martes, 9 de diciembre de 2014

El Gobierno recurre a créditos rusos para financiar la represa de Chihuido

Por Martín Bidegaray - Clarin.com
Retroceso del financiamiento chino en la Argentina. Preseleccionó a un consorcio financiado por Moscú para esa obra en Neuquén.
Después de adjudicarle las represas de Santa Cruz a Electroingeniería y a grupos chinos, en una aventura que costará US$ 6.000 millones, el Gobierno buscó financiamiento ruso para Chihuido, otra millonaria obra por la que pagará $ 18.257 millones.

La diferencia es que Moscú no exige una “póliza de seguro de riesgo político y comercial”, algo que impone Beijing. El consorcio encabezado por Helport (de Eduardo Eurnekián) y Panedile fue preseleccionado en primer lugar por el ministerio de Planificación para la represa Chihuido, en Neuquén. Ese grupo posee financiamiento ruso –de la Corporación Estatal Banco de Desarrollo y Comercio Exterior (Vnesheconombank)– por US$ 2.600 millones, lo que cubriría el 85% de la obra. Dos de sus tres competidores –Electroingeniería y Rovella Carranza– iban asociados con chinos, mientras que Pescarmona prometía pedirle prestado a bancos estadounidenses.

Los funcionarios de Planificación fueron a Beijing (China) y Moscú (Rusia) para constatar las condiciones de financiamiento de ambos países. “Los chinos atan el préstamo a una póliza por seguro de riesgo político y comercial emitido por Sinosure, algo que los rusos no hacen”, explicó uno de los partícipes del consorcio preseleccionado, que también incluye a Eleprint, Chediack, Isolux e Hidroeléctrica Ameghino.

El préstamo chino para las represas de Santa Cruz elevó el costo de la obra de US$ 4.714 millones a más de US$ 6.000 millones, según consta en el acuerdo de financiamiento firmado entre la Argentina y un grupo de bancos chinos. El monitoreo oriental incluye las “negociaciones con los acreedores holdouts de la deuda externa”, según el contrato. Por eso, el default argentino habilitó al gigante asiático a no desembolsar dinero en las represas de Santa Cruz.

La inclusión del “default” y la jurisdicción en tribunales extranjeros (en caso de desacuerdos) como parte de los contratos de financiamiento fue considerado un error por un sector del Gobierno. Desde el problema con los holdouts, el Ejecutivo busca contratos que no tengan esas clausulas.

La prima Sinosure, en el caso de las represas de Santa Cruz, representa “contribuciones de capital por el monto de US$ 1.300 millones a ser abonado por el propietario del proyecto –El Estado nacional– de su propio capital hacia los costos del proyecto”.

En Chihuido, el Estado pagará US$ 9,49 por cada MWh (la unidad de medida en generación eléctrica) más IVA. “La tasa de interés a cobrar por el banco propuesto es de 6,5% anual fijo durante todo el período del préstamo. Se incluye también una comisión de 1% sobre el monto del crédito y una comisión de compromiso de 0,25% anual en la parte de crédito no utilizada”, dice la evaluación de Planificación. “El plazo total de financiamiento es de 20 años con 66 meses (5 años y medio) de gracia.  El período de cancelación del préstamo se propone en 14 años y medio mediante pagos semestrales anuales”.

Los rusos prometen financiamiento listo a los 135 días de que su oferta sea aceptada. El grupo conformado con capitales de este país está primero en orden de mérito, pero todavía faltan las objeciones por parte de otros competidores. Impsa –de Enrique Pescarmona– apostaba a Chihuido como su salvación. Ahora, apuesta a que el Gobierno anule la licitación, como ya hizo otras veces.

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