Por Juan Diego Wasilevsky - iProfesional.com
Los dos países
aplican políticas distintas. Uno obliga, fuerza a empresarios a invertir, impide
giro de utilidades y traba el acceso al mercado cambiario. Otro busca seducir y
da fuertes beneficios fiscales. En esta investigación, las empresas que
refuerzan su presencia en la nación vecina
Para el Ejecutivo no sólo no hay "cepo" a la compra de
dólares, sino que tampoco existe un problema de faltante de divisas en
la plaza doméstica.
Al momento de justificar por qué se veda el acceso a la adquisición de billetes verdes a particulares y empresas, desde el Gobierno aseguran que con esta estrategia busca, justamente, evitar los riesgos de una "eventual" escasez en la plaza doméstica.
En filas oficiales destacan que, para que no se repitan viejos ciclos que experimentó el país décadas atrás, resulta clave asegurarse de dólares para así garantizar la importación de bienes "esenciales". Es decir, aquellos que permitan mantener en marcha la "maquinaria" productiva argentina y no dejar que se detenga el proceso de sustitución de importaciones.
Bajo estos preceptos el Ejecutivo impulsó un complejo andamiaje de comercio administrado, que fuera bautizado por la propia ministra de Industria, Débora Giorgi, como "zanahoria y garrote", por el cual a las empresas que sustituyen bienes del exterior por producción nacional se las "premia" con un mercado interno casi cautivo y con mínima competencia de afuera. Pero, como contrapartida, las firmas deben aceptar las reglas de juego del modelo K, que incluye, entre otras exigencias, no girar utilidades al menos por los próximos dos años.
Al tener el mercado en gran medida limitado para los productos importados, algunas compañías se vieron forzadas a radicarse en la Argentina para iniciar algún tipo de proceso productivo.
Sin embargo, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior, aseguró que, en muchos casos, son inversiones de escasa magnitud y realizadas, más que nada, para "sobrellevar" el temporal.
En cambio, en los últimos meses, por las fuertes trabas a las importaciones, grandes compañías pertenecientes a sectores que en la Argentina encuentran una suerte de "campo minado" a la hora de operar, están optando por poner sus ojos en Brasil, de la mano de jugosos desembolsos.
"Las grandes empresas a nivel mundial en general están eligiendo desembarcar en Brasil por un conjunto de factores: el gran mercado interno, el bajo costo de financiamiento, una inflación controlada y reglas de juego claras", destacó el economista Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma.
En la misma línea, desde sus oficinas emplazadas en San Pablo, Gustavo Segré, CEO de la consultora Center Group, aseguró que "Brasil continúa teniendo un desarrollo industrial importantísimo y cada vez más grandes empresas se deciden por este país por numerosos motivos: incentivos, financiamiento, alineación de políticas entre municipios, estados y el gobierno federal y un enorme mercado".
Así, desde automotrices hasta tecnológicas, pasando por marcas de lujo y productores de alimentos, vienen realizando importantes anuncios de inversión para ampliar su capacidad productiva o instalarse por primera vez en territorio vecino.
iProfesional.com elaboró el siguiente listado de compañías que están avanzando en territorio brasileño como así también los anuncios más relevantes de los últimos meses:
• Automotrices
En el terreno automotriz, la última noticia de alto impacto fue el anuncio de BMW Group, que invertirá cerca de u$s260 millones para levantar una planta en el Estado de Santa Catarina, que producirá unos 30.000 vehículos al año y dará empleo a 1.000 personas de manera directa.
En concreto, en Brasil se ensamblarán los modelos de BMW Serie 1, Serie 3, X1 y X3, en tanto también prevé producir los modelos Mini y Mini Countryman.
Segré explicó que "BMW eligió ese país y ese Estado en particular porque le otorgaron un importante terreno sin cargo y le dieron 200 millones de reales (u$s100 millones) que devolverá vía impuestos".
Como contrapartida, en la Argentina la marca tuvo serios inconvenientes para poder ingresar vehículos durante meses.
Y, muy lejos de planificar un proyecto industrial a largo plazo en el país, para liberar importaciones decidió destinar esfuerzos a la exportación de cuero y arroz, es decir, a productos que nada tienen que ver con el negocio automotriz. Como parte del "efecto BMW", otras marcas de alta gama también están posando sus ojos con más interés que nunca en Brasil.
