martes, 5 de noviembre de 2013

GTD presentará en MILIPOL su nuevo Sistema de Exploración y Reconocimiento, montado sobre vehículo

(defensa.com) La empresa de ingeniería GTD presentará en  MILIPOL -Salón Mundial de la Seguridad-, que tendrá lugar en París del 19 al 22 de noviembre de 2013, varias novedades entre las que destaca el Sistema de Exploración y Reconocimiento, Watcher VSS-BC, que podrá verse integrado en un vehículo en el stand que GTD tendrá en la feria. Se trata de un sistema de observación dotado de un gran número de capacidades, basadas en un posicionamiento preciso, gracias a la utilización conjunta de navegadores inerciales y GPS. Además, emplea cámaras en espectro visible e infrarrojo de largo alcance, montadas sobre un pedestal de alta precisión, que permite obtener coordenadas de objetivos a largas distancias y operar con toda seguridad fuera del alcance de las armas de tiro tenso.
Gracias a este sistema, que permite ver sin ser visto y obtener la información en un plazo de tiempo mínimo, los Cuerpos de Seguridad podrán disponer de medios de reconocimiento que proporcionan información, completamente actualizada y en tiempo real, para realizar las misiones con total precisión.
El Watcher VSS-BC, desarrollado por GTD, se ha integrado con total éxito en el sistema SERT de Navantia Sistemas, demostrando su funcionalidad y versatilidad en todas las pruebas dinámicas y funcionales realizadas en diversos campos de maniobras.

También se mostrarán otros equipos y productos específicos que comercializa la empresa ,como los desarrollados para Fuerzas Especiales, como el sistema LightSpeed, que combina la modulación de la luz IR con una óptica de alta precisión para proporcionar comunicaciones de voz y datos seguras.
En sistemas de detección de ópticas podrá verse el BEAM 100™, que detecta los sistemas ópticos que le estén apuntando; y en equipos para tiradores de élite, destaca el dispositivo VENOM que, montado sobre el visor del arma, permite medir el viento en tiempo real y en cualquier condición meteorológica.

Mientras las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, Uruguay y Colombia llegaron a Natal para Cruzex 2013, Argentina, nuevamente, no participará

(defensa.com) La USAF, precedida por un KC-135 y un Galaxy C-5A con 55 efectivos y  abundante equipamiento destinado a sus F-16, la Fuerza Aérea Colombiana,  con el KC-767 "Júpiter", un C-130H y 6 A-37B, la Venezolana, preludiando la llegada de sus F-16, con una aeronave Shaanxi Y-8 de apoyo, y la Fuerza aérea Uruguaya, con tres A-37B y tres Pucará A-58, además de un C-130B y un EMB-120 "Brasilia" en vuelos logísticos,  los F-16 de la FACH, así como los aviones brasileños participantes, ya se encontraban el sábado en el nordeste brasileño para comenzar la presente edición de la maniobra multinacional Cruzex.
Una de las novedades la constituye la presencia, por primera vez, de Ecuador, cuya Fuerza aérea envió tres Súper Tucano, los cuales actuarán junto a sus similares brasileños. Como viene sucediendo tras varias ediciones del ejercicio, nuevamente la Fuerza Aérea Argentina (que debería haber arribado con 6 A-4R y un KC-130H, el pasado jueves), en el último momento dejó de asistir, ya que el Gobierno del país mandó a destiempo, como en años anteriores, el pedido para la  autorización de su salida al Parlamento. (Javier Bonilla)

Fotografía: Un Y-8 venezolano ,avanzada de los F-16, llega a Natal.

El Ejército Nacional Uruguayo presenta las actualizaciones en los blindados Skot

(defensa.com) - Se realizó  la presentación oficial de los vehículos blindados M-64 y M-93, modificados  a partir de un proyecto común entre UTU (centro de estudios politécnico estatal secundario y terciario) y el Regimiento “Atanasildo Suárez” de Caballería Nº6 (ubicado en la ciudad de San Ramón, al norte de Montevideo), quienes trabajaron  coordinadamente a través  del Curso de Hidráulica y Neumática de la UTU  con la finalidad de resolver la compleja problemática del mantenimiento de los vehículos blindado OT-64, series  M-64 y M-93, para reducir el gran desgaste de recursos materiales y humanos hoy  destinados al modelo, importado en condiciones muy ventajosas- la primera partida,  hace más de 15 años- de la República Checa.
El proyecto logró la modificación del sistema de transmisión de los vehículos,  sustituyendo los componentes del sistema de transferencia, retirando la caja de cambios y embrague, sustituyéndolo a su vez por una bomba hidráulica y un motor hidráulico bi direccional conectado directamente a la transmisión. Asimismo, se instaló un dispositivo de cilindro hidráulico en la dirección, suplantando a todo el sistema anterior.  Además, se instaló un sistema de apertura de rampa de acceso posterior para facilitar el ingreso al vehículo.

Es cambios significaron  disminuir el peso del vehículo para un mejor desplazamiento, sensibles mejoras en consumos de combustible (45% de ahorro) y lubricantes, sencillo mantenimiento, conducción y mecánica, eliminar el sistema de embrague y sus componentes, reduciendo gastos operacionales en forma destacable. Tiempo atrás, y a iniciativa de un técnico electricista del propio Ejército, se recuperaron los sistemas visores de estos vehículos, en buena parte inactivos tras años de uso. (Javier Bonilla)

El Ejército de Brasil selecciona oficialmente el fusil Imbel IA2

(defensa.com) Tras haber recibido meses atrás  una partida de 1.500 armas del modelo para su prueba final en diversas unidades- al tiempo que en la Marina, los Fusileros Navales también chequeaban algunas decenas- el Ejército brasileño finalmente optó por el Imbel IA2 de 5,56 mm. como fusil de asalto.

Ya en uso por parte de algunos cuerpos policiales, como la Policía Militar de Sao Paulo, la de Espíritu Santo y  probablemente la de Brasilia, que ya lo probó (además de otras que hoy utilizan Imbel MD-2 o MD-97), también va a suplantar a los H & K G-33 en 5.56 mm.  del Batallón de Infantería Aeronáutica de la FAB. 

