Por Juan Diego Wasilevsky -iProfesional.com
"No queremos importar ni un clavo. Queremos que todo sea producto argentino", sentenció la Presidenta ante empresarios de la construcción. Tal accionar despierta críticas, aplausos y también resignación. Muchas firmas se vieron obligadas a venir para evitar la "temida" Aduana. ¿Cuáles son?
Ante un contexto internacional cada vez más adverso, la expresión "sintonía fina" viene colándose con mayor frecuencia en cada uno de los discursos de los funcionarios nacionales. Y su principal impulsora es, justamente, la presidenta Cristina Kirchner, que en cada alocución destaca la necesidad de que "los argentinos trabajen juntos" para "cuidar lo conseguido" hasta ahora.
Y en lo que analistas consideran un contundente giro en la estrategia kirchnerista, parte de esa "sintonía fina" consiste en fortalecer aún más los lazos con el sector industrial y en mantener a raya al sindicalismo. Es un hecho: desde las elecciones de octubre, la Presidenta, mientras le fue poniendo paños fríos a su relación con la cúpula mayor de la CGT, no ahorró ningún esfuerzo a la hora de dejar en claro su nuevo acercamiento con el arco empresarial argentino.
Así, tras llamar al titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, como "mi amigo el Vasco" y recibir una catarata de aplausos de un sector que antes no ahorraba críticas, Cristina llevó su "política de acercamiento" a la Convención Anual de la Construcción (CAC), donde afirmó que "es necesario no depender de la importación. Por eso no queremos importar ni un clavo y queremos que sea todo producto argentino". ¿El resultado? Una nueva ovación, con empresarios nuevamente de pie.
Y esta "estrategia de seducción" del oficialismo hacia los ejecutivos de negocios no quedó allí. Por el contrario, desde que ganara las elecciones, la Presidenta decidió mostrarse en prácticamente todo acto que estuviera vinculado con algún plan de inversiones.
Así, en las últimas semanas se la pudo ver cortando la cinta del parque industrial Pibera, de Berazategui; inaugurando la ampliación de una metalmecánica; poniendo en marcha una máquina encuadernadora en Barracas; recibiendo a directivos de Scania; recorriendo la planta de Pacheco donde Ford comenzó a producir motores; participando del lanzamiento del nuevo Peugeot 308 en El Palomar; presentando una pulverizadora para el campo en Santa Fe, o visitando la planta de General Motors en Rosario.
Pero Cristina no está sola en esta cruzada: en esta "primavera" entre kirchnerismo y empresarios juega un rol clave la ministra de Industria, Débora Giorgi, quien viene fustigando con mayor dureza que de costumbre a la competencia importada. "Se acabó el verso del país de felices consumidores con empresas que cierran", disparó días atrás la funcionaria, quien agregó que "si volvemos a tener planchas importadas a 5 dólares en Argentina seguramente las veríamos sólo por las vidrieras y no las podríamos comprar, ya que no tendríamos trabajo".
Así, el plan oficial será el de reforzar los "ingredientes" clásicos que ya se vienen utilizando desde que estallara la crisis de 2008: más control aduanero y mayor freno a los productos importados. Sin embargo, desde el Gobierno advirtieron que para sostener este modelo como contrapartida se necesita un mayor compromiso empresario y contar con inversiones anuales por u$s30.000 millones. De este modo, dejó en claro que sólo los sectores que desarrollen procesos productivos y den empleo a nivel local serán aquellos que puedan beneficiarse con un mercado protegido.
Ayer, importado. Hoy, nacional
Ante el férreo control aduanero, la decisión de cada vez más empresas del exterior -muchas de ellas multinacionales-, pasó a ser la de radicarse en suelo argentino. "Las empresas que antes importaban ahora invierten para fabricar en el país", disparó recientemente Giorgi.
Desde Industria incluso aseguraron que "en los últimos meses el interés de empresas extranjeras se reflejó en la llegada de firmas líderes como Pirelli, John Deere, BlackBerry, Adidas, Electrolux y Converse, entre otras". Todas estas compañías son, justamente, algunas de las que no pudieron torcer la política del "corralito" -entendiéndose como tal la obligación de exportar por el mismo monto que importan-.
Sin embargo, estos casos son apenas la punta del iceberg de un fenómeno que logró un gran alcance en un amplísimo abanico de sectores:
• Electrodomésticos
Es una de las ramas de actividad más apuntaladas por la política del "cerrojo", dado que tiene un alto impacto en el consumo y el nivel de fabricación genuino es más elevado que en otros sectores, como el de autos. De la mano de los mayores controles las importaciones fueron cayendo en picada. Cabe recordar que hace unos meses se llegaron a acumular 50.000 electrodomésticos en la Aduana.
Así, en los últimos dos años:
• En el caso de las cocinas, el ingreso de unidades bajó un 70%.
• En lavarropas la entrada de productos del exterior se redujo un 50%.
• En lo que se refiere a heladeras, la contracción de las importaciones fue del 30%.
Como contrapartida, la participación de artículos con sello nacional en el mercado doméstico ahora va del 80% al 95%.
Entre los anuncios más significativos está el de la compañía de origen sueco Electrolux, que este año desembolsó u$s200 millones para adquirir una planta en Rosario. Por su parte, la chilena Mabe inauguró su nueva planta en Haedo -en la que desarrollará lavarropas- y amplió la fábrica que posee en San Luis, donde producirá heladeras no frost de alta gama. En tanto, el gigante mundial de los electrodomésticos, el grupo francés SEB se asoció a la nacional Percomin para comenzar a fabricar planchas, licuadoras y batidoras bajo la marca Moulinex. Otro peso pesado que en los últimos días anunció que iniciará su producción en la Argentina es la multinacional Oster, que fabricará planchas en Rosario y sustituirá importaciones "made in China" por varios millones de dólares.
• Electrónica
Es el caso más emblemático y al que siempre suele recurrir el Gobierno a la hora de hablar de los éxitos de las medidas proteccionistas. El mensaje es claro: quien no produzca en Tierra del Fuego, tendrá dificultades para ingresar sus artículos a la Argentina. Así por ejemplo, Blackberry -luego de padecer durante meses el freno de sus teléfonos en la Aduana- decidió comenzar a producir sus smartphones en la isla; lo mismo que Hewlett Packard, que inició el desarrollo de notebooks. Así, según datos oficiales, en el caso de los celulares, en la isla este año se producirán más de 8 millones de aparatos, un 45% más que en 2010.
En el caso de las tablets, hay 16 proyectos presentados para llegar a los 200.000 equipos el primer año.
En lo que respecta a computadoras personales, el Gobierno ya cuenta con unos 20 proyectos para fabricar casi 7 millones de unidades, con una inversión de 420 millones de pesos.
• Textiles
De acuerdo al Gobierno, en los últimos tres años el sector redujo sus importaciones en un 11%. Producto del actual "cerrojo", las empresas vinculadas al negocio tienen proyectadas inversiones por $360 millones. Un caso testigo es el de la brasileña Coteminas, que acaba de ampliar su planta en Santiago del Estero para así convertirse en la principal fabricante de toallas de la Argentina. El plan de la compañía de capitales extranjeros es el de sustituir importaciones y reducir el ingreso de productos "made in Brasil" de 1.500 a 600 toneladas anuales.
• Motos
Desde el Gobierno destacaron que "la política de sustitución de importaciones, junto con la aplicación de licencias no automáticas, impulsaron a empresas líderes en el mundo como Honda, Yamaha y Suzuki a realizar inversiones para aumentar su producción local". En el caso de Honda, invertirá $3 M para comenzar a fabricar 5 modelos en el país. Hasta ahora, los mismos se importaban desde Brasil. Por su parte, Suzuki instalará una planta de ensamblado, previa inversión de $1,7 millones. En tanto, directivos de Yamaha también le comunicaron al Gobierno que realizarán un desembolso en los próximos meses.
La política proteccionista es muy marcada: las empresas están obligadas a importar un 40% menos que el año pasado. Además, aquellas que sí tienen plantas en el país, por cada moto que ingresan, deben ensamblar dos en la Argentina.
• Calzado
La Argentina mantiene un duro conflicto comercial con Brasil. Semanas atrás, empresarios de ese país habían denunciado que había varados en la Aduana más de 4 millones de pares y que perdieron unos u$s100 millones. En cambio, en la Argentina los ejecutivos están de festejo: este año se fabricarán 115 millones de pares, casi 7 millones más que el año pasado, en un contexto de caída de importaciones.
En medio de las dificultades para ingresar productos del exterior, la última jugada la realizó la marca Adidas, que invirtió casi $40 M para pasar a fabricar 900.000 pares en el país, casi el triple en relación al año pasado.
En la misma línea, la licenciataria de Converse semanas atrás inauguró una nueva planta para ampliar la producción. Paralelamente, la compañía viene reduciendo sus importaciones de calzado en más de un 60 por ciento en lo que va del 2011. Además, marcas como Penalty, Olympikus o Havaianas, que antes sólo exportaban desde su Brasil natal, en los últimos dos años se vieron obligadas a instalarse y a fabricar en la Argentina.
• Maquinaria agrícola
Desde el Gobierno estiman que la Argentina necesitará en los próximos 10 años 250.000 tractores. Y Giorgi dejó bien claras las cosas al asegurar que "no podemos regalar semejante demanda interna". Así, las empresas del sector recibieron la orden explícita de importar menos, producir más y revertir un rojo de u$s425 millones.
Semanas atrás AGCO, una de las principales empresas de maquinaria agrícola del mundo, anunció la construcción de una nueva planta en la cual pasará a fabricar equipos bajo marcas como Massey Ferguson, que hasta ahora se venían importando.
Por su parte, Case-New Holland, del Grupo Fiat, desembolsará u$s100 millones para producir en el país tractores, cosechadoras de gran porte y motores. A estas firmas se sumaron los anuncios de John Deere -invertirá u$s130 millones- y la brasileña Stara, que fabricará pulverizadoras y fertilizadoras, que antes traía desde Brasil.
• Neumáticos
Según números oficiales, de la mano del boom automotriz la industria de los neumáticos en Argentina está creciendo a un ritmo del 10%. Además, desde el Gobierno festejan que "la política de sustitución de importaciones se tradujo en inversiones para el sector y, en consecuencia, en más producción". Como contrapartida, la participación de lo importado en el mercado local no para de achicarse: actualmente es del 40%, contra casi el 60% del 2008.
• Juguetes
Tras declararle la "guerra" a las Barbies y a otros productos, el Gobierno llegó a un acuerdo para que la multinacional Mattel apoye comercialmente a la empresa nacional Dimare y así potenciar las exportaciones de juguetes argentinos. Sin embargo, el "cerrojo" excede a esa empresa estadounidense y complica a todas las marcas del exterior. Así, en lo que va del año ya se instalaron tres firmas extranjeras para fabricar localmente y no perder mercado: la brasileña Sulamericana -que fabrica productos bajo la licencia de Warner y Disney-, Chicco -líder en la producción de juguetes y accesorios para bebés- y Hasbro, que se asoció con una empresa nacional.
Una alianza clave
A la hora de explicar este nuevo acercamiento del kirchnerismo hacia el sector industrial, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, destacó a este medio que "el Gobierno entendió que necesita de una fuerte alianza con el empresariado argentino para enfrentar estos momentos complicados, porque los coletazos de las crisis internacionales siempre pegan por el lado del comercio exterior y de las inversiones".
Por eso, "la Presidenta se adelantó y buscó su apoyo en tres puntos clave: las futuras discusiones salariales, para intentar bajar la presión inflacionaria; la reinversión de utilidades y la sustitución de importaciones, para sostener el empleo y compensar una potencial baja de las exportaciones argentinas".
Muchos industriales argentinos se entusiasman. Y hasta han dejado de lado sus históricos reclamos por los constantes cambios en las reglas de juego o para que se acelere la suba del dólar y así recuperar competitividad cambiaria. Para ilustrar este panorama, cabe recordar una reciente frase del "ahora oficialista" José Ignacio de Mendiguren: "En el 2001 importábamos choclos desde Francia, pomelos de Israel. Y hoy exportamos de todo. El país puso en marcha toda su capacidad productiva". Una frase polémica para algunos, pero que resume la "sintonía fina" que busca el Gobierno con buena parte del empresariado a la hora de imponer el "Made in Argentina".
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jueves, 15 de diciembre de 2011
Suzuki comenzará a producir cuatro modelos de motos en la Argentina
La compañía, que antes tercerizaba el ensamblaje, apunta a alcanzar las 16.000 unidades anuales y así ganar una mayor participación en el mercado
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto a la ministra de Industria, Débora Giorgi, inauguró este miércoles vía teleconferencia la nueva planta de fabricación de motos Suzuki -de la firma Mar Maquinarias- en la localidad de Boulogne, San Isidro, que contó con una inversión de $1,7 millones.
Esta planta, la primera de la firma en el país (antes tercerizaba el ensamblaje) y la quinta en América latina (con Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador), tendrá una capacidad de producción de 16.000 unidades anuales. Allí se fabricarán 4 modelos de la firma japonesa que van a representar el 84% de sus ventas locales en 2012. Con esta inversión Suzuki incorporará 20 empleados nuevos y pasará de un 2% en la participación del mercado nacional actual a un 5% de un mercado que este año cerrará con más de 680.000 unidades vendidas.
"En los últimos 3 años la producción nacional de motos aumentó un 59%, alcanzando en 2011 - por segundo año consecutivo un récord histórico - las 450.000 unidades; y la participación de motos de producción nacional en nuestro mercado pasó de 39% en 2008 a un 66% en 2011" dijo Giorgi y destacó que "el aumento en el ingreso real y el empleo impulsaron las ventas de motocicletas en un 48% entre 2008 y 2011, que en muchos casos significa la primera motorización para segmentos de la población que antes no accedían a este tipo de bienes".
Participaron del acto el vicepresidente Amado Boudou, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, el secretario general de la Presidencia; el subsecretario de Industria, Eduardo Bianchi; la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci; el gobernador de San Juan, Jose Luis Gioja y el de Salta, Juan Manuel Urtubey.
En la línea de montaje de la nueva fábrica, Suzuki ensamblará el popular modelo de moto AX 100 y los modelos GD110, EN125 2A y EN125 HU. Suzuki cuenta con 6 plantas en Japón -de donde es originaria la marca- y tiene además otras 29 plantas propias y joint ventures en otros 22 países (principalmente asiáticos y americanos). La firma, con presencia comercial en 198 países, tiene ventas anuales por u$s31.000 millones y emplea a 52.000 personas.
Datos del Sector
El sector de motocicletas existe en nuestro país desde 1950. Actualmente casi 30 firmas producen en Argentina, principalmente en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. El sector emplea a 20.000 personas (16.000 son empleos directos) a los que se suman otros 2.500 empleados de concesionarios, negocios de repuestos y talleres. A partir de los años '90 la producción se redujo sistemáticamente, pasando de 100.000 unidades en 1993 a 26.000 en 2001, y muchas empresas y puestos de trabajo se perdieron. El creciente mercado interno, a partir de la mayor demanda, hizo que marcas líderes mundiales en fabricación de motos, como Honda y Yamaha, también inviertan para aumentar su producción en el país.
Yamaha Motors Argentina producirá este año 50.000 motos en el país, la misma cantidad que la suma de los tres años anteriores. Y está evaluando nuevas inversiones para aumentar su producción y el nivel de integración local.
La división Motos de Honda, en tanto, anunció una inversión de u$s3 millones para comenzar a producir motos en la planta que la firma tiene en Campana, lo que le permitirá incrementar en 28.000 unidades más la producción prevista para 2012 -adicionales a las que se produzcan en la planta de Florencio Varela-, e incorporar dos nuevos modelos de fabricación nacional este año y otros 3 el año que viene. Así la empresa comenzará a producir modelos que antes fabricaba en Brasil, incrementará la exportación de repuestos y moto piezas a toda América latina y prevé que las motos para el mercado nacional tengan un 75% de producción nacional.
Fuente: iProfesional.com
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto a la ministra de Industria, Débora Giorgi, inauguró este miércoles vía teleconferencia la nueva planta de fabricación de motos Suzuki -de la firma Mar Maquinarias- en la localidad de Boulogne, San Isidro, que contó con una inversión de $1,7 millones.
Esta planta, la primera de la firma en el país (antes tercerizaba el ensamblaje) y la quinta en América latina (con Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador), tendrá una capacidad de producción de 16.000 unidades anuales. Allí se fabricarán 4 modelos de la firma japonesa que van a representar el 84% de sus ventas locales en 2012. Con esta inversión Suzuki incorporará 20 empleados nuevos y pasará de un 2% en la participación del mercado nacional actual a un 5% de un mercado que este año cerrará con más de 680.000 unidades vendidas.
"En los últimos 3 años la producción nacional de motos aumentó un 59%, alcanzando en 2011 - por segundo año consecutivo un récord histórico - las 450.000 unidades; y la participación de motos de producción nacional en nuestro mercado pasó de 39% en 2008 a un 66% en 2011" dijo Giorgi y destacó que "el aumento en el ingreso real y el empleo impulsaron las ventas de motocicletas en un 48% entre 2008 y 2011, que en muchos casos significa la primera motorización para segmentos de la población que antes no accedían a este tipo de bienes".
Participaron del acto el vicepresidente Amado Boudou, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, el secretario general de la Presidencia; el subsecretario de Industria, Eduardo Bianchi; la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci; el gobernador de San Juan, Jose Luis Gioja y el de Salta, Juan Manuel Urtubey.
En la línea de montaje de la nueva fábrica, Suzuki ensamblará el popular modelo de moto AX 100 y los modelos GD110, EN125 2A y EN125 HU. Suzuki cuenta con 6 plantas en Japón -de donde es originaria la marca- y tiene además otras 29 plantas propias y joint ventures en otros 22 países (principalmente asiáticos y americanos). La firma, con presencia comercial en 198 países, tiene ventas anuales por u$s31.000 millones y emplea a 52.000 personas.
Datos del Sector
El sector de motocicletas existe en nuestro país desde 1950. Actualmente casi 30 firmas producen en Argentina, principalmente en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. El sector emplea a 20.000 personas (16.000 son empleos directos) a los que se suman otros 2.500 empleados de concesionarios, negocios de repuestos y talleres. A partir de los años '90 la producción se redujo sistemáticamente, pasando de 100.000 unidades en 1993 a 26.000 en 2001, y muchas empresas y puestos de trabajo se perdieron. El creciente mercado interno, a partir de la mayor demanda, hizo que marcas líderes mundiales en fabricación de motos, como Honda y Yamaha, también inviertan para aumentar su producción en el país.
Yamaha Motors Argentina producirá este año 50.000 motos en el país, la misma cantidad que la suma de los tres años anteriores. Y está evaluando nuevas inversiones para aumentar su producción y el nivel de integración local.
La división Motos de Honda, en tanto, anunció una inversión de u$s3 millones para comenzar a producir motos en la planta que la firma tiene en Campana, lo que le permitirá incrementar en 28.000 unidades más la producción prevista para 2012 -adicionales a las que se produzcan en la planta de Florencio Varela-, e incorporar dos nuevos modelos de fabricación nacional este año y otros 3 el año que viene. Así la empresa comenzará a producir modelos que antes fabricaba en Brasil, incrementará la exportación de repuestos y moto piezas a toda América latina y prevé que las motos para el mercado nacional tengan un 75% de producción nacional.
Fuente: iProfesional.com
“Fabricando por un sueño”: conozca qué productos son candidatos a ganar el premio “Made in 100% Argentina”
Por Juan Diego Wasilevsky -iProfesional.com
Fabricar artículos con "ADN" nacional pasó a ser una suerte de competencia entre sectores. El jurado es el propio Gobierno, que le declaró la guerra a lo importado. Claro que no todos están en igualdad de condiciones para ganar. En esta investigación, los que están cerca de llegar a la final
El duro contexto internacional y los enormes riesgos de un Brasil empujando menos, de a poco, están reavivando el histórico debate "industria nacional vs. bienes importados". Prácticamente todos los funcionarios del Gobierno, vinculados con áreas económicas o productivas, vienen reflotando sus discursos "pro Made in Argentina" y alertando sobre una inminente avalancha de contenedores cargados de bienes "a precios de ganga", que podrían arrasar con las empresas nacionales y poner en riesgo miles de puestos de trabajo.