Al respecto, días atrás el CEO de VW, Martin Winterkorn, adelantó que Audi está comenzando a estudiar la posibilidad de contar con una fábrica en ese país para producir algunos de sus modelos.
Estos movimientos son apenas la punta del iceberg de lo que representa Brasil para las automotrices.
Al respecto, según estimaciones de la cámara sectorial Anfavea, ya se anticipan inversiones que rondarían los u$s30.000 millones hasta 2017, lo que llevaría la capacidad productiva de 4,3 millones de 0Km a unos 6,6 millones de unidades por año.
En esta línea, semanas atrás, el presidente ejecutivo del Grupo Fiat, Sergio Marchione, confirmó desembolsos por la friolera de u$s3.000 millones. El grueso de esa cifra, que será financiado en un 85% por el gobierno brasileño, se destinará a levantar una planta en Pernambuco, que le permitirá incrementar la producción y desarrollar nuevos modelos.
Por su parte, Volkswagen está embarcada en un fuerte plan de expansión en el país vecino que involucra desembolsos por u$s4.200 millones hasta el 2016. En este sentido, acaba de anunciar una inversión de u$s210 millones para su planta de Taubaté y otros u$s155 millones para aumentar la producción de motores en su fábrica de San Carlos. Paralelamente, la casa alemana destinará otros u$s170 millones para desarrollar un auto compacto derivado del exitoso Up! europeo.
Las asiáticas también vienen pisando fuerte, de la mano de Chery, que ya comenzó a levantar una planta en la zona de Jacareí, en San Pablo, para lo cual está inyectando unos u$s200 millones. La nueva fábrica estará operando a fines del año que viene y se destinará a la producción del Celer, el nuevo compacto de la marca china.
Por su parte, luego de haber sido pospuesto por la incertidumbre internacional, la compañía del gigante asiático JAC Motors reflotó su plan de desembolsos, donde contempla unos u$s450 millones para levantar una planta en la región de Camaçarí.
Otra importante compañía que eligió a Brasil para su desembarco en Sudamérica es Nissan, que está llevando adelante un plan de inversiones de u$s1.300 millones para edificar una fábrica en Resende (Rio de Janeiro), la cual estará lista en el primer semestre de 2014 y donde se fabricará el auto económico March, que actualmente se vende en el Mercosur importado desde México. Christian Meunier, presidente de la compañía en Brasil, aseguró que con este plan de desembolsos, la participación de la terminal en el mercado pasará del 1% al 5%.
Desde Japón, otra empresa que puso primera es Mitsubishi, que está llevando adelante un plan de expansión por unos u$s550 millones. La firma busca duplicar la capacidad de producción para el año 2015 y alcanzar un contenido nacional por vehículo del orden del 80%, además de desarrollar nuevas líneas de pinturas y motores.
En la Argentina, Mitsubishi no tiene producción fabril y su licenciataria, la chilena Alfacar, debió acordar con Guillermo Moreno salir a exportar alimento balanceado y agua mineral para poder importar y seguir operando en el país.
Dentro del rubro automotriz, otra empresa que pisa fuerte en el país vecino es Michelin, la compañía de neumáticos que anunció una inversión de u$s380 millones para levantar una segunda planta en Rio de Janeiro, donde ya posee una fábrica.
• Tecnológicas
Uno de los casos más resonantes es el de Foxconn, la compañía que provee a Apple de todos sus "chiches" informáticos.
Así, mientras que los productos de la manzanita figuran entre los más castigados por el Gobierno argentino en su cruzada anti-importadora -que derivó incluso en el cierre de locales comerciales-, este gigante chino decidió poner un pie en Brasil de la mano de una inversión total por la friolera de casi u$s5.900 millones para los próximos seis años.
Para tener una idea, esta cifra representa 10 veces lo que todas las empresas radicadas en Tierra del Fuego desembolsaron en 2011.
De ese total, la compañía destinará u$s500 millones para la construcción de un parque industrial, que estará en pleno funcionamiento hacia 2014.
