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miércoles, 20 de abril de 2016

Una "base aérea fantasma" que deja al norte argentino como zona liberada para los narcos (III)

(Infobae.com) - Aunque tiene instalaciones, hangares y alojamiento para una dotación permanente de pilotos, mecánicos y técnicos, la Base Aérea Resistencia está desolada. Su construcción costó $12 millones. Para cuidar la frontera, el Gobierno envía aviones desde Córdoba, que tardan 3 horas y media en llegar. Además, sin armamento.
Se la bautizó como "la base fantasma". Se trata de la Base Aérea Resistencia, por la que se pagó más de 12 millones de pesos allá por 2009, con el objetivo de que fuera el lugar desde donde el Estado combatiría el narcotráfico. Más específicamente, el fin que se le asignó es detectar y accionar contra los aviones que ingresan drogas por el norte argentino.

Con tres pisos totalmente equipados con tecnología, un radar 3D, hangares y alojamiento para una dotación estable de pilotos, mecánicos, operadores y técnicos, más los soldados que se encargan de la custodia, allí solo está operativo el radar.

Ni el kirchnerismo ni la actual gestión del presidente Mauricio Macri han logrado que la instalación militar ubicada en la provincia de Chaco funcione con carácter de base permanente, con el objetivo de combatir el narcotráfico.

Según indicaron fuentes aeronáuticas a Infobae, la Fuerza Aérea usa, de vez en cuando, el lugar para "misión de despliegue" con traslado temporario de aeronaves que retornan a sus bases originales al término de las operaciones, que puede llegar a tener una duración de dos meses, como máximo.

La base solo tiene operativo el radar. El resto de las instalaciones no se usan

Las mismas fuentes consultadas indicaron que dependiendo de quién financie la operación, desde el Ministerio de Defensa, a cargo de Julio Martínez, o el de Seguridad, comandado por Patricia Bullrich, la maniobra significa un gasto extra por parte del Estado, que contempla el pago de viáticos, entre otros rubros, del personal. A todo esto hay que sumarle los costos por el soporte logístico para realizar la operación.

En este contexto, el Gobierno dispuso que dos aviones Tucano de la Fuerza Aérea sean asignados al Operativo Fronteras, que custodiará la frontera con Paraguay y Bolivia, por donde ingresan centenares de aeronaves con cargamento ilegal.

Sin embargo, la inclusión de estos aviones de entrenamiento en la planificación del operativo es cuestionada por algunos sectores, porque los Tucanos permanecerán en alerta pero en la Escuela de Aviación Militar ubicada en la provincia de Córdoba. Según las fuentes consultadas, esa base está a unos 900 kilómetros de la frontera y se tarda aproximadamente 3 horas y media en llegar a la zona limítrofe, lo que favorece la huida de cualquier avión infractor.

El avión Tucano es de entrenamiento, no tiene armamento

En la zona de influencia también hay otras bases como la III Brigada Aérea Reconquista, en la provincia de Santa Fe. Allí hay un escuadrón de aviones de combate Pucará, pero según pudo saber Infobae, solo hay 2 o 3 operativos. También está la IV Brigada Mendoza, ubicada en El Plumerillo, dotada con aviones de combate Pampa. Sin embargo, la situación no es mejor: hay 3 o 4 aviones en condiciones de volar.

Por estas horas se hizo mayor la presión de algunos sectores aeronáuticos para que se asigne personal permanente a la "base fantasma", lo que permitiría no solo ahorrar en los costos sino también en la efectividad de los operativos en materia de lucha contra el narcotráfico, ya que posibilitaría un mayor margen de maniobra e interceptación en una eventual persecución de algún avión ilegal.

domingo, 17 de abril de 2016

Las drogas sintéticas, una amenaza que avanza a paso acelerado en el país

La fiesta electrónica que terminó en tragediaPor Daniel Gallo - LA NACION
El consumo aumentó 2000 veces entre 2011 y 2015; creen que los jóvenes consumirán más drogas de diseño que cocaína


La fiesta electrónica que terminó en tragedia.Foto:Archivo

Es el mercado de drogas con mayor crecimiento en la Argentina. Las sustancias sintéticas ganan espacio y las proyecciones oficiales marcan que en breve los jóvenes consumirán más drogas de diseño que cocaína. Los datos siempre fueron públicos como señal de alerta, pero ignorados por la sociedad hasta que esta especie de Cromagnon de las drogas despabiló a todos de la peor manera.

Si se toma como referencia la captura de sustancias sintéticas, se encuentra que entre 2011 y 2015 aumentó 2000 veces la cantidad incautada. También aparecieron laboratorios, algunos complejos y de alta producción, como los hallados en Ingeniero Maschwitz, en 2008, o en Mar de Ajó, en 2014. Y cayeron organizaciones con mano de obra local en toda la cadena, desde la producción hasta la venta. Eso señala que hay gran circulación de esas drogas. Y también mercado, por supuesto.

El Observatorio de Políticas Sociales en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires informó que entre 2011 y 2014 aumentó 300 veces el consumo de drogas sintéticas entre estudiantes de nivel medio. La Sedronar también reflejó ese problema. En su encuesta realizada en 2014 el consumo de drogas sintéticas entre estudiantes porteños trepó a 2,9%, por encima del 2,5 %, que reconoció inhalar cocaína. Y si se analiza la franja etaria de estudiantes mayores de 17 años la situación es peor, ya que alcanza un consumo de 5,7%. La marihuana es la droga más consumida entre adolescentes, con un nivel similar al del tabaco, pero las drogas sintéticas irrumpen como el futuro de ese mercado ilegal.

Claro que las cifras por sí mismas quizá no representen una alarma frente a una sociedad que visualiza al narcotráfico como cárteles internacionales o, con algo más de información o por obligada convivencia barrial, se enfoca en la violencia de grupos marginales, como Los Monos y otros sin nombre, que disputan a puro balazo sus territorios de venta de cocaína. Esas bandas representan el desafío actual, pero el mercado de drogas sintéticas es la amenaza más compleja que avanza.

El comercio mundial de cocaína tiene sólo tres lugares de producción: Colombia, Perú y Bolivia, y a América latina como gran puerto de exportación hacia cada continente. El distribuidor en Estados Unidos, Rusia, China o Japón depende del flujo de mercancía desde nuestra región para abastecer sus mercados locales.

Las drogas sintéticas pueden eliminar esa dependencia y maximizar las ganancias por evitarse los costos de traslado. A eso apuntan organizaciones de todos los países y se visualiza una dinámica superior en la consolidación del negocio de drogas sintéticas.

Hoy el éxtasis o la metaanfetamina son sólo denominaciones genéricas para mencionar las drogas sintéticas. En el mundo no se sabe cuántas drogas diferentes están disponibles ni sus efectos. La ONU tiene 400 sustancias a las que todavía no pudo clasificar luego de ser informadas como nuevas capturas en algún país.

La posibilidad de crecimiento de ese mercado es aún mayor si se toma en cuenta que la marihuana ya fue sintetizada y sus fuertes variantes de diseño hacen estragos entre universitarios norteamericanos. Por eso el año pasado se decidió aquí ampliar la lista de sustancias prohibidas -por reclamo de la subsecretaría de narcotráfico- y se incluyó el cannabis sintético entre los compuestos ilegales, al igual que otras 243 sustancias. En ese grupo figuran 49 nuevas drogas sintéticas, como toda la familia de Nbome, conocida en las calles como La Bomba, el GHB, las modificaciones de JWH, que ya tenían fabricación local.

Ante un mercado en expansión y de núcleo débil -sin centros coordinados y con múltiples células independientes- el desafío actual es bajar los niveles del consumo como manera más permanente de afectar a las bandas en actividad y desalentar a aventureros que se piensen protagonistas de una serie de TV.

miércoles, 13 de abril de 2016

Misiones: incautaron casi dos toneladas de marihuana

(Ambito.com) - La droga estaba oculta en un camión que transportaba madera y fue hallada por personal de Gendarmería tras un operativo vial.

Cerca de dos toneladas de marihuana fueron secuestradas en Misiones durante un control vehicular, cuando eran transportadas en un camión ocultas en una carga de listones de madera, informaron fuentes de Gendarmería Nacional Argentina (GNA).

El procedimiento tuvo lugar sobre la ruta provincial 213, que comunica a la capital misionera con la localidad correntina de San Carlos, donde efectivos del escuadrón 50 "Posadas" de GNA realizaban un control vehicular estratégico, ya que es un camino utilizado por los conductores que tratan de evadir la inspección de la fuerza.

Al controlar un camión, los gendarmes observaron cómo el perro adiestrado para detectar narcóticos, cambiaba su conducta al recorrer la carga de madera y alertaba a los uniformados.

Con la autorización del Juzgado Federal de Posadas, se realizó una inspección más profunda del camión, desarmando el interior de listones de madera acomodados en forma de cofre, donde se halló un espacio interior en el que había ocultos 2.629 paquetes de marihuana.

El peso total de la droga alcanzó 1.865,679 kilogramos, por lo que se procedió a la detención del chofer, quien fue puesto a disposición de la Justicia junto al vehículo, la droga y la carga.

Menos de 50 días para sentencias por drogas

Daniel GalloPor Daniel Gallo - LA NACION
El proyecto de ley sobre flagrancia es parte de un plan general de lucha contra el narcomenudeo

Un vendedor de drogas podrá ser sentenciado en menos de 50 días a partir del proyecto de ley sobre flagrancia. La iniciativa expuesta ayer por la ministra Patricia Bullrich frente a los diputados de las comisiones de Seguridad y de Legislación Penal apunta a un importante cambio ante el mayor problema de seguridad argentino: el narcomenudeo.

Hasta el momento los vendedores minoristas y sus proveedores pasan al menos dos años sin sentencia, en muchos casos en libertad, luego de ser atrapados con estupefacientes preparados para la comercialización. Las demoras en los juicios los dejan rápidamente en la calle y al regresar a la zona de venta transmiten un mensaje de ineficacia judicial. El vecino de un búnker de drogas puede observar cómo a un operativo en el lugar le sucede entonces el regreso casi inmediato del vendedor detenido. Eso desalienta las denuncias.

Como ejemplo vale reseñar un caso iniciado en septiembre de 2013 con el hallazgo de marihuana durante un control de ruta en Zárate. Un posterior allanamiento en una vivienda en la localidad bonaerense de Rafael Castillo permitió encontrar allí otros 80 kilogramos de esa droga. Todos los detenidos fueron condenados a penas de entre cinco y ocho años de prisión en el juicio realizado recién en octubre de 2015.

"Buscamos dar una respuesta adecuada frente a los altos índices de criminalidad", dijo ayer Bullrich a los legisladores. La ministra de Seguridad está convencida de que el narcomenudeo es el promotor de los mayores niveles de violencia en las calles. Aseguró que alrededor de las zonas de acopio de drogas se encuentra la mayor cantidad de asesinatos en la ciudad de Buenos Aires.

Y graficó esa idea mediante la comparación de tasas de homicidios de las principales villas porteñas -con fuerte presencia narco- con las registradas en los restantes barrios. Tal como informó LA NACION en su edición del viernes pasado, la villa 31 tiene una tasa de homicidios propia de lugares con serios problemas narco: 76,5 muertes cada 100.000 habitantes. En tanto que para la villa 1-11-14 el Ministerio de Seguridad detalló una tasa de 46,2 y en la villa 21 se registraron 20,1 homicidios cada 100.000 habitantes. Sin considerar esos asentamientos, en el resto de la ciudad la tasa es de 5,2.

