(Infodefensa.com)– El gobierno argentino he enviado una delegación de alto nivel a la feria de defensa Eurosatory
para negociar la posible adquisición de material militar. La comitiva
que ha viajado al certamen de París, que concluye hoy tras cinco días de
exposición y demostraciones, está encabezada por el Jefe del Estado Mayor Conjunto, general de división Luis M. Carena.
El cometido principal de la expedición en el evento, considerado el
principal del mundo en sistemas terrestres, es analizar las
posibilidades de adquisición de vehículos blindados y helicópteros
medianos para las Fuerzas Armadas argentinas. Esta
búsqueda se basa en la necesidad de contar con equipamiento blindado
sobre ruedas de tracción múltiple y helicópteros para la misión de la ONU en Haití (MINUSTAH).
Actualmente existe un plan de reducción de fuerzas de la ONU en la
isla de las Antillas y se está contemplando que Argentina y Chile
participen con su fuerza combinada Cruz del Sur, que en teoría está
conformada por un millar de hombres de ambos países (dos batallones, uno
por país) apoyados por ocho helicópteros (cuatro por país), una unidad
de apoyo logístico y otra de comando y servicios. Argentina hoy en día
carecería de los equipos necesarios para desplegarse bajo este formato,
por lo que, de madurar el plan, seria imperiosa la necesidad de adquirir
los vehículos y material aéreo para poder cumplirla cabalmente.
Interés por adquisiciones en ciberdefensa
Paralelamente la delegación argentina estudia en la feria de París
acuerdos y posibilidades de adquisición de sistemas y cooperación en
ciberdefensa, materia sobre la cual el Ministerio de Defensa argentino
ha enfocado sus miras con la creación y puesta en marcha antes del
final del presente año de un centro de defensa para ataques
cibernéticos, dependiente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas
Armadas.
¡Qué gente estudiosa! hace ocho años que estudiamos la construcción de las POM...
Blog independiente que impulsa el desarrollo científico -tecnológico, socio-económico y la capacidad de defensa nacional. Sin inversión no hay tecnología y sin tecnología no hay desarrollo, y sin desarrollo, no hay defensa. El derecho a vivir libremente conlleva la responsabilidad de defender esa libertad frente a cualquier ataque. "Solo quienes pueden ver se dan cuenta que falta algo"... Desde el 2006 junto a ustedes.
lunes, 23 de junio de 2014
Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela participarán en la construcción del avión Unasur I (III)
En concreto, el estado brasileño se ha comprometido a contribuir con 38 millones de dólares; Argentina, con 16 millones y tanto Ecuador como Venezuela, con otros tres millones cada uno. En contrapartida Argentina quiere recibir 50 aeronaves, Ecuador 18 y Venezuela 24. Brasil, por su parte, es el único país que, pese a su contribución monetaria, no planea adquirir la aeronave y tiene planes propios para el reemplazo de sus entrenadores primarios.
En primera instancia con los nuevos aviones Argentina quiere reemplazar sus Beechcraft T-34 Mentor y Grob 120 para luego completar la transición reemplazando también sus Embraer Tucano.
Características acrobáticas
El IA-73 Unasur I es una aeronave de ala baja, acrobática, para dos pilotos sentados en tándem y que proyecta equipar tanto una motorización occidental (probablemente un PT-6 de P&W) como otra oriental, en este caso provisto por CATIC de China.
El diseño es íntegramente de la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín S. A. (FadeA), desde la que se afirma que la cabina será íntegramente digital (probablemente de origen israelí) y que se suministrarán distintas opciones dependiendo el cliente, como por ejemplo asientos eyectables cero-cero, tren reforzado y carga alar aumentada para portar armamentos.
Foto: Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín S. A.
Pasado, presente y futuro de la proyección del poder naval sobre tierra… el caso de los LHA/Ds
Enviado por Josep Baqués - Análisis GESI
Trazar el origen de las cosas es útil para comprender mejor
tanto las razones de su evolución como su potencial en el futuro. Ese
ejercicio es útil también para las diversas armas así como para las
doctrinas de empleo que en ocasiones preceden a las primeras y otras
veces las acompañan.
Con
la mirada puesta en ello traigo a colación un caso que llama la
atención, cual es el origen de los actuales buques de asalto anfibio del
tipo Landing Helicopter Assault y Landing Helicopter Dock (LHA/D respectivamente). En el fondo, si se quiere, vamos a hablar de los antecesores de los Tarawa/Wasp de la US Navy, pero también de nuestro Juan Carlos I.
Llama la atención por el hecho en sí, pero también por el ejército que
hace esa apuesta. Y digo bien, ‘ejército’ porque ni estoy hablando de
las fuerzas armadas en general, ni tampoco de la marina de guerra en
particular. Ya que esa intuición nace en el ejército de tierra japonés y surte efecto en plena Segunda Guerra Mundial.
Con lo cual, poco antes de su entrada en la Segunda Guerra Mundial, los nipones seleccionaron unos pocos mercantes (de generosas dimensiones para la época) con el fin de aplicarles las mejoras necesarias para implementar lo que en el fondo era un nuevo tipo de buque, pero que además atisbaba una nueva doctrina de empleo de la fuerza. Uno de los más logrados fue el tipo Akitsu Maru, integrado por dos buques gemelos. Se trataba de unidades de casi 150 metros de eslora y cerca de 20 de manga, para un desplazamiento a plena carga de unas 12.000 toneladas. Su velocidad, según algunas fuentes, era de hasta 20 nudos. Otras la sitúan en 18. Pero, como quiera que su potencia motor oscilara entre los 7.800 y los 8.000 HP, se me antoja más realista hablar de 15. De todos modos, hay que tener en cuenta que ésa era la velocidad típica de los buques de desembarco de los años 40 y 50. Hasta aquí, la teoría. Ahora bien, esta filosofía no estaba exenta de problemas prácticos. Problemas relativos, fundamentalmente, a los medios a emplear para lanzar el asalto a cierta distancia.
Buque japonés Akitsu Maru
Más complicado era resolver el tema de los medios aéreos que debían acompañar a esos lanchones, de acuerdo con la nueva filosofía. Lo cierto es que no se pensó tanto en medios de transporte de tropas como en aparatos de escolta y apoyo. Las razones son evidentes: aunque los alemanes y los estadounidenses ya estaban trabajando en aparatos de ala rotatoria, lo cierto es que los primeros diseños de helicópteros todavía no estaban operativos, mientras que la alternativa de operar con grandes aviones de transporte capaces de lanzar varias docenas de paracaidistas desde un buque de ese porte parecía descabellada.
Sin embargo, pensando en el potencial del buque como medio de asalto y en la posibilidad de ir desarrollando o adaptando los medios ya existentes, se lo dotó de una larga cubierta de vuelo, que se extendía por casi toda su eslora (algo más de 120 metros de pista de aterrizaje que, además, cubría su manga) confiriéndole a todas luces la apariencia de un pequeño portaaviones de escolta de la época.
Así, la idea original era utilizar esa capacidad aérea en beneficio de aviones de combate que, en un número cercano a los 20-25 aparatos, estaban ubicados en la cubierta inferior a la pista de despegue, de modo que dicha cubierta también hacía las veces de hangar. Todo ello con la mirada puesta en que, llegado el momento, esos aviones podrían defender al buque de los bombarderos enemigos provenientes de tierra así como, sobre todo, podrían realizar apoyo táctico ligero sobre las posiciones enemigas, dando cobertura a las fuerzas prestas a desembarcar a bordo de los Daihatsu. Es decir, en esencia, son las mismas funciones que actualmente están llamados a realizar (no sólo, pero también) los AV-8B/B plus Harrier II estadounidenses y españoles embarcados en los LHA/D señalados unos párrafos más atrás.
Aún así, la operación con medios aéreos presentaba sus flecos: los buques japoneses carecían de catapultas (lo mismo que ocurre con los LHA/D actuales) y no estaban preparados para recuperar esos aviones una vez habían realizado su labor. Muchos de estos problemas han sido resueltos… con el tiempo... como siempre ocurre en estos casos… con la irrupción de los aviones llamados de despegue vertical (VTOL) que, en la práctica, actúan en formato STOVL (despegue corto y aterrizaje vertical). Pero a principios de los años 40 esto sonaba a ciencia ficción.