Otra empresa que puso primera en Brasil es Lenovo, que acaba de anunciar un desembolso de u$s150 millones para adquirir el 100% de Digibras, una compañía fabricante de productos electrónicos radicada en Brasil que cuenta con siete fábricas y 6.000 empleados.
Esto se suma a la inversión de u$s30 millones que Lenovo anunciara en julio pasado para construir una fábrica de computadoras en San Pablo, que comenzará a operar en los próximos meses. Cabe destacar que, en el caso de la Argentina, la compañía comenzó a fabricar notebooks en Tierra del Fuego pero no con una planta propia sino a través de la argentina Newsan, que maneja las marcas Sanyo y Noblex.
Por su parte, la semana pasada la japonesa Hitachi anunció un plan de inversiones de u$s300 millones en Brasil que se extenderá por los próximos tres años y que contempla la puesta en marcha de una fábrica en San Pablo en la que producirá equipos de almacenamiento de datos. Cabe destacar que la firma oriental sólo contaba con fábricas en cuatro países: Japón, Singapur, Estados Unidos y Holanda, listado al que ahora se suma Brasil.
• Alimenticias
En el rubro alimentos, la férrea postura argentina le generó un fuerte enfrentamiento con Brasil hacia mediados de año, lo que derivó en duras represalias que terminaron frenando las exportaciones de aceitunas, aceite de oliva, papas fritas, frutas y hasta vinos.
Es en este contexto en el que McCain Foods, líder mundial en la producción de papas fritas congeladas, con una facturación de u$s6.000 millones anuales, está estudiando levantar una planta en el país vecino para abastecer a ese mercado y así no depender de los envíos desde la Argentina, dado que las constantes trabas aduaneras afectaron seriamente sus negocios. "Tener una fábrica en Brasil es fundamental para lograr objetivo de duplicar nuestras operaciones en los próximos cinco años", destacaron desde la filial.
• Motos
El polo industrial de Manaos está volviéndose un importante imán para las empresas de esta rama de actividad, que en 2011 movió unos u$s7.600 millones en Brasil.
De ese polo, que ofrece una drástica reducción de los principales tributos federales y del propio Estado, el año pasado salieron 2,1 millones de motos, casi cinco veces más que lo producido en toda la Argentina.
En este contexto, Honda invirtió u$s530 millones para desarrollar su nueva línea de montaje y producir compontes con sello "Made in Brasil", lo que le permitirá pasar a fabricar unas 2 millones de unidades por año.
En tanto, Yamaha desembolsará unos u$s100 millones para mejorar sus líneas de producción y desarrollar nuevos modelos.
Cabe destacar que, como contrapartida, en la Argentina la primera compañía viene de inyectar u$s3 millones en su establecimiento de Campana, en tanto que Yamaha invirtió unos u$s11 millones para construir una nueva planta. Esto implica que el desembolso realizado por estas dos compañías en Brasil (u$s630 millones) es 45 veces superior que el realizado en territorio argentino.
• Productos de lujo
Las compañías del mercado del lujo son otras que están posando sus ojos en Brasil, mientras que, por el contrario, en la Argentina se encuentran en plena retirada por las trabas a las importaciones.
En los últimos meses, empresas de la talla de Ermenegildo Zegna, Cartier o Polo Ralph Lauren decidieron bajar las persianas en el país ante la imposibilidad de hacerse de artículos del exterior.
En este contexto, la francesa Cartier, que factura unos 8.900 millones de euros por año en todo el mundo, acaba de anunciar que abrirá tiendas en San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia.
El dato a destacar es que el propio presidente de Cartier, Bernard Fornas, reconoció que la expansión y la necesidad de crecer en suelo brasileño es una consecuencia de la salida del mercado argentino donde, admitió, "hemos tenido problemas".
La política de "zanahoria y garrote" versus la "seducción" brasileña
En un duro documento del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), los economistas Eduardo Levy Yeyati y Lucio Castro señalaron la escasa efectividad del modelo "zanahoria y garrote" que quiere imponer el Gobierno kirchnerista: "En un contexto de fuerte competencia global en manufacturas (con países de bajos salarios como China y sus vecinos), la naturaleza de la oferta laboral argentina, de salarios altos y productividad modesta, pone en duda las posibilidades de éxito de un modelo industrializador desarrollista basado en la protección arancelaria y la sustitución de importaciones".