Imbel continúa trabajando en un modelo 7.62 x 51 mm, y en otro ambidiestro para uso en determinadas unidades especiales. Entre de sus características principales se encuentran:
-Familia de fusiles en dos calibres: 5.56 y 7.62 mm.
-Uso de polímeros en guardamano, pistolete y culata.
-Funda aislante  entre el cañón y el guardamano .
-Sujetadores para la fijación de la bandolera diferente de 7.62 y 5.56.
- Este último sujetador es rotativo y fijado al cañón. En el modelo 5,56, es ajustado por el guardamano y situadas a ambos lados del cuerpo del arma (en forma de mariposa);
- Numerosos rieles Picatinny para conectar accesorios diversos.
- La culata de 5.56  es plegable y retráctil.
- Nuevo mango ergonómico con un ángulo muy diferente de la utilizada en el FAL o el PARAFAL.
- Componentes intercambiables.

Se estima adquirir partidas de 10.000 unidades anuales, al menos en lo que corresponde al Ejército, a partir de 2014. Con este fusil se desarrolló una bayoneta para las unidades que la incluyan.
El IA2 se ofrece en diversas variantes: IA2 Rifle 5.56mm 17,7",IA2 5.56mm Carabina 14.5", IA2 CQC 5.56mm 10.3", IA2 7,62  y El Imbel IA2 7.62mm rifle de francotirador, 20”.(Javier Bonilla)

La Fuerza Aérea de Chile vende a la Fuerza Aérea de El Salvador parte de sus Cessna A-37B Dragonfly

(defensa.com) El acuerdo de venta a El Salvador de 12 aviones Cessna A-37B Dragonfly dados de baja por la Fuerza Aérea de Chile se da ya por cerrado. Los ejemplares, que se encuentran almacenados en la Base Aérea El Bosque, serán desarmados y entregados a la Fuerza Aérea de El Salvador por vía marítima. La transacción, que asciende a unos 12 millones de dólares, incluye un paquete de repuestos y manuales. Según anunció el mismo presidente de El Salvador, Mauro Funes, una delegación chilena debería arribar en breve a la capital de Chile para firmar el acuerdo de venta. 
Chile comenzó a gestionar la compra de los Cessna A-37B en 1972, firmándose la carta de intención en 1973, que daría lugar al Programa Peace Andes I por la compra de 16 ejemplares inicialmente numerados J-600 a J-615 (74-998 a 74-1013), siendo transferidos en vuelo desde Wichita a Chile a partir de 1975 en tres lotes. Estos fueron a equipar el Grupo N° 1. A mediados de 1974 se gestionó un segundo programa denominado Peace Andes IV, que contemplaba la entrega de otros 18 ejemplares para el Grupo N° 12 en Punta Arenas. Fue durante la entrega del segundo lote, cuando al aparato J-600 se le reasigna la matricula J-634.

En 1992, tras relajarse las relaciones con los Estados Unidos, este gobierno acepta transferir 10 OA-37B del 169th Squadron de la Illinois ANG,  que arribaron en vuelo en junio del mismo año, recibiendo las matriculas 635 al 644, y que  se destinaron a   equipar el Grupo N° 3, en Temuco.

Los A-37B tuvieron una exitosa y poco conocida trayectoria operativa en la FACh, operando desde el desierto de Atacama a la Patagonia, habiendo también sido desplegados en Cruzex 2006. En su larga trayectoria se lamentó la pérdida de 6 aviones, siendo desactivados del Grupo N° 12, donde estaban concentrados todos, en noviembre de 2009.

Posteriormente una decena de fuselajes fue devuelta a los Estados Unidos, respetándose el contrato de la compra de los OA-37B que así lo contemplaba y otros 6 fueron vendidos a Colombia. A estos se suman ahora los 12 ejemplares que terminarán en El Salvador, donde se estima a la fecha hay 4 operativos, además de varios más en espera de repuestos, los que operan en el Grupo de Caza y Bombardeo junto a los Cessna O-2A/B “Martillo”. (Cristián Marambio, corresponsal en Chile)

Fabricaciones Militares presenta los chalecos antibalas nacionales

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, mostró el equipamiento fabricado en la planta militar de Fray Luis Beltrán, en Santa Fe.
 
Fabricaciones Militares presentó hoy los nuevos chalecos antibalas de fabricación nacional en la planta fabril de la localidad santafesina de Fray Luis Beltrán. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, encabezó el acto oficial.

Rossi destacó que "Desde hace un par de años estamos tratando de recuperar capacidades perdidas de Fabricaciones Militares, y aunque la de Fray Luis Beltrán tradicionalmente fue una fábrica de municiones que proveía a las fuerzas armadas y de seguridad, en estos días estamos preparándonos para lanzar la fabricación allí de chalecos antibala, en una iniciativa de los ministerios de Seguridad de la Nación, de Defensa y de Desarrollo y Seguridad Social, por el cual Fabricaciones Militares elaborará los chalecos antibalas mientras que la fabricación de la cobertura de los mismos estará a cargo de distintas cooperativas que están bajo la órbita de Desarrollo Social", contó Rossi.

"Este aumento de la producción de la fábrica Fray Luis Beltrán ya se viene registrando en su quehacer tradicional en torno a producir municiones, ya que también se firmaron convenios con fuerzas de seguridad a las que se provee, sustituyendo así la importación habitual de municiones", indicó el ex jefe de la bancada de diputados del Frente Para la Victoria.

Rossi, que promueve un perfil industrialista para el área de Fabricaciones Militares y que en tal sentido tiene por referentes a los generales Mosconi, Savio y Juan Domingo Perón destacó que las ampliaciones de la fábrica de Fray Luis Beltrán conllevará el ingreso directo de por lo menos 30 trabajadores a los que se sumarán unos 100 empleos indirectos más a través de la cooperativas de trabajo participantes.

Ampliación
"Fabricaciones Militares amplió sus instalaciones y eso significó una inversión de cuatro millones de pesos, y además compró maquinarIa para la fabricación de los chalecos", señaló el ministro titular de Defensa, mientras extraía datos de una carpeta azul con el logotipo de las tres fuerzas armadas. "Se trata de chalecos antibalas masculinos que cumplen con las normas del Registro Nacional de Armas RB2 y ya se hicieron junto al Registro Nacional de Armas y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) todas las certificaciones".
Luego Rossi anunció: "Vamos a empezar con la fabricación de 600 chalecos mensuales, y ya para el 2014 pensamos alcanzar la cifra de 2 mil unidades por mes. Lo importante, además, es que con todo esto nos va a quedar toda la capacidad instalada y todo el know-how para poder avanzar en la confección de chalecos para personal de seguridad femenino", explicó.