Por lo pronto, los japoneses hicieron dos cosas. La primera, embarcar unos pequeños aviones STOL (despegue y aterrizaje corto), los Kokusai Ki-76 (algo así como un Fieseler Storch pero, además de su ametralladora dorsal, podía llevar dos bombas o dos cargas de profundidad). Con todo, sus capacidades militares eran modestas, pudiendo aplicarse a la función de reconocimiento armado y a la de observación de fuego de artillería. La segunda fue desarrollar sus propios autogiros. Algo tarde (con la guerra empezada) pero con éxito. El tipo embarcado fue el Kayaba Ka-1, que estaba dotado de un más que aceptable radio de acción, de acuerdo una vez más con los estándares de la época (más de 250 km) y de una buena velocidad para tratarse de una aeronave de este perfil (160 km/h).
De hecho, los Ka-1 llegaron a tiempo para operar desde la cubierta del Akitsu Maru. Pero sólo unos pocos meses, antes de que este buque fuese hundido por los estadounidenses. En verdad, estos autogiros no eran el equivalente conceptual de los helicópteros de asalto, sino que fueron empleados más bien como ‘helicópteros’ antisubmarinos, dotándolos de cargas de profundidad. Para lo otro hubiera sido necesario, como mínimo, algo más de tiempo, para permitir el diseño y la construcción de aparatos con mayor capacidad de carga/transporte. Pero es notorio que, en términos doctrinales, las cartas estaban echadas: la apuesta por lo conjunto (tierra, mar y aire) quedaba integrada en un solo buque a fin de maximizar las sinergias existentes entre esos tres componentes en operaciones de proyección de fuerza sobre la costa.
Ese es, al fin y al cabo, el origen de un proyecto y de una doctrina de empleo que ha ‘culminado’ en los LHA/D contemporáneos, luego de incorporar helicópteros de transporte pesados y cazabombarderos V/STOL, además de mejores y mayores LCMs. En nuestro cronograma, entre unos y otros, aparecen aquellos interesantes, y para mí entrañables, Commando Carrier de la Royal Navy que protagonizaron sendos desembarcos aéreos en la campaña de Suez (1956) y en las operaciones dirigidas a la defensa de Kuwait (1961) pero que, al proceder de una transformación meramente parcial de antiguos portaaviones convencionales, ni siquiera disponían de dique para transportar y lanzar unos lanchones de desembarco que transportaban en sendos pescantes (HMS Albion, HMS Bulwark).
Algo similar –o peor- ocurría con los más conocidos Iwo Jima de la US Navy, ya que aunque eventualmente pudieran operar con aviones, no fueron diseñados para esa posibilidad. En la práctica, la clasificación de los Iwo Jima era la de LPH, por razones evidentes. Es decir que, según se mire, el concepto inherente a los buques japoneses que han servido de excusa para esta reflexión llevaba años de ventaja a los diseños occidentales más innovadores de los años 50 y 60. Esos son, pues, los jalones de una trayectoria en la que también podríamos incluir a los LPD (en el fondo, un LHA/D nace de la combinación de un LPH y un LPD, aunque el hecho de poder operar regularmente con aparatos de ala fija multiplica su valor militar de modo que, una vez más, el valor del conjunto es superior al de la mera suma de las partes).
Buque de Proyección Estratégica español Juan Carlos I
En todo
caso, se habrá fijado el lector en el hecho de que el verbo ‘culminar’
con el que encabezaba la anterior reflexión aparece entre comillas.
Claro. Ese también es el mensaje del artículo. Porque aquí no ha
culminado nada. La vida sigue. De hecho, nos encontramos con que la necesidad de alejar más los buques (de asalto) de la costa (asaltada) crece.
No voy a conectarlo con el tema de las derivas de las Revoluciones
(Socio) Militares (RSM) y Revoluciones en los Asuntos Militares (RMA, en
sus iniciales en inglés) por ser evidente. Por ello, las operaciones
susceptibles de ser afrontadas mediante el empleo de este tipo de
buques, también lo harán en el futuro.
No tanto
porque haya que estar pensando sólo ni principalmente en nuevos
‘desembarcos de Normandía’. Ese escenario, sin ser imposible, es
improbable. En cambio, podemos pensar en:
- La necesidad de ejecutar misiones de evacuación de civiles o incluso de rescate de rehenes, cuando la zona de operaciones esté ubicada en zona costeras o cercanas a la costa, cuando el número de afectados sea importante y cuando se presuma una notable resistencia por parte de los actores armados responsables de esa situación.
- La necesidad de desarrollar misiones puntuales, pero enérgicas, en un contexto de proliferación de conflictos de intensidad baja/media en la que participan actores (estatales, o no) dotados de abundante armamento y que, en ocasiones, logran enturbiar el tráfico marítimo desde bases y posiciones ubicadas en tierra firme. A veces los vinculamos a la piratería (sin más) pero en ocasiones constituyen el germen de un proceso de mayor alcance, que busca y logra generar el caos en un Estado débil (quizá fallido) y complica la vida a los vecinos y a la sociedad internacional en su conjunto.
- El hecho de que la creciente pugna por la soberanía de islas y archipiélagos pueda pasar de las simples escaramuzas que de hecho ya estamos detectando a conflictos armados, aunque limitados (la guerra de las Malvinas respondió en buena medida a este modelo, aunque en nuestros días es más probable el escenario de Asia Pacífico. Valga añadir que alguno de los principales fiascos para la Royal Navy fue debido a que alguno de sus buques anfibios LSL tuvo que operar muy cerca de la costa).
En todos los casos conviene tener en cuenta que:
- No siempre será factible neutralizar una posición enemiga o una amenaza mediante el empleo de unos pocos equipos de operaciones especiales –que, ciertamente, sí podrían llegar a la zona de operaciones en un avión de transporte (suelen tener un radio de acción muy grande) o bien a bordo de un submarino- o, dicho con otras palabras, en ocasiones será necesario poner sobre el terreno unidades más numerosas y dotadas de mayor protección y de mayor ‘pegada’ (quizá subgrupos o grupos tácticos, pero podría llegarse al nivel de una agrupación táctica)
- Aunque se cumpliera la primera posibilidad, no siempre será factible prestarles capacidad de reconocimiento aéreo, apoyo aéreo cercano, CSAR, etc. desde bases propias que probablemente estarán demasiado alejadas de la zona de operaciones –los cazabombarderos y los helicópteros suelen tener menos autonomía que los grandes aparatos de transporte
- No siempre nos vamos a encontrar con que las armas a disposición de esos actores díscolos son de muy corto alcance, de modo que ante la eventualidad de que dispongan de lanzacohetes, o de baterías de misiles de misiles superficie-superficie, o de artillería de cierto alcance o incluso de carros de combate que puedan ser eventualmente empleados a modo de baterías de costa móviles, ya será necesario emplear buques capaces de lanzar el ataque tras abrir distancias con medios de asalto que constituyan un blanco mucho más difícil de batir por esas armas (mientras los aviones embarcados tratan de neutralizarlas)
- Si esos actores armados disponen de alguna capacidad aérea en la zona, por pequeña que sea, será perentorio contar con capacidad para actuar contra ella ‘a pie de obra’, es decir, en alta mar. Los grandes portaaviones son, claro está, los llamados a garantizar la superioridad aérea. Pero no siempre será factible su empleo (suponiendo que se disponga de ellos), ya sea por criterios políticos o estrictamente militares. En este sentido, los LHA/D dotan al gobierno de turno, así como a los correspondientes Estados Mayores, de una enorme flexibilidad a la hora de planificar un amplio abanico de operaciones de entre las cuales las aquí mencionadas sólo constituyen una pequeña muestra.
CV-22 Osprey despegando del USS Kearsarge
Así que,
en efecto, la historia continúa. La verdad es que a lo largo de los
últimos lustros nuevos medios de asalto aeronaval ya han llamado a la
puerta de los Marines y de la US Navy: pensemos en los convertiplanos
CV-22 y en los hovercrafts LCAC. Ya, ya, no es oro todo lo que reluce:
los primeros son muy caros, demasiado grandes (para las tropas a
transportar) y no tan veloces como cabría desear y quizá hasta esperar,
cuando vuelan en modo avión.
Los segundos, en cambio, sí son
extraordinariamente rápidos (para avanzar por el agua, se entiende) pero
ni su precio, ni la relación entre su tamaño y su capacidad de carga
(no muy superior a la de nuestras LCM-1E, sin ir más lejos) son del todo
satisfactorios. Es verdad. Sea como fuere, se han dado pasos de gigante
para mejorar la gestión de este tipo de operaciones anfibias y la base
tecnológica está madura para nuevos desarrollos que con toda seguridad
incidirán en la solución de los flecos detectados a día de hoy.
