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domingo, 26 de febrero de 2017

Los impunes de siempre están de regreso

Jorge Fernández DíazPor Jorge Fernández Díaz - LA NACION
Después de haber echado a los Montoneros de la Plaza y antes de encontrarse con su viejo amigo Alfredo Stroessner, Perón se reunió para coordinar acciones con el mismísimo Augusto Pinochet. La presencia del dictador chileno en tierra argentina levantó repudios en las propias filas del peronismo. Irritado por ellas, y muy especialmente por una declaración que firmaban los concejales porteños, el General los paró en seco: "Yo tengo dos funciones, las relaciones exteriores y la defensa nacional, mientras que ustedes, en el Concejo Deliberante, tienen tres: Alumbrado, Barrido y Limpieza".

Contrariamente a lo que se piensa, el último discurso del líder antes de morir no fue en su famosa despedida ("llevo en mis oídos la más maravillosa música"), sino en un cónclave con la dirigencia sindical, cuyos matones ya habían realizado represalias letales contra la izquierda siguiendo sus expresas directivas. 

El contenido de ese discurso puede leerse en la página 362 del extraordinario libro "Perón y la Triple A", que escribieron Sergio Bufano y Lucrecia Teixidó. Allí Perón instruyó a los caciques de la CGT en la idea de emplear una "represión un poco más fuerte y más violenta". Los sindicalistas obedecieron la sugerencia y recrudecieron sus incursiones ilegales y sus matanzas. 

Tiene razón Arturo Pérez-Reverte: leer historia no soluciona nada, pero al menos sirve como analgésico para digerir el presente. ¿Cómo pudimos olvidar todas estas graves circunstancias, qué extraño virus social o demencia colectiva hizo que perdonáramos los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el justicialismo? Esa misma desmemoria operó desde entonces con pecados menos trágicos pero igualmente destructivos. Una extraña amnesia perdonó el Rodrigazo, el intento de autoamnistía de 1983, el jaqueo con 14 paros y todo tipo de zancadillas que le efectuamos a Raúl Alfonsín, la política entreguista y turbia junto con el indulto y la hiperdeuda externa que caracterizaron la reencarnación noventista, la participación subterránea en la destitución de Fernando de la Rúa, la pesificación bestial, y los 12 años de megacorrupción de Estado, descalabro económico, aislamiento, autoritarismo y florecimiento del narcotráfico. 

Apenas dos o tres de estas calamidades hubieran bastado para borrar del mapa electoral a una fuerza política en cualquier otro país más o menos evolucionado. Pero ya se sabe: aquí los culpables nunca pagan, y tienen además el descaro de arrinconar a cualquiera que no pertenezca a su rancia corporación y pretenda gobernar, lo que implica casi siempre levantar la hipoteca que ellos mismos dejaron y ligarse los tomatazos de la calle. No todo el peronismo es este adefesio: las innegables conquistas de los años 40 y la renovación intentada por Cafiero, Bárbaro y Bordón todavía inspiran a muchos militantes, y no hemos perdido la esperanza de un peronismo republicano. Pero ese proyecto inestable convive con la "tara autoritaria" (Pichetto dixit) y con un reflejo caníbal según el cual cuando alguien sangra debe ser inmediatamente devorado.

Las torpezas del Gobierno y la tardanza en la reactivación enardecen a los caranchos. En dos semanas, los triunviros que Cristina combatía y Cambiemos corteja lanzaron un paro nacional; los gremios docentes cortaron abruptamente el diálogo y anunciaron una huelga salvaje; las organizaciones sociales aceptaron y violaron los millonarios acuerdos de diciembre y armaron nueve piquetes por día, y el kirchnerismo y el propio titular del Partido Justicialista pidieron un juicio político contra el presidente constitucional, preocupados por "la transparencia y las instituciones" (sic). 

Los impunes, con una pequeña ayudita de los desmemoriados y de los vivillos, están de regreso. Peronistas de todos los pelajes y con responsabilidades en distintos tramos de la "década saqueada" o con complicidad indirecta en la quiebra económica, son ahora impiadosos fiscales de quienes tratan de arreglar el mecanismo roto que les legaron. Vamos a decirlo en lenguaje elegante: los argentinos vivimos en una nube de gases, el rojo fiscal sobre el que estamos sentados es de 400 mil millones de pesos e hizo falta pedir prestados 25.000 millones de dólares para poder financiarlo y seguir en Babia. Estamos fundidos, y encima andamos con ínfulas. Pero ¿quiénes fueron los responsables de crear semejante bola de nieve? Los mismos millonarios que en nombre de los pobres se ponen ahora en pie de guerra.

Tampoco hay por qué asombrarse: los libros de historia contemporánea demuestran que después de los fiesteros vienen siempre los pagadores, y que los primeros se dedican a limar a los segundos como si nada tuvieran que ver con el desaguisado ni con los consecuentes dolores y sacrificios. Baradel responde a Sabbatella y los triunviros mayormente a Massa, Pérsico confiesa intenciones políticas detrás de sus movidas callejeras, Gioja y los Suturados de Cristina no han sido capaces de la mínima autocrítica, e Insaurralde, Katopodis y otros prohombres de las nuevas generaciones se abrazaron por fin con Máximo Kirchner y cerraron filas con la Pasionaria del Calafate, en una ceremonia bonaerense que cancela cualquier ilusión renovadora y que confirma una notable falta de escrúpulos, porque pretende convertir las investigaciones judiciales de la democracia en persecución política y porque reivindica a la mayor sospechosa, a su estado mayor corrupto y a su inefable secta del helicóptero. Todos juntos triunfaremos, compañeros; total la Argentina tiene Alzheimer y nadie nos pedirá cuentas. Quienes destrozaron la casa se postulan como plomeros y albañiles de su reconstrucción, para felicidad del pueblo y salvación de la patria.

El gran truco del peronismo es muy conocido; consiste en señalar que sus sucesivos disfraces no le pertenecen. Cristina no era peronista, ni Josecito López ni Boudou ni De Vido ni Jaime. Menem tampoco. Ni Luder ni Isabel ni López Rega ni los Montoneros. Ni siquiera Perón era peronista, con lo que el peronismo siempre está a salvo de sus trastadas y en condición de alumbrar en la próxima estación su verdadera y esplendorosa identidad. 

Fue interesante leer, en este contexto, un excelente artículo de Fernando "Chino" Navarro que publicó el viernes en este diario, donde defiende con inteligencia la ley de emergencia social. Al final no puede, sin embargo, evitar el malabarismo peronista de autoexculpación. "Es curioso que en un país con familias con una tercera generación sin trabajo -escribe, se le diga al nieto que es mejor que espere a un posible empleo formal cuando son las políticas que defendieron los abanderados del libre mercado las que dejaron sin trabajo regular a su abuelo y a su padre". ¿Quién es responsable de esa familia desgraciada, diputado? Porque la fuerza que más gobernó durante estas décadas de desigualdad fue el peronismo. Si esas políticas son las culpables de la miseria y la demolición de la cultura del empleo, alguna factura debería caerles a los últimos cuatro presidentes peronistas. A menos que pensemos seriamente que Alfonsín y Macri inventaron la pobreza. 

Hay un agregado fatal: a ese nieto desocupado que menciona lo alcanzó últimamente la maldición del paco y la tentación del tráfico; el kirchnerismo de arcas llenas fue incapaz de devolver a esas familias al sistema y entregó inermes a esos chicos sin destino a la mafia de la droga. No se puede ser a un mismo tiempo el partido hegemónico y el inocente perpetuo de un país quebrado y decadente.

sábado, 25 de febrero de 2017

Gente bastante cínica y jodida

Gente bastante cínica y jodida
Por Jorge Lanata - Clarin.com

Un tercio de nosotros trabaja y paga impuestos, otro tercio trabaja pero no los paga y el tercio final no trabaja.


Queremos que todo cambie, pero seguir siendo los mismos. Queremos, a la vez, que ese cambio sea rápido y definitivo. Queremos subir subsidios y bajar el gasto; bajar impuestos y subir el gasto, tomar crédito y bajar el déficit, bajar el gasto y subir el gasto.

Nos preguntamos cuánto más van a tardar en convertir a los noventa mil policías de la bonaerense en oficiales honestos, amables y eficientes. ¿Todavía no terminaron?

Queremos maestros que nunca sean evaluados sino por sí mismos y, en cualquier caso, queremos prohibir la difusión de las evaluaciones al público: si el maestro es un inútil debe ser una sorpresa del ciclo lectivo.

Queremos que los empleados estatales se esfuercen en su trabajo pero les pagamos a todos igual.

Tenemos una curiosa idea del dinero: pensamos que estuvo, que está y que estará. La riqueza es como un árbol de oro del que uno va sacando ramitas: nadie lo generó, nadie debe mantenerlo.

Un tercio de nosotros trabaja y paga impuestos, otro tercio trabaja pero no los paga y el tercio final no trabaja.

El ultimo informe de competitividad del World Economic Fórum calcula la tasa impositiva total tomando en cuenta ganancias, impuestos sobre la renta, contribuciones sociales y laborales a cargo del empleador, impuestos sobre transmisiones patrimoniales, impuestos sobre el volumen de negocios y otros impuestos: Argentina encabeza el ranking mundial de presión tributaria con una tasa impositiva total del 137,4%.

Una familia con un solo integrante trabajador asalariado en el sector formal deberá trabajar por lo menos 211 días sólo para pagar al Estado los impuestos de este año. Así, en caso de no pagar Ganancias, su día de la “independencia tributaria” será el 21 de junio, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que señala la carga tributaria formal integral entre un 47,5% y el 57,9% del ingreso total (incluyendo contribuciones patronales) de una familia. De ahí sale la plata que parece generarse sola.

Hacemos negocios con la plata del Estado o la de otro: nos quejamos de que no “llegan” inversiones.

Esperamos que los demás pongan su dinero donde nosotros no estamos dispuestos a poner el nuestro.

