lunes, 1 de abril de 2013

Se demora la financiación para soterrar el Sarmiento


Por Antonio Rossi - Diario Clarín
Será otorgada por el banco brasileño BNDS. Pesa la situación de empresas de ese país.
Paseo. Randazzo, en el obrador del soterramiento, en julio de 2012. Dijo que la obra arrancaría de inmediato. DYN

El soterramiento de la línea Sarmiento –el proyecto de la administración kirchnerista que ha sido reiteradamente anunciado y que aún sigue integrando la lista de las promesas incumplidas– se topó con un nuevo contratiempo que podría retrasar el inicio de las obras que los funcionarios reprogramaron para mediados de año. Esta vez la traba que enfrenta la megaobra que arrastra cincos años de atraso proviene de una decisión tomada en Brasil como consecuencia del conflicto planteado con el grupo minero Vale.

A fines de 2012 y ante la falta de recursos económicos para poner en marcha la primera parte de la construcción del túnel que debe unir las estaciones de Haedo y Caballito, el gobierno de Cristina Kirchner fue a buscar la ayuda de la administración de Dilma Rousseff para que el BNDS aporte la financiación necesaria destinada a la concreción del proyecto.

Se trata de un crédito del orden de los US$ 900 millones para que el grupo brasileño Odebrecht se haga cargo de la conducción del consorcio constructor y de la ejecución de las obras.

Si bien el BNDS ya tiene la internamente aprobada la financiación, en las últimas semanas el gobierno brasileño habría resuelto frenar el otorgamiento. Algunas versiones señalan que será hasta que se defina la situación planteada con la minera Vale por la frustrada explotación del yacimiento de potasio en la provincia de Mendoza.

De acuerdo con los datos obtenidos por Clarín, las autoridades brasileñas esperan una solución “no traumática” para el tema de Vale. En caso de que los funcionarios locales decidan expropiar los activos y las inversiones que la minera realizó en la provincia cuyana, lo más probable es que el crédito para el soterramiento no se concrete.

Otro tema espinoso que también interfiere en la obtención del financiamiento es la situación que registra al empresa brasileña ALL, que opera en el país dos ferrocarriles de cargas que el Gobierno quiere reestatizar por incumplimientos de inversiones. Si a ALL le rescinden las concesiones –tal como ha solicitado la Auditoría General de la Nación (AGN)–, las autoridades brasileñas tendrían otro motivo para paralizar el crédito destinado al ferrocarril Sarmiento.

Todas las señales indican que las cuestiones en juego comenzarían a definirse en abril por la confluencia de tres hechos clave: el fin de la conciliación obligatoria que el ministerio de Trabajo le dictó a Vale tras la suspensión del proyecto minero de Río Colorado; el desembarco del nuevo embajador brasileño en el país, Everto Vieira Vargas y la expiración del plazo que se fijó el Gobierno para resolver los contratos de ALL.

La asistencia crediticia para el soterramiento incluye un cambio significativo en la integración del “Consorcio Nuevo Sarmiento” (CNS) que tiene adjudicada la obra.

Hasta ahora, el manejo del CNS está en manos de Iecsa, la constructora local que encabeza Angelo Calcaterra. El resto de los socios son el grupo brasileño Odebrecht, la italiana Ghella y la española Comsa. Si llegan los fondos de Brasil, el nuevo timonel del CNS será Odebrecht.

Licitada en 2006 y adjudicada en 2008, la megaobra ferroviaria sigue sin arrancar y más allá del “relato oficial”, lo cierto es que si se hubieran cumplido los plazos previstos , ya tendría que estar finalizado y en uso el primer tramo subterráneo del Sarmiento.

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