Las licencias no automáticas se convirtieron en el principal motor de la industria del calzado en la Argentina. La decisión oficial de proteger la fabricación de zapatillas en el nivel local mediante la aplicación de barreras paraarancelarias, como las licencias automáticas, se tradujo en una ola de inversiones en el país con el objetivo de sustituir importaciones.
"El proceso de importación es complejo y con una producción local la marca va a ganar claramente en agilidad, aunque difícilmente hubiéramos invertido acá si no existieran las barreras arancelarias", reconoció Alexandre Estefano, director internacional de la marca brasileña Penalty, que está invirtiendo $ 20 millones para comenzar a producir una línea de calzado deportivo en el Gran Buenos Aires.
El régimen de licencias no automáticas para el calzado deportivo data de hace tres años, aunque los empresarios del sector señalan que las demoras se fueron incrementando en los últimos meses. "En teoría, la autorización para una importación debería salir en un plazo de 60 días, aunque cada vez las aprobaciones se demoran más, lo que torna más interesante cualquier proyecto de fabricación local. Además, producir en el país facilita los trámites para seguir importando", admitieron en otra empresa multinacional.
En el Ministerio de Producción, por su parte, prefirieron destacar las ventajas competitivas que ofrece la Argentina para la radicación de empresas del rubro. "Son datos contundentes acerca de lo pujante que está nuestro mercado interno, la competitividad que tiene nuestro país y, fundamentalmente, la calidad de la mano de obra local", señaló la ministra de Producción, Débora Giorgi, que ayer recibió a los ejecutivos de la brasileña Penalty.
Como es habitual en el rubro, la inversión de Penalty no se canalizará a través de una planta propia, sino de una fábrica de terceros que ser hará cargo de la producción. Para este proyecto, los brasileños se asociaron con la firma local Senda (del empresario argentino Nicolás Iula), que a partir de este acuerdo reabrirá la planta industrial que tiene en Florencio Varela. Con el inicio de la producción nacional, en la firma brasileña esperan sustituir importaciones por 120.000 pares anuales y, además, confían en que la facturación local de su filial argentina se incrementará en un 25 por ciento, hasta alcanzar los 55 millones de pesos en 2010.
Otra marca que también "descubrió" las ventajas de fabricar en el país es Converse. En su caso el emprendimiento es impulsado por la firma ID, que tiene la licencia de la marca estadounidense para la Argentina y otros países de la región, y con este proyecto logrará sustituir importaciones por US$ 16 millones anuales.
En la lista de empresas con proyectos industriales también hay que incluir a Adidas, que hace un par de semanas anunció que incrementará en un 40 por ciento su producción local de calzado, como producto de las trabas cada vez mayores que afectan a la importación. En su caso, también se trata de una producción tercerizada ya que las fábricas que aumentarán la fabricación de las zapatillas Adidas pertenecen a sus proveedores Distrinando y Extreme Gear.