Somos expertos en mercados controlados y mucho más expertos si tenemos amigos en la agencia de control.

Votamos cambiar pero, en el fondo, la mitad del país no quiere hacerlo: cambiar significaría trabajar en serio, perder privilegios corporativos, someternos a perder lo que logramos currar.

Queremos que las cosas cambien, pero, a la vez, mantenemos abiertas discusiones tan básicas que impiden que el país progrese. ¿A esta altura del partido tenemos que definir el perfil productivo de la Argentina? ¿Queremos armar tanques o producir rabanitos? Hoy llamamos “industria” a la producción de telgopor y manuales en español, “protección” al sobre precio textil que encarece la ropa para los más pobres. ¿Dónde está el costo argentino? ¿En el salario o en el margen de ganancia de las empresas?

¿Queremos que el cambio –algún cambio- se produzca?

¿Para que se votó contra el kirchnerismo? ¿Para moderar el choreo? ¿Para eliminarlo? ¿Para cambiar la Argentina? ¿Y por cuanto tiempo estamos dispuestos a hacerlo?

Todos reconocemos la crisis, pero no estamos dispuestos a sacrificio alguno para enfrentarla. ¿Ya está? ¿Ya termino? ¿Ya se arreglo todo? ¿Ya se hicieron honestos los jueces, terminaron los piquetes, la inflación bajó y apareció el crédito y, sobre todo, ya estamos en superávit? Somos, realmente, gente bastante cínica y jodida.

Clarisimo...

viernes, 24 de febrero de 2017

Un fenómeno nuevo para el Presidente: la caída del optimismo

Fernando LabordaPor Fernando Laborda - LA NACION
Desde que se inició 2017, el gobierno de Mauricio Macri enfrenta un fenómeno que no había conocido en sus anteriores 12 meses de gestión: la caída general del optimismo ciudadano. La luna de miel de la sociedad con el Presidente es un recuerdo ya lejano, y aunque todavía no se pueda hablar de desilusión, el estado de ánimo que caracteriza a la población es de impaciencia. 

Entre los analistas de opinión pública hay coincidencia en que, mientras no exista una percepción arraigada de crecimiento sostenido de la economía, el desasosiego ciudadano seguirá reinando.

Para que el macrismo gane las elecciones legislativas del 22 de octubre no sólo será indispensable que la inflación baje sensiblemente y que la actividad económica se reactive. Será necesario que la mayoría de la ciudadanía perciba que la economía ha vuelto a crecer.

Tanto economistas como funcionarios gubernamentales confían en que este año llegará el tan esperado rebote económico. No obstante, subsisten dudas acerca de si ese rebote se traducirá en beneficios tangibles para el bolsillo de los votantes hacia agosto, el mes de las primarias abiertas.

A la economía argentina le restan dos meses para empezar a crecer en serio. Este cálculo, que hacen distintos analistas, se explica porque la población suele tardar entre tres y cuatro meses en percibir en carne propia los efectos favorables desde que se producen indicadores concretos de crecimiento. En otras palabras, si la economía no empieza a moverse con vigor hacia abril, no será fácil que la buena onda llegue a la gente en agosto, cuando se ponga en marcha el proceso electoral.

Al problema de que la economía estaría demorándose más de la cuenta en dar señales de revitalización se suman los errores de comunicación desde el Gobierno. Muy pocos consumidores vieron favorablemente los cambios impulsados con el declarado propósito de transparentar los precios. Hubo leves bajas en algunos artículos electrodomésticos abonados al contado, pero la mayoría se quedó con la desazón derivada de que el financiamiento en cuotas resultaba más oneroso que antes.

Los desaguisados provocados por el ahora abandonado acuerdo entre el Estado nacional y la empresa Correo Argentino, de la familia Macri, y por el fallido recálculo de los aumentos en los haberes jubilatorios contribuyeron a aumentar el malestar general.

Si bien parte de la ciudadanía puede ver la marcha atrás presidencial en tales temas como un buen síntoma y como la contracara del cuestionable estilo de Cristina Fernández de Kirchner, que jamás admitía sus equivocaciones, la repetición de errores en el gobierno de Macri que deben ser corregidos, antes que un gesto de responsabilidad, termina siendo percibida como un signo de ineptitud.

Como sugiere Rosendo Fraga, más que ensayos de "prueba y error", el Gobierno ha cometido verdaderos "errores de cálculo", tras los cuales retrocedió al evidenciarse el enorme costo político de esos actos fallidos.

A diferencia de cuando asumió, 14 meses atrás, hoy la situación de Macri es distinta. Antes, el primer mandatario podía recalcular, neutralizando los costos de un error original. En la actualidad, por el contrario, apenas puede aspirar a disminuir algo el daño generado por una decisión errónea.

Entre los electores que votaron a Macri, el tema de la corrupción es la segunda preocupación en relevancia luego de la inseguridad, y por encima de la situación económica, según la analista de opinión pública Mariel Fornoni. El Presidente pudo haber tenido en cuenta ese dato al ordenar que la cuestión del Correo pasara a "foja cero".

La estrategia electoral del oficialismo sigue pasando por polarizar con el cristinismo. Y para eso es vital que el Gobierno no exhiba flancos débiles en materia de transparencia pública.

Un segundo eje de campaña pasa por recuperar imagen e iniciativa a través de la política exterior. Cierta sobreactuación tras la conversación telefónica del presidente argentino con Donald Trump brindó una primera pauta de eso. El viaje presidencial a España, con una numerosa delegación de empresarios, fue otro indicador. En Madrid, Macri se preocupó por hacer algunas referencias a la herencia recibida del kirchnerismo al hablar de la necesidad de que las empresas españolas vuelvan a la Argentina tras años de desconfianza. Pero no podrá olvidar un mensaje que se escuchó cerca de la Puerta de Alcalá: "Los primeros que deben invertir son los propios argentinos".

Qué dijo The Economist de la deuda externa argentina

The Economist elogió las medidas económicas de MacriPor Olivia Goldschmidt - LA NACION
El prestigioso medio británico analizó las medidas económicas del gobierno de Mauricio Macri.

The Economist elogió las medidas económicas de Macri. Foto: Archivo .
El prestigioso medio británico The Economist elogió hoy las principales medidas económicas llevadas adelante por la administración de Mauricio Macri , aunque remarcó que aún queda mucho por hacer y criticó con dureza a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

Durante un seminario online, del cual LA NACION fue Media Partner, la jefa de la Unidad de Inteligencia para América Latina y el Caribe del semanario, Fiona Mackie, consideró que este año marcará la recuperación económica y minimizó los cuestionamientos por la gran cantidad de deuda emitida por el Ejecutivo.

"Algunos hablan de que la deuda externa que contrajo este gobierno es demasiado alta. Sin embargo, según nuestras predicciones no lo es. La Argentina, antes, ni siquiera tenía la posibilidad de acceder a los mercados internacionales hasta que el gobierno arregló sus deudas con los holdouts", sostuvo. Y remarcó: "Tanto en comparación al promedio internacional como a nivel regional, la deuda externa Argentina es baja".

Al ser consultada por los sectores de la economía que se beneficiarán por la apertura al capital de los mercados internacionales indicó que las telecomunicaciones recibirán un "fuerte empujón" y que el sector bancario tiene gran potencial de crecimiento con los nuevos depósitos disponibles.

Con respecto al sector financiero indicó que, si bien el crédito todavía no se ha recuperado, los dólares del blanqueo han aumentado los depósitos del sector privado y deberían ayudar a fortalecer el sector."El progreso que se ha hecho con respecto al ajuste de las variables macro económicas es impresionante, pero aún quedan temas pendientes", consideró.

A continuación agregó que 2017 se presenta como un gran año para la Argentina pero los desafíos aumentan por sus principales socios comerciales. "El mejoramiento de la estabilidad económica muestra que en los próximos cinco años la Argentina alcanzará un nivel parecido al de Chile, país que lidera los rankings de mejor clima para hacer negocios", dijo.

Según expresó, "el progreso que se ha hecho con respecto al ajuste de las variables macro económicas es impresionante, pero aún queda mucho por hacer".

Mackie sostuvo que el gobierno de Macri recibió "una pesada herencia producto de políticas intervencionistas y controles excesivos que desincentivaban la inversión de empresas". "Una demanda alta, con una oferta baja aceleraron el ritmo de la inflación y dejaron a la moneda muy poco competitiva", añadió. Para resumirlo dijo: "Era un desastre. Realmente era un desastre".

Mientras que a su juicio la devaluación y el comienzo de la normalización fiscal ayudaron a controlar la situación económica, "las tasas de interés van a tener que permanecer elevadas por un tiempo".

miércoles, 8 de febrero de 2017

Relatos en guerra

Por James Neilson - Revista Noticias
El análisis de James Neilson. El titular de la Aduana, Gómez Centurión opinó sobre los desaparecidos y provocó enojo en el Gobierno.

Lo decía George Orwell en su gran novela, 1984: “Quien controla el presente controla el pasado. Y quien controla el pasado controlará el futuro”. Hasta hace muy poco, no cabía duda de que el progresismo internacional, un movimiento heterogéneo que se alimentaba de variantes de la noción contestataria de que el capitalismo occidental, imperialista y racista, encarnara el mal, era dueño del relato dominante, pero últimamente mucho ha cambiado. No sólo en Estados Unidos y Europa, sino también en la Argentina y otros países latinoamericanos, ha cobrado fuerza una rebelión revisionista contra la cual los defensores de lo que para ellos son verdades indiscutibles están reaccionando con un grado de vehemencia rayano en la histeria.

Un blanco local de la ira de los justos es Juan José Gómez Centurión. Para enojo de otros funcionarios del gobierno de Mauricio Macri que quieren figurar como buenos progres y para la indignación, sincera o simulada, de casi todos los demás, el titular de la Aduana nos recordó que, según los datos verificables, no hubo 30.000 “desaparecidos” sino a lo sumo 8.000 y, lo que para muchos es peor aún, dijo que a su juicio no fueron víctimas de un “plan genocida” o “sistemático” sino de una “reacción absolutamente desmedida”.