Es similar la situación en otras zonas del país. Los mapas de calor con los que las autoridades de la seguridad santafecina siguen el delito en Rosario señalan que los homicidios se concentran sólo en barrios con fuerte presencia narco, como La Tablada. El pensamiento oficial apunta a que el narcomenudeo deriva en violencia por los enfrentamientos entre bandas que disputan puntos de venta de drogas. Se trata de organizaciones territoriales, de menos de 30 miembros, con poca logística, pero armamento cada vez más potente.

Con las cifras de homicidios en la mano, la semana pasada el Gobierno decidió un ingreso masivo de policías en la villa 31 para golpear al narcomenudeo. Ahora pidió al Congreso un cambio legal para conseguir sentencias rápido. En el esquema presentado en Diputados, un detenido durante uno de esos operativos debería quedar frente al juez en 24 horas. En esa primera audiencia oral se fijaría la fecha de un segundo encuentro del imputado con el juez y el fiscal, durante el cual se notificaría el pedido de la fiscalía y se elevaría el caso a juicio, si así se requiere. En menos de 50 días debería dictarse una sentencia a decisión del juez que inició el proceso.

El proyecto de ley sobre flagrancia incluye sólo los delitos federales y se impone una pena máxima de 15 años de prisión.

domingo, 10 de abril de 2016

Itatí: la gran puerta de entrada de la marihuana en la Argentina

Por Gabriel Di Nicola - LA NACION
Sitio clave del contrabando en Corrientes; las bandas captan a chicos, los "chajás", para alertarlos por si viene la policía
Los gendarmes, con armas largas, buscan a los ''maleteros'' y sus cargas en el monte
Los gendarmes, con armas largas, buscan a los ''maleteros'' y sus cargas en el monte. Foto:Mauro V. Rizzi

ITATÍ, Corrientes.- Es un secreto a voces. Todos en esta ciudad saben que de noche o de madrugada llegan a la costa, desde Paraguay por el río Paraná, miles de kilos de droga que si no son secuestrados por las fuerzas federales de seguridad terminan en Buenos Aires para abastecer el mercado interno o en Chile, donde se llegan a pagar 2000 dólares el kilo. La zona se convirtió en la puerta de ingreso de la marihuana en la Argentina.

La situación es alarmante, en esta ciudad de 6500 habitantes situada sobre la costa del río Paraná, en el norte de Corrientes. El rector de la basílica de Itatí, Omar Cadenini, calificó la actualidad del narcotráfico como "un cáncer".

Pero lo más preocupante es que las bandas de narcotraficantes comenzaron a captar adolescentes, a los que le pagan entre 200 y 300 pesos por día, para que hagan las veces de "vigilantes" y ante el ingreso de vehículos y personas desconocidas en Itatí den aviso. Este sistema de mensajes se lo conoce como "chajá", por la tradicional ave del nordeste argentino, cuyo graznido es muy fuerte cuando advierte algo extraño.
A veces agentes de seguridad infieles alertan a los narcos sobre los patrullajes de la Prefectura
A veces agentes de seguridad infieles alertan a los narcos sobre los patrullajes de la Prefectura.

"A la gente le preocupa mucho esta realidad. Es una zona muy permeable al paso de grandes cargamentos de marihuana a pesar del trabajo de la Prefectura Naval y de la Gendarmería Nacional. Leemos noticias del importantes secuestros de droga, lo que significa que por la zona se trafica mucho más. Como todo cáncer, el tráfico de marihuana aquí comenzó siendo algo chico, pero se fue agrandando", dijo el sacerdote.

La cadena de valor sube a medida que se aleja de la frontera. En Itatí el kilo de marihuana cuesta unos $1500. En Corrientes, $ 3000 y en Buenos Aires, $ 9000, según estimaciones de fuentes oficiales.

El los últimos siete meses, el Juzgado Federal N° 1 de Corrientes, a cargo del juez Carlos Soto Dávila, secuestró en diferentes operativos nueve toneladas de marihuana. El 80 por ciento de esa droga ingresó por Itatí, según se explicó.

La cercanía con Paraguay, de costa a costa hay entre 2500 y 3000 metros, siempre hizo que Itatí fuera una zona caliente del contrabando. Pero la actividad delictiva mutó. Una década atrás el negocio de los delincuentes eran los cigarrillos, pero hoy las bandas se dedican al tráfico de marihuana. Primero eran pequeñas cantidades, pero en el tiempo pasaron a ser toneladas de droga. En los últimos siete meses se secuestraron nueve toneladas de marihuana

"Las bandas que se dedicaban al tráfico de marihuana manejan de memoria la navegación en el río. Además, la cultura del contrabando en Itatí es ancestral", afirmó a este enviado el juez federal Soto Dávila.

Aquí nada está librado al azar para los narcos. Además de conocer el río y las islas de memoria, hacen inteligencia sobre los controles que hacen prefectos y gendarmes y no mueven la droga a territorio argentino hasta no estar seguros de que tienen "vía libre". Los narcos se mueven por el Paraná en lanchas y embarcaciones con potentes motores de 200 HP de cilindrada. "Antes de salir del Paraguay con la droga, observan que las lanchas de la Prefectura no estén en la zona. Entonces, en cuestión de un minuto, se acercan a la costa argentina y comienzan a dejar la carga", dijo una fuente de la Prefectura Naval.

Una vez que la droga está en territorio argentino, comienzan a trabajar los "maleteros", que cargan sobre sus espaldas hasta 30 kg de droga para ocultarlos en el monte o llevarlos unos seis kilómetros hasta un lugar cercano a la ruta nacional 12.

Según fuentes de la Prefectura y la Gendarmería, el barrio Ibaraí, sobre la costa del Paraná, es uno de los puntos donde se arroja la droga desde las lanchas de los narcos. "Lamentablemente todas las organizaciones cuentan con la colaboración de un gendarme, un prefecto o integrantes de alguna fuerza policial infiel que les pasa información de los controles y de los vehículos sin identificación utilizados para hacer inteligencia", explicó una calificada fuente de la Gendarmería Nacional.

Después, en vehículos acondicionados especialmente para llevar la mayor cantidad de kilos, se saca la carga de Itatí hasta la ciudad de Corrientes, situada a una distancia de 62 kilómetros. "Las bandas pagan hasta 20.000 pesos por viaje por llevar la droga desde Itatí hasta Corrientes", explicó una fuente de la Prefectura Naval.

sábado, 9 de abril de 2016

Salta: otro narcoescándalo con funcionarios procesados por tráfico de drogas

Clarin.com - Operativo "Gorila Blanco"
Trabajaban en el SENASA y cayeron cuando llevaban 120 kilos de cocaína hacia Tartagal. El jefe de la banda era conocido como “Maguila” y fue detenido en La Matanza. Se cree que el cargamento iba hacia España.
FOTO-EL TRIBUNO DE SALTA
El operativo antidroga fue bautizado “Gorila Blanco”, simplemente porque al líder de la organización –con base en Salvador Mazza (Salta)– se lo conocía con el apodo de “Maguila”. En total, unos 120 kilos de cocaína fueron secuestrados por Gendarmería en uno de los accesos de Tartagal, adonde la droga iba a ser “enfriada” para partir luego hacia su destino final en la provincia de Buenos Aires. De allí, se cree, iría rumbo a Europa.

Fue un nuevo caso de “narcopolítica”. Para tratar de eludir los controles en la ruta, la banda usó como transportistas a funcionarios locales. Colocaron un Fiat Idea repleto de droga (120 paquetes guardados en cuatro bolsas de arpillera colocadas en el baúl) en el medio de un convoy de vehículos en los que iban más integrantes de la organización.

El secuestro de la cocaína y la detención de gran parte de la organización se concretó el 27 de noviembre pasado, pero recién hace unos días trascendieron los detalles de la investigación. Fue cuando el juez federal 2 de Salta, Miguel Antonio Medina, resolvió procesar a los seis detenidos. Entre ellos, dos funcionarios del SENASA (Servicio Nacional de sanidad y Calidad Agroalimentaria) de Salvador Mazza.

De acuerdo al planteo del fiscal Ricardo Toranzos, estos dos funcionarios –Faustino Irineo Urzagaste (35) y Martín Alejandro Toledo (38)– eran muy útiles para el jefe de la organización –identificado como Jorge Luis “Maguila” López Segade (49)– ya que eran conocidos en la zona. El capo confiaba en que eso los ayudaría a sortear los controles.

Al ser indagados, Toledo –jefe del SENASA de Salvador Mazza– negó cualquier relación con la droga y dijo que estaba en el auto en el que se secuestró la droga porque su compañero y subalterno, Urzagaste, lo había invitado a ir a Tartagal a pescar ese fin de semana.

En este punto, Urzagaste apoyó la versión de su jefe. Pero lo cierto es que en el vehículo había mucha cocaína pero ni una caña de pescar.

“Toledo no tenía conocimiento de la maniobra. Es mi jefe y, como le gusta pescar, lo invité a que me acompañara a Tartagal para ir al dique Itiyuro”, declaró Urzagaste. Y dio una curiosa version sobre cómo fue reclutado: “Refirió que en un partido de fútbol fue contactado por una persona de nacionalidad boliviana que dijo llamarse Juan Quispe, al que describió como de unos 35 o 40 años de edad, de baja estatura, morocho, cabello negro y contextura física normal”.

Más allá descripción –repleta de características muy usuales en la zona–, el imputado agregó que este hombre “le ofreció hacer un trabajo y que, si bien en un principio se negó, como tenía un hijo enfermo le pidió dinero prestado al nombrado y, como no podía devolvérselo, aceptó su proposición de llevar cocaína hasta Tartagal”.

El mismo 27 de noviembre en el que se secuestró la cocaína se detuvo a otros tres integrantes de la banda en la provincia de Salta. En cuanto a “Maguila”, el juez Medina ordenó el allanamiento de su casa en la localidad bonaerense de Villa Luzuriaga (La Matanza), donde fue detenido.

A la hora de los procesamientos, el juez decidió imponerles a todos los detenidos la prisión preventiva. El más complicado resultó López Segade, a quien consideró “responsable del delito de organización de tráfico de estupefacientes” y lo embargó en 500.000 pesos.

“Como López Segade tiene doble nacionalidad argentina/española, las sospechas son que él era el encargado de cobrar en España los envíos que mandaban y luego hacerse remitir el dinero a la Argentina con excusa de algún pago”, explicaron fuentes del caso a Clarín.

A los otros cinco detenidos, entre ellos los dos funcionarios del SENASA, los procesó por los delitos de “transporte de estupefacientes agravado”.

viernes, 8 de abril de 2016

Qué hay detrás de los 40 allanamientos narco en la Villa 31

Por Federico Fahsbender ffahsbender@infobae.com
La inédita redada a cargo del juez Lijo y el fiscal Di Lello que logró trece detenidos apuntó a los principales puntos de los traficantes de Retiro: los nuevos nombres de poder, sus kioskos de paco, depósitos de armas, un corralón ilegal y un célebre aguantadero

Entre balas y 800 bochas de droga, la Justicia pudo saber quién es quién. El megaoperativo ordenado este jueves por la mañana por el juez Ariel Lijo para más de 40 domicilios en los asentamientos de Retiro y que recolectó trece detenidos, la amplia mayoría peruanos, uno de ellos con pedido de captura por homicidios, no ocurrió sin inconvenientes. Hubo disparos desde la casa 49 de la manzana 99 de la Villa 31 bis, tras una puerta blanca que llevaba al fondo de un pasillo cargado de conexiones precarias de cables y ladrillos sin revoque. Un grupo de presuntos dealers respondió a balazos ante la llegada de efectivos de la división Antidrogas Urbanas de la PFA.