Hovercraft junto al LHD norteamericano USS Bonhomme
Probablemente
no tardemos en ver convertiplanos de combate, equipados como medios
antisubmarinos y/o como aparatos de apoyo táctico ligero para su empleo
en conflictos de baja/media intensidad, o en advertir cómo multiplican
su capacidad de transporte de tropas, incluso a una velocidad de crucero
mayor que la actual. Es posible que los primeros ya sean aviones de
combate no tripulados.
Como no tardaremos en saber de hovercrafts
capaces de doblar o hasta de triplicar no sólo la velocidad (cosa que ya
hemos visto que hacen) sino también la capacidad de transporte de
tropas o de vehículos de los actuales LCMs. O de la aplicación de otros
diseños, como los catamaranes, a estas funciones (los franceses ya han
comenzado, con su EDA-R, al que próximamente dedicaré un post en el
apartado correspondiente de la web de GESI). La doctrina lo avala, la
historia lo afirma y los astilleros sólo necesitan aumentar ligeramente
esloras y mangas de unos buques que, de hecho, ya vienen evolucionando
en esta dirección desde hace décadas. ¿El punto débil? El precio… de los
aparatos. Por el de media docena de CV-22 se puede construir un LHD
tipo Juan Carlos I. Y es que, ya se sabe, ganarse el cielo siempre ha sido caro.
Editado por: Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI). Lugar de edición: Granada (España). ISSN: 2340-8421.
Fuente: http://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/pasado-presente-y-futuro-de-la-proyecci%C3%B3n-del-poder-naval-sobre-tierra%E2%80%A6-el-caso-de-los-lhads
Evolución histórica de la guerra de maniobra
Enviado por Carlos Javier Frias - Análisis GESI
En contra
de lo que se pensaba antes de 1914, los demoledores efectos del fuego de
artillería (más del 60% del total de bajas en la Primera Guerra Mundial
lo fueron por fuego de artillería) y de ametralladora provocaron la
parálisis de la maniobra, quedando la infantería “enterrada” en líneas
de fortificaciones de campaña que cubrían todo el frente.
Por otra
parte el enorme tamaño de los ejércitos – consecuencia del incremento
demográfico y de las posibilidades de producción de armamento y equipo
gracias a la revolución industrial – trajo como consecuencia la
extensión de la línea de contacto entre los oponentes (la “carrera hacia
el mar” de 1914): nacen los “frentes”. Así, el frente occidental se
configura como una línea continua de fortificaciones guarnecidas que se
extiende desde la frontera suiza hasta las costas del canal de la
Mancha.
Los
intentos realizados para resucitar la maniobra pasan, paradójicamente,
por el incremento del fuego: para conseguir romper el fortificado frente
enemigo, se organizan grandes concentraciones artilleras (con miles de
piezas), que baten ininterrumpidamente durante días la parte elegida del
frente para efectuar la ruptura, incluyendo un muy importante esfuerzo
de contrabatería. Una vez se considera que el frente enemigo está
suficientemente debilitado, la infantería sale de las trincheras propias
e inicia el asalto. Idealmente, ocupadas las fortificaciones enemigas,
la artillería cambia de posición hacia vanguardia para continuar
apoyando el avance de la infantería…
Sin
embargo, esta táctica no obtiene buenos resultados. La preparación
artillera proporciona al enemigo información precisa del lugar elegido
para romper el frente y su larga duración le da tiempo para desplazar
reservas a la zona. Una vez terminada la preparación, la infantería
asaltante debe atravesar una “tierra de nadie” convertida en un
laberinto de cráteres embarrados, donde el avance es lento y donde no
era infrecuente extraviarse o errar la dirección. Y, tras alcanzar las
trincheras enemigas, la infantería -si conseguía ocupar las obras
defensivas enemigas- debía detenerse a esperar el cambio de posición de
su artillería para permitirle continuar su avance.
En ese
momento, el enemigo contraatacaba con las reservas que había llevado a
la zona durante la preparación artillera. Puesto que la artillería
atacante estaba ya demasiado alejada para prestar apoyo eficaz o estaba
ya cambiando de posición hacia vanguardia, la infantería asaltante debía
hacer frente al contraataque en condiciones de gran inferioridad de
fuegos. La consecuencia era que, o bien el ataque fracasaba, o bien la
ofensiva se estancaba tras avanzar escasos miles de metros…
Para
protegerse, la infantería fue perfeccionando las obras de fortificación,
lo que, a su vez, incrementó las necesidades de fuegos para los
asaltos. De la misma manera, la obtención de la superioridad de fuegos
era condición sine qua non para la ofensiva, de forma que
también crecieron las demandas de unidades artilleras para labores de
contrabatería… Como resultado, se produjo una espiral de crecimiento en
las dotaciones artilleras de los contendientes. Como ejemplo, en 1917 la
Royal Field Artillery empleaba más personal que la Royal Navy, a la sazón la mayor armada del mundo…
El coste
humano de estas tácticas era brutal. Durante la batalla del saliente de
Yprès en 1917, el Ejército británico sufrió 540.000 bajas en tres meses
de combates; la “esperanza de vida” del jefe de sección de infantería
británica en esa batalla era de 15 días en el frente… Este número de
bajas hacía que las divisiones de infantería se consumieran rápidamente.
En una operación ofensiva, la zona de operaciones de una división de
infantería se reducía a 2.000 ó 3.000 metros de frente por 4.000 ó 5.000
de profundidad. Normalmente, las divisiones que tomaban parte en estos
asaltos quedaban prácticamente destruidas tras ellos.
Este tipo
de procedimientos obligaba a centralizar al máximo la artillería, con el
fin de obtener su máximo rendimiento. La coordinación de estas enormes
masas artilleras obligó a crear órganos específicos para ello, muy
voluminosos, que se añadieron a los estados mayores.
De la
misma manera, las necesidades logísticas en munición de esas masas
artilleras excedían con mucho los requisitos logísticos de cualquier
otra índole. Esto obligó a potenciar los órganos administrativos
encargados de la logística, y a crear órganos específicos dedicados al
suministro y almacenamiento de munición de artillería. Poco a poco, la
logística en su conjunto se fue confiando a personal artillero, como
consecuencia de la preponderancia (en peso y volumen) de la munición de
artillería sobre cualquier otro recurso logístico.
En efecto, los
procedimientos de combate descritos requerían un enorme consumo de
munición de artillería: miles de piezas disparando ininterrumpidamente
durante días obligaban a abastecer con miles de toneladas de munición a
esas piezas. Algunos ejemplos: en las primeras cinco horas de la
ofensiva alemana Kaiserschlacht, al final del conflicto, diez mil
cañones alemanes dispararon 1.160.000 disparos. Y en la batalla de San
Quintín (21 de Marzo de 1918), los alemanes disponían de 6.608 cañones
(2.598 de ellos obuses pesados), que dispararon 3.2 millones de disparos
sólo el primer día de la ofensiva. El movimiento de esta cantidad de
munición habría requerido más de 50.000 camiones de los empleados en
1940. La densidad de piezas en algunas de estas batallas alcanzó las 100
por kilómetro de frente.
Como
consecuencia, los ejércitos se hicieron enormemente dependientes de la
existencia de líneas de comunicación capaces de mantener la corriente
logística que demandaba la artillería. Esto limitaba mucho las
operaciones posibles, que al final se planeaban sobre la base de la
existencia y el recorrido de estas vías. Y otra consecuencia adicional
de estos procedimientos de combate fue el crecimiento de los estados
mayores, como consecuencia de la aparición de los citados órganos de
coordinación de fuegos y de control del flujo logístico.
Además de
estos dos factores, lo rudimentario de los medios de transmisiones
obligaba a que la infantería se coordinase con la artillería de apoyo
empleando medidas de coordinación preestablecidas (horarios, alcanzar
líneas o puntos relevantes del terreno…). Era preciso un planeamiento
muy detallado de cada operación, lo que a su vez también obligaba a
potenciar en este sentido a los órganos de planeamiento de los estados
mayores. Un efecto añadido de este planeamiento detallado fue la
eliminación de la iniciativa de los mandos subordinados: cualquier
desviación del plan podía implicar el colapso de toda la operación, por
lo que la iniciativa se consideraba contraproducente.