Aunque conforme a la evidencia disponible está en lo cierto cuando cuestiona el número elegido por aquellos que, a partir del hundimiento de la dictadura, viven de su bien publicitado compromiso con los derechos humanos de sus familiares, amigos o compañeros en la lucha contra lo que era el statu quo en los años setenta del siglo pasado, lo del “plan” premeditado o no es opinable. Al fin y al cabo, es legítimo suponer que los jefes militares, frente a la negativa del grueso de los políticos a asumir sus responsabilidades, entendieron que los civiles les pedían combatir el terrorismo manu militari, con métodos parecidos a los empleados por Estados Unidos y sus aliados en la lucha contra los yihadistas, lo que presupondría la existencia de un “plan” cuidadosamente preparado.

De todas formas, aunque es antipático señalarlo, en aquel entonces el relato en boga no era el confeccionado después de la guerra de las Malvinas. Era, por decirlo de algún modo, mucho más derechista. Sin embargo, caídos en desgracia los militares, la sociedad en su conjunto – lo mismo que la alemana en la segunda mitad de 1945–, se las ingenió para convencerse de que virtualmente nadie se había enterado de lo que ocurría en los años anteriores, pero que así y todo, la mayoría abrumadora se había resistido a un régimen dictatorial con coraje ejemplar, pero, claro está, silencioso por miedo a atraer la atención de las autoridades de facto. Se trataba de una ficción que contribuyó mucho a la consolidación de la democracia, de una mentira necesaria.

Casi todos los peronistas “de derecha”, entre ellos muchos sindicalistas, que habían colaborado activamente con los militares en una lucha contra quienes se proponían asesinarlos por motivos políticos, fueron amnistiados luego de un intervalo muy breve. Asimismo, los montoneros, erpistas y otros que habían soñado con un baño de sangre aleccionador parecido al perpetrado en Cuba por aquellos humanitarios emblemáticos Fidel Castro y el Che Guevara, se transformaron en heroicos luchadores democráticos que sólo habían querido restaurar el respeto por la Constitución.

Los únicos que no lograron esconderse en las brumas del pasado para reinventarse antes de reincorporarse a la sociedad eran los militares. Con el pretexto de que cometieron sus crímenes en nombre del Estado y no, como los terroristas, en el de una agrupación idealista del sector privado, todos los uniformados serían culpables de algo, razón por la que muchos que no han sido condenados por la Justicia siguen pudriéndose en cárceles malolientes. Se entiende: a ojos de quienes tienen poder no son humanos, ergo no tienen derechos.

Antes de las elecciones de 2015, Macri aludió socarronamente al “curro de los derechos humanos”, uno muy lucrativo, que facilitaba el kirchnerismo pero, como acaba de aprender Gómez Centurión, a personas que nunca han militado en facciones izquierdistas no les conviene oponerse frontalmente al relato según el cual la tragedia de más de cuarenta años detrás fue obra exclusiva de las fuerzas armadas y un puñado de auxiliares civiles. Las organizaciones que han medrado en base a dicho relato conservan su poder de fuego y son más que capaces de intimidar a cualquier hereje que se anime a cuestionarlo. Sin tener que esforzarse mucho, consiguieron vetar el intento del Gobierno de hacer del aniversario del golpe de 1976 un feriado movedizo; fue un tanto rara la decisión original de conmemorar tal fecha, como hubieran hecho los militares en el caso de que el Proceso tuviera el éxito que esperaban, ya que sería más lógico festejar un día menos luctuoso, pero desde el punto de vista de quienes se creen dueños del pasado colectivo es forzoso continuar celebrándolo.

Tendrá más suerte Macri con la propuesta de revisar otro capítulo local del relato progresista internacional que nos asegura que la inmigración irrestricta siempre es buena y por lo tanto es malo discriminar entre los deseosos de afincarse aquí, rechazando a los narcotraficantes y otros delincuentes o aquellos que, sería de suponer, no aportarían nada positivo a la comunidad sino que, por el contrario, actuarían como quintacolumnistas de un movimiento hostil. Puesto que Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto y otros opositores ya se han pronunciado a favor de controles migratorios más rigurosos que los habituales hasta ahora, Macri no afrontará demasiadas dificultades en su esfuerzo por mantener a raya a quienes tienen antecedentes penales. Los hay que dicen temer que el Gobierno quisiera “estigmatizar al extranjero”, pero parecería que la iniciativa oficial cuenta con la plena aprobación de la mayoría.

Tal vez sólo sea una casualidad que el vivo interés del Gobierno en reforzar los controles fronterizos por motivos de seguridad haya coincidido con cambios similares que están dándose en otras partes del mundo, comenzando, desde luego, con Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump ha enfurecido a sus adversarios al obstaculizar el ingreso de personas procedentes de media docena de países mayormente musulmanes.

Al magnate reciclado en mandamás de la superpotencia no le ha servido para nada señalar que en 2011 Barack Obama actuó de forma aún más severa al prohibir durante seis meses la entrada de iraquíes sin que nadie protestara en las calles de las grandes ciudades, o que, con la excepción de Irán, los países nombrados en la lista, que heredó del gobierno anterior, son Estados fallidos plagados de yihadistas, o que hay una cuarentena de países musulmanes cuyos ciudadanos no se han visto afectados. Para quienes se aseveran horrorizados por el decreto, se trata de un atropello antimusulmán sin precedentes en el mundo civilizado, algo típico del ultranacionalista y, cuando no, racista Trump. Como dijo el poeta español Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.

Por cierto, el poder de los relatos no es nuevo. Las imágenes que se inspiran en ellos suelen determinar lo que un político puede hacer sin brindar a los adversarios políticos de turno una oportunidad irresistible para movilizarse en contra. Un gobierno norteamericano, republicano y por lo tanto “derechista”, el de Richard Nixon, pudo hacer las paces con la dictadura comunista china de Mao sin correr los riesgos que hubiera enfrentado uno demócrata más izquierdista. 

En cambio, si uno sospechado de derechismo toma medidas contra la inmigración ilegal, se verá denunciado como enemigo del género humano por una multitud de bienpensantes, mientras que uno progresista, como el de Obama, puede hacer lo mismo con impunidad. En el transcurso de su gestión, Obama permitió la deportación de casi tres millones de indocumentados, mayoritariamente “latinos”, de los que la mitad no tenían antecedentes penales; de más está decir que a Trump no le será nada fácil superar el récord fijado por su antecesor progresista.

Desgraciadamente para quienes hablan como si quisieran vivir en un mundo sin fronteras, los problemas causados por las migraciones descontroladas que han impulsado los convencidos de que una política de puertas abiertas traería muchos beneficios están dividiendo las aguas en todos los países democráticos.

Es por tal motivo que la larga campaña del progresismo cosmopolita en contra del nacionalismo ha resultado ser contraproducente. En Europa y Estados Unidos, son cada vez más los resueltos a subrayar lo que suponen los hace diferentes de quienes se formaron en otras tradiciones o cultos religiosos. En este ámbito como en tantos otros, están acercándose a la Argentina donde el nacionalismo –que aquí suele ser más cartográfico que étnico, de ahí la pasión por la soberanía sobre zonas como los Hielos Continentales que nadie soñaría con poblar–, ha sido un factor aglutinante. Mal que bien, parecería que, para funcionar, toda sociedad necesita contar con mitos inclusivos que exaltan lo presuntamente suyo por encima de lo considerado ajeno. Si no los tienen, la fragmentación resultante podría serles mortal.

sábado, 4 de febrero de 2017

Experto: las capacidades nucleares de China se acercan al nivel de las de Rusia y EEUU

(Sputnik Mundo) - La prueba exitosa de una nueva versión del misil DF-5 permite reevaluar las perspectivas de desarrollo de las fuerzas nucleares chinas, comentó el experto militar ruso Vasili Kashin a Sputnik.
© REUTERS/ DAMIR SAGOLJ
"En primer lugar, es evidente que a pesar del inicio del despliegue de misiles de combustible sólido de gran alcance DF-41 [móviles y capaces de transportar ojivas múltiples guiadas de manera individual], no se espera la retirada de misiles de combustible líquido en un futuro próximo. China está aumentando su inversión en la creación de nuevas versiones de misiles DF-5", subrayó.

Según el experto, este hecho permite reconsiderar las perspectivas de crecimiento del arsenal nuclear chino. "Antes parecía probable que el DF-41 reemplazara al DF-5 y se produjera un número adicional de estos misiles. Ahora parece que van a completar el arsenal existente de los DF-5", explicó.
​Asimismo, Kashin destacó las ventajas del misil chino: "Es un misil de combustible líquido muy potente de un peso de lanzamiento de 183 toneladas. Su energía potencial es tan grande que permitió crear sobre a su base toda una clase de cohetes portadores. Es capaz de llevar a EEUU hasta diez ojivas nucleares junto con los medios para superar la defensa antimisiles".

Sin embargo, el experto observó que el misil tiene ciertos defectos. "El misil no es móvil, se instala en túneles o silos, y requiere un largo tiempo de preparación para el lanzamiento. (…) Así, un pequeño número de lanzadores de misiles de ese tipo puede ser destruido por un ataque enemigo [antes de lanzamiento]", señaló.

No obstante, el especialista subrayó que actualmente la situación ha cambiado ya que el DF-5 no es el único portador chino de armas nucleares capaz de alcanzar el territorio de EEUU. Ahora también son peligrosos los sistemas de base móvil DF-31 y DF-41.

