La Argentina intentará dar ante Alemania
en el Maracaná el último paso de una historia de siete capítulos con una
recompensa doble: la gloria deportiva de la Copa del Mundo y un premio económico de 760 mil dólares (brutos) para cada futbolista.
Mucho antes del penal de Maxi Rodríguez ante Holanda, y en realidad
varias semanas antes de que comenzara el torneo, el plantel y la AFA
llegaron al mismo acuerdo, que se repite desde hace varios mundiales:
dividir en partes iguales el premio que la FIFA les otorga a los países
participantes.
La FIFA repartirá 576 millones de dólares entre los 32 equipos, de
los cuales 35 le corresponderán a la selección que levante la Copa.
Según el acuerdo entre los jugadores y Julio Grondona, una mitad irá
para la tesorería de la AFA y la otra quedará para el plantel.
La siguiente división será entre los 23 futbolistas, por lo que de esos
17.500.000,
a cada jugador le quedarán 760 mil. De todas maneras, de ese monto
también se hará una repartición entre los auxiliares del cuerpo técnico,
como utileros y masajistas, por lo que conviene referirse a los 760 mil
como una cantidad bruta y no neta.
Si bien para algunos de los futbolistas supone una cifra
significativa, para varios de los que juegan en Europa no se trata de un
incentivo especial. El caso más claro es el de Lionel Messi, que este
año firmó un contrato con el Barça de
20 millones de dólares por año, y sin contar sus acuerdos privados.
En síntesis, el arreglo entre la AFA y los referentes del plantel es justamente eso,
un premio, una división de ingresos, y no un intento de motivación económica. En un Mundial, y especialmente para un Messi que está a la caza del mito Maradona, no hay mayor motivación que
la gloria deportiva.
Lo que sí resulta curioso es la comparación con los premios de la
última vez que Argentina salió campeona del mundo, en México ’86.
Aquella vez, Diego Maradona, Oscar Ruggeri, Jorge Valdano y compañía
recibieron 33 mil dólares cada uno, o sea 23 veces menos.
“Cobramos un chiste: 33 mil dólares. Pero Bilardo siempre decía: ‘Hay
que jugar, después ganás la guita’. Y es así. Ser campeón del mundo te
abre puertas. Dicen: ‘Ojo que él fue campeón’. Somos pocos, ¿eh?”, contó
Ruggeri en una entrevista en El Gráfico.
En la distribución de los premios para Brasil 2014, la FIFA anunció
35 millones para el campeón, 25 para el subcampeón, 22 para el tercero y
20 para el cuarto. Cada país recibió un millón y medio para alojamiento
y traslados, más un mínimo asegurado de 8 millones por haber
participado en la primera fase.
La clasificación a octavos entregó un millón adicional para cada
federación. Para los ocho equipos clasificados a cuartos, el premio ya
asegurado es mucho mayor, de 14 millones de dólares, por lo que la
apilada de Messi y el zurdazo de Di María significaron un extra de cinco
millones a repartir entre Grondona y el plantel.
La AFA inició la política de dividir los premios al 50% desde hace
varios mundiales pero nunca el incentivo fue tan alto como en Brasil
2014, torneo en el que la FIFA aumentó sus primas respecto de Sudáfrica
2010. Cuatro años atrás, el campeón recibió 31 millones de dólares, por
lo que cada argentino se perdió de ganar 650 mil dólares.
El acuerdo entre la AFA y los futbolistas argentinos es el mismo al
que habían llegado los uruguayos. Otras selecciones, en cambio,
arreglaron un monto fijo. Paradójicamente, el equipo que había acordado
el mayor ingreso en el caso de ser campeón fue el primero en volverse a
su país, España, cuyos jugadores se perdieron de ganar 980 mil dólares.
Los ingleses, también rápidamente eliminados, habían acordado 600 mil
dólares por jugador, mientras que franceses y brasileños coincidieron
en un premio de 450 mil dólares. Detrás quedaron italianos y alemanes
con 410 mil por futbolista.
La negociación por los premios generó diferentes polémicas.
Por ejemplo, los jugadores de Camerún amenazaron con no viajar a Brasil
y el vuelo que debía trasladarlos al Mundial se postergó por algunas
horas, hasta que por fin el plantel acordó 248 mil dólares por salir
campeón, contra los 94 mil que ofrecía la Federación.
Ya en el Mundial, los futbolistas de Ghana amenazaron con declararse
en huelga para el tercer partido, ante Portugal, si antes no cobraban
los 225 mil dólares acordados por su participación. La televisión
brasileña “descubrió” un camión de caudales que llevó el dinero desde el
aeropuerto de Brasilia hasta la concentración de Ghana y, una vez en el
hotel, los jugadores sonrientes contaban los fajos de billetes.
Finalmente, al otro día jugaron contra Portugal, perdieron y quedaron
eliminados.
Los griegos tuvieron una postura más altruista, aunque con el mismo
final. Antes del partido contra Costa Rica, en octavos, anunciaron que
no cobrarían ningún premio en caso de salir campeones, sino que le
pedirían a la Federación de su país que se utilizara ese dinero para
mejorar la infraestructura deportiva de su país.
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil