lunes, 1 de junio de 2015

El fantasma del populismo

Editorial  del diario La Nación.
No pueden engañar a nadie los cambios forzados hacia el pragmatismo que hacen los gobiernos populistas, pues carecen de convicción ideológica

Un reciente y punzante editorial del Financial Times, titulado "Los rebeldes latinoamericanos giran hacia el pragmatismo", nos alienta, por su impactante contenido, a hacer algunas reflexiones, porque refleja la repentina ola de pragmatismo que parece estar afectando al perverso populismo latinoamericano y que está generando los primeros cambios de estrategias económicas que, hasta no hace mucho, parecían impensables.

Un ejemplo puede estar dado por la devaluación del peso argentino producida en enero del año pasado, llevada a cabo pese a que la presidenta Cristina Kirchner había asegurado poco tiempo antes que su gobierno no iba a devaluar nunca. Más recientemente, el ministro de Economía, Axel Kicillof, dio señales de preocupación por la posibilidad de que negociaciones salariales imprudentes pudiesen alimentar la inflación y forzó a gremios y cámaras empresariales a moderar los aumentos, a contrapelo de la bandera de "paritarias libres" de la que se jactaba el Gobierno.

Otra señal la configura el inicio del regreso de Ecuador a los mercados internacionales de crédito, esto es, a pedir préstamos a quienes en su momento defaulteó. El gobierno argentino también pretende volver a la colocación de bonos en dólares, contrariando su política de "desendeudamiento" que intentó mitificar: así, el Estado nacional pudo obtener algo de financiamiento para paliar su descomunal déficit fiscal, aunque a tasas del orden del 9%, equivalentes a alrededor del doble del promedio de aquellas a las que se endeudaron Chile, Uruguay y Paraguay. Hasta la destrozada Venezuela está abriendo su sector cambiario, para ir dejando atrás los "cepos" que tanto daño hicieron a su economía y tantas privaciones generaron.

Para el prestigioso medio europeo mencionado, el aparente cambio de rumbo de la Argentina, Ecuador y Venezuela es una experiencia fascinante para observar, en tanto divierte ver a sus líderes comerse sus propias palabras, además de ser un síntoma de un costoso error histórico por el que los ciudadanos de esos tres países pagarán seguramente un altísimo precio. El cambio de rumbo sucede después de haber vuelto buena parte de nuestra región a la perimida y falsa retórica propia de los años 70, demonizando al llamado "neoliberalismo".

Cuando hubo "viento de cola", el populismo no tuvo límites en transitar los andariveles de la imprudencia. El ruido reemplazó a la racionalidad y la ortodoxia fue objeto constante de denuestos. Los opositores fueron demonizados; la disidencia, despreciada; las sociedades, divididas, y los odios y resentimientos, alentados. Esto, y no otra cosa, es lo que ocurrió en la triste década pasada en los países víctimas del populismo demagógico. Hoy aquel viento a favor está amainando. Intimidar y denostar es un estilo de gobierno que ya no sirve para gobernar e intentar controlarlo todo ya no es sencillo. Por la situación de las economías populistas, ahora hay que saber y hacer, aceptar y mostrar la verdad, en lugar de declamar, engañar o defraudar falseando cifras.

¿Cuánto de real tiene la aparente "conversión" del populismo?, se pregunta el Financial Times. Nada. Se trata de un presunto cambio de rumbo sin convicción ideológica, forzado por circunstancias a las cuales nos han conducido los mismos gobiernos populistas. Es el resultado de una inflación galopante; de reservas deterioradas y sólo disimuladas por los swaps chinos y por crecientes atrasos en los pagos a los importadores, en el caso argentino; de la falta de inversiones y de una situación cada vez más recesiva.

Según el relato oficial, la culpa siempre es del otro. Pero no son los "fascistas" ni los "neoliberales" los responsables de esos fracasos. Tampoco son éstos la consecuencia de un mundo que se nos cayó encima, como suele explicar la Presidenta. Son, por el contrario, las caprichosas políticas populistas y su absoluta irracionalidad, a la luz de las cuales la corrupción ha florecido, las que han provocado los actuales desaguisados. El origen de los males está en los propios gobiernos populistas y en la fiebre inagotable de sus grotescos líderes por tratar de perpetuarse lo más posible en el poder.

