Por: Adrián Ravier - Infobae.com
Hasta 1935 EEUU, Canadá, Australia y Argentina tenían un desarrollo y un PIB per cápita similar,
en torno a los 5.000 dólares, lo cual les permitía ser cuatro de los
países más ricos del mundo. Para explicar tal estado de situación, uno
encuentra ciertos factores comunes en estos países, tales como la
riqueza natural de sus recursos, la gran extensión de territorio, los marcos constitucionales, la apertura económica, un
modelo eminentemente agroexportador, la inmigración europea, un Estado muy pequeño, escasas regulaciones y la estabilidad monetaria.
Pero en los siguientes 75 años el desarrollo de Argentina se torna mucho más lento y débil que el de los otros tres países. La inestabilidad política y las políticas económicas tomadas por diversos gobiernos —como el modelo de
sustitución de importaciones—
fueron exitosas en mantener al país subdesarrollado, lejos de los
estándares de otros países con características similares. La lección
clave que el lector encontrará en este artículo es que evitar el
desarrollo e incrementar la pobreza implica colocar todo tipo de trabas
sobre las fuerzas creativas de los empresarios, evitando el ahorro y con
ello la inversión local y extranjera.
El
siglo XXI, sin embargo, presenta desafíos adicionales para los hacedores de
políticas públicas, en comparación con las seis décadas anteriores.
El contexto internacional es nuevamente favorable —como lo fue antes de la
Primera Guerra Mundial—.
China se ha convertido en la nueva fábrica del mundo y
Argentina como otros países latinoamericanos cuentan con condiciones naturales excelentes para proveer de
materias primas a este país y al mundo. Los precios de los
commodities en
niveles récord hacen mucho más difícil la tarea de mantener
subdesarrollada a la economía argentina, después de todo, las palabras
del ex presidente
Eduardo Duhalde resuenan en las cabezas de muchos: “
La Argentina está condenada al éxito”. Veamos
entonces qué ha hecho el gobierno para impedir el desarrollo de la
economía argentina desde la crisis desde 2001, para así evaluar en las
conclusiones sus consecuencias.
Lección I
Está claro que el
desarrollo económico de un país en el largo plazo depende del nivel de
inversión. Los precios récord de los
commodities generan un extraordinario estímulo para
extender la siembra hacia tierras vírgenes, importar tecnologías de tal modo de aumentar la
productividad y aprovechar la ocasión única de ofrecer materias primas a China, y por que no, a la
India y
Brasil.
Para detener la mayor amenaza al desarrollo, las autoridades han sumado
a la ya excesiva estructura tributaria, retenciones a las exportaciones
del orden del 35 %, las que automáticamente se deducen de las divisas
que entran al país.
Lección II
Por supuesto que la mayor demanda global por nuestros productos
implica una oportunidad única para desarrollar aún más la industria de
la carne, la leche, los vinos, etcétera, esto es, aquellos productos que
representan la
ventaja comparativa del país, lo cual
eleva en el corto plazo sus precios, al menos hasta que este efecto sea
acompañado con aumentos de producción. El gobierno ha tomado entonces la
decisión de fijar
control de precios máximos sobre
dichos bienes, además de prohibir en muchos casos la exportación, con la
idea de reducir los márgenes de ganancia y evitar cualquier tipo de
nueva inversión en esos mercados. No sólo eso, se ha presionado y
amenazado a los empresarios que intenten aumentar sus precios en
búsqueda de mayor beneficio, lo cual claramente ejerce presión para
evitar el desarrollo de nuevas inversiones.
Lección III
A las mencionadas presiones locales, había que agregarles un nuevo condimento. Tal fue así que
el gobierno prohibió a las empresas la importación de algunos insumos básicos clave
para el desarrollo de sus emprendimientos, además de fijar aranceles en
otros que aumenten su costo de importación. Con esto garantizamos que
las empresas enfrenten cuellos de botella que les impidan el desarrollo.
Lección IV
Otro de los problemas centrales e históricos de la Argentina han sido
los magros salarios que perciben los jubilados y pensionados. El problema podría solucionarse en el largo plazo con un
sistema de administración privada de pensiones como el que ha practicado
Chile,
sin embargo, a un sistema defectuoso implementado en la década de 1990,
el gobierno ha eliminado toda amenaza de solución, estatizando las
pensiones. Los 100.000 millones de pesos (ó 30.000 millones de dólares)
fueron consumidos en pocos años para evitar todo posible retorno a un
proyecto que durante toda una década había financiado inversiones de
capital que podían generar cierto desarrollo del país.
Lección V
Por supuesto que ese
gasto público excesivo (que
aumentó del 30 al 45 % del PIB), basado fundamentalmente en el dinero
obtenido de las pensiones, además de la mayor presión tributaria, genera
un estímulo de demanda que produce en el corto plazo un mayor
crecimiento y hasta mejores salarios para los trabajadores. El gobierno
debió entonces atentar contra esa mejora, imprimiendo moneda y
generando
inflación. De este modo, al
aumento nominal de los salarios,
y al mayor beneficio empresarial que obtenían algunas firmas, se las
acompañó con una tasa de inflación del mismo nivel, para así limitar el
aumento del poder adquisitivo que percibían los salarios.