Según la consultora Ecolatina, las constantes subas salariales, en un contexto de atraso cambiario y de escasos avances en lo que se refiere a productividad, llevaron a que el costo laboral unitario en dólares este año sea récord, tras quintuplicar el nivel de 2002 y ubicarse un 15% por encima de 1997, la anterior marca histórica.
Sin embargo, para Caamaño Gómez, "la competitividad no sólo es salario, también es financiamiento. Y en la Argentina las desventajas que tenemos para ofrecer créditos frente a Brasil, que es investment grade, es muy grande, especialmente en un momento como el actual donde hay alta liquidez a nivel global".
En este sentido, Segré destacó que "los bancos de diferentes Estados brasileños ofrecen préstamos a tasas del orden del 2,5% anual en reales, que permiten financiar emprendimientos de todo tipo", en tanto que el poderoso BNDES "tiene grandes préstamos para multinacionales que no superan el 7%, también en reales. Es algo muy difícil de igualar".
A esto se suma la agresiva política de beneficios fiscales e impositivos que viene implementando el gigante sudamericano para lograr que más empresas se radiquen en su territorio.
Al respecto, Segré aseguró aseguró que en la actualidad diversos Estados otorgan numerosas ventajas, como acreditar a cuenta del ICMS -similar al IVA en la Argentina-, el 75% del monto invertido.
"Es decir que si un empresario desembolsa 1 millón de reales, estará recibiendo beneficios por 750.000", destacó el experto.
A esto se suma la posibilidad de obtener un descuento del pago del ICMS de hasta el 80% durante un plazo de diez años, cumpliendo con determinados requisitos.
Además, hay municipios de ese Estado que "también ofrecen el terreno y la mitad del costo de construcción del edificio. Así, si levantás un galpón de 3.000 metros, el gobierno se hace cargo de cubrir el valor de 1.500 metros".
En síntesis, este "dulce" Brasil, que ofrece subsidios, créditos ventajosos y reglas estables en el tiempo, está mostrando sus ventajas a las multinacionales que, tal como quedó de manifiesto, avanzan con multimillonarios desembolsos y se alejan del método del "garrote" que utiliza Guillermo Moreno.
Al momento de justificar por qué se veda el acceso a la adquisición de billetes verdes a particulares y empresas, desde el Gobierno aseguran que con esta estrategia busca, justamente, evitar los riesgos de una "eventual" escasez en la plaza doméstica.
En filas oficiales destacan que, para que no se repitan viejos ciclos que experimentó el país décadas atrás, resulta clave asegurarse de dólares para así garantizar la importación de bienes "esenciales". Es decir, aquellos que permitan mantener en marcha la "maquinaria" productiva argentina y no dejar que se detenga el proceso de sustitución de importaciones.
Bajo estos preceptos el Ejecutivo impulsó un complejo andamiaje de comercio administrado, que fuera bautizado por la propia ministra de Industria, Débora Giorgi, como "zanahoria y garrote", por el cual a las empresas que sustituyen bienes del exterior por producción nacional se las "premia" con un mercado interno casi cautivo y con mínima competencia de afuera. Pero, como contrapartida, las firmas deben aceptar las reglas de juego del modelo K, que incluye, entre otras exigencias, no girar utilidades al menos por los próximos dos años.
Al tener el mercado en gran medida limitado para los productos importados, algunas compañías se vieron forzadas a radicarse en la Argentina para iniciar algún tipo de proceso productivo.
Sin embargo, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior, aseguró que, en muchos casos, son inversiones de escasa magnitud y realizadas, más que nada, para "sobrellevar" el temporal.
En cambio, en los últimos meses, por las fuertes trabas a las importaciones, grandes compañías pertenecientes a sectores que en la Argentina encuentran una suerte de "campo minado" a la hora de operar, están optando por poner sus ojos en Brasil, de la mano de jugosos desembolsos.