Así, la expresión "defender el mercado interno" en los últimos meses se fue colando en gran parte de los discursos de funcionarios como Amado Boudou o Débora Giorgi y hasta fue el eje principal en varios de los discursos de Cristina Kirchner. De hecho, fue la propia Presidenta quien terminó por encender la mecha del debate al declarar: "Es necesario no depender de la importación, por eso no queremos importar ni un clavo y que todo sea producto argentino".
Frente a esta postura, los industriales hoy aplauden de pie, incluso con ovaciones, como una señal inequívoca de aprobación frente a cada una de estas expresiones oficiales. Como contrapartida, los empresarios importadores se convirtieron en los claros perdedores de esta contienda, especialmente luego de conocerse que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pasó a concentrar nuevas funciones, que antes dependían del Ministerio de Industria.
En efecto, el surgimiento de este "Super Moreno" puso en alerta a cientos de ejecutivos de empresas que traen productos de afuera, dado que bajo su figura quedó el manejo de las "temidas" licencias no automáticas y la aprobación de medidas antidumping, con las que se premian a la industria nacional y se castiga a todo lo importado.
En este contexto de "mano dura" frente a los bienes del exterior, surge una pregunta inevitable: ¿puede la Argentina cerrar sus fronteras y aplicar la controvertida expresión "vivir con lo nuestro"? ¿Sería viable entonces la producción y la economía en general si hipotéticamente se decidieran cerrar las fronteras para evitar el ingreso de bienes importados?
En definitiva, ¿es posible en la Argentina fabricar todo lo que se consume y, ni siquiera, depender de ese "famoso" clavo al que hizo referencia la Presidenta? Para responder este interrogante, resulta clave analizar de qué se habla cuando se hace referencia a la "Industria Argentina". En buen romance, qué porcentaje genuino de partes y piezas es realmente fabricado en el país para que el producto terminado no sea el resultado de un mero proceso de ensamble.
En este sentido, un revelador informe de la UIA, bautizado "El rompecabezas productivo argentino" -firmado por los economistas Diego Coatz, Fernando García Díaz y Sergio Woyecheszen-, destaca las diferentes realidades que atraviesan cada una de las ramas claves de actividad. Según el pormenorizado documento, la Argentina "presenta las características de una economía semi-industrializada", "a medio camino entre la de los países centrales o desarrollados y la de las naciones más pobres". El informe resalta que, existe una rica trama de encadenamientos industriales. Sin embargo, éstos exhiben las huellas "de años de desarticulación productiva, lo cual se manifiesta en la elevada cantidad de sectores con bajo nivel de integración nacional".
Así, mientras los expertos de la UIA detectaron 18 sectores con un alto contenido local genuino, como contrapartida relevaron más de 40 ramas de actividad -entre industria, agro y servicios- donde ocurre todo lo contrario, ya sea porque poseen muy bajo nivel de valor agregado o porque dependen mucho de los insumos importados.
En este contexto, iProfesional.com elaboró un "semáforo" de la industria, donde, a través de sus clásicos colores, queda reflejado cuáles son las ramas de actividad que incluyen más componentes argentinos y, como contrapartida, en cuáles todavía sus productos poseen un mayor nivel de "ADN" asiático o brasileño, a pesar de llevar sello local.
Luz verde: sectores con alto nivel de componentes nacionales
• Línea blanca: Es un sector que en 2011 está por batir un nuevo récord histórico en niveles de producción. Según Hugo Ganim, presidente de la cámara que nuclea a fabricantes de cocinas, esta rama de actividad "es una de las que integra mayor porcentaje de componentes fabricados en la Argentina, a contramano de lo que pasa, por ejemplo, en el rubro de la electrónica".
- Heladeras: este año se fabricarán más de 1 millón de unidades. Según Roberto Lenzi, presidente de la empresa Briket, "actualmente, cerca del 75% del valor de una heladera que sale a la venta está explicado por componentes nacionales. Únicamente el temporizador y el compresor se están importando de Asia o Brasil y representan el 25% restante". Otro punto a destacar es que, de la mano del incremento de las medidas proteccionistas, actualmente 8 de cada 10 unidades que se comercializan en el país son argentinas, cuando en 2003, apenas eran sólo 3.
- Cocinas: según Ganim, "hoy prácticamente el 100% de las piezas que incorporamos están producidas en la Argentina". En algunos casos, algunos insumos plásticos necesariamente deben importarse, pero todo el trabajo de matricería se realiza íntegramente en el país. En el caso de las cocinas, actualmente el 95% de lo que se vende es nacional, mientras que en 2003, el market share llegaba al 70 por ciento.
- Lavarropas: un caso testigo es el de la empresa Mabe que iniciará la producción de equipos de carga frontal en 2012 con un contenido local del orden del 50% pero planea llevar esa proporción al 85% en el transcurso del tiempo. El mercado interno también está dominado por los lavarropas nacionales: desde 2003 a esta parte, las importaciones se desplomaron un 50%, mientras que la producción local se disparó un 210%, superando holgadamente el millón de unidades fabricadas. De este modo, actualmente, hoy 9 de cada 10 lavarropas que se venden en el país son argentinos. El 10% restante se divide entre productos de Brasil, China y la Unión Europea.
• Pequeños electrodomésticos: La empresa Liliana es uno de los casos testigos. Si bien en la Argentina ingresan pequeños electrodomésticos de Asia por u$s225 millones anuales, la empresa acaba de iniciar la fabricación de una planta para aumentar la producción y sustituir importaciones por el 20% de ese total. Además, desde la empresa aseguran que el 80% promedio de los componentes de sus ventiladores, aspiradoras, licuadoras, batidoras, exprimidores, cafeteras, pavas y planchas, son nacionales.
• Calzado: Es uno de los rubros donde el Gobierno más combate frente a lo importado, especialmente contra los productos que llegan desde Brasil. Y, gracias al apoyo oficial, la realidad que atraviesan las empresas del sector es "óptima", tal como lo define el gerente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto. En 2011, las cerca de 1.500 empresas, que emplean a 70.000 empleados, están alcanzando el récord histórico de 115 millones de pares fabricados localmente, una cifra que quintuplica a las importaciones. De ese total, el 60% son calzados de cuero, por lo cual, "en ese caso prácticamente todos los insumos son nacionales", aseguró Moschetto. "En esta industria hay algo de ensamble y se importan algunas suelas y capelladas, pero es la minoría. Diría que cerca del 90% de todo lo que el país vende en el mercado interno tiene trabajo e insumos argentinos. Y no son muchos los rubros que pueden decir esto", disparó Moschetto.
• Textiles: Según datos brindados por la Fundación ProTejer, el 60% de lo que se comercializa es nacional y el resto importado. Sin embargo, en cuanto al origen de la materia prima, hay variaciones en relación al tipo de producto. El denim, por ejemplo, la tela para hacer jeans, uno de los principales caballitos de batalla de la industria, "se hace en un 100% en la Argentina, gracias a las políticas como las licencias no automáticas y las medidas antidumping", señaló el economista Mariano Kestelboim. Además, según el Gobierno, la proporción de insumos nacionales viene creciendo ininterrumpidamente.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, destacó que "la Argentina retomó el camino de fabricar el producto terminado". "Se avanzó en la industrialización ya que desde 2008 se frenó el nivel de importaciones de indumentaria y de textiles, mientras que el consumo interno de algodón siguió creciendo, abastecido por la industria nacional", aseguró la funcionaria.
Luz amarilla: sectores con un nivel de integración nacional relativo
• Maquinaria agrícola: Es una de las ramas de actividad donde el Gobierno más está peleando para generar una reconversión de la industria. Sucede que esta rama de actividad cada año acumula un déficit de u$s425 millones por importación de equipos y agropartes. De este modo, con la aplicación de licencias no automáticas y el freno en la Aduana, el Ejecutivo logró que empresas de primera línea, como John Deere y Case New Holland, comiencen a invertir en el país. Si bien en equipos de baja tecnología, la gran mayoría de las piezas son nacionales, en unidades más complejas abunda el "ADN" importado. Sin embargo, las presiones para equilibrar la balanza deficitaria, al menos en el corto plazo, estarían dando resultado. Así, AGCO, una de las mayores fabricantes a nivel mundial, por ejemplo, desembolsará u$s140 millones en el país para fabricar tractores con un 55% de componente local hacia fines de 2013.
• Motos: Es otro de los sectores donde el Gobierno más está pujando para reconvertir a la industria y aumentar el contenido local genuino. Con este objetivo, dispuso que, por cada unidad importada se deben ensamblar dos o producir una con al menos la mitad de los componentes fabricados en Argentina. En este contexto, desde el Gobierno presentan como un caso de éxito el de Honda, que comenzará a desarrollar 5 modelos nuevos. Se prevé que las motos tendrán un 75% de producción nacional.
Luz roja: sectores con bajo nivel de integración nacional
Según la UIA, estos sectores son los que "registran niveles de interacción restringidos con relación al resto. Poseen encadenamientos poco desarrollados y multiplicadores de empleo bajos, ya que su producción requiere de pocos insumos de origen nacional". Y da como ejemplos al sector automotriz y a la industria de ensamblado, como la electrónica.
• Industria automotriz: Es uno de los grandes motores de la industria nacional. Sin embargo, es el que más déficit le genera a la industria por la gran dependencia de autopartes importadas. Se estima que este año, entre lo que se exporta e importa se "fugarán" del país más de u$s7.000 millones. Según estimaciones de cámaras autopartistas como Grupo PROA, los vehículos argentinos tienen una integración de componentes nacionales menor al 30%. "Todo lo que es motores, sistemas de inyección y equipamiento de seguridad, como los frenos ABS o airbags, que justamente es lo más costoso de un vehículo, hoy vienen del exterior", explicó Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior. Así, se estima que por cada auto que sale de las líneas de montaje en la Argentina, necesariamente se están importando, en promedio, más de u$s13.000 en autopartes. Desde el Gobierno aseguraron que los nuevos modelos de Fiat, Renault y Mercedes Benz (Sprinter) "comenzarán a producirse con una integración de entre un 40% y un 60% de piezas nacionales".
Sin embargo, desde Grupo PROA no coinciden con estas estimaciones: "Es muy común que una autopartista entregue un componente que luego las terminales lo catalogan como 100% nacional cuando, en realidad, puede estar conformado por una gran proporción de piezas importadas".
• Electrónica para consumo: El sector está conformado por las empresas que, bajo el paraguas oficial, están aprovechando las ventajas para ensamblar en Tierra del Fuego notebooks, netbooks, LCD, equipos de audio y DVD, cámaras digitales y teléfonos celulares, entre otros productos. Si bien los artículos que salen de la isla tienen sello nacional, "diversos estudios demostraron que el 90% de los componentes se traen de afuera", explicó a este medio Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores. Los críticos aseguran que, hasta el momento, en el caso de notebooks y netbooks, la única integración nacional es que al menos el 50% de las memorias RAM deben ser de origen nacional. una pequeña parte del valor total. Así, fuentes que pidieron estricto off the record, no dudaron al afirmar que el déficit de esta industria -que realiza exportaciones marginales- este año podría superar los u$s7.000 millones.
¿Fabricar, ensamblar o importar?
Respecto al discurso de la Presidenta, acerca de "no importar un solo clavo", Coatz, de la UIA, destacó que "hay que tomarlo hoy como una metáfora. Es muy importante defender la producción nacional, pero entendiendo que no estamos en los ochenta. Hoy las multinacionales están moviéndose en función de los menores costos, buscando los mayores incentivos. Es una realidad muy diferente". "La decisión de sustituir importaciones en la actualidad es bastante más difícil que hace 40 años. Hoy, incluso, hay productos o insumos que directamente no vale la pena fabricar en la Argentina, porque requieren de bajos salarios y una enorme escala. En otros sectores sí hay muy buenas posibilidades de reemplazar lo importado por lo nacional. Y hacia allí hay que apuntar", explicó Coatz.
Por su parte, Ganim destacó que "ninguna economía es absolutamente cerrada, siempre una parte de lo que se consume deberá llegar de afuera, pero tampoco se puede regalar el mercado con un moño".
En tanto, Santisteban aseguró que "el aplauso que recibió la Presidenta me llamó mucho la atención. Si hubiese sido en la UIA lo habría entendido. Pero no, fue en la Cámara de la Construcción. Entonces, a los señores que hacen rutas, puentes y puertos les pregunto: ¿con qué maquinaria trabajan? ¿Con bienes de capital nacionales? No, prácticamente todo es importado".
De este modo, explicó que "estamos a favor de la sustitución de importaciones, pero genuina. Es necesario implementar un sistema de premios y castigos. Así, si se le da protección a un empresario, que se le ponga un plazo y que luego demuestre que alcanzó un nivel de competitividad suficiente para que el consumidor no se vea perjudicado".
Fabricar artículos con "ADN" nacional pasó a ser una suerte de competencia entre sectores. El jurado es el propio Gobierno, que le declaró la guerra a lo importado. Claro que no todos están en igualdad de condiciones para ganar. En esta investigación, los que están cerca de llegar a la final
El duro contexto internacional y los enormes riesgos de un Brasil empujando menos, de a poco, están reavivando el histórico debate "industria nacional vs. bienes importados". Prácticamente todos los funcionarios del Gobierno, vinculados con áreas económicas o productivas, vienen reflotando sus discursos "pro Made in Argentina" y alertando sobre una inminente avalancha de contenedores cargados de bienes "a precios de ganga", que podrían arrasar con las empresas nacionales y poner en riesgo miles de puestos de trabajo.
Así, la expresión "defender el mercado interno" en los últimos meses se fue colando en gran parte de los discursos de funcionarios como Amado Boudou o Débora Giorgi y hasta fue el eje principal en varios de los discursos de Cristina Kirchner. De hecho, fue la propia Presidenta quien terminó por encender la mecha del debate al declarar: "Es necesario no depender de la importación, por eso no queremos importar ni un clavo y que todo sea producto argentino".
Frente a esta postura, los industriales hoy aplauden de pie, incluso con ovaciones, como una señal inequívoca de aprobación frente a cada una de estas expresiones oficiales. Como contrapartida, los empresarios importadores se convirtieron en los claros perdedores de esta contienda, especialmente luego de conocerse que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pasó a concentrar nuevas funciones, que antes dependían del Ministerio de Industria.
En efecto, el surgimiento de este "Super Moreno" puso en alerta a cientos de ejecutivos de empresas que traen productos de afuera, dado que bajo su figura quedó el manejo de las "temidas" licencias no automáticas y la aprobación de medidas antidumping, con las que se premian a la industria nacional y se castiga a todo lo importado.
En este contexto de "mano dura" frente a los bienes del exterior, surge una pregunta inevitable: ¿puede la Argentina cerrar sus fronteras y aplicar la controvertida expresión "vivir con lo nuestro"? ¿Sería viable entonces la producción y la economía en general si hipotéticamente se decidieran cerrar las fronteras para evitar el ingreso de bienes importados?
En definitiva, ¿es posible en la Argentina fabricar todo lo que se consume y, ni siquiera, depender de ese "famoso" clavo al que hizo referencia la Presidenta? Para responder este interrogante, resulta clave analizar de qué se habla cuando se hace referencia a la "Industria Argentina". En buen romance, qué porcentaje genuino de partes y piezas es realmente fabricado en el país para que el producto terminado no sea el resultado de un mero proceso de ensamble.
En este sentido, un revelador informe de la UIA, bautizado "El rompecabezas productivo argentino" -firmado por los economistas Diego Coatz, Fernando García Díaz y Sergio Woyecheszen-, destaca las diferentes realidades que atraviesan cada una de las ramas claves de actividad. Según el pormenorizado documento, la Argentina "presenta las características de una economía semi-industrializada", "a medio camino entre la de los países centrales o desarrollados y la de las naciones más pobres". El informe resalta que, existe una rica trama de encadenamientos industriales. Sin embargo, éstos exhiben las huellas "de años de desarticulación productiva, lo cual se manifiesta en la elevada cantidad de sectores con bajo nivel de integración nacional".
Así, mientras los expertos de la UIA detectaron 18 sectores con un alto contenido local genuino, como contrapartida relevaron más de 40 ramas de actividad -entre industria, agro y servicios- donde ocurre todo lo contrario, ya sea porque poseen muy bajo nivel de valor agregado o porque dependen mucho de los insumos importados.
En este contexto, iProfesional.com elaboró un "semáforo" de la industria, donde, a través de sus clásicos colores, queda reflejado cuáles son las ramas de actividad que incluyen más componentes argentinos y, como contrapartida, en cuáles todavía sus productos poseen un mayor nivel de "ADN" asiático o brasileño, a pesar de llevar sello local.
Luz verde: sectores con alto nivel de componentes nacionales
• Línea blanca: Es un sector que en 2011 está por batir un nuevo récord histórico en niveles de producción. Según Hugo Ganim, presidente de la cámara que nuclea a fabricantes de cocinas, esta rama de actividad "es una de las que integra mayor porcentaje de componentes fabricados en la Argentina, a contramano de lo que pasa, por ejemplo, en el rubro de la electrónica".
- Heladeras: este año se fabricarán más de 1 millón de unidades. Según Roberto Lenzi, presidente de la empresa Briket, "actualmente, cerca del 75% del valor de una heladera que sale a la venta está explicado por componentes nacionales. Únicamente el temporizador y el compresor se están importando de Asia o Brasil y representan el 25% restante". Otro punto a destacar es que, de la mano del incremento de las medidas proteccionistas, actualmente 8 de cada 10 unidades que se comercializan en el país son argentinas, cuando en 2003, apenas eran sólo 3.
- Cocinas: según Ganim, "hoy prácticamente el 100% de las piezas que incorporamos están producidas en la Argentina". En algunos casos, algunos insumos plásticos necesariamente deben importarse, pero todo el trabajo de matricería se realiza íntegramente en el país. En el caso de las cocinas, actualmente el 95% de lo que se vende es nacional, mientras que en 2003, el market share llegaba al 70 por ciento.
- Lavarropas: un caso testigo es el de la empresa Mabe que iniciará la producción de equipos de carga frontal en 2012 con un contenido local del orden del 50% pero planea llevar esa proporción al 85% en el transcurso del tiempo. El mercado interno también está dominado por los lavarropas nacionales: desde 2003 a esta parte, las importaciones se desplomaron un 50%, mientras que la producción local se disparó un 210%, superando holgadamente el millón de unidades fabricadas. De este modo, actualmente, hoy 9 de cada 10 lavarropas que se venden en el país son argentinos. El 10% restante se divide entre productos de Brasil, China y la Unión Europea.
• Pequeños electrodomésticos: La empresa Liliana es uno de los casos testigos. Si bien en la Argentina ingresan pequeños electrodomésticos de Asia por u$s225 millones anuales, la empresa acaba de iniciar la fabricación de una planta para aumentar la producción y sustituir importaciones por el 20% de ese total. Además, desde la empresa aseguran que el 80% promedio de los componentes de sus ventiladores, aspiradoras, licuadoras, batidoras, exprimidores, cafeteras, pavas y planchas, son nacionales.
• Calzado: Es uno de los rubros donde el Gobierno más combate frente a lo importado, especialmente contra los productos que llegan desde Brasil. Y, gracias al apoyo oficial, la realidad que atraviesan las empresas del sector es "óptima", tal como lo define el gerente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto. En 2011, las cerca de 1.500 empresas, que emplean a 70.000 empleados, están alcanzando el récord histórico de 115 millones de pares fabricados localmente, una cifra que quintuplica a las importaciones. De ese total, el 60% son calzados de cuero, por lo cual, "en ese caso prácticamente todos los insumos son nacionales", aseguró Moschetto. "En esta industria hay algo de ensamble y se importan algunas suelas y capelladas, pero es la minoría. Diría que cerca del 90% de todo lo que el país vende en el mercado interno tiene trabajo e insumos argentinos. Y no son muchos los rubros que pueden decir esto", disparó Moschetto.
• Textiles: Según datos brindados por la Fundación ProTejer, el 60% de lo que se comercializa es nacional y el resto importado. Sin embargo, en cuanto al origen de la materia prima, hay variaciones en relación al tipo de producto. El denim, por ejemplo, la tela para hacer jeans, uno de los principales caballitos de batalla de la industria, "se hace en un 100% en la Argentina, gracias a las políticas como las licencias no automáticas y las medidas antidumping", señaló el economista Mariano Kestelboim. Además, según el Gobierno, la proporción de insumos nacionales viene creciendo ininterrumpidamente.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, destacó que "la Argentina retomó el camino de fabricar el producto terminado". "Se avanzó en la industrialización ya que desde 2008 se frenó el nivel de importaciones de indumentaria y de textiles, mientras que el consumo interno de algodón siguió creciendo, abastecido por la industria nacional", aseguró la funcionaria.
Luz amarilla: sectores con un nivel de integración nacional relativo
• Maquinaria agrícola: Es una de las ramas de actividad donde el Gobierno más está peleando para generar una reconversión de la industria. Sucede que esta rama de actividad cada año acumula un déficit de u$s425 millones por importación de equipos y agropartes. De este modo, con la aplicación de licencias no automáticas y el freno en la Aduana, el Ejecutivo logró que empresas de primera línea, como John Deere y Case New Holland, comiencen a invertir en el país. Si bien en equipos de baja tecnología, la gran mayoría de las piezas son nacionales, en unidades más complejas abunda el "ADN" importado. Sin embargo, las presiones para equilibrar la balanza deficitaria, al menos en el corto plazo, estarían dando resultado. Así, AGCO, una de las mayores fabricantes a nivel mundial, por ejemplo, desembolsará u$s140 millones en el país para fabricar tractores con un 55% de componente local hacia fines de 2013.
• Motos: Es otro de los sectores donde el Gobierno más está pujando para reconvertir a la industria y aumentar el contenido local genuino. Con este objetivo, dispuso que, por cada unidad importada se deben ensamblar dos o producir una con al menos la mitad de los componentes fabricados en Argentina. En este contexto, desde el Gobierno presentan como un caso de éxito el de Honda, que comenzará a desarrollar 5 modelos nuevos. Se prevé que las motos tendrán un 75% de producción nacional.
Luz roja: sectores con bajo nivel de integración nacional
Según la UIA, estos sectores son los que "registran niveles de interacción restringidos con relación al resto. Poseen encadenamientos poco desarrollados y multiplicadores de empleo bajos, ya que su producción requiere de pocos insumos de origen nacional". Y da como ejemplos al sector automotriz y a la industria de ensamblado, como la electrónica.
• Industria automotriz: Es uno de los grandes motores de la industria nacional. Sin embargo, es el que más déficit le genera a la industria por la gran dependencia de autopartes importadas. Se estima que este año, entre lo que se exporta e importa se "fugarán" del país más de u$s7.000 millones. Según estimaciones de cámaras autopartistas como Grupo PROA, los vehículos argentinos tienen una integración de componentes nacionales menor al 30%. "Todo lo que es motores, sistemas de inyección y equipamiento de seguridad, como los frenos ABS o airbags, que justamente es lo más costoso de un vehículo, hoy vienen del exterior", explicó Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior. Así, se estima que por cada auto que sale de las líneas de montaje en la Argentina, necesariamente se están importando, en promedio, más de u$s13.000 en autopartes. Desde el Gobierno aseguraron que los nuevos modelos de Fiat, Renault y Mercedes Benz (Sprinter) "comenzarán a producirse con una integración de entre un 40% y un 60% de piezas nacionales".
Sin embargo, desde Grupo PROA no coinciden con estas estimaciones: "Es muy común que una autopartista entregue un componente que luego las terminales lo catalogan como 100% nacional cuando, en realidad, puede estar conformado por una gran proporción de piezas importadas".
• Electrónica para consumo: El sector está conformado por las empresas que, bajo el paraguas oficial, están aprovechando las ventajas para ensamblar en Tierra del Fuego notebooks, netbooks, LCD, equipos de audio y DVD, cámaras digitales y teléfonos celulares, entre otros productos. Si bien los artículos que salen de la isla tienen sello nacional, "diversos estudios demostraron que el 90% de los componentes se traen de afuera", explicó a este medio Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores. Los críticos aseguran que, hasta el momento, en el caso de notebooks y netbooks, la única integración nacional es que al menos el 50% de las memorias RAM deben ser de origen nacional. una pequeña parte del valor total. Así, fuentes que pidieron estricto off the record, no dudaron al afirmar que el déficit de esta industria -que realiza exportaciones marginales- este año podría superar los u$s7.000 millones.
¿Fabricar, ensamblar o importar?
Respecto al discurso de la Presidenta, acerca de "no importar un solo clavo", Coatz, de la UIA, destacó que "hay que tomarlo hoy como una metáfora. Es muy importante defender la producción nacional, pero entendiendo que no estamos en los ochenta. Hoy las multinacionales están moviéndose en función de los menores costos, buscando los mayores incentivos. Es una realidad muy diferente". "La decisión de sustituir importaciones en la actualidad es bastante más difícil que hace 40 años. Hoy, incluso, hay productos o insumos que directamente no vale la pena fabricar en la Argentina, porque requieren de bajos salarios y una enorme escala. En otros sectores sí hay muy buenas posibilidades de reemplazar lo importado por lo nacional. Y hacia allí hay que apuntar", explicó Coatz.
Por su parte, Ganim destacó que "ninguna economía es absolutamente cerrada, siempre una parte de lo que se consume deberá llegar de afuera, pero tampoco se puede regalar el mercado con un moño".
En tanto, Santisteban aseguró que "el aplauso que recibió la Presidenta me llamó mucho la atención. Si hubiese sido en la UIA lo habría entendido. Pero no, fue en la Cámara de la Construcción. Entonces, a los señores que hacen rutas, puentes y puertos les pregunto: ¿con qué maquinaria trabajan? ¿Con bienes de capital nacionales? No, prácticamente todo es importado".
De este modo, explicó que "estamos a favor de la sustitución de importaciones, pero genuina. Es necesario implementar un sistema de premios y castigos. Así, si se le da protección a un empresario, que se le ponga un plazo y que luego demuestre que alcanzó un nivel de competitividad suficiente para que el consumidor no se vea perjudicado".
China pone copias del Mig-21 fuera de servicio
El ministerio chino de Defensa empezó a poner sus cazas Chengdu J-7 ( copia del soviético Mig-21) fuera de servicio de unidades de alerta.
Foto: © Flickr.com/AereiMilitari.org/cc-by-nc
Los aviones obsoletos serán relocalizados en regiones periféricas donde hay poca probabilidad de utilizarlos en situaciones de combate. A lo largo de unos años el J-7 será completamente puesto fuera de servicio.
La decisión de dislocar los cazas J-7 en unidades militares regulares se explica por el hecho de que China acaba de armarse con nuevos aviones de combate. En los últimos 4 años el parque de las Fuerzas Aéreas de China compuesto de aviones de combate J-10, J-11 (copia de Su-27CK), Su-27, Su 30 y J-8F, aumentó de unas 500 a 1200 unidades mientras que la parte de aviones J-6 (copia del Mig-19) y J-7 seguía reduciendose. Hace 4 años, las Fuerzas Aéreas de China tenían cerca de 2000 aviones de este tipo a su disposición.
Fuente: http://spanish.ruvr.ru/2011/12/15/62262897.html
Foto: © Flickr.com/AereiMilitari.org/cc-by-nc
Los aviones obsoletos serán relocalizados en regiones periféricas donde hay poca probabilidad de utilizarlos en situaciones de combate. A lo largo de unos años el J-7 será completamente puesto fuera de servicio.
La decisión de dislocar los cazas J-7 en unidades militares regulares se explica por el hecho de que China acaba de armarse con nuevos aviones de combate. En los últimos 4 años el parque de las Fuerzas Aéreas de China compuesto de aviones de combate J-10, J-11 (copia de Su-27CK), Su-27, Su 30 y J-8F, aumentó de unas 500 a 1200 unidades mientras que la parte de aviones J-6 (copia del Mig-19) y J-7 seguía reduciendose. Hace 4 años, las Fuerzas Aéreas de China tenían cerca de 2000 aviones de este tipo a su disposición.
Fuente: http://spanish.ruvr.ru/2011/12/15/62262897.html
Rusia: Sistema de misil Yars fue incorporado a armamentos
Las tropas misilísticas estratégicas de Rusia presentaron a la prensa en la región de Ivanovo, parte europea de Rusia, el novísimo sistema de misil balístico móvil intercontinental Yars. Se trata de un arma única a la que ningún sistema de defensa antimisiles del mundo puede ofrecerle resistencia. Yars sustituirá al legendario Topol-M.
El sistema Yars con ojivas múltiples puede impactar varios objetivos a la vez a una distancia de 11.000 kilómetros y ha sido incorporado a las tropas misilísticas, pero, por ahora, tan sólo algunos científicos y militares han podido ver ese misil. Muchas características del nuevo sistema siguen aún en secreto. El nuevo sistema será la principal fuerza de choque de tropas misilísticas de Rusia.
Fuente: http://spanish.ruvr.ru/2011/09/23/56604634.html (Modificado)
El sistema Yars con ojivas múltiples puede impactar varios objetivos a la vez a una distancia de 11.000 kilómetros y ha sido incorporado a las tropas misilísticas, pero, por ahora, tan sólo algunos científicos y militares han podido ver ese misil. Muchas características del nuevo sistema siguen aún en secreto. El nuevo sistema será la principal fuerza de choque de tropas misilísticas de Rusia.
Fuente: http://spanish.ruvr.ru/2011/09/23/56604634.html (Modificado)
Bielorrusia recibió los sistemas antiaéreos Tor-M2
Rusia suministró a Bielorrusia los primeros dos sistemas de misiles antiaéreos Tor-M2. En total Bielorrusia deberá recibir 14 Tor-M2, que le serán entregados a más tardar el próximo día 24. Los nuevos sistemas tendrán su base en Baránovichi, región de Brest.
Foto: © snariad.ru
El Tor-M2 cuenta con 8 misiles antiaéreos, que pueden abatir objetivos que vuelan a una velocidad de hasta 700 metros por segundo, a una distancia de hasta 12 kilómetros y a una altura de hasta 10.000 metros. Los sistema pueden paralelamente detectar y reconocer hasta 48 objetivos y disparar contra dos de ellos.
Fuente: La Voz de Rusia
Foto: © snariad.ru
El Tor-M2 cuenta con 8 misiles antiaéreos, que pueden abatir objetivos que vuelan a una velocidad de hasta 700 metros por segundo, a una distancia de hasta 12 kilómetros y a una altura de hasta 10.000 metros. Los sistema pueden paralelamente detectar y reconocer hasta 48 objetivos y disparar contra dos de ellos.
Fuente: La Voz de Rusia
Portugal desarrollará piezas del avión carguero militar brasileño
Dos empresas portuguesas se comprometieron el día 14 a desarrollar y producir algunos de los componentes que serán ensamblados en un nuevo modelo de avión de transporte militar de tamaño mediano proyectado por la Empresa Brasileña de Aeronáutica (Embraer). Se trata del KC-390, un modelo con que Embraer pretende sustituir los ya fuera de línea "Hércules" (C-130) utilizados por varios países y cuya vida útil comienza a agotarse.
La participación de Portugal en el ambicioso proyecto fue garantizada mediante la firma este miércoles de un acuerdo entre Embraer y las empresas lusas OGMA Industria Aeronáutica de Portugal y Empresa de Engenharia Aeronáutica (EEA), informó hoy el constructor brasileño en un comunicado. Los contratos de asociación suscritos permiten a Portugal "desarrollar en la EEA el proyecto de ingeniería de componentes del avión y reabastecedor militar KC-390 que serán fabricados en la OGMA, una subsidiaria de Embraer", según el comunicado.
En septiembre de 2010 los ministros de Defensa de ambos países ya habían suscrito un acuerdo de intenciones que garantizaba la participación de Portugal en el proyecto a cambio de la compra de algunos de los aviones que serán fabricados en Brasil. "Este acuerdo constituye una oportunidad para dinamizar la capacitación del cluster aeronáutico militar de forma a generar y desarrollar competencias tecnológicas", afirmó el presidente de la EEA, Jacinto Moniz de Bettencourt, en declaraciones citadas en la nota de Embraer. "Es una oportunidad única para la OGMA desarrollar sus capacidades tecnológicas y de fabricación en un programa militar de alto valor agregado", dijo por su parte Almir Borges, presidente de la OGMA.
Según los planes de Embraer, el carguero, que comenzaría a salir de fábrica en 2013, tendrá capacidad para transportar hasta 64 paracaidistas, 13 soldados y un blindado ligero. El avión contará con una cabina amplia y una rampa trasera para facilitar la carga de vehículos blindados, y podrá ser adaptado para misiones de evacuación médica. El KC-390 podrá ser reabastecido en vuelo y al mismo tiempo tendrá capacidad para abastecer de combustible a otras aeronaves tanto en el aire como en suelo.
El gobierno brasileño y Embraer han firmado acuerdos similares con sus pares de Argentina, Chile, Colombia y República Checa, países que fabricarán componentes del carguero y que se comprometieron a comprar unidades del mismo. El carguero, con cerca de 81.000 kilos de peso y 35 metros de envergadura, tendrá un costo aproximado de 50 millones de dólares, por debajo de los 62 millones de dólares de costo del Hércules.(Xinhua)
La participación de Portugal en el ambicioso proyecto fue garantizada mediante la firma este miércoles de un acuerdo entre Embraer y las empresas lusas OGMA Industria Aeronáutica de Portugal y Empresa de Engenharia Aeronáutica (EEA), informó hoy el constructor brasileño en un comunicado. Los contratos de asociación suscritos permiten a Portugal "desarrollar en la EEA el proyecto de ingeniería de componentes del avión y reabastecedor militar KC-390 que serán fabricados en la OGMA, una subsidiaria de Embraer", según el comunicado.
En septiembre de 2010 los ministros de Defensa de ambos países ya habían suscrito un acuerdo de intenciones que garantizaba la participación de Portugal en el proyecto a cambio de la compra de algunos de los aviones que serán fabricados en Brasil. "Este acuerdo constituye una oportunidad para dinamizar la capacitación del cluster aeronáutico militar de forma a generar y desarrollar competencias tecnológicas", afirmó el presidente de la EEA, Jacinto Moniz de Bettencourt, en declaraciones citadas en la nota de Embraer. "Es una oportunidad única para la OGMA desarrollar sus capacidades tecnológicas y de fabricación en un programa militar de alto valor agregado", dijo por su parte Almir Borges, presidente de la OGMA.
Según los planes de Embraer, el carguero, que comenzaría a salir de fábrica en 2013, tendrá capacidad para transportar hasta 64 paracaidistas, 13 soldados y un blindado ligero. El avión contará con una cabina amplia y una rampa trasera para facilitar la carga de vehículos blindados, y podrá ser adaptado para misiones de evacuación médica. El KC-390 podrá ser reabastecido en vuelo y al mismo tiempo tendrá capacidad para abastecer de combustible a otras aeronaves tanto en el aire como en suelo.
El gobierno brasileño y Embraer han firmado acuerdos similares con sus pares de Argentina, Chile, Colombia y República Checa, países que fabricarán componentes del carguero y que se comprometieron a comprar unidades del mismo. El carguero, con cerca de 81.000 kilos de peso y 35 metros de envergadura, tendrá un costo aproximado de 50 millones de dólares, por debajo de los 62 millones de dólares de costo del Hércules.(Xinhua)
La Foto: Casa antiguas (Japón)
La antigua villa japonesa de Shirakawa-go: Las antiguas casas del estilo Gassho zukuri (Gassho zukuri quiere decir que están construidas en la forma en que los monjes budistas juntan las manos para orar.), que fue incluído en la lista de patrimonio mundial en 1995, presenta la arquitectura muy representativa y tradicional de Japón. Durante siglos se fue perfeccionando la técnica para construir edificios resistentes a las fuertes nevadas de la región, y forman un paisaje singular. Algunas de las casas son muy antiguas, y se estima que llevan 200 ó 300 años de haber sido construidas.
Fuente: http://spanish.china.org.cn/photos/txt/2011-12/14/content_24150563_4.htm
Fuente: http://spanish.china.org.cn/photos/txt/2011-12/14/content_24150563_4.htm
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Avanza sin tregua el corredor bioceánico
El Consorcio encargado del emprendimiento Aconcagua presentó el estudio de factibilidad con el anteproyecto de ingeniería. Se requerirá una inversión de u$s 3.000 millones
Este año se dieron importantes pasos para concretar un gran sueño integrador. El consorcio privado que ha desarrollado la iniciativa del Corredor Bioceánico Aconcagua, compuesto por Empresas Navieras SA, Corporación América SA, Mitsubishi Corporation, Contreras Hermanos SA y Geodata SPA, le presentó el estudio de factibilidad con el anteproyecto de ingeniería a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El corredor incluye la construcción de un túnel ferroviario a baja altura de 52 kilómetros de extensión, entre Los Andes, en Chile, y Punta de Vacas en Mendoza, como respuesta eficaz y confiable a la saturación del paso Los Libertadores, el cual ha llegado a su límite de cargas y debe cerrarse 60 días por año en promedio, por las lluvias y nevadas.
"El Corredor Bioceánico Aconcagua será una obra de infraestructura que potenciará el comercio entre las economías del Asia Pacífico y del Mercosur, que consolidará la integración chileno-argentina con un paso cordillerano moderno, seguro y eficiente. El Paso Cristo Redentor ya alcanzó su máxima capacidad, con 7 millones de toneladas por año. Por el túnel a baja altura pasarán 77 millones de toneladas anuales. Este emprendimiento será el Canal de Panamá del Sur", indicó el presidente de Corporación América, Eduardo Eurnekian.
El Corredor Bioceánico Aconcagua, que requerirá de una inversión de u$s 3.000 millones es un vínculo ferroviario interoceánico que establecerá un nuevo nivel de integración física y comercial entre el Océano Pacífico y el Océano Atlántico. Propone una solución fundamental para el crecimiento de la región, con fuerte impacto en la expansión de las economías, de las naciones y el bienestar de sus habitantes.
La importancia estratégica de la cuenca del Pacífico en la economía mundial, vuelve urgente en América del Sur la necesidad de contar con una salida segura y confiable hacia ese océano. Hoy no hay una conexión física eficiente ya que la Cordillera de los Andes, con sus 7.200 kilómetros de longitud y 4.400 metros de altura promedio, actúa como barrera. La frontera común entre Chile y Argentina es de 5.150 kilómetros de Codillera y el 83% de la carga que circula entre ambas bandas del Cono Sur viaja por mar, utilizando rutas más largas y costosas.
El Paso Cristo Redentor no resulta una alternativa confiable ya que el clima de alta montaña obliga el cierre de entre 45 a 60 días por año, entre mayo y octubre. Esto no permite optimizar la planificación logística y su capacidad vial está próxima a la saturación, ya que la abrupta geografía no permite ampliaciones graduales.
Este proyecto incluye un ferrocarril eléctrico de alta capacidad de carga que representa una solución a largo plazo porque podrá transportar hasta 77 millones de toneladas por año. El tren es muy eficiente en el uso de energía. Esto se completa con un sistema abierto Atlántico-Pacífico de trocha única, totalmente multimodal para el transporte de todo tipo de carga. Dos estaciones multimodales en los extremos del sistema permitirán la carga y descarga de en todos los formatos, incluyendo camiones con su conductor.
