónica incluye un sistema inercial de navegación y 
tiro, un radar simple Elta EL/M 2001 telemétrico para ataque, que 
proporciona en misiones aire - aire, distancia y velocidad de un blanco 
móvil y en modo aire - tierra, además el tiro por el hombre o sea sin 
ver el blanco. Esta opción fue desarrollada en el país, además fue 
equipado con Air Data Computer (ADC) y Heads up Display (HUB), Canadian 
Marconi Company Electronics Inc.
Terminada la guerra, en 1984 la Argentina compró a Israel, 19 Mirage 
III JC y 3 IIIBJ usados, los cuales permanecieron 10 años en servicio. 
Estos fueron obtenidos por el estado judío en Francia a principios de 
los años 60.
Al estallar el conflicto, la FAA disponía para el control del espacio
 aéreo sobre las islas del sistema de armas Mirage III. El Reino Unido 
si bien poseía en su arsenal, cazas F-4 Phanton II, solo podía aprestar 
para el combate aéreo en el Atlántico sur, el Harrier GR 3 (Ground 
attack and Reconnaissance) ataque a tierra y reconocimiento y Sea 
Harrier FRS 1 (Fighter, Reconnaissance and Strike).  Estos aviones 
actualmente retirados del servicio activo poseen despegue vertical, 
Vertical Take Off Landing (VTOL) o despegue corto mediante rampa para 
economizar combustible, (SVTOL). La versión naval alojaba el radar Blue 
Fox de Ferranti Ltd. (bancarrota 1993) y ambos estaban dotados de 
misiles AIM - 9L Sidewinder.
La imposibilidad de mantenerse más tiempo en el área de combate y la 
necesidad de estar detrás o en el flanco para disparar los misiles al 
blanco, frente a la oportunidad de los Harrier, que aún de frente podían
 disparar con la serie AIM - 9L, contribuyeron a que los escuadrones 
embarcados en el HMS Hermes, 16 Sea Harrier FRS 1 y 10 Harrier GR 3, 
junto a otros 8 Sea Harrier en el HMS Invencible, lograran el control 
aéreo del teatro de operaciones, frente a una fuerza aérea que contaba 
con más de 90 aviones entre, 50 Mc Donnell Douglas A-4 B y C Skyhawk, 30
 Mirage Dagger y 17 Mirage III.
Como consecuencia de los combates aéreos, un solo Sea Harrier fue 
derribado por los cañones de un Dagger. La FAA en combates “dogfight” 
perdió 1 Mirage III y 9 Dagger, producto de disparos de misiles 
Sidewinder.
Esta descripción, nos permite analizar hechos y efectos y elaborar algunas reflexiones.
a.    La visión del conflicto en 
aquellos años anteriores a 1982, no pasaba por contemplar los intereses 
competitivos como la soberanía en Malvinas. La preocupación principal de
 los gobiernos, era una trama relacionada a conflictos limítrofes en el 
continente.
b.    Como resultado, el diseño de 
fuerza que había planeado la FAA, era propio de  guerras convencionales 
de segunda generación, utilizando como material de vuelo,  aviones de 
ataque en el rol de bombardeo a posiciones estáticas o interceptores que
 defendieran el espacio aéreo de grandes ciudades.
c.    Solo la Armada Argentina, 
conocedora de la problemática aeronaval, había desarrollado dentro de 
sus limitaciones estructurales, una planificación que incluía un sistema
 de armas embarcado, la plataforma Dassault Breguet Super Étendart y el 
misil aire mar (ASM) Exocet AM 39, capaz de atacar navíos modernos en 
condiciones Beyond Visual Range (BVR). El resultado fue altamente 
exitoso con 4 unidades y 5 misiles  activos al momento de la contienda, 
la Escuadrilla aeronaval Nº2 consiguió la destrucción del HMS Sheffield,
 destructor tipo 42, el hundimiento del portacontenedores Atlantic 
Conveyor  y averiar al portaviones HMS Invencible, sin la pérdida de 
ninguna nave ni tripulantes.
d.    LA FAA, para alcanzar el 
hundimiento del HMS Coventry, Ardent, Antelope y dañar a los HMS 
Glasgow, Antrim, Brilliant, Broadsword, Alacrity, Arrow, Argonaut y 
 Plymouth, como a los RFA Sir Bedivere, Sir Lancelot, Sir Tristram y 
Stromness, perdió 19 A4, 11 Dagger y 2 Mirage III. Pero aún más costoso e
 indeseado, fue la muerte  de 22 pilotos con un alto grado de 
entrenamiento, los cuales tuvieron que suplir deficiencias conceptuales 
de los altos mandos, con un valor más allá del deber.
La historia de los Mirage en España, arranca en los 70, con la compra
 de los IIIEE. En 1972 comienzan las adquisiciones de los F1 que en 
total alcanzaron las 91 unidades, 73 originales y 18 de segunda mano 
(Francia y Catar). Pasaron los años y entrados los años 90, se 
necesitaba una actualización de la flota F1, de por si muy heterogénea, 
ante el retraso del programa EF 2000 y lograr el estándar NATO.
Se convirtieron 51 monoplazas y 4 biplazas parcialmente a la versión 
F1M. Las últimas 8 unidades en servicio fueron dadas de baja a mediados 
de 2013.
Cabe reflexionar sobre los motivos que llevan a la República 
Argentina, a buscar la alternativa de estos aviones para cubrir el vacío
 en los escuadrones nacionales.
La teoría estratégica describe en primer lugar, tener una visión de 
la situación y cuales son los intereses en juego para diseñar una 
política y elegir así una maniobra, cuya salida es una directiva, 
llamada misión, la cual permite formular un planeamiento.
