Subirá casi 10% el gasto en defensa en su primer presupuesto, a expensas de otras agencias; el programa de protección del medio ambiente se verá perjudicado; dijo que es un aumento "histórico".
Trump, ayer, con los CEO de las empresas de salud. Foto: Reuters / Kevin Lamarque
WASHINGTON.- Estados Unidos inició una nueva era de rearme. El presidente Donald Trump anunció que el primer presupuesto que enviará al Congreso incluirá un aumento "histórico" en el gasto militar financiado con duros recortes en otros programas del gobierno federal, sobre todo en los de protección del medio ambiente y asistencia a otros países. "Tenemos que empezar a ganar guerras de nuevo", dijo ayer Trump en un breve discurso tras una reunión con gobernadores en la Casa Blanca.
Trump dijo que el nuevo presupuesto militar cumplirá con su promesa de mantener seguro al país y rearmar las "desguasadas" fuerzas armadas en momentos en los que Estados Unidos, agregó, más las necesita. "Tengo que decir que cuando era joven, todo el mundo solía decir que nunca perdimos una guerra. Nunca perdimos una guerra. Ustedes se acuerdan, algunos estaban ahí conmigo. Estados Unidos nunca perdió. Ahora nunca ganamos una guerra. Nunca ganamos y no peleamos para ganar. Tenemos que ganar o directamente no pelear", remató.
Unas horas después del discurso presidencial, el director de la Oficina de Presupuesto, Mick Mulvaney, precisó que la Casa Blanca quiere llevar el presupuesto del Pentágono a 603.000 millones de dólares, un aumento de 54.000 millones de dólares o de casi el 10% respecto del gasto actual en defensa.
El impacto del rearme traspasará las fronteras del país. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés), uno de los pilares de la lucha contra el cambio climático, y los programas de asistencia a cargo del Departamento de Estado, que llegan a América latina, África, Asia, Medio Oriente y el este de Europa, serán los principales perjudicados por el rearme, anticiparon funcionarios. Pero los recortes alcanzarán a toda la administración. "Es realmente un presupuesto «Estados Unidos primero»", graficó Mulvaney.
Estados Unidos es la primera potencia militar. El actual presupuesto de defensa equivale a un tercio del gasto global de defensa. El aumento propuesto por Trump es similar al presupuesto total de Rusia o Gran Bretaña. Pero una de las promesas centrales de campaña de Trump, que hoy hablará por primera vez ante el Congreso, fue "reconstruir las fuerzas armadas".
Una y otra vez Trump retrató un país desprotegido, perdedor, más débil que sus adversarios por falta de equipamiento militar. Barack Obama intentó fustigar ese argumento al llamarlo "cháchara" en su último discurso ante el Congreso, hace poco más de un año. Decidido a mantener el rojo fiscal bajo control, Trump dijo que el gobierno federal buscará la manera de "hacer más con menos".
Mulvaney y el secretario de Prensa, Sean Spicer, dejaron en claro que la prioridad principal del presupuesto será el gasto en defensa del país, que de por sí ya representa más de la mitad del gasto público discrecional.
Trump ha prometido proteger los tres programas centrales del gobierno federal, la seguridad social y los programas de asistencia médica a ancianos (Medicare) y pobres (Medicaid), un gasto "obligatorio". Por eso, los fondos para financiar el aumento del gasto en defensa saldrán del resto del presupuesto. "La reducción en el gasto será sensible y racional, pero también será dura", advirtió Spicer.
El rearme amenaza con crear un efecto dominó con consecuencias geopolíticas, además de desatar conflictos de intereses con la política exterior del país.
El Departamento de Estado solicitó 36.500 millones para asistencia global durante el corriente año fiscal. Allí conviven un sinfín de decisiones estratégicas que muchos consideran un componente esencial de la política exterior de Washington, pero cuyo recorte cae perfecto dentro de la lógica nacionalista de la Casa Blanca. Un ejemplo: dentro de ese fondo están la asistencia militar a un aliado histórico, Israel, para preservar su ventaja militar regional; la ayuda a los palestinos para promover su desarrollo y la paz regional; los fondos para preservar la paz en Sudán, una de las siete naciones incluidas en la llamada "prohibición musulmana" de Trump, o el dinero para la Iniciativa Mérida, el plan cerrado con México para combatir el narcotráfico, otra prioridad de Trump.
El grueso de la asistencia está concentrada en África, Medio Oriente y Asia. México y Colombia son los dos principales receptores en América latina. La Argentina cuenta con un paquete de ayuda de 550 millones de dólares para promover la estabilidad regional, la no proliferación y las oportunidades económicas. Muchos de los fondos para la asistencia global aún no han sido utilizados.
La EPA, una agencia creada por Richard Nixon y que los conservadores quieren desguasar desde hace años, también se prepara para sufrir una drástica reducción de gastos que podría perjudicar la lucha contra el cambio climático. Esto, desde ya, si el plan de Trump lograr atravesar el Congreso, bajo control de los republicanos, donde el presidente ha encontrado una dura oposición demócrata, junto con algo de escepticismo en algunos legisladores de su tropa.
La estrategia contra EI
La Casa Blanca recibió ayer las propuestas del Pentágono para intensificar la lucha contra el grupo jihadista Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, informó un funcionario estadounidense. "La Casa Blanca comenzará a analizar las recomendaciones", precisó el colaborador del presidente Donald Trump, que pidió el anonimato. El 28 de enero, ocho días después de su asunción, Trump publicó un decreto en el que le daba 30 días al Departamento de Defensa para preparar un nuevo plan para acelerar la lucha contra EI, iniciada hace dos años y medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.