Las razones del fracaso del populismo deben buscarse en torno a su total desmanejo de la economía, evidenciado en los distorsionadores controles de precios, en la afectación de los flujos tradicionales de exportación, en apuestas irracionales al consumo, en el dirigismo intervencionista que ha llenado de toda suerte de trabas y obstáculos a la actividad económica en general, alimentando el desorbitado crecimiento del sector público y resintiendo claramente la productividad del sector privado, al que además se asfixia con presiones impositivas.

El populismo es un sistema derivado de una filosofía según la cual la asignación de beneficios económicos es el factor determinante de las lealtades políticas. Así, a algunos hombres de empresa les resulta más importante la capacidad para cortejar al poder político y convertirse en experto en regulaciones del sector público, que la competencia y el conocimiento de los mercados. Y con gobiernos, como el argentino, que sostienen públicamente que hay que agrandar aún más el Estado para desarrollar los mercados, no hay posibilidad de inversiones productivas genuinas.

No habrá revolución pragmática mientras el poder central se siga asegurando lealtades de gobernadores con las autorizaciones del Estado nacional para obtener financiamiento a través de bonos y letras; mientras persista el discrecional otorgamiento de fondos de la Nación para obras públicas en municipios, y se busque presionar a los jueces. Los cambios forzados por los mismos pilotos que nos han condenado a las ruinas del populismo no pueden engañar a nadie

Una cadena de cadenas

Por Gerardo Milman  | Para LA NACION
Uno de los rasgos más característicos del kirchnerismo es su permanente propensión a desconocer o forzar según convenga los límites de la ley. Junto a la corrupción, esto forma parte de la matriz que define al Gobierno. Un Gobierno que reescribe la historia a su antojo e intenta imponerla, literalmente, por todos los medios. Para esto acaba de aumentar un 50,8% la partida presupuestaria destinada a publicidad oficial mientras hace uso y abuso de la cadena nacional con fines inequívocamente electorales.

En la cadena nacional emitida el 14 de mayo pasado, la Presidenta manifestó que seguiría con este tipo de acción comunicacional dos veces a la semana. Semejante anuncio viene a confirmar la expresa voluntad de hacer caso omiso al artículo 75 de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que establece que el Poder Ejecutivo Nacional podrá disponer la integración de la cadena de radiodifusión nacional frente a "situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional".

Como puede apreciarse, el Gobierno, en campaña, no respeta ni las propias leyes por las que tanto bregó. Lamentablemente, no extraña esta actitud toda vez que, por ejemplo, ha empleado mecanismos institucionales fulminantes y hasta decretos de necesidad y urgencia para impulsar cuestiones absolutamente reñidas con las nociones de urgencia y necesidad.

Durante los últimos 10 años hemos asistido a la naturalización de lo anormal, a una normalización de "lo extraordinario" que amenaza con enajenar a todos al forzar las instituciones, vulnerar derechos y afectar la libertad de expresión.

La noción de "trascendencia institucional" fue definida por la Corte Suprema de Justicia en 2004 como un "interés que trascienda al de las partes y se proyecte sobre la comunidad o ciertos sectores o grupos de ella". Desde esta perspectiva, sólo tres de las 21 cadenas nacionales emitidas este año reunirían los requisitos que la norma establece para su disposición. Éstas fueron las del martes 27 de enero (anuncio de la reforma del sistema de inteligencia del Estado y envío de proyecto de ley al Congreso de la Nación); domingo 1 de marzo (discurso de inauguración del 133er período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional; y la del jueves 2 de abril (acto central del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas). El resto de las cadenas no ha reunido los requisitos establecidos por la norma, ninguna de ellas obedeció a la necesidad de comunicar situaciones de gravedad que afecten el interés general o público o que por su trascendencia hayan comprometido las instituciones básicas. En síntesis, tres sobre 21: proselitismo puro.

Lo que sucede es que el Gobierno identifica interés institucional con preservación del poder para continuar administrando el Estado como si se tratase de un bien propio y para alfombrar el camino hacia la impunidad.

Cada cadena nacional proselitista viola la ley, nos invade y pone en desventaja al resto de los partidos políticos. Cada emisión afecta nuestros derechos en tanto audiencia, ocasiona severos trastornos a los anunciantes y pérdidas económicas a los medios.