"Las grandes empresas a nivel mundial en general están eligiendo desembarcar en Brasil por un conjunto de factores: el gran mercado interno, el bajo costo de financiamiento, una inflación controlada y reglas de juego claras", destacó el economista Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma.
En la misma línea, desde sus oficinas emplazadas en San Pablo, Gustavo Segré, CEO de la consultora Center Group, aseguró que "Brasil continúa teniendo un desarrollo industrial importantísimo y cada vez más grandes empresas se deciden por este país por numerosos motivos: incentivos, financiamiento, alineación de políticas entre municipios, estados y el gobierno federal y un enorme mercado".
Así, desde automotrices hasta tecnológicas, pasando por marcas de lujo y productores de alimentos, vienen realizando importantes anuncios de inversión para ampliar su capacidad productiva o instalarse por primera vez en territorio vecino.
iProfesional.com elaboró el siguiente listado de compañías que están avanzando en territorio brasileño como así también los anuncios más relevantes de los últimos meses:
En el terreno automotriz, la última noticia de alto impacto fue el anuncio de BMW Group, que invertirá cerca de u$s260 millones para levantar una planta en el Estado de Santa Catarina, que producirá unos 30.000 vehículos al año y dará empleo a 1.000 personas de manera directa.
En concreto, en Brasil se ensamblarán los modelos de BMW Serie 1, Serie 3, X1 y X3, en tanto también prevé producir los modelos Mini y Mini Countryman.
Segré explicó que "BMW eligió ese país y ese Estado en particular porque le otorgaron un importante terreno sin cargo y le dieron 200 millones de reales (u$s100 millones) que devolverá vía impuestos".
Como contrapartida, en la Argentina la marca tuvo serios inconvenientes para poder ingresar vehículos durante meses.
Y, muy lejos de planificar un proyecto industrial a largo plazo en el país, para liberar importaciones decidió destinar esfuerzos a la exportación de cuero y arroz, es decir, a productos que nada tienen que ver con el negocio automotriz. Como parte del "efecto BMW", otras marcas de alta gama también están posando sus ojos con más interés que nunca en Brasil.
Al respecto, días atrás el CEO de VW, Martin Winterkorn, adelantó que Audi está comenzando a estudiar la posibilidad de contar con una fábrica en ese país para producir algunos de sus modelos.
Estos movimientos son apenas la punta del iceberg de lo que representa Brasil para las automotrices.
Al respecto, según estimaciones de la cámara sectorial Anfavea, ya se anticipan inversiones que rondarían los u$s30.000 millones hasta 2017, lo que llevaría la capacidad productiva de 4,3 millones de 0Km a unos 6,6 millones de unidades por año.
En esta línea, semanas atrás, el presidente ejecutivo del Grupo Fiat, Sergio Marchione, confirmó desembolsos por la friolera de u$s3.000 millones. El grueso de esa cifra, que será financiado en un 85% por el gobierno brasileño, se destinará a levantar una planta en Pernambuco, que le permitirá incrementar la producción y desarrollar nuevos modelos.
Por su parte, Volkswagen está embarcada en un fuerte plan de expansión en el país vecino que involucra desembolsos por u$s4.200 millones hasta el 2016. En este sentido, acaba de anunciar una inversión de u$s210 millones para su planta de Taubaté y otros u$s155 millones para aumentar la producción de motores en su fábrica de San Carlos. Paralelamente, la casa alemana destinará otros u$s170 millones para desarrollar un auto compacto derivado del exitoso Up! europeo.
Las asiáticas también vienen pisando fuerte, de la mano de Chery, que ya comenzó a levantar una planta en la zona de Jacareí, en San Pablo, para lo cual está inyectando unos u$s200 millones. La nueva fábrica estará operando a fines del año que viene y se destinará a la producción del Celer, el nuevo compacto de la marca china.
Por su parte, luego de haber sido pospuesto por la incertidumbre internacional, la compañía del gigante asiático JAC Motors reflotó su plan de desembolsos, donde contempla unos u$s450 millones para levantar una planta en la región de Camaçarí.
