Mostrando entradas con la etiqueta Conflictos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Conflictos. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de abril de 2016

Amo a la ONU, pero así está fracasando lastimosamente

Cascos Azules en la República del Congo. APPor Anthony Banbury (Clarin.com)


Foto: Cascos Azules en la República del Congo. AP

He trabajado para Naciones Unidas la mayor parte de las tres últimas décadas. Fui encargado de derechos humanos en Haití en la década de 1990 e intervine en la ex Yugoslavia durante el genocidio de Srebrenica. Ayudé a dirigir la reacción ante el tsunami del Océano Índico y el terremoto haitiano, planifiqué la misión para eliminar el armamento químico sirio y más recientemente tuve a cargo la dirección de la misión contra el Ébola en África Occidental. Me importan fundamentalmente los principios con los cuales se ha concebido la ONU.

Y es por eso que he decidido irme. El mundo enfrenta una serie de crisis aterradoras, desde la amenaza del cambio climático hasta las zonas de generación de terrorismo en lugares como Siria, Irak y Somalia. Naciones Unidas tiene una ubicación excepcional para hacer frente a esos problemas y está haciendo un trabajo invalorable, como proteger civiles y proporcionar ayuda humanitaria en Sudán del Sur y en todas partes. Pero en cuanto a su misión general, debido a una mala gestión colosal, la ONU está fracasando. 

Hace seis años obtuve el cargo de subsecretario general de apoyo a las actividades en el terreno, con base en Nueva York. No me era extraño el papeleo administrativo pero carecía de preparación para la borrosa nube de advertencias orwellianas y la lógica de tipo Lewis Carroll que gobiernan el lugar. Si se los encerrara en un laboratorio, un equipo de genios del mal no podría diseñar una burocracia tan enloquecedoramente compleja, que requiriese tanto esfuerzo pero al final fuera incapaz de producir el resultado buscado. El sistema es un agujero negro en el que desaparecen incontables dólares de impuestos y aspiraciones humanas que nunca volverán a verse.

Durante la epidemia de Ébola, yo me desesperaba por conseguir gente calificada en la zona, no obstante lo cual me dijeron que una integrante de la plantilla que trabajaba en Sudán del Sur no podía viajar a nuestra sede central de Accra, la capital de Ghana, hasta que le otorgaran una nueva autorización médica. Combatíamos una enfermedad que mataba a muchos millares y se corría el riesgo de que quedara fuera de control y sin embargo perdíamos semanas esperando que a una colega sana le entregaran sus formularios procesados.

Con demasiada frecuencia, la única manera de apurar las cosas es romper las reglas. Es lo que hice en Accra cuando contraté a una antropóloga como colaboradora independiente. Resultó valer su peso en oro. La práctica de entierros sin medidas de seguridad sanitaria era la causa de aproximadamente la mitad de nuevos casos de Ébola en algunas áreas. Teníamos que comprender aquellas tradiciones antes de intentar persuadir a la gente de que las cambiara. Por lo que sé, ninguna misión de Naciones Unidas había tenido jamás antes un miembro antropólogo; poco después que me fui de la misión, a la nuestra la dejaron partir.

Los jefes de multimillonarias operaciones de paz, con responsabilidades enormes en la terminación de guerras, no pueden contratar a su personal más cercano ni desplazar de funciones críticas a integrantes deficientes. Esto es señal de lo perversamente retorcida que es la burocracia, al punto de considerarse más peligrosas las decisiones vinculadas con el personal que la responsabilidad de conducir una misión de la que depende el destino de un país. 

Uno de los resultados de esta disfunción es la mínima confiabilidad. En una gran misión de paz existe hoy un jefe de equipo manifiestamente incompetente. Muchas personas han tratado de librarse de él, pero a falta de un delito serio es virtualmente imposible despedir a alguien en Naciones Unidas. No tengo conocimiento de que en los últimos seis años se haya despedido a un solo integrante de actividades en el terreno internacional, ni siquiera sancionado por desempeño insatisfactorio. 