La transmisión masiva de cadenas obliga a los medios a levantar sus pautas publicitarias y ceder espacios de programación mientras la audiencia puede, en última o en primera instancia, apagar el receptor. En lo que va del año, la pérdida de los canales de televisión abierta (excluida la TV Pública) por la cesión obligatoria de su aire se estima en 22 millones de pesos, considerando que las cadenas duran un promedio de 42 minutos.

Con todo, el rating, medido tanto por Ibope como por los números oficiales que ofrece Sifema, no acompañan al relato. Si sumamos las cifras obtenidas por cada canal de aire desde 2011 a la fecha, el récord se lo lleva la cadena que transmitió la apertura de sesiones de 2014, con 10,1 puntos de rating. De allí en adelante la declinación se ha hecho evidente: no supera jamás los 6 puntos de pico.

Hoy el Gobierno gasta 5 millones de pesos diarios en pauta oficial, más lo que se "ahorra" con las cadenas nacionales.

Para frenar semejante descalabro en un país que debería tener otras prioridades mientras día a día aumenta su déficit fiscal, hace falta cambiar de gobierno, auditar gastos y no volver a abusar a los codazos de las leyes que el Congreso aprueba a mano alzada.

Como miembro del directorio de la Afsca no puedo avalar la violación de la ley por la que tengo que velar. Y no puedo dejar de señalar cómo la mayoría del directorio oficialista se pliega a la estrategia comunicacional del Poder Ejecutivo obedeciendo a su proyecto antes que a la ley.

Es de esperar que la Justicia haga lugar a la acción de amparo que he presentado junto a la Fundación LED para que se impida el uso de la cadena nacional para fines distintos a los estrictamente previstos por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El diputado Mario Negri también ha realizado una presentación de similar tenor ante la Defensoría del Público. Sería saludable para la democracia que estas presentaciones prosperen en resguardo de los derechos afectados, para que nunca más se confunda el estrecho límite que separa la discrecionalidad de la arbitrariedad..

Foto: Llegó el ala y las gondolas del Pucará desde IAI

Foto credito: Marcelo Cimino - Interdefensa

La inflación excluye, somete y mata

Editorial I del diario La Nación
El perverso proceso inflacionario es un drama económico y también moral; construir poder político a costa de los débiles y los pobres es obsceno

Las imágenes de San Martín, Belgrano, Sarmiento, Mitre, Rosas y Roca, cuyos rostros fueron motivo de acuñaciones e impresiones, se desvanecen ajadas entre los dedos. El gesto adusto de Carlos Pellegrini ya desapareció por completo, como el valor de un peso. Una metáfora del país que olvida su historia y la reemplaza por un relato de cartón pintado, difundido por cadena nacional.

Las monedas, que hasta ayer sonaban en el bolsillo para dar cuenta de su presencia, fueron destronadas por el hábito impresor de un gobierno que prefiere empapelar la Nación antes que cuidar el centavo.

Costó mucho construir la República Argentina luego de años de anarquía y guerras civiles. El esfuerzo lo hizo la generación del 80 con la unificación territorial, el despliegue de infraestructura y la verdadera inclusión a través del trabajo genuino. Y la patria tuvo su moneda: el peso moneda nacional creado en 1881, símbolo de verdadera soberanía y respeto internacional.

Entre 1900 y 1944, los precios aumentaron el 1,7 por ciento anual promedio y la economía tuvo una enorme expansión, que llevó a nuestro país a ser uno de los diez más ricos del mundo. Los inmigrantes buscaron oportunidades con estabilidad monetaria, no subsidios licuados con emisión.

¿Se ha dicho ya todo acerca de la inflación? Quienes imprimen a mansalva sostienen que la inflación reactiva promueve el consumo y fomenta el empleo, pero la larguísima experiencia prueba lo contrario: que es recesiva, disminuye el consumo y conduce al desempleo.

Para ocultarla, se eliminó primero su medición, distorsionando las estadísticas. Luego se cuidaron los precios para simular baratura. Se limitó la exportación de carnes, de leche y de trigo, destruyendo la producción de los tres productos.

Para refrenarla, el ahorro bancario de los argentinos es succionado con Lebacs, creando una deuda pública descomunal, retaceando la financiación productiva y garantizando un negocio al sector financiero.

La inflación ha hecho del dólar la moneda nacional. En lugar de crear confianza para que las divisas ingresen, se inventó un cepo para que no entren. Con un nacionalismo fingido, los expertos en mover valijas con dólares y medir su contenido pesándolas critican la opción por los dólares, simulando ignorar que ellos mismos han desbastado el peso nacional.

