(iProfesional.com) - El plan del macrismo tendiente a avanzar en un realineamiento internacional viene dejando algunos heridos. Entre ellos, el gobierno ruso, que dejó en stand by una obra clave para la Argentina, atada a fuertes inversiones. ¿La excusa? Diferencias en la tasa de interés para financiar el proyecto.
"Punto y medio y algo más". Estas pocas palabras fueron capaces de alejar cientos de millones de dólares provenientes de un país que iban a ser destinados a darle vida a un megaproyecto acordado tiempo atrás entre Vladimir Putin y Cristina Kirchner. Esas pocas palabras también son la que utilizan algunos funcionarios para explicar la negativa de Rusia a financiar la construcción de una represa hidroeléctrica clave: Chihuido, en Neuquén. Se trata de una obra de gran envergadura que era una de las promesas energéticas más relevantes del Gobierno kirchnerista.
La noticia, confirmada a iProfesional por funcionarios vinculados con el Ministerio de Energía, abre un marco de incertidumbre sobre cuál será finalmente el destino de un emprendimiento que implica una inversión cercana a los u$s2.600 millones. El plazo del préstamo inicialmente pactado era de 20 años con límite del 85% sobre el costo total de la obra.
En torno a Juan José Aranguren reconocen que el acuerdo heredado del kirchnerismo con el Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia (Vnesheconombanak) comenzó a tambalear ni bien Mauricio Macri puso un pie en la Casa Rosada.
Rápidos de reflejos, los hombres del Ministerio de Hacienda posaron la lupa sobre los últimos convenios rubricados por la gestión anterior, con el fin de evaluar el impacto financiero en las cuentas públicas. En relación con el financiamiento, la primera evaluación del proyecto dio como resultado un nivel de tasa de interés que el macrismo consideró excesivo: 6,5% anual.
Con el fin de achicar ese número, un equipo técnico conformado por asesores de Alfonso Prat Gay -con intervención de la canciller Susana Malcorra- venía manteniendo contactos con directivos del banco ruso desde principios de año. Una primera instancia culminó con una "victoria" para el macrismo, ya que la entidad había aceptado reducir el tipo de interés al 5,5%. No contento con ese recorte, el Gobierno pidió un ajuste de al menos medio punto más (es decir, llevarlo al 5%).
Pero los rusos "plantaron bandera" y amenazaron a Prat Gay con bajabarse del financiamiento de la represa Chihuido. Tal decisión sorprendió a más de uno, habida cuenta de que un "tira y afloje" de este tipo forma parte del proceso negociador.
Casi de manera obligada, surge la pregunta sobre si la negativa de Rusia a seguir en este megaproyecto tuvo a la pelea por la tasa como el disparador o si, más bien, esconde otros factores.
Cerca del Ministerio de Energía, una fuente cercana a Aranguren confió a iProfesional que también pesaron motivos extras que hicieron que los funcionarios rusos cambiaran su postura. "Para los micrófonos, el Gobierno va a decir que no hubo acuerdo por diferencias en la tasa de interés. Pero hay otro tema de fondo, que tiene que ver con el cambio de humor de Putin para con nuestro país a partir del nuevo alineamiento con Estados Unidos", confió a iProfesional.
"La cuestión es principalmente política. Putin entiende que no puede alentar negocios con una persona que tiene otra visión del mundo y que no opera con sus mismos códigos", añadió.
Esto, más allá de que las cláusulas de financiamiento eran para los rusos un tema cerrado y se encontraron con que tendrían que sentarse a renegociar. En este sentido, ya se venía notando el cambio de clima entre los funcionarios de ambos gobiernos, lo que repercutió negativamente en las relaciones con el Vnesheconombanak.
Tal es así que "el macrismo solicitó una baja adicional, esta vez del 5% al 4,5%. Sorpresivamente, el gobierno de Rusia no sólo no la convalidó sino que contraatacó pidiendo una elevación de tasa del 5,5% al 6%", confío la fuente cercana a Aranguren con reserva de identidad. No conformes con eso, los funcionarios de Putin comunicaron que iban a reducir el total de la obra a financiar -del 85% a sólo un 30%- como así también el plazo originalmente pactado, de 20 a 15 años. En otras palabras, en vez de aportar u$s2.600 millones iban a destinar poco más de u$s650 millones.
Cuestión de fuerza
Expertos allegados al macrismo, como Emilio Apud, actual integrante del directorio de YPF, reconocen que el freno en la obra de Chihuido complica la "hoja de ruta" trazada por el oficialismo.