Otras fuerzas
El referente kirchnerista de Santa Fe consideró luego que "obviamente, en la medida que otras fuerzas de seguridad lo soliciten, nosotros podremos tener alternativas. Esa es la política que venimos llevando adelante, porque el mercado de las armas y de todo lo que circula en materia de seguridad es muy pequeño y entonces siempre las licitaciones terminan con impugnaciones de unos a otros. Por esa razón, mientras uno tenga alternativas de abastecerse con productos de elaboración propia, es lo mejor que nos puede pasar".

Por último, recordó que en materia de políticas de defensa, "durante el menemismo, el entonces ministro (de Obras y Servicios Públicos de la Nación, Roberto José) Dromi dispuso la privatización de 27 empresas dependientes del área de Defensa. Entre ellas, la más emblemática fue Somisa —este miércoles se cumplen 65 años del fallecimiento del general Manuel Savio, comentó el ministro como al pasar—.

Nosotros hemos empezado a recuperar y después de muchísimos años vamos a abrir una nueva planta de Fabricaciones Militares en Jáchal, provincia de San Juan, para producir explosivos con destino a la industria minera, y en la de Río Tercero es donde tenemos construido el prototipo de un vagón tolva para el transporte de granos.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Avanza lo del Club de París

(Diario Clarín) - La Argentina debe US$ 8.900 millones al Club de París. Es la deuda acumulada desde 2001. Según averiguó ayer Clarín, el Ministerio de Economía avanza en una línea de trabajo que, además de normalizar la deuda con empresas privatizadas también incluye saldar la deuda con el Club de París.

A principios de septiembre en un viaje a Washington, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, habría tenido una reunión con funcionarios del Tesoro de EE.UU. donde recibió una hoja de ruta para normalizar la situación financiera de la Argentina: arreglar los juicios del CIADI y la situación con el Club de París.

Por otro lado, mientras avanzan distintos planes de privados para llevarle al Gobierno una fórmula que desactive el juicio con los holdouts en Estados Unidos, fondos que participan de las conversaciones con Gramercy, aseguran que sus chances de participar en un arreglo con los buitre aumentaría si el Gobierno se comprometiera a cerrar un acuerdo con el Club de París. Es que de esa manera se asegurarían que el precio de los bonos que tienen en sus portafolios aumentaría en un futuro.

La Argentina, a principios de 2008, se comprometió a cancelar la deuda con el organismo y hasta promulgó un decreto de necesidad y urgencia para utilizar las reservas con ese motivo. Hay quienes, sin embargo, que creen que el país debería hacer otro esfuerzo para arreglar con París: por ejemplo, un acuerdo con el FMI.

Economía ya dio luz verde a dos planes para cerrar juicios con los buitres

Por Gustavo Bazzan - Diario Clarín
Al plan del fondo Gramercy se sumó otro de un estudio jurídico local. En ambos casos requieren el acuerdo de los bonistas que ya aceptaron los canjes. Una de las propuestas contempla la reinversión en bonos.

Ministro. Hernán Lorenzino había repetido el discurso oficial de que nunca se pagaría a los fondos buitre.

El Ministerio de Economía abrió la ventanilla de mesa de entradas. Ahora parece que está dispuesto a recibir y escuchar a quien le acerque al Gobierno propuestas que solucionen el problema con los fondos buitre, que hasta ahora vienen ganando la pulseada en los tribunales de Nueva York. Picó en punta el fondo de inversión Gramercy, pero se acaba de sumar a la carrera el estudio de abogados Garrido, a través de una posible solución diseñada, entre otros, por el especialista en estos temas Eugenio Bruno.

Los dos trabajos apuntan a que el Gobierno pueda zafar de la segura sentencia que la justicia de Estados Unidos dará a favor de los fondos buitres y que obligarían al país a pagarles 1.330 millones de dólares. Ambos requieren el acompañamiento de los bonistas que ya entraron al canje, y la aceptación de los holdouts. No es poco.

La idea de Gramercy es bastante sencilla. Consiste en destinar parte de los fondos que les corresponde recibir a los bonistas que ya entraron al canje, a una cuenta que irá a favor de los fondos buitre.

La secuencia sería esta. Primero, se logra el compromiso de los holdouts de entrar al canje III y de los bonistas de aceptar esa suerte de “quita”. Luego, una vez reabierto el canje, se crea un fideicomiso donde se depositará un porcentaje de lo que vayan cobrando los bonistas (podría ser un 10 o hasta un 20%) para pagarles a los buitres.

¿Por qué cederían los bonistas?
Porque si se cierra ese conflicto los bonos deberían subir de precio. Por el contrario, si la Argentina recibe una sentencia en contra y no la paga –como ya anunció– podría registrarse un desplome de los bonos. De hecho, desde que se filtraron los términos de esta propuesta, los papeles del canje dieron un salto importante en los mercados. Y los bonos en default también.

Gramercy ya está hablando con los bonistas grandes y chicos y se puso como meta tener el acuerdo cerrado a más tardar a fin de año.

La segunda propuesta se conoció en estos días.
El plan de Bruno apunta a, dice, a “una solución integral” para el 7% de la deuda que sigue en default. “No buscamos un arreglo para sacar del camino a Elliot, porque luego vendrán otros holdouts.

Queremos despejar el problema para siempre” Para pagarles a los holdouts propone dos bonos: uno a plazo aún no determinado (a negociar con los acreedores) y a una tasa del 4% anual, para saldar el capital, con quita del 75%. Un segundo bono se emitiría para los intereses, a 5 años de plazo y con tasa del 4%.
Para hacer este pago, Bruno propone que los bonistas acepten que se adelante a abril de 2014 la caída de la Cláusula RUFO, que impide mejorar ofertas de pago a los bonistas que no entraron al canje por sobre los que sí aceptaron alguno de los dos canjes, el de 2005 y el de 2010.

A su vez, propone que tanto los holdouts que entren al nuevo canje como los que ya lo hicieron, se comprometan a destinar parte de los fondos que deben cobrar de aquí en adelante a la suscripción del bono Baade. Por esta vía, supone que el Gobierno recaudaría 1.500 millones de dólares.

En el mismo acuerdo, Bruno incorpora la suscripción de bonos para inversiones específicas en Vaca Muerta, por otros 2.500 millones de dólares, que serían suscriptos directamente por empresas de ese sector.
Finalmente, sugiere que casos especiales (como jubilados) puedan cobrar el 100% de lo que les corresponde y de una sola vez.