El segundo problema serio es que se toman demasiadas decisiones por conveniencia política. Las fuerzas de mantenimiento de paz a menudo deambulan pesadamente a lo largo de años sin metas claras ni planes de retirarse, desplazando gobiernos, desviando la atención de problemas socioeconómicos más profundos y costando miles de millones de dólares. Mi primera misión de mantenimiento de paz fue en Camboya en 1982. Nos fuimos antes de los dos años. Ahora es una excepción que una misión dure menos de diez.

Fijémonos en Haití: no ha habido un conflicto armado en más de una década y sin embargo permanece allí una fuerza de Naciones Unidas de más de 4.500 individuos. Mientras tanto estamos fallando en lo que debería ser nuestra tarea más importante: colaborar en la creación de instituciones democráticas y estables. Se han postergado las elecciones en medio de reclamos por fraude y el primer ministro interino ha dicho que “el país enfrenta serias dificultades sociales y económicas”. El dispositivo militar no hace la menor contribución para resolver estos problemas. 

Nuestro error más grave se da en Mali. A principios de 2013 Naciones Unidas decidió enviar allí 10.000 soldados y oficiales de policía en respuesta a la apropiación terrorista de zonas del norte. Inexplicablemente, enviamos una fuerza sin preparación previa en contraterrorismo y a la que se había dado instrucciones explícitas de no implicarse en eso. Más del 80% de los recursos de la fuerza se gasta en logística y autoprotección. Ya se ha matado a 56 personas del contingente de Naciones Unidas y es seguro que morirán más. En Malí, Naciones Unidas se hunde cada día más en su primera ciénaga. 

Pero la cuestión que más me ha preocupado es lo que Naciones Unidas hizo en la República Centroafricana. Cuando en 2014 recibimos de la Unión Africana la responsabilidad del mantenimiento de la paz allí, teníamos la opción de elegir qué tropas aceptar. Sin un debate apropiado y por cínicas razones políticas se decidió incluir soldados de la República Democrática del Congo y de la República del Congo, a pesar de los informes de serias violaciones de los derechos humanos perpetradas por estos soldados. Desde ese momento las tropas de esos países han estado involucradas en la persistente violación y abuso de personas -con frecuencia chicas jóvenes-, a pesar de que para evitarlos se envió allí a Naciones Unidas.

En 1988, mi primer trabajo en Naciones Unidas fue como oficial de derechos humanos en campos de refugiados a lo largo de la frontera entre Tailandia y Camboya, investigando violaciones y asesinatos de pobres y desvalidos. Nunca hubiera podido imaginarme que un día iba a tener que tratar con integrantes de mi propia organización que cometieran los mismos crímenes o, peor, altos funcionarios que los toleraran por cuestiones de cínica conveniencia. 

En vísperas de la elección de un nuevo secretario general este año, es esencial que los gobiernos, y especialmente los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, piensen con cuidado qué es lo que quieren de Naciones Unidas. La organización es una máquina de escribir Remington en un mundo de smartphones. Si la ONU va a hacer avanzar las causas por la paz, los derechos humanos, el desarrollo y el clima, necesita un conductor genuinamente decidido a reformar. El punto de partida debería ser la renovación de nuestro sistema de personal. El Secretario General Ban Ki-moon es un hombre de gran integridad y Naciones Unidas está llena de personas inteligentes, valientes y altruistas. Desgraciadamente, muchísimos otros carecen de la moral y la capacidad profesional para desempeñarse allí. Necesitamos que Naciones Unidas esté dirigida por personas para quienes “hacer lo correcto” sea lo normal y lo esperado. 

Copyright The New York Times, 2016. Traducción: Román García Azcárate.
Anthony Banbury fue subsecretario general de las Naciones Unidas para Apoyo de Actividades en el Terreno.

sábado, 26 de marzo de 2016

¿Qué logró Arabia Saudí, tras un año de invasión a Yemen?

Hoy se cumple un año del inicio de la invasión de Arabia Saudí contra Yemen. Una guerra que no materializó los objetivos de Riad de eliminar al movimiento yemení Ansarolá, y solo generó la destrucción del país árabe y la masacre de civiles.
Agresión militar de Al Saud a Yemen
En el siguiente artículo repasamos un año de guerra saudí contra Yemen, así como sus objetivos y la situación en el terreno yemení.

