POR PABLO CRESPO - WeekeEnd
Un encuentro organizado por la Asociación de Tiradores de Larga Distancia de la República Argentina fue la oportunidad para tomar contacto directo con esta interesante disciplina.
Pese a la gran difusión que ha tenido en los últimos tiempos, el tiro a grandes distancias –denominado long range– presenta características desconocidas para la gran mayoría de los tiradores de fusil y especialmente para los cazadores, como en mi caso. La celebración del V Encuentro de Tiradores de Larga Distancia que se realizó en la rionegrina localidad de Catriel, organizado por la Asociación de Tiradores de Larga Distancia de la República Argentina (ATLDRA), fue una excelente oportunidad para tomar contacto con referentes de la disciplina y despejarnos algunas dudas. En primer lugar, la creencia –para los no iniciados– de la necesidad de utilizar calibres extremos queda desvirtuada al comprobar que en el evento se realizaron disparos con calibres .223 Remington, .308 Winchester, .270 Winchester y .300 Winchester Magnum, sobre blancos colocados a distancias que fluctuaban entre los 500 y los 2000 metros.
Cuando un cazador va a regular su rifle, generalmente lo hace a una distancia de 150 metros. Se asegura de esa forma que entre los 50 y los 200 metros la diferencia de altura del impacto es poco significativa. Y si la presa se encuentra a 300 metros, su experiencia lo hace colocar el retículo “un poco más arriba”. Conclusión, generalmente sólo nos preocupa… la gravedad. En cambio, cuando la distancia es extrema, el tirador de long range se ve obligado a considerar otros parámetros, por ejemplo: viento, presión atmosférica, temperatura (no sólo ambiente, sino de la munición y del equipo), ángulo al objetivo, efecto de la rotación del proyectil (spindrift) y efecto causado por la rotación de la Tierra (Coriolis). A todo ello hay que agregarle la elección correcta de la forma y peso de la punta correspondiente al calibre utilizado, para obtener el mejor coeficiente balístico posible. Está demostrado que realizar disparos a distancias superiores a los 800 metros es una tarea difícil y casi imposible si no se cuenta para ello con el material y el conocimiento específicos.
Miras telescópicas
Y dentro del material es donde la mira telescópica juega un papel importante. Siendo el retículo más difundido para larga distancia el denominado “mil dot”, es conveniente que la mira tenga graduada la torreta en “miliradianes” (Mrad). Contrariamente a lo que la gran mayoría de la gente piensa, el “mil” del retículo no significa “militar”, sino “miliradian”. O sea, que el espacio entre los puntos del retículo corresponde a esa unidad. Lo que hace más sencilla la corrección por medio de la torreta, ya que una vez determinada la distancia y observando los “dot” graduados de nuestro retículo, podemos corregir haciendo un sencillo cálculo: un miliradian equivale a diez centímetros a mil metros. Es más directa la conversión que haciéndola en MOA.
Otra característica importante es que el retículo esté en el primer plano focal (FFP=First Focal Plane), de esa forma variará proporcionalmente con los aumentos que coloquemos en el zoom de nuestra mira, manteniendo constante la equivalencia de la graduación del retículo para calcular la corrección en altura, según la distancia y caída del proyectil.
El arma
Si bien existen fusiles diseñados expresamente para tiros a largas distancias –con un precio acorde a su exclusividad–, una gran cantidad de tiradores utilizan armas casi estándar, con algunas salvedades: cañón pesado (bull barrel), disparador regulable y un bípode instalado. Por lo que podemos concluir que la disciplina está abierta a un importante número de aficionados, sin que el equipamiento sea algo excluyente.
El encuentro
Como dijimos en el comienzo, en la localidad de Catriel (Río Negro) se realizó durante los días 29 y 30 de abril, y 1º de mayo, el V Encuentro de Tiradores de Larga Distancia de la República Argentina. Auspiciado por la ATLDRA, previamente se dictó la tercera clinica de “Introducción del tiro a larga distancia”, la que estuvo a cargo de Fabio Emilio Solaiman, quien es un referente de la comunidad y precursor de la disciplina en el país, un hombre de reconocida trayectoria. El encuentro se desarrolló en un campo privado, que fue elegido estratégicamente por encontrarse a 60 kilómetros de la población más cercana, ponderando así por sobre cualquier otro concepto las medidas de seguridad. En el inicio, Sebastián Farah –un reconocido instructor– dio una breve charla sobre las reglas de seguridad a observar. Algo que se tiene constantemente en cuenta, ya que la disciplina se realiza al aire libre, razón por la cual se extreman al máximo todas las medidas. La presencia de tiradores provenientes de varias provincias, tales como Neuquén, Córdoba, La Rioja, Jujuy, Santa Fe, La Pampa, Mendoza, Buenos Aires y, obviamente, Río Negro, habla a las claras del éxito de la convocatoria.
Nota completa publicada en revista Weekend 537, junio 2017.