Pero, al mismo tiempo, asocian la salida del banco ruso a que la Argentina ya no da vía libre a cualquier tipo de condicionamiento al momento de pedir crédito. "El kirchnerismo permitió que Rusia le imponga todas sus pautas", aseveró Apud a iProfesional. Recordó que las negociaciones tuvieron lugar "en un escenario completamente desfavorable para la Argentina", producto del aislamiento internacional por el que casi no había fuente alguna de fondeo. "Rusia era uno de los pocos países que se animaba a prestarle aunque a tasas siderales. Eso ahora cambió", enfatizó.
Para el directivo de YPF, el pedido de recorte de tasa es parte de la estrategia del oficialismo para reducir costos y se da en el marco de un proceso de revisión de todos los acuerdos rubricados por el gobierno de Cristina Kirchner, principalmente los del último año. "Es cierto que la relación con Rusia se fue tensando cuando la Argentina amagó con pedir menos del 5%", señaló Apud a este medio.
Y añadió: "La realidad es que los rusos ya no estaban tan convencidos de seguir adelante".
Apud también confirmó que en la negativa del país liderado por Putin incidió fuertemente el hecho de que la Argentina esté reanudando sus relaciones con destinos comerciales más tradicionales.
"El gobierno anterior estaba casado con China y con Rusia. La apuesta ahora es recuperar lo perdido con Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Francia o Alemania", reveló.
Apud no dudó en realzar la relevancia de Chihuido en un contexto de crisis energética local, si bien reconoció que completar la obra (aun en el tiempo que sea) será de por sí "un triunfo".
De avanzar con su desarrollo, agregará 700 megavatios (MW) al sistema eléctrico argentino y, en simultáneo, permitirá un importante ahorro de dólares, ya que disminuirá la compra de combustible para la generación de centrales térmicas.
La ejecución de Chihuido fue adjudicada a las empresas argentinas Helport (Grupo Eurnekian), Chediack, Panedile, Eleprint e Hidroeléctrica Ameghino. También, a la española Isolux Ingeniería y a la rusa Inter Rao. Comprende la construcción de una represa y una central hidroeléctrica sobre el río Neuquén en un plazo de ejecución que estaba previsto inicialmente en seis años.
Las pautas fijadas por el kirchnerismo establecen que las adjudicatarias deberán ocuparse de la construcción, operación, mantenimiento y explotación de las instalaciones. Al cabo de 15 años de concesión, el complejo pasará a manos de la provincia de Neuquén.
¿Cuáles son las alternativas que maneja el Gobierno de Macri para reavivar el desarrollo de la represa? Si bien predomina la idea de iniciar gestiones con entidades de crédito de los EE.UU o de algunos países del Viejo Continente, lo concreto es que la opción más accesible hoy día no es otra que el gigante asiático. Hay una posibilidad de obtener financiamiento de China Eximbank como para completar el 85% de la obra. Referentes del sector señalaron que esta alternativa todavía está en pañales. Según pudo saber iProfesional, podría ser bajo un préstamo de tipo preferencial. Como condición, la Argentina tendría que mantener el plan de desarrollo de otra central nuclear que el kirchnerismo le diera a ese país.
Desazón patagónica
Los avatares del Gobierno de Macri con Rusia generan incertidumbre en la zona en la que está pautada la concreción de la represa. Ocurre que sólo la construcción de Chihuido aseguraría para ciudades como Zapala, Cutral-Có o Plaza Huincul, la generación de hasta 6.000 nuevos puestos de trabajo entre directos e indirectos.
Con el nuevo freno, las posibilidades de empleo volvieron a sufrir un revés en esos puntos de Neuquén. "En la zona nos íbamos a encargar de proveer insumos, brindar servicios y ahora sentimos que nos podemos quedar sin nada", se lamentó ante iProfesional Soledad Martínez, intendenta de Zapala. "Tensaron las condiciones como no lo hicieron con los fondos buitre y perdimos un proyecto vital para nuestra economía por medio punto de porcentaje", completó.
Martínez señaló a este medio que en la zona ya había consultoras rusas midiendo la cuestión ambiental. "Chihuido era un proyecto cerrado para nosotros. Se había pensado la expansión de la infraestructura vial, el tendido de energía, la apertura de caminos y hasta la relocalización de poblaciones. Ahora, sentimos que nos dejaron sin nada”, concluyó.