Saben bien que el cepo paraliza la economía, promueve la fuga de capitales y alienta la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones para dejar fondos en el exterior. Eso es resultado de la inflación y de su hijo dilecto, el cepo cambiario. Pero con falsa candidez y real malicia prefieren sacrificar al país en el altar del atraso cambiario, como lo hicieron los militares y el menemismo.

Los particulares no pueden usar el dólar en sus contratos ni alinearlos conforme con la evolución de los precios. Las empresas no pueden ajustar el valor de sus activos, pagando impuesto a las ganancias sobre el capital.

El Gobierno castiga, prohíbe o reprime cada manifestación del fenómeno provocado por su mala praxis económica. Se persigue a los cambistas y financieras como si fueran traficantes de drogas y se permite que la Argentina sea un paraíso para quienes producen y comercian las verdaderas drogas del narcotráfico.

La inflación malversa, distorsiona, enfrenta y fractura. Es causa de violencia social, de tensión, de alteración de valores.

Todos los parámetros se derriten ante el flagelo inflacionario. Los mínimos exentos, las tarifas autorizadas, los precios acordados, los acuerdos alcanzados, los pisos fijados y los techos pactados.

La sociedad se crispa por la inflación. Los sueldos no alcanzan; las jubilaciones y las pensiones, menos. Los aumentos son falsos, aunque se anuncien con altavoces, comparándolos engañosamente con España. Y surgen paros y piquetes.

Los propietarios discuten con los inquilinos; los acreedores, con los deudores; los obreros, con los patrones; los industriales, con los comerciantes; los mayoristas, con los minoristas; los tamberos, con las usinas, y los aceiteros, con las aceiteras. Y cuando una disputa se zanja, a los tres meses se reabre. El Ministerio de Trabajo intenta conciliar, pero no da abasto. Los tribunales, tampoco.

En la familia, la inflación enfrenta a la esposa con el marido pues aquélla se queja y éste no puede dormir, angustiado. También, a la divorciada con su ex esposo, ya que el depósito mensual no es suficiente para alimentar y vestir a los chicos. Y tan pronto la cuota se ajusta, se desajusta.

Con inflación no hay recurso judicial oportuno, siempre es tardío, sobre todo para los jubilados. La inflación es machista, deja a la madre divorciada a merced de la buena voluntad del varón.

La inflación maleduca a los niños, fomenta la picardía y la mentalidad pedigüeña. Los prepara para sobrevivir de la peor forma, con las peores artes. Sólo pedir y gastar. Hace desaparecer el ahorro, cierra comedores sociales, provoca deserción y expande la pobreza y la droga. Los maestros reclaman, se demora el inicio de clases y la temática educativa gira alrededor de los sueldos, los ajustes, los adicionales y los retroactivos.

No hay crédito para la vivienda si hay inflación. Los jóvenes tienen miedo de alquilar pues nadie les garantiza sus propios ingresos frente a las cláusulas de ajuste "a ciegas" que prevén los contratos. Prefieren quedarse con sus padres. La inflación les corta las alas y genera desesperanza.

Cada vez hay más pobres porque los alimentos suben más rápido que los sueldos y los planes sociales. Sube también el consumo de harinas, pues las pastas son más económicas que las proteínas y los argentinos no son vegetarianos. La inflación causa obesidad y desnutrición.

En lugar de ser una herramienta de equidad, ahonda la desigualdad entre propietarios y proletarios. El capital está protegido, el salario se erosiona. El especulador se lleva lo que el asalariado pierde.

Con inflación, nadie quiere dinero, sino cosas. Se demoran los pagos y se aceleran los cobros, se alienta el acaparamiento y sobreviene la escasez. La inflación empobrece al productor y enriquece al intermediario, genera controles, empodera a los inspectores e invita a la corrupción para evitar multas o clausuras, obtener aumentos o ingresar contenedores.

Cada vez son más quienes arbitran con las distorsiones a costa de quienes menos tienen. Hasta empleados muy formales hacen cola en el banco cada mes para comprar "dólar ahorro" para atesorarlo o venderlo en el mercado negro.

