La pelea se
profundiza. La Justicia determinará cómo sigue, en medio de un entramado legal
complejo. Pero hay otra cuestión de fondo, vinculada con la forma en que se
financia todo el multimedio y a la que apunta el oficialismo para asestarle un
golpe que podría ser letal. Lo que usted debe saber
Tras la
medida cautelar dictada por la Justicia
a
favor de Clarín -que extiende los plazos de adecuación a la
Ley
de Medios- un
nuevo capítulo comenzó a escribirse en
la batalla del grupo multimedios con el Gobierno. Y esto cobró mayor intensidad
tras la decisión de la Corte de rechazar el per saltum, impulsado por el
oficialismo.
Junto a esta disputa judicial,
se dirime el
futuro de una
gran estructura de negocios que, claro
está, el Ejecutivo conoce a la perfección.
Es consciente de que
buena parte de los
fondos que sustenta el
andamiaje de Clarín
proviene de Cablevisión. Y hacía esa
dirección enfocan los cañones.
Como trascendió, el
kirchnerismo acusa al Grupo de
exceder la cuota del 35% de
market share para
el servicio de
cable.
Según AFSCA,
Cablevisión
posee alrededor del
58% de mercado de televisión paga.
Esto implica que, con la sanción de la Ley de Medios,
el Grupo debería
reducir en un
23% ese share.
En paralelo, debería
ceder al menos 213 licencias de
cable, ya que el artículo 45 de la normativa sólo permite un total de
24.
Por supuesto,
Clarín pone en tela de juicio estas
cifras:
• El
multimedio alega ser poseedor de
11
licencias de radios y televisión y no de 29.
• Además, sostiene
que
ostenta el 47% del
market share de cable y
no el 58%. Y que posee
3,5 millones de clientes y no los 3,8
millones que sostiene el AFSCA.
• También asegura que
Cablevisión
posee 158 licencias y no 237. Acusa al organismo oficial de
contabilizar -de la manera que lo hace- solamente a este operador, ya que
Telecentro y Supercanal lograron extensiones de licencias que
les permiten mitigar la reducción de mercado que deben encarar.
¿Por qué es tan importante el cable para el multimedio?
Basta mirar el balance del grupo para dar respuesta a este interrogante.
El mismo está
dividido en
cuatro áreas de
negocios:
- Cable y Acceso a Internet.
- Impresión y Publicaciones.
- Producción de Contenidos.
- Contenidos Digitales y otros.
Ahora bien, de la
ganancia operativa bruta total del grupo
-que ascendió a $2.000 millones en los primeros nueve meses- casi el
90%
de la misma es aportada por el rubro televisión por cable y acceso a
Internet (Cablevisión y Fibertel).
Como contrapartida, los beneficios del
rubro gráfico y contenidos han descendido respecto a los obtenidos el año
previo. Otro dato interesante: la
rentabilidad de
Cablevisión y Fibertel asciende a nada menos que a
un
33%. Es decir,
por cada $3 que factura gana
$1 (ver infografía):
En buen romance, el
sistema de cable y provisión de Internet
es el que contribuye a
financiar al resto del multimedios,
tanto a sus canales de aire como a las señales de contenidos gestionadas a
través de Artear. Y esto el Gobierno lo sabe.
El gigante, por dentroComo ya
se mencionara,
Clarín -a través de su empresa de cable-
declara un total de 158 licencias, si bien el
Gobierno
hace referencia a que esa cifra
supera las 200.
El multimedio asegura poseer
3,5 millones de clientes en la
Argentina -lo que representa el
47% del mercado- y cuenta con
1,5 millones de usuarios de
Internet.
Según datos que se desprenden de los balances,
Artear maneja seis
canales de TV por cable, aunque otras voces hablan de 16.
¿Qué ocurre si se queda sólo con el
cable?Si el Grupo Clarín decidiera
quedarse con el negocio del
cable y, por ende,
desprenderse de Canal 13 (para cumplir con el artículo 45), tal adecuación a la
norma representaría para la compañía una
reducción
patrimonial cercana al
12 por ciento.
Es decir, las
ventas netas estipuladas para el ejercicio
2012 pasarían de unos
$10.850 millones
anualizadas (contabilizando los ingresos de Cablevisión y las señales
de contenidos) a
$9.550 millones.
Un dato relevante tiene que ver con las
caídas en las
ventas registradas por el Grupo en el
rubro "Producción y
distribución de contenidos", segmento que comprende las señales
nucleadas en la empresa
Artear, de las cuales también debería
desprenderse, si optase por
continuar con el negocio del
cable.
