La polémica y silenciosa decisión de YPF de reducir la calidad de su Nafta Súper ya está en manos de legisladores. Ante la falta de explicación oficial acerca del motivo por el cual se redujo de 96 a 93 el octanaje de ese combustible que vende la petrolera -ahora estatizada-, impulsan una ley para que se informe con claridad de este cambio en todas las estaciones de servicio.
La Nafta Súper de YPF se vendía hasta marzo con 96 octanos, pero la petrolera –que en aquél entonces todavía estaba en manos de Repsol- redujo la calidad a 93 octanos. Esto la dejó a sólo un punto de convertirse en Nafta Común.También dejó fuera de especificación al 90% de los vehículos nafteros que se venden en la Argentina, cuyos motores están diseñados para funcionar con 95 octanos o más. En los últimos días, algunos comunicadores pusieron en marcha la campaña “dos octanos no hacen gran diferencia”, minimizando los riesgos de la baja de calidad.
Sin embargo, el cambio en los surtidores expone a los autos a posibles averías mecánicas y a la caducidad de la garantía del fabricante, por no respetar el octanaje de combustible indicado en el manual de usuario.
Ahora, el diputado provincial santefecino Maximiliano Pullaro presentó un proyecto de ley para que YPF informe en todas las estaciones de servicio sobre la inferior calidad de sus combustibles. “El principal problema es que la gente no sabe qué combustible usa para su vehículo, ya que la decisión de YPF no fue debidamente informada a los usuarios. Incluso estos desconocen cuáles son las indicaciones que las automotrices realizan respecto a este tema”.
La situación es compleja ya que YPF posee cerca del 55% del mercado de los combustibles, y la nafta súper representa el 70% del consumo de naftas “YPF cumple con la normativa vigente, pero la nafta Súper que ofrece no cumple con los requisitos que determinan la mayoría de la empresas que fabrican vehículos. Es decir, el motor del 90% de los autos fue diseñado para un combustible que desde marzo pasado YPF dejó de ofrecer. Esta es una preocupación que queremos señalar, y creemos que hay que tomar medidas rápidas: que apunten a una mejor información de los usuarios, y al mismo tiempo ver la posibilidad de que YPF vuelva a ofrecer nafta Super de 96 octanos”.
Pullaro advirtió acerca de un vacío legal que impide que los consumidores se informen sobre la calidad del combustible que cargan: “La ausencia de una normativa nacional que les exija a las empresas y surtidores informar a sus clientes acerca del índice de octanos de los combustibles, hace que consumidores carguen combustible con un composición que, si bien no vulnera ninguna normativa, es contraria a la que recomiendan las empresas automotrices para sus vehículos. Por esa razón presenté un proyecto solicitando a la Secretaría de Energía de la Nación que modifique el art.5 de la resolución Nª 5/2012 a fin de que sea obligatorio para todas las estaciones de servicio informar a los consumidores, a través de carteles visibles, el número o índice de Octano Ron y el grado al cual pertenece la nafta que despachan”.
En los fundamentos del proyecto, Pullaro explicó: “La medida impulsada por la petrolera consistió en bajar la calidad del octanaje de 96 a 93 RON. La misma se tomó en el pasado mes de marzo, dos meses antes de la expropiación de la petrolera a Repsol, y fue comunicada mediante la Ficha Técnica Nº 2, modificando la resolución Ficha Técnica Nº 705 de enero del 2011 (descargar documentos). Por lo tanto, desde marzo la nafta súper YPF–o de grado dos– está en el límite mínimo para la categoría, ya que con un octano menos pasaría a ser nafta de grado uno o nafta común. Asimismo, en las estaciones de servicio de YPF la rebaja de calidad no fue acompañada por un recorte en el precio de venta”.
En las argumentaciones del proyecto Pullaro dio algunos datos que resultan interesantes: “El impacto de la medida de la petrolera (por YPF) no es menor, ya que si bien el resto de las empresas que venden naftas en el país explicaron que no imitaron la decisión de YPF y mantienen el mismo octanaje, es importante señalar que según algunos informes YPF posee cerca del 55% del mercado de los combustibles, y la nafta súper representa el 70% del consumo de naftas. Mas allá de esta controvertida decisión y la escasa o nula comunicación a los clientes/usuarios, la compañía se mantiene con los mínimos de octanaje que dispuso la Secretaría de Energía de la Nación, que indica que la nafta súper debe tener un mínimo de 93 octanos, con lo cual la medida no transgrede la normativa vigente”.
Pullaro explicó que el tema del octanaje es importante por varios motivos, “Los fabricantes de autos diseñan sus motores, entre otras cosas, en función del combustible que usarán. Hoy, el 90% de los vehículos que circulan por el país necesitan, como mínimo, combustible de 95 octanos, y así lo especifican en sus manuales e incluso en las tapas de combustibles. Por lo tanto, según algunos especialistas como el ingeniero Alberto Garibaldi, esta cuestión que se plantea puede aumentar la probabilidad de que los vehículos tengan algún problema”.
En el mercado de los combustibles se especuló con la posibilidad de que el cambio de calidad haya sido forzado por la necesidad de importar combustibles que tuvo YPF a principios de año, cuando salió de servicio una de sus refinerías. Otras opiniones señalan que tal vez fue para bajar costos importaron de naftas de menor calidad.
Fuente: Argentina Autoblog
Que lástima, esto se suma a que solo cargan puntos en la tarjeta Serviclub con nafta premium. Ya no tengo motivos para seguir usando YPF...
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