Sólo en
los años finales de la Gran Guerra se empezaron a atisbar soluciones que
permitieran romper esta situación de crecientes masas artilleras y
parálisis de la maniobra. Con este fin se intentaron soluciones
tecnológicas (como la introducción del carro de combate) y soluciones
tácticas. La ofensiva alemana Kaiserschlacht de la primavera de
1918 es uno de los pocos intentos con cierto éxito de cambiar esta
situación mediante la modificación de las tácticas de la época. Los
alemanes identificaron correctamente que la principal razón de la
pérdida de la maniobra se encontraba en la necesidad de esperar a que la
artillería cambiase de posición para continuar el avance tras romper la
línea enemiga.
La solución de la Kaiserschlacht fue su intento de proseguir el avance sin apoyo artillero, empleando la sorpresa y a unidades especiales de infantería (las Stosstruppen)
para penetrar en el despliegue enemigo, intentando colapsar su
dispositivo defensivo antes de la entrada en combate de sus reservas.
Sin embargo, el resultado no fue el esperado: pese a conseguir avances
mucho más profundos que los realizados desde 1914, las pérdidas en estas
unidades de infantería escogidas fueron tan grandes que, en la
práctica, acabaron con la capacidad ofensiva del Ejército alemán. Pese a
ese resultado, el diagnóstico alemán era correcto: era necesario evitar
la dependencia del apoyo de artillería si se quería recobrar la
maniobra.
Los
norteamericanos llegaron a Europa en 1917 sin ninguna experiencia en
guerra moderna y, por ello, copiaron literalmente al “ejército líder” de
los aliados: el ejército francés. Se imitó la doctrina, los materiales,
la estructura de los estados mayores, la logística…
El periodo de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial
Tras la
Primera Guerra Mundial, entre los aliados se era consciente de que la
victoria se había obtenido gracias al mayor potencial industrial,
económico y humano de los vencedores con respecto a los vencidos, y se
consideraba que los procedimientos tácticos empleados eran la mejor
forma de trasladar al campo de batalla este poderío económico. Como
consecuencia, los desarrollos doctrinales de posguerra fueron
encaminados a perfeccionar un sistema que consideraban esencialmente
correcto.
El Estado Mayor francés diseñó el ejército, en palabras de Liddell Hart (1965: 273)– “como una lenta apisonadora de fuego que debería hacer retroceder gradualmente, como en 1918, a un ejército similar”, en una doctrina que denominaron bataille conduite, traducida por los norteamericanos como methodical battle.
La aversión social a la guerra, consecuencia del enorme número de bajas
de la Gran Guerra, hizo cambiar ligeramente esta percepción, en el
sentido de renunciar a la ofensiva, y prepararse para resistir a la
“apisonadora” alemana, empleando esencialmente los mismos procedimientos
que en 1918. El resultado más evidente de esta tendencia fue la
construcción de la “Línea Maginot”, una posición fortificada del estilo
de las que se construyeron en la Primera Guerra Mundial, pero diseñada
desde tiempo de paz y construida con hormigón, en lugar de con sacos
terreros.
Una
excepción a esta tendencia francesa y norteamericana fue el ejército
británico. Éste había entrado en combate en el teatro europeo sin una
doctrina unificada y con procedimientos absolutamente inadecuados para
el teatro de operaciones (el ejército británico llevaba casi un siglo
dedicado esencialmente a labores de “policía colonial”, y cada
regimiento estaba especializado en la forma de realizar estas tareas en
su “rincón” del imperio). Las espectaculares bajas sufridas llevaron a
un importante grupo de los oficiales que las sufrieron (encabezados por
Liddell-Hart) a rechazar que esas carnicerías pudieran ser aceptadas sin
más como la forma correcta de conducir la guerra. Sin embargo, las
luchas internas dentro de las fuerzas armadas británicas llevaron a que
los defensores del carro se polarizasen (defendiendo que el carro de
combate, en solitario, era capaz de alcanzar la victoria), mientras que
no se hizo ningún intento de implicar a la RAF en este desarrollo
doctrinal. En sentido contrario, los enemigos de esta doctrina pusieron
todos los inconvenientes posibles para su aplicación. Así, el ejército
británico (el único completamente motorizado en 1939) no supo aplicar
una doctrina coherente de guerra móvil al iniciarse la Segunda Guerra
Mundial.
Por parte alemana, el análisis fue mucho más profundo. Sobre la base de los estudios realizados previamente a la Kaiserschlacht,
el reducido Estado Mayor General alemán del periodo de entreguerras
continuó analizando las lecciones aprendidas de los combates del frente
del Este, donde los ejércitos alemanes habían luchado en inferioridad
numérica frente a los rusos, pero habían conseguido victorias decisivas.
Estos
estudios se enfocaron a reducir la dependencia de las armas de maniobra
con respecto al fuego de artillería. La menor dependencia debería
traducirse en una mayor capacidad de penetración en los despliegues
enemigos y una mayor autonomía con respecto a las líneas de comunicación
(consiguiendo una mayor libertad en el diseño de las operaciones),
logrando resultados decisivos y reduciendo el número de bajas. Las
lecciones aprendidas de la Kaiserschlacht de 1917 se aplicaron también a la doctrina y a los desarrollos tecnológicos:
- Era necesario dar iniciativa a los subordinados hasta el nivel más bajo, para permitir la velocidad de reacción necesaria para explotar las brechas antes de la llegada de las reservas enemigas las unidades que explotasen la brecha necesitaban una movilidad y una velocidad mucho mayores que las que tenía la Infantería a pie
- Era necesario que estas unidades pudiesen trasladar la información obtenida, sus intenciones y movimientos a los escalones superiores, sin esperar a los lentos y vulnerables tendidos de cable telefónico…
- Pero, sobre todo, era necesario obtener apoyos de fuegos más ágiles que los que podía proporcionar la artillería.
El
problema del apoyo de fuegos era el elemento clave que condicionaba todo
el problema táctico, tanto en el sistema aliado como en la alternativa
que buscaba afanosamente el Estado Mayor General alemán… Finalmente, los
alemanes consideraron que la aviación sería el elemento capaz de
proporcionar apoyo de fuego a las unidades de maniobra terrestres, sin
obligarlas a arrastrar con ellas los miles de piezas de artillería
típicos de la Primera Guerra Mundial, ni esclavizarlas a la existencia
de líneas de comunicación de buena calidad y cuyo control era
absolutamente necesario para el combate.
Es
interesante destacar que, según el Tratado de Versalles, Alemania no
podía tener aviación. Este hecho tuvo una consecuencia inesperada: el
desarrollo de la aviación alemana se hizo secretamente, y se impulsó
desde el Estado Mayor General del ejército de tierra alemán, en el marco
de la solución del problema táctico “terrestre”. Por este motivo, desde
su nacimiento, la Luftwaffe se diseñó como un elemento de
apoyo de fuegos para el ejército de tierra. Esta circunstancia mantuvo a
Alemania ajena al debate doctrinal del periodo de entreguerras acerca
del “poder aéreo estratégico”, por lo que la prioridad de la Luftwaffe
siempre fue proporcionar el apoyo aéreo próximo al ejército.
Como
consecuencia, la integración entre la aviación y el ejército en Alemania
era, en 1939, inmensamente superior a la existente en cualquiera de sus
rivales (la otra cara de la moneda era que la Luftwaffe
carecía de los medios necesarios para ejecutar acciones de alcance
estratégico, como se puso de manifiesto a lo largo del conflicto, ya
desde la “Batalla de Inglaterra” en 1940). Las dificultades técnicas de
la cooperación aire-tierra (problemas de enlace y de identificación de
tropas propias desde el aire) se solucionaron con “reparto de papeles”:
fuera de los puntos críticos (donde el apoyo de aviación era muy cercano
y coordinado mediante destacamentos de enlace aéreos, pero sólo suponía
un 16% del esfuerzo aéreo aplicado en Francia en 1940), la Luftwaffe
tenía como misión proteger los flancos de las profundas penetraciones
acorazadas, atacando la retaguardia de las fuerzas enemigas que
amenazasen los flancos (Van Creveld, Canby & Brower, 1994: 34-39).
La falta
de movilidad y velocidad de la infantería a pie para explotar las
penetraciones en el despliegue enemigo se solucionó mediante el
desarrollo de carros de combate adaptados a estas necesidades, y su
agrupación en unidades destinadas a realizar este tipo de penetraciones:
las divisiones acorazadas. Sin embargo, los ejercicios del periodo de
entreguerras pusieron de manifiesto las principales limitaciones de las
unidades constituidas únicamente por carros de combate: su escasa
capacidad de ocupación de terreno y sus problemas para combatir en
terrenos difíciles o bien fortificados. Como consecuencia, y para
compensar estas deficiencias, los alemanes crearon unidades de
infantería montadas sobre vehículos, con movilidad y velocidad
suficientes para seguir a las unidades acorazadas y proporcionarles las
capacidades de combate que les faltaban.