La inflación detiene las fábricas, paraliza las obras, frena las inversiones. Desaparecen los insumos, se notifican suspensiones, se paralizan las entregas. También produce enfermedad, enfrenta a las empresas de medicina prepaga con los prestadores de salud; a los prestadores, con médicos y enfermeras; a los afiliados, con todos ellos. Hace desaparecer medicamentos, interrumpe tratamientos, posterga intervenciones e impide las curas.

También angustia a los adultos mayores pues la jubilación no les alcanza, los cambios de precios los confunden y sus ahorros se esfuman. La inflación los marea, los desubica y también los mata. No se trata de un problema económico, sino moral. Construir poder político para dominar el presente y protegerse en el futuro a costa de los más débiles, los más pobres y los más viejos no tiene justificativo ético alguno. Desdeñar estas consecuencias, como si no ocurriesen, constituye una conducta obscena..

Llegan los helicópteros canjeados con Italia

Licitaciones abiertas por el COMANDO DE AVIACION DEL EJERCITO, para el transporte de las aeronaves proximas a llegar.
Organismo 374 - ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO
Oficina 0084/007 - COMANDO DE AVIACION DEL EJERCITO - DTO. DE COMPRAS
e-Mail sccu2363@cge.mil.ar
Procedimiento Licitación Pública 21/2015 Última Etapa Convocatoria
Objeto de la Contratación CONTRATACIÓN DE SERVICIO DE LOGÍSTICA PARA EL TRASLADO DE DIECINUEVE HELICOPTEROS, DIEZ SISTEMAS DE AMETRALLADORAS PARA AERONAVES, CINCO CAMILLAS PORTA HERIDOS Y LOTE DE REPUESTOS Y ACCESORIOS AERONÁUTICOS DESDE LA REPÚBLICA ITALIANA HASTA LA REPÚBLICA ARGENTINA Y UN HELICÓPTERO DENTRO DE LA REPÚBLICA ITALIANA.
Última Actualización 04/05/2015
Fecha de Apertura 02/06/2015 09:00
Rubro TRANSPORTE Y DEPOSITO
Una buena...

Sero: empezó a fabricarse el primer auto eléctrico argentino

(Autoblog) - En un evento sencillo, pero que quedará en la historia de la industria automotriz nacional, este mediodía comenzó a fabricarse en La Matanza el Sero Electric: el primer auto eléctrico argentino.
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Demandó una inversión de cuatro millones de dólares y cuatro años de trabajo. Y comenzó a producirse hoy, en la fábrica de motos Da Dalt, con el objetivo de llegar a las 150 unidades para fin de año. El lanzamiento comercial será en noviembre, con un precio estimado dediez mil dólares.

El Sero Electric es el sueño del empresario Pablo Naya, propietario del concesionario La Voiture (Citroën), en sociedad con otros inversionistas. Entre ellos se destaca Pierre Ianni, director de Calidad de PSA Peugeot-Citroën para Argentina y Brasil. El vehículo mide sólo 2,35 metros y su diseño está basado en elMovitron Teener italiano. Los responsables del proyecto están tramitando un permiso especial para poder circular en el tránsito local.