En segundo lugar, China está construyendo su propio sistema de alerta temprana y el sistema de defensa antimisiles estratégico. También se puede suponer que después de numerosas modificaciones, el tiempo previo al lanzamiento de las nuevas versiones del DF-5 se redujo de manera significativa.
"Dada la semejanza significativa del diseño de este misil con los vehículos de lanzamiento de la clase CZ-2, la industria china puede ampliar la producción en masa de estos misiles, posiblemente con el despliegue de hasta 10-15 nuevos misiles de esta clase por año. Estos misiles serían más baratos para producir que los del combustible sólido y tendrían una vida útil más larga", explicó Kashin.

El número de estos misiles podría ser limitado por las posibilidades del complejo de armas nucleares y de construcción de la infraestructura, añadió. "Cada vez aparecen más razones para esperar un espectacular avance de China que durante unos años, acercará al gigante asiático a las capacidades de las fuerzas estratégicas nucleares de EEUU y Rusia. Lo que causará unos cambios radicales en las reglas del juego en la región de Asia Pacífico", concluyó.

Rusia carga contra Reino Unido: Devuelvan Malvinas y Gibraltar

El embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, habla en una rueda de conferencia después de una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), 16 de octubre de 2016.
(HispanTV.com) - El embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, habla en una rueda de conferencia después de una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), 16 de octubre de 2016.



Un diplomático ruso sugiere a Londres que renuncie a sus colonias y luego critique a Moscú por la adhesión de Crimea a Rusia.

“Devuelvan las islas Malvinas, devuelvan Gibraltar, devuelvan la parte anexionada de Chipre, devuelvan el archipiélago de Chagos en el océano Índico, que convirtieron en una enorme base militar. Solo entonces su conciencia, tal vez, esté un poco más limpia y puedan empezar a juzgar otros temas (como el de Crimea)”, señaló el jueves el representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vitali Churkin.

Con estas declaraciones en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) sobre la situación en el Donbás, Churkin respondía a su homólogo británico, Matthew Rycroft, y a la estadounidense, Nikki Haley, quienes habían reiterado acusaciones a Rusia de una supuesta injerencia en la crisis de Ucrania.

Devuelvan las islas Malvinas, devuelvan Gibraltar, devuelvan la parte anexionada de Chipre, devuelvan el archipiélago de Chagos en el océano Índico, que convirtieron en una enorme base militar. Solo entonces su conciencia, tal vez, esté un poco más limpia y puedan empezar a juzgar otros temas (como el de Crimea)”, señala el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin.

Según Rycroft, Rusia "desencadenó la crisis de Ucrania”. Haley, por su parte, había reiterado la misma postura por parte de su país, afirmando que “EE.UU. sigue condenando y llamando a un fin inmediato de la ocupación rusa de Crimea". "Crimea es parte de Ucrania”, añadió la diplomática estadounidense.

Sin embargo, a juicio del embajador ruso, la crisis de Ucrania estalló en febrero de 2014 como resultado de un golpe de Estado apoyado desde el exterior y no tuvo nada que ver con el referéndum celebrado después en el mismo año, en el que se votó a  la adhesión de la península de Crimea a la Federación Rusa.

Lavrov reitera que Crimea es parte de Rusia e invita a visitarla. El canciller ruso enfatizó que Crimea no es un problema, sino ‘parte de Rusia’, y pidió una evaluación ‘imparcial’ respecto a la situación en la península.

Estados Unidos y el Reino Unido figuran entre los países occidentales que han impuesto varios paquetes de sanciones a ciudadanos, empresas y sectores enteros de la economía rusa por el supuesto papel de Moscú en el conflicto ucraniano, al supuestamente “militarizar Crimea”. A tales restricciones, el país euroasiático ha respondido con el embargo de algunas de sus exportaciones agroalimentarias.

Los embargos impuestos a Rusia, según señala un informe reciente, ha generado un efecto contrario al deseado, fortaleciendo la industria militar de este país, cuyo Ejército ha sido más adaptable a largo plazo gracias a ellos, indica el reporte.

viernes, 3 de febrero de 2017

"Es un mito tener que pelearse con Moyano para desarrollar los trenes"

Por SANTIAGO SPALTRO - El funcionario cree que el desarrollo de trenes, camiones y barcos es complementario y prometió una "recuperación sistemática" del sistema ferroviario.

El Gobierno necesita mostrar de cara a las elecciones legislativas que la economía, de a poco, empieza a reactivar. Con ese objetivo, el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, reveló a El Cronista que los despachos de asfalto para obras viales crecieron en el primer mes de 2017 un 172% interanual. Además, valoró la gestión de Isela Costantini, ex presidente de Aerolíneas Argentinas hasta diciembre, y dijo que desarrollar los trenes no lo llevará a pelearse con los Moyano.

- En la campaña electoral de 2015 se prometieron varias obras pero el año pasado el ritmo fue lento. ¿Qué pasó y qué viene?
- El Presidente se comprometió con el plan de infraestructura más grande de la historia del país y desde Transporte tenemos una gran responsabilidad, ya que desde ahí se libera un montón de energía. Por ejemplo, bajan los costos de logística, los fletes. Los despachos de asfalto para obras viales, que es un indicador al que no se le ha prestado mucha atención, fueron de 42.000 toneladas en enero de este año, un 172% más en términos interanuales y un 32% más que en enero de 2015. 
El primer mes de 2017 fue el tercero mejor de los últimos 18 años y en breve llegaremos a un récord histórico. Ya estamos ejecutando: vamos a duplicar las autopistas en 4 años (2800 kilómetros -km-, de los que hay 1100 km en construcción y 78 ya inaugurados). Hay obras de Metrobus en La Matanza y Tres de Febrero. Ya empezamos a pavimentar calles, hacer refugios de colectivos, desagües, puertos, aeropuertos. En cuanto al ritmo, la obra pública se frenó en el segundo semestre de 2015. La mayoría estaban paradas cuando llegamos. La obra pública no se acelera ahora por las elecciones. Esto hay que hacerlo durante 20 años seguidos.

- La obra más representativa que el macrismo no realizó en la Ciudad fue los 10 km de subte por año y, en cambio, se construyeron carrilles del Metrobus. ¿Por qué hay que confiar en que en la Nación sí van a cumplir?
- Lo significativo de nuestra gestión en la Ciudad es el foco que pusimos en el transporte público. Pensábamos que necesitábamos cierta cantidad de km de subte y se evolucionó a una visión de mejorar el sistema para que llegue a más gente, de extender la línea B, la E y la H. Surgió el concepto del Metrobus, que resuelve la misma problemática y le quita espacio a los autos. La Ciudad a la que aspiramos es con menos autos y más transporte público.

- En la semana se publicó en La Nación que el Belgrano Cargas tarda 22 días en llegar desde Jujuy a Retiro y es el "símbolo de la decadencia argentina", el paradigma de la ineficiencia. ¿Cuándo va a haber un servicio serio en los trenes de las provincias alejadas de Buenos Aires, que nos permita ser competitivos?
- La obra del Belgrano Cargas va a estar terminada en 2019. No va a ser solamente la obra, sino que además se va a gestionar bien. Aerolíneas Argentinas y el Belgrano Cargas, entre otras, fueron muy mal gestionadas en los últimos años. El sistema ferroviario va a tener una recuperación sistemática.

- ¿Se va a tener que pelear con la familia Moyano si desarrolla los trenes?
- Eso es un mito: el tren y el camión son complementarios. Argentina tiene que desarrollar el tren, el camión y todo el transporte marítimo.

- Mauricio Macri dijo que no les va a pedir a sus ministros que se presenten como candidatos para las elecciones de este año. Si luego cambia de opinión, ¿usted saldrá a competir?
- Soy parte de un equipo y estuve donde me lo plantearon. Pero no creo que me lo pida. Es incompatible ser ministro y candidato.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Manual para arruinar cualquier opinión

(Perfil.com) - Martes, 31 de enero, 2017
Que fueron 30 mil, 8 mil, 6 mil, quince personas que esperaban el bondi o un sopapo a un vendedor de estampitas de San Perón. Que Gómez Centurión se fue al pasto con sus dichos negando algo que hasta Videla reconoció. Que lo del titular de la Aduana no llega ni a los talones a lo de Guillote Moreno cuando dijo que Videla “al menos no le quitaba la comida a los chicos”. Que las escuchas ordenadas por la justicia son ilegales. Que la que se queja tiene derecho a no ser escuchada cuando se la investiga por el 99,9% del Código Penal argentino y de algunos países más de la región. Que parece joda que la misma mina que da clases de respeto por la intimidad sea la que desayunaba a las 11.30 de la madrugada con las carpetitas de la Side en la cama.

Que las notas periodísticas sobre el Panamapeiper justifican la renuncia de todo el gobierno aunque la pidan los mismos que sobrevivieron a denuncias que van de la muerte de un fiscal federal que imputó a una presidente por traición a la Patria al sobreprecio en cunas de cartón para pobres bien, bien pobres. Que el hecho de señalar que pedir la expulsión inmediata de delincuentes extranjeros 24 horas después criticar a un Juez por enviar al extranjero a un delincuente es un poquito incoherente. Que la anécdota de una ministra de Seguridad a la que le hackean una cuenta de Twitter sólo puede ser superada por un ministro de Comunicaciones que nos explica qué es una red social a través de una red social a veinte años del nacimiento de los blogs y a diez del surgimiento de Facebook.

Que los inmigrantes de antes sólo estaban compuestos por laburantes que nunca levantaron una Villa (como la 31 de los inmigrantes polacos), que jamás formaron mafias (Juan Galiffi y Francesco Morrone eran italianos que fueron forzados a delinquir por algúna energía sobrenatural y los de Zwi Migdal no comerciaba prostitutas, jugaban a que eran mercadería), que nunca se negaron a cumplir con la ley (la huelga de inquilinos fue un chascarrillo del día de los inocentes) y que nunca comerciaron sin pagar impuestos, ya que esos carros tirados a caballos para vender verduras o leche pasteurizada por Cadorna, entregaban facturas imaginarias para evitar la polución ambiental.