Para
“unir” las piezas del puzzle, el ejército alemán desarrolló y e hizo un
uso intensivo de las comunicaciones radio. La radio, inventada a
principios de siglo, permite a los carros comunicarse entre ellos y
operar como unidad, enlazar con la aviación para coordinar el apoyo
aéreo e informar a los escalones superiores de los movimientos,
hallazgos y necesidades de las unidades de forma muy rápida. Estas
características permiten también modificar la doctrina aplicable,
escapando de la “esclavitud” de las unidades de maniobra con respecto a
los rígidos planes de fuegos de la artillería.
La radio “flexibiliza” la
maniobra y permite dar iniciativa al subordinado. No es sorprendente
que uno de los más destacados jefes de unidades acorazadas alemanas, el
General Guderian, fuese un Oficial de Transmisiones… Una consecuencia
adicional de estos desarrollos es que la artillería pasa a ser un arma
relativamente marginada dentro del ejército alemán, pese a experimentar
un importante desarrollo técnico. El ejército alemán crea también la
artillería autopropulsada para proporcionar apoyo de fuego inmediato
(pero limitado) a las unidades acorazadas, hasta la intervención de la
aviación.
La idea
básica alemana era reducir la dependencia logística de sus divisiones
acorazadas, de forma que pudiesen operar muy profundamente en la
retaguardia enemiga, sin depender de la existencia de vías de
comunicación, y compensando mediante movilidad y fuego aéreo la falta de
artillería de campaña. Las memorias de Von Manstein (“Victorias
perdidas”) citan constantemente la necesidad de “libertad operacional”
para las divisiones acorazadas y mecanizadas. Una consecuencia adicional
es que el terreno, en este tipo de doctrinas, tiene un valor relativo:
es mucho más importante conservar la “libertad operacional” que verse
fijado al terreno frente a un enemigo que superaba numéricamente a la Wehrmacht en todo tipo de medios humanos y materiales.
De esta
consideración nacen conceptos como la “defensa móvil” (segunda batalla
de Jarkov), donde los alemanes dejan avanzar a las formaciones de
primera línea enemigas, concentrado sus medios aéreos sobre las
formaciones de segunda línea y sobre la logística, y destruyendo a las
unidades soviéticas que habían penetrado el frente alemán cuando no
podían esperar refuerzos y su logística estaba agotada: un excelente
precedente de lo que décadas después sería el Follow-On Forces Attack de la OTAN…
Sin
embargo, cuando los alemanes pierden la superioridad aérea, esta
doctrina es inaplicable. En tal caso, los alemanes combaten en
inferioridad de fuegos, y, sin apoyo aéreo, carecen de potencia de fuego
en caso de encontrar una resistencia decidida (Bastogne, 1944, por
ejemplo).
Por su
parte, los aliados reeditan la Primera Guerra Mundial, pero sobre
vehículos, en lugar de a pié: la artillería sigue siendo el arma
fundamental del combate (según Patton: “es inútil preguntar quién ganó
la guerra: lo hizo la artillería”), y la victoria por desgaste la
estrategia a seguir.
Una
excepción fue la Unión Soviética, cuyo ejército realizó una guerra móvil
en la que compensaba su carencia de apoyo aéreo con el empleo masivo de
medios acorazados y artilleros: donde los alemanes “buscan” un punto
débil en el despliegue enemigo para efectuar la ruptura, los soviéticos
“crean” ese punto débil empleando masas artilleras (tipo Primera Guerra
Mundial), pero penetran en la retaguardia enemiga con formaciones
acorazadas masivas, sin contar con apoyo aéreo o artillero. De la misma
forma, los soviéticos hacen avanzar a sus formaciones sin relevarlas
hasta que se agotan o son destruidas, dependiendo la profundidad del
avance de la disponibilidad de formaciones en segunda línea, que son las
que avanzan por las brechas abiertas por las grandes unidades de
primera línea… Si estas formaciones de segunda línea son destruidas, no
hay avance en la retaguardia enemiga. De ahí la importancia que los
alemanes (y luego la OTAN) concederán a la destrucción de dichas
unidades de segunda línea.
La guerra de maniobra en el conflicto árabe-israelí
Israel se
enfrentó a una situación parecida a la de la Alemania de entreguerras al
estar rodeado por estados con gran superioridad numérica en medios
materiales. Su respuesta fue similar a la alemana: sobre la base de la blitzkrieg,
las Fuerzas de Defensa de Israel desarrollaron una doctrina de guerra
móvil, basada, como la alemana, en el empleo de medios acorazados y
apoyo aéreo mejor que artillero (la Heyl’a Avir es, de hecho,
un arma perteneciente al ejército de tierra). La resonante victoria de
1967 fue una prueba de la bondad de esta doctrina, que, sin embargo,
resultó víctima de su propio éxito: como los británicos en el periodo de
entreguerras, los israelíes llegan a pensar que el binomio
carros-aviación sería suficiente para alcanzar la victoria. En
consecuencia, dejaron de lado los esfuerzos de cooperación interarmas, y
sufrieron un duro correctivo en la Guerra del Yom Kippur de 1973.
La AirLand Battle
En 1975,
tras la profesionalización de su ejército, Estados Unidos se enfrenta a
una situación única: por primera vez en su historia, carece de
superioridad material y numérica para vencer a un enemigo. En
consecuencia, el TRADOC empieza a buscar otras soluciones. La primera es
la experiencia israelí, a la que llegan cuando los propios israelíes
“se lamen las heridas” del Yom Kippur… Como consecuencias de los errores
percibidos en la actuación del Tsahal, el siguiente paso es
“recurrir a la fuente original”: el TRADOC contrata como “asesores” a
destacados generales alemanes retirados, como Balck o Von Mellenthin…
Sin
embargo, la escasa importancia que los alemanes dan al terreno y la
libertad que conceden a las formaciones subordinadas ‘chocaron’ con la
tradición militar norteamericana, heredera directa de la doctrina
francesa de la Primera Guerra Mundial. De ahí que los defensores de la AirLand Battle necesitasen ‘convencer’ a los mandos del US Army (lo que explica los briefings “abiertos”), y, por otro lado, que esa doctrina fuese una versión ‘descafeinada’ de la blitzkrieg
alemana… Y que nunca se haya aplicado completamente. En realidad, en
Irak en 1991, el U.S. Army hizo ‘lo de siempre’: vencer mediante el
fuego, pese al timidísimo envolvimiento del VII Cuerpo sobre el flanco
derecho iraquí. Sólo en Irak en 2003 (y por imposición directa y forzada
del Secretario de Defensa Donald P. Rumsfeld) el U.S. Army realizó una
operación de guerra móvil ‘de verdad’.
Este es
otro punto interesante: pese a lo que se escriba en la doctrina, en
combate los ejércitos tienden a repetir los procedimientos que salieron
bien en el pasado. Así lo hicieron los británicos en 1939 y también los
norteamericanos en 1991.
La AirLand Battle coincidió con la blitzkrieg
en la necesidad que el ejército de tierra tiene del apoyo aéreo. Sin
embargo, esto coloca a la fuerza aérea en una posición ‘subordinada’ al
ejército de tierra. En la Alemania de entreguerras o en Israel, esto no
supuso un problema, pues las respectivas fuerzas aéreas ‘nacieron’ con
ese papel. En la USAF de hoy día la situación es diferente: es una
Fuerza Aérea cuya raison d’être es el ‘poder aéreo estratégico, y considera el apoyo a tierra como ‘la forma menos eficiente de uso del poder aéreo’.
Sin
embargo, en los años del AirLand Battle la USAF se encontraba en una
situación única en su historia: mientras que en 1960, los pilotos de
bombarderos ocupaban el 77 % de los puestos de generales de la USAF y
los pilotos de caza sólo alcanzaban el 11 %, en 1980 estos porcentajes
habían pasado a ser del 18 % y del 53 % respectivamente. Este cambio se
debía al papel mucho más destacado de los pilotos de caza en Vietnam,
que actuaron primordialmente en apoyo del U.S. Army. En consecuencia, el
generalato de la USAF no se opuso a ese papel de apoyo al ejército de
tierra. Sin embargo, en la actualidad la situación es distinta, como
prueba la decisión de retirar anticipadamente de servicio al Fairchild
A-10 Thunderbolt II, el único avión específico de apoyo a tierra en el
inventario de la USAF.