Afortunadamente, nadie salió herido. Pero el pasillo no es cualquier pasillo, por otra parte. Para el fiscal Jorge Di Lello y su equipo a cargo de instruir la causa, era claramente un punto estratégico; un bunker para guardar armas, controlado por traficantes paraguayos. Hay un apodo puntual vinculado a ese pasillo: "Ñené".

"Ñené", por su parte, tiene un hermano, algo más importante que él en el micromundo de delincuentes de la 31 bis: le dicen "Zapara". En documentos de la causa a los que accedió Infobae, "Zapara" tiene un rol preponderante. Para Di Lello y su fiscalía, sería un nuevo narco, otro jugador con droga a su nombre en uno de los territorios más violentos del país. Su propia casa en la manzana 105 fue allanada. Hay otros puntos vinculados al nombre, domicilios en las manzanas 4 y 5, que también fueron parte de la lista.

En esos lugares, rodeados de escalera caracol, se guardaría y fraccionaría la droga que se vende en manzanas como la 105, pleno Playón Este, un punto controlado por paraguayos. Para Di Lello, "Zapara" sería parte de la banda de "Los Sampedranos", llamada así porque sus miembros provienen de la zona de San Pedro, en la Región Oriental de Paraguay, un grupo que fue detectado por el fiscal Federico Delgado a mediados del año pasado, sospechado de venderle droga a alumnos del colegio Fili Deii de apenas doce años. Jamás se supo quién es su líder, por ejemplo. Su estructura hasta ahora era un enigma.

En la manzana 105, la Justicia federal apuntó también contra las operaciones de otro habitué de las crónicas de traficantes de la Villa, conocido como "Don Ramón". El kiosco que tiene su nombre cerca de la Plaza de los Lápices es un punto estratégico: permite ver los pasillos circundantes. Ahí, los paraguayos también ocultarían su droga. Tras los depósitos de "Ramón" suena otro nombre también paraguayo, "Marcos": su rol sería administrar las armas.

Todas estas sospechas no son automáticas, sino el trabajo de cuatro años de inteligencia y unificar causas a través de diversos juzgados en Comodoro Py. Así, el equipo del fiscal Di Lello establece quién es quién en la actual realidad narco de las villas 31 y 31 bis, los nuevos jugadores de poder más allá de capos célebres como César "El Loco" Morán, preso en Devoto por dos homicidios y con un pedido de extradición de la Justicia limeña o la sombra de Alionzo "Ruti" Mariños, enemigo mortal de "Marcos" Estrada González, buscado por el juez Sergio Torres.

La idea del fiscal Di Lello y su equipo que tomó fuerza en el Gobierno fue precisamente no ir detrás de armas y cargas de droga, sino tomar el territorio por la fuerza para comenzar un extenso trabajo social con los vecinos. El primer golpe fue efectivo. Hubo más de 500 efectivos de divisiones de la PFA como Antidrogas Urbanas y el GE-1, más una actuación notable del Cuerpo de Prevención Barrial, con un destacamento en la frontera del Playón Oeste, una de las zonas más violentas; su personal es de gran experiencia para operaciones federales de gran despliegue en territorio villero. Pero el control narco en la 31 y la 31 bis es extenso. La ministra Patricia Bullrich dio su conferencia de prensa esta mañana junto al secretario Eugenio Burzaco y el jefe de la PFA, Néstor Roncaglia en la Plaza de los Lápices, no muy lejos de la manzana 105. Ahí, por ejemplo, fueron vistos con frecuencia los supuestos soldados de "Ruti" Mariños y los dealers ligados a los "Sampedranos".

El corralón ilegal y boliche bailable Tarzán en la manzana 109 también integró la lista de puntos en donde irrumpió la PFA. Es otro viejo favorito. El juez Casanello ya lo había allanado por cargar materiales de construcción. "Tarzán" es el apodo de su supuesto dueño, Francisco Fouz. Junto a su hermano Pedro, fue largamente investigado: Pedro tiene a su nombre dos causas en la Justicia federal, una de ellas por estupefacientes. Sus teléfonos, largamente intervenidos, dieron resultados negativos.

Para la Justicia, el corralón ilícito sería una simple pantalla para ocultar maniobras narco. Por otra parte, se lo considera fuertemente vinculado a "Los Sampedranos". Otros domicilios vinculados a Fouz también fueron inspeccionados en las manzanas 108 y 105. El 21 de marzo, a pocos metros del corralón "Tarzán", Edwin Tupía, un peruano de 41 años, apareció acribillado a balazos en un Volkswagen Polo. Fuentes que conocen a la zona hablan de sicarios paraguayos como los presuntos responsables. Alguien que conoce bien la 31 bis apunta: "Si sos peruano, no andes por donde mandan los paraguayos. Así de simple".

La "Casa del Pueblo" en la manzana 102, donde fue capturado el presunto sicario Juan "Piedrita" Arredondo en septiembre pasado y bajo el control de César Morán, también sintió el ariete en su puerta. Es un célebre aguantadero, un nodo para los traficantes paraguayos de la zona con fuertes sospechas de venta mayorista de paco. Hubo cálculos de un debilitamiento de la banda de César, ante el encarcelamiento de su líder y sus principales soldados. Pero alguien que conoce a fondo el Playón Este explica: "Nunca dejaron la 'Casa del Pueblo'. Y ahora tienen chiches nuevos, no sé si me explico".

Desalojar a los narcos para instalar el Estado

Por Fernando Rodríguez - LA NACION
El concepto es simple: en los grandes centros urbanos, la droga está por todos lados, pero los centros fundamentales de distribución se asientan allí donde el Estado no ejerce su presencia.

Por eso, los narcos se hacen fuertes en las villas, donde se convierten, a sangre y fuego, en los amos que fijan las reglas y marcan el pulso de miles de humildes ciudadanos que deben tolerarlos para poder vivir en los asentamientos.


Es, claro, una verdad de Perogrullo, conocida desde hace décadas en el país. El gigantesco allanamiento de ayer para poner freno a las bandas narcos que se dividen el dominio territorial en la villa 31 de Retiro demuestra palmariamente que el Estado llegó tarde. Si la acción se sostiene en el tiempo, y si al tiempo de dar seguridad permanente se proveen las urgentes y necesarias mejoras en las condiciones de vida de los habitantes -para pasar del asentamiento al barrio...-,quizá no haya sido demasiado tarde.

El Gobierno tiene decidido avanzar con operativos de saturación de las villas porteñas. Comenzó con la 31 y seguirá, seguramente, con la 1-11-14. Para hacerlo, encontró recepción en el juez federal Ariel Lijo; posiblemente Sergio Torres, en otro despacho de Comodoro Py, también pueda aportar la base fáctica para avanzar sobre el próximo objetivo en el enclave del Bajo Flores. Es que aun cuando exista certeza de que los narcos operan desde las villas y se debe entrar en los asentamientos para expulsarlos -"pacificar", según el término importado desde Brasil, donde se hizo algo similar en las favelas-, el ordenamiento jurídico argentino requiere que la acción policial esté precedida y provenga de una orden judicial a partir de una causa vigente.
El hecho de que el juez Lijo y el fiscal federal Jorge Di Lello hayan sumado a las órdenes de allanamiento el pedido expreso a las autoridades nacionales y porteñas para que aporten, en el mismo acto, recursos humanos y físicos para sostener a las miles de familias que son, dentro de los asentamientos, víctimas de los narcos marca claramente el objetivo político: recuperar esos espacios olvidados, refundar la presencia del Estado para desalojar ese protoestado ilegal que encarna el crimen organizado en las villas, y reconvertir el funcionamiento social.

Echar a los narcos, sí; pero también abrir calles, instalar cloacas y luminarias, mejorar las calles y atender las necesidades mínimas y básicas de los habitantes de la villa. Mejorar sus comunicaciones e integrar el enclave al entorno urbano -en este caso, el más rico y poderoso de la Capital- para que la 31 se convierta, al fin, en un barrio porteño. Será una tarea de años y será posible sólo si la presencia prometida ayer se sostiene en el tiempo.

El sitio estratégico que desató la guerra

Por Gustavo Carabajal - LA NACION
Por estar cerca de un nudo de transportes, los "clientes" llegan más fácil


Durante los últimos cuatro años, el fenómeno narcocriminal y de violencia que dominaba la villa 1-11-14, en la zona del Bajo Flores, se trasvasó al centro porteño, en la villa 31. La mudanza tuvo un motivo: la ubicación estratégica en Retiro, punto de partida de tres líneas de trenes, una cabecera de subte y el lugar de paso de por los menos 27 líneas de colectivo. Esta localización les garantizaba a las bandas narco mayor afluencia de consumidores, lo que implicaba un aumento en el volumen de la venta de estupefacientes de todo tipo.

Por el control de ese territorio se inició una guerra entre bandas de narcotraficantes que vieron la oportunidad de multiplicar el volumen de distribución que tenían en la villa 1-11-14,situada en una zona más aislada de la Capital, de acceso más complicado y no tan masivo.

A raíz de esa guerra, los mismos niveles de violencia que se registraban en la villa 1-11-14 se multiplicaron en la villa 31. Así, el asentamiento de Retiro comenzó a ser copado por los cómplices de Alionzo Ramos Mariños, alias Ruti, y Marco Estrada González, alias Marcos, los dos jefes narcos peruanos que se enfrentaron por el dominio del Bajo Flores.

Tal presunción se fundó en las investigaciones encaradas por varios fiscales de instrucción porteños, que advirtieron que la mayoría de los siete homicidios ocurridos entre el 26 de diciembre y el 10 febrero últimos tuvieron como móvil ajustes de cuentas entre narcos. Esa hipótesis surgió cuando se estableció que varias de las víctimas tenían relación con integrantes de las bandas dirigidas por "Ruti" y por "Marcos".

Con uno de los extremos de la villa 31 lindante con la terminal de ómnibus de Retiro, los narcos tenían la ventaja estratégica de obtener allí los envíos de cargamentos de droga. Hechos que parecían robos a las bodegas de los ómnibus eran, en realidad, rescates de encomiendas con estupefacientes.

De William Morris a Retiro

Otro factor que favoreció el crecimiento de la actividad narcocriminal en la 31 fue la oferta de droga a menor precio. LA NACION fue testigo en varias oportunidades de conversaciones entre pasajeros de los furgones de alguna formación del tren San Martín que bajaron en Retiro para comprar droga en la villa.

"Lo que en José C. Paz o William Morris se vende a 200 pesos, en la 31 se consigue a la mitad", se le oyó decir a uno de ellos antes de internarse en alguno de los pasillos de la villa pegada a la terminal de trenes.

Sucede algo similar con el "paco". La dosis de esa droga se ofrece en la villa 31 a no más de 30 pesos, mientras que un dealer del conurbano pide entre 50 y 60 pesos. Si bien la diferencia de valores no parecería sustancial, resulta clave para el consumidor, porque el "paco" es más adictivo que la cocaína y se consumen más dosis.