Que está bien que puedas tomar sol en tetas en cualquier playa. Que está mal que la policía te pida que te tapes lo que te queda de busto. Que deberían taparle las tetas a los gordos o si alcanza con la lluvia de azúcar de los churros. Que, en caso de estar de acuerdo con cubrir pechos ajenos, es un exceso enviar cinco policías. Que es increíble que nos horroricen más tres pares de tetas en una playa que un abuso sexual en pleno Palermo. Que resulte aún más increíble que estén todas las opiniones en una misma bolsa y nadie pueda putear por ambas cosas a la vez, como si el debate por el desnudo y los violetas se autoanularan mágicamente. Que las playas argentinas están vacías porque nadie tiene plata. Que el ruido de joda argentino en Uruguay, Chile y Brasil se escucha desde Pinamar. Que veranear fuera del país es ser un cipayo que prefiere irse diez días a Buzios por el mismo dinero que cuesta una carpa en Mar del Plata. Que esto se pudre, que esto es la gloria, que acá son todos iguales, que acá no ha pasado nada, que cualquiera puede opinar de lo que desee, que lo que desean es opinar cualquier cosa.

Expertos en seguridad, economistas harvardianos, liberales con beneficio de inventario, nacionalistas que protestan contra los nacionalismos extranjeros, socialistas proteccionistas que descubrieron la bondades del libre mercado cuando el proteccionismo llegó al Imperio, directores técnicos de kiosco de diarios, consultores empresarios que pagan la deuda de expensas en cuotas, críticos de cine que no reconocen la diferencia entre un travelling con steadicam de Kubrick y la escena final de Bañeros 4 los Rompeolas. Todos tienen lugar en nuestra sociedad, y está perfecto que así sea. Sólo me pregunto en qué momento tienen tiempo para hacer algo productivo si la vida parece que se les va en decir a los demás qué es lo que tienen que hacer.

Sommeliers del buen gusto ajeno que creyeron que la movida del empoderamiento hacia el consumidor consiste en exigir cómo tendrían que ser los textos que leen, o de qué nos olvidamos al hacer un chiste en Twitter, o sobre qué tendríamos que hablar, o de qué podemos reirnos y de qué no. Porque hay que estar siempre serios, bien amargados, con cara de que todo el tiempo está por suceder algo. Si por ellos fuera, Netflix tampoco existiría, porque atenta contra la producción nacional de venta de películas truchas, o porque el concepto de ver lo que quiero incluye que las series terminen como nos gustaría a nosotros. Elija su propia censura.

Todos opinan de cualquier cosa y hasta Cristina se copa con sus locas teorías afirmando que si dos funcionarios sostienen un número de desaparecidos diferente al del relato –aunque, irónicamente, idéntico a la cifra oficial– es que el autor de la idea es Mauricio Macri. Tiene lógica: en su loca cabecita pelotudeadora de exfuncionarios y directriz del pensamiento único, considera que nadie puede tener opinión propia. En contra de la expresi: si seguimos su lógica de pensamiento, los actos de corrupción de dos o más personas de su equipo entrarían en la misma lógica, teoría abonada por la propia Justicia. Y puede que hayan sido más de dos, si la memoria no me falla:

Cometas de Skanska, plan Qunita, talleres ferroviarios, Ferrocarril Sarmiento (por mencionar a uno solo), rutas a la nada, represas energéticas sobrefacturadas antes de construirse, hoteles con ocupación plena de aire, familiares multimillonarios, choferes y jardineros convertidos en empresarios, cajeros de bancos devenidos en magnates, los bolsos voladores de José López, el dragón custodio de carbón parrillero, los yates y aviones privados de Ricardo Jaime, las chacras de Julio De Vido, la mansión de César Milani –único imputado por crímenes de lesa humanidad que ocupó un cargo alto desde Luis Patti–; las valijas de Antonini Wilson, la embajada paralela en Venezuela, el caso Ciccone, el médano de Boudou, la imprenta de Boudou, la moto de Boudou, Boudou; el tráfico de efedrina, Sergio Schoklender, Hebe de Bonafini y Sueños Compartidos, el saqueo del PAMI, la recaudación de dinero sucio para la campaña electoral –todas–, los subsidios truchos de la Oncca a los feedlots, los vuelos de merca de Southern Winds, los vuelos de merca de los hermanos Juliá, los no vuelos de la aerolínea sin aviones Lafsa, los seis millones de pesos –con un dólar siete a uno– que cobró el peluquero de Aníbal Fernández por servicios audiovisuales, la bolsa de Miceli, las jodas de Picolotti, los hijos de los amigos contando millones en cámara, los 8 mil millones de pesos evadidos por Cristóbal López que se le pasaron a Ricardo Echegaray, entre otros casos aislados que no tienen por qué empañar lo notable de una gestión que nos devolvió al podio internacional de corrupción, inflación y peores países para emprender un proyecto comercial. No serán los campeonatos que queríamos, pero no vamos a ponernos quisquillosos con la falta de puntería.

A veces creo que Cristina lo hace adrede, que se mete en el momento en el que el Gobierno más necesita que se hable de cualquier cosa. Eso o Macri es un diabólico estratega político que provoca que el país entre en pausa hasta que decidamos si convertir el 24 de marzo en un feriado móvil es más grave que armar un asado en la ESMA. Sea cual fuera el verdadero motivo, y sin poder afirmar que ése sea el fin perseguido, ahí estamos todos en un debate que va por más reediciones que los decimales del número Pi.

La batalla cultural se libra en otro terreno, gente. Eso de seguir discutiendo los setentas es como un Día de la Marmota al que se le olvidaron de ponerle un desenlace. Imaginemos un Grandes Valores del Ayer político: pasan los años, a los que le interesan esas historias también van palmando, tiene cada vez menos rating, pero ahí están, contando una y otra vez sobre aquella oportunidad en la que quisieron cambiar el mundo al saludar al flaco del centro de estudiantes. Un corte, una quebrada y enseguida volvemos con más experiencias de tipos que no tienen ni siquiera un éxito para mostrar y viven del recuerdo de una historia que para ellos es épica, para otros un fracaso y, para el resto, una tragedia.

Y están ahí, pidiendo que no se metan con la memoria. El tema es para qué queremos esa mentada memoria. ¿Para que no vuelvan a existir guerrillas de niños ricachones con culpa de clase que matan lo que se les cruce en nombre de un pueblo que nunca los acompañó para llegar al Poder sin saber bien para qué? ¿Memoria para que no se vuelva a dar un Golpe de Estado militar apoyado por el silencio de la mayoría que derivó en una dictadura dentro de la cual se dieron lugar los delitos más atroces? ¿Memoria para recordar que la amnistía del 25 de mayo de 1973 fue aprobada por unanimidad de todo el Congreso? ¿O memoria para que no existan más enfrentamientos ideológicos que fomentan peleas de poder y terminan en soluciones tan pelotudas como la justificación de la muerte?

No se qué le pasará a usted, amable lector, pero desde este lado del teclado, ya no tengo ganas de discutir siempre sobre lo mismo. Básicamente, porque hemos asimilado que un debate es una competencia por demostrar quien tiene las mejores palabras para aniquilar la postura ajena, aunque se trate de un tema que no soluciona una pizca la situación actual ni aporta nada positivo para los problemas que nos aquejan. Lo mismo va para los que generan estos quilombos a título gratuito, esos que en la puerta del cine le preguntaban al extra qué opinaba del kirchnerismo, generando una ola de puteadas de los antikirchneristas que nunca habían oído hablar del trabajo de ese señor y el aplauso de kirchneristas furibundos que tampoco lo junaban, mientras flotaba en el aire la pregunta que nadie se hizo: si no le pregunto a mi peluquero qué piensa sobre el cupo de exportación ganadera, ¿por qué debería cambiar mi humor lo que diga un hombre cuyo rol social es otro? Puede importarme –o no– pero no debería por qué trastocar los roles que cada uno eligió ocupar en la sociedad. Pero es parte de ese daño enorme que ya ni sé cuándo se produjo, ese que dice que si no querés que un político te cague, tenés que meterte en política. Aún no entendí si es para convertirnos en garcas nosotros o qué, pero lo cierto es que cuando me pongo a escribir no tengo a ningún funcionario ayudándome en su tiempo libre. Quisieron dedicarse a eso, pidieron que los voten: laburen ustedes, changos.

Hasta ahora, lo único que veo es lo mismo de siempre: dictaduras buenas si son de un color, dictaduras malas aunque sean socias comerciales de la dictadura buena; golpismos que atentan contra la democracia, golpismos necesarios para que se vayan en helicóptero los que son tan antipopulares que llegaron al cargo por el voto ciudadano.

En unos meses debutan en las urnas los que nacieron en 2001. Entre tanto, nosotros seguimos en la discusión de algo que ocurrió tres décadas antes de que nacieran, o de cualquier cosa que pase a lo largo del día. Estoy seguro de que nadie sabe qué tienen en la cabeza estos chicos, como también doy por sentado que lo más probable es que sigamos marginándolos por que no entienden nuestro mundo de agresión gratuita al que piensa lo que se le canta el ocote pensar, de pedidos de manifestaciones a favor de funcionarios a los que nadie conoce personalmente por cagadas que se mandaron solitos, de peleas titánicas por cuestiones que no aportan nada, de discusiones eternas para hallar respuestas que nadie pidió para preguntas que nadie hizo.

No es que no lo entiendan. Temo que no les importa pertenecer a esto. Lo bien que hacen.
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Martedí. No me tomen en serio. Después de todo, también soy un boludo que opina sobre lo que quiere, cuando quiere y como quiere.

Publicado por Lucca
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martes, 31 de enero de 2017

Hay dudas entre los especialistas sobre la eficacia de las medidas sobre el control de acceso al país

Resultado de imagen para ley de migracionesPor Agustina López - LA NACION
Consideran que el decreto será insuficiente para controlar los canales ilegales de acceso al país.

