Por Juan Diego Wasilevsky - iProfesional.com
Emiratos Árabes, Indonesia y Vietnam. Diego Maradona, Moreno y asadito. La Presidenta sumergida en túneles usados en la guerra y tuiteando a "full" los distintos momentos de la gira. Pero hay otras razones estratégicas que explican el porqué del viaje y que van más allá de flashes y redes sociales
Tres países, once días, más de 37.000 kilómetros, 200 empresarios, cientos de kilos de asado y hasta la presencia de Maradona. Es evidente que la primera gira presidencial del año, comandada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tuvo todos los condimentos.
Y si algo quedó en claro es que la misión, que contó con la presencia de funcionarios de primera línea, como el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno -el ideólogo de la misma- y la titular de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, fue un ensayado y aceitado tour mediático.
Ya sea vía Twitter o a través de diarios y radios afines al Gobierno, la administración kirchnerista promocionó como nunca antes la gira por estos tres destinos definitivamente exóticos para la Argentina, como son los Emiratos Árabes, Indonesia y Vietnam.
Incluso, hasta el propio Moreno, una figura esquiva y muy reacia a realizar comentarios a la prensa, se mostró totalmente predispuesto a dialogar y muy entusiasmado al contar los éxitos de la misión. Incluso, llegó a pronosticar un futuro boom de exportaciones, producto de esta gesta oficial.
En este contexto, el ya famoso asado del que participó Diego Armando Maradona -quien luego se autodeclarara como "cristinista"-, sumado a las llamativas fotos de la propia Cristina con el sombrero vietnamita y recorriendo túneles usados en la guerra, no hicieron más que sumar ingredientes mediáticos a una misión en la que los 200 empresarios quedaron relegados a un segundo plano.
De hecho, todavía no hay cifras oficiales sobre la cantidad de reuniones de negocios que se realizaron, un dato que, cuando la Cancillería era la que tenía las riendas, era lo que primero se comunicaba como muestra del éxito de una acción comercial.
Sin embargo, una y otra vez, vía redes sociales o medios de comunicación, la propia Presidenta y Guillermo Moreno se encargaron de recalcar el éxito de este tour "exótico" 2013.
En este contexto, ¿cuáles fueron las causas por las cuales el Ejecutivo comenzó a direccionar sus cañones hacia países con los que tenía muy poca relación política? ¿Por qué embarcar a más de 200 empresarios provenientes de un amplio abanico de ramas de actividad y llevarlos a hacer negocios en mercados casi inexplorados, del otro lado del mundo, y de los cuales los ejecutivos saben poco y nada?
Y, en la misma línea, ¿por qué no potenciar el comercio con países desarrollados con los que sí ya hay una relación trazada y puede haber mayor cercanía geográfica y cultural?
Las respuestas a estos interrogantes están vinculadas con cinco factores principales, que fueron moldeando y hasta condicionando la realización de una misión poco común a lo largo de la era kirchnerista:
1- La necesidad de tomar la iniciativa y mostrar un alto perfil
El Gobierno K si tuvo una fuente de conflictos constantes durante los últimos años fue justamente en el frente externo. A las denuncias ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las medidas restrictivas, se sumaron las duras "batallas" que el kirchnerismo debió emprender contra Repsol y a la guerra sin cuartel que debió librar contra los fondos buitre y que llevaron a que la fragata Libertad quede varada en un puerto de Ghana, con marinos que hasta incluso debieron mostrar sus armas para evitar un abordaje a la nave.
En definitiva, numerosos conflictos que marcaron una etapa controvertida para la Argentina.
Por eso, "desde el Gobierno sabían que esta gira iba a poder ser comunicada como la primera buena noticia en el plano del comercio exterior en mucho tiempo, especialmente tras los roces con Brasil, los problemas con México y la pelea con España", explicó Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de la Fundación ExportAr. "Claramente los funcionarios decidieron levantar el perfil y mostrar proactividad después de recibir muchos golpes en el plano externo", completó el experto.