Eugenio Bruno, optimista, concluye que si su plan sale bien, “Argentina soluciona todo este tema de los holdouts de una vez y para siempre, se olvida de las amenazas judiciales y además, recibe dinero fresco”.
Resta saber qué opinan los bonistas y los fondos buitre.

Tanto Gramercy como Bruno parten de la base de que si la Argentina pierde el caso, los fondos buitre no van a tener qué festejar. Entrar a un tercer canje, dicen, igual les dejaría en sus cuentas enormes ganancias.

Un Estado tan elefantiásico como inequitativo

Editorial I del diario La Nación
La cada vez mayor voracidad fiscal y la sobredimensión del sector público no se compadecen con la paupérrima calidad de sus servicios

El agotamiento de la política económica del kirchnerismo vuelve a colocar en el centro de la atención un problema recurrente y casi crónico: la sobredimensión y la baja calidad del sector público.

El Estado ha crecido de forma descontrolada durante la última década, tanto desde la óptica de la carga tributaria como desde el gasto público y la falta de las correspondientes contraprestaciones en las áreas que de él dependen, como la salud, la educación y otros servicios, entre ellos, el transporte, hoy tan desmantelado y sospechado de prácticas corruptas.

Más allá de algunos ajustes desesperados hechos por el gobierno nacional ante la falta de dinero que padece -y de los que se vieron obligados a concretar los Estados provinciales y municipales que reciben cada vez menos fondos-, no se vislumbra que vaya a haber una política seria de reducción del gasto en áreas innecesarias o vinculadas con necesidades estrictamente políticas.

Esa manipulación desembozada de los recursos públicos fue determinante para que el Estado haya crecido alrededor del 60% a lo largo de los últimos 12 años. Su tamaño consolidado (medido como el total del gasto primario nacional, provincial y municipal en relación con el PBI) pasó de representar el 26,5% de la economía, en el período 2000-2006, al 42,5% en 2012, sin considerar los intereses de la deuda, según un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Las causas principales que explican esa elefantiasis estatal son las denominadas "transferencias corrientes al sector privado", entre las que se cuentan los subsidios económicos que reciben las empresas de servicios públicos; el gasto en seguridad social y la erogación en personal. En ese orden, esas tres partidas explican el 67 por ciento del crecimiento de la importancia relativa del gasto público en el lapso citado, con una escasa inversión real directa del 13 por ciento.

La contracara del mayor tamaño del Estado ha sido el crecimiento de la carga tributaria efectiva, que pasó del 23,8% del PBI, en 2000, a representar el 38,6% en 2013.

Se sabe que un Estado enorme requiere cada vez mayores gastos. Durante los últimos 12 años y, sin considerar la seguridad social, el aumento más alto se origina en los derechos de exportación, en el impuesto a las ganancias y en el de los débitos y créditos bancarios. Como se recordará, algunos de esos impuestos fueron pensados para ser aplicados "por una única vez" y, sin embargo, llevan años de vigencia, distorsionando todo el sistema.

La voracidad fiscal llega hasta los municipios. A los impuestos nacionales y provinciales, las comunas suelen sumar tasas por servicios generales, derechos de publicidad y propaganda, tasas por inspección y por patentes de rodados, ABL y tasas de habilitaciones, entre otros tantos métodos recaudatorios que castigan el bolsillo de los contribuyentes en forma desproporcionada.

Como sucede con la Nación, esa práctica insaciable por conseguir más y más dinero no se traduce en nuevos y más eficientes servicios para la sociedad. Por el contrario, esas partidas que superan la inflación real -no la que sistemáticamente falsea el Indec- terminan solventando las gigantescas plantas de personal estatal y engordando la discrecional bolsa de premios políticos que se reparte entre gobiernos afines.

La situación es gravísima, pues muy por debajo de la retórica productivista del Gobierno, se consolida el lamentable fenómeno de lo que podría llamarse la "Estadodependencia", tanto de personas con los gobiernos como entre administraciones.

Según datos de diversos especialistas, alrededor de un cuarto de la población económicamente activa de nuestro país está empleada en el sector público. Es una proporción similar a la de economías con un Estado de grandes dimensiones, pero que ofrecen prestaciones mucho más eficientes.

Pero hay más y son hechos fácilmente reconocibles cada vez que el Gobierno realiza anuncios con fines netamente político-electoralistas. Recordemos cuando los intendentes bonaerenses alineados con la Casa Rosada se llevaron antes de los últimos comicios la promesa del ministro Julio De Vido de una inversión directa en obras públicas para sus distritos de más de 12.000 millones de pesos, o la concesión pública de contratos exorbitantes para favorecer a altas casas de estudios alineadas políticamente con la Presidencia, o los suculentos cachets pagados a artistas que, cual feligreses, dan pruebas constantes de su fe kirchnerista.

Esos fondos, en su inmensa mayoría, no tienen ningún tipo de controles, tal como oportunamente ha denunciado la Auditoría General de la Nación (AGN).

El sostenimiento de sistemas de transporte, de gas y eléctrico deplorables mediante el otorgamiento de subsidios por cifras astronómicas ha venido evaporando las reservas sin que el usuario viera ningún tipo de progresos. Por el contrario, tras mucho negarlo, el Gobierno se vio obligado a admitir la crisis importando gas y energía eléctrica y estatizando empresas como los ferrocarriles, de cuyo funcionamiento calamitoso sólo pareció haber empezado a tomar conciencia tras la trágica muerte de 51 personas en Once.

Por todo lo citado se explica, aunque no se justifica, claro está, por qué el Gobierno no quiere deshacerse de su perverso esquema tributario. Desde 2000, la carga fiscal en el país aumentó el 60%, según Iaraf. Por la expansión del Estado, la presión tributaria es hoy del 38%. Si se toma en cuenta, además, la enorme porción de trabajo en negro que persiste en el país, esa presión impacta sólo entre quienes poseen o brindan trabajo registrado, discriminándolos de una manera absurda.

Así, la recaudación tiene para el Gobierno un objetivo tan privilegiado como impúdico: poder financiar el imparable gasto público por encima de la eficiencia y la equidad.

No es malo tener un Estado grande si son grandes las contraprestaciones con las que se beneficia a los ciudadanos. Lo malo es que se tome como propio y en beneficio de unos pocos el dinero que aportamos todos, corrompiendo los principios que hacen al federalismo y a la existencia de una república..