Lección VI
Sabemos también que la estabilidad monetaria de un país se podría garantizar con una buena cantidad de
reservas en dólares en el Banco Central,
suficientes como para actuar cuando sea necesario y sostener así un
tipo de cambio relativamente fijo, entre bandas. Qué mejor entonces que
exigir al banco central que utilice esas divisas para cancelar
compromisos con el
FMI. De este modo se reducen dichas
reservas, al tiempo que nos quitamos al mayor auditor del mundo de
encima, y así espantamos aún más toda posible inversión. Al mismo
tiempo,
se necesitaron multiplicar los controles sobre la compra y venta de divisas, lo cual crea aún más incertidumbre en el mercado, que responde con mayor fuga de capitales.
Lección VII
El contexto internacional favorable ha generado un tremendo
desarrollo de inversiones de capital en Latinoamérica. La Inversión
Extranjera Directa se ha concentrado en estos años en los países que
justamente proveen a China de los insumos necesarios para producir los
bienes que consume el mundo entero. El gobierno entonces adoptó como
política el
nacionalismo, alineado con
Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia, de tal modo de incrementar el
riesgo país y
evitar cualquier tipo de inversión. La política nacionalista tiene dos
objetivos: mientras por un lado lleva a que el país reciba muy poco
capital, estimulamos también la
fuga de capitales, lo cual hace inviable cualquier desarrollo de largo plazo.
Lección VIII
Un país de extenso territorio necesita de las mejores
aerolíneas que
puedan tornar accesible el traslado de empresarios por todo el país.
Las provincias en definitiva sólo podrán reducir la dependencia de
gasto público nacional
si logran recibir a una serie de empresas con inversiones sustentables
de largo plazo, las cuales —a su vez— podrían elevar la
recaudación tributaria. Para evitar este riesgo que hubiera ayudado al desarrollo,
el gobierno decidió estatizar Aerolíneas Argentina y
sostener una política de “cielos cerrados”, donde ninguna otra
aerolínea pueda dar servicio. Para disimular, se permitió a la compañía
LAN operar en forma limitada, pero sus vuelos no alcanzan aún más del 10 % de los vuelos locales de Argentina.
Lección IX
Otro aspecto fundamental para mantener a la Argentina en el subdesarrollo consiste en evitar que el riesgo país descienda.
Para ello basta con mantener el default de la deuda, aún bajo el
contexto favorable de esta década. No sólo ello, mejor aún es estafar a
aquellos acreedores que esperan cobrar intereses de la deuda en torno a
la tasa de inflación, para lo cual el
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) se
ha preocupado por simular una tasa de inflación que es alrededor de un
tercio de la real. Desde luego que esto puede no ser suficiente, por lo
que se requiere también de sucesivas expropiaciones (como la de
Repsol-YPF).
Lección X
Finalmente, el gobierno sabe que estas medidas podrían revertirse. Es
por ello que necesita garantizar la continuidad del modelo de
subdesarrollo para lo cual ha creado más empleo público que ningún otro,
y lo ha acompañado con variados
planes sociales,
lo cual crea una dependencia en un alto porcentaje de la población para
crear una estructura de poder que siga votando por el oficialismo.
¡Qué
paradójico resulta el mensaje de “desarrollo” del gobierno, cuando uno
observa que los planes sociales para los más necesitados se multiplican!
Reflexión final
La economía argentina ha mostrado en la última década una
rápida recuperación de lo que fuera la depresión de 2001-2002,
dejando entrever que el esfuerzo del gobierno por profundizar el
subdesarrollo, al menos hasta ahora, ha fracasado. La conclusión a la
que llegamos es que mantener a un país como Argentina en el
subdesarrollo, puede ser aún más difícil que acompañarla en su
desarrollo, más aún cuando los vientos empujan a la economía hacia
adelante.
Tras las elecciones y viendo los continuos fracasos que estas medidas tuvieron,
el gobierno ya prepara un nuevo arsenal de medidas que profundicen el subdesarrollo del país. La
primera medida ha apuntado a mayores controles para la compra y venta
de dólares de tal modo de alentar una mayor fuga de capitales.
Otra medida busca doblar la apuesta en la expansión del gasto público. Una posible
Ley de Tierras,
aunque inconstitucional, apuntaría además a evitar que cualquier
extranjero compre tierras en el país y así explote su producción.
Incluso se ha comprendido que fue un error no pagar al
Club de París, siendo
mejor cancelar el compromiso para así abrir la puerta del
endeudamiento, un aspecto que ha quedado pendiente en los dos gobiernos
anteriores. El objetivo final es retornar a los niveles de
PIB per cápita de 2002, y en las elecciones se ha prometido que no habrá descanso hasta conseguirlo.