Otra importante compañía que eligió a Brasil para su desembarco en Sudamérica es Nissan, que está llevando adelante un plan de inversiones de u$s1.300 millones para edificar una fábrica en Resende (Rio de Janeiro), la cual estará lista en el primer semestre de 2014 y donde se fabricará el auto económico March, que actualmente se vende en el Mercosur importado desde México. Christian Meunier, presidente de la compañía en Brasil, aseguró que con este plan de desembolsos, la participación de la terminal en el mercado pasará del 1% al 5%.
Desde Japón, otra empresa que puso primera es Mitsubishi, que está llevando adelante un plan de expansión por unos u$s550 millones. La firma busca duplicar la capacidad de producción para el año 2015 y alcanzar un contenido nacional por vehículo del orden del 80%, además de desarrollar nuevas líneas de pinturas y motores.
En la Argentina, Mitsubishi no tiene producción fabril y su licenciataria, la chilena Alfacar, debió acordar con Guillermo Moreno salir a exportar alimento balanceado y agua mineral para poder importar y seguir operando en el país.
Dentro del rubro automotriz, otra empresa que pisa fuerte en el país vecino es Michelin, la compañía de neumáticos que anunció una inversión de u$s380 millones para levantar una segunda planta en Rio de Janeiro, donde ya posee una fábrica.
• Tecnológicas
Uno de los casos más resonantes es el de Foxconn, la compañía que provee a Apple de todos sus "chiches" informáticos.
Así, mientras que los productos de la manzanita figuran entre los más castigados por el Gobierno argentino en su cruzada anti-importadora -que derivó incluso en el cierre de locales comerciales-, este gigante chino decidió poner un pie en Brasil de la mano de una inversión total por la friolera de casi u$s5.900 millones para los próximos seis años.
Para tener una idea, esta cifra representa 10 veces lo que todas las empresas radicadas en Tierra del Fuego desembolsaron en 2011.
De ese total, la compañía destinará u$s500 millones para la construcción de un parque industrial, que estará en pleno funcionamiento hacia 2014.
Otra empresa que puso primera en Brasil es Lenovo, que acaba de anunciar un desembolso de u$s150 millones para adquirir el 100% de Digibras, una compañía fabricante de productos electrónicos radicada en Brasil que cuenta con siete fábricas y 6.000 empleados.
Esto se suma a la inversión de u$s30 millones que Lenovo anunciara en julio pasado para construir una fábrica de computadoras en San Pablo, que comenzará a operar en los próximos meses. Cabe destacar que, en el caso de la Argentina, la compañía comenzó a fabricar notebooks en Tierra del Fuego pero no con una planta propia sino a través de la argentina Newsan, que maneja las marcas Sanyo y Noblex.
Por su parte, la semana pasada la japonesa Hitachi anunció un plan de inversiones de u$s300 millones en Brasil que se extenderá por los próximos tres años y que contempla la puesta en marcha de una fábrica en San Pablo en la que producirá equipos de almacenamiento de datos. Cabe destacar que la firma oriental sólo contaba con fábricas en cuatro países: Japón, Singapur, Estados Unidos y Holanda, listado al que ahora se suma Brasil.
• Alimenticias
En el rubro alimentos, la férrea postura argentina le generó un fuerte enfrentamiento con Brasil hacia mediados de año, lo que derivó en duras represalias que terminaron frenando las exportaciones de aceitunas, aceite de oliva, papas fritas, frutas y hasta vinos.
Es en este contexto en el que McCain Foods, líder mundial en la producción de papas fritas congeladas, con una facturación de u$s6.000 millones anuales, está estudiando levantar una planta en el país vecino para abastecer a ese mercado y así no depender de los envíos desde la Argentina, dado que las constantes trabas aduaneras afectaron seriamente sus negocios. "Tener una fábrica en Brasil es fundamental para lograr objetivo de duplicar nuestras operaciones en los próximos cinco años", destacaron desde la filial.
• Motos
El polo industrial de Manaos está volviéndose un importante imán para las empresas de esta rama de actividad, que en 2011 movió unos u$s7.600 millones en Brasil.
De ese polo, que ofrece una drástica reducción de los principales tributos federales y del propio Estado, el año pasado salieron 2,1 millones de motos, casi cinco veces más que lo producido en toda la Argentina.