Durante el mandato del rey Salman bin Abdulaziz Al Saud, la política exterior saudí se sumergió en enormes cambios, y se puede decir que una gran parte de la crisis que vive la región de Oriente Medio, se debe a ello. Algo que resulta explícito en el lanzamiento de la guerra contra Yemen, el apoyo a los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe) en Siria y la ejecución del prominente clérigo saudí, Sheij Nimr Baqer al-Nimr.

No obstante, el más destacado acontecimiento ha sido la invasión a Yemen, que puso a los saudíes en el centro de las noticias internacionales. En este sentido, hay que estudiar dos factores dentro de Yemen y en la región de Oriente Medio. A principios del año 2015, el movimiento popular Ansarolá, que según Riad tiene vínculos con Teherán, iba ganando protagonismo en el terreno sociopolítico, controlaba varios territorios y aumentaba la posibilidad de que, aunque lo ha negado en varias oportunidades, se hiciera con el poder en el país.

El expresidente, que cuenta con el respaldo de los saudíes, dimitió y abandonó el país. A nivel regional, se hablaba de un acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1, que se interpretaba como una mayor interacción entre Teherán y el mundo, lo que le otorgaba al país persa más influencia a nivel internacional. Por lo tanto, se puede decir que Riad sintió temor de que el Movimiento Ansarolá tomara el poder en el país para evitar que un gobierno cercano a Irán gobernara en su vecindad.

De esta forma, la invasión a Yemen comenzó el 25 de marzo de 2015, bajo el nombre de “Tormenta Decisiva”, solo dos meses después de que el rey Salman llegó al poder. Aparentemente, con el objetivo de devolverle el poder al expresidente fugitivo yemení, Abd Rabu Mansur Hadi, aliado de Riad, y debilitar al movimiento popular Ansarolá y a sus aliados, las fuerzas leales al expresidente Ali Abdulá Saleh.

La agresión de Arabia Saudí, un país amado hasta los dientes por su aliado Estados Unidos y otros occidentales, se produce en medio del silencio de la tan llamada comunidad internacional. Muchos de sus integrantes, de hecho, han vendido armas mortales a Arabia Saudí por miles de millones de dólares, las cuales son empleadas para asesinar a civiles inocentes en Yemen. Existen informes de que Francia, Alemania, Italia, Montenegro, Países Bajos, España, Suecia, Suiza, Turquía, el Reino Unido y los Estados Unidos han vendido a Arabia Saudí armamento por valor de 25 mil millones de dólares, incluyendo drones, bombas, torpedos, cohetes y misiles.

No obstante, más que nada, esa invasión generó el odio internacional a la familia Al Saud por razones que a continuación explicaremos.

Violar las normas internacionales

Riad, desde el inicio, dijo que la operación militar se realizaba a petición del presidente Hadi y en apoyo al pueblo yemení contra Ansarolá. Mientras tanto, desde el punto de vista del derecho internacional y del yemení, la acción es ilegal ya que recurrir a la fuerza en territorio extranjero solo tiene lugar con el permiso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). Asimismo, según los artículos 37 y 38 de la Constitución yemení, solo a condición de que el Parlamento y el Consejo de Defensa Nacional lo autoricen, un tercer país puede intervenir en Yemen para restablecer la situación interna, unas condiciones que no se cumplen, por lo que, claramente los saudíes lanzaron una invasión.

Crímenes de Guerra

Sin lugar a dudas, Yemen es la nación más pobre del mundo árabe. La mayoría de los 25,6 millones de habitantes de esta nación de Medio Oriente luchan, desde hace tiempo, contra las crisis sociales, económicas y políticas.

Sin embargo, su situación se ha deteriorado aún más a raíz de la intervención militar, la cual ha transformado una prolongada crisis política en una guerra sin cuartel. De acuerdo con las autoridades yemeníes, los ataques dirigidos por los saudíes han dejado más de 8500 muertos y miles de heridos. Se estima que el 93 por ciento de las víctimas son civiles.