El Corredor Bioceánico Aconcagua, en sólo 205 kilómetros, resuelve el punto más débil del Eje Mercosur -Chile, salvando el cruce de los Andes con una solución técnica de punta. Esta obra traerá beneficios a un área de más de tres millones de kilómetros cuadrados y una población de 126 millones de habitantes que representa el 48% del total sudamericano, donde se genera el 70 % de la actividad económica continental.
Se prevé la expansión del proyecto a largo plazo, acompañando el crecimiento de la demanda y potenciará la expansión comercial desde Chile hacia Europa, África y Brasil, y desde la Argentina y Brasil hacia los Estados Unidos, Asia y Oceanía, aprovechando las rutas más rápidas y económicas.
En 2022, luego de más de 10 años de construcción, se inaugurará el Corredor Bioceánico Aconcagua para satisfacer una demanda inicial de 13 millones de toneladas al año, pudiendo transportar hasta 24 millones de toneladas al año en su primera etapa. En la siguiente etapa, se sumará una segunda vía en los tramos de cielo abierto, aumentando la capacidad hasta 34 millones de toneladas al año, mientras que en la tercera etapa se agregará un segundo túnel aumentando la capacidad a 40 millones de toneladas al año.
El emprendimiento actual baja de altura, en la penetración de la montaña, entre 1.500 y 2.200 metros. Así conecta las localidades de Los Andes, en Chile, y la localiIad de Punta de Vacas, en la Argentina.
Fuente: Cronista.com (Modificado)
Este año se dieron importantes pasos para concretar un gran sueño integrador. El consorcio privado que ha desarrollado la iniciativa del Corredor Bioceánico Aconcagua, compuesto por Empresas Navieras SA, Corporación América SA, Mitsubishi Corporation, Contreras Hermanos SA y Geodata SPA, le presentó el estudio de factibilidad con el anteproyecto de ingeniería a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El corredor incluye la construcción de un túnel ferroviario a baja altura de 52 kilómetros de extensión, entre Los Andes, en Chile, y Punta de Vacas en Mendoza, como respuesta eficaz y confiable a la saturación del paso Los Libertadores, el cual ha llegado a su límite de cargas y debe cerrarse 60 días por año en promedio, por las lluvias y nevadas.
"El Corredor Bioceánico Aconcagua será una obra de infraestructura que potenciará el comercio entre las economías del Asia Pacífico y del Mercosur, que consolidará la integración chileno-argentina con un paso cordillerano moderno, seguro y eficiente. El Paso Cristo Redentor ya alcanzó su máxima capacidad, con 7 millones de toneladas por año. Por el túnel a baja altura pasarán 77 millones de toneladas anuales. Este emprendimiento será el Canal de Panamá del Sur", indicó el presidente de Corporación América, Eduardo Eurnekian.
El Corredor Bioceánico Aconcagua, que requerirá de una inversión de u$s 3.000 millones es un vínculo ferroviario interoceánico que establecerá un nuevo nivel de integración física y comercial entre el Océano Pacífico y el Océano Atlántico. Propone una solución fundamental para el crecimiento de la región, con fuerte impacto en la expansión de las economías, de las naciones y el bienestar de sus habitantes.
La importancia estratégica de la cuenca del Pacífico en la economía mundial, vuelve urgente en América del Sur la necesidad de contar con una salida segura y confiable hacia ese océano. Hoy no hay una conexión física eficiente ya que la Cordillera de los Andes, con sus 7.200 kilómetros de longitud y 4.400 metros de altura promedio, actúa como barrera. La frontera común entre Chile y Argentina es de 5.150 kilómetros de Codillera y el 83% de la carga que circula entre ambas bandas del Cono Sur viaja por mar, utilizando rutas más largas y costosas.
El Paso Cristo Redentor no resulta una alternativa confiable ya que el clima de alta montaña obliga el cierre de entre 45 a 60 días por año, entre mayo y octubre. Esto no permite optimizar la planificación logística y su capacidad vial está próxima a la saturación, ya que la abrupta geografía no permite ampliaciones graduales.
Este proyecto incluye un ferrocarril eléctrico de alta capacidad de carga que representa una solución a largo plazo porque podrá transportar hasta 77 millones de toneladas por año. El tren es muy eficiente en el uso de energía. Esto se completa con un sistema abierto Atlántico-Pacífico de trocha única, totalmente multimodal para el transporte de todo tipo de carga. Dos estaciones multimodales en los extremos del sistema permitirán la carga y descarga de en todos los formatos, incluyendo camiones con su conductor.
El Corredor Bioceánico Aconcagua, en sólo 205 kilómetros, resuelve el punto más débil del Eje Mercosur -Chile, salvando el cruce de los Andes con una solución técnica de punta. Esta obra traerá beneficios a un área de más de tres millones de kilómetros cuadrados y una población de 126 millones de habitantes que representa el 48% del total sudamericano, donde se genera el 70 % de la actividad económica continental.
Se prevé la expansión del proyecto a largo plazo, acompañando el crecimiento de la demanda y potenciará la expansión comercial desde Chile hacia Europa, África y Brasil, y desde la Argentina y Brasil hacia los Estados Unidos, Asia y Oceanía, aprovechando las rutas más rápidas y económicas.
En 2022, luego de más de 10 años de construcción, se inaugurará el Corredor Bioceánico Aconcagua para satisfacer una demanda inicial de 13 millones de toneladas al año, pudiendo transportar hasta 24 millones de toneladas al año en su primera etapa. En la siguiente etapa, se sumará una segunda vía en los tramos de cielo abierto, aumentando la capacidad hasta 34 millones de toneladas al año, mientras que en la tercera etapa se agregará un segundo túnel aumentando la capacidad a 40 millones de toneladas al año.
El emprendimiento actual baja de altura, en la penetración de la montaña, entre 1.500 y 2.200 metros. Así conecta las localidades de Los Andes, en Chile, y la localiIad de Punta de Vacas, en la Argentina.
Fuente: Cronista.com (Modificado)
Techint anunció inversiones por u$s550 millones que incluyen la ampliación de SiderarEs parte de la tregua alcanzada con el Gobierno
Por Alejandro Bercovich y Pablo Waisberg
Primero pasó la primera vuelta de la crisis internacional, después pasó la pelea con el Gobierno y luego llegó la compra de la tercera parte de Usiminas, en Brasil. Y finalmente ayer, el jefe del Grupo Techint, Paolo Rocca, anunció las inversiones que se habían postergado en 2009, que serán de u$s550 millones para el próximo año y permitirán, entre otras cosas, poner en marcha “una nueva planta de colada continua de Siderar”.
“Este año vamos a estar en los u$s400 millones; y el año que viene volvemos a un nivel récord de u$s550 millones en 2012-2013. Porque pensamos que hay momentos que hay que invertir para prever lo que va a pasar cuando se sale de la crisis a nivel mundial. En este plan de inversiones está incluida la nueva planta de colada continua. Es un cambio estructural para la planta de Siderar”, afirmó Rocca, ante la atenta mirada de los empresarios pymes de su cadena de valor, que se habían reunido para la décima edición de ProPymes, que se realizó en un hotel porteño.
También lo miraba atentamente el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien no dejó de cruzar sonrisas con Rocca. Parte de esa buena sintonía debe buscarse en la tregua pactada en julio pasado con el Gobierno. Ese acuerdo incluyó la aceptación por parte de Siderar del flamante secretario de Programación Económica, Axel Kicillof, como director en representación del Estado en la compañía y la liberación de inversiones frenadas. La contraparte fue el retiro de los juicios de la ANSES contra la siderúrgica, que concentra el 84% del mercado local de la chapa laminada en caliente y el 99% de la chapa laminada en frío, y el pago de dividendos por $1.511 millones.
De todas maneras, la explicación de la suspensión de las inversiones habría que buscarla primero en la coyuntura internacional. Allí está la caída del 19% de la producción mundial de acero en noviembre del 2008 respecto del mismo mes del 2007. Algunos encuentran la decisión de mantener enfriadas las inversiones en el enfrentamiento con el Gobierno. Pero ese escenario de conflicto se disipó hace cinco meses.
Muestra de ello es la reunión que mantuvo Rocca con la presidenta Cristina Fernández hace dos semanas, donde le contó que el grupo Techint compró el 27,7% de las acciones de Usiminas por u$s2.660 millones. Además, le anunció que la “situación internacional y la compra de la siderúrgica brasileña daban sentido a la nueva inversión en la Argentina”, explicaron fuentes de la T. Es que parte de esos planchones que se produzcan con la segunda planta de colada continua se van a vender en Brasil.
La apuesta del holding a "regionalizarse" lo llevó a invertir parte de las utilidades que obtuvo aquí en el último lustro gracias al crecimiento récord de la economía en sus filiales de México y el gigante verdeamarelo. Esa decisión, que los alfiles de Rocca adjudican a la concentración y creciente competencia que vive la siderurgia mundial, fue lo que disparó la sorda puja que mantuvo el grupo con el Gobierno durante la mitad de este año.
Cambios. “Creo que el 2012 va a ser un año complicado a nivel mundial, no va a ser un año fácil desde el punto de vista económico. En estas circunstancias, me parece importante mantener la máxima unidad al interior de la Argentina –el Gobierno, los empresarios y todas las fuerzas que pueden contribuir a minimizar los impactos de las turbulencias en el mundo–”, dijo Rocca ante las sonrisas de De Vido y subrayó: “Esto es muy importante”.
Como parte de los cambios que remarcó Rocca, se encuentra la compra de Usiminas, que implica un nuevo posicionamiento en América latina. Se trata de la principal siderúrgica brasileña y tiene reservas de mineral por 1.600 millones de toneladas. “Es muy importante para sostener el desarrollo siderúrgico de todo el Grupo Techint. Movernos hacia Brasil implica reposicionarse en el negocio siderúrgico, pero también a toda nuestra cadena de valor. Hay oportunidades importantes con la red que vamos a construir en Brasil”, afirmó.
Además, en este nuevo escenario de acercamiento con el Gobierno, a esta edición del ProPyme fue invitado Diego Coatz, economista jefe de la UIA, que tiene una visión industrialista que desechan los economistas que Techint acostumbraba invitar a estos encuentros, como Javier González Fraga o Carlos Melconian.
“Tenemos dos senderos a recorrer simultáneamente: Reducir el incremento de costos a la producción e impulsar las políticas de desarrollo”, dijo Coatz ante más de 600 empresarios, que representan a los 640 proveedores y clientes de Techint, que hace diez años tenía sólo 165 pymes en su cadena de valor. En línea con el espíritu del encuentro, remató: “Hay que celebrar porque estamos frente a otra Argentina”.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, destacó ayer que la Argentina está “en vísperas de un desarrollo histórico”, impulsado por el reciente hallazgo de importantes reservas de gas y petróleo en Neuquén, y enfatizó que esa nueva energía “debe ser competitiva para el crecimiento industrial”. “A cualquier valor no nos sirve, nos sirve a un valor competitivo para que todos en el país podamos crecer y desarrollarnos sobre la base de esas reservas, y no que sea sólo un activo en el balance de las empresas petroleras”, afirmó De Vido.
Durante un encuentro en el que compartió panel con Paolo Rocca, titular del Grupo Techint, el ministro de Planificación recordó que esos descubrimientos en sólo un yacimiento de Neuquén representan el tercer reservorio del mundo, “según le comentó el presidente (Barack) Obama a Cristina en Cannes”, durante la última reunión del Grupo de los 20.
De Vido remarcó que, de acuerdo con algunos análisis, esas reservas “podrían ser las segundas en el mundo, detrás de las existentes en China”, y citó evaluaciones según las cuales eso significaría “un horizonte de reservas de más de 100 años, tanto de gas como de petróleo”.
“Hace poco el presidente de Repsol (Antonio Brufau) hablaba de que para poner en valor esas áreas, si tomamos un valor de 30 dólares el barril de crudo, se necesitarían cerca de 28.000 millones de dólares”, recordó el ministro.
Fuente: http://www.diariobae.com/diario/2011/12/14/5428-techint-anuncio-inversiones-por-u$s550-millones-que-incluyen-la-ampliacion-de-siderar.html
Primero pasó la primera vuelta de la crisis internacional, después pasó la pelea con el Gobierno y luego llegó la compra de la tercera parte de Usiminas, en Brasil. Y finalmente ayer, el jefe del Grupo Techint, Paolo Rocca, anunció las inversiones que se habían postergado en 2009, que serán de u$s550 millones para el próximo año y permitirán, entre otras cosas, poner en marcha “una nueva planta de colada continua de Siderar”.
“Este año vamos a estar en los u$s400 millones; y el año que viene volvemos a un nivel récord de u$s550 millones en 2012-2013. Porque pensamos que hay momentos que hay que invertir para prever lo que va a pasar cuando se sale de la crisis a nivel mundial. En este plan de inversiones está incluida la nueva planta de colada continua. Es un cambio estructural para la planta de Siderar”, afirmó Rocca, ante la atenta mirada de los empresarios pymes de su cadena de valor, que se habían reunido para la décima edición de ProPymes, que se realizó en un hotel porteño.
También lo miraba atentamente el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien no dejó de cruzar sonrisas con Rocca. Parte de esa buena sintonía debe buscarse en la tregua pactada en julio pasado con el Gobierno. Ese acuerdo incluyó la aceptación por parte de Siderar del flamante secretario de Programación Económica, Axel Kicillof, como director en representación del Estado en la compañía y la liberación de inversiones frenadas. La contraparte fue el retiro de los juicios de la ANSES contra la siderúrgica, que concentra el 84% del mercado local de la chapa laminada en caliente y el 99% de la chapa laminada en frío, y el pago de dividendos por $1.511 millones.
De todas maneras, la explicación de la suspensión de las inversiones habría que buscarla primero en la coyuntura internacional. Allí está la caída del 19% de la producción mundial de acero en noviembre del 2008 respecto del mismo mes del 2007. Algunos encuentran la decisión de mantener enfriadas las inversiones en el enfrentamiento con el Gobierno. Pero ese escenario de conflicto se disipó hace cinco meses.
Muestra de ello es la reunión que mantuvo Rocca con la presidenta Cristina Fernández hace dos semanas, donde le contó que el grupo Techint compró el 27,7% de las acciones de Usiminas por u$s2.660 millones. Además, le anunció que la “situación internacional y la compra de la siderúrgica brasileña daban sentido a la nueva inversión en la Argentina”, explicaron fuentes de la T. Es que parte de esos planchones que se produzcan con la segunda planta de colada continua se van a vender en Brasil.
La apuesta del holding a "regionalizarse" lo llevó a invertir parte de las utilidades que obtuvo aquí en el último lustro gracias al crecimiento récord de la economía en sus filiales de México y el gigante verdeamarelo. Esa decisión, que los alfiles de Rocca adjudican a la concentración y creciente competencia que vive la siderurgia mundial, fue lo que disparó la sorda puja que mantuvo el grupo con el Gobierno durante la mitad de este año.
Cambios. “Creo que el 2012 va a ser un año complicado a nivel mundial, no va a ser un año fácil desde el punto de vista económico. En estas circunstancias, me parece importante mantener la máxima unidad al interior de la Argentina –el Gobierno, los empresarios y todas las fuerzas que pueden contribuir a minimizar los impactos de las turbulencias en el mundo–”, dijo Rocca ante las sonrisas de De Vido y subrayó: “Esto es muy importante”.
Como parte de los cambios que remarcó Rocca, se encuentra la compra de Usiminas, que implica un nuevo posicionamiento en América latina. Se trata de la principal siderúrgica brasileña y tiene reservas de mineral por 1.600 millones de toneladas. “Es muy importante para sostener el desarrollo siderúrgico de todo el Grupo Techint. Movernos hacia Brasil implica reposicionarse en el negocio siderúrgico, pero también a toda nuestra cadena de valor. Hay oportunidades importantes con la red que vamos a construir en Brasil”, afirmó.
Además, en este nuevo escenario de acercamiento con el Gobierno, a esta edición del ProPyme fue invitado Diego Coatz, economista jefe de la UIA, que tiene una visión industrialista que desechan los economistas que Techint acostumbraba invitar a estos encuentros, como Javier González Fraga o Carlos Melconian.
“Tenemos dos senderos a recorrer simultáneamente: Reducir el incremento de costos a la producción e impulsar las políticas de desarrollo”, dijo Coatz ante más de 600 empresarios, que representan a los 640 proveedores y clientes de Techint, que hace diez años tenía sólo 165 pymes en su cadena de valor. En línea con el espíritu del encuentro, remató: “Hay que celebrar porque estamos frente a otra Argentina”.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, destacó ayer que la Argentina está “en vísperas de un desarrollo histórico”, impulsado por el reciente hallazgo de importantes reservas de gas y petróleo en Neuquén, y enfatizó que esa nueva energía “debe ser competitiva para el crecimiento industrial”. “A cualquier valor no nos sirve, nos sirve a un valor competitivo para que todos en el país podamos crecer y desarrollarnos sobre la base de esas reservas, y no que sea sólo un activo en el balance de las empresas petroleras”, afirmó De Vido.
Durante un encuentro en el que compartió panel con Paolo Rocca, titular del Grupo Techint, el ministro de Planificación recordó que esos descubrimientos en sólo un yacimiento de Neuquén representan el tercer reservorio del mundo, “según le comentó el presidente (Barack) Obama a Cristina en Cannes”, durante la última reunión del Grupo de los 20.
De Vido remarcó que, de acuerdo con algunos análisis, esas reservas “podrían ser las segundas en el mundo, detrás de las existentes en China”, y citó evaluaciones según las cuales eso significaría “un horizonte de reservas de más de 100 años, tanto de gas como de petróleo”.
“Hace poco el presidente de Repsol (Antonio Brufau) hablaba de que para poner en valor esas áreas, si tomamos un valor de 30 dólares el barril de crudo, se necesitarían cerca de 28.000 millones de dólares”, recordó el ministro.
Fuente: http://www.diariobae.com/diario/2011/12/14/5428-techint-anuncio-inversiones-por-u$s550-millones-que-incluyen-la-ampliacion-de-siderar.html
El Brasil y su acción subimperialista en América Latina
Por Elaine Tavares
Periodista en el Instituto de Estudios Latinoamericanos - Adital
El sistema capitalista tiene una consigna que es el retrato vivo de su naturaleza: para que un viva, otro tiene que morir. Nadie que viva en ese sistema puede escapar de eso. No es sin razón que la principal discusión del mundo actual sea justamente la idea de desarrollo, pues, cada día más la gente se da cuenta de que la promesa de desarrollo que está imbricada en la idea capitalista de producción solo es buena para muy pocos. En los países centrales, que son la punta del sistema, el desarrollo es desigual y combinado. Siempre hay una camada significativa de la población que se queda explotada y en situación de pobreza extrema, sirviendo como mano de obra para que el sistema se haga.
En los países de la periferia del sistema lo que existe es un capitalismo dependiente, y el desarrollo posible es únicamente el desarrollo del subdesarrollo pues como ya mostró con mucha eficacia el teórico Andre Gunder Frank, es de la naturaleza del capitalismo crear matrices y periferias, en camadas. Así, la promesa del capitalismo se vuelve ilusoria. Jamás, en el sistema, la gente que vive en la periferia podrá desarrollarse. Es una mentira que, de tantas veces repetida, aparece como verdad. Lo que sí, puede pasar, es algunos países de periferia desarrollaren algunos aspectos de la vida o de algunas regiones, pero al mismo tiempo, causando el subdesarrollo de otras.
