Así son los estimados de la artillería, los jets y las embarcaciones que se usarían en caso de que ocurriera un ataque de EE.UU. a Corea del Norte, y las cifras de personas que podrían morir. Una operación militar consistiría en un ataque rápido y multidimensional.
Se cree que Corea del Sur estaría entre los más afectados.
Se cree que Corea del Sur estaría entre los más afectados.
(CNN) - Es la situación en la que nadie gana y que sólo puede ser imaginada por los oficiales militares de EE.UU. encargados de prepararse para el peor escenario: un ataque preventivo a Corea del Norte.
Con poco tiempo para evacuar, millones de ciudadanos inocentes quedarían atrapados en el fuego cruzado si EE.UU. y sus aliados regionales dieran el primer golpe, lo que casi con seguridad resultaría muchas bajas para ambos bandos.
Este viernes por la mañana, el presidente Donald Trump advirtió en Twitter que "las soluciones militares están ahora plenamente en su sitio, listas y cargadas", aunque dijo que "espero que Kim Jong Un encuentre otro camino".
Una operación militar consistiría en un ataque rápido y multidimensional, ya que la pelea se definiría en el primer minuto de combate, según Jerry Hendrix, un capitán de la Marina retirado y miembro principal del Centro para la Nueva Seguridad de EE.UU..
Aunque Hendrix no ha sido informado sobre los detalles de una posible opción de ataque preventivo, le dijo a CNN que la operación probablemente incluiría varias estrategias dirigidas a neutralizar las capacidades defensivas y de contraataque de Corea del Norte.
Para contrarrestar las relativamente buenas capacidades de defensa de misiles tierra-aire de Corea del Norte, llegarán los aviones estadounidenses F-22, F-35 y B-2, que probablemente dirigirían una campaña aérea conjunta con la ayuda de jets F-15 o F-16 de Japón y Corea del Sur, añade Hendrix.
Las aeronaves no tripuladas también podrían utilizarse para limitar el riesgo para los pilotos.
Estados Unidos probablemente llevaría más aviones a la región en caso de un ataque inminente, pero también mantiene dos bases aéreas principales en Corea del Sur: en Osan con los combatientes F-16 y A-10 "asesinos de tanques", y en Kunsan con F- 16.
El poder aéreo más poderoso podría llegar de la isla de Guam, por la que rotan los bombarderos B-1, B-2 y B-52 de EE.UU.
Mientras los aviones estadounidenses y de los aliados atacan blancos prioritarios en el cielo, los buques de guerra estadounidenses lanzarían un aluvión de misiles Tomahawk hacia los misiles norcoreanos, sistemas de defensa aérea y bases capaces de lanzar un arma nuclear en represalia, dijo Hendrix.
La Armada de los Estados Unidos tiene 10 misiles guiados y destructores basados en Japón. Los buques están armados con misiles Tomahawk con fines ofensivos y el sistema de defensa antimisiles Aegis que podría utilizarse para interceptar lanzamientos de Corea del Norte.
Estados Unidos podría usar ataques cibernéticos para interrumpir los programas de armas de Pyongyang, aunque los expertos dicen que sólo los retrasarían, en lugar de detenerlos.
Es probable que los esfuerzos para eliminar objetivos prioritarios como los sistemas de defensa aérea, los sitios de lanzamiento de misiles de represalia y las instalaciones de servicios, podrían hacer mella al inventario de bombas y misiles de EE.UU., advirtió Hendrix.
"¿Cuál es el plan de reabastecimiento?", se preguntó.
Estados Unidos necesitaría asegurarse de tener suficientes bombas, misiles y aviones de guerra para destruir o desactivar las defensas aéreas de Corea del Norte antes de desplegar sus bombarderos pesados, probablemente use los B-1 estacionados en Guam, que necesita para atacar los sitios de armas nucleares fortificadas de Corea del Norte, según afirma Carl Schuster, exdirector de operaciones del Joint Intelligence Center del US Pacific Command.
A los pocos minutos de iniciar el ataque, los aviones y la artillería estadounidense también estarían obligados a coordinar con las fuerzas aliadas para destruir los miles de misiles norcoreanos que apuntan directamente a la capital de Corea del Sur, Seúl.
Y eso sería sólo el comienzo.
"El problema no es atacar a Corea del Norte, es lo que sucede después", dijo a CNN Joe Cirincione, presidente de la Fundación Ploughshare, una organización que trabaja para detener la proliferación nuclear.
"Si atacas a Corea del Norte, van a atacar y tienen un devastador arsenal convencional construido en la frontera que podría causar estragos en Seúl", dijo.
"Se estima que cientos de miles de surcoreanos morirán en las primeras horas de combate –por la artillería, los cohetes, los misiles de corto alcance– y si esta guerra aumentara hasta el nivel nuclear, entonces estaríamos hablando de decenas de millones de bajas y la destrucción de la undécima economía más grande del mundo".