Por Silvia Stang LA NACION
La empresa social Emprenda se integró al grupo peruano ACP y se propone duplicar su cartera de 4200 clientes
Hace unos años, Francisco Coria perdió el empleo
que tenía en un supermercado. La necesidad y la satisfacción que le da caminar el barrio y tomar contacto con la gente lo llevaron a rebuscárselas vendiendo lavandinas. Pero, al mismo tiempo, decidió observar cómo su mujer preparaba pan. Y así empezó todo: hoy, este santiagueño que vive en el barrio Zaizar, de Monte Grande, vende entre sus vecinos unas 60 unidades de pan casero por día, y también prepara facturas, pan dulce y roscas de Pascua. "Me ayudaron mucho los microcréditos, si no, para mí sería imposible tener los hornos", cuenta Coria, mientras muestra otras maquinarias, como la amasadora, que compró con préstamos.
En su caso, la ayuda financiera le llegó de la mano de la empresa social Emprenda Créditos para Crecer, ex Fondo de Inversión Social (FIS), una entidad de microfinanzas que tiempo atrás se constituyó como sociedad anónima. El cambio de nombre de la institución no es casual: se produce con su reciente ingreso en el Grupo ACP, una especie de holding, de origen peruano, que reúne a entidades de América latina dedicadas a las microfinanzas, un sistema crediticio orientado a la población de bajos recursos -por lo general informal-, en el que la confianza interpersonal es la única garantía en juego.
Según dijo a LA NACION Juan José Ochoa, presidente de Emprenda, la alianza abrirá mayores oportunidades de acceso a recursos prestables, además de permitir contar con el asesoramiento presencial de expertos de países que tienen mayor trayectoria en la temática. A partir de la operación, se plantea un objetivo de fuerte crecimiento, que incluye la duplicación de la cartera para este año y la incorporación de nuevos asesores de crédito al equipo de 60 personas que integran la entidad.
Un objetivo central es impulsar y apuntalar actividades que generen ingresos y ayuden a elevar la calidad de vida de familias pobres. Eso no quita que se otorgue dinero para la compra de bienes que no son estrictamente capital de trabajo, pero que ayudan a mejorar las condiciones en que se desarrolla una actividad. "Nuestro objetivo es ser como Mibanco en Perú", sostuvo Ochoa. Esa entidad peruana, impulsora del Grupo ACP, tiene más de medio millón de clientes. Los prestatarios activos de Emprenda son hoy 4200 y, en 10 años de historia, la institución otorgó $ 45 millones en créditos.
Según Ochoa, la crisis provocará que los emprendedores sean más cautelosos a la hora de pedir dinero. De todas formas, quienes están en las microfinanzas advierten que el sector no recibe hoy, en el mundo, un golpe tan fuerte como el que afecta a la banca tradicional. Justamente, recuerdan, el sistema de pequeños préstamos remite a la relación interpersonal, a lo básico; todo lo contrario de los productos impersonales, con fuerte ingeniería y complejidad financiera, que terminaron llevando el derrumbe de los mercados. "Por otro lado, en la Argentina éste es un mercado enorme: se estima que hay un millón y medio de personas que necesitan un crédito para crecer", agregó Ochoa.
En esa situación se encontró, por ejemplo, Juana Fernández, en 2001. "Yo había empezado con mi peluquería en 1999, pero en dos años vino la crisis y vi que tenía que cerrar o hacer algo", relató. Con los préstamos del entonces FIS, pudo pagar deudas y comprar de a poco productos para el local, ubicado en una galería del centro de Monte Grande. Hace un tiempo, una enfermedad la obligó a estar inactiva, pero se recuperó, volvió, y atrajo nuevamente a su clientela, fiel a sus peinados y cortes. Juana es parte de un grupo de cinco mujeres con diferentes actividades, que comparten el hecho de recurrir al microcrédito.
En ese sistema, conocido por la difusión que le dio el premio Nobel de la Paz 2006, Muhammad Yunnus, cada persona que integra un grupo recibe su préstamo, pero responde por los demás en el pago de las cuotas. A falta de bienes materiales, ese mecanismo actúa como garantía.
La tendencia en Emprenda, sin embargo, es migrar hacia los préstamos individuales, que permiten mayor flexibilidad en las condiciones. "Como no hay grupo de referencia, la «garantía» se reemplaza con tener mayor información de la persona y su negocio", explicó Ochoa.
Los préstamos personales llegan a montos de entre 15.000 y 20.000 pesos, mientras que los otorgados en grupos tienen un límite de $ 3000. La oferta, que hace un tiempo se extendió a los asalariados, no se limita a créditos para emprendimientos productivos ni a la población urbana. En la zona rural de San José de Boquerón, en Santiago del Estero, Emprenda financia la compra e instalación de paneles de energía solar a hogares sin servicio eléctrico o, entre otras cosas, ayuda a que una familia acceda a una moto, como medio de movilidad. Otra población alcanzada es la de Taco Pozo, en el Chaco. Y en zonas urbanas, se cubre el área del sudoeste del conurbano, aunque se evalúa la apertura de nuevas sucursales para los próximos meses.
El personaje
JUAN JOSE OCHOA Fundador y presidente de Emprenda
Profesión : licenciado en Economía
Origen : argentina
Desde el inicio: Ochoa fue impulsor de un esquema en el que pequeños ahorristas ponían recursos para el otorgamiento de microcréditos. Las acciones empezaron en 1997 en zonas rurales.
El sistema: Actualmente, la empresa se concentra en créditos personales, cuya "garantía" es el conocimiento que se logra tener del emprendedor y su negocio.
Los costos: En Emprenda sostienen que la expansión de la actividad debería llevar a una caída de las tasas de interés, tal como ocurrió en países como Bolivia.
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