Por su parte, Lucio Castro, uno de los directores del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, sostuvo que el objetivo de comunicar lo máximo posible la evolución de la gira, obedece a "la necesidad de tener un impacto positivo en un contexto de muchas complicaciones en el plano interno".
Ya en el terreno de las internas políticas, este viaje sirvió para ratificar la vigencia de la que goza Moreno, que se mostró más efusivo y mediático que nunca, y el ocaso en el que ingresó el canciller Héctor Timerman.
"En este tipo de giras, cuando estaba Néstor Kirchner, era la Cancillería la que guiaba el barco. Pero ahora quedó relegada a un segundo o tercer plano. Hasta el propio Timerman ligó un reto vía Twitter de la Presidenta por haberle pasado mal una fecha", se lamentó un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores que pidió estricto off the record.
2- La necesidad de encontrar nuevos destinos frente a socios menos "permisivos"
Con el objetivo de cuidar el colchón de dólares, Moreno se embarcó en la faraónica tarea de limitar al máximo las importaciones, lo que terminó derivando en fuertes tensiones con los principales socios de la Argentina. Así las cosas, durante los últimos meses, el país acumuló denuncias formales e informales de al menos 45 países, algunos de los cuales incluso llevaron sus reclamos ante la OMC.
En este contexto, este contexto, el menor dinamismo de la economía internacional, pero también el mayor grado de conflictividad comercial y político, derivaron en que las exportaciones a algunos destinos hayan caído fuertemente.
Así las cosas, los envíos de productos argentinos al NAFTA, integrado por Canadá, México y Estados Unidos se achicaron en cerca de u$s600 millones.
Cabe recordar que el gobierno mexicano, durante buena parte del año pasado, le quitó las preferencias arancelarias a los vehículos y autopartes de origen argentino como represalia ante la violación de un acuerdo bilateral, lo que derivó en una desaceleración de los envíos hacia ese destino.
A esto se sumó un hecho no menor:
a comienzos del año pasado, Estados Unidos decidió "borrar" a la Argentina de su Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), un mecanismo que permitía que empresas nacionales exporten hacia ese país productos de alto valor agregado con ventajas arancelarias. Dicho sistema impulsaba cada año ventas hacia ese destino por unos u$s500 millones, dado que los beneficios impositivos permitían amortiguar la pérdida de competitividad.
A esto se suma el mal momento que están atravesando las relaciones bilaterales con Brasil, que en los últimos días volvió a ser noticia tras decidir aplicar un freno al ingreso de lácteos nacionales, poniendo así en riesgo un multimillonario negocio.
Así las cosas, para los expertos, buscar "nuevos aires" con países con escaso historial en relaciones bilaterales se convirtió en una vía de escape necesaria ante un panorama comercial más adverso.
3- La necesidad de garantizarse más energía e inversiones
El hecho de haber elegido un destino como los Emiratos Árabes -país al que también podrían sumarse Angola y Azerbaiján, naciones visitadas en recientes misiones-, está vinculado con la necesidad de solucionar uno de los talones de Aquiles del Gobierno K: la cuestión energética.
El Ejecutivo no busca solamente territorios con gas o petróleo. Eso no le alcanza. Necesita dos factores extra: que estos países tengan "billetera" para realizar inversiones en ese campo y que, además, necesiten alimentos, para así avanzar en una suerte de intercambio que permita "ahorrar" dólares.
"Lo que el Gobierno busca siempre son acuerdos de Estado a Estado por los cuales se pueda realizar un trueque de energía por alimentos. Esto, de hecho, fue lo que caracterizó a la relación que mantuvo con Venezuela", explicó Castro.
Cabe destacar que, gracias a este último pacto, la Argentina evita que, año tras año, cerca de u$s1.000 millones se vayan del país en concepto de petróleo.
El otro punto clave, según Mauricio Claverí, economista de la consultora Abeceb, está en "la necesidad de tratar de captar inversiones para hacer frente al estancamiento que está evidenciando el sector energético en nuestro país".