A no más de 25 cuadras de la Casa Rosada y casi pegado al lujoso Puerto Madero, el trasvasamiento de las organizaciones narcocriminales de la villa 1-11-14 a la villa 31 se concretó ante la pasividad de los responsables del área de seguridad de la administración anterior. Así fue que las bandas se instalaron y crecieron a pocos metros de los tribunales federales de Comodoro Py, del edificio Centinela, sede de la jefatura de la Gendarmería Nacional, y de la comisaría 46» de la Policía Federal.

martes, 5 de abril de 2016

Viaje nocturno por los pasos fluviales de los narcos en la Triple Frontera

Zona caliente. El río Paraná es la vía que utilizan los narcos paraguayos para ingresar marihuana en territorio argentino. Lo hacen en botes y a fuerza de disparos de FAL.  <br>Por Cecilia Di Lodovico |Perfil.com
Allí confluyen tres naciones y los tres delitos más pesados: el narcotráfico, la trata de personas y el lavado de dinero.


Zona caliente. El río Paraná es la vía que utilizan los narcos paraguayos para ingresar marihuana en territorio argentino. Lo hacen en botes y a fuerza de disparos de FAL. Foto: Sergio Koltan / Ministerio de Seguridad de la Nación

En la Triple Frontera confluyen tres naciones y los tres delitos complejos más pesados: narcotráfico, trata de personas y lavado de dinero. En el extremo norte argentino, la inmigración ilegal es un problema grave, así como también la adulteración, el contrabando (principalmente de cigarrillos y celulares) y el blanqueo de vehículos robados. En la época del cepo cambiario florecieron, además, importantes causas de defraudación al Estado. Incluso se investiga el posible lavado de dinero del terrorismo en la zona.

“La frontera es un colador”, ilustró a PERFIL un importante funcionario de la zona que espera que la nueva política de coordinación y unificación de fuerzas federales del Ministerio de Seguridad de la Nación, comandado por Patricia Bullrich, pueda detener a las organizaciones delictivas.

Pero el problema más grande, en este momento, es el narcotráfico. Misiones es una de las regiones que forman parte del Operativo Fortaleza, un plan del Gobierno para blindar las fronteras con los países productores de droga, en este caso, Paraguay, vinculado al tráfico de marihuana. Un país que no colabora con las investigaciones y los pedidos de información del lado argentino, un problema que se busca revertir con la reciente creación de un mesa de enlace de investigación conjunta del narcotráfico.

A diferencia de las provincias del norte argentino, como Salta, Chaco y Jujuy, donde la droga es arrojada desde avionetas o enviada a través de mulas, en la ciudad de las Cataratas la metodología está, principalmente, concentrada en los pasos fluviales, donde la Prefectura y la Gendarmería, y ahora la Policía Federal, deben luchar contra el clima, la densa vegetación y otros aspectos geográficos de la región que aprovechan los narcos para ingresar a este lado de la frontera.

A los botes. A pocos kilómetros del punto tripartito, impulsados por la corriente y sólo con la fuerza del remo, los narcos se animan a cruzar el río Paraná en bote, amparados por la oscuridad de la noche. Esos minutos son claves. Es el único momento en que pueden ser descubiertos por los prefectos que vigilan el cruce. Una vez que llegan a la costa, usan los “piques” –senderos que se elevan por la pendiente de unos 17 metros de altura– y desaparecen entre la maleza con mochilas o bultos, donde cargan marihuana. Si son descubiertos, el desafío de los agentes de Prefectura es atraparlos sobre el espejo de agua del lado argentino, antes que alcancen la costa, donde abandonan el cargamento y corren hacia barrios humildes, donde se esconden. De allí, les quedan unos 6 kilómetros de monte hacia la ruta.

En esta zona, transitar el río Paraná es muy peligroso. Es frecuente que los narcos disparen ráfagas de FAL al notar embarcaciones de la fuerza de seguridad argentina desde el otro lado de la línea divisoria.

Los narcos hacen “inteligencia” previa. Utilizan perros adiestrados para sentir el olor de los agentes de las fuerzas de seguridad argentinas y cuentan con personas que simulan ser pescadores para actuar de “campana” al vigilar los puntos de Prefectura. Las “rancheadas” de los “pescadores” se pueden detectar en la noche, las fogatas las delatan en medio de la vegetación.

De toda la extensión que controla Prefectura en la frontera con Paraguay (unos 87 km), hay siete kilómetros que son críticos. Se trata del espacio acuático comprendido desde Puerto Libertad en adelante(km 1927 al 1920), donde el curso de agua se hace más angosto y hay saltos que dificultan el tráfico de embarcaciones con motor.
Las fuerzas federales argentinas mantienen puntos de control ocultos en medio del monte, donde un grupo de efectivos pasan diez días alejados de la civilización. Duermen en tiendas abiertas y en cuchetas especiales que los aislan de los insectos. Si bien evitan los enfrentamientos, están fuertemente armados. En ese lugar también están expuesto a los disparos de los narcos que, al ser detectados, escapan disparando a los uniformados que los persiguen.

Zonas críticas. Los espacios despejados también son peligrosos. En el punto tripartito llevar uniforme es de alto riesgo. En la “T”, un punto de control vehicular en el cruce de las rutas 12 y 101, no es extraño que los gendarmes sean arrollados por autos en fuga. Este paso es utilizado por personas que intentan llevar droga a Buenos Aires, a Chile o a otros puntos urbanos pero que desconocen los caminos secundarios. Al mediodía y por la noche, son los horarios en los que intentan traspasar sin ser percibidos. También buscan los cambios de turno de gendarmes y federales.

Los narcos pueden transportar 300 kilos en autos, 1.000 en camionetas y hasta 6.500 en camiones. Meses atrás, se detectó que Misiones es ahora también utilizada como una ruta alternativa de los productores de cocaína, el mercado controlado por capos narcos bolivianos que usan logística argentina. Se decomisa de 2 a 3 kilos de cocaína por semana.

El tránsito constante de drogas deja secuelas en Puerto Iguazú. Sus habitantes denuncian que crecieron “las bocas de paco” y que la delincuencia y la violencia va en aumento. “La situación empeoró”, dijeron a PERFIL, aunque confían en que el desembarco de fuerzas federales y la promesa de equipamiento tecnológico actuén como una barrera.

Un reclamo latente es a la Justicia y al Servicio Penitenciario. La primera, con poca actuación y presencia en la zona, y el segundo, con poca operatividad y plazas. Los detenidos pueden quedar alojados en los calabozos de las dependencias de fuerzas federales por más de seis meses sin encontrar lugar en las prisiones. Al igual que en otras provincias, hay sospechas sobre la connivencia de la policía local con narcotraficantes y contrabandistas.

Drones y radares como en Israel

PERFIL acompañó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el secretario Eugenio Burzaco, y el ministro de Seguridad Interior, Gerado Millman, a recorrer los puestos de las fuerzas federales en la Triple Frontera. La comitiva también estuvo compuesta por el jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia; el jefe de Gendarmería, Gerardo Otero, y autoridades de Prefectura.
El río Paraná es la vía que utilizan los narcos paraguayos para ingresar marihuana en territorio argentino. Lo hacen en botes y a fuerza de disparos de FAL.
En cada puesto, gendarmes, prefectos y federales mostraron los elementos con los que contaban y pidieron mayores equipamientos, infraestructura y tecnología a la ministra. Los efectivos de las fuerzas mostraron el funcionamiento de escáneres móviles, elementos de criminalística, el uso de canes que, desde 2012 son entrenados también para detectar efedrina, y el uso de drones, útiles para poder divisar desde el monte el movimiento en los ríos y arroyos desde 500 metros de altura. Uno de los reclamos más importantes es la instalación de radares terrestres, como los que son utilizados por las fuerzas de seguridad en Israel. Las características del territorio, sinuoso y de monte y selva, hacen poco útiles los de aire.

domingo, 3 de abril de 2016

La trama narcopolicial de cómo casi desaparece un embarque de droga

Por Germán de los Santos - LA NACION
Interceptaron un contenedor lleno de estupefacientes que manejaba un policía; los jefes del operativo liberaron a todos; los habrían sobornado con la cocaína del embarque; sólo quedó la marihuana
El contendor en el que sólo hallaron marihuana y faltaba el embarque de cocaína
El contendor en el que sólo hallaron marihuana y faltaba el embarque de cocaína.Foto:AP

ROSARIO.- "Es el Aguja Agüero; maneja toda la merca de la zona de la costa. Pero todo es consensuado. Es policía de la Octava Zona. Acá hay un camión que se piró." Ni los propios policías disimulaban a través de sus diálogos por la radio policial lo que ocurría aquella noche lluviosa del 2 de noviembre de 2014, en Arroyo Leyes, a unos 35 kilómetros de donde detuvieron en enero pasado a los prófugos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci.

"Una mancha más al tigre. ¡Qué vergüenza!", dijo por esa frecuencia la subcomisario Stella Olivera cuando se enteró de que efectivos de su seccional habían detenido a dos narcos, uno de ellos policía, con un camión cargado con un contenedor lleno de droga, que provenía de Misiones. Pero la "vergüenza" que no podía disimular la mujer, en diálogo con sus compañeros, fue aún mayor con el episodio que ocurrió después. Los dos narcos, entre ellos un policía, fueron liberados por orden de los jefes de la Unidad Regional I. Los dejaron ir, según consta en la causa 22.029/14, a cambio de que se quedaran con una parte del gigantesco cargamento de estupefacientes.

Este entramado de corrupción dentro de la policía de Santa Fe se desentrañó en una investigación que llevó adelante el fiscal federal Walter Rodríguez, a quien no le cerró desde un principio la versión oficial de la policía, que decía que en un "importante golpe al narcotráfico" habían secuestrado 1600 kilos de marihuana en un basural de Arroyo Leyes, donde las personas que trasladaban el cargamento habían huido entre los bañados. Rodríguez pidió que sea llevada a juicio la causa, en la que están procesados diez policías, incluyendo quienes eran jefe y subjefe de la Unidad Regional I, Sergio Vergara y Sergio Fernández.

Se presume que los narcos le pagaron a un grupo de policías con droga porque del camión desaparecieron cocaína y precursores químicos. "Estaban pasando de un camión a un contenedor marihuana, cocaína y líquidos de estiramiento. Ahí los detuvieron. Uno es personal policial", dijo por la radio uno de los efectivos. Los narcos desaparecieron en la oscuridad de la noche en una Peugeot Partner. En el camión Iveco y en el contenedor Hamburg Sud color rojo sólo quedaron 1600 kilos de marihuana. Pero el fiscal Rodríguez sospecha -según confió a LA NACION- que había "muchísima más droga".

Al otro día del episodio en Arroyo Leyes, la policía anunció ante la prensa que había dado "un duro golpe al narcotráfico". El entonces subjefe de la fuerza Sergio Fernández dijo: "Los narcos se escaparon por la zona de los bañados".

Nada fue así. El fiscal reconstruyó otra historia que no sólo envuelve a policías en el tráfico de drogas, sino que también destaca la impunidad con la que los propios efectivos actuaron. Dejaron ir a los detenidos -que no quedaron registrados en ningún acta- y luego una cantidad indeterminada de estupefacientes desapareció, con lo que se sospecha que esa huida artificial se produjo a cambio de la mercancía.

Esto sucedió en una zona donde el narcotráfico ha crecido en los últimos años. Hugo Tognoli, ex jefe de la policía y ex titular de Drogas Peligrosas, fue condenado a seis años de prisión por encubrir al narcotraficante Daniel Mendoza, que distribuía droga con el aval policial en quioscos de esa zona, donde tenía una cobertura total de la policía.

Alejandro Agüero, alias "Aguja", conocía de cerca el tráfico y comercialización de estupefacientes. Había trabajado en Drogas Peligrosas entre septiembre de 1998 y noviembre de 2001, y entre mayo de 2008 y octubre de 2009. Y ahora revestía en la Zona Octava, que tiene jurisdicción en la costa santafecina.

