Personal del Ministerio de Seguridad organiza procedimientos falsos para verificar el comportamiento y la capacitación de las fuerzas de seguridad federales Crédito: Ministerio de Seguridad.
Un aviso anónimo había dado el dato del inminente intercambio de un cargamento de drogas en una estación de servicio en la ruta nacional 12. Algo normal para quienes reciben esos alertas que, en general, son emitidos por quienes quedaron afuera del "negocio". El primer grupo de la Policía Federal que llegó al lugar se topó con la mochila señalada en el mensaje. Esa información fue correcta y la posterior acción de los policías también fue la esperada: se pidieron refuerzos, se convocó a testigos antes de abrir el bulto y se dio aviso al juzgado. Los efectivos no sabían que, en realidad, estaban frente a una prueba, una evaluación de su actuación. El único que se dio cuenta de que algo no estaba bien fue el perro antidrogas, que no reaccionaba ante el falso cargamento. Cerca, monitoreaba la situación personal de la Dirección de Integridad del Ministerio de Seguridad de la Nación. Cada movimiento policial quedó filmado. Con cámaras ocultas y operativos simulados, se controla tanto la integridad como la eficacia de los efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
"Decidimos tener un verdadero sistema de control de las fuerzas federales. Es un modelo utilizado por las policías británica, chilena y de Nueva York, y lo adaptamos a la realidad de fuerzas que no actúan solo en ambientes urbanos. Por un lado determinamos la integridad y por otra parte verificamos las necesidades de capacitación", explicó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al presentar los operativos, que empezaron en mayo pasado.
"La idea es que las fuerzas no sepan cuándo están frente a un operativo falso o a uno real. De esa manera asumirán que siempre se los está observando", agregó la ministra, acompañada por Damián Arabia, responsable de la Dirección de Integridad.
Por el momento no se detectaron actos de corrupción frente a las tentaciones ofrecidas en esos procedimientos falsos, pero sí se decidió reforzar el entrenamiento de algunos agentes que quedaron expuestos con errores en las intervenciones monitoreadas. "El primer paso no es punitivo, sino que se busca mejorar la capacidad del agente para que no repita la falla", explicó Bullrich.
Una situación de esa característica se advirtió en el Aeroparque Metropolitano, donde el personal del Ministerio de Seguridad logró pasar por el escáner de la zona de embarque un bolso con una abundante cantidad de dólares sin que los agentes de la PSA decidieran, al menos, inspeccionar ese equipaje. Una circunstancia similar se vivió en un paso alejado de frontera, donde no llamó la atención un sospechoso que buscaba abordar una lancha rumbo a Paraguay y exhibía visiblemente actitudes poco claras, como haber recibido una mochila delante de los uniformados. En esos dos casos se decidió aumentar el entrenamiento de los agentes involucrados.
"Los jueces están en conocimiento de que en algún momento puede realizarse una prueba en su jurisdicción, pero aún tenemos que terminar de armar un protocolo", comentó Bullrich antes de explicar que el falso operativo en el ruta 12 casi termina con el arresto del personal de su ministerio. Es que los agentes de la Policía Federal finalmente detectaron la cámara oculta en un neumático y el jefe de la brigada quiso detener a los investigadores internos hasta que alguna autoridad judicial le informara efectivamente qué pasaba.
"Entendemos que el riesgo de corrupción está en todos los niveles, así que estos operativos servirán para disminuir esa posibilidad. Esa fue una de las claves de la política de integridad de Rudolph Giuliani", dijo la ministra, en referencia al exalcalde de Nueva York que impulsó una profunda reforma del sistema de seguridad en esa ciudad.
Por lo pronto, estos primeros procedimientos con filmaciones ocultas pusieron en alerta a los uniformados, que transmitieron en audios viralizados por WhatsApp las experiencias vividas con los investigadores internos. Para Bullrich eso es un paso positivo, porque las tentaciones pueden evitarse mejor cuando se sabe que alguien está vigilando.
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