Para el Ejecutivo
no sólo no hay "cepo" a la compra de
dólares, sino que tampoco existe un problema de faltante de divisas en
la plaza doméstica.
Al momento de justificar por qué se veda el acceso a la adquisición de
billetes verdes a particulares y empresas, desde el Gobierno aseguran que con
esta estrategia busca, justamente,
evitar los riesgos de una "eventual"
escasez en la plaza doméstica.
En filas oficiales destacan que, para que no se repitan viejos ciclos que
experimentó el país décadas atrás, resulta clave
asegurarse de dólares
para así garantizar la importación de
bienes
"esenciales". Es decir, aquellos que permitan mantener en marcha la
"maquinaria" productiva argentina y
no dejar que se detenga el
proceso de
sustitución de importaciones.
Bajo estos preceptos el Ejecutivo impulsó un complejo andamiaje de comercio
administrado, que fuera bautizado por la propia ministra de Industria, Débora
Giorgi, como
"zanahoria y garrote", por el cual a las empresas
que sustituyen bienes del exterior por producción nacional
se las
"premia" con un mercado interno casi cautivo y con mínima competencia
de afuera. Pero, como contrapartida, las firmas
deben aceptar las reglas de
juego del modelo K, que incluye, entre otras exigencias,
no
girar utilidades al menos
por los próximos dos
años.
Al tener el mercado en gran medida limitado para los productos importados,
algunas compañías se vieron forzadas a radicarse en la Argentina
para iniciar algún tipo de proceso productivo.
Sin embargo, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior, aseguró que,
en muchos casos, son
inversiones de escasa magnitud y
realizadas, más que nada, para
"sobrellevar" el temporal.
En cambio, en los últimos meses, por las fuertes trabas a las importaciones,
grandes compañías pertenecientes a sectores que en la Argentina encuentran una
suerte de "campo minado" a la hora de operar,
están optando por poner
sus ojos en Brasil, de la mano de
jugosos
desembolsos.
"Las grandes empresas a nivel mundial en general están eligiendo desembarcar
en Brasil por un conjunto de factores: el
gran mercado interno,
el
bajo costo de financiamiento, una
inflación
controlada y
reglas de juego claras", destacó el
economista Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma.
En la misma línea, desde sus oficinas emplazadas en San Pablo, Gustavo Segré,
CEO de la consultora Center Group, aseguró que "Brasil continúa teniendo un
desarrollo industrial importantísimo y cada vez más grandes empresas se deciden
por este país por numerosos motivos:
incentivos,
financiamiento, alineación de políticas entre municipios,
estados y el gobierno federal y un
enorme mercado".
Así, desde
automotrices hasta
tecnológicas,
pasando por marcas de lujo y productores de alimentos, vienen realizando
importantes anuncios de inversión para ampliar su capacidad productiva o
instalarse por primera vez en territorio vecino.
iProfesional.com elaboró el siguiente listado de compañías
que están avanzando en territorio brasileño como así también los anuncios más
relevantes de los últimos meses:
• Automotrices
En el terreno automotriz, la última noticia de alto impacto fue el anuncio de
BMW Group, que invertirá cerca de
u$s260
millones para levantar una planta en el Estado de Santa Catarina, que
producirá unos 30.000 vehículos al año y dará empleo a 1.000 personas de manera
directa.
En concreto, en Brasil se ensamblarán los modelos de
BMW Serie 1,
Serie 3, X1 y X3, en tanto también prevé producir los modelos
Mini y Mini Countryman.
Segré explicó que "BMW eligió ese país y ese Estado en particular porque
le otorgaron un importante
terreno sin cargo y
le dieron
200 millones de reales (u$s100 millones) que
devolverá vía impuestos".
Como contrapartida, en la Argentina la marca
tuvo serios
inconvenientes para poder ingresar vehículos durante meses.
Y, muy lejos de planificar un proyecto industrial a largo plazo en el país,
para liberar importaciones decidió destinar esfuerzos a la
exportación
de cuero y arroz, es decir, a productos que nada tienen que ver con el
negocio automotriz. Como parte del "efecto BMW",
otras marcas de alta gama
también están posando sus ojos con más interés que nunca en Brasil.
Al respecto, días atrás el CEO de VW, Martin Winterkorn, adelantó que
Audi está comenzando a estudiar la
posibilidad de
contar con una fábrica en ese país para producir algunos de sus
modelos.
Estos movimientos son apenas la
punta del iceberg de lo que
representa Brasil para las automotrices.
Al respecto, según estimaciones de la cámara sectorial Anfavea, ya se
anticipan
inversiones que rondarían los u$s30.000 millones hasta
2017, lo que llevaría la capacidad productiva de 4,3 millones de 0Km a
unos 6,6 millones de unidades por año.
En esta línea, semanas atrás, el presidente ejecutivo del Grupo Fiat, Sergio
Marchione, confirmó desembolsos por la friolera de
u$s3.000
millones. El grueso de esa cifra, que será
financiado en un 85%
por el gobierno brasileño, se destinará a levantar una planta en
Pernambuco, que le permitirá incrementar la producción y desarrollar nuevos
modelos.