El agro puede aportar los dólares que hacen falta


Temores y dudas despertaron en no pocos empresarios agropecuarios el fallo de la Corte Suprema que declaró la constitucionalidad de la ley de servicios audiovisuales. No tanto por las cuestión en disputa, que excede lo agropecuario, sino por los efectos que puede tener sobre la vigencia del derecho de propiedad al cuestionar los derechos adquiridos del Grupo Clarín, y por las derivaciones que tiene el caso sobre el papel de la libertad de expresión y de prensa en la democracia. Eso fue lo que expresó el directivo de una de las entidades no gremiales del agro que, por no tener aún una posición oficial, solicitó no ser mencionado.

Curiosamente esta disputa se originó a partir de la resolución 125, en 2008. Un conflicto que pudo haberse resuelto fácilmente si el Gobierno hubiera utilizado la inteligencia y el diálogo. Sin embargo, quiso politizarlo y despertó una resistencia insospechada. En esa sinrazón, concluyó que si los medios de comunicación no hubieran transmitido las imágenes de los cortes de ruta o relatado lo que sucedía en el interior, ganaba la pelea.
Después del voto "no positivo", el kirchnerismo se reinventó y construyó una formidable maquinaria de relato oficial parecida a una realidad paralela. Continúa teniendo un apoyo considerable de una parte de la población, poco más de un tercio, de acuerdo con el resultado de las elecciones del domingo pasado, aunque en dos años desperdició un capital político notable (20% del electorado).

El campo, mientras tanto, sigue haciendo lo que mejor sabe hacer, aunque en condiciones cada vez más difíciles: producir. La política y la presencia en los medios de comunicación no son su fuerte. Lo demuestra la experiencia de los "agrodiputados" surgidos al calor del conflicto por la 125, que no fue buena, más allá de los esfuerzos personales. Esto quizás merezca un debate profundo si hay un intento similar en el futuro.
Mientras tanto, el Gobierno deja pasar oportunidades, creyendo que enfrente tiene a un enemigo político y no al sector más dinámico de la economía que podría aportarle divisas rápidamente.

"Con reglas claras, previsibles y una menor presión impositiva, en 2014 podrían ingresar 5000 millones de dólares adicionales, y en 2015, 8000 millones de dólares adicionales originados en el campo", explica el economista de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Juan Rey Kelly.

El especialista enumera, entre otras medidas positivas,la fijación de precios en forma clara y transparente, la reducción del riesgo comercial, la baja de los derechos de exportación, la devolución del IVA y la eliminación de los ROE.

Esta dinamización de la actividad agropecuaria le podría aportar al PBI un crecimiento de dos puntos para 2014 y de, al menos, 2,5 puntos para 2015 sólo por la actividad agropecuaria. "Cuando crece la cosecha se moviliza el transporte, el comercio y los servicios", recuerda el economista de CRA.

Pero hay más aportes que puede hacer el campo y que el Gobierno se empeña en no aprovecharlos. Con el cierre del mercado europeo al biodiésel argentino, podría utilizar este combustible para reducir las importaciones de gasoil. "Se puede llevar del 8 al 20 por ciento el corte en las usinas térmicas, el agro y el transporte", dice Claudio Molina, director de la Asociación de Biocombustibles e Hidrógeno (ABH). Con equiparar las condiciones tributarias del gasoil importado, que está liberado de una carga impositiva del 41% que sí afecta al biodiésel, el país se ahorraría gran parte de los dólares que hoy malgasta. En promedio, en el último año, según cálculos de la ABH, el precio del biodiésel (sin impuestos) es de 106 dólares por tonelada más bajo que el gasoil importado. Lo curioso es que la brecha se agranda: el biodiésel hace un año era apenas 4% más bajo, mientras que en septiembre pasado la diferencia fue de 29,2 por ciento.

El Gobierno, además, también debería sacar del limbo al biocombustible. Hace dos meses que la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo no publica en el Boletín Oficial los precios del biodiésel y, en consecuencia, no permite calcular los derechos de exportación. Si alguien hubiera querido hacer las cosas tan mal, seguramente no le hubiera salido tan bien..

Rutas argentinas: otro obstáculo para la competitividad

Por Carlos Manzoni y Luján Scarpinelli  | LA NACION
Además del tipo de cambio y la presión fiscal, la infraestructura vial deficiente dificulta el movimiento y la exportación de productos con altos costos, riesgos y cuellos de botella en los caminos
En los últimos tres años se sumó a la red vial argentina un promedio anual de 850.000 autos, que puestos en fila representan una distancia equivalente a la que hay entre Salta y Río Gallegos. En contraste, sólo se construyen por año 29 kilómetros de autopista, un formato vital para transportar la producción en óptimas condiciones hacia los puertos o mercados de exportación. Los datos reflejan el déficit en infraestructura vial que afecta a la Argentina, algo que la coloca en el puesto 103 entre 140 países incluidos en el ranking de calidad de rutas que forma parte del estudio sobre competitividad del Foro Económico Mundial. Entre los muchos por delante, hay países africanos como Namibia, Mali y Senegal. O, sin ir tan lejos, Chile, Ecuador y Perú.

Eso no es todo. Un país agroexportador, que transporta por camión 85% de los 100 millones de toneladas que coloca en el exterior, no cuenta con una aceitada red de arterias hacia sus principales puertos, que se convierten en verdaderos embudos imposibles de transitar. El de Rosario, por donde sale 78% de la soja y el girasol (y sus derivados), todavía sufre la falta de una circunvalación con formato de autopista, sin contar que las rutas 33, 34 y 9, que convergen allí y que se saturan de automóviles y vehículos de carga, tampoco son autovías en la actualidad.

El problema también es claro desde una mirada más amplia. La red troncal de rutas nacionales tiene una extensión de 15.000 kilómetros, de los que sólo 1500 son autopistas y autovías. "Existe un gran atraso en nuestra infraestructura vial. Es imprescindible transformar toda esa red de carreteras construyendo 13.500 kilómetros de autopistas inteligentes. Pero, al ritmo actual de 29 kilómetros anuales, esa integración requeriría 448 años", dice Osvaldo Ottaviano, director ejecutivo de la Fundación Metas Siglo XXI, dedicada a la planificación vial.