El decreto que modifica la ley de migraciones de nuestro país lleva tan sólo un día, tras su publicación en el Boletín Oficial, y sus consecuencias definitivas son aún insondables. Sin embargo, las opiniones de expertos en el tema no tardaron en hacerse oír: la mayoría de los consultados por LA NACION señalaron que estas modificaciones generarán más presión sobre los migrantes legales que quieren ingresar en nuestro país y harán poco por resolver la problemática de seguridad de fondo.

"Me parece bien que haya mayor regulación de los migrantes. Es un primer paso adecuado en los canales de ingreso legítimo. La regulación que se pretende no sale de la media de otros países. El problema está en los ingresos ilegítimos a nuestro país", dijo a LA NACION Nicolás Dapena, experto en seguridad de las Naciones Unidas. "Con esta nueva regulación se pone un peso extra sobre aquellos que solicitan un ingreso por las vías adecuadas, mientras que hace falta mejorar los controles fronterizos", explicó el especialista internacional.

En tanto, la organización Amnistía Internacional expresó en un comunicado su preocupación por una medida que catalogaron de "regresiva" y que, consideran, reduce "el fenómeno de la migración a un debate sobre seguridad nacional", asociando así al "migrante con delincuente".

"A diferencia de la legitimidad conquistada por la ley de migraciones, que atravesó un amplio debate y tuvo un gran consenso a nivel local y mundial, el uso de una herramienta de carácter excepcional -como un decreto de necesidad y urgencia- se instala en la vereda opuesta. Para ponerlo claro: esta política restringe derechos humanos contenidos en la Constitución pasando por alto la discusión parlamentaria", manifestó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

Por el contrario, el director nacional de Migraciones, Horacio García, defendió la medida y aseguró que esta modificación sólo recaerá sobre aquellos extranjeros que "vengan a delinquir".

"Somos amplios con todos los que vienen a trabajar y sumar al esfuerzo de todos los argentinos y seremos restrictivos con los que vienen a delinquir o hayan delinquido en la Argentina; ahí vamos a ser terminantes y vamos a tratar de expulsarlos", dijo García en diálogo con TN.

Al respecto, Marcelo Saín, profesor e investigador de la Universidad de Quilmes y ex director de la Escuela Nacional de Inteligencia, dijo: "No creo que si los extranjeros sospechados de cometer delitos dejan de entrar se acabó el problema del narcotráfico. Los números que da el decreto son de mulas que hay en la cárcel. El narcotráfico en nuestro país es bien criollo y con conocimiento y aval del Estado".

Las cifras a las que hace referencia Saín son parte de los considerandos del decreto: de los presos por delitos de "narcocriminalidad" el 33% de las personas son extranjeras.

Diego Gorgal, ex ministro de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, coincidió en este sentido: "Un mayor control de los inmigrantes no implicará necesariamente una baja en el delito. Sí me parece que es necesario que el país tenga una política migratoria seria sobre las personas, los bienes y los capitales que entran y salen del país y, sobre todo, capacidad de control".

La reforma migratoria bajo la lupa de los expertos
Nicolás Dapena - Naciones Unidas: "Con esta nueva regulación se pone un peso extra sobre las personas que solicitan un ingreso por las vías adecuadas, mientras que hay que trabajar sobre los canales ilegales de entrada"

Mariela Belski - Directora de Amnistía Internacional en Argentina: "Esta política restringe los derechos humanos obtenidos en la Constitución y pasa por alto la discusión parlamentaria. ?Es lo opuesto a la ley migratoria debatida en el Congreso"

Marcelo Saín - Ex director de la Escuela Nacional de Inteligencia: "No creo que si los extranjeros sospechados de cometer delitos dejen de entrar, se acabó el problema del narcotráfico"

Diego Gorgal - Ex ministro de gobierno porteño: "Un mayor control de los inmigrantes no implicará una baja del delito. Sí creo que es necesario que el país tenga una política migratoria seria"

Los impedimientos para el ingreso de extranjeros

Antecedentes penales

Haber sido condenado o estar cumpliendo condena, o tener antecedentes o condena no firme en la Argentina o en el exterior, por delitos que merezcan según las leyes argentinas penas privativas de libertad. Además de los delitos comunes, se hace mención especial a los delitos complejos: tráfico de armas, de personas, de estupefacientes, de órganos o tejidos, o por lavado de dinero o inversiones en actividades ilícitas

Ocultamiento

Omitir que se tiene antecedentes penales en el país de origen y tener antecedentes de haber participado de alguna organización de crimen organizado, como narcotráfico, trata, trafico de órganos (aunque no haya condena)

Reingreso

Hasta ahora la prohibición de reingreso al país luego de una expulsión era de cinco años. Con la nueva norma será de ocho años por delitos dolosos y cinco años por delitos culposos. Y "sólo con un informe que diga que la persona está en una red de terrorismo se podrá impedir el ingreso o tramitar la expulsión"

Residencia

Se cancela la residencia permanente "a quien hubiese permanecido fuera del territorio nacional por un período superior a dos años o la mitad del plazo acordado, si se trata de residencia temporaria, excepto que la ausencia obedezca al ejercicio de una función pública argentina o se haya generado en razón de actividades, estudios o investigaciones que pudiesen ser de interés"

Delación

Los inmigrantes que hayan pagado para ser traídos al país podrán obtener la residencia y evitar la expulsión si colaboran para dar con el traficante de personas que lo trajo al país

Condenas

En los casos en que sobre el extranjero recayera sentencia condenatoria firme en la Argentina, la misma operará automáticamente, cancelando la residencia cualquiera fuese su antigüedad, categoría o causa de la admisión, y llevará implícita la expulsión

domingo, 29 de enero de 2017

La acusación moral más grave contra Cristina

Joaquín Morales SoláPor Joaquín Morales Solá - LA NACION
Fin para las vacaciones tuiteras de Cristina Kirchner . Dentro de dos días, los tribunales volverán a trabajar. Varias causas judiciales se abaten sobre ella, como el previsible juicio oral y público por la venta de dólares a futuro o la casi terminada instrucción por el supuesto lavado de dinero en la empresa Los Sauces, propiedad de la familia Kirchner. Estos dos expedientes están en manos del juez Claudio Bonadio, el más odiado por Cristina.

La ex presidenta tiene también un procesamiento por asociación ilícita (por despilfarrar dinero a favor de su socio Lázaro Báez en obra pública) dispuesto por el juez Julián Ercolini poco antes de la feria judicial. Seguramente apelará esa decisión que, si fuera confirmada por la Cámara Federal, la sentará también frente a otro juicio oral por corrupción.

Sin embargo, hay algo más dramático que todo eso. Se abrirá por fin una causa que significa el más grave reproche moral e institucional a Cristina. Es la denuncia que hizo el fiscal Alberto Nisman poco antes de morir y en la que acusó a la ex presidenta de encubrir a los autores intelectuales y financieros del criminal atentado a la AMIA. Hay muchas denuncias de corrupción aquí y en el mundo (en Brasil o España, por ejemplo), pero no hay memoria de una denuncia que acuse a un jefe de Estado de proteger a terroristas extranjeros que atentaron en el territorio de su país y provocaron una masacre de 85 muertos. Esa denuncia, además, puso fin a la vida del fiscal que la hizo. Más allá de la eventual responsabilidad penal de Cristina, la carga de deslealtad moral que pesaría sobre ella sería enorme e inédita. Dicen que es la investigación judicial que más teme porque sus resultados podrían inhabilitarla para la política y manchar definitivamente su paso por la historia.

Un día antes de comenzar la feria judicial, el 29 de diciembre pasado, la Cámara de Casación refutó al juez de primera instancia (Daniel Rafecas) y a los jueces de la Cámara Federal (Jorge Ballestero y Eduardo Freiler), que rechazaron abrir la investigación. Casación los apartó de la causa y ordenó abrir a investigación la denuncia de Nisman. El posterior sorteo puso en manos del juez Ariel Lijo la denuncia del fiscal muerto.

Fuentes judiciales dijeron que lo primero que hará Lijo, el próximo miércoles, será declararse juez competente de la causa y pedirle a Bonadio las actuaciones que lleva en una investigación similar, aunque ésta tiene una humillante carátula: "traición a la patria". La iniciaron dos familiares de víctimas de la AMIA luego de que se conoció un audio en el que el ex canciller Héctor Timerman aceptó que el gobierno de Irán ordenó el atentado a la mutual de la comunidad judía. "Es hora de que haya un juez definitivo. Esa causa no puede seguir dando vueltas", dijeron cerca de Lijo, quien descuenta que Bonadio estará de acuerdo.

La segunda decisión que tomará Lijo será autorizar las casi cincuenta medidas de prueba que pidió el fiscal Gerardo Pollicita poco después de la muerte de Nisman. Para poner en marcha el proceso, el juez y el fiscal deberán imputar, entre otros, a Cristina, a Timerman, a Luis D'Elía, a Fernando Esteche, a Andrés "Cuervo" Larroque y a Jorge "Yussuf" Khalil, un argentino de origen libanés sindicado por Nisman como "agente iraní". En rigor, Khalil tenía más influencia en Teherán que la diplomacia iraní; existen varias grabaciones de conversaciones telefónicas que lo comprometen a él (y a D'Elía) con el memorándum firmado con Irán.

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Pollicita, en quien Lijo delegará la investigación, fue el primer funcionario judicial que analizó la denuncia de Nisman. Es el que más la conoce. El fiscal pidió en su momento varias declaraciones testimoniales; cruce de llamadas telefónicas; registros de visitas a la Casa de Gobierno, al Ministerio de Planificación y a la ex SIDE, y el análisis de las celdas de las antenas celulares para establecer dónde se encontraban los imputados mientras realizaban las llamadas. Algunas medidas deberán acomodarse al paso del tiempo. Pollicita requirió hace dos años el allanamiento sorpresivo de varias dependencias oficiales, pero ahora el kirchnerismo ya no está en el poder. Bastaría con un exhorto para reclamar información, si es que queda información.