Eso es lo que pasa en Brasil. Es, de hecho, un gigante, ocupando 47% del área de América Latina. Tiene 8.514.876 quilómetros cuadrados y 23 mil quilómetros de frontera. Aparece como una potencia en la región y desde los años 50 del siglo pasado, cuando empezó a aceptar todos los conceptos del desarrollo capitalista tiene vivido esa realidad. Desarrollo en algunas regiones y miseria infinita en otras. Capitalismo dependiente. Hoy, viviendo un momento de crecimiento económico, refuerza aún más su política subimperialista en relación con los demás países vecinos. Política esa que empezó con fuerza en el periodo de la dictadura militar, cuando igualmente pasó por un vigoroso proceso de crecimiento, apoyado por el imperio estadunidense.
El teórico brasileño Ruy Mauro Marini es el que mejor ha definido el concepto de subimperialismo llevado a cabo por los países dependientes, como es el caso de Brasil en América Latina. Marini deja muy claro que el subimperialismo no es un imperialismo de grandeza menor o de segunda categoría. Es un fenómeno que comparte leyes del desarrollo capitalista comunes a la teoría del imperialismo (monopolios e capital financiero), aunque tenga elementos propios que corresponden al funcionamiento del capitalismo dependiente tales como la superexplotación del trabajo, la integración del capital nacional al extranjero y la monopolización extrema a favor de la industria suntuaria. Aun segundo Marini, el subimperialismo sigue la lógica de la cooperación antagónica, cual sea, al mismo tiempo en que coopera con el imperialismo en las políticas generales, actúa en una dinámica contradictoria buscando el dominio entre sus vecinos, buscando hegemonía regional.
Esa dinámica ya pudo ser notada a partir de los años 60 cuando la nueva división del trabajo del pos guerra ha generado subcentros políticos que, además de su dependencia, entraran en la etapa del monopolio y del capital financiero. En caso de Brasil ese movimiento empezó en la década del 1970, cuando el régimen militar vivió el que se quedó conocido como el "milagro brasileño”, época de crecimiento económico con fuerte participación del capital extranjero y una forma específica de la reproducción del capital, o sea, el desarrollo del subdesarrollo. A los años 70 Brasil ya estaba en el nono lugar en la producción de automóviles y era el segundo exportador de armas, quedando atrás solamente de Israel. Así, como muy bien explica Ruy Mauro Marini, el subimperialismo brasileño "no es solo la expresión de un fenómeno económico. Resulta en una amplia medida del proceso mismo de la lucha de clase en el país y del proyecto político, definido por el equipo tecnocrático-militar que asume el poder en 1964, aunados a condiciones coyunturales en la economía y la política mundiales”. En esa década hubo un "boom” financiero que se desplazó hacia los países subdesarrollados. En ese tiempo el Brasil estaba en la primera fila entre los receptores de monedas extranjeras. Al final de 1967 empieza con fuerza el mercado de capitales en Brasil, con el propio gobierno abriendo las puertas para las inversiones y prestamos en dinero entre empresas extranjeras e nacionales. Eso permitió el crecimiento en los años 70. Para que se tenga una idea, según Marini, las inversiones extranjeras, de 1966 al 1970 pasaran de 479 mil a 3.485 mil millones de dólares. Y el estado tenía que abrir camino para su realización. Crecía entonces los ares de potencia de Brasil.
Así que no fue sin razón la otra forma de actuación subimperialista concretizada en el saqueo de materias-primas y fuentes de energía en los países vecinos, como el leonino tratado de Itaipu firmado con el Paraguay, en 1973, para la construcción de la mayor usina hidroeléctrica de América Latina, en el Rio Paraná. La obra, que consumió 27 millones de dólares aún destruyó una de las mayores bellezas naturales de la región: las siete quedas de Iguazú, hecho que demandó mucha lucha de la gente brasileña.
En aquellos días, el Paraguai no ha aportado nada para la construcción (quedó con una deuda), pero al longo de todos esos años, ha sido penalizado con la compra de la energía a precios muy baratos. Como el país vecino solamente necesita de 4% de la energía generada, el restante de su mitad, se viene al Brasil, pero podría ser vendido a otros pareceros. Cosa que no es posible por el tratado. Y cuando el gobierno paraguayo intentó cambiar eso, fue azotado por los dirigentes de la usina, como se puede ver en la declaración de Jorge Samek, presidente en aquel entonces: "Cualquier tribunal internacional se limitará a analizar el tratado, que está siendo cumplido integralmente y es totalmente justo (subrayo mio). Si vamos a un tribunal internacional, Brasil terminará recibiendo una carta de felicitación". La demanda de Paraguay era que el Brasil empezase a pagar 1.200 millones de dólares al revés de los 130 mil dólares que estaba pagando.
En ese tratado que sigue vigente, el Paraguay estaba obligado a vender su excedente energético a Brasil hasta el año de 2023, y por un precio absurdamente bajo. El total era de 45,31 dólares, pero solamente 2,81 se quedaba con el gobierno paraguayo, una vez que el restante era enviado al Brasil como pagamento de la deuda con la construcción. La cuestión del precio solo fue reparada hace tiempo, en julio de 2011, ya en el gobierno de Fernando Lugo. En el nuevo acuerdo el Brasil triplica lo que paga al Paraguay y el país vecino puede vender su parte de energía a otras empresas. Pero aún así, celebra unos otros acuerdos de "ayuda” al Paraguay que puede redundar en más deudas.
Intervenciones militares también fueran hechas en la década de 70, como en el caso de la Bolivia, cuando la gente luchaba por una Asamblea Popular en 1970. Brasil ofreció ayuda a los adversarios de Juan José Torres, y eso fue decisivo en el golpe de estado, con el derrame de armas por aviones brasileños en Santa Cruz de la Sierra. En 1971 el ejército brasileño estuve pronto para invadir a Uruguay, por ocasión de las elecciones y solo no hice porque el candidato de la derecha venció. Pero, aún así, el Uruguay siguió recibiendo ayuda del gobierno brasileño con en entreno de los escuadrones de la muerte que pusieran fin a los tupamaros (grupo de izquierda que luchaba por una liberación nacional). Hoy también ya se sabe que el gobierno de Brasil ha colaborado con los EUA en el golpe en contra de Salvador Allende, en 1974. Y esos son apenas algunos de los ejemplos que muestran la colaboración con el imperio en cuanto se van haciendo las bases para la explotación subimperialista. En esos tiempos, conforme describe Ruy Marini, la burguesía nacional ya tenía muy claro que su mejor opción – una vez que había fracasado el proyecto de un desarrollo capitalista autónomo – sería quedarse como socia secundaria del imperialismo, garantizando algunas cosas por la vía de la dominación regional. Fue una aposta segura de la clase dominante.
A partir de los años 80 la política de expansión del capitalismo brasileño quedó más fuerte y las empresas empezaran un movimiento de inversiones crecientes en el exterior. Preparaban las bases para una dominación sistemática en casi todos los países vecinos. De la misma manera, las inversiones extranjeras en Brasil también crecían asustadoramente, desnacionalizando muchas empresas. En los años 90, con las criminosas privatizaciones llevadas a cabo por Fernando Henrique Cardoso, empresas estatales como Vale do Rio Doce, e Companhia Siderúrgica Nacional cayeran en manos privadas para, poco después, se tornaren gigantes multinacionales con tentáculos por todo el continente y mas allá. Una lucha titánica fue trabada en nuestro país para que esas empresas no fuesen entregues a los especuladores internacionales, pero la gente fue derrotada. Y para tenerse en cuenta el tamaño del saqueo, solamente la empresa Vale do Rio Doce (detentora de la mayor reserva de la minería de hierro del mundo) fue vendida por 3 mil millones de dólares, y en el mismo año – ya en manos privadas - encerraba su balance con un lucro de más de cinco mil millones. Hoy es una de las empresas que más lucra en el país, llegando a 6.452 mil millones solo en el segundo trimestre de ese año, y opera en los cinco continentes en la misma lógica de explotación laboral que cualquier otra multinacional.
Con la llegada de Luis Inácio Lula da Silva al poder, empezó también una nueva ola de internacionalización de la economía. En ese aspecto el Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDS) tiene cumplido una misión muy específica. Trata de financiar obras de grande bulto en los países vecinos como Perú, Ecuador e Bolivia, imponiendo a esos países compañías brasileñas como la Petrobras, Odebrech, Andrade Gutiérrez y otras. Su tatica de actuación en esos países corresponde a una transnacional igual a cualquier otra de nivel mundial, con toda su carga de problemas y conflictos con las populaciones locales. Basta el recuerdo de lo que pasó en Bolivia con la cuestión del gas, así que asumió Evo Morales, cuando el país vecino intentó cambiar los acuerdos que tenía con la Petrobras, en el cual la Bolivia estaba siendo sangrada. Las declaraciones de los políticos y empresarios brasileños fueran típicas del imperio. Se hablaba incluso de guerra. También podemos apuntar la destruición al ambiente establecida por empresas brasileñas en Ecuador, con recurrentes conflictos en las comunidades indígenas, y la actualísima cuestión involucrando el BNDS y la lucha de 63 comunidades de un Parque Nacional en Bolivia, donde el gobierno empezaba a construir una carretera que más bien serbia a los intereses de Brasil que de Bolivia.
En el decir del abogado y ex-ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Soliz Rada, "las líneas maestras de la política bandeirante (de Brasil) no tienen freno. El Brasil está promoviendo una geofagia en América Latina”. Sobre la acción de Brasil en su país sigue diciendo Solíz Rada: "Su base de sustentación está en la burguesía de San Pablo, que convirtió a Brasil en acreedor del FMI, incrementó su influencia en el Banco Mundial, privatizó un tercio de la Amazonía en favor de ganaderos y madereros, logró que IIRSA se acomode a sus intereses de infraestructura vial, compró a Francia un submarino nuclear para proteger sus reservas de gas junto al mar, para luego anular la adquisición de aviones franceses y reemplazarlos por otros de fabricación estadounidense. Ha sido sede del Foro Social Mundial, en el que expusieron sus posiciones anticapitalistas Castro, Chávez y Evo Morales, sin preocuparse que la Fundación Ford, vinculada a la CIA y que ayudó a Hitler a tomar el poder, fuera una de sus principales auspiciadoras”.
Lo que sí es cierto es que la expansión subimperialista de Brasil en América Latina sigue muy firme. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo, solo en el año de 2010, el Brasil envió – a través de las compañías ditas "nacionales” – cerca de 11, 5 mil millones de dólares al exterior. Eso pasó porque Compañías brasileñas como a Vale, Gerdau, Camargo Correa, Votorantim, Petrobras e Brasken hicieran importantes adquisiciones en las industrias de la minería del hierro, acero, alimentación, cimentos, químicos y refino del petróleo, incluso en los países desarrollados.
Algunos datos importantes de las empresas brasileñas
Compañía Siderúrgica Nacional – Es la mayor siderúrgica de América Latina. Fue privatizada en 1993 por el presidente Itamar Franco, debajo de mucho protesta. Su venta fue un crimen de lesa-patria pues el precio pedido fue de apenas 1.200 mil millones. Hoy, su receta liquida, solamente en el primer semestre de 2011, ultrapasa los 8 mil millones de dólares, teniendo aún más de 11 mil millones de dólares en caja. Su principal usina produce cerca de 6 millones de toneladas de acero bruto y más de 5 millones de toneladas de laminados por año, siendo considerada una de las más productivas del mundo. Tiene usinas en todo país y fuera, incluso en los Estados Unidos y Portugal.
Vale do Rio Doce - Es la mayor productora de hierro en el mundo y la segunda en la producción de níquel pero también actúa en la explotación de bauxita, manganés, aluminio, cobre y carbón. Creada en el gobierno de Getulio Vargas esa era una empresa con instalaciones en 19 estados del país, operando 9 mil kilómetros de ferrocarriles, puertos usinas e terminales marítimos. Fue privatizada en el gobierno de Fernando Henrique (1997) - además de toda la movilización popular en contra de eso - por el valor que equivaldría a un trimestre de su receta (cerca de 3 mil millones de dólares), fue prácticamente una donación. Hace poco, en el año de 2006 ha incorporado la empresa canadiense INCO, la mayor del mundo en minería de níquel. La Vale tiene hoy un valor de mercado de 298 mil millones, a frente incluso de del la gigante IBM. La Vale emplea 119 mil personas y está presente en 38 países del mundo tales como África del Sur, Angola, Argentina, Australia, Barbados, Canadá, Chile, China, Singapur, Colombia, Corea do Sul, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Gabán, Guiñé, India, Indonesia, Japón, Liberia, Malasia, Malauí, Mozambique, Mongolia, Noruega, Nova Caledonia, Omán, Paraguay, Perú, República Democrática do Congo, Reino Unido, Suiza, Zambia, Tailandia y Taiwán. Lo que pasa es que la Vale actúa en el subsuelo, así, por toda parte anda a cavar huecos, sacando las riquezas nacionales. Por estar en manos privadas saquea nuestras riquezas públicas. Sus lucros líquidos ultrapasan los 15 mil millones de dólares al año. En febrero de 2010 adquirió los activos de la empresa estadunidense Bungue Limited, responsable por la producción de insumos agrícolas.
Odebrecht - Esa es una constructora que empezó su vida en 1944 como una empresa brasileña pero desde los años 80 viene expandido su actuación hacia otros países con la creación de una "holding” de capital abierto. Desde ahí comportase como transnacional con negocios nos Estados Unidos, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Malasia, Iraquí, en fin, en todos los continentes. Desde los años 70 empezó a diversificar su negocio actuando también en el sector petroquímico. Su dominación en esa área creció tremendamente en el período de la privatización del sector, en el gobierno de Fernando Henrique, cuando incorporó, también a bajo costo, grande parte do patrimonio nacional. En el gobierno Lula, con los incrementos en el etanol, la empresa también decidió entrar en ese campo, creando un sector de biotecnología. Fue una marca que se consolidó a costo de la riqueza pública y hoy, en muchos países de América latina, comportase como un monstro a chupar las riquezas de las gentes vecinas, como es el caso de Bolivia y Ecuador. En ese último el presidente Correa llego a expulsar la empresa de las tierras ecuatorianas por estar involucrada en irregularidades. En Brasil, busca comprar las conciencias actuando en el área cultural, ofreciendo premios e inversiones en arte y cultura.
Petrobras – Esa es una empresa que siempre estuve colgada a la identidad nacional. Creada en el gobierno nacionalista de Getulio Vargas, en 1953, fue el móvil de la campaña "El petróleo es nuestro” que unió el país de norte al sur. Pero, con el pasar del tiempo y con la sucesión de gobiernos militares y después neoliberales, la empresa fue escapando de las manos del país. Empezó su proceso de privatización en el gobierno de Fernando Henrique (1999) y en octubre de 2010, desafortunadamente en el gobierno de Lula, efectuó la mayor capitalización en capital abierto de la historia de la humanidad: US$ 72,8 mil millones de dólares. Hoy ya no puede más decirse nacional, además de la insistencia de los medios y hasta del gobierno. Es la cuarta mayor empresa del mundo y la segunda mayor en el continente americano, operando en 28 países con lucros anuales que pasan de los 20 mil millones de reales (de 15 a 17 mil millones de dólares). Tiene refinerías en Argentina, Estados Unidos y Japón. Ahora, con la descubierta del pre-sal, la empresa se volvió la niña de los huevos de oro de la rapacidad global. Su acción en Bolivia, cuando de la asunción de Evo Morales y la nacionalización del gas, fue digna de las más sucias empresas privadas del mundo. Ahora, con la descubierta del pre-sal, una de las mayores reservas de petróleo del mundo, grande parte de esa riqueza verterá para manos privadas.
Gerdau – La empresa Gerdau es líder en la producción de acero largo en las Américas y una de las mayores vendedoras de acero largo especial del mundo. Tiene 40 mil empleados y actúa en 13 países, en las tres Américas, Europa y Asia. Tiene una capacidad de producir más de 25 millones de toneladas de acero. Es la mayor recicladora del mundo, transformando millones de toneladas de basura en acero. Tiene 140 mil accionistas y opera en las bolsas de San Pablo, Nueva Jorque e Madrid. Sus productos, comercializados en los cinco continentes, atienden a la construcción civil, industria y agropecuaria
Votorantim – La empresa Votorantin nasció como una fábrica de tejido en 1918. Era una empresa familiar. En los años 30 empezó en la rama química y después en el de aluminio. En los 80 estaba en la rama de las papeleras y en el sector financiero creando el Banco Votorantin. Desde los años 2000 empezó su expansión internacional. Está involucrada en los sectores de metales, siderurgia, energía, cimento, papeles etc…
El proceso de internacionalización de esas empresas hasta entonces brasileñas, con las privatizaciones e inversiones del Estado empezaran en el gobierno de Fernando Henrique, en los años 90, pero es necesario entender que la expansión subimperialista se fortaleció con una nueva ola en el gobierno de Lula, justamente por cuenta del proceso de crecimiento económico que se ha vivido en el país, lo que parece comprobar la siempre voraz necesidad del capital de expandirse más e más. Y que también suele comprobar la teoría de Gunder Frank que decía que siempre que los países centrales están en crisis, es muy probable que algunas de sus periferias registren crecimiento. Es lo que pasa hoy.
En el año de 2006, por primera vez, las inversiones de empresas brasileñas en el exterior ultrapasaran el volumen de capitales que adentró al país. Eso siguió igual en 2007 cuando se invirtió casi 30 mil millones de dólares en el exterior y por ahora así se mantiene. Empresas como Gerdau e Vale tiene inversiones de 25 millones en los países de América del Sur, bien como Odebrecht e Camargo Correa que tienen buena parte de sus lucros provenientes de los países vecinos como Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Paraguay.
También el Banco Nacional de Desarrollo Económico Social (BNDES) tiene actuado como importante fuente de recursos para instalaciones de empresas brasileñas en los países vecinos, así como efectuando préstamos para construcción de obras de infraestructura y para compra de aviones o autobuses. Hoy, prácticamente todas las grandes obras que están siendo hechas en los países de América del Sur tiene la presencia de las gigantes brasileñas, que además ya ni siquiera son nacionales, pero transnacionales.
Por parte de la derecha brasileña hay muchas críticas al gobierno Lula y ahora al de Dilma, pero no en relación a la actuación de las multinacionales, que aparecen como "nacionales” a los ojos de la sociedad. Por el contrario. Insaciables, quieren más y más subsidios y insisten en la necesidad del estado financiar los riesgos de esas empresas y otras más, como el reciente caso del BNDES financiar la fusión de una empresa de un conocido empresario nacional, Abilio Diniz, con otra empresa francesa. El banco liberó 4 mil millones para ese negocio privado. Lo que es necesario subrayar es que los capitalistas nacionales raramente corren algún riesgo, una vez que generalmente el Estado suele resolver cualquier problema que tengan. Pero eso nos parece igual en cualquier lugar, basta mirar como el gobierno de los EEUU enfrentaran la crisis de los bancos. Lo que arrasa con la idea del estado mínimo, tan cara a los neoliberales.
Ya parte de la izquierda (¿o sería un centro derecha?) que apoya la política del estado para las empresas transnacionales acredita firmemente que esa acción en los países latino-americanos es el comienzo de la integración tan soñada, que el Brasil está haciendo lo que debe a sus "hermanos” latinos. Pero en nuestra evaluación, eso nos es verdad. La acción de las empresas transnacionales (vistas como brasileñas) son predadoras y muchas veces hasta criminosas, como fue el caso de la actuación de las empresas brasileñas en el Ecuador. Sin contar la acción armada del propio estado brasileño con la operación en Haití, que ya lleva más de cinco años. Algunas personas prefieren creer que es una acción humanitaria, pero ¿qué humanidad puede haber en un ejército armado en contra de la gente? Muchas son las denuncias de atrocidades que se comenten por allá y es el ejército brasileño quien está en el comando.
