Un informe reveló las preocupaciones de oficiales y suboficiales, como los sueldos y los traslados
Si algo está claro es que los militares están desmotivados. El informe del Observatorio Sociocultural de la Defensa no deja dudas: el 47% ciento del Ejército pensó en dejar la fuerza en los últimos dos años, lo mismo que el 43% de la Armada.
Si algo está claro es que los militares están desmotivados. El informe del Observatorio Sociocultural de la Defensa no deja dudas: el 47% ciento del Ejército pensó en dejar la fuerza en los últimos dos años, lo mismo que el 43% de la Armada.
El Ministerio de Defensa solicitó a la Universidad Nacional de Quilmes un sondeo sobre la situación de los miembros de las Fuerzas Armadas, sus expectativas, intereses y condición económica. Los datos fueron contundentes y preocupantes. A ese pensamiento sobre el abandono de la carrera militar se le agrega otro condicionante importante: el 36,8% del Ejército tiene otro trabajo.
Esas informaciones forman parte del estudio preliminar sobre las condiciones de vida de los militares. La cantidad de unidades de la Fuerza Aérea ya sondeadas no alcanza para trasladar esos datos a porcentajes generales, pero el análisis cualitativo de las encuestas en el personal apuntan a cifras similares a las relevadas en el Ejército y la Armada. Las dificultades salariales son el principal motivo para el abandono militar.
El informe preliminar tomó 275 muestras en el Ejército en cuatro unidades, mientras que en la Armada se analizaron 153 casos en Puerto Belgrano, datos que a los investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes le permiten tomar una fotografía sociocultural del siempre poco visible interior de las fuerzas.
Los casos en dos de las unidades del Ejército son por demás interesantes, ya que se trata de fuerzas consideradas estratégicas, casi la elite de la fuerza terrestre. Por eso resulta destacable mencionar que pensaron en abandonar el Ejército el 76% de la IV Brigada Aerotransportada y el 60% del Regimiento de Asalto Aéreo. Si paracaidistas y comandos se sienten desmotivados, el escenario puede ser peor al trasladarse la imagen a unidades con menos actividad profesional y prestigio dentro de la fuerza. Traslados y asimetrías
Entre los datos obtenidos con el fin de trazar líneas de acción políticas para contener a los militares en su profesión figura la certeza de que hoy la esposa del uniformado debe trabajar para sostener en conjunto al hogar. Eso provoca un problema en el estilo de vida castrense, caracterizado por la rotación de destinos. El 60% del Ejército y el 55% de la Armada está de acuerdo en evitar los traslados si el cónyuge trabaja.
Las asimetrías producidas por los suplementos no remunerativos formaron parte de las quejas militares. Especialmente, el referido a vivienda. Hoy los militares pueden ganar hasta 2000 pesos más que un colega de igual grado y responsabilidad si tiene dónde alojarse fuera de las casas alquiladas por las fuerzas. Hay casos de oficiales que optaron por volver a la casa paterna para ver incrementado su salario, en lugar de alquilar -por entre 150 y 400 pesos- una casa de las guarniciones.
La mayoría de los que tienen un segundo empleo son suboficiales del Ejército, aunque casi el 11% de los oficiales reconoció que tiene otro empleador además del Estado. En la Armada se da menos esa situación, aunque una proporción importante de oficiales, el 55%, piensa en las alternativas económicas que puede ofrecerles el comercio marítimo.
La crisis económica internacional puede, lógicamente, afectar las futuras expectativas de trabajo fuera del ámbito militar, pero la mirada de los uniformados a fines de 2007 exhibía una posibilidad de éxodo al mercado civil. En este año, más de 40 pilotos dejaron la Fuerza Aérea tentados por ofertas de líneas aerocomerciales, lo mismo que unos 70 oficiales jóvenes de la Armada y otros tantos del Ejército.
Fuente: Por Daniel Gallo - Diario La Nación