Carlos Javier Frías es Teniente Coronel de Artillería, Diplomado en Estado Mayor y Máster en Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional por la Universidad de Granada.
Editado por: Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI). Lugar de edición: Granada (España). ISSN: 2340-8421.
Fuente: http://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/evoluci%C3%B3n-hist%C3%B3rica-de-la-guerra-de-maniobra
sábado, 21 de junio de 2014
Más exportaciones a Vietnam
(La Nación) - Desde
esta semana, los productos argentinos de origen vegetal, animal y de la
pesca pueden ingresar en el mercado vietnamita. Los servicios
sanitarios de la Argentina y Vietnam suscribieron un acta que permitirá
que los productos locales entren a ese mercado, de 90 millones de
habitantes y creciente consumidor de alimentos importados.
La firma del
acta es el resultado de las negociaciones iniciadas a partir de la
visita de la presidenta Cristina Kirchner a Vietnam en enero del año
pasado, que fueron continuadas por la Cancillería en colaboración con el
Ministerio de Agricultura y el Senasa. El comercio con Vietnam es de
especial relevancia para la Argentina: en 2013 se exportaron 1300
millones de dólares, con un saldo superavitario de 1100 millones. Los
productos del sector agroalimentario representaron un alto porcentaje de
dichas exportaciones.
La Foto: Armamento empleado por Ejército Hindú
¡Qué surtido...!
viernes, 20 de junio de 2014
Ciudad: suman 22 y hay otros 4 en construcción
Entre 2008 y 2013 se construyeron 22 túneles.
Túnel de Beiró. En Agronomía, está en proceso de licitación. /IMAGEN SIMULADA
Túnel de Beiró. En Agronomía, está en proceso de licitación. /IMAGEN SIMULADA
En la Ciudad de Buenos Aires hay cuatro pasos
bajo nivel en obra que serán inaugurados en el primer cuatrimestre de
2015, y dos más en proceso de licitación. Los trabajos están a cargo de
Autopistas Urbanas (AUSA) y son financiados por el Gobierno porteño.
En el límite entre Villa Pueyrredón y Villa Urquiza, desde febrero construyen un túnel en avenida Constituyentes y las vías del ramal a José León Suárez del tren Mitre. Se extenderá entre Mosconi-Olazábal y José L. Cabezón-Cullen y tendrá dos carriles en cada sentido y 5,10 metros de altura, para que puedan pasar los camiones.
Desde fines de abril, también están haciendo un paso bajo nivel en avenida San Martín y las vías del Urquiza, entre Pareja y Asunción, en el límite entre Devoto, Agronomía y Villa Pueyrredón. Tendrá dos carriles en cada sentido y 5,10 metros de altura. Por ahora, están montando los pilotes que formarán parte de la estructura y avanzan con la construcción de dos pasos a nivel provisorios en Cuenca y Concordia, que servirán de alternativa cuando haya que cerrar la barrera de San Martín.
Desde mayo, también están en obra dos pasos bajo nivel en avenida Congreso. Uno está en el cruce con el ramal Tigre del tren Mitre, en el límite entre Núñez y Belgrano. Tendrá un único carril hacia Libertador y 3,70 metros de altura. Ya se hicieron cateos y ahora están abriendo un paso provisorio por Roosevelt. El otro está en el cruce con las vías del ramal Mitre del Mitre, donde limitan Coghlan y Villa Urquiza. Se extenderá entre Plaza y Estomba y tendrá un carril por cada mano y 4,20 metros de altura. Podrá ser usado por tránsito liviano y colectivos.
Mientras, están en proceso de licitación los túneles de Beiró y el tren Urquiza, en Agronomía, y de Balbín y el ramal Mitre del Mitre, en Saavedra. Pero aún no se sabe cuándo empezarán las obras.
En el límite entre Villa Pueyrredón y Villa Urquiza, desde febrero construyen un túnel en avenida Constituyentes y las vías del ramal a José León Suárez del tren Mitre. Se extenderá entre Mosconi-Olazábal y José L. Cabezón-Cullen y tendrá dos carriles en cada sentido y 5,10 metros de altura, para que puedan pasar los camiones.
Desde fines de abril, también están haciendo un paso bajo nivel en avenida San Martín y las vías del Urquiza, entre Pareja y Asunción, en el límite entre Devoto, Agronomía y Villa Pueyrredón. Tendrá dos carriles en cada sentido y 5,10 metros de altura. Por ahora, están montando los pilotes que formarán parte de la estructura y avanzan con la construcción de dos pasos a nivel provisorios en Cuenca y Concordia, que servirán de alternativa cuando haya que cerrar la barrera de San Martín.
Desde mayo, también están en obra dos pasos bajo nivel en avenida Congreso. Uno está en el cruce con el ramal Tigre del tren Mitre, en el límite entre Núñez y Belgrano. Tendrá un único carril hacia Libertador y 3,70 metros de altura. Ya se hicieron cateos y ahora están abriendo un paso provisorio por Roosevelt. El otro está en el cruce con las vías del ramal Mitre del Mitre, donde limitan Coghlan y Villa Urquiza. Se extenderá entre Plaza y Estomba y tendrá un carril por cada mano y 4,20 metros de altura. Podrá ser usado por tránsito liviano y colectivos.
Mientras, están en proceso de licitación los túneles de Beiró y el tren Urquiza, en Agronomía, y de Balbín y el ramal Mitre del Mitre, en Saavedra. Pero aún no se sabe cuándo empezarán las obras.
Los fondos buitre aseguran estar listos para negociar y aceptar bonos
(Diario Clarín) -Así
lo afirma el diario estadounidense The Wall Street Journal, citando
fuentes relacionadas al fondo Elliott Management Corp. de Paul Singer,
líder de un grupo de acreedores que no entraron al canje y que pretende
cobrar más de 1.500 millones de dólares a la Argentina.
Captura de pantalla de The Wall Street Journal
El artículo de Shane Romig y Ken Parks manifiesta que el fondo Elliott Management Corp. de Paul Singer, el líder de un grupo de acreedores que no entraron al canje y que buscan cobrarle más de 1.500 millones de dólares a la Argentina, está listo para negociar y aceptaría bonos como parte de un acuerdo.
Citando fuentes relacionadas al caso, el diario norteamericano asegura que Singer estaría dispuesto a acordar con el país y aceptar nuevos títulos como parte del acuerdo.
Esto modificaría sustancialmente el actual estado del conflicto entre la Argentina y un grupo de acreedores que no entraron en los canjes anteriores y que complica la economía de nuestro país.
Los fondos buitre han obtenido un fallo favorable a su posición por parte de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, que rechazó la apelación de la Argentina, al tiempo que la Corte de Apelaciones de Nueva York levantó la medida cautelar (stay) que frenaba la ejecución de la sentencia a los holdouts.
El prestigio diario estadounidense recordó en su edición de hoy que el próximo pago sobre los bonos reestructurados se vence el 30 de junio y que "Argentina corre el riesgo de caer en default si no llega a un acuerdo con los llamados fondos rebeldes o holdouts".
Suiza comienza a recibir los nuevos puentes tácticos DSB de WFEL
(defensa.com) El 17 de junio tuvo lugar
la entrega del primer conjunto de puentes Dry Support Bridges (DSB) del
fabricante WFEL en una ceremonia que incluyó la instalación y desmontaje
en directo de uno de estos puentes tácticos. WFEL ha suministrado a la
agencia suiza de adquisición de armamento, Armasuisse, 4 de los puentes
DSB de 46 metros de longitud y una resistencia de 120 toneladas.
El puente DSB está formado por un
vehículo lanzador de 10 ruedas con sus utillajes y por los módulos que
constituyen el puente en sí, transportados ambos en camiones 8x8 y
remolques. Este sistema de puente puede ser desplegado en 90 minutos por
un equipo de ocho soldados.
Suiza eligió el Puente DSB de WFEL en diciembre de 2010, formalizándose en diciembre del año siguiente el contrato que recogía el suministro de 10 puentes y 14 vehículos lanzadores por un valor de 91 millones de dólares. Un segundo contrato firmado en diciembre de 2013 comprendía 10 vehículos lanzadores y otros 6 puentes, por un valor de 62 millones de dólares, estando previsto que el suministro de todos los componentes finalice en noviembre de 2016.
Se da la circunstancia de que Suiza ya disponía de puentes de esta empresa ya que es cliente desde hace 40 años. Además en el caso del contrato suizo, el fabricante ha instalado el sistema en camiones Iveco Trakker como los empleados por el ejército suizo.