El tema no es menor, si se tiene en cuenta que la eficiencia de la infraestructura del transporte es uno de los aspectos que incide en la competitividad de una economía. En tiempos en que el país es menos competitivo debido al atraso cambiario y los altos costos internos, la mejora en los bienes de capital, entre los que se cuenta la infraestructura, abarataría el gasto de las empresas en fletes y les permitiría mejorar su ecuación de negocio.
Para Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la infraestructura de transporte es el tercer factor del cual depende la competitividad, luego del tipo de cambio y la presión fiscal. "Las economías regionales no pueden llegar con sus productos al mundo e incluso a rincones de la Argentina -indica-. Están en una situación agravada por la falta de inversión en infraestructura."

Esta deficiencia resulta extraña tras una década en el que el gasto público creció 20 puntos porcentuales y se ubicó en 49,4% del PBI. Lo que ocurre, según comenta Ariel Coremberg, profesor de Crecimiento Económico en la Universidad de Buenos Aires (UBA), es que gran parte de la obra pública del kirchnerismo se fue en viviendas, pavimentación de ciertas zonas del conurbano y algunas obras de cloacas. "En lo vial, algo se hizo, pero no fue suficiente", acota el economista, coordinador del Proyecto Arklems UBA para la Medición de las Fuentes del Crecimiento, Productividad y Competitividad.

Más insólito aún es el hecho de que los argentinos ya pagan hoy un impuesto al combustible que, de destinarse realmente al fin para el que fue creado, serviría para construir 2000 kilómetros de autopista por año. Así fue como Estados Unidos levantó su fabulosa red de autopistas, con el cobro de un centavo de dólar por cada litro de combustible. Claro que allá sí se le dio el destino anunciado, mientras que aquí, como explica Ottaviano, todo lo recaudado en ese concepto cae en la nebulosa de rentas generales y se asigna a otros ítems.

¿Cuánto cuesta una buena red vial? Según la estimación de la Fundación Metas Siglo XXI, la construcción de un kilómetro de autopista inteligente, con toda la señalización de alta tecnología y con una vida útil de 60 años, sale en promedio US$ 2 millones.

Claro que reclamar la concreción de autopistas y autovías, que aumentarían la seguridad de los automovilistas y agilizarían el tránsito de los 360.000 camiones que ruedan en el país, parece aun más pretencioso si se considera que todavía 500.000 kilómetros de la red vial local son de tierra. Según la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), un quinto de esos caminos comunican zonas productivas, que necesitan sacar sus productos agroganaderos perecederos. "Aunque en este tipo de camino sólo rueda el 6,5% de los vehículos/kilómetros del país, no resta importancia al impacto negativo sobre el pequeño productor lechero u hortícola", destaca un estudio de la entidad.

Estos datos contrastan con los de un comunicado del Ministerio de Planificación, difundido en enero de este año, en el que se afirmaba que desde 2003 el Gobierno hizo una fuerte inversión en obras de infraestructura que permitió construir 1300 kilómetros, pavimentar otros 4100 de rutas y cubrir con obras la totalidad de la red vial nacional pavimentada.

La mayoría del gasto en obras viales está a cargo de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV). El organismo gastó $ 14.243,98 millones en 2012. Existen también programas que lleva adelante el Ministerio de Planificación. La cartera desarrolla obras viales en zonas particulares (por ejemplo, en el Norte Grande), provincias y municipios, junto con las direcciones de vialidad provinciales. Esas obras se caracterizan por tener fines específicos, como pavimentar caminos productivos o pavimentar para ampliar ejidos urbanos, muchas veces acompañados con obras de saneamiento y tendido de redes.

Pablo Bereciartúa, decano del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), destaca que la inversión en infraestructura vial está en la Argentina, al igual que en otros países de América latina, por debajo de 2% del PBI. Esa cifra está lejos de la que se desembolsa en las naciones desarrolladas, en las que alcanza hasta 8% del PBI, y en promedio representa 50% de la inversión pública total.

Las obras viales se inscriben dentro de una larga lista de promesas incumplidas. Ottaviano opina que este gobierno ha impulsado la construcción de varias autopistas, pero todas se abandonaron. En la última década, detalla, se contrataron 857 kilómetros en las rutas 3, 5, 7, 8, 36, circunvalar de Rosario y autopista parque Presidente Perón. "Ninguna se hizo", subraya el especialista.

Ejemplo de esta desidia es la ruta nacional 33, que une parte de la pampa productiva con los puertos de Rosario y Bahía Blanca. En una visita a la santafecina ciudad de Venado Tuerto, en 2007, el entonces presidente Néstor Kirchner prometió la construcción de una autovía por ese trazo. Seis años después, no se hizo un solo avance en una de las conocidas como "la ruta de la muerte", por la cantidad de accidentes fatales.

Por esa ruta, la 34 y la 9, llegan cada año hasta el Gran Rosario 55 millones de toneladas de grano, aceite y harinas de soja y girasol. En época de cosecha, esas vías arrojan 12.000 camiones diarios a la A012, una segunda circunvalación rosarina, que permite ir desde Timbúes y San Lorenzo hasta General Lagos/Arroyo Seco. Al igual que los otros tres caminos, la A012 debería ser autopista. Pero no lo es. Julio Calzada, director de Información y Estudios Económicos de la Bolsa de Rosario, señala que sólo un tramo fue convertido en autovía (de cuatro carriles); el resto es ruta común.

El Gran Rosario es uno de los nodos de transporte de cargas más importantes del país, puesto que en esa zona están no sólo las terminales portuarias, sino también las fábricas aceiteras que procesan 20.000 toneladas por día. "Lamentablemente, hoy tenemos caminos de tierra para llevar la producción hasta estas plantas industriales y puertos", dice Calzada.

Hacia el Oeste, en tanto, hace tiempo que la ruta 7 carga con la expectativa de convertirse en el primer corredor biocéanico terrestre que uniría el Atlántico con el Pacífico, comunicando los puertos locales con los chilenos. Sólo el tramo que pasa por San Luis y unos kilómetros en las cercanías de Mendoza son autovía y autopista, respectivamente. Lo demás es ruta común de dos carriles, por la que viaja nada más ni nada menos que gran parte de la producción industrial del país.

A su vez, la ruta 7 lleva hasta las terminales portuarias de Campana y Rosario, por lo que, desde allí, se puede empalmar con otro corredor vital: la ruta nacional 14. Ésta es conocida como "la ruta del Mercosur", ya que conecta a la Argentina con Brasil. "Por ahí se llega a San Pablo -precisa Calzada-, punto desde el que se envía la producción hasta los puertos de Santos, Paranagua y Río Grande."