Pero lo que pasa es que todo eso no ocurre sin lucha. Hay una queda de brazo entre tres modelos de desarrollo muy distintos que es, en última instancia, lo que está en juego de verdad. Uno de ellos es ese, del capitalismo dependiente y subimperialista, hegemonizado por la clase dominante. El segundo es el modelo trabajado desde la izquierda, que hoy propone lo que se configuró llamar de Socialismo del Siglo XXI, que recupera los principios basilares del socialismo dialécticamente combinados con los nuevos tiempos. Y en tercero lugar está el modelo que viene de las luchas indígenas, secularmente olvidadas tanto por la derecha cuanto por la izquierda. Según los lideres de esos levantamientos de la gente originaria, la propuesta del socialismo del siglo XX no les contempla y no lleva en consideración sus demandas. La propuesta de los indígenas están consolidadas en el paradigma del "sumak causay”, que quiere decir bien-vivir. Eso concepto que empieza a andar por toda Abya Yala (nombre originario de América Latina) trabaja con la idea de una harmonía con la naturaleza, con la explotación sustentable de los recursos, con la vivencialidad de viejos principios como solidaridad, comunidad, equidad, cooperación, muchos deles muy alejados de las propuestas desarrollistas que existen tanto en el proyecto hegemónico cuanto en los planes de la izquierda.
Muchos otros ejemplos de la acción subimperialista se cuentan a decenas en América Latina, pero la lucha en contra también es muy fuerte, aun más que los pueblos están cambiando sus leyes, fortaleciendo sus instituciones, dando vida a un nuevo constitucionalismo, como es el caso de Ecuador, Venezuela y Bolivia. Hay un proceso revolucionario en curso hoy en Abya Yala, algo que está para mucho más allá de lo que puede pensar el pensamiento progresista o el de la izquierda ortodoxa. Hay un grito comunitario y popular que empezó con fuerza en los años 90, desde Quito, Ecuador, pasando por la revolución zapatista en México, llegando a Bolivia con las guerras de la agua e del gas. Todas esas luchas fueran y son en contra de la acción predadora de las multinacionales y de los gobiernos títeres del imperio. Ahora, lo que pasa es que esa marcha del pueblo en lucha ya no puede más parar.
Eso se queda aún más fuerte con la acción popular insurgente en Europa y Estados Unidos, espacios hasta entonces "domesticados” por la idea del bien-estar social. Eso ya no hay. Y mismo en las regiones que aparecían como el centro del capitalismo ya se pueden percibir los abismos. Eso hace con que la gente se levante en rebelión contra el sistema que los oprime: el capitalismo. Así que todo está en abierto… y todo puede cambiar!...
Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=63314 (Modificado)
Periodista en el Instituto de Estudios Latinoamericanos - Adital
El sistema capitalista tiene una consigna que es el retrato vivo de su naturaleza: para que un viva, otro tiene que morir. Nadie que viva en ese sistema puede escapar de eso. No es sin razón que la principal discusión del mundo actual sea justamente la idea de desarrollo, pues, cada día más la gente se da cuenta de que la promesa de desarrollo que está imbricada en la idea capitalista de producción solo es buena para muy pocos. En los países centrales, que son la punta del sistema, el desarrollo es desigual y combinado. Siempre hay una camada significativa de la población que se queda explotada y en situación de pobreza extrema, sirviendo como mano de obra para que el sistema se haga.
En los países de la periferia del sistema lo que existe es un capitalismo dependiente, y el desarrollo posible es únicamente el desarrollo del subdesarrollo pues como ya mostró con mucha eficacia el teórico Andre Gunder Frank, es de la naturaleza del capitalismo crear matrices y periferias, en camadas. Así, la promesa del capitalismo se vuelve ilusoria. Jamás, en el sistema, la gente que vive en la periferia podrá desarrollarse. Es una mentira que, de tantas veces repetida, aparece como verdad. Lo que sí, puede pasar, es algunos países de periferia desarrollaren algunos aspectos de la vida o de algunas regiones, pero al mismo tiempo, causando el subdesarrollo de otras.
Eso es lo que pasa en Brasil. Es, de hecho, un gigante, ocupando 47% del área de América Latina. Tiene 8.514.876 quilómetros cuadrados y 23 mil quilómetros de frontera. Aparece como una potencia en la región y desde los años 50 del siglo pasado, cuando empezó a aceptar todos los conceptos del desarrollo capitalista tiene vivido esa realidad. Desarrollo en algunas regiones y miseria infinita en otras. Capitalismo dependiente. Hoy, viviendo un momento de crecimiento económico, refuerza aún más su política subimperialista en relación con los demás países vecinos. Política esa que empezó con fuerza en el periodo de la dictadura militar, cuando igualmente pasó por un vigoroso proceso de crecimiento, apoyado por el imperio estadunidense.
El teórico brasileño Ruy Mauro Marini es el que mejor ha definido el concepto de subimperialismo llevado a cabo por los países dependientes, como es el caso de Brasil en América Latina. Marini deja muy claro que el subimperialismo no es un imperialismo de grandeza menor o de segunda categoría. Es un fenómeno que comparte leyes del desarrollo capitalista comunes a la teoría del imperialismo (monopolios e capital financiero), aunque tenga elementos propios que corresponden al funcionamiento del capitalismo dependiente tales como la superexplotación del trabajo, la integración del capital nacional al extranjero y la monopolización extrema a favor de la industria suntuaria. Aun segundo Marini, el subimperialismo sigue la lógica de la cooperación antagónica, cual sea, al mismo tiempo en que coopera con el imperialismo en las políticas generales, actúa en una dinámica contradictoria buscando el dominio entre sus vecinos, buscando hegemonía regional.
Esa dinámica ya pudo ser notada a partir de los años 60 cuando la nueva división del trabajo del pos guerra ha generado subcentros políticos que, además de su dependencia, entraran en la etapa del monopolio y del capital financiero. En caso de Brasil ese movimiento empezó en la década del 1970, cuando el régimen militar vivió el que se quedó conocido como el "milagro brasileño”, época de crecimiento económico con fuerte participación del capital extranjero y una forma específica de la reproducción del capital, o sea, el desarrollo del subdesarrollo. A los años 70 Brasil ya estaba en el nono lugar en la producción de automóviles y era el segundo exportador de armas, quedando atrás solamente de Israel. Así, como muy bien explica Ruy Mauro Marini, el subimperialismo brasileño "no es solo la expresión de un fenómeno económico. Resulta en una amplia medida del proceso mismo de la lucha de clase en el país y del proyecto político, definido por el equipo tecnocrático-militar que asume el poder en 1964, aunados a condiciones coyunturales en la economía y la política mundiales”. En esa década hubo un "boom” financiero que se desplazó hacia los países subdesarrollados. En ese tiempo el Brasil estaba en la primera fila entre los receptores de monedas extranjeras. Al final de 1967 empieza con fuerza el mercado de capitales en Brasil, con el propio gobierno abriendo las puertas para las inversiones y prestamos en dinero entre empresas extranjeras e nacionales. Eso permitió el crecimiento en los años 70. Para que se tenga una idea, según Marini, las inversiones extranjeras, de 1966 al 1970 pasaran de 479 mil a 3.485 mil millones de dólares. Y el estado tenía que abrir camino para su realización. Crecía entonces los ares de potencia de Brasil.
Así que no fue sin razón la otra forma de actuación subimperialista concretizada en el saqueo de materias-primas y fuentes de energía en los países vecinos, como el leonino tratado de Itaipu firmado con el Paraguay, en 1973, para la construcción de la mayor usina hidroeléctrica de América Latina, en el Rio Paraná. La obra, que consumió 27 millones de dólares aún destruyó una de las mayores bellezas naturales de la región: las siete quedas de Iguazú, hecho que demandó mucha lucha de la gente brasileña.
En aquellos días, el Paraguai no ha aportado nada para la construcción (quedó con una deuda), pero al longo de todos esos años, ha sido penalizado con la compra de la energía a precios muy baratos. Como el país vecino solamente necesita de 4% de la energía generada, el restante de su mitad, se viene al Brasil, pero podría ser vendido a otros pareceros. Cosa que no es posible por el tratado. Y cuando el gobierno paraguayo intentó cambiar eso, fue azotado por los dirigentes de la usina, como se puede ver en la declaración de Jorge Samek, presidente en aquel entonces: "Cualquier tribunal internacional se limitará a analizar el tratado, que está siendo cumplido integralmente y es totalmente justo (subrayo mio). Si vamos a un tribunal internacional, Brasil terminará recibiendo una carta de felicitación". La demanda de Paraguay era que el Brasil empezase a pagar 1.200 millones de dólares al revés de los 130 mil dólares que estaba pagando.
En ese tratado que sigue vigente, el Paraguay estaba obligado a vender su excedente energético a Brasil hasta el año de 2023, y por un precio absurdamente bajo. El total era de 45,31 dólares, pero solamente 2,81 se quedaba con el gobierno paraguayo, una vez que el restante era enviado al Brasil como pagamento de la deuda con la construcción. La cuestión del precio solo fue reparada hace tiempo, en julio de 2011, ya en el gobierno de Fernando Lugo. En el nuevo acuerdo el Brasil triplica lo que paga al Paraguay y el país vecino puede vender su parte de energía a otras empresas. Pero aún así, celebra unos otros acuerdos de "ayuda” al Paraguay que puede redundar en más deudas.
Intervenciones militares también fueran hechas en la década de 70, como en el caso de la Bolivia, cuando la gente luchaba por una Asamblea Popular en 1970. Brasil ofreció ayuda a los adversarios de Juan José Torres, y eso fue decisivo en el golpe de estado, con el derrame de armas por aviones brasileños en Santa Cruz de la Sierra. En 1971 el ejército brasileño estuve pronto para invadir a Uruguay, por ocasión de las elecciones y solo no hice porque el candidato de la derecha venció. Pero, aún así, el Uruguay siguió recibiendo ayuda del gobierno brasileño con en entreno de los escuadrones de la muerte que pusieran fin a los tupamaros (grupo de izquierda que luchaba por una liberación nacional). Hoy también ya se sabe que el gobierno de Brasil ha colaborado con los EUA en el golpe en contra de Salvador Allende, en 1974. Y esos son apenas algunos de los ejemplos que muestran la colaboración con el imperio en cuanto se van haciendo las bases para la explotación subimperialista. En esos tiempos, conforme describe Ruy Marini, la burguesía nacional ya tenía muy claro que su mejor opción – una vez que había fracasado el proyecto de un desarrollo capitalista autónomo – sería quedarse como socia secundaria del imperialismo, garantizando algunas cosas por la vía de la dominación regional. Fue una aposta segura de la clase dominante.
A partir de los años 80 la política de expansión del capitalismo brasileño quedó más fuerte y las empresas empezaran un movimiento de inversiones crecientes en el exterior. Preparaban las bases para una dominación sistemática en casi todos los países vecinos. De la misma manera, las inversiones extranjeras en Brasil también crecían asustadoramente, desnacionalizando muchas empresas. En los años 90, con las criminosas privatizaciones llevadas a cabo por Fernando Henrique Cardoso, empresas estatales como Vale do Rio Doce, e Companhia Siderúrgica Nacional cayeran en manos privadas para, poco después, se tornaren gigantes multinacionales con tentáculos por todo el continente y mas allá. Una lucha titánica fue trabada en nuestro país para que esas empresas no fuesen entregues a los especuladores internacionales, pero la gente fue derrotada. Y para tenerse en cuenta el tamaño del saqueo, solamente la empresa Vale do Rio Doce (detentora de la mayor reserva de la minería de hierro del mundo) fue vendida por 3 mil millones de dólares, y en el mismo año – ya en manos privadas - encerraba su balance con un lucro de más de cinco mil millones. Hoy es una de las empresas que más lucra en el país, llegando a 6.452 mil millones solo en el segundo trimestre de ese año, y opera en los cinco continentes en la misma lógica de explotación laboral que cualquier otra multinacional.
Con la llegada de Luis Inácio Lula da Silva al poder, empezó también una nueva ola de internacionalización de la economía. En ese aspecto el Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDS) tiene cumplido una misión muy específica. Trata de financiar obras de grande bulto en los países vecinos como Perú, Ecuador e Bolivia, imponiendo a esos países compañías brasileñas como la Petrobras, Odebrech, Andrade Gutiérrez y otras. Su tatica de actuación en esos países corresponde a una transnacional igual a cualquier otra de nivel mundial, con toda su carga de problemas y conflictos con las populaciones locales. Basta el recuerdo de lo que pasó en Bolivia con la cuestión del gas, así que asumió Evo Morales, cuando el país vecino intentó cambiar los acuerdos que tenía con la Petrobras, en el cual la Bolivia estaba siendo sangrada. Las declaraciones de los políticos y empresarios brasileños fueran típicas del imperio. Se hablaba incluso de guerra. También podemos apuntar la destruición al ambiente establecida por empresas brasileñas en Ecuador, con recurrentes conflictos en las comunidades indígenas, y la actualísima cuestión involucrando el BNDS y la lucha de 63 comunidades de un Parque Nacional en Bolivia, donde el gobierno empezaba a construir una carretera que más bien serbia a los intereses de Brasil que de Bolivia.
En el decir del abogado y ex-ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Soliz Rada, "las líneas maestras de la política bandeirante (de Brasil) no tienen freno. El Brasil está promoviendo una geofagia en América Latina”. Sobre la acción de Brasil en su país sigue diciendo Solíz Rada: "Su base de sustentación está en la burguesía de San Pablo, que convirtió a Brasil en acreedor del FMI, incrementó su influencia en el Banco Mundial, privatizó un tercio de la Amazonía en favor de ganaderos y madereros, logró que IIRSA se acomode a sus intereses de infraestructura vial, compró a Francia un submarino nuclear para proteger sus reservas de gas junto al mar, para luego anular la adquisición de aviones franceses y reemplazarlos por otros de fabricación estadounidense. Ha sido sede del Foro Social Mundial, en el que expusieron sus posiciones anticapitalistas Castro, Chávez y Evo Morales, sin preocuparse que la Fundación Ford, vinculada a la CIA y que ayudó a Hitler a tomar el poder, fuera una de sus principales auspiciadoras”.
Lo que sí es cierto es que la expansión subimperialista de Brasil en América Latina sigue muy firme. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo, solo en el año de 2010, el Brasil envió – a través de las compañías ditas "nacionales” – cerca de 11, 5 mil millones de dólares al exterior. Eso pasó porque Compañías brasileñas como a Vale, Gerdau, Camargo Correa, Votorantim, Petrobras e Brasken hicieran importantes adquisiciones en las industrias de la minería del hierro, acero, alimentación, cimentos, químicos y refino del petróleo, incluso en los países desarrollados.
Algunos datos importantes de las empresas brasileñas
Compañía Siderúrgica Nacional – Es la mayor siderúrgica de América Latina. Fue privatizada en 1993 por el presidente Itamar Franco, debajo de mucho protesta. Su venta fue un crimen de lesa-patria pues el precio pedido fue de apenas 1.200 mil millones. Hoy, su receta liquida, solamente en el primer semestre de 2011, ultrapasa los 8 mil millones de dólares, teniendo aún más de 11 mil millones de dólares en caja. Su principal usina produce cerca de 6 millones de toneladas de acero bruto y más de 5 millones de toneladas de laminados por año, siendo considerada una de las más productivas del mundo. Tiene usinas en todo país y fuera, incluso en los Estados Unidos y Portugal.
Vale do Rio Doce - Es la mayor productora de hierro en el mundo y la segunda en la producción de níquel pero también actúa en la explotación de bauxita, manganés, aluminio, cobre y carbón. Creada en el gobierno de Getulio Vargas esa era una empresa con instalaciones en 19 estados del país, operando 9 mil kilómetros de ferrocarriles, puertos usinas e terminales marítimos. Fue privatizada en el gobierno de Fernando Henrique (1997) - además de toda la movilización popular en contra de eso - por el valor que equivaldría a un trimestre de su receta (cerca de 3 mil millones de dólares), fue prácticamente una donación. Hace poco, en el año de 2006 ha incorporado la empresa canadiense INCO, la mayor del mundo en minería de níquel. La Vale tiene hoy un valor de mercado de 298 mil millones, a frente incluso de del la gigante IBM. La Vale emplea 119 mil personas y está presente en 38 países del mundo tales como África del Sur, Angola, Argentina, Australia, Barbados, Canadá, Chile, China, Singapur, Colombia, Corea do Sul, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Gabán, Guiñé, India, Indonesia, Japón, Liberia, Malasia, Malauí, Mozambique, Mongolia, Noruega, Nova Caledonia, Omán, Paraguay, Perú, República Democrática do Congo, Reino Unido, Suiza, Zambia, Tailandia y Taiwán. Lo que pasa es que la Vale actúa en el subsuelo, así, por toda parte anda a cavar huecos, sacando las riquezas nacionales. Por estar en manos privadas saquea nuestras riquezas públicas. Sus lucros líquidos ultrapasan los 15 mil millones de dólares al año. En febrero de 2010 adquirió los activos de la empresa estadunidense Bungue Limited, responsable por la producción de insumos agrícolas.
Odebrecht - Esa es una constructora que empezó su vida en 1944 como una empresa brasileña pero desde los años 80 viene expandido su actuación hacia otros países con la creación de una "holding” de capital abierto. Desde ahí comportase como transnacional con negocios nos Estados Unidos, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Malasia, Iraquí, en fin, en todos los continentes. Desde los años 70 empezó a diversificar su negocio actuando también en el sector petroquímico. Su dominación en esa área creció tremendamente en el período de la privatización del sector, en el gobierno de Fernando Henrique, cuando incorporó, también a bajo costo, grande parte do patrimonio nacional. En el gobierno Lula, con los incrementos en el etanol, la empresa también decidió entrar en ese campo, creando un sector de biotecnología. Fue una marca que se consolidó a costo de la riqueza pública y hoy, en muchos países de América latina, comportase como un monstro a chupar las riquezas de las gentes vecinas, como es el caso de Bolivia y Ecuador. En ese último el presidente Correa llego a expulsar la empresa de las tierras ecuatorianas por estar involucrada en irregularidades. En Brasil, busca comprar las conciencias actuando en el área cultural, ofreciendo premios e inversiones en arte y cultura.
Petrobras – Esa es una empresa que siempre estuve colgada a la identidad nacional. Creada en el gobierno nacionalista de Getulio Vargas, en 1953, fue el móvil de la campaña "El petróleo es nuestro” que unió el país de norte al sur. Pero, con el pasar del tiempo y con la sucesión de gobiernos militares y después neoliberales, la empresa fue escapando de las manos del país. Empezó su proceso de privatización en el gobierno de Fernando Henrique (1999) y en octubre de 2010, desafortunadamente en el gobierno de Lula, efectuó la mayor capitalización en capital abierto de la historia de la humanidad: US$ 72,8 mil millones de dólares. Hoy ya no puede más decirse nacional, además de la insistencia de los medios y hasta del gobierno. Es la cuarta mayor empresa del mundo y la segunda mayor en el continente americano, operando en 28 países con lucros anuales que pasan de los 20 mil millones de reales (de 15 a 17 mil millones de dólares). Tiene refinerías en Argentina, Estados Unidos y Japón. Ahora, con la descubierta del pre-sal, la empresa se volvió la niña de los huevos de oro de la rapacidad global. Su acción en Bolivia, cuando de la asunción de Evo Morales y la nacionalización del gas, fue digna de las más sucias empresas privadas del mundo. Ahora, con la descubierta del pre-sal, una de las mayores reservas de petróleo del mundo, grande parte de esa riqueza verterá para manos privadas.