Suiza eligió el Puente DSB de WFEL en diciembre de 2010, formalizándose en diciembre del año siguiente el contrato que recogía el suministro de 10 puentes y 14 vehículos lanzadores por un valor de 91 millones de dólares. Un segundo contrato firmado en diciembre de 2013 comprendía 10 vehículos lanzadores y otros 6 puentes, por un valor de 62 millones de dólares, estando previsto que el suministro de todos los componentes finalice en noviembre de 2016.
Se da la circunstancia de que Suiza ya disponía de puentes de esta empresa ya que es cliente desde hace 40 años. Además en el caso del contrato suizo, el fabricante ha instalado el sistema en camiones Iveco Trakker como los empleados por el ejército suizo.
Entró en servicio en la Armada de Colombia la primera unidad tipo “fast ferry”
(defensa.com) - El buque de apoyo
logístico ARC “Juanchaco” fue puesto en servicio en una ceremonia
celebrada en la base ARC “Bahía Málaga” en el Pacífico colombiano, esta
unidad prestará servicios de transporte a los oficiales, suboficiales,
infantes de marina y funcionarios civiles de la Base Naval.
Ha sido construido por el astillero holandés DAMEN en sus plantas especializadas en construcciones de aluminio ubicadas en Singapur, bajo especificaciones de diseño elaborados por personal de la Armada colombiana.
Su diseño corresponde a un catamarán doble, simétrico, de 42.8 metros de eslora, 10.3 metros de manga y un desplazamiento de 196 toneladas. (Carlos Vanegas, corresponsal en Colombia)
Rheinmetall firmará un contrato con Argelia de 2.700 millones de euros por la venta de casi 1.000 blindados
(defensa.com) El fabricante alemán
Rheinmetall podría cerrar en las próximas semanas un acuerdo para la
compra de 980 vehículos blindados Fuchs 2 y la puesta en marcha de una
factoría para la producción de éstos en territorio argelino. El contrato
estaría valorado en 2.700 millones de euros (3.700 millones de
dólares).
El acuerdo ya había recibido el visto bueno del Gobierno alemán, pese a la reciente polémica existente en Alemania por la exportación de armamento a ciertos países de Oriente Medio y del Magreb. Ya en 2011 ambos países cerraron un contrato de 195 millones de euros para la venta de 54 vehículos Fuchs.
La fábrica de vehículos se instalará en el noreste del país, en Ain Smara (a menos de 400 kilómetros al oeste de Argel). Según la prensa alemana, Argelia habría confirmado su intención de no vender ningún vehículo que salga de la nueva factoría a otros países, por lo que la fabricación se destinaría en exclusiva a uso propio.
Este contrato refuerza la consolidada relación militar de estos dos países en los últimos años. Argelia ya fue el mejor cliente de la industria alemana durante el pasado año con la concesión de contratos que ascendieron a 826 millones de euros.
Argelia se encuentra en un proceso de modernización de sus capacidades militares, que estima elevará su gasto militar un 6% hasta 2017. Una de las adquisiciones más trascendentes fue la que se cerró el pasado mes de marzo con Moscú para la compra de 48 helicópteros de ataque Mi-28N y los de transporte Mi-26T por casi 3.000 millones de dólares. (J.Martínez)
Buena compra, especialmente por obtener la licencia para fabricarlo...
Taiwán transfiere a Paraguay equipamiento de Defensa
(defensa.com) - Taiwán ha donado un lote de cinco mil equipos para los militares que integran la Fuerza de Tarea Conjunta que opera en la Región Norte del país y se prevé la entrega de un nuevo lote que incluiría aeronaves. El general Jorge Ramírez, comandante de las FF.MM., asegura que el trabajo de inteligencia sigue sin pausa en la región.
En el tradicional día destinado a
asuntos castrenses, el presidente de la República, Horacio Cartes,
recibió en un acto privado en la sede del Comando en Jefe un lote de
equipos compuesto por 1.000 chalecos antibalas, 1.000 camperas
camufladas, 1.000 remeras, 1.600 botas y 845 cascos antibalas. Todo lo
donado será entregado a los militares que conforman la Fuerza de Tarea
Conjunta que opera en el Norte del país. Además de otros equipos
electrónicos.
Se espera que en los próximos meses se reciba más material donado, como un lote de aviones, helicópteros, embarcaciones, y otros equipos para las Fuerzas Armadas. No se ha precisado el monto equivalente de la donación.
El general Ramírez aprovechó el acto de entrega para insistir en que las tareas de inteligencia siguen sin pausa en el Norte, aclaró además que los militares que están en ese lugar tienen el mejor equipamiento militar que posee el país.
El Paraguay y Taiwán establecieron relaciones diplomáticas el 8 de julio de 1957. Paraguay es único país de América del Sur que mantiene relaciones activas con la República de China de Taiwán. (Tomás Velázquez, corresponsal en Paraguay)
Se espera que en los próximos meses se reciba más material donado, como un lote de aviones, helicópteros, embarcaciones, y otros equipos para las Fuerzas Armadas. No se ha precisado el monto equivalente de la donación.
El general Ramírez aprovechó el acto de entrega para insistir en que las tareas de inteligencia siguen sin pausa en el Norte, aclaró además que los militares que están en ese lugar tienen el mejor equipamiento militar que posee el país.
El Paraguay y Taiwán establecieron relaciones diplomáticas el 8 de julio de 1957. Paraguay es único país de América del Sur que mantiene relaciones activas con la República de China de Taiwán. (Tomás Velázquez, corresponsal en Paraguay)
Nanosatélites: una empresa local hace punta en el espacio
Faltan
sesenta segundos. Desde el centro de control del cosmódromo de Yasni,
en Rusia, un grupo de voces -en ruso- se cruzan instrucciones en el tono
sorprendentemente monocorde que caracteriza a los minutos que anteceden
a todos los lanzamientos espaciales. Pero en un departamento de Buenos
Aires, a metros de la Avenida del Libertador, un grupo de jóvenes están
pendientes de la cadencia de ese parloteo.
Desarrollado por Satellogic , una compañía tecnológica local fundada por Emiliano Kargieman, Tita (o, más formalmente, el BugSat-1) es el tercer microsatélite argentino, pero el primero de una nueva serie que ofrecerá servicios comerciales en el espacio, desde la toma de imágenes hasta la geolocalización, la transmisión de TV o la detección de parámetros ambientales.
"Tita es diferente a los dos anteriores, que pesaban dos kilos -explica Kargieman, mientras sigue cada una de las alternativas de la puesta en órbita del nuevo «bebe» de Satellogic, concebido en apenas ¡seis meses!-. Aunque también es un prototipo, y seguimos las mismas estrategias de diseño y fabricación con componentes de uso comercial (resortes de ferretería, electrónica de teléfonos celulares y computadoras personales), éste permite tomar imágenes y videos de dos metros de resolución. Esencialmente, estamos haciendo lo mismo que hace un satélite convencional, pero a un precio entre cien y mil veces menor."
El nuevo pase de magia de Satellogic, capaz de poner tres satélites en órbita en menos de dos años, fue posible gracias a la creatividad de 27 físicos, ingenieros y especialistas en ciencias de la computación cuyo promedio de edad no llega a los treinta años.
Contaron con la colaboraron del equipo de Julio Durán, de la Comisión Nacional de Energía Atómica (para el desarrollo de los paneles solares) y del Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados de la Universidad Nacional de La Plata, que hicieron las pruebas de resistencia.
Además de la óptica, la telemetría y otros subsistemas propios del aparato, el satélite lleva un experimento científico: una plaqueta de 250 gramos desarrollada por Pablo Levy y su equipo del INTI.
"Son «memorias resistivas» -explica Levy-: dos placas de metal con un óxido entre medio, con propiedades de resistencia eléctrica que pueden guardar un bit de memoria. Una de las ventajas que tienen estos dispositivos es que son muy factibles de miniaturizar y poseen gran robustez, por eso se los está probando para aplicaciones satelitales."
"Durante este año armamos una plataforma de trabajo para que se pueda poner las memorias en un satélite", agrega Federico Golmar, investigador del Conicet en el INTI.
Gracias a esta novedosa estrategia de desarrollo, Kargieman y su grupo están en condiciones de construir muchos satélites, mucho más rápido.
Para el desarrollo de sus plataformas de prueba y demostración, Capitán Beto y Manolito, Satellogic contó con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (que aportó más de seis millones de dólares), de Invap y de inversores privados. Pero hoy la compañía ya vuela sola y apunta alto.