Tendrá que esclarecerse también qué significaban algunas conversaciones telefónicas grabadas. Hay, por ejemplo, una conversación entre D'Elía y Khalil en la que aquél le dice que está saliendo "de la Rosada". ¿Estuvo en la Casa Rosada? En ese caso, ¿con quién estuvo? D'Elía dice en otra conversación que el memorándum final es el "borrador que escribió Fernando". ¿Se trata de Esteche, sindicado últimamente como protegido por la comunidad iraní local? ¿Hubo dinero iraní que se distribuyó entre los "promotores" argentinos del pacto con Irán? ¿Hay registro en algún lugar del Estado de que a los iraníes sólo les interesaba que Interpol levantara las circulares rojas de captura contra seis jerarcas de su régimen, que Nisman había conseguido y que le valió la condena a muerte por el gobierno de Irán? Las conversaciones comprometen a Cristina, pero también podrían complicar seriamente a D'Elía, Esteche y Larroque.

El destino de la denuncia de Nisman hizo un raro círculo alrededor de Lijo. Éste fue el juez que eligió Nisman para presentar su denuncia en enero de 2015. Lijo investiga las irregularidades en la causa AMIA por parte del ex juez Juan José Galeano. En aquel momento, Lijo venía de procesar al entonces vicepresidente Amado Boudou, hasta ese momento el delfín presidencial de Cristina. Lijo estaba de licencia por la feria de enero, pero se encontraba en Buenos Aires. Aunque su juzgado era subrogado por la jueza María Servini de Cubría, Nisman habló con Lijo. 

El fiscal le deslizó que la procuradora Alejandra Gils Carbó estaba por desplazarlo de mala manera del cargo. Nisman le pidió que fuera Lijo quien se hiciera cargo de la denuncia. "¿Estas escuchas son legales?", le preguntó el juez. "Sí, le respondió Nisman, las autorizó Canicoba Corral (actual juez del caso AMIA), pero dudo que sepa que las autorizó." Canicoba Corral diría luego que no sabía nada de las escuchas, hasta que comprobó que las había autorizado en un trámite casi automático. Entonces calló. Nisman tenía razón. Lijo le explicó al fiscal sus reparos porque no veía conexión entre la causa de Galeano y la denuncia de Nisman. El fiscal muerto se comprometió a llevarle nuevas pruebas. Así quedaron.

En la madrugada del lunes 19 de enero, Lijo recibió dos llamadas telefónicas. La primera lo notificó de que Nisman estaba muerto. Estupefacto todavía, recibió la segunda. Era la jueza Servini, que le dio un lacónico consejo: "Tenés que volver al despacho, nene". La Cámara Federal coincidió con Lijo en que no había conexión entre las dos causas y mandó a sorteo la denuncia de Nisman. Salió el nombre de Rafecas. Un dirigente de la comunidad judía recuerda que entonces Lijo le aseguró que la causa no avanzaría en manos de Rafecas (o algo así). Lo cierto es que empleados de tribunales recuerdan el ataque de furia que le dio a Lijo en los pasillos de Comodoro Py cuando Rafecas desestimó la denuncia de Nisman. Estaba a los gritos. Dos amigos lo metieron a empujones en su despacho.

No es casual que varios de los jueces que contribuyeron a paralizar la denuncia de Nisman durante dos años estén ahora muy cerca de la destitución en el Consejo de la Magistratura. Rafecas, Freiler, Canicoba Corral. Rafecas fue duramente cuestionado por la Cámara de Casación. Freiler tiene una fortuna que ningún juez puede explicar con su recibo de sueldo. Canicoba Corral arrastra una vieja mala fama. Es cierto que el Código Procesal crea un laberinto que demora las causas hasta el infinito, pero lo es también que los malos jueces hacen que las cosas resulten aún peores.

Tampoco es casual, en estas vísperas, que Cristina Kirchner se haya escandalizado ante una supuesta persecución política y haya disparado precisamente contra Lijo. Convocó a una cumbre cristinista en Río Gallegos para analizar su condición de perseguida y sólo fueron unos cuantos dirigentes que nunca estuvieron en ninguna cima conocida. Una cumbre pobre, a la que no fue ni un solo dirigente influyente del peronismo, indiscutible símbolo de su lenta derrota.

lunes, 16 de enero de 2017

La columna de Jorge Asís: La diplomacia de las lanchas artilladas Sugestiva compra de Argentina a Israel

(El Cronista) - Israel no tiene ríos. Pero los israelíes desarrollaron la industria sofisticada como para construir lanchas artilladas, preparadas con cañones Typhoon, aderezadas con ametralladoras. Para que la Prefectura Argentina persiga narcotraficantes en el Paraná.

En efecto, sin provocar asombro, en el Boletín Oficial se publicó la sugestiva operación de compra. Cuatro lanchas de clase Shaldag, equipadas con la tecnología para la disuasión; o la destrucción. Por u$s 80 millones. Sin reparos, ya se abonó el 40%, o probablemente el 50. La primera lanchita diplomática recién estará en nuestro río dentro de 22 meses. Poco antes que Mauricio Macri, Presidente del Tercer Gobierno Radical, “corte el pan dulce” de la navidad de 2018.

Es de esperar que para entonces la señora Patricia Bullrich, Ministro de Seguridad, no tenga ningún precipitado sucesor que se queje ante los medios por “la herencia recibida”.

Puestos fronterizos
Sin embargo antes, en agosto de 2017, y en el mismo paquete, estará instalado el primero de los cuatro puestos fronterizos. Casi similares al situado en la frontera entre Egipto e Israel, y que se controlan también desde una plácida sala rodeada de televisores, cabecera de Tel Aviv.

En siete meses, desde un despacho del ministerio de Gelly y Obes, Bullrich podrá auditar el paso de Aguas Blancas, en Orán, Salta, frontera con Bolivia (el diputado Olmedo de la campera amarilla suele mostrar videos con pasadores que se amontonan, cargados de paquetes que Gendarmería nunca alcanza a revisar).

Después vendrá el puesto de Salvador Mazza, también en Salta. Y el de La Quiaca, en Jujuy. Completa Puerto Iguazú, en Misiones. Con la tecnología que permite acercar las imágenes hasta el primer plano. Como si se tratara de la miniserie FAUDA, producto fílmico de Netflix.

La cuestión de los cuatro puestos fronterizos israelíes desvirtúa con anticipación uno de los cuestionamientos más sólidos que se le presentaban al negocio. Gastar u$s 80 millones en la hidrovía fluvial (que por suerte supo enriquecer al señor Romero). Cuando llega a través del río sólo el 25% de la falopa (sea marihuana, diseño o cocaína).

Son datos divulgados, con sus mapas expresivos, por la investigadora Laura Etcharren, quien acostumbra anticiparse a los informes ministeriales. “15% llega por aire, 25% por la hidrovía, y el 60% llega por tierra”, confirma.

Efectivamente, por esta razón, en el paquete por los 80 palos se encuentran los cuatro pasos fronterizos. Y la espera para capturarlos 200 kilómetros más adentro del territorio.

Lo confirma la Garganta que defiende la operación “de Estado a Estado”. Sistema que deja afuera a los lobbystas bienintencionados que pretendían llegar, de algún modo, al escritorio de la ministro. Al menos -según nuestras fuentes- alcanzar el teléfono celular del asediado marido, al que angustiaban con apelaciones.

Comisiones mitológicas

En la mesa de los argentinos informativamente iniciados, cuando se menciona la existencia de una compra semejante, la primera pregunta que siempre brota es “¿de quién es el negocio?”. 
La segunda: “¿quiénes cobran las comisiones mitológicas?”. Aunque descuentan, inexorablemente, que los protagonistas del operativo “están salvados”. Regla tácitamente indemostrable.

En principio, los iniciados dirigen la atención hacia el empresario Mario Montoto. Presidente de la Cámara de Comercio Argentina-Israelí. Editor de libros, y de la influyente revista DEF, especializada en las problemáticas de la Defensa y Seguridad. E importante proveedor de la mercadería respectiva.

Durante la década ganada, cuando la señora Nilda Garré era la ministro, según nuestras fuentes Montoto ni siquiera podía asomarse al ministerio. Derivaciones de rencores tóxicos, iniciados cuando se trataba de construir -no precisamente con la persuasión de la palabra- las bases de la revolución (socialista) nacional. Epopeya que culminaría con el General Videla y el Almirante Massera en el poder (el aviador Agosti aquí casi no cuenta). Y con miles de muertos que históricamente nunca se terminan de morir.

Pero en el tema estratégico de las lanchas diplomáticas, el empresario Montoto -según nuestras fuentes- no moja. Aunque haya acompañado, hacia Israel, a los gravitantes peregrinos que hoy manejan, con diferencias notorias, el Ministerio de Seguridad, por suerte desde edificios también distintos.

El primero en peregrinar hacia Tierra Santa fue Eugenio Burzaco, experimentado Secretario de Seguridad. La visita fue de tan alto nivel que espantó, según nuestras fuentes, a la señora Bullrich, que hasta emitió un comunicado al respecto.

Después peregrinó la propia Bullrich, invitada por la embajada de Israel. Fue un viaje tan preparado que incluyó hasta reuniones con la presencia del gravitante Montoto, quien con la adquisición diplomática de las lanchitas se queda apenas con el insuficiente mérito moral. Durante su gestión, al frente de la Cámara, se hizo la operación semejante. El acuerdo de Estado a Estado. Entre la SIBAT –Israel Ministry of Defense- y el Ministerio de Seguridad.

La cuestión que se vienen las Shaldag artilladas. Capacitadas para circular a 40 nudos, a 75 kilómetros por hora, con tal vez 15 prefectos artillados a bordo. Aunque parezca mentira, aquí Argentina lanza una apuesta hacia el largo plazo. Pero con lícita seguridad se irrita la ministro Bullrich cuando trasciende que la operación pudo hacerse sólo como consecuencia de la sub-ejecución presupuestaria.