En este sentido, y si bien por el momento no hubo resultados concretos, el Gobierno consideró un "éxito" la visita a los Emiratos tras una reunión que la Presidenta mantuvo con el Sheik Hamed bin Zyed Al Nahayan, que no es otro que el titular del fondo soberano de inversiones más importante del mundo: Abu Dhabi Investment Authority, que cuenta con una cartera de inversiones de u$s627.000 millones, de los cuales un 25% se destina a países emergentes.
Castro aseguró que "en el terreno de las intenciones, salir a buscar fondos es muy positivo, pero a la hora de llevarlo a la realidad es muy complejo. Con un escenario local dominado por la inflación, un tipo de cambio muy apreciado y trabas para la repatriación de utilidades, claramente el clima de inversión resulta poco favorable".
4- La necesidad de darle impulso a la única "maquinita" de dólares
Los pesos los fabrica y distribuye el Banco Central, pero los dólares, ese objeto de deseo de la administración K, no. Según Elizondo, "el Gobierno sabe que sólo puede conseguir divisas por la vía comercial, es decir, a través de las exportaciones, porque no llegan suficientes inversiones".
El experto agregó que "los funcionarios también comprendieron que, en momentos en que el superávit comercial sólo se sostiene por trabas a las importaciones y que las ventas al mundo cerraron 2012 con una caída del 3%, era muy necesario ir por una agenda que reactivara el comercio exterior".
El punto a destacar es que la Argentina mantiene con estos tres países una relación comercial claramente favorable, dado que en 2012 el saldo entre exportaciones e importaciones dejó "limpios" unos u$s2.000 millones. De ahí el interés por aceitar la relación.
Sin embargo, los expertos no son optimistas sobre el éxito de la misión a la hora de impulsar las ventas del "Made in Argentina". "Es una gira relevante y positiva, pero la situación doméstica hace prever que no se vean frutos en el corto o mediano plazo", disparó Castro.
El motivo es que
"el éxito de una mayor apertura de mercados internacionales está vinculado con un principio básico del comercio internacional, que es el de la reciprocidad. En tanto y en cuanto se mantengan las restricciones a las importaciones, cualquier expansión del comercio bilateral va a terminar generando nuevos roces con otros socios", agregó.
Paralelamente, el economista Tomás Bulat advirtió que "con el nivel de atraso cambiario existente, los costos en dólares de la Argentina son tan altos que las empresas no obtienen rentabilidad al exportar. Por eso, al tipo de cambio vigente hoy, el único sector con posibilidades de vender en lugares tan alejados de Asia es el agroindustrial, vinculado a la soja o maíz".
5- La necesidad de reemplazar mercados cada vez menos dinámicos
Un informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, que conduce Elizondo, destacó que las razones que explican el descenso de las ventas al mundo, además de los problemas internos, como la pérdida de competitividad y la suba de costos, están vinculadas con un punto no menor: la Argentina está muy enfocada en países de bajo crecimiento o incluso con economías en franco descenso.
"La mayoría de los principales destinos de nuestras exportaciones son propios de una agenda del siglo XX más que de la segunda década del siglo XXI", aseguraron desde la consultora.
Al respecto, el documento hace hincapié en que de unos 220 mercados posibles en el mundo, sólo siete se llevan la mitad de las exportaciones, entre los que se encuentran Brasil, China, Chile, EE.UU., España, Venezuela y Holanda.
Desde la consultora DNI subrayaron que "se generó una alta dependencia de países que han tenido una performance de poco dinamismo, de modo que no se están aprovechando de manera significativa mercados de gran crecimiento, buena dimensión, escala adaptable y potencial por complementariedad".
"Lo que resulta claro es que para Argentina ha llegado la hora de confeccionar una nueva agenda estratégica que le permita incluir entre sus principales destinos a naciones con una performance propia de esta nueva época", concluyó el informe firmado por Elizondo.
Sin embargo, los expertos volvieron al mismo punto: en tanto y en cuanto las empresas argentinas no recuperen competitividad y el Gobierno no modifique el clima interno para alentar inversiones, las giras, los flashes, los asados y los miles de kilómetros recorridos difícilmente se terminen plasmando en buenos resultados.