Luego de este hecho, el policía y su familia tuvieron un crecimiento patrimonial repentino. De la investigación se desprende que Agüero y su familia remodelaron a nuevo una casa, adquirieron otra vivienda en Santo Tomé, compraron tres autos y una moto. Todos estos bienes fueron adquiridos en un período de poco más de un año y por un monto calculado en 1.300.000 pesos. El juez del caso, Reynaldo Rodríguez, ordenó de inmediato el embargo de esos bienes.

Uno de los testimonios clave, que desentrañó esta trama cargada de narcopolicías, fue la declaración de la subcomisario Stella Olivera, quien detuvo a Agüero y a su cómplice, pero por orden de los jefes otros policías los liberaron. Por realizar un trabajo como marca la ley, Olivera sufrió aprietes y amenazas. En la Justicia su testimonio fue crucial. Dijo que le resultaba "muy difícil creer que el jefe de la Unidad Regional I, el subjefe y el jefe de Orden Público hayan desconocido lo que me habían referido: que el cargamento pertenecía al jefe de la policía provincial".

"El «Aguja» Agüero vendía droga"

La subcomisario también contó que el ex subjefe de la UR I Fernández le preguntó si se habían llevado droga del operativo "porque necesitaba saber dónde estaba lo que faltaba del cargamento". Los investigadores presumen que la carga de estupefacientes que se robaron los policías era mucho más importante que la que finalmente se secuestró, que fueron 1600 kilos de marihuana. La hipótesis es que se llevaron la cocaína y los precursores químicos, y dejaron la droga más barata en el mercado, que es la marihuana.

Olivera dio detalles de una reunión con el ex jefe de la UR I, Sergio Vergara, tres días después del operativo. Ese día Vergara le dijo: "Hay cosas consensuadas que se hacen desde hace años, como el tema de las putas o la quiniela clandestina, pero meternos en esto no, hasta ahí no llegamos".

A la subcomisario le extrañó que los jefes policiales se mostraran sorprendidos por el hecho, porque se sabía que uno de los detenidos (Agüero) "siempre se dedicó a la venta de drogas en la zona de la costa para la superioridad y no prestaba servicios en ninguna dependencia".

El fiscal Rodríguez remarcó en su escrito que envió al juez que "la conducta asumida fue actuar a espaldas de la autoridad jurisdiccional y del Ministerio Público Fiscal, manteniendo actos oficiales en la más absoluta clandestinidad y marginalidad". El funcionario señaló que Vergara, "en lugar de cumplir con su deber, ese mismo día se dedicó a brindar declaraciones periodísticas tendientes a reforzar la versión oficial del procedimiento, tal como había sido plasmada en el acta original, resaltando ante la opinión pública el éxito del accionar de la fuerza policial".

Todo lo invirtió en casas, autos y una moto

El patrimonio de Alejandro "Aguja" Agüero, el policía que llevaba el gigantesco cargamento de droga, creció de manera vertiginosa en el último año. Sin dudar, el hombre compró, en efectivo, una cómoda casa en Santo Tomé y remodeló íntegramente otra casa en Colastiné. En forma simúltánea se compró tres vehículos, todos 0 km: un Fiat Palio, una camioneta Peugeot Expert y un Chevrolet Celta . Además adquirió una motocicleta Suzuki DL1000. El juez Reinaldo Rodríguez embargó todos esos bienes, luego de que el fiscal Walter Rodríguez pidió la indagatoria por lavado de dinero contra Agüero, su pareja María Silvina Arredondo, quien es enfermera, y el padre de él, Carlos Alberto, que trabaja como portero de una escuela.

sábado, 26 de marzo de 2016

Marihuana detectado en el chasis de un vehículo por personal de Aduana

Por Juan Jose Gomez Centurion
En Clorinda
Mas de 60 kg de marihuana detectado en el chasis de un vehículo particular por personal de Aduana. Deteccion por análisis de riesgo, binomio y aplicación de scanner movil. Para concretar el hallazgo de la droga proceden al desarme del chasis y sus componentes.



Felicitaciones al equipo!!

Otra tarea exitosa...
Paso Pino Hachado dia de ayer...
Personal aduanero detecta cocaina emulsionada en frascos de shampu portada por un ciudadano chileno, el origen era una sospechosa encomienda proveniente de Jujuy con destino Zapala.
Felicitaciones al equipo por la primera detección de droga en ese paso fronterizo...



jueves, 24 de marzo de 2016

Del alicate de Timerman a una coooperación plena con EE.UU.

(Clarin.com) - Los vínculos en temas de seguridad, narcotráfico y terrorismo.
Firma de los acuerdos de cooperación.

Luego de que el ex canciller K requisara en persona a un avión militar de EE.UU. en el 2011, las relaciones con Washington se habían disminuído a su mínima expresión. En febrero del 2011, Cristina Kirchner estaba furiosa porque Obama había decidido hacer una gira por El Salvador, Brasil y Chile evitando a la Argentina de una presidenta alineada con la política de Hugo Chávez para América Latina. Pero ese mes se pasó de la retórica antinorteamericana a un hecho insólito: el entonces canciller Héctor Timerman alicate en mano hizo requisar a la Aduana una valija de comunicaciones de un avión militar de EE.UU. que traía instructores para entrenar al Grupo GEOF de la Policía Federal en técnicas antiterroristas. El canciller quería encontrar drogas o contrabando en el avión. No había nada de eso. Pero más allá de lo simbólico, la valija contenía las claves de comunicaciones para rescates de toda la Fuerza Aérea de EE.UU. y eso obligó a un cambio de esos códigos de seguridad. A partir de allí Obama disminuyó al mínimo su relación con la Argentina.

Pese al avance del narcotráfico en el país, el gobierno de Cristina obligó a la DEA a dejar un solo representante en la Argentina y levantar su oficina en Salta, en la zona más caliente del narcotráfico. “Se debe criticar las políticas contra las drogas de los yanquis que ponen énfasis en aplastar a los narcos en América Latina y no tocar a sus consumidores, pero prescindir de la información y los equipos de la DEA es una locura”, graficó un policía retirado.

Paralelamente, la Unidad de Información Financiera K (UIF) primero divulgó un reporte reservado de la fuerza antilavado de EE.UU. (FINCEN) sobre el ex diputado Francisco de Narváez y el año pasado, otro sobre una cuenta de Alberto Nisman en Nueva York, en el marco del operativo K para destruir la imagen pública y privada del ex fiscal de la AMIA.

Sin contar que un diario K difundió una foto del jefe de la CIA en Buenos Aires. Hasta ahora, Macri y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, comenzaron con el pie derecho. Las nuevas autoridades de la UIF reestablecieron la cooperación con la FINCEN y ayer se nombró al especialista Félix Marteau como coordinar nacional de la lucha contra el lavado de dinero. Es que tener solo una UIF en Buenos Aires mientras los narcos crecen, por ejemplo, en Rosario habla de una importante limitación.

Se abrió una puerta a la cooperación que ayer registró otro paso que dará para la polémica: el intercambio de huellas dactilares para la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y otros delitos complejos. Si es cierto que se hará respetando “la privacidad y protección de los datos transmitidos” de los argentinos, se abre un espacio para prevenir la llegada, por ejemplo, de más narcotraficantes a la Argentina.

Además de temas de seguridad, se habló en la reunión Obama-Macri de una mayor participación de las fuerzas armadas argentinas en misiones de paz de la ONU, que ha sido una experiencia positiva aunque la infraestructura militar argentina quedó quebrada con los K. Por ejemplo, no hubo aviones supersónicos argentinos para acompañar al Air Force One de Obama cuando entró al espacio aéreo argentino. Positiva hasta ahora si no se acepta, por ejemplo, la consulta informal de Francia de llevar cascos azules argentinos a Malí, envuelta en una guerra ética y de terrorismo donde la Argentina no tiene ningún interés.

lunes, 21 de marzo de 2016

Fin de semana, fueron secuestrados más de 1500 kilos de marihuana tras operativos en todo el país

(La Nación) - Hubo procedimientos con detenidos en la Capital, Neuquén, Salta y Catamarca

Al cabo de decenas de operativos antidrogas en la frontera norte y el sur argentinos, la ciudad de Buenos Aires y Catamarca, fueron decomisados durante el fin de semana más de 1500 kilos de marihuana.


En uno de los casos, efectivos de la Prefectura Naval Argentina secuestraron más de 412 kilos de Cannabis sativa en una casa situada en el barrio porteño de Barracas.

El operativo se concretó luego de que el Departamento Federal de Emergencias recibió una llamada al 911 que alertaba sobre movimientos extraños y una puerta violentada en un domicilio situado en el cruce de las calles Santo Domingo y Santa María del Buen Aire.

Ante esa situación, la comisaría 30» destacó un móvil con personal de Prefectura que al arribar al lugar advirtió que la propiedad estaba deshabitada; una vez adentro, en la cocina encontraron algo más de 412 kilos de marihuana.

Otra de las investigaciones estuvo a cargo de la Gendarmería, que desarticuló en Neuquén una banda a la que le secuestró 822 kilos de marihuana y un kilo de cocaína.

El procedimiento incluyó allanamientos en las localidades neuquinas de Villa El Chocón, Cutral Có, Comahue y Picún Leufú, y en Los Polvorines, en el conurbano bonaerense. Fueron arrestadas seis personas; además de la droga fueron incautadas armas y municiones.

Personal de la Gendarmería confiscó otros 346 kilos de marihuana y detuvo a dos ciudadanos de nacionalidad boliviana en el departamento salteño de Los Andes, en cercanías del volcán Llullaillaco.

Integrantes del Escuadrón 22 San Antonio de los Cobres persiguieron un vehículo que había intentado evadir un control de ruta a 3900 metros sobre el nivel del mar. La Gendarmería informó que para realizar la detención y una posterior inspección de la camioneta sospechosa los gendarmes debieron recorrer 360 kilómetros durante diez horas por un camino sinuoso de alta montaña, con ripio y en malas condiciones.

Al llegar al personal del Escuadrón 22 se pudo descubrir que en el vehículo se transportaban 346 kilos de marihuana. Se dio intervención al Juzgado Federal N° 2 de Salta, a cargo de Miguel Medina.

En el límite con Bolivia se intercambia cocaína por granos

Por Daniel Gallo - LA NACION
Los narcos apelan al trueque de mercaderías para incrementar sus ganancias; los controles no dan abasto.
En Aguas Blancas, los bagayeros llegan con sus carros a la vera del río Bermejo para pasar mercaderías
En Aguas Blancas, los bagayeros llegan con sus carros a la vera del río Bermejo para pasar mercaderías.Foto:Ministerio de Seguridad

SALVADOR MAZZA, Salta.- Son apenas dos portones gigantes enfrentados a la corta distancia de 15 metros. Dos edificaciones de paredes bien altas unidas por un improvisado terraplén de cemento. Nada que llame demasiado la atención si no se tuviese en cuenta que una está en la Argentina y la otra en Bolivia. A un par de kilómetros está el paso oficial entre esta ciudad y San José de Pocitos. Pero esos fondos de viviendas representan la frontera viva y permeable. Un cargamento de cocaína puede tardar apenas segundos en ser cruzado por allí, por algo más de 1000 dólares para que quien se arriesgue luego a transportarlo 150 kilómetros hasta las zonas de acopio en Orán. Aquí, en esa cañada, se caminan los primeros quince pasos de todo contrabando. De aquel lado sale la droga y de éste, el pago preferido en estos días: granos.