Es el fantasma de la mala praxis. Aqueja a diversos ministros perseguidos por la maldita sub-ejecución. No alcanzan a gastar el dinero que tienen asignado en el presupuesto para utilizar.
Para los profanos, es exclusivamente por ineptitud. O por algo peor: nadie quiere “poner al gancho” por temor a Las Stolbizer del futuro.

En algunos ámbitos (Salud, Educación, especialmente Seguridad), no gastar lo que el Estado proporciona es un crimen estético. Pero los ministros -confidencialmente- se quejan. Sub-ejecutan porque “desde arriba” no les liberan las cuotas presupuestarias.

Ahora se culpa, con facilidad, a Prat Gay. Pero porque se fue. Pocos se atreven a reprocharle a la dupla Quintana-Lopetegui. Y menos a hacerle planteos a Marcos Peña, El Premier.

Los conocedores de la artesanía presupuestaria del Estado aseguran que “no mandar lo que corresponde es una estrategia para reducir el déficit fiscal” (calvario que ostensiblemente le preocupa al economista Javier Milei). O se trata de un hábil recurso para legitimar, sobre el final, un gran negocio. Y destaparse, con lo que sobre, con una compra fabulosa. Para emprolijarla después, con un competente secretario administrativo. Un indispensable Giannotti.

Teoría de la compensación

Para cerrar el despacho -y claudicar ante los obsesivos de las “efectividades”- habría que felicitar, por la concreción exitosa del operativo, al coronel Reuben Gurstein. Agregado militar de Israel, que tiene su base en Chile, con concurrencia en Argentina y Paraguay. Representante de la SIBAT en la extendida tierra de su competencia.

Con la venta de las lanchitas, el eficiente coronel tiene asegurada, según nuestras fuentes, la mansa ociosidad del retiro. En Tel Aviv, o en la ciudad que lo apasione.

Lo que debiera descartarse, inapelablemente -según nuestra evaluación-, son las interpretaciones inspiradas en la manía conspiratoria. Aluden a la teoría de la compensación. Como si la operación de Estado a Estado compensara las afectadas relaciones entre los dos países.

Se mantiene una sólida relación cultural, pero sobre todo económica y militar. Contrasta con la carencia de soluciones, en el plano policial. O el justiciero.

Es preferible evaluar la diplomacia de las lanchas artilladas como una apuesta excepcional hacia el largo plazo. Algo admirablemente inusual para la Argentina. Donde “el largo plazo es un feriado con puente”, como señala el pensador Lucas Carrasco.

domingo, 8 de enero de 2017

Lo que busca Inglaterra en Malvinas son los recursos

(Sputnik) - A 184 años de la ocupación de las Islas Malvinas por el Reino Unido, un 3 de enero de 1833, Sputnik entrevistó al presidente de la Comisión Nacional de Ex Combatientes de Malvinas, Ernesto Alonso, quien consideró que la presencia militar británica en las islas es una amenaza para la paz en América del Sur. 

En las frías aguas del Atlántico Sur, los generales argentinos intentaron en 1982 dar un último manotazo de ahogado. Su régimen dictatorial se caía ante la presión popular, por lo que apostaron al extendido sentimiento de patriotismo para salvarse. Las acciones militares que emprendieron contra el Reino Unido para recuperar las Malvinas resultaron ser una pésima estrategia: los militares argentinos no sólo no lograron su objetivo, sino que la posición británica en las islas salió fortalecida.

150.000 millones de dólares gracias a la pesca en la zona ha sido el beneficio para el Reino Unido desde aquella fracasada aventura militar, según dijo a Sputnik Ernesto Alonso. Veterano de aquella guerra,  y denunciante de las violaciones a los derechos humanos dentro del Ejército Argentino, 

Alonso recordó que con los acuerdos firmados con posterioridad al conflicto, en los años 89 y 90, el presidente Carlos Menem le permitió a los británicos avanzar en la explotación de enormes recursos ictícolas. "Ahora está latente la explotación de recursos hidrocarburíferos", sostuvo. Dados los altos costos de la explotación de petróleo offshore, los ingleses necesitarían apoyo logístico desde el área continental argentina para utilizar esos recursos. 

Por eso Londres sintoniza con los gobiernos locales que considera no hostiles a su estrategia. 
"Hoy Malvinas es una unidad de negocios de la economía británica", ahondó Alonso, quien afirmó que no se trata de un territorio de libre circulación, sino que cuenta una política migratoria controlada por Gran Bretaña. "Toda persona que va ahí, lo hace para trabajar dentro de esa esa gran estructura que es la Falklands Islands Company", el grupo económico que detenta licencias de pesca que Alonso considera ilegítimas. 

"El objetivo final de Gran Bretaña no son las Malvinas. Son los mares circundantes, las Islas Georgias, Sandwich y Orcadas del Sur y la proyección hacia la Antártida", estimó Alonso. El ex combatiente opinó que la presencia de una base militar británica en Mount Pleasant, es una "situación gravísima para la paz de la región". "Se trata de la base militar de fuerzas extranjeras más importante de la región. Mantienen coordinación en con otras bases militares que ocupan territorios latinoamericanos, como las de Estados Unidos", agregó. 

Daniel Filmus: "Las acciones británicas en Malvinas echan por tierra la estrategia de acercamiento" Se estima que en la base de Mount Pleasant operan actualmente unos 1.500 militares y unos 500 civiles británicos. Ante una denuncia de la cancillería argentina en 2012 sobre el despliegue de armas nucleares en las islas, Londres prefirió mantener su silencio. 

Desde la asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015, las relaciones británico-argentinas experimentaron una distensión considerable. Los veteranos del conflicto critican al presidente su poco compromiso con la recuperación de las islas. Algo que el mandatario niega. "Argentina ha obtenido el apoyo global en esta causa. El mundo no acepta más una situación de colonialismo" sentenció Alonso al respecto. Por eso consideró que el primer punto a tratar en cualquier discusión sobre las Malvinas "es la soberanía argentina".

La vuelta a Boedo y la insistencia en el disparate

Editorial del diario La Nación
Miles de hinchas de San Lorenzo celebran orgullosamente su sentido de pertenencia con el proyectado retorno de su estadio a su lugar original. Paradójicamente, miles de vecinos del barrio de Boedo no ocultan su justificado fastidio con el regreso del llamado Viejo Gasómetro, vendido en 1980, y expresan fundado temor ante la posibilidad de que el desorden y la intranquilidad se adueñen de la zona.

Finalmente, la obsesión de tantos hinchas azulgranas por la vuelta a Boedo se vio concretada, al menos en los papeles, con la reciente firma del boleto de compraventa por el cual la empresa Carrefour cedió al club parte de los terrenos que ocupaba en la avenida La Plata al 1700 para la construcción de un nuevo estadio en el antiguo emplazamiento.

El acuerdo llegó tras la ley de restitución aprobada por la Legislatura porteña el 15 de noviembre de 2012 y una posterior negociación entre San Lorenzo y Carrefour, en función de la cual el club se comprometió a pagar unos 110 millones de pesos, de los cuales ya canceló la mayor parte, y otros 4 millones de dólares en cuatro cuotas anuales a partir de julio próximo. Así, según lo anunciado por los principales directivos de la entidad deportiva -su presidente, Matías Lammens, y su vicepresidente, el conductor televisivo Marcelo Tinelli-, la construcción del nuevo estadio se iniciaría en 2018, con la idea de finalizarlo dos años después.
El proyectado estadio de San Lorenzo inquieta a vecinos de Boedo
El proyectado estadio de San Lorenzo inquieta a vecinos de Boedo.
Cabe preguntarse, una vez más, cuál sería el sentido de recuperar aquellas dos hectáreas de la vieja cancha con una inversión muchas veces millonaria para montar un segundo estadio. San Lorenzo dispone en el sur de la ciudad de un predio de 27 hectáreas donde inauguró su actual estadio en 1993.

Es que el sentido de pertenencia que esgrimen los hinchas del club se contrapone al sentido común. Ya hemos señalado desde esta columna editorial la inconveniencia de construir grandes estadios para eventos deportivos o musicales en zonas residenciales y densamente pobladas. Está demostrado que estas canchas suelen convertirse en auténticas torturas para quienes viven en sus alrededores. Una cosa es una sede social y otra muy distinta una cancha de fútbol. Las alteraciones a la circulación de peatones y vehículos, y a la actividad comercial, la inseguridad y el impacto ambiental sobre los vecinos y sus viviendas no pueden obviarse graciosamente. Los trastornos que ocasiona el desplazamiento masivo de personas a un estadio se suman a las graves molestias, incluidas peligrosas vibraciones, que la potencia de los equipos de audio utilizados en recitales suelen ocasionar.

Los espectáculos deportivos o musicales masivos generan un problema adicional a los vecinos en largas jornadas volviéndolos parias en su propia tierra. Los habituales operativos de seguridad con vallados impiden la libre circulación de vehículos por la zona, la presencia de barras bravas y de comerciantes ilegales que invaden veredas, sumados a los tristemente célebres "trapitos" que "ordenan" gravosamente el estacionamiento a su antojo y sin control, ubicando automóviles por doquier, incluyendo veredas y salidas de garajes, ante la sugestiva indiferencia de los efectivos policiales, son parte del paisaje en los entornos de estadios. Sobran los motivos para que el valor de las propiedades en esas zonas decaiga.

Cuesta entender cómo los legisladores porteños cedieron ante la presión mediática de un directivo de San Lorenzo, sin reparar en el grave error que configura seguir construyendo estadios en áreas densamente pobladas de la ciudad.

Es de esperar, de no haber vuelta atrás con esta disparatada medida que preocupa a los vecinos, que al menos se promueva un diálogo fructífero con las autoridades de San Lorenzo para buscar alternativas que atenúen las consecuencias conflictivas de una decisión que nunca debió tomarse.
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