Gerdau – La empresa Gerdau es líder en la producción de acero largo en las Américas y una de las mayores vendedoras de acero largo especial del mundo. Tiene 40 mil empleados y actúa en 13 países, en las tres Américas, Europa y Asia. Tiene una capacidad de producir más de 25 millones de toneladas de acero. Es la mayor recicladora del mundo, transformando millones de toneladas de basura en acero. Tiene 140 mil accionistas y opera en las bolsas de San Pablo, Nueva Jorque e Madrid. Sus productos, comercializados en los cinco continentes, atienden a la construcción civil, industria y agropecuaria
Votorantim – La empresa Votorantin nasció como una fábrica de tejido en 1918. Era una empresa familiar. En los años 30 empezó en la rama química y después en el de aluminio. En los 80 estaba en la rama de las papeleras y en el sector financiero creando el Banco Votorantin. Desde los años 2000 empezó su expansión internacional. Está involucrada en los sectores de metales, siderurgia, energía, cimento, papeles etc…
El proceso de internacionalización de esas empresas hasta entonces brasileñas, con las privatizaciones e inversiones del Estado empezaran en el gobierno de Fernando Henrique, en los años 90, pero es necesario entender que la expansión subimperialista se fortaleció con una nueva ola en el gobierno de Lula, justamente por cuenta del proceso de crecimiento económico que se ha vivido en el país, lo que parece comprobar la siempre voraz necesidad del capital de expandirse más e más. Y que también suele comprobar la teoría de Gunder Frank que decía que siempre que los países centrales están en crisis, es muy probable que algunas de sus periferias registren crecimiento. Es lo que pasa hoy.
En el año de 2006, por primera vez, las inversiones de empresas brasileñas en el exterior ultrapasaran el volumen de capitales que adentró al país. Eso siguió igual en 2007 cuando se invirtió casi 30 mil millones de dólares en el exterior y por ahora así se mantiene. Empresas como Gerdau e Vale tiene inversiones de 25 millones en los países de América del Sur, bien como Odebrecht e Camargo Correa que tienen buena parte de sus lucros provenientes de los países vecinos como Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Paraguay.
También el Banco Nacional de Desarrollo Económico Social (BNDES) tiene actuado como importante fuente de recursos para instalaciones de empresas brasileñas en los países vecinos, así como efectuando préstamos para construcción de obras de infraestructura y para compra de aviones o autobuses. Hoy, prácticamente todas las grandes obras que están siendo hechas en los países de América del Sur tiene la presencia de las gigantes brasileñas, que además ya ni siquiera son nacionales, pero transnacionales.
Por parte de la derecha brasileña hay muchas críticas al gobierno Lula y ahora al de Dilma, pero no en relación a la actuación de las multinacionales, que aparecen como "nacionales” a los ojos de la sociedad. Por el contrario. Insaciables, quieren más y más subsidios y insisten en la necesidad del estado financiar los riesgos de esas empresas y otras más, como el reciente caso del BNDES financiar la fusión de una empresa de un conocido empresario nacional, Abilio Diniz, con otra empresa francesa. El banco liberó 4 mil millones para ese negocio privado. Lo que es necesario subrayar es que los capitalistas nacionales raramente corren algún riesgo, una vez que generalmente el Estado suele resolver cualquier problema que tengan. Pero eso nos parece igual en cualquier lugar, basta mirar como el gobierno de los EEUU enfrentaran la crisis de los bancos. Lo que arrasa con la idea del estado mínimo, tan cara a los neoliberales.
Ya parte de la izquierda (¿o sería un centro derecha?) que apoya la política del estado para las empresas transnacionales acredita firmemente que esa acción en los países latino-americanos es el comienzo de la integración tan soñada, que el Brasil está haciendo lo que debe a sus "hermanos” latinos. Pero en nuestra evaluación, eso nos es verdad. La acción de las empresas transnacionales (vistas como brasileñas) son predadoras y muchas veces hasta criminosas, como fue el caso de la actuación de las empresas brasileñas en el Ecuador. Sin contar la acción armada del propio estado brasileño con la operación en Haití, que ya lleva más de cinco años. Algunas personas prefieren creer que es una acción humanitaria, pero ¿qué humanidad puede haber en un ejército armado en contra de la gente? Muchas son las denuncias de atrocidades que se comenten por allá y es el ejército brasileño quien está en el comando.
Pero lo que pasa es que todo eso no ocurre sin lucha. Hay una queda de brazo entre tres modelos de desarrollo muy distintos que es, en última instancia, lo que está en juego de verdad. Uno de ellos es ese, del capitalismo dependiente y subimperialista, hegemonizado por la clase dominante. El segundo es el modelo trabajado desde la izquierda, que hoy propone lo que se configuró llamar de Socialismo del Siglo XXI, que recupera los principios basilares del socialismo dialécticamente combinados con los nuevos tiempos. Y en tercero lugar está el modelo que viene de las luchas indígenas, secularmente olvidadas tanto por la derecha cuanto por la izquierda. Según los lideres de esos levantamientos de la gente originaria, la propuesta del socialismo del siglo XX no les contempla y no lleva en consideración sus demandas. La propuesta de los indígenas están consolidadas en el paradigma del "sumak causay”, que quiere decir bien-vivir. Eso concepto que empieza a andar por toda Abya Yala (nombre originario de América Latina) trabaja con la idea de una harmonía con la naturaleza, con la explotación sustentable de los recursos, con la vivencialidad de viejos principios como solidaridad, comunidad, equidad, cooperación, muchos deles muy alejados de las propuestas desarrollistas que existen tanto en el proyecto hegemónico cuanto en los planes de la izquierda.
Muchos otros ejemplos de la acción subimperialista se cuentan a decenas en América Latina, pero la lucha en contra también es muy fuerte, aun más que los pueblos están cambiando sus leyes, fortaleciendo sus instituciones, dando vida a un nuevo constitucionalismo, como es el caso de Ecuador, Venezuela y Bolivia. Hay un proceso revolucionario en curso hoy en Abya Yala, algo que está para mucho más allá de lo que puede pensar el pensamiento progresista o el de la izquierda ortodoxa. Hay un grito comunitario y popular que empezó con fuerza en los años 90, desde Quito, Ecuador, pasando por la revolución zapatista en México, llegando a Bolivia con las guerras de la agua e del gas. Todas esas luchas fueran y son en contra de la acción predadora de las multinacionales y de los gobiernos títeres del imperio. Ahora, lo que pasa es que esa marcha del pueblo en lucha ya no puede más parar.
Eso se queda aún más fuerte con la acción popular insurgente en Europa y Estados Unidos, espacios hasta entonces "domesticados” por la idea del bien-estar social. Eso ya no hay. Y mismo en las regiones que aparecían como el centro del capitalismo ya se pueden percibir los abismos. Eso hace con que la gente se levante en rebelión contra el sistema que los oprime: el capitalismo. Así que todo está en abierto… y todo puede cambiar!...
Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=63314 (Modificado)
Inseguridad ciudadana, tema central de la agenda política iberoamericana
Por Rogelio Núñez
La agenda política iberoamericana tiene sobre la mesa muchos y variados temas. Desde un punto de vista político, sobresale la necesidad de impulsar profundas reformas para oxigenar el sistema de partidos. Es asimismo necesario seguir profundizando la reforma y modernización del estado.
Desde un punto de vista social, la pobreza, y sobre todo la desigualdad, es el principal caballo de batalla para modernizar las sociedades a fin de que sean capaces de adaptarse a los nuevos requerimientos del mundo de la revolución tecnológica.
En el terreno económico, los países, inmersos dentro de la ortodoxia económica, tienen ahora el reto de diversificar sus economías, aumentar su vinculación con las áreas más dinámicas del mundo, léase Asia, y diversificar también su matriz energética.
Dentro de estos aspectos señalados no puede olvidarse el tema de la inseguridad ciudadana pues América Latina es la región del mundo de mayor índice de criminalidad. Una mirada superficial parecería indicar que se trata de un tema circunscrito a determinadas realidades: el del México azotado por los cárteles, el de la Centroamérica acosada por las maras, el del Brasil de las favelas o la Caracas de los ranchitos.
Un problema regional
Pero esa visión está alejada de la realidad. El fenómeno de la inseguridad ciudadana, y el de la sensación de inseguridad que afecta a las sociedades iberoamericanas, tiene una escala regional pues afecta desde Tijuana en México a Usuhaia en Argentina. Es verdad que lo hace a diferente escala: no es lo mismo la enorme inseguridad que se vive en las calles de Caracas o de la capital guatemalteca o la considerablemente menor que la que padecen en Santiago de Chile o en San José de Costa Rica.
Pero finalmente, tanto el caraqueño como el santiaguino expresan un mismo temor, el de verse afectados por un asalto, un robo o un secuestro que puedan acabar en asesinato. El tema de la seguridad acapara las campañas electorales en países como México (será el gran debate en los comicios presidenciales de 2012), en Guatemala, (el partido que lidera las encuestas para las elecciones de septiembre de 2011 lleva por lema la aplicación de la "Mano Dura") o en Caracas. Eso se sabe y entra dentro de lo "normal".
Lo que parece más relevante es que otros países de la región que se caracterizan por sus bajos niveles de inseguridad también estén preocupados por el tema. Es el caso de Costa Rica, donde la inseguridad ciudadana preocupa al 49 % de los costarricenses, quienes consideran que este es el principal problema del país, de acuerdo con una encuesta de la empresa Unimer. El crimen y la violencia son una preocupación que va en aumento, pues otro sondeo de la misma empresa realizado en octubre de 2010 señaló que en ese momento la inseguridad era el peor problema para el 33 % de los costarricenses.
Otro país considerado una balsa de aceite es Chile. Sin embargo, uno de los pilares de la gestión del presidente Sebastián Piñera desde su llegada a la presidencia en 2010 ha sido el combate contra la delincuencia, uno de los principales reclamos de la ciudadanía. De hecho, su gobierno ha impulsado la creación del nuevo ministerio del Interior y Seguridad Ciudadana, como "un instrumento poderoso para ganarle la batalla a la delincuencia y para proteger con mayor eficacia a las víctimas". También promueve un proyecto de Reforma Constitucional que establece el derecho de las víctimas a tener defensa jurídica y también defensa en materia psicológica y social cuando han sido víctimas del delito.
En Colombia la última encuesta de Gallup, muestra que un 74 por ciento de los encuestados en las cinco principales ciudades dice que la inseguridad en el país está empeorando. Antes de la posesión de Juan Manuel Santos, solo el 17 por ciento decía que la seguridad era el principal problema del país; ahora lo cree casi el doble, el 32 por ciento.
En Perú, país tradicionalmente con bajos índices de inseguridad, ahora casi tres de cada cuatro limeños (72%) manifiestan sentirse inseguros en sus respectivos distritos. En Ecuador, la inseguridad ciudadana se ha convertido en uno de los puntos flacos del presidente Correa quien admite que: "sabemos que los índices de inseguridad son intolerables, a pesar de que estamos por debajo del promedio de América Latina. Ahí están las estadísticas, no es que queremos eludir responsabilidades". Incluso, Uruguay, país tradicionalmente seguro y estable, vive, desde hace unos años, inmerso en fuertes debates sobre cómo combatir la inseguridad.
¿Qué lección se puede sacar de toda estas realidad?
En primer lugar que, sin duda, el problema de la inseguridad ciudadana ha llegado para quedarse por un tiempo largo.
En segundo lugar, se puede constatar que no sólo es un tema que va a perdurar, al menos a medio plazo, sino que se ha generalizado a toda la región, si bien con diferente incidencia y nivel de país a país.
En tercer lugar, parece obvio que las soluciones no pueden ser exclusivamente de "mano dura" o solo preventivas. Se necesita un abordaje global e integral que abarque todas las instituciones involucradas (políticas, judiciales, penitenciarias, de los servicios de inteligencia, sociales, educativas y económicas).
Como señala Fernando Carrillo Florez esa visión integral debe incluir "el diseño e implantación de observatorios del crimen y la violencia; el diseño de campañas para enfrentar algunos de los factores de riesgo conducentes a la violencia, como el abuso del alcohol, el uso de drogas y el porte de armas; las intervenciones para la recuperación de espacios urbanos deteriorados; la profesionalización y modernización de los cuerpos policiales; la creación y adaptación de estaciones de policía para atender de forma más adecuada a las víctimas de violencia doméstica. Los programas de acceso a la justicia constituyen reales herramientas de descentralización del servicio público de la justicia".
Todo ello sin olvidar que "la tendencia de la criminalidad a globalizarse exige enfoques y estrategias transnacionales y regionales" y que debe evitarse el falso dilema entre "represión" o "prevención" pues en determinados casos habrá que utilizarlas paralelamente y, en otras ocasiones, privilegiar la una o la otra.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Fuente: http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_5148_ESP.asp (Modificado)
La agenda política iberoamericana tiene sobre la mesa muchos y variados temas. Desde un punto de vista político, sobresale la necesidad de impulsar profundas reformas para oxigenar el sistema de partidos. Es asimismo necesario seguir profundizando la reforma y modernización del estado.
Desde un punto de vista social, la pobreza, y sobre todo la desigualdad, es el principal caballo de batalla para modernizar las sociedades a fin de que sean capaces de adaptarse a los nuevos requerimientos del mundo de la revolución tecnológica.
En el terreno económico, los países, inmersos dentro de la ortodoxia económica, tienen ahora el reto de diversificar sus economías, aumentar su vinculación con las áreas más dinámicas del mundo, léase Asia, y diversificar también su matriz energética.
Dentro de estos aspectos señalados no puede olvidarse el tema de la inseguridad ciudadana pues América Latina es la región del mundo de mayor índice de criminalidad. Una mirada superficial parecería indicar que se trata de un tema circunscrito a determinadas realidades: el del México azotado por los cárteles, el de la Centroamérica acosada por las maras, el del Brasil de las favelas o la Caracas de los ranchitos.
Un problema regional
Pero esa visión está alejada de la realidad. El fenómeno de la inseguridad ciudadana, y el de la sensación de inseguridad que afecta a las sociedades iberoamericanas, tiene una escala regional pues afecta desde Tijuana en México a Usuhaia en Argentina. Es verdad que lo hace a diferente escala: no es lo mismo la enorme inseguridad que se vive en las calles de Caracas o de la capital guatemalteca o la considerablemente menor que la que padecen en Santiago de Chile o en San José de Costa Rica.
Pero finalmente, tanto el caraqueño como el santiaguino expresan un mismo temor, el de verse afectados por un asalto, un robo o un secuestro que puedan acabar en asesinato. El tema de la seguridad acapara las campañas electorales en países como México (será el gran debate en los comicios presidenciales de 2012), en Guatemala, (el partido que lidera las encuestas para las elecciones de septiembre de 2011 lleva por lema la aplicación de la "Mano Dura") o en Caracas. Eso se sabe y entra dentro de lo "normal".
Lo que parece más relevante es que otros países de la región que se caracterizan por sus bajos niveles de inseguridad también estén preocupados por el tema. Es el caso de Costa Rica, donde la inseguridad ciudadana preocupa al 49 % de los costarricenses, quienes consideran que este es el principal problema del país, de acuerdo con una encuesta de la empresa Unimer. El crimen y la violencia son una preocupación que va en aumento, pues otro sondeo de la misma empresa realizado en octubre de 2010 señaló que en ese momento la inseguridad era el peor problema para el 33 % de los costarricenses.
Otro país considerado una balsa de aceite es Chile. Sin embargo, uno de los pilares de la gestión del presidente Sebastián Piñera desde su llegada a la presidencia en 2010 ha sido el combate contra la delincuencia, uno de los principales reclamos de la ciudadanía. De hecho, su gobierno ha impulsado la creación del nuevo ministerio del Interior y Seguridad Ciudadana, como "un instrumento poderoso para ganarle la batalla a la delincuencia y para proteger con mayor eficacia a las víctimas". También promueve un proyecto de Reforma Constitucional que establece el derecho de las víctimas a tener defensa jurídica y también defensa en materia psicológica y social cuando han sido víctimas del delito.
En Colombia la última encuesta de Gallup, muestra que un 74 por ciento de los encuestados en las cinco principales ciudades dice que la inseguridad en el país está empeorando. Antes de la posesión de Juan Manuel Santos, solo el 17 por ciento decía que la seguridad era el principal problema del país; ahora lo cree casi el doble, el 32 por ciento.
En Perú, país tradicionalmente con bajos índices de inseguridad, ahora casi tres de cada cuatro limeños (72%) manifiestan sentirse inseguros en sus respectivos distritos. En Ecuador, la inseguridad ciudadana se ha convertido en uno de los puntos flacos del presidente Correa quien admite que: "sabemos que los índices de inseguridad son intolerables, a pesar de que estamos por debajo del promedio de América Latina. Ahí están las estadísticas, no es que queremos eludir responsabilidades". Incluso, Uruguay, país tradicionalmente seguro y estable, vive, desde hace unos años, inmerso en fuertes debates sobre cómo combatir la inseguridad.
¿Qué lección se puede sacar de toda estas realidad?
En primer lugar que, sin duda, el problema de la inseguridad ciudadana ha llegado para quedarse por un tiempo largo.
En segundo lugar, se puede constatar que no sólo es un tema que va a perdurar, al menos a medio plazo, sino que se ha generalizado a toda la región, si bien con diferente incidencia y nivel de país a país.
En tercer lugar, parece obvio que las soluciones no pueden ser exclusivamente de "mano dura" o solo preventivas. Se necesita un abordaje global e integral que abarque todas las instituciones involucradas (políticas, judiciales, penitenciarias, de los servicios de inteligencia, sociales, educativas y económicas).
Como señala Fernando Carrillo Florez esa visión integral debe incluir "el diseño e implantación de observatorios del crimen y la violencia; el diseño de campañas para enfrentar algunos de los factores de riesgo conducentes a la violencia, como el abuso del alcohol, el uso de drogas y el porte de armas; las intervenciones para la recuperación de espacios urbanos deteriorados; la profesionalización y modernización de los cuerpos policiales; la creación y adaptación de estaciones de policía para atender de forma más adecuada a las víctimas de violencia doméstica. Los programas de acceso a la justicia constituyen reales herramientas de descentralización del servicio público de la justicia".
Todo ello sin olvidar que "la tendencia de la criminalidad a globalizarse exige enfoques y estrategias transnacionales y regionales" y que debe evitarse el falso dilema entre "represión" o "prevención" pues en determinados casos habrá que utilizarlas paralelamente y, en otras ocasiones, privilegiar la una o la otra.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Fuente: http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_5148_ESP.asp (Modificado)
Chávez, Brasil y Estados Unidos y la pugna por la influencia en Iberoamérica
Por Rogelio Núñez
Tres áreas de influencia geopolítica existen en estos momentos en Iberoamérica. El eje liderado por Brasil, el encabezado por Estados Unidos y el del socialismo del siglo XXI encarnado por Hugo Chávez y sus más cercanos aliados.
A mediados de la pasada década, el bloque del ALBA, con el protagonismo indiscutible del presidente venezolano se alzó como la principal alternativa a la tradicional influencia de Estados Unidos. De hecho, el fracaso del ALCA en 2005 en la cumbre de Mar del Plata supuso la constatación de que la influencia estadounidense había encontrado un valladar en figuras como Hugo Chávez o Néstor Kirchner. De forma paralela, Estados Unidos, debilitado por las guerras en Afganistán e Irak y un prestigio decreciente de George W. Bush, vieron emerger otro liderazgo alternativo, el del cada vez más potente y fuerte Brasil de Lula da Silva.
Un lustro después, en 2011, persisten estos tres ejes pero la situación de cada uno de ellos ha variado considerablemente por diversos motivos de coyuntura económica, política y hasta personal.
La decadencia del eje chavista
La estrella ascendente del chavismo, que entre 2005 y 2007 consiguió unir a su alianza a Cuba (aliada desde 1999), Bolivia, Honduras, Ecuador y Nicaragua, ha retrocedido en su influencia y no ha logrado desde 2008 adherir a nuevos miembros a la coalición. De hecho, uno se ha descolgado, Honduras desde 2009, y la que se antojaba como fuerza imparable del chavismo se encuentra varada por la mala coyuntura económica venezolana (alta inflación que supera el 25%, tres años seguidos de recesión entre 2008 y 2010), el difícil momento político del régimen (unas elecciones presidenciales muy reñidas el año que viene, donde por primera vez la victoria de Chávez no está asegurada) y la mala salud del presidente que le ha obligado a restringir su agenda y ha disminuido su protagonismo nacional y, sobre todo, internacional.