En la actualidad, ese camino que serpentea por la Mesopotamia argentina está en obras de construcción de autopista. La promesa es que cubrirá toda su extensión con ese formato.

La relevancia de transformar los corredores tiene que ver con la disminución de costos. Según el análisis de Ambrosetti, dado que sólo entre 11 y 15% de los granos se traslada por ferrocarril, la incidencia del transporte en los precios puede llegar a ser de la mitad del valor de los granos que se comercializan. "En una tonelada de maíz desde Salta hasta Rosario, incide en 48% del precio bruto de esa tonelada de maíz. En la soja, el peso es de 30%, en una distancia de 950 kilómetros", ejemplifica.

Sucede que, en algunas provincias, las tarifas de los fletes superaron el 25% en el año. Según el índice que publica la Cámara de Operadores Logísticos (Cedol), la suba de costos fue de 23,9 en los últimos 12 meses. Para el economista de la SRA, eso hace que producir hoy en algunas zonas dé pérdidas, debido a las distancias que separan a algunos núcleos productivos de los puertos.

El aumento del parque automotor (autos y camiones) pone aun más en evidencia la falta de una infraestructura adecuada en rutas, al tiempo que deja al desnudo lo que también falta en las ciudades. Bereciartúa explica que la infraestructura es una condición para que las ciudades funcionen con niveles razonables de productividad, pero cada vez más es una palanca para aumentar sus niveles de competitividad. El Área Metropolitana de Buenos Aires presenta enormes desafíos, tales como la necesidad de un sistema de movilidad para más de 20 millones de viajes diarios.

Si todo sigue como hasta ahora en el país, el próximo año se sumarán más de 800.000 autos y unos 20.000 camiones a las rutas argentinas; mientras que el ritmo de construcción de autopistas será el mismo: sólo 29 kilómetros anuales.

El alto costo de construir rutas
La Argentina, un país de escasas fuentes de financiamiento, tiene además otra desventaja: construir rutas es más caro que en otros países. Un trabajo de la Fundación Pensar revela sobrecostos en una ruta de Santa Cruz, comparado con un camino peruano: "La simple pavimentación de una carretera sin dificultades importantes como es la RP47 demandaría costos para la Dirección Provincial de Vialidad de US$ 1,4 millones por kilómetro, mientras que la construcción de un monumental proyecto peruano de 2600 kilómetros que atraviesa selva, cordillera, puna y desiertos tuvo un costo de US$ 1,1 millones por kilómetro, 30% menos que las obras en Puerto Deseado". La fundación señala que las grandes necesidades en infraestructura que tiene la Argentina demandarán una reducción en los costos de las construcciones viales.

El desafío se plantea en un marco de restricciones, tal como describe Coremberg, por las cuales el Gobierno no puede devaluar, tiene escaso acceso al financiamiento y mala reputación. Eso hace que hoy, para generar un proyecto de infraestructura, la tasa de rentabilidad exigida por un inversor sea draconiana. "Si hubiera menos incertidumbre, mayor inversión y mejor reputación, muchos proyectos de infraestructura serían rentables y factibles", opina..

Sólo cuatro provincias atacan el narcomenudeo

Por Daniel Gallo  | LA NACION
Son Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y La Rioja; ante la violencia creciente, se sumaría Santa Fe

Frente al avance de la comercialización interna de drogas y la creciente violencia asociada con ese delito, las provincias debaten la aceptación de una ley que es ignorada desde 2005. Ese año, el Congreso aprobó una norma que permite a las policías y justicias locales combatir el narcomenudeo .

Esa transferencia de responsabilidad debía ser aceptada mediante una adhesión refrendada por las legislaturas provinciales. Sin embargo, en la mayoría de las provincias la norma ni siquiera fue tratada. Ocho años después, sólo están adheridas Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y La Rioja. Ahora, Salta y Santa Fe evalúan apelar a esa ley para tratar de frenar la venta minorista de droga y la violencia instaladas en sus calles.

La ley 26.052, que dejaba abierta la posibilidad a las provincias de sumar esfuerzos en la lucha contra las drogas, fue pensada por los impulsores de la norma especialmente para la provincia de Buenos Aires. Cuando fue elevada se evaluó, además, provincializar el combate contra el narcotráfico.

La gobernación bonaerense la aceptó casi de inmediato. En el resto de las provincias se hizo fuerte la idea de que el narcotráfico debía ser reprimido sólo con fuerzas federales y justicia federal.
Entre Ríos se sumó al proyecto en 2007 y La Rioja en 2009, pero en la práctica no se avanzó demasiado en esas provincias.

La idea de que la Argentina era un país de tránsito de la droga chocaba con las advertencias contrarias de todos los especialistas, tanto de funcionarios como de fuerzas de seguridad, y de quienes evaluaban en oficinas oficiales el ritmo creciente del consumo local. Ante la aceptación colectiva de un nuevo escenario -que hace ocho años ya era vislumbrado- y el reclamo de sus sociedades, las provincias empezaron a asimilar la necesidad de su participación.

Córdoba fue la primera provincia en sumarse a la nueva etapa, en junio de 2012. El narcomenudeo quedó así bajo órbita de la justicia provincial y creó el Fuero de Lucha contra el Narcotráfico, con un juzgado y tres fiscalías.

Ese avance cordobés quedó golpeado este año por un escándalo de corrupción de su unidad policial antidrogas, que llevó al arresto de varios comisarios y agentes por la sospecha de armado de causas y connivencia con grupos narco.

Las fuerzas provinciales pueden actuar frente al narcotráfico, más allá de la adhesión a esta ley, cuando están frente a un delito in fraganti , aunque la causa será luego derivada a la justicia federal, donde incluso debería presentarse el ciudadano que quiera denunciar un precario puesto de venta de droga en su barrio. Eso lleva al colapso de los juzgados federales -tal como relatan sus propios integrantes- que deben elegir entre las líneas de investigaciones mayores hacia cargamentos importantes o atender la comercialización minorista.

Los juzgados federales de Salta dieron numerosos avisos sobre su saturación en causas de narcotráfico. La provincia reaccionó este año y aprobó la adhesión a la ley 26.052, que entrará en vigor el 1° de enero próximo. El director de la Agencia Provincial Antidroga, Néstor Ruiz de los Llanos, informó que no se creará allí un fuero especial, sino que se sumará a la investigación de microtráfico a los jueces penales y 18 fiscales y 10 fiscales delegados para auxiliar a la desbordada justicia federal.

