Por Lucas Morando
Por lo bajo, muchos funcionarios del gabinete de Macri dudan de que la Policía Metropolitana pueda estar en la calle y en estado operativo el 24 de noviembre, tal como anunció el ministro de Seguridad Guillermo Montenegro. Y culpan del retraso a las trabas y obstáculos que le ponen tanto el Gobierno nacional como la Policía Federal. El RENAR no autorizó el uso de armas, no tienen acceso a bases de datos fundamentales y le demoran el ingreso al país de 550 pistolas.
El cuerpo de 850 agentes metropolitanos sigue preparándose para salir a la calle, pero todavía no saben cuándo ni cómo.Cuando Mauricio Macri denunció en la conferencia de prensa del jueves pasado que “quieren boicotear la policía”, y que “nos ponen trabas”, hizo mucho más que denunciar lo que considera una operación del Gobierno nacional y de la Policía Federal en su contra. También abrió el paraguas por los problemas, la falta de operatividad y el atraso de uno de sus proyectos insignia: la Policía Metropolitana
La salida a la calle de la fuerza había sido anunciada para la semana pasada por el ministerio de Seguridad, pero fue postergada y la nueva fecha que comenzó a barajarse para el lanzamiento es el próximo 24 de noviembre. Pero varias fuentes vinculadas con la creación de esa fuerza y que hasta participan en ella dudan de que eso sea posible. Y lo hacen a pesar de que el propio ministro Guillermo Montenegro está empecinado con que salga a la calle, sea como sea y cuando antes, tenga lo que tenga, porque sabe que lo último que le falta a su desgastada gestión por el escándalo del espionaje es que el desembarco de la Metropolitana en las calles se postergue.
“Sinceramente y en medio de todo este quilombo institucional no podemos dar una fecha cierta de salida”, reconoció una alta fuente del ministerio. Esa misma fuente explicó que nunca pensaron dentro del Gobierno porteño que el lanzamiento de una fuerza propia podría desatar tantas pujas de intereses políticos entre el Gobierno Nacional y la gestión Macri.
Aun si el Gobierno decide lanzar la policía en 30 días, al día de hoy, todavía faltan resolver diversas cuestiones operativas que son vitales para un desempeño óptimo. Para empezar, de los 850 agentes que deberían comenzar a patrullar, sólo 300 disponen de armas (que aún no fueron entregadas), las 550 restantes están ancladas en Italia. En el Gobierno porteño afirman que el Gobierno Nacional –a través de Cancillería– ha montado una serie de trabas aduaneras al importador local de Beretta para que no pueda ingresarlas al país. Y no es lo único: aunque el Gobierno consiga en las próximas semanas las 550 armas que necesita, aún no tiene la autorización del Registro Nacional de Armas (RENAR) para que sus agentes se la cuelguen del cinturón. Sin armas de fuego, es difícil imaginar una policía persuasiva. “Empezamos el trámite a principios de año y el Gobierno lo tiene frenado”, se quejan desde la cúpla de seguridad.
¿Qué exige el RENAR? Que la Metropolitana disponga de armería propia. Mientras licitan su construcción, el Ministerio resolvió pedirle permiso al Tiro Federal para guardar las armas provisoriamente. Tampoco se terminó de cerrar un acuerdo clave entre el Ministerio Público Fiscal y el de Seguridad para definir qué interacción tendrán los fiscales porteños con los agentes de la Metropolitana, sobre todo en un escenario donde la Justicia porteña se queja de no contar con el apoyo de la Federal para hacer cumplir la ley. A pesar de que en el entorno de Montenegro juran que ya está casi todo listo, altas fuentes de la fiscalía parecen no estar al tanto: “para nosotros no existe nada, no tenemos noticias ni ningún borrador del acuerdo, a los sumo se podría cerrar en diciembre”, confirman.
Otro de los problemas es el acceso de la información que necesitan los agentes para poder operar como una fuerza de seguridad. La Policía Metropolitana necesita poder consultar las bases de datos del Registro Nacional de las Personas (ReNaPer), del Registro Nacional de Reincidencia y del de Propiedad del Automotor. Lo necesita para encarar cualquier investigación seria, pero el Gobierno porteño asegura que Nación les niega el acceso. “No pudimos realizar los acuerdos y el Ministerio de Seguridad y Justicia ni siquiera nos responde”, se quejó Montenegro.
La oposición se divierte haciendo cálculos: si los 850 agentes trabajan en turnos de ocho horas, hay poco más de 200 hombres por turno, más un cuerpo de franco. “No son suficientes para prevenir un delito, es una cifra irrelevante, por eso, por ahora sólo van a ser inspectores jerarquizados”, se queja el legislador porteño Anibal Ibarra y se jactó: “Si detienen a alguien se lo van a tener que ceder a la Policía Federal porque no tienen ni cárcel, ni Justicia, ni forma de investigar”.
En el Ministerio de Seguridad porteño saben que una de las formas para que la Metropolitana pueda trabajar involucra la firma de un acuerdo con la Federal, donde se tipifiquen cómo se repartirán las tareas y cómo cooperarán en los casos necesarios. Eso no sólo no ha sucedido y la relación entre ambos es tensa. Ocurre que el 62% de los agentes en formación provienen esencialmente de la Policía Federal y el resto de otras fuerzas bonaerenses y provinciales. La cúpula de la primera ya inició cientos de sumarios a ex oficiales que se pasaron a la policía PRO, por lo que Macri, por cuestiones administrativas, todavía no los puede nombrar en su fuerza.
Fuente: Diario Perfil
Comentario: Continúa la máquina de impedir...pobre país. Pero, también hace pensar...que interés habrá para que que se permita mantener este estado de inseguridad, bloqueos del libre transito, liberación del consumo de drogas, persistencias de casas tomadas, zonas de prostitución con el incremento del HIV...Humm, no lo se, si alguno de ustedes, me ayuda con un comentario, gracias.