"Después de éste, tenemos planeado hacer otro de prueba -dice el osado emprendedor-. Pero para el segundo semestre de 2015 queremos lanzar la primera constelación de 15 satélites ya operativos en tres lanzadores diferentes. Van a estar separados en tres planos distintos y nos permitirán tomar imágenes de cualquier lugar del mundo en una hora y media. Ésta es una capacidad que hoy no existe. No la tiene nadie. Pero nuestro objetivo real es lanzar 300 satélites antes de fines de la década. Será una verdadera red orbital de sensores que permitirá «ver» lo que está pasando en la Tierra prácticamente en tiempo real."
En principio, la idea detrás del proyecto es monitorear producción de alimentos, producción, generación y distribución de energía, y generación de recursos naturales escasos, como el agua, entre otros. "Para poder tomar decisiones informadas por parte de empresas, de gobiernos, de individuos... -subraya Kargieman-. Durante mucho tiempo, esto de los nanosatélites fue algo que se hizo en las universidades. Todos pensaban que eran juguetes que no tenían mucha utilidad, pero de a poco algunos nos fuimos dando cuenta de que si uno los arma bien, los puede usar para cosas serias."
La semana última Google compró la compañía Skybox, que desarrolla satélites con una visión similar, pero diez o veinte veces más caros. Y Facebook está entrando en el mismo negocio . Sin embargo, si todo funciona como está previsto, Satellogic podría adelantarse con un enjambre de microsatélites rodeando la Tierra, todos de pura estirpe celeste y blanca..
Recalde confía en que no embargarán los aviones de Aerolíneas
Casi seis años después de que el Gobierno manejó a su gusto Aerolíneas Argentinas, el presidente de la compañía aérea, Mariano Recalde, reconoció que la empresa aún no es del Estado y que aún falta un "trámite" como para que se termine la estatización.
Además, Recalde reconoció que no lo preocupa la posibilidad de que se embarguen los aviones de la empresa. "Estamos tranquilos. Ya hubo anteriormente intentos de embargar aviones de Aerolíneas Argentinas que fracasaron, no hay posibilidades de que embarguen por distintas cuestiones jurídicas. Estamos tranquilos, la operación internacional va a seguir funcionando normalmente", dijo ayer en declaraciones a Radio Rivadavia.
Al ser consultado sobre cuáles eran esos argumentos jurídicos, agregó: "Los aviones de Aerolíneas Argentinas que vuelan al exterior son aviones que Aerolíneas adquirió a través de un contrato de leasing. Y el leasing es un alquiler con opción de compra, pero no ingresan a la propiedad de Aerolíneas hasta el final. Mientras tanto, no pueden ser embargados porque el dueño es otra persona, un banco, un inversor o la fábrica de aviones".
Justamente los anuncios de la compra de nuevos aviones para la línea de bandera ha sido, y es actualmente, no sólo motivo de publicidad oficial, sino también de mención constante en los discursos oficiales que la presidenta Cristina Kirchner protagoniza. Pero, según reconoció ayer Recalde, las aeronaves no son propiedad de la empresa.
Respecto de la estatización, que se inició en julio de 2008 cuando el Poder Ejecutivo envió un proyecto de ley al Congreso para declarar de interés público la empresa, el ejecutivo reconoció que aún el asunto no está sellado.
"[Aerolíneas] funciona como si fuera del Estado, pero todavía le falta un último trámite para completar el proceso de expropiación. Cuando el Estado decide declarar de utilidad pública cualquier bien, quiere expropiar un edificio, terrenos o aviones, tiene que indemnizar al expropiado. La indemnización se fija de común acuerdo. Si no hay un acuerdo, es un juez el que debe determinar el monto de la indemnización", dijo Recalde.
El juicio por expropiación tramita en la justicia de la Argentina y allí se discute cuánto vale la empresa. El expediente avanzó lento por varias razones, entre ellas el interés de la empresa de mantener la nebulosa societaria respecto de la propiedad de la empresa, que le permite, entre otras cosas, evitar los embargos al Estado por tratarse de una empresa cuya propiedad aún se discute.
"Como no hubo acuerdo con la gente de Marsans, porque pretendía una indemnización y el Estado pretendía no pagarle nada -porque nos dejaron una empresa con valor negativo-, se está tramitando un juicio que tiene sentencia de primera instancia, que le dio la razón al Estado nacional. Ahora está apelada y estamos esperando el fallo de segunda instancia. Si se ratifica esta sentencia, el Estado va a completar el proceso de expropiación sin poner un solo peso", agregó.
La sentencia de primera instancia a la que se refiere se dictó un par de días antes de la audiencia que se celebró en marzo a propósito del juicio en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi) que el Grupo Marsans le inició al Estado. Viajar con una sentencia de primera instancia favorable era una buena señal. Los abogados del Estado tuvieron la suerte de su lado: horas antes de viajar, el juez falló a favor.
Mariano Recalde - Presidente de Aerolíneas Argentinas
- "[Aerolíneas] funciona como si fuese del Estado; aún falta un trámite para terminar la estatización"
La Armada del Perú confirma la adquisición del Buque Logístico HNLMS “Amsterdam”
(defensa.com) La Marina de Guerra del
Perú, ha confirmado la adquisición del Buque Logístico de Flota HNLMS
“Amsterdam” (A-386). El contrato, de monto aun no revelado, prevé que
el HNLMS Amsterdam sea entregado a la Marina de Guerra en diciembre del
presente año. Esta adquisición, en el marco del Programa de
Modernización de las Fuerzas Armadas y que ya anunciamos en FDS nº430
(febrero 2014), permitirá incrementar sustancialmente las capacidades
de permanencia de las unidades de la Escuadra en las áreas de
operaciones.
Ademas, esta unidad será de suma
utilidad en caso de desastres naturales dada su capacidad de carga de
combustible, diésel y de aviación, agua, víveres secos y refrigerados,
así como su enfermería flotante y capacidad de evcuaciones
aeromedicas. El HNLMS “Amsterdam” (A-386), construido en los astilleros
Merweide, Hardinxveld and Royal Schelde (Holanda) entre 1992 y 1995,
entró en servicio en la Real Marina Holandesa el 2 de septiembre de
1995. Tiene una eslora de 166 m, una manga de 22 m. y un calado de 8 m,
estimándose su desplazamiento a plena carga en unas 17.000 ton.
La propulsión corre por cuenta de dos motores diesel Bazan-Burmeister & Wain de 24,000 HP que le confieren una velocidad de 22 nudos. El alcance – a 20 nudos – es de 13.440 millas náuticas. La tripulación es de 160 hombres. Puede transportar 6,815 ton. de diesel y 1,660 ton. de combustible de aviación, asi como 290 ton de carga. Esta equipado, entre otros, con radares de Vigilancia de Superficie, Sistemas ESM Ferranti AWARE-4 y Lanzadores de Chaff SRBOC MK-36.
La propulsión corre por cuenta de dos motores diesel Bazan-Burmeister & Wain de 24,000 HP que le confieren una velocidad de 22 nudos. El alcance – a 20 nudos – es de 13.440 millas náuticas. La tripulación es de 160 hombres. Puede transportar 6,815 ton. de diesel y 1,660 ton. de combustible de aviación, asi como 290 ton de carga. Esta equipado, entre otros, con radares de Vigilancia de Superficie, Sistemas ESM Ferranti AWARE-4 y Lanzadores de Chaff SRBOC MK-36.
El armamento está
conformado por dos ametralladoras Browning M-2HB de 12.7 mm. y un CWIS
SGE-30 Goalkeeper de 30 mm. Este sistema de lucha antimisil - basado en
el GAU-8 Avenger - tiene un peso de 6.800 kg, capacidad de giro de 360
grados y funciona en modo completamente automático. La cadencia de fuego
es de 4.200 dpm (1.190 municiones listas para disparar) y un rango de
letalidad que cubre desde los 200 m. hasta los 3 km, con una capacidad
de disparo estimada en 75 rondas por segundo.
El HNLMS Amsterdam dispone de una amplia cubierta de vuelo y un hangar capaz de acomodar tres Helicopteros SH-3D Sea King o similares. (Alejo Marchessini, corresponsal en Perú)
El HNLMS Amsterdam dispone de una amplia cubierta de vuelo y un hangar capaz de acomodar tres Helicopteros SH-3D Sea King o similares. (Alejo Marchessini, corresponsal en Perú)
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