Entre gendarmes caminó por esa cañada la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Escuchó las explicaciones de los hombres que están en la zona caliente del tráfico de drogas. Ese punto de traspaso quedó inutilizado por la presencia de patrullas. Pero la situación puede repetirse algunos pasos más allá. Es un juego de acción y reacción permanente. De un lado y otro están acostumbrados a cruzar por los fondos de las casas. Es casi imposible detener ese movimiento sin generar una alteración social. La primera línea de la frontera tiene su propia lógica.

El primitivo intercambio de drogas por granos de todo tipo (un insumo vital en Bolivia, que deja un margen de ganancia mayor a los traficantes) es el inicio de un proceso narco que termina hoy en enfrentamientos armados por el control de los puestos de venta en las ciudades. Aquí empieza todo. Incluso la penetración del narcotráfico en la política, como lo muestra el caso reciente con un concejal de esta ciudad detenido y otro prófugo por transportar cocaína.

El narcotráfico aparece aquí como una perdigonada que se abre hasta impactar sus objetivos sin importar si falla alguna munición. Puede cruzar en mochilas por esos senderos semiurbanos y seguir a campo traviesa con motocicletas o camionetas que cortan alambrados, con el bombardeo desde avionetas u oculto en vehículos. No sólo se intenta pasar drogas: la Aduana de esta ciudad mostró a Bullrich el caso de un contrabando de balas.

La ministra recorrió esta zona de frontera con el secretario de Seguridad Interior, Eugenio Burzaco; el secretario del Consejo de Seguridad Interior, Gerardo Milman, y el jefe de la Gendarmería, comandante general Gerardo Otero. Visualizó aquí la necesidad primaria de desplegar más efectivos y reforzó su idea de contar rápido con tecnología, como aviones-radar y drones, pero también decidió explorar la vía de una reconversión social en estas ciudades como forma de restar peso económico real al contrabando.

El cruce ilegal de mercancías es parte del sustento de miles de familias a ambos lados de la línea. Lo saben los gendarmes de la zona. En Aguas Blancas, otro complicado enclave fronterizo, directamente se debió aplicar la tolerancia estatal frente a la masividad del contrabando. No se puede detener a pueblos enteros.

Las barcazas cruzan el río Bermejo en un minuto desde la homónima ciudad boliviana, de 35.000 habitantes. Se instaló un puesto migratorio, pero canoas y balsas improvisadas con neumáticos desembarcan a menos de 300 metros, con salida directa a la estación de ómnibus de Aguas Blancas. En ese punto el problema es el contrabando de ropa. Un par de kilómetros fuera de esa localidad de 3000 habitantes está el puesto de Gendarmería, sobre la ruta 50. En un juego diario, se descarga la mercancía cien metros antes para ser transportada en las espaldas de cientos de bagayeros. Pasan por detrás del control y vuelven a cargar los vehículos. Detener ese elemental bypass del contrabando podría derivar en una pueblada. Funcionarios, gendarmes y jueces comparten esa opinión.

Por eso, se busca dar con los transportes cuando se alejan de la zona. Las cargas nutren las irregulares ferias de ropa de las grandes ciudades. Aquí también tiene su inicio el problema de los manteros porteños. Frontera y ciudad quedan así comunicadas en una retroalimentación de abastecimiento y consumo. Y todo empieza hoy con el primitivo intercambio de droga por granos.

domingo, 13 de marzo de 2016

Macri cierra un acuerdo para ampliar la cantidad de agentes de la DEA en la Argentina

(iProfesional) - Estados Unidos aumentará la cantidad de agentes permanentes de la agencia antinarcóticos y reabrirá la oficina de Salta, que había sido clausurada cuando crecieron las diferencias entre el gobierno de Cristina Kirchner y la administración norteamericana


La llegada del nuevo Gobierno a la Argentina permitió que cambie la relación con la agencia antinarcóticos (DEA), la cual fue empeorando durante la presidencia de Cristina Kirchner.
En el mejor momento de la relación, la DEA tenía seis agentes permanentes en la oficina de Buenos Aires. Durante la crisis los redujo a tres. Ahora volverá a su número original, según informaron fuentes judiciales, en el marco de la decisión del gobierno de Mauricio Macri de recomponer el intercambio con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos y la visita de Barack Obama a la Argentina.

El número de agentes siempre alude a los permanentes, ya que la DEA usa para sus operativos miembros encubiertos de cuya presencia no informa a los gobiernos. También se reabrirá la oficina de Salta.

La agencia cuenta con una agenda propia que depende de las preferencias políticas y de seguridad de los Estados Unidos. Sus agentes formaron parte de las tareas de inteligencia de los principales operativos de captura de jefes narcos extranjeros que se ocultaban en la Argentina. Pero sus prioridades no siempre coinciden con las urgencias para enfrentar el narcotráfico doméstico. De todas formas, en el Gobierno añoran sobre todo acceder al intercambio de información que maneja la agencia antinarcóticos, según Perfil

Durante el kirchnerismo, la relación con los servicios de inteligencia de Estados Unidos se quebró, en una decisión que impactó tanto en la separación de los viejos jefes de la Secretaría de Inteligencia, que interactuaban con la CIA, como en el enfriamiento del intercambio con la DEA por parte de las fuerzas policiales.

Como reconstruyeron Virginia Messi y Juan Manuel Bordón en el libro Narcolandia, la DEA redujo su personal en Argentina paulatinamente, hasta que en 2012 mudó a su oficina de Uruguay gran parte de las operaciones que antes cubría desde Buenos Aires.

Con fuerzas de seguridad perforadas por el narcotráfico, como quedó en evidencia con la insólita persecución de los hermanos Lanatta y Schillaci, y servicios de inteligencia en ebullición política, el macrismo avanza con alianzas con el extranjero en un intento de mejorar su fortaleza en el área de seguridad.

La ampliación de la presencia de la agencia antinarcóticos formó parte de las conversaciones entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario Eugenio Burzaco, con el director de la DEA, Chuck Rosenberg, en Washington. El nuevo jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, fue formado precisamente por la DEA. Sus nexos aún están activos.

Misiones: secuestran una tonelada de marihuana oculta en medio de la selva


(Ambito.com) - Una tonelada de marihuana fue secuestrada en la localidad misionera de Puerto Esperanza, en pleno monte, luego de un operativo realizado por Gendarmería.



El operativo fue realizado por una patrulla del Escuadrón 10 "Eldorado", cuyos efectivos estaban desplegados sobre la ruta nacional 12, cerca del acceso al paraje "Cinco arroyos".

De repente, los gendarmes observaron a una persona ingresar a pie velozmente por un camino de tierra que conduce al límite internacional fronterizo con Paraguay.

Poco después, los efectivos hallaron mochilas y alimentos, por lo que comenzaron un rastrillaje coordinado junto a otras unidades de la fuerza. A su paso, dieron con huellas de motos y pisadas frescas que provenían de un monte nativo, cercano al arroyo Aguaray Guazú del río Paraná.

En el lugar, los uniformados encontraron 44 bolsas de arpillera de los cuales emanaban un fuerte olor similar a la cannabis sativa. Con autorización del juzgado federal de Eldorado y por razones de seguridad, trasladaron la droga al escuadrón, donde ante testigos corroboraron que se trataba de 1240 paquetes que alcanzaron un total de 1.005 kilos de marihuana.

Otro ejemplo de nuestra excelente Gendarmería Nacional...

viernes, 11 de marzo de 2016

AVANZA LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN MENDOZA

(Ministerio de Seguridad) - De la mano de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, incautamos 724 kilos 350 gramos de marihuana que traficaban a través de una empresa de correo privada, desde Corrientes a Mendoza y Tucumán y logramos detener a 4 personas.

Nuestro compromiso es lograr el #NarcotráficoCero y que la droga no llegue a tu familia. Gracias al trabajo coordinado entre Nación y las Provincias, lo vamos a conseguir.

Agregado: Por Pablo Mannino - LA NACION - Desbaratan una banda que despachaba marihuana por correo, en encomiendas. Fueron secuestrados 740 kilos de droga en Mendoza, Tucumán y Córdoba

MENDOZA.- La droga iba por tierra o por avión, pero siempre en encomiendas despachadas desde Corrientes. El primer operativo de decomiso se produjo hace un mes en esta provincia, en una sucursal del correo OCA en Godoy Cruz. Era un envío "supervisado" por la Justicia, ya que el estupefaciente había sido detectado en el Aeroparque Jorge Newbery, de la Capital. La misma maniobra había sido advertida por agentes federales en Córdoba y en Tucumán.

Anteayer se hizo la última "entrega controlada" en una sucursal del correo en Córdoba: cuatro cajas de cartón embaladas con film transparente y con la inscripción "YPF parafinas", dentro de las cuales había material inocuo de descarte con el cual se habían reemplazado los 50 paquetes rectangulares con marihuana compactada. La idea, como en los otros casos, era atrapar a quienes iban a retirar las encomiendas.

Fue el último de 12 procedimientos que permitieron a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), comisionada por la Justicia, secuestrar más de 740 kilos de marihuana. Ayer, las máximas autoridades del Ministerio de Seguridad de la Nación y el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, dieron a conocer en esta ciudad los resultados de este importante golpe al narcotráfico nacional e internacional, ya que no se descarta que parte de la droga incautada tuviera como destino Chile.

Según explicó la ministra Patricia Bullrich, además de la droga confiscada fueron detenidas cinco personas, tres en esta provincia y dos en Corrientes. Flanqueada por Cornejo; el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco; el de Seguridad Interior, Gerardo Milman; el diputado nacional Luis Petri; el director de la PSA, Alejandro Itzcovich Griot, y el ministro de Seguridad de Mendoza, Gianni Venier, la ministra exhibió toda la droga decomisada en un gran salón de la Enoteca provincial. Allí, sobre largas mesas, se podían ver los cientos de paquetes de estupefacientes envueltos en papel madera, cinta de embalaje y papel film, tal como fueron incautados, bajo la custodia de varios efectivos armados de las fuerzas especiales de la PSA.

"Esta droga que está aquí es droga que no estará entre los chicos ni en el narcotráfico", expresó la funcionaria nacional, luego de mostrar un video con los agentes en acción. "Ha sido un operativo exitoso. Son hechos importantes donde el Estado estuvo presente", señaló a su turno el mandatario local.

Cornejo mostró su preocupación por el crecimiento del narcotráfico en la provincia y en el país, y por el alcance que está teniendo la problemática fronteras adentro y afuera. "No podemos decir a ciencia cierta que esta droga era toda para Mendoza, pero sí estamos seguros de que una parte quedaba aquí", señaló. Por su parte, el titular de la PSA, destacó el resultado de las tareas que se hicieron de manera mancomunada. "Junto con la policía de Mendoza fuimos desentrañando el modus operandi", dijo Itzcovich Griot.

Un dato significativo de la investigación es que fue producto de un trabajo en conjunto entre juzgados federales de la ciudad de Buenos Aires, Corrientes, San Miguel de Tucumán, Córdoba y Mendoza, que coordinaron para realizar los seguimientos y las entregas controladas, además de la docena de operativos, que terminaron con cinco personas detenidas, cuatro hombres y una mujer, todos argentinos.

La pesquisa arrancó el 10 de febrero pasado, cuando la PSA detectó en la Terminal de Cargas del aeroparque metropolitano dos encomiendas que contenían 19 paquetes con 16 kilos de marihuana. Ese día se hizo la primera entrega vigilada de las cajas; al día siguiente, en Mendoza, fueron detenidos Juan Pablo Carmona, de 34 años, y Claudia Nancy Amaya, de 29, cuando fueron a retirar las encomiendas. En el procedimiento se secuestró un auto BMW.