Por su parte,
Volkswagen está embarcada en un fuerte plan de
expansión en el país vecino que involucra desembolsos por
u$s4.200
millones hasta el 2016. En este sentido, acaba de anunciar una
inversión de u$s210 millones para su planta de Taubaté y otros u$s155 millones
para aumentar la producción de motores en su fábrica de San Carlos.
Paralelamente, la casa alemana destinará otros u$s170 millones para
desarrollar un auto compacto derivado del exitoso
Up!
europeo.
Las asiáticas también vienen pisando fuerte, de la mano de
Chery, que ya comenzó a levantar una planta en la zona de
Jacareí, en San Pablo, para lo cual está inyectando unos
u$s200
millones. La nueva fábrica estará operando a fines del año que viene y
se destinará a la producción del
Celer, el nuevo compacto de la
marca china.
Por su parte, luego de haber sido pospuesto por la incertidumbre
internacional, la compañía del gigante asiático
JAC Motors
reflotó su plan de desembolsos, donde contempla unos
u$s450
millones para levantar una planta en la región de Camaçarí.
Otra importante compañía que eligió a Brasil para su desembarco en Sudamérica
es
Nissan, que está llevando adelante un plan de inversiones de
u$s1.300 millones para edificar una fábrica en Resende (Rio de
Janeiro), la cual estará lista en el primer semestre de 2014 y donde se
fabricará el
auto económico March, que actualmente se vende en
el Mercosur importado desde México. Christian Meunier, presidente de la compañía en Brasil, aseguró que con este
plan de desembolsos, la
participación de la terminal en el
mercado
pasará del 1% al 5%.
Desde Japón, otra empresa que puso primera es
Mitsubishi,
que está llevando adelante un plan de expansión por unos
u$s550
millones. La firma busca duplicar la capacidad de producción para el año 2015 y
alcanzar un contenido nacional por vehículo del orden del 80%, además de
desarrollar nuevas líneas de pinturas y motores.
En la Argentina,
Mitsubishi no tiene producción fabril y su
licenciataria, la chilena Alfacar, debió acordar con Guillermo Moreno
salir a exportar alimento balanceado y agua mineral
para poder importar y seguir operando en el país.
Dentro del rubro automotriz, otra empresa que pisa fuerte en el país vecino
es
Michelin, la compañía de neumáticos que anunció una
inversión de
u$s380 millones para levantar una segunda planta
en Rio de Janeiro, donde ya posee una fábrica.
• Tecnológicas
Uno de los casos más resonantes es el de
Foxconn, la
compañía que provee a
Apple de todos sus "chiches"
informáticos.
Así, mientras que los productos de la manzanita figuran entre los
más
castigados por el Gobierno argentino en su cruzada anti-importadora
-que derivó incluso en el cierre de locales comerciales-, este gigante chino
decidió poner un pie en Brasil de la mano de una
inversión total por la
friolera de casi u$s5.900 millones para los próximos seis años.
Para tener una idea, esta
cifra representa 10 veces lo
que todas las empresas radicadas en
Tierra del Fuego
desembolsaron en 2011.
De ese total, la compañía
destinará u$s500 millones para la
construcción de un parque industrial, que estará en pleno
funcionamiento hacia 2014.
Otra empresa que puso primera en Brasil es
Lenovo, que acaba
de anunciar un desembolso de
u$s150 millones para adquirir el 100% de
Digibras, una compañía fabricante de productos electrónicos radicada en
Brasil que cuenta con siete fábricas y 6.000 empleados.
Esto se suma a la inversión de
u$s30 millones que Lenovo
anunciara en julio pasado para construir una fábrica de computadoras en San
Pablo, que comenzará a operar en los próximos meses. Cabe destacar que,
en el caso de la Argentina, la compañía
comenzó a fabricar notebooks en Tierra del Fuego pero
no con una planta
propia sino a través de la argentina Newsan, que maneja las marcas
Sanyo y Noblex.
Por su parte, la semana pasada la japonesa
Hitachi anunció
un plan de inversiones de
u$s300 millones en Brasil que se
extenderá por los próximos tres años y que contempla la puesta en marcha de una
fábrica en San Pablo en la que producirá equipos de almacenamiento de datos. Cabe destacar que la firma oriental sólo contaba con fábricas en cuatro
países:
Japón, Singapur, Estados Unidos y
Holanda, listado al que ahora se suma Brasil.
• Alimenticias
En el rubro alimentos, la férrea postura argentina le generó un fuerte
enfrentamiento con Brasil hacia mediados de año, lo que derivó en
duras
represalias que terminaron frenando las
exportaciones
de aceitunas, aceite de oliva, papas fritas, frutas y hasta vinos.
Es en este contexto en el que
McCain Foods, líder mundial en
la producción de papas fritas congeladas, con una facturación de
u$s6.000 millones anuales, está estudiando
levantar una
planta en el país vecino para abastecer a ese mercado y así no depender
de los envíos desde la Argentina, dado que las constantes trabas aduaneras
afectaron seriamente sus negocios.