El estancamiento chavista ha marchado paralelo a un incremento del peso de Brasil en la región. Argentina, otrora rival geopolítico brasileño en Sudamérica, padece una clara "brasildependencia" desde el punto de vista económico que le ha llevado a tener una política exterior seguidista con respecto a su vecino. Brasil es el socio más importante para Argentina ya que las exportaciones argentinas a Brasil sumaron en los primeros ocho meses del año la cifra récord de 9.248 millones de dólares, 6,4 por ciento más que en el mismo período de 2008. La mayor economía del Mercosur recibe el 42 de las exportaciones industriales argentinas.
La brasildependencia de Sudamérica
Esa "brasildependencia" es mucho más acusada para los dos países más pequeños de Mercosur, Uruguay y Paraguay. Entre 2005 y 2010, la participación de Brasil como destino de las exportaciones uruguayas subió ocho puntos porcentuales, de 13,6% a 21,5%.
La presencia brasileña es cada vez más importante en Bolivia y su influencia política, a la par que económica, clave en Perú. Ollanta Humala es un declarado aliado de Brasil (fue asesorado en su campaña por hombres del PT brasileño, ha mostrado su cercanía al modelo lulista y claramente apuesta por la alianza con Brasil antes que por potenciar el proyecto del Arco del Pacífico). La apuesta geoestratégica brasileña es doble: primero, pasa por dominar y controlar la Amazonía en colaboración con el resto de países de esa cuenca y en segundo lugar aspira con esas alianza llegar al Pacífico vía directa para comerciar con el gran polo de desarrollo del siglo XXI, el extremo oriente, China, por supuesto, pero también India. Los intereses brasileños en Ecuador también son muy fuertes aunque el nacionalismo de Rafael Correa ha provocado por el momento más tensiones que acercamientos.
Ese protagonismo brasileño puede que atraviese una mala coyuntura a corto plazo pues el liderazgo internacional de Dilma Rousseff está en construcción y sus problemas políticos internos vinculados a los casos de corrupción mantienen absorbida su agenda. Además, los problema económico de Brasil (alta inflación, desaceleración económica y devaluación del real) son ahora la prioridad absoluta.
El poderío renovado de Estados Unidos
El tercer polo de influencia es Estados Unidos. Acosado por la crisis económica y la política (pugna entre el legislativo y Obama) siempre es candidato a entrar en decadencia pero este país sigue siendo una formidable potencia mundial y regional. Así, Estados Unidos mantiene su peso incomparable en México, Centroamérica y parte del Caribe así como una relación bilateral privilegiada con Colombia (vía Plan Colombia desde 1999 y ahora reforzada tras la aprobación del TLC) y Chile (no en vano Obama eligió a este país en su gira por la región en 2010).
¿Hacia dónde puede evolucionar este juego de influencias en el corto plazo?
Todo indica que Estados Unidos seguirá siendo la influencia más notable en la región (aunque deberá compartir progresivamente esta posición con la ascendente China). Brasil, como encarnación de las nuevas potencias emergentes, continuará poseyendo un peso decisivo, más aún teniendo en cuenta que el bloque chavista tiende, a medio plazo, a desvanecerse.
La situación del chavismo tenderá a deteriorarse: el régimen de los Castro, más pronto que tarde, acabará siendo sustituido debido a los cambios internos que sufra la isla y a la desaparición física de sus líderes. El futuro político de Evo Morales se antoja muy complicado también a medio plazo debido al surgimiento de una cada vez más fuerte oposición interna. En esta coyuntura, a Chávez, si la salud y las elecciones presidenciales de 2012 le respetan, solo le quedarían aliados menores como Nicaragua o Ecuador y, fuera de la región, tras perder a Muamar el Gadafi, solo tendría el apoyo de Irán, un "estado canalla" cada vez más aislado y desprestigiado por poner en riesgo la estabilidad mundial.
Así pues, a finales de la segunda década del siglo XXI, la triada formada por Estados Unidos, China y Brasil marcará los pasos de una región a la espera de que otras potencias, como México, estén dispuestas a cumplir el papel al que están llamadas o que potencias secundarias, pero importantes, como Chile, Perú o Colombia hagan valer su cada vez mayor peso.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Fuente: http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_6057_ESP.asp (Modificado)
Tres áreas de influencia geopolítica existen en estos momentos en Iberoamérica. El eje liderado por Brasil, el encabezado por Estados Unidos y el del socialismo del siglo XXI encarnado por Hugo Chávez y sus más cercanos aliados.
A mediados de la pasada década, el bloque del ALBA, con el protagonismo indiscutible del presidente venezolano se alzó como la principal alternativa a la tradicional influencia de Estados Unidos. De hecho, el fracaso del ALCA en 2005 en la cumbre de Mar del Plata supuso la constatación de que la influencia estadounidense había encontrado un valladar en figuras como Hugo Chávez o Néstor Kirchner. De forma paralela, Estados Unidos, debilitado por las guerras en Afganistán e Irak y un prestigio decreciente de George W. Bush, vieron emerger otro liderazgo alternativo, el del cada vez más potente y fuerte Brasil de Lula da Silva.
Un lustro después, en 2011, persisten estos tres ejes pero la situación de cada uno de ellos ha variado considerablemente por diversos motivos de coyuntura económica, política y hasta personal.
La decadencia del eje chavista
La estrella ascendente del chavismo, que entre 2005 y 2007 consiguió unir a su alianza a Cuba (aliada desde 1999), Bolivia, Honduras, Ecuador y Nicaragua, ha retrocedido en su influencia y no ha logrado desde 2008 adherir a nuevos miembros a la coalición. De hecho, uno se ha descolgado, Honduras desde 2009, y la que se antojaba como fuerza imparable del chavismo se encuentra varada por la mala coyuntura económica venezolana (alta inflación que supera el 25%, tres años seguidos de recesión entre 2008 y 2010), el difícil momento político del régimen (unas elecciones presidenciales muy reñidas el año que viene, donde por primera vez la victoria de Chávez no está asegurada) y la mala salud del presidente que le ha obligado a restringir su agenda y ha disminuido su protagonismo nacional y, sobre todo, internacional.
El estancamiento chavista ha marchado paralelo a un incremento del peso de Brasil en la región. Argentina, otrora rival geopolítico brasileño en Sudamérica, padece una clara "brasildependencia" desde el punto de vista económico que le ha llevado a tener una política exterior seguidista con respecto a su vecino. Brasil es el socio más importante para Argentina ya que las exportaciones argentinas a Brasil sumaron en los primeros ocho meses del año la cifra récord de 9.248 millones de dólares, 6,4 por ciento más que en el mismo período de 2008. La mayor economía del Mercosur recibe el 42 de las exportaciones industriales argentinas.
La brasildependencia de Sudamérica
Esa "brasildependencia" es mucho más acusada para los dos países más pequeños de Mercosur, Uruguay y Paraguay. Entre 2005 y 2010, la participación de Brasil como destino de las exportaciones uruguayas subió ocho puntos porcentuales, de 13,6% a 21,5%.
La presencia brasileña es cada vez más importante en Bolivia y su influencia política, a la par que económica, clave en Perú. Ollanta Humala es un declarado aliado de Brasil (fue asesorado en su campaña por hombres del PT brasileño, ha mostrado su cercanía al modelo lulista y claramente apuesta por la alianza con Brasil antes que por potenciar el proyecto del Arco del Pacífico). La apuesta geoestratégica brasileña es doble: primero, pasa por dominar y controlar la Amazonía en colaboración con el resto de países de esa cuenca y en segundo lugar aspira con esas alianza llegar al Pacífico vía directa para comerciar con el gran polo de desarrollo del siglo XXI, el extremo oriente, China, por supuesto, pero también India. Los intereses brasileños en Ecuador también son muy fuertes aunque el nacionalismo de Rafael Correa ha provocado por el momento más tensiones que acercamientos.
Ese protagonismo brasileño puede que atraviese una mala coyuntura a corto plazo pues el liderazgo internacional de Dilma Rousseff está en construcción y sus problemas políticos internos vinculados a los casos de corrupción mantienen absorbida su agenda. Además, los problema económico de Brasil (alta inflación, desaceleración económica y devaluación del real) son ahora la prioridad absoluta.
El poderío renovado de Estados Unidos
El tercer polo de influencia es Estados Unidos. Acosado por la crisis económica y la política (pugna entre el legislativo y Obama) siempre es candidato a entrar en decadencia pero este país sigue siendo una formidable potencia mundial y regional. Así, Estados Unidos mantiene su peso incomparable en México, Centroamérica y parte del Caribe así como una relación bilateral privilegiada con Colombia (vía Plan Colombia desde 1999 y ahora reforzada tras la aprobación del TLC) y Chile (no en vano Obama eligió a este país en su gira por la región en 2010).
¿Hacia dónde puede evolucionar este juego de influencias en el corto plazo?
Todo indica que Estados Unidos seguirá siendo la influencia más notable en la región (aunque deberá compartir progresivamente esta posición con la ascendente China). Brasil, como encarnación de las nuevas potencias emergentes, continuará poseyendo un peso decisivo, más aún teniendo en cuenta que el bloque chavista tiende, a medio plazo, a desvanecerse.
La situación del chavismo tenderá a deteriorarse: el régimen de los Castro, más pronto que tarde, acabará siendo sustituido debido a los cambios internos que sufra la isla y a la desaparición física de sus líderes. El futuro político de Evo Morales se antoja muy complicado también a medio plazo debido al surgimiento de una cada vez más fuerte oposición interna. En esta coyuntura, a Chávez, si la salud y las elecciones presidenciales de 2012 le respetan, solo le quedarían aliados menores como Nicaragua o Ecuador y, fuera de la región, tras perder a Muamar el Gadafi, solo tendría el apoyo de Irán, un "estado canalla" cada vez más aislado y desprestigiado por poner en riesgo la estabilidad mundial.
Así pues, a finales de la segunda década del siglo XXI, la triada formada por Estados Unidos, China y Brasil marcará los pasos de una región a la espera de que otras potencias, como México, estén dispuestas a cumplir el papel al que están llamadas o que potencias secundarias, pero importantes, como Chile, Perú o Colombia hagan valer su cada vez mayor peso.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Fuente: http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_6057_ESP.asp (Modificado)
Infraestructuras, talón de Aquiles para la seguridad y el desarrollo en Iberoamérica
Por Rogelio Núñez
La reciente cumbre de Caracas, donde nació la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, estuvo enmarcada dentro de un ambiente de euforia que parece invadir a la región. Hubo presidentes (Sebastián Piñera) que aseguraron que estamos viviendo en plena centuria latinoamericana: "estoy convencido que este siglo XXI va a ser el siglo de América Latina y el Caribe". Otros fueron algo más moderados, como el mexicano Felipe Calderón: "esta es la hora y la década de América Latina y por ello se debe apresurar el paso hacia la integración".
Es difícil, a estas alturas, saber si se trata de un siglo o una década pero, tanto si es una cosa como la otra, la región debe resolver previamente varios problemas para acceder a la categoría de región que marca la pauta mundial. Afronta problema económicos (excesiva dependencia de las exportaciones primarias), sociales (pobreza y sobre todo desigualdad y un deficiente sistema educativo), un estado a menudo ineficiente y una enorme carencia de infraestructuras que faciliten la modernización de estos países.
En ese sentido y en esa misma reunión de Caracas hubo un presidente que puso el dedo directamente en esa llaga. Fue el de Colombia, Juan Manuel Santos: "tenemos, como se ha dicho tantas veces, que fomentar y adelantar una integración física. Alguien decía que una carretera que une a dos países es más importante que mil discursos sobre la integración y no hay duda que en eso tenemos muchísimo por hacer".
Los retos de Iberoamérica
Esa carencia de infraestructuras adecuadas abre una gran oportunidad de crecimiento e inversión en la región a corto y medio plazo, pero a la vez lanza una alerta sobre los grandes retos que aún quedan por acometer y sobre todo los riesgos económicos, comerciales y de seguridad que acechan mientras no se solucione esta debilidad.
En primer lugar, la ausencia de infraestructuras adecuadas supone una pérdida grande de oportunidades de crecimiento y desarrollo económico para la región, como el propio Santos comentó en la cumbre de Caracas: "en materia de comercio, en inversiones, también todo está por hacer. Cuando uno compara el comercio interregional, el comercio entre Colombia y Brasil, por ejemplo, es un comercio mínimo frente al potencial que tenemos".
Esa carencia en infraestructuras perjudica su competitividad y las posibilidades del comercio exterior. La vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Pamela Cox, recordaba en una ocasión como "el 25 por ciento de los precios de los productos exportados por Latinoamérica se debe al sobrecoste producido por la mala logística, el mal estado de las infraestructuras y los retrasos.Cuesta lo mismo producir y enviar una lavadora a Estados Unidos desde China que desde México. Esto es debido a que los chinos invierten más en infraestructuras, son más rápidos y más eficientes".
En este mismo sentido, la OCDE ha señalado este mismo año la importancia que tiene reducir o eliminar el gigantesco déficit en infraestructuras pues "la creación y/o modernización de las infraestructuras (es) clave para el progreso" de Iberoamérica.
Y el reciente VII Encuentro Empresarial Iberoamericano y la II Cumbre de Infraestructuras del Cono Sur concuerdan en que la región necesita una gigantesca inversión global a medio y largo plazo para elevar el nivel de sus infraestructuras: requiere entre 250.000 y 450.000 millones de dólares. Según el presidente de la CAF, Enrique García, la región sólo invierte en estos momentos el equivalente al 3% de su PIB en infraestructuras, mientras que Asia destina el 10%.
Pero cuando se piensa en infraestructuras no hay que centrarse solo en desarrollo económico y en el aumento de las relaciones comerciales. También hay que darse cuenta de que está en juego la seguridad nacional. Malas infraestructuras posibilitan que el estado no ejerza el control sobre todo su territorio lo que favorece a los grupos subversivos (las Farc en Colombia, Sendero Luminoso en Perú) y a la proliferación de cárteles del narcotráfico (Los Zetas en el departamento de El Petén en Guatemala, o en ciertas regiones de México o las fronteras entre Colombia y Venezuela y entre Bolivia y Brasil).
Además, las carencias en infraestructura energética provocan que los países vean claramente mermada su soberanía, autonomía e independencia nacional. Así por ejemplo, durante muchos años, Chile ha dependido de que Argentina decidiera cortar el grifo del suministro de gas lo que paralizaba la vida industrial del país e incluso la de los ciudadanos.
Si la educación es clave para ir eliminando la desigualdad, la modernización del estado es fundamental para acabar con la corrupción y construir una administración eficaz y no parasitaria, las infraestructuras son otro de los pilares fundamentales que definirán si la región da, o no, el salto a la modernidad. Eso porque ellas garantizarán no solo el desarrollo económico y comercial sino que sostendrán la plena soberanía del estado en todo su territorio y la suficiente autonomía con respecto a actores internacionales.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Fuente: http://www.ateneadigital.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_6630_ESP.asp (Modificado)
La reciente cumbre de Caracas, donde nació la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, estuvo enmarcada dentro de un ambiente de euforia que parece invadir a la región. Hubo presidentes (Sebastián Piñera) que aseguraron que estamos viviendo en plena centuria latinoamericana: "estoy convencido que este siglo XXI va a ser el siglo de América Latina y el Caribe". Otros fueron algo más moderados, como el mexicano Felipe Calderón: "esta es la hora y la década de América Latina y por ello se debe apresurar el paso hacia la integración".
Es difícil, a estas alturas, saber si se trata de un siglo o una década pero, tanto si es una cosa como la otra, la región debe resolver previamente varios problemas para acceder a la categoría de región que marca la pauta mundial. Afronta problema económicos (excesiva dependencia de las exportaciones primarias), sociales (pobreza y sobre todo desigualdad y un deficiente sistema educativo), un estado a menudo ineficiente y una enorme carencia de infraestructuras que faciliten la modernización de estos países.
En ese sentido y en esa misma reunión de Caracas hubo un presidente que puso el dedo directamente en esa llaga. Fue el de Colombia, Juan Manuel Santos: "tenemos, como se ha dicho tantas veces, que fomentar y adelantar una integración física. Alguien decía que una carretera que une a dos países es más importante que mil discursos sobre la integración y no hay duda que en eso tenemos muchísimo por hacer".
Los retos de Iberoamérica
Esa carencia de infraestructuras adecuadas abre una gran oportunidad de crecimiento e inversión en la región a corto y medio plazo, pero a la vez lanza una alerta sobre los grandes retos que aún quedan por acometer y sobre todo los riesgos económicos, comerciales y de seguridad que acechan mientras no se solucione esta debilidad.
En primer lugar, la ausencia de infraestructuras adecuadas supone una pérdida grande de oportunidades de crecimiento y desarrollo económico para la región, como el propio Santos comentó en la cumbre de Caracas: "en materia de comercio, en inversiones, también todo está por hacer. Cuando uno compara el comercio interregional, el comercio entre Colombia y Brasil, por ejemplo, es un comercio mínimo frente al potencial que tenemos".
Esa carencia en infraestructuras perjudica su competitividad y las posibilidades del comercio exterior. La vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Pamela Cox, recordaba en una ocasión como "el 25 por ciento de los precios de los productos exportados por Latinoamérica se debe al sobrecoste producido por la mala logística, el mal estado de las infraestructuras y los retrasos.Cuesta lo mismo producir y enviar una lavadora a Estados Unidos desde China que desde México. Esto es debido a que los chinos invierten más en infraestructuras, son más rápidos y más eficientes".
En este mismo sentido, la OCDE ha señalado este mismo año la importancia que tiene reducir o eliminar el gigantesco déficit en infraestructuras pues "la creación y/o modernización de las infraestructuras (es) clave para el progreso" de Iberoamérica.
Y el reciente VII Encuentro Empresarial Iberoamericano y la II Cumbre de Infraestructuras del Cono Sur concuerdan en que la región necesita una gigantesca inversión global a medio y largo plazo para elevar el nivel de sus infraestructuras: requiere entre 250.000 y 450.000 millones de dólares. Según el presidente de la CAF, Enrique García, la región sólo invierte en estos momentos el equivalente al 3% de su PIB en infraestructuras, mientras que Asia destina el 10%.
Pero cuando se piensa en infraestructuras no hay que centrarse solo en desarrollo económico y en el aumento de las relaciones comerciales. También hay que darse cuenta de que está en juego la seguridad nacional. Malas infraestructuras posibilitan que el estado no ejerza el control sobre todo su territorio lo que favorece a los grupos subversivos (las Farc en Colombia, Sendero Luminoso en Perú) y a la proliferación de cárteles del narcotráfico (Los Zetas en el departamento de El Petén en Guatemala, o en ciertas regiones de México o las fronteras entre Colombia y Venezuela y entre Bolivia y Brasil).
Además, las carencias en infraestructura energética provocan que los países vean claramente mermada su soberanía, autonomía e independencia nacional. Así por ejemplo, durante muchos años, Chile ha dependido de que Argentina decidiera cortar el grifo del suministro de gas lo que paralizaba la vida industrial del país e incluso la de los ciudadanos.
Si la educación es clave para ir eliminando la desigualdad, la modernización del estado es fundamental para acabar con la corrupción y construir una administración eficaz y no parasitaria, las infraestructuras son otro de los pilares fundamentales que definirán si la región da, o no, el salto a la modernidad. Eso porque ellas garantizarán no solo el desarrollo económico y comercial sino que sostendrán la plena soberanía del estado en todo su territorio y la suficiente autonomía con respecto a actores internacionales.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Fuente: http://www.ateneadigital.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_6630_ESP.asp (Modificado)
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