Desde la óptica de la Defensa Nacional, Argentina tiene dos 
situaciones donde los intereses en juego, necesitan contemplar la 
preparación del instrumento militar y específicamente el poder militar 
aéreo. Uno de ellos, es el control del aire para evitar el narcotráfico y
 otro, neutralizar la amenaza latente que constituye la presencia de 
aviones extranjeros Eurofighter Typhoon estacionados en Mount Pleasant, 
Falkland Islands, un territorio insular reclamado como propio por 
Argentina.
En primer término es conveniente destacar que la FAA hace décadas que
 no tiene aviones nuevos. Entre el arsenal actual se encuentran, los IA 
63 Pampa en distintas versiones y los Lockheed Martin A-4AR 
Fightinghawk. Los Pampas armados pueden ser la base, para el plan de 
neutralizar los vuelos furtivos de las avionetas que transportan 
narcóticos. Respecto a la otra situación, la solución del problema pasa 
por un análisis básico de fines (que quiero) y medios (que tengo). Para 
controlar el espacio aéreo soberano, la Argentina necesita aviones para 
competir con los Typhoon. ¿Posee una plataforma y sistema de armas para 
programar el control aéreo en el sur? Es lógico suponer que no, no solo 
no dispone del material adecuado, tampoco existe el  know how del 
personal militar.
Para descartar de forma práctica alternativas poco confiables, es 
imprescindible en primer término, evaluar el radio de acción necesario 
para operar con confianza en el espacio del archipiélago. Este no debe 
ser inferior a 800 km y con el F1M esa posibilidad no existe. Además en 
un teórico encuentro durante una misión de vuelo (CAP), patrulla aérea 
de combate,  los Eurofighter Typhoon localizarían a los Mirage F1M con 
su radar Captor ECR 90, consorcio SELEX Galileo, EADS e INDRA a una 
distancia de 160 km, mientras que el Cyrano IV podría detectar a los 
Typhoon cuando se encuentren a menos de 50 km. A velocidad de patrulla 
Mach 0,8 y luego de ser un blanco adquirido, habrían pasado mas de 3 
minutos antes que el Mirage encontrara un eco radar muy bajo, dado que 
la sección equivalente al radar o Radar Cross Section (RCS) de un 
Typhoon, es algo más de diez veces menor que la de un F1M. En otras 
palabras es muy posible, que el F1M sea derribado sin saber quien fue.
En cuanto a lo que se tiene y se pretende conseguir, invita al menos a jugar en una comparativa de equipamiento y performance.
Los A-4AR son fuselajes construidos entre 1970 y 1976 (ex-USMC A-4M 
Sky Hawks) y los Mirage F1M españoles, en esencia fueron construidos en 
 la misma época. Ambos son fuselajes viejos de más de 30 años.
En al actualidad la aviónica de un jet militar, constituye a grandes 
trazos el 80% de su costo. Por lo tanto ante fuselajes de igual data, 
convendría discriminar la aviónica y la planta propulsora, como una 
forma de entender de que se habla cuando se plantea la compra de estos 
aviones.

Los
 roles actuales de los aviones militares “fighter” más modernos, que 
sirven de orientación a los up grades de los viejos son, superioridad 
aérea y ataque a tierra. Las típicas arquitecturas de los sistemas de a 
bordo para estas misiones son,
Sobre la base de estas plataformas se puede comparar someramente los modelos y las diferencias y semejanzas.
El Mirage F1 es un avión de superioridad aérea y ataque a tierra. Su 
planta propulsora es un turbojet SNECMA Atar 9K-50 de 49 KN de fuerza. 
Alcanza Mach 2,2 y tiene un radio de acción de 450 km en perfil de 
combate Hi - Lo –Hi para ataque a tierra. Con este radio de acción, no 
puede ser el avión de superioridad aérea de la FAA. El Lockheed Martin 
A-4AR Fightinghawk es un avión de ataque, impulsado por un turbojet 
Pratt & Whitney J 52 P408 A de 50 KN de empuje.
Tiene un radar monopulso Thomson CSF Cyrano IV con
 un alcance de 45/50 km frente a los 100 km que tiene el AN/APG 66 V2, 
Northrop Grumman de pulso doppler con que está equipado el A-4AR.
Si bien el Mirage F1M posee sistema de navegación inercial (INS), el 
mismo no esta conectado con el radar de exploración, por lo tanto no 
puede disparar los misiles Exocet AM 39, una de sus promocionadas 
aptitudes. Tampoco posee designador láser, en consecuencia no ilumina 
blancos en forma autónoma, algo importante en un avión de ataque al 
suelo actual.
En otros términos para ser ambos aviones viejos y modernizados, 
quizás Lockheed Martin logro un producto más completo dentro de sus 
limitaciones, un avión de ataque que disparara el misil aire-aire mas 
exitoso, que esta modernización del Mirage F1, que ha demostrado que no 
tiene la garantía de Dassault Aviation, ni de sus mejores émulos, los 
israelíes de IAI.
Para evitar circunloquios, recordando la cita de Gracián, “Lo bueno, 
si breve, dos veces bueno”, se podría alcanzar este razonamiento, 
¿porque no apoyar las operaciones antinarcóticos con los IA 63? y tratar
 de encontrar un senda de concordia con los EE.UU, que estimule a los 
senadores americanos, a levantar el pulgar ante un pedido de repuestos 
para los A4-AR y preparar el terreno para la futura adquisición de un 
avión multi rol de avanzada.
El erario de Argentina no está en condiciones de seguir malgastando 
dinero, en malas decisiones gubernamentales que no solucionan ningún 
problema, a fin de cuentas la finalidad de la política.