"Tener una fábrica en Brasil es fundamental para lograr
objetivo de duplicar nuestras operaciones en los próximos cinco años",
destacaron desde la filial.
• Motos
El polo industrial de Manaos está volviéndose un importante imán para las
empresas de esta rama de actividad, que
en 2011 movió unos u$s7.600
millones en Brasil.
De ese polo, que ofrece una drástica reducción de los principales tributos
federales y del propio Estado, el año pasado
salieron 2,1 millones de
motos, casi cinco veces más que lo producido en toda la Argentina.
En este contexto,
Honda invirtió u$s530 millones para
desarrollar su nueva línea de montaje y producir compontes con sello "Made in
Brasil", lo que le permitirá pasar a fabricar unas 2 millones de unidades por
año.
En tanto,
Yamaha desembolsará unos
u$s100
millones para mejorar sus líneas de producción y desarrollar nuevos
modelos.
Cabe destacar que, como contrapartida, en la
Argentina la
primera compañía viene de inyectar u$s3 millones en su establecimiento de
Campana, en tanto que Yamaha invirtió unos u$s11 millones para construir una
nueva planta. Esto implica que el desembolso realizado por estas dos compañías en Brasil
(
u$s630 millones) es
45 veces superior que el
realizado en territorio argentino.
• Productos de lujo
Las compañías del mercado del lujo son otras que están posando sus ojos en
Brasil, mientras que, por el contrario, en la Argentina se encuentran
en
plena retirada por las trabas a las importaciones.
En los últimos meses, empresas de la talla de
Ermenegildo Zegna,
Cartier o Polo Ralph Lauren decidieron bajar las persianas en el país
ante la imposibilidad de hacerse de artículos del exterior.
En este contexto, la francesa
Cartier, que factura unos
8.900 millones de euros por año en todo el mundo, acaba de anunciar
que
abrirá tiendas en San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia.
El dato a destacar es que el propio presidente de Cartier, Bernard Fornas,
reconoció que la expansión y la necesidad de crecer en suelo brasileño es una
consecuencia de la salida del mercado argentino donde,
admitió, "hemos
tenido problemas".
La política de "zanahoria y garrote" versus la
"seducción" brasileña
En un duro documento del Centro de
Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec),
los economistas Eduardo Levy Yeyati y Lucio Castro señalaron la
escasa
efectividad del modelo "zanahoria y garrote" que quiere imponer el
Gobierno kirchnerista: "En un contexto de fuerte competencia global en
manufacturas (con países de bajos salarios como China y sus vecinos), la
naturaleza de la oferta laboral argentina, de salarios altos y productividad
modesta,
pone en duda las posibilidades de éxito de un modelo
industrializador desarrollista basado en la protección arancelaria y la
sustitución de importaciones".
Según la consultora Ecolatina, las constantes subas salariales, en un
contexto de atraso cambiario y de escasos avances en lo que se refiere a
productividad, llevaron a que el costo laboral unitario en dólares este año sea
récord, tras quintuplicar el nivel de 2002 y ubicarse un 15% por encima de 1997,
la anterior marca histórica.
Sin embargo, para Caamaño Gómez, "la competitividad no sólo es salario,
también es
financiamiento. Y en la Argentina las desventajas
que tenemos para ofrecer créditos frente a Brasil, que es investment grade, es
muy grande, especialmente en un momento como el actual donde hay alta liquidez a
nivel global".
En este sentido, Segré destacó que "los bancos de diferentes Estados
brasileños
ofrecen préstamos a tasas del orden del 2,5% anual en
reales, que permiten financiar emprendimientos de todo tipo", en tanto
que el poderoso
BNDES "tiene grandes préstamos para
multinacionales que
no superan el 7%, también en reales. Es
algo muy difícil de igualar".
A esto se suma la
agresiva política de beneficios fiscales e
impositivos que viene implementando el gigante sudamericano para lograr que más
empresas se radiquen en su territorio.
Al respecto, Segré aseguró aseguró que en la actualidad diversos Estados
otorgan numerosas ventajas, como
acreditar a cuenta del ICMS
-similar al IVA en la Argentina-, el
75% del monto
invertido.
"Es decir que si un empresario desembolsa 1 millón de reales,
estará recibiendo beneficios por 750.000",
destacó el experto.
A esto se suma la posibilidad de obtener un descuento del pago del ICMS de
hasta el 80% durante un
plazo de diez años, cumpliendo con
determinados requisitos.
Además, hay municipios de ese Estado que "también ofrecen
el
terreno y la mitad del costo de construcción del edificio. Así, si
levantás un galpón de 3.000 metros,
el gobierno se hace cargo de cubrir
el valor de 1.500 metros".
E
n síntesis, este "dulce" Brasil, que ofrece subsidios,
créditos ventajosos y reglas estables en el tiempo, está mostrando sus
ventajas a las multinacionales que, tal como quedó de manifiesto,
avanzan con multimillonarios desembolsos y se alejan del método del "garrote"
que utiliza Guillermo Moreno.