El 18 de febrero hubo un nuevo decomiso y una nueva detención; esta vez fueron 140 kilos de droga, también en la sucursal Godoy Cruz de OCA. Las encomiendas habían sido trasladadas por vía terrestre en coches de esa compañía. Por ese operativo fue detenido Briant Yamil Villiordo Lao Millian, de 25 años, en el Apart Hotel Irish, de Mendoza.

El 22, 24, 27 y 29 de febrero hubo más procedimientos; los tres primeros aquí y el restante, en Tucumán. A esa altura ya habían sido secuestrados 533 kilos de marihuana. Entre el 1° y el 7 de este mes hubo cuatro operativos más: otros 163 kilos de cannabis. Ese día fue detenido en Corrientes Carlos Humberto Goudard, de 28 años. El golpe final fue en la entrega controlada de anteayer. Más de 39 kilos de droga remitidos desde Corrientes hacia Córdoba, y la detención de Germán Augusto Enríquez, de 28 años, en Tucumán.

jueves, 10 de marzo de 2016

El negocio de la droga en Asia central (ARI)

Una nota antigua pero muy interesante...

Por Alberto Priego - Observatorio Asia Central
El Observatorio de Asia Central (OAC) fue establecido en 2007 por tres instituciones interesadas en la zona: Casa Asia, CIDOB y el Real Instituto Elcano

 Tema: La producción de droga se ha convertido en una de las principales amenazas en Asia central. Aunque la mayor parte de la droga procede de Afganistán, el resto de Asia central es una de las principales rutas para su transporte hacia Europa y Rusia.

Resumen: La droga se presenta como uno de los principales problemas de seguridad a día de hoy. En la actualidad, Afganistán se ha convertido en el principal productor de opio/heroína del mundo con un 93% del total, según UNODC. El problema se extiende más allá de Afganistán ya que esa droga, al salir hacia los principales mercados internacionales, utiliza tres rutas: la norte (Asia central), la sur (Pakistán) y la oeste (Irán). Para Asia central la situación es especialmente delicada porque esas rutas atraviesan países de reciente formación y en los que la estabilidad es muy precaria. La solución a este problema pasa necesariamente por la estabilización de la región.

Análisis

Afganistán como centro del problema
La aparición de la droga en Asia central está muy vinculada a la invasión soviética de Afganistán y sobre todo a la reacción de la CIA. La financiación de los denominados muyahidines, así como de los costes del armamento utilizado por la resistencia pastún, se llevó a cabo con el dinero procedente del cultivo del opio en las zonas fronterizas entre Afganistán y Pakistán. El cultivo del opio provocó graves problemas en Pakistán: el incremento espectacular de la población adicta y la implicación de buena parte del servicio secreto pakistaní (ISI) en el narcotráfico.

Con el fin de la Guerra Fría, Afganistán perdió importancia para EEUU y si bien es cierto que se buscó que Pakistán quedara “limpio” de drogas, no ocurrió lo mismo con la tierra de los pastunes. El país quedó sumido en una etapa de caos, dominada por los Señores de la Guerra (Faruk, Dostum y Pahlawan) e invadido por el cultivo del opio.

En medio de ese caos surgió un grupo de combatientes que se autodenominaban como los talibán, derivado de talib (estudiante/creyente en dari). Este grupo, apoyado por el propio ISI, logró hacerse con el control del país imponiendo un régimen de terror basado en una interpretación extrema del Corán y del Pastunwali (código de conducta Pastún). Su primer objetivo, al menos inicialmente, fue acabar con el tráfico de drogas que estaba destruyendo Afganistán. Así, nada más llegar al poder, los talibán declararon el cultivo del opio contrario a la ley islámica. Sin embargo, pronto se percataron de dos problemas: el primero que no podrían sobrevivir sin el dinero que les reportaba dicho tráfico y el segundo, que de llevar la erradicación del cultivo, los campesinos les darían la espalda. Por ese motivo, el Mullah Omar se inventó una muleta ideológica mediante la cual se explicaba que el cultivo de opio no era más que una manera de luchar contra los kafirs (los infieles) que consumían dicha droga en Occidente y Rusia.

Así, el Afganistán de los talibán comenzó a producir grandes cantidades de opio y a aplicar dos tasas supuestamente islámicas: el usher que gravaba a los agricultores y el zakat que hacía lo propio con los traficantes. En 1999 se alcanzó el primer récord de producción, con 4.800 toneladas métricas. Desde entonces la producción de opio en Afganistán no ha hecho más que aumentar, con la única excepción del año 2001, aunque tal cosa nada tuvo que ver con la intervención estadounidense sino con la decisión del régimen talibán de frenar su producción para evitar la caída del precio internacional del opio. No obstante, siguió cultivándose en las zonas controladas por la Alianza del Norte.

Asimismo, la intervención de los Aliados que siguió a los atentados del 11 de septiembre no supuso una reducción del cultivo del opio. Desde que las tropas de EEUU, el Reino Unido y Australia lanzaron la Operación Libertad Duradera las cifras del cultivo de opio se han incrementado, especialmente en los dos últimos años.
Gráfico 1. Cultivo de opio en Afganistán, 1980-2007 (toneladas métricas)

Fuente: UNODC/MCM, Afghanistan Opium Survey, June 2008.

El hecho de que no se haya conseguido reducir el cultivo de opio no quiere decir, como algunos autores han señalado, que no se esté haciendo nada para su erradicación; simplemente la situación es mucho más compleja de lo que parece y responde a otras causas, como veremos a continuación.

El primer y principal problema para la erradicación del opio es la inestabilidad constante que vive Afganistán. Junto a la inestabilidad, la falta de seguridad es el otro requisito indispensable para el cultivo de opio. Así, Afganistán, desde la retirada soviética, se ha convertido en el lugar más adecuado del mundo para dicha actividad. Hoy, las zonas donde hay una mayor concentración de opio son Helmand y Kandahar, precisamente las provincias donde los niveles de violencia son más elevados. En Helmand se calcula que se produce el 50% del opio del mundo y es, junto con Kandahar, curiosamente, la zona donde los talibán son más fuertes. Al tiempo, en esas dos provincias, el Gobierno de Karzai encuentra menos apoyos y los atentados contra las fuerzas de la coalición son más frecuentes. A estas dos provincias hay que añadir las de Nangamar y Badajsán que también presentan problemas de seguridad aunque de diferente índole. Mientras que Nangamar tiene un alto grado de producción de opio debido a que es una zona abrupta y peligrosa por hacer frontera con las zonas tribales de Pakistán, Badajsán ha heredado la inestabilidad de Tayikistán y los problemas del tráfico de drogas del país chií. De hecho, durante la era soviética los soldados adictos a los estupefacientes pagaban dinero para ser destinados a esa república. En Nangamar se encuentra la mayor parte de los laboratorios de procesamiento de heroína de Afganistán, que están controlados por los pastunes-shinwaris, presentes tanto en Pakistán como en Afganistán.

El segundo problema es la corrupción rampante que sufre Afganistán. Se sabe que varios parlamentarios están apoyados económicamente por los narcotraficantes, lo que limita la capacidad de control del poder legislativo. Además, importantes cargos relacionados directamente con Karzai han estado también implicados en asuntos de drogas. Éste es el caso del ex-gobernador de Helmand –Sher Mohammed Akhundzade– en cuyas oficinas se encontraron nueve toneladas de pasta de opio. En lugar de abrir una investigación, Karzai lo nombró presidente del Consejo de Ancianos y es que, aunque no se puede decir que el gobierno afgano no luche contra la droga, su postura se ha relajado bastante desde 2002, fecha en la que se dictó la última prohibición gubernamental. Se calcula que el opio representa el 52% del PIB de Afganistán; el resto son ayudas internacionales.

El tercero de los problemas es la interiorización del cultivo de adormidera entre los campesinos, que llevan sembrando esta planta desde hace muchos años. Además, se encuentran atrapados en un sistema de préstamos (Salaam) en el que los narcotraficantes les conceden unos créditos trampa que los apresan casi de por vida. Por otro lado, los agricultores que no poseen tierras se dedican a recorrer Afganistán en busca de trabajo, mientras enseñan las técnicas de cultivo del opio, haciendo mucho más difícil su erradicación.

Las rutas del opio
Se conocen tres rutas principales del opio o de la heroína. Siguiendo la primera, la ruta sur, la droga sale de Afganistán por el sur o por las zonas tribales hacia los puertos paquistaníes de Gwadar y Karachi. En la costa se carga en barcos con destino a los países del Golfo Pérsico, desde donde se dirige a Turquía y posteriormente a Europa.

La segunda de las rutas, la oeste, utiliza a Irán como punto de salida desde las provincias de Herat, Bagdhis y Faryab pasando por Turkmenistán. La droga, generalmente sin procesar, atraviesa el Desierto de la Muerte para acabar en Turquía donde se procesa y se envía a Europa no sin dejar parte en el mercado local.
Mapa 1. Rutas de la droga procedente de Afganistán
Fuente: elaboración propia.

La tercera ruta, conocida como ruta norte, es la que más se adentra en Asia central y a la que vamos a dedicar una mayor atención.

La ruta norte-Asia central
Asia central no presenta en sí misma una producción importante de opio, con la única excepción, si acaso, de Tayikistán, cuyos datos, no obstante, son casi irrisorios si los comparamos con los de Afganistán. Sin embargo, alberga la ruta norte, por donde circula alrededor del 21% de la heroína/opio procedente de Afganistán y que es, a su vez, una amalgama de cinco rutas o sub-rutas que en su mayor parte pasan por Tayikistán hacia Europa, Rusia y, cada vez más, hacia China.

Tabla 1. La ruta norte (hacia Rusia)
Sub-rutas
Ruta Norte A - Afganistán à Tayikistán à Kirguizistán à Kazajistán à Rusia
Ruta Norte B - Afganistán à Tayikistán à Kirguizistánà Uzbekistán (enclaves) à Kazajistán à Rusia
Ruta Norte C1 - Afganistán à Tayikistán àUzbekistánàKazajistán à Rusia
Ruta Norte C2 - Afganistán à Uzbekistán (Termez) à Kazajistán à Rusia
Ruta Norte C3 - Uzbekistán à Turkmenistán à Azerbaiyán/Rusia
Fuente: elaboración propia.

El espectacular incremento de la producción de opio en Afganistán y su transporte por la ruta Norte han provocado además un aumento del 1.000 % en el consumo en Asia central respecto a la era soviética.

Mapa 2. La ruta norte y sus ramificaciones
Fuente: elaboración propia.

Tayikistán
Tayikistán es la puerta de entrada de la mayor parte de la droga procedente de Afganistán. Se calcula que el 73% de la heroína y el 43% del opio que circulan por la ruta norte entran por Tayikistán. Este hecho se debe a un conjunto de circunstancias que van desde su situación geográfica hasta su inestabilidad política, pasando por una historia vinculada a las drogas. Los traficantes utilizan grupos reducidos de hombres-correo que van escoltados por personal armado. Si se produce un encontronazo con las fuerzas fronterizas tayikas (KOGG), aquellos que transportan la droga huyen hacia Afganistán mientras los escoltas repelen la agresión. Una vez la droga está en Tayikistán, suele pasar por Dushanbe donde se empaqueta y sigue su camino hacia Kirguizistán o Uzbekistán. Tayikistán presenta uno de los índices más altos de adicción de toda Asia central, 119,1 por 100.000 habitantes, cifra que se dispara en Dushanbe (679 por 100.000 habitantes), en Gorno-Badajsán (480 por 100.000 habitantes) y en Kurgan-Tyube (604 por 100.000 habitantes). Teniendo en cuenta estas cifras podemos afirmar que allí donde circula la droga la adicción es mayor.