Mientras tanto, el Sero Electric podrá ser utilizado en ámbitos cerrados con fines industriales, de seguridad, traslado en barrios privados y aeropuertos. Estos serán algunos de los usos que tendrá en Estados Unidos, su primer mercado de exportación, a partir del año que viene.
La planta de Da Dalt en Villa Luzuriaga hoy continúa con la producción de algunos triciclos motorizados de carga, pero está prácticamente copada por el Sero Electric. En la actualidad trabajan 15 personas, pero se espera formar un plantel de 50 empleados.
Autoblog entrevistó a Pablo Naya para conocer más detalles del auto eléctrico argentino.
-¿Qué significado tiene el lanzamiento industrial del Sero Electric?
-Para nosotros es el día que marca el comienzo de la producción de nuestro auto eléctrico. Y lo consideramos un día histórico, porque es el primero en su tipo en la Argentina.
-¿Cuánto se trabajó para llegar al día de hoy?
-Fueron cuatro años de trabajo y miles de horas de desarrollo para llegar al punto de estar listos para comenzar con la producción. Además, demandó una inversión de casi cuatro millones de dólares. Pero consideramos que todo el esfuerzo valió la pena, porque estamos ante un auto que también nos enorgullece como argentinos: el 85% de sus piezas son nacionales, cuando el promedio de la industria automotriz local ronda el 30%.
-¿Cuáles son los componentes importados?
-El motor, el controlador y el diferencial son importados, porque no existe producción nacional por el momento.
-¿Cuál es el objetivo de producción de Sero Electric para el 2015?
-Este año planeamos producir 150 unidades, esperamos llegar a 300 en 2016 y el objetivo es estabilizarnos en 500 anuales a partir de 2017. En la actualidad trabajan 15 personas, pero el objetivo es llegar a un plantel de 50 empleados. A eso hay que sumar otros 50 puestos de trabajo indirectos, que crearon nuestros proveedores para atender la demanda del Sero Electric.
-¿Cuándo será el lanzamiento comercial?
-Estimamos que se lanzará a la venta en noviembre. Calculamos que ya para esa época tendremos el producto con la calidad necesaria para ser comercializado.
-¿Tienen un precio estimado de venta al público?
-Calculamos unos diez mil dólares, que es el precio con el cual lo estaremos exportando. A partir de ahí, más adelante tendremos un panorama claro sobre su precio.
-El Sero Electric hoy no se puede usar en la vía pública, al no estar homologado, ¿pero se está trabajando para lograr un permiso de uso en la calle?
-Sí, estamos haciendo muchas gestiones con gente del Gobierno nacional, provincial y municipal para poder conseguir la normativa necesaria para que un auto como el Sero Electric pueda circular por la vía pública.
-¿Qué es lo que falta para lograr ese permiso?
-La categorización. En todo el mundo existe una categoría para este tipo de modelos, que normalmente se denomina L6. Es una categoría que existe en Europa y Estados Unidos, que permite la circulación de vehículos eléctricos de hasta 350 kilos y una velocidad máxima de 45 km/h.
-¿Cuáles son las características técnicas básicas del Sero Electric?
-Hoy estamos trabajando con baterías de ácido de ciclo profundo, pero esperamos en el futuro utilizar baterías de litio, pero eso también incidirá en los costos. El motor tiene una potencia máxima de 8 kw (10,8 cv) y tiene una autonomía de 65 kilómetros con batería de gel. Con baterías de litio estimamos que llegará a los 120 kilómetros. La recarga es sencillísima: se enchufa a un toma eléctrico doméstico y entre cinco y siete horas se carga por completo.
-Del lanzamiento industrial de hoy al lanzamiento comercial de noviembre, ¿qué es lo que falta por definir?
-Tenemos que terminar con el desarrollo de las otras carrocerías. Hasta ahora tenemos un modelo de dos plazas y nos falta desarrollar la versión de cuatro plazas y la pick-up, que podrá cargar 150 kilos y un gran volumen.
Corte de cinta para la línea de producción del Sero Electric en La Matanza.
SERO-ELECTRIC-18Se produce en la fábrica de Da Dalt, en la localidad de Villa Luzuriaga.
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En la producción del Sero trabajan 15 empleados. Esperan llegar a 50.
SERO-ELECTRIC-13Las primeras unidades serán prototipos de pruebas. El lanzamiento comercial será en noviembre.
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Así es el tren delantero.
SERO-ELECTRIC-6Y así el trasero, con el motor eléctrico y la transmisión.
SERO-ELECTRIC-7Las baterías se ubican bajo los asientos.
SERO-ELECTRIC-8Columna de dirección y pedalera.
SERO-ELECTRIC-15Así queda el interior terminado.
SERO-ELECTRIC-16Instrumental de moto e indicador de carga de las baterías.
SERO-ELECTRIC-19Alcanza los 45 km/h y tiene una autonomía de 65 a 120 kilómetros, según el tipo de batería.
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Fuente: http://autoblog.com.ar/2015/05/29/sero-empezo-a-fabricarse-el-primer-auto-electrico-argentino/

viernes, 29 de mayo de 2015

Video: Torreta Kliver (Rusia)

Una de nuestra torretas preferida, simple, con misiles antitanques y cañón de 30 mm...

Video: IMI Guardium UGV G-Nius


La nueva guerra asimétrica...

Video: IMI Combat Guard

Espectacular...

Video: Vehículo IMI Wildcat

Muy interesante...

Video: IAI Kfir Block 60

Excelente video que demuestra sus capacidades

Video: Recordando al F-20 Tigershark

Un excelente avión, sin suerte...

Feliz día del Ejército Argentino


Les desea Desarrollo y Defensa
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