En este contexto, Honda invirtió u$s530 millones para desarrollar su nueva línea de montaje y producir compontes con sello "Made in Brasil", lo que le permitirá pasar a fabricar unas 2 millones de unidades por año.
En tanto, Yamaha desembolsará unos u$s100 millones para mejorar sus líneas de producción y desarrollar nuevos modelos.
Cabe destacar que, como contrapartida, en la Argentina la primera compañía viene de inyectar u$s3 millones en su establecimiento de Campana, en tanto que Yamaha invirtió unos u$s11 millones para construir una nueva planta. Esto implica que el desembolso realizado por estas dos compañías en Brasil (u$s630 millones) es 45 veces superior que el realizado en territorio argentino.
• Productos de lujo
Las compañías del mercado del lujo son otras que están posando sus ojos en Brasil, mientras que, por el contrario, en la Argentina se encuentran en plena retirada por las trabas a las importaciones.
En los últimos meses, empresas de la talla de Ermenegildo Zegna, Cartier o Polo Ralph Lauren decidieron bajar las persianas en el país ante la imposibilidad de hacerse de artículos del exterior.
En este contexto, la francesa Cartier, que factura unos 8.900 millones de euros por año en todo el mundo, acaba de anunciar que abrirá tiendas en San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia.
El dato a destacar es que el propio presidente de Cartier, Bernard Fornas, reconoció que la expansión y la necesidad de crecer en suelo brasileño es una consecuencia de la salida del mercado argentino donde, admitió, "hemos tenido problemas".
La política de "zanahoria y garrote" versus la "seducción" brasileña
En un duro documento del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), los economistas Eduardo Levy Yeyati y Lucio Castro señalaron la escasa efectividad del modelo "zanahoria y garrote" que quiere imponer el Gobierno kirchnerista: "En un contexto de fuerte competencia global en manufacturas (con países de bajos salarios como China y sus vecinos), la naturaleza de la oferta laboral argentina, de salarios altos y productividad modesta, pone en duda las posibilidades de éxito de un modelo industrializador desarrollista basado en la protección arancelaria y la sustitución de importaciones".
Según la consultora Ecolatina, las constantes subas salariales, en un contexto de atraso cambiario y de escasos avances en lo que se refiere a productividad, llevaron a que el costo laboral unitario en dólares este año sea récord, tras quintuplicar el nivel de 2002 y ubicarse un 15% por encima de 1997, la anterior marca histórica.
Sin embargo, para Caamaño Gómez, "la competitividad no sólo es salario, también es financiamiento. Y en la Argentina las desventajas que tenemos para ofrecer créditos frente a Brasil, que es investment grade, es muy grande, especialmente en un momento como el actual donde hay alta liquidez a nivel global".
En este sentido, Segré destacó que "los bancos de diferentes Estados brasileños ofrecen préstamos a tasas del orden del 2,5% anual en reales, que permiten financiar emprendimientos de todo tipo", en tanto que el poderoso BNDES "tiene grandes préstamos para multinacionales que no superan el 7%, también en reales. Es algo muy difícil de igualar".
A esto se suma la agresiva política de beneficios fiscales e impositivos que viene implementando el gigante sudamericano para lograr que más empresas se radiquen en su territorio.
Al respecto, Segré aseguró aseguró que en la actualidad diversos Estados otorgan numerosas ventajas, como acreditar a cuenta del ICMS -similar al IVA en la Argentina-, el 75% del monto invertido.
"Es decir que si un empresario desembolsa 1 millón de reales, estará recibiendo beneficios por 750.000", destacó el experto.
A esto se suma la posibilidad de obtener un descuento del pago del ICMS de hasta el 80% durante un plazo de diez años, cumpliendo con determinados requisitos.
Además, hay municipios de ese Estado que "también ofrecen el terreno y la mitad del costo de construcción del edificio. Así, si levantás un galpón de 3.000 metros, el gobierno se hace cargo de cubrir el valor de 1.500 metros".
En síntesis, este "dulce" Brasil, que ofrece subsidios, créditos ventajosos y reglas estables en el tiempo, está mostrando sus ventajas a las multinacionales que, tal como quedó de manifiesto, avanzan con multimillonarios desembolsos y se alejan del método del "garrote" que utiliza Guillermo Moreno.