Uno de los motivos que llevaron a las provincias a dejar de lado la ley 26.052 fue la falta de recursos para absorber nuevas misiones. La norma establece que el Estado nacional debe transferir una asistencia financiera, pero eso no se cumple ni siquiera en el caso de Buenos Aires.

El gobierno nacional promovió esa iniciativa de desfederalizar la lucha contra las drogas en 2005 como respuesta a una demanda social, pero rápidamente la abandonó en la práctica.

En estos días, el ministro de Seguridad, Arturo Puricelli, recorre las provincias en busca de la firma de mandatarios a un Programa Federal de Colaboración y Asistencia en Seguridad, propuesto en agosto pasado por el decreto 1177.

Por el momento no se conocen efectos concretos de ese plan, más allá de la búsqueda en capacitar a las policías provinciales "en el desarrollo de sistemas de información" sobre delitos complejos como el narcotráfico. La creación de una agencia federal de investigaciones -que el kirchnerismo impulsó y desechó en varios momentos de esta década de gobierno- figura entre las propuestas de la oposición.

En Santa Fe, el Senado local ya aprobó la adhesión a la ley. En esa provincia se da una real batalla de narcos minoristas en sus calles, en especial en Rosario. En esa ciudad, donde el gobernador Antonio Bonfatti fue víctima de un ataque a tiros sobre su casa, hay abiertas en la justicia federal unas 100 investigaciones sobre narcotráfico, pero muy pocos agentes disponibles para seguir los rastros. Esa situación se repite en todo el país, donde en la actualidad hay más de 2000 causas federales sobre redes narco que saturan al personal asignado.

Rematan en Chile otro avión de Aerolíneas por falta de pago del mantenimiento

Por Florencia Donovan  | LA NACION
Fue abandonado tras la estatización de la empresa; ya había pasado con otra nave, que terminó en un hotel alojamiento
Mientras Aerolíneas Argentinas encarga nuevos aviones Boeing para terminar de renovar su flota, en Chile acaba de declararse desierto el remate de un avión que utilizaba la línea de bandera argentina. Se trata de un Boeing 737, de los años 80, que había sido enviado a ese país en febrero de 2008 para su mantenimiento, pero que, tras la estatización de la empresa unos meses después, fue abandonado en las instalaciones de la Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile (Enaer).


La nave, matrícula LV-ZYI, salió al mercado con un precio base de apenas 30,3 millones de pesos chilenos, lo que equivale a poco más de US$ 60.000, según consta en el sitio web de la Aduana de Chile. Sin embargo, no pareció tentar demasiado a los potenciales compradores, por lo que ahora, de acuerdo con lo publicado en algunos medios, volvería a salir a la venta a un precio bastante menor. No es de extrañar, pues a fines de 2012 ya había sucedido algo similar. Otro avión que volaba Aerolíneas Argentinas fue rematado en sólo US$ 40.000 y adquirido por un empresario chileno que decidió convertirlo en un cuarto de lujo de un hotel alojamiento.

El avión, que ahora yace a la intemperie en las instalaciones de Enaer, había sido alquilado en su momento por el Grupo Marsans -controlante de la empresa previo al ingreso de La Cámpora- y "cuando quebró Aerolíneas Chile lo dejaron abandonado allá los españoles, con deuda con aduana y talleres, totalmente inutilizable", aseguraron en Aerolíneas Argentinas ante la consulta de LA NACION.

La nave, que tiene la bandera de Aerolíneas/Austral, iba a ser utilizada para volar como parte de Aerolíneas del Sur, el proyecto ideado por la española Marsans con el objetivo de ampliar las operaciones de Aerolíneas Argentinas al mercado doméstico de Chile. La compañía operó entre 2004 y 2008, con una flota compuesta por viejos aviones Boeing 737/200. El proyecto original, que nunca logró llevarse a cabo, contemplaba la creación de empresas similares en Perú y Uruguay, entre otros países.

"Es un final no deseado en un contrato de alquiler o mantenimiento", admitió una fuente que conoce de cerca el funcionamiento de Aerolíneas Argentinas. "Quiere decir que las partes primero no pagaron y, segundo, no llegaron a un acuerdo. El mantenimiento de Chile estaba a valor de mercado. Muchas empresas de América latina mandan los aviones para mantenimiento a Chile o a Perú, porque en la Argentina ya no hay casi talleres aeronáuticos de mantenimiento", explicó.

En 2008, cuando este avión de 8 butacas de primera clase y 100 asientos de cabina fue enviado a Chile, Aerolíneas tenía un contrato general con Enaer para el mantenimiento de sus aviones. Pero en julio de ese mismo año el Gobierno tomó el control de la empresa y muchos de estos contratos quedaron truncos, mientras que los viejos aviones alquilados fueron abandonados.

"La compañía se expropió en julio [de 2008] y el avión se había llevado para mantenimiento en febrero; en tiempos aeronáuticos no es nada", evaluó la fuente. "En Aerolíneas Argentinas en ese entonces no había ni para pagar la luz", se lamentó.
 
Lo que alguna vez fue una cabina de un Boeing es ahora una lujosa suite. Foto: La cuarta de Chile
 
La aerolínea de bandera, que en los papeles todavía es una sociedad anónima de Marsans estatizada de hecho por el gobierno argentino, sigue siendo deficitaria hasta el día de hoy. Pero, a diferencia de entonces, tiene a su favor que cuenta con la billetera del Estado argentino para solventar sus pérdidas, y de un poder de presión inusitado para dañar a la competencia. Sólo en los primeros ocho meses de este año, Aerolíneas Argentinas le costó al Estado nacional $ 2280,2 millones, un 12% menos que en el mismo período del año pasado. Y según destacaron recientemente desde la empresa, la ley de presupuesto aprobada por el Congreso para 2014 prevé partidas para cubrir sus gastos operativos e inversiones por 2778 millones de pesos, lo que implica una reducción frente a los $ 3118 millones proyectados para este año.

Así las cosas, por estos días, el avión Boeing LV-ZYI sigue estacionado en la Base Aérea El Bosque, en Chile, a la espera de alguien que lo reclame. Tal vez el empresario que en 2012 compró el otro avión para incluirlo en su hotel alojamiento cinco estrellas esté dispuesto a poner algunos pesos para hacer que el abandonado Boeing experimente algo de turbulencia..
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