Anunciado el 25 de agosto de 2003 por el entonces jefe de gobierno Aníbal Ibarra, para dar cumplimiento a la ley Nº 938/2002, el Polo Educativo Saavedra prometía convertirse en un ambicioso campus, en la intersección de las calles Galván y Crisólogo Larralde.
Cinco años más tarde, las cuatro hectáreas de superficie afectadas al emprendimiento muestran estructuras de hormigón a medio terminar y las preocupantes huellas del paso del tiempo. El complejo, que debería haber estado funcionando a mediados de 2007, está calculado para recibir a 1800 alumnos de la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola, actualmente saturada y con graves problemas edilicios.
También funcionarían allí la Escuela Media Técnica Nº 36 Alte. Guillermo Brown, a la que podrán concurrir 840 alumnos; una escuela infantil, para niños de 45 días a 5 años, con una matrícula de 330 alumnos, y la Escuela Especial Nº 1 Imurep, con capacidad para 200 alumnos.
En suma, podrían concurrir 3170 estudiantes de diferentes niveles. Además estaba prevista la construcción de un auditorio con asientos para 450 personas, un natatorio cubierto, equipamiento deportivo para distintas disciplinas, parque común y público integrado al barrio, y estacionamiento para 120 vehículos, entre otras construcciones.
Recordemos que la iniciativa fue licitada en enero de 2005, aunque desde un principio despertó en partes iguales adhesiones y rechazos de los vecinos por su posible impacto ambiental. Un año más tarde se iniciaron los trabajos, que tenían un plazo de ejecución de 540 días. Estos se desarrollaron con normalidad durante todo 2006 y parte de 2007.
Sin embargo, tras la derrota del entonces jefe de gobierno porteño Jorge Telerman en las elecciones comunales, la obra comenzó a perder fuerza hasta quedar paralizada. "Sólo hay ocho empleados, incluyendo el personal de seguridad", advierte Pascual Spinelli, presidente de la Asociación Civil Colectivo Entre Letras, que tiene su sede a pocas cuadras del Polo Educativo.
La entidad cultural inició una campaña de concientización en el barrio sobre las consecuencias que podría tener a futuro el abandono del proyecto. Sus integrantes afirman que la construcción lleva más de un año de atraso y que los edificios de las escuelas que tienen programada su mudanza a esta nueva sede, como la Esnaola, no pueden esperar más, porque corren el riesgo de derrumbarse.
"Los vecinos estamos preocupados -afirma Spinelli-. Creemos que Mauricio Macri debe explicar por qué no avanza esta obra, que en ocho meses podría estar terminada. Incluso le podría dejar mucho rédito político." Sucede que varios vecinos y comerciantes alquilaron locales en las inmediaciones, calculando que a más tardar este año se inauguraba el complejo educativo, y se ven ahora damnificados porque la zona está lejos de mostrar una actividad intensa. "Pasaron muchos meses de gestión y lo único que vemos es que tapan baches", sostiene Noemí Wainstok. La vecina acota que la esquina de Galván y Larralde es muy peligrosa, por lo que recolectaron alrededor de 300 firmas para cambiar la señalización de la primera arteria, la frecuencia del semáforo y desviar los camiones en Congreso hacia la avenida Roberto Goyeneche.
El pedido se elevó a la Legislatura y tuvo un dictamen negativo, ya que consideraron que los carteles son suficientes. "Eso demuestra un gran desconocimiento de esta zona y sus necesidades", sostiene Wainstok. Si bien muchos vecinos frentistas de la calle Galván en su momento se opusieron a la obra, en este momento su preocupación pasa porque las empresas contratistas se cansen de este incumplimiento del contrato y abandonen el predio, exponiéndolo a posibles ocupaciones. "Tememos que esto se convierta en un nuevo Albergue Warnes -alerta Spinelli-. No queremos convivir con el esqueleto de un edificio lleno de alimañas, basura, roedores y el riesgo latente de una usurpación."
Los vecinos creen que los más de 3000 alumnos que vendrían a estudiar al Polo Educativo tendrían un impacto positivo para el área metropolitana. "No sólo serían chicos de Saavedra, sino de barrios adyacentes y de localidades bonaerenses como Vicente López y San Martín. Si este conflicto no se soluciona terminaremos cortando la calle Galván, pero la educación de nuestros hijos no puede esperar", razona Bernardo Carnelli.
La Nación intentó dialogar con el ministro de Educación, Mariano Narodowski, para conocer sus planes con respecto al Polo Educativo Saavedra. Aunque no fue posible el contacto, desde la Dirección General de Infraestructura y Equipamiento del Ministerio de Educación aclararon el tema a través de un breve comunicado que dice: "Al inicio de la gestión esta obra estaba paralizada y con riesgo de rescisión del contrato. Producto de las negociaciones realizadas se prevé la reactivación de los trabajos durante octubre de 2008".
En cambio, Riva SA y Criba SA, las dos empresas que participan de la construcción del complejo de enseñanza, no respondieron las llamadas de este redactor ni contestaron los correos electrónicos que se les enviaron. Será cuestión de esperar el paso de los días para confirmar si efectivamente la obra se reactivará durante este mes. En ese caso, los hoy preocupados vecinos de Saavedra celebrarán la noticia.
En la página web del GCBA puede leerse, en un informe sobre las obras educativas en curso, que la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola tiene apenas un 33% de ejecución; la Escuela Media Técnica Nº 36 y la Escuela Infantil, un 49%, y la Escuela Especial Nº 1, un 73%. En promedio, el Polo Educativo Saavedra tiene un avance del 50%. Más allá del estado visible de abandono, una de las consecuencias que ocasionó el atraso de la obra es económica.
Foto: Gustavo Seiguer
Fuente: Por Marcelo Benini para lanacion.com