Como se mencionara, si conservase esta unidad
sólo podría tener una
señal de contenidos. Al respecto, es relevante aclarar que la ganancia bruta del rubro, en el
período comprendido entre enero a septiembre, cayó desde los $177 millones
obtenidos en 2011
a tan sólo $41 millones en el corriente
año.
Más allá de estas cifras, cabe destacar que
Clarín ocupa el
puesto 27 en el
ranking de empresas que más
facturan en la Argentina. Incluso, sus ingresos ($9.750 millones en
2011) superan al de buena parte de los principales bancos que operan en el país,
empresas energéticas, y exportadores agropecuarios.
Si se quedase con el negocio del
cable,
pero con una adecuación al 35% del mercado (máximo posible), el Grupo quedaría
relegado al
puesto 47, de acuerdo con el análisis de "Política,
Economía y Realidad Nacional".
Los medios del grupoClarín es
el conglomerado de medios de comunicación más grande de la Argentina.
El
82% es
propiedad de
Ernestina
Herrera de Noble, Héctor Magnetto (su CEO),
Lucio Pagliaro y
José Aranda, y el
16% está en manos del banco de
inversión estadounidense
Goldman Sachs.
La siguiente infografía permite apreciar los
principales medios del
grupo por cada
unidad de negocio:
La vuelta del Triple
PlayMás allá de la estructura -que podría cambiar tras la
aplicación plena de la Ley de Medios- lo cierto es que la
actual
avanzada del Gobierno es vista por los analistas como un capítulo de
una historia que
comenzó a ganar intensidad tras haber querido
incursionar en el negocio de las telecomunicaciones.
Sucede que la tendencia del mercado en ese terreno se direcciona hacia un
esquema signado por
contenidos "on demand", a pedido de los
usuarios, y bajo una modalidad de entrega distinta a la que rige hoy día.
Es decir, la
llegada a los hogares a través de un único
cable que
compartirá la señal de
Internet,
televisión y telefonía, conocido como
"triple play",
sobre el que nada dice la Ley de Medios.
Esta ausencia es, a ojos de varios expertos, uno de los
motivos que dará lugar a
varias disputas.
En Clarín aseguran que no sólo el Gobierno busca desguazar
el tendido de su principal negocio,
Cablevisión, sino que "escondió" en la
normativa las bases para que las
empresas de telefonía dominen muy
pronto el mercado del entretenimiento.
"Telefónica va a dar
triple play y va a
ofrecer
gratis la televisión por banda ancha hasta que
desaparezca la competencia. Y si no lo hace por el precio, lo
hará por el producto. Ofrecerá
200 canales HD y otros en cambio
no van a poder ofrecer ni uno", declaró Carlos Moltini, gerente general de
Cablevisión, hace escasas semanas.
En Clarín creen que el Gobierno benefició a la empresa española con
una
ley que
sólo regula contenidos pero no la
infraestructura de la red de datos, clave para el negocio de la TV que
viene.
A tono con las críticas del grupo, Martín Sabbatella, el elegido por el
Gobierno para implementar la ley de medios, dejó abierta la
posibilidad
de
sacarle a Cablevisión tanto la licencia como la red
de banda ancha.
La realidad es que, cuando todos los
contenidos de TV sean
digitalizados, ya
no van a importar tanto las
licencias de cable sino la
cantidad de abonados
conectados a Internet.
De acuerdo con fuentes del sector, en la
Argentina hay
5,6 millones de hogares con banda ancha, en un
mercado repartido entre Telefónica, Telecom, Clarín y otros pequeños
operadores. Igualmente, Moltini aseguró que la normativa dejará a las
empresas de
telefonía en una
posición dominante. "Al obligarnos a partir nuestro negocio en
24 licencias,
se pierde la integralidad de nuestra red y hay jugadores con
más del 50% del market share", expuso.
Hace un mes,
Cablevisión lanzó su servicio de video on
demand para sus abonados, que ofrece desde estrenos de películas hasta
programas de Canal 13. Y la empresa el año que viene lo lanzará para
plataformas móviles, servicio
similar al que
ya ofrecen
Telefónica y Telecom.
Así las cosas, con una batalla legal que se profundiza día a
día, el negocio económico que subyace por detrás de la
aplicación de la Ley de Medios continúa con final incierto. Y
esa caja envidiable, también.