Desde Tayikistán, parten dos rutas: la ruta norte A sale de Kirguizistán atravesando Kazajistán para acabar en Rusia y la segunda, la ruta norte B, que se inicia en Kirguizistán, pasando por Uzbekistán y Kazajistán, para acabar también en Rusia. El país eslavo se ha convertido en uno de los principales mercados para los opiáceos, con un total de 2.000.000 de adictos, medio millón más que los registrados en la UE.

Uno de los problemas para lograr el control de la droga en Asia central es la ciudad de Osh (Kirguizistán). Su cercanía a Kazajistán y Uzbekistán, su situación en el Valle del Ferghana y, sobre todo, su vecindad con Gorno-Badakhstán, propician que sea el punto desde donde se distribuye la mayor parte de los narcóticos de la región.

En otra ruta (ruta C1) el opio pasa de Kirguizistán a Uzbekistán por Osh y Jala-Labad (Valle del Ferghana). Ya en Uzbekistán pasa por Namagán y Andiyán con destino a Tashkent y a Samarcanda. Desde allí emprende camino a Kazajistán (oeste) y finalmente a Rusia. Sin embargo, ésta no es la principal ruta de entrada del opio en Uzbekistán. Los principales alijos se han interceptado en la frontera afgano-uzbeka, concretamente en la zona de Termez (ruta norte C2).

Turmenistán
Turkmenistán es quizá el país del que menos datos tenemos y también el que menos coopera con actores internacionales como la UE. De hecho varios políticos turkmenos, incluyendo al antiguo presidente Turkmenbashi, están bajo la sospecha de colaborar con el narcotráfico. Esta vinculación está relacionada con los contactos mantenidos por el propio Turkmenbashi y los talibán. La droga entra desde Uzbekistán (ruta norte C2) con dos destinos: Rusia (vía Kazajistán) o Azerbaiyán atravesando el Caspio.

Kazajistán
Kazajistán es el puente entre Europa, Rusia y Asia central y, quizá por eso, es el país que tiene mayores problemas con las drogas, aunque también es el que está haciendo mayores esfuerzos para combatirlas. Kazajistán tiene, con diferencia, la tasa más alta de adictos a los opiáceos (355 por cada 100.000 habitantes), lo que no sólo supone que un 1,02% de la población es consumidora habitual sino que este porcentaje se incrementa alarmantemente año a año. En el año 2006 se dispararon esas cifras con un 20% de nuevos consumidores. La situación es peor en zonas de paso como Karaganda (Kazajistán central), Zhambyl (Kazajstán sur) o Atyrau (norte del Caspio).

Sin embargo, los problemas del país kazako no acaban en el opio y en la heroína. Kazajistán se está convirtiendo en el gran productor de cannabis (Valle del Chu) de Asia central, con el 97% del total. Además, se han interceptado algunos alijos de Efedra (precursor de la meta-anfetamina) y de pastillas de éxtasis con destino a Rusia.

La UE y la lucha contra el narcotráfico

Aunque los opiáceos no son la droga más popular en la UE, lugar reservado al cannabis y a la cocaína, Europa es la segunda región del mundo en consumo y la primera en volumen económico. Un 22% de la producción mundial de opiáceos tiene por destino Europa, cifra que está a caballo entre el 57% de Asia y el 14% de EEUU.[1] Como nota positiva se puede afirmar que mientras que Asia se ha mantenido igual y EEUU ha doblado su porcentaje, en Europa el porcentaje ha descendido ligeramente. Como nota negativa hay que decir que tanto en Europa como en EEUU se ha incrementado el número de muertes entre los consumidores, a causa de la pureza del opio afgano que es ahora el más consumido. En los últimos años, la UE ha llevado a cabo un verdadero esfuerzo por combatir la entrada de heroína y opio en su territorio. Para ello, se han aprobado dos importante documentos: el Plan de Acción de la UE contra las drogas[2] y la Estrategia de la UE contra las drogas.

En el Plan de Acción, la UE reconoce que la delicada situación de Afganistán es el principal obstáculo para erradicar el tráfico de heroína. Por ese motivo, establece un sistema de “filtros” para impedir que la droga llegue a Europa. En total, se fijan tres niveles de control situados en países de la antigua URSS. El primer filtro denominado CADAP (Central Asia Drug Action Programme), que comenzó en el año 2001 y que se coordina desde la oficina de la UE de Almaty, engloba a todos los países de Asia central, salvo a Turkmenistán. Entre sus logros está la creación de una red de información denominada NADIN, una agencia antidroga en Tayikistán y un sistema de vigilancia en puertos y aeropuertos. El segundo nivel, que se denomina SCAD (South Caucasus Action Drug), presenta los mismos instrumentos y objetivos que CADAP y al igual que ocurre con el tercer “filtro”, BUMAD (Belarus, Ukraine and Moldova Action Plan), su aplicación se lleva a cabo con la ayuda de la UNODC.

Sin lugar a dudas, las medidas de control de la UE han contribuido a reducir la cantidad de droga que entra por la ruta norte. Sin embargo, los traficantes buscan otras alternativas desplazando, ahora, buena parte del tránsito a las rutas sur y oeste. La preferencia por las rutas sur y oeste están provocadas, además de por las medidas de la UE, por la concentración de la producción de opio en el sur de Afganistán. Desde allí es más sencillo usar la ruta sur y en menor medida la oeste. Pakistán e Irán son, ahora las alternativas preferidas por los narcotraficantes aunque el país persa está llevando a cabo verdaderos progresos en la lucha contra la droga. Solamente el año pasado el 80% de los alijos incautados en todo el mundo se llevaron a cabo en Irán. Esta cifra nos hace pensar que en un futuro los traficantes pudieran incrementar el tránsito por la ruta sur para evitar los controles de la policía iraní.

Sin embargo, el establecimiento de “filtros” no debería ser más que una parte de la política de lucha contra la droga. El hecho de frenar la entrada no quiere decir que se esté erradicando la producción. Por el contrario, lo que sí provoca es un alza del precio de la misma y la sustitución por otros productos “legales” como la bupronorfina. La bupronorfina es un derivado de la heroína que está ganando adeptos en Finlandia, Estonia, Austria y la República Checa. Parte de la droga que logra superar los controles de la ruta norte es transformada en Rusia y vendida en los países bálticos bajo esta forma legal. Asimismo, la existencia de un amplio mercado de la droga en Europa hace pensar que los narcotraficantes busquen otras alternativas que podrían estar siendo ya utilizadas sin que se tenga noticia de ello.

En consecuencia, la acción de control de la UE es tan sólo un freno temporal, ya que no se ha logrado atajar la producción en Afganistán. El país centroasiático seguirá siendo el paraíso de la heroína mientras no se logre su estabilización, algo en lo que la UE insiste tanto en su Plan de Acción como en su Estrategia. Sin embargo, la estabilidad es una tarea de la que se está encargando la OTAN, y hoy por hoy, estamos lejos de alcanzarla. En buena medida, el mantenimiento de las estructuras tribales y la supervivencia de los “Señores de la Guerra” han perpetuado la inestabilidad y el tráfico de drogas.

Además de los esfuerzos de la UE para acabar con el tráfico de drogas, debemos destacar otras iniciativas como el Pacto de Paris o las desarrolladas en el marco de la CEI o la OCS. Ninguna de ellas ha logrado evitar que Afganistán se convierta en un narco-Estado, ya que no se ha conseguido eliminar la inestabilidad que buscan los narcotraficantes para realizar su trabajo.

Grupos organizados y terrorismo
El negocio de la droga en Asia central no está dominado por grandes grupos criminales sino por mafias locales, homogéneas étnicamente y con conexiones en toda la región. Sin embargo, la necesidad de contar con precursores para la transformación del opio está favoreciendo la llegada a Asia central de grupos más poderosos. Los precursores se deben transportar en grandes cantidades para que sean rentables y esto obliga a utilizar rutas por carretera, donde los controles son más serios y, por lo tanto, se necesita una mayor infraestructura. Los precursores llevan el camino contrario al de la droga: de Asia central hacia Afganistán, donde encuentran la inestabilidad necesaria para transformar el opio. Los precursores químicos están menos perseguidos en Asia central que el tráfico de opio lo que permite que el tránsito de estas mercancías no sea, al menos de momento, una prioridad para las agencias de seguridad de Asia central.

Un tema muy cuestionado en Asia central es la relación entre los grupos terroristas y el tráfico de drogas. El IMU ha sido la organización que más ha colaborado con el tráfico de drogas, actividad, que junto con los secuestros, ha sido su principal fuente de financiación. Sin embargo, la intervención norteamericana tras el 11-S dejó al IMU casi desarticulado y por tanto fuera del negocio. En Tayikistán, ex-combatientes de la UTO (United Tajik Opposition), que no se han reintegrado en la sociedad civil, son los que controlan las rutas de paso entre Tayikistán y Afganistán. En lo que a los talibán se refiere, han establecido una relación de conveniencia con los traficantes, a los que dan protección a cambio de financiación para comprar armas. A su vez, al-Qaeda colabora con los talibán facilitando su red de contactos para comprar dichas armas y, a cambio, éstos ayudan a los líderes de al-Qaeda a mantenerse ocultos.

Otro elemento que debe ser tenido en cuenta es la implicación de miembros de los Gobiernos de la región en el negocio de la droga. Además, del ya citado Turkmenbashi, otros miembros de los Gobiernos de Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán han aparecido implicados en varias operaciones antidroga.

Conclusiones: Aunque el problema de la droga tiene su epicentro en Afganistán, sus consecuencias se extienden por toda Asia central, Oriente Medio, Europa e incluso EEUU. La estabilización de Afganistán se antoja como un paso fundamental para solucionar dicho problema y se necesita de la cooperación de toda la comunidad internacional. Se pueden poner obstáculos en las rutas pero al final los narcotraficantes buscarán vías alternativas o abrirán nuevas rutas. La verdadera solución es acabar con el cultivo del opio y tal cosa exige la estabilización de Afganistán. Una vez se hayan alcanzado unos niveles de seguridad apropiados, los productores de droga no podrán usar este país como epicentro de su actividad criminal.

El problema es que se genera un círculo vicioso en el que los “Señores de la Guerra” crean un clima de inseguridad. En ese clima de inseguridad y de falta de garantías económicas y sociales, el Gobierno se ve incapaz de actuar y de dar respuestas a las necesidades de los ciudadanos. Así, se dan las condiciones necesarias para el cultivo del opio, que a su vez fortalecen a los propios “Señores de la Guerra”, quienes ofrecen una seguridad y unas garantías socioeconómicas que el Gobierno no puede dar. Mientras no se rompa ese círculo no se podrá hacer nada para evitar la inestabilidad, de manera que la única salida para mucha gente seguirá siendo la droga. Cabe destacar que las zonas donde la producción de opio es mayor coinciden con aquellas donde los atentados contra la coalición son más frecuentes y donde el Gobierno es más débil.

Es evidente, por tanto, que la erradicación de la producción de opio afectaría muy positivamente a otras amenazas a la seguridad internacional como son el terrorismo, la pobreza extrema, el radicalismo islámico e, incluso, la proliferación de armas de destrucción masiva.

Alberto Priego Moreno
Investigador invitado, School of Oriental and African Studies (SOAS), University of London
Fuente: http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/Imprimir?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/Elcano_es/Zonas_es/ARI132-2008
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