Según datos de las Naciones Unidas, los ataques militares han provocado unos 2 millones cuatrocientos mil desplazados yemeníes. Arabia Saudí también ha conducido un asedio contra Yemen, evitando que lleguen las ayudas humanitarias. La creciente violencia y el cerco han generado una crisis humanitaria. 20 millones de yemeníes están necesitados de asistencia. La hambruna se está propagando. De acuerdo con la ONU, 14,4 millones de yemeníes se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. Cerca de la tercera parte de los niños menores de cinco años sufren de malnutrición aguda.

Los ataques dirigidos por los saudíes han devastado la infraestructura yemení y destruido la paralizada economía del país. El centro yemení de derechos humanos ha anunciado que más de 800 escuelas han quedado reducidas a escombros, lo que priva de estudios a 1,8 millones de menores. En el año 2015, la economía de Yemen se contrajo en un 35 por ciento. Unos 2,4 millones de personas son desplazados internos. Además, 240 instalaciones médicas han sido blanco de los ataques desde que comenzó la campaña militar saudí. El sistema de salud del país ha colapsado, por lo que más de 14 millones de ciudadanos necesitan servicios médicos.

La ONU y otras organizaciones pro derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI), han denunciado los crímenes de Riad, incluso el uso de unas 140 mil bombas de racimo.

Efectos negativos de la guerra en Yemen

La guerra, cuyos costos se estiman en 200 millones de dólares diarios, ha reforzado la presencia de los terroristas de Al-Qaeda y Daesh en las regiones sureñas de Yemen. Los ataques dirigidos por los saudíes contra los combatientes hutíes y los grupos de Resistencia popular, que tienen como blanco principal las áreas residenciales, han permitido que los terroristas de Al-Qaeda se consoliden en el territorio del sur de Yemen, en específico en ciertas áreas como AHWAR, QUSAY’IR, ZINJIBAR, TARIM y MUKALLA.

Además, un año después, Riad ha fracasado a la hora de cumplir sus objetivos y se encuentra en medio de un atolladero militar, económico y político. Ansarolá mantiene un control efectivo de las áreas más pobladas y penetra en las fronteras saudíes de manera casi regular; lo que es más importante, el presidente Hadi no ha podido recuperar el poder. Arabia Saudí es reconocida como un régimen represor y autor de la masacre de ciudadanos yemeníes, por lo que muchos en el mundo han aumentado la presión contra los gobiernos para que cesen la venta de armas a este país, tal como decidió el pasado mes de febrero el Parlamento Europeo (PE).

Además de las consecuencias a nivel internacional, la guerra contra Yemen ha conllevado graves consecuencias a nivel interno para el país. Desde el punto de vista de seguridad, también, se debe mencionar que por los enfrentamientos y la dimensión de la guerra, las regiones sureñas están sufriendo sus consecuencias. La zona de Jizan, fronteriza con Yemen, ha sido testigo de varios ataques, y los combatientes yemeníes se han hecho con el control de varias bases, un hecho que supone un reto en cuanto a la seguridad del régimen de Riad.

Además, según las últimas cifras reveladas, Riad está destinando una enorme cantidad de dinero a la invasión, mientras una considerable parte de sus propios ciudadanos viven en una situación precaria, en especial en el Este del reino. Existen numerosos informes, como el de la propia Asamblea Consultiva de Arabia Saudí (Shura), que ponen de relieve que alrededor del 22 por ciento de su población vive por debajo del umbral de la pobreza.

Otro informe publicado en febrero de 2013 por el diario árabe Al-Hayat revela que la cifra de suicidios entre los jóvenes saudíes está aumentando, debido a la miseria extrema y la catastrófica situación económica que azota a sus familias, que se ven incapaces de satisfacer sus necesidades básicas. El diario añadió que más del 84 % de las personas que recurren a esta práctica son menores de 35 años, un tema cuya respuesta se puede buscar en una tasa de desempleo del 35 %, según la revista 'The Economist'. Además, mediante un informe el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que Arabia Saudí puede quedarse, dentro de cinco años, sin reservas petroleras, si continúa con su actual política financiera.

Por lo tanto, las autoridades saudíes deben saber que ya ha pasado la era del militarismo y la materialización de objetivos mediante la acción militar, y que solo el diálogo puede ayudar a solucionar cualquier discrepancia.

Fuente: http://www.hispantv.com/newsdetail/yemen/219998/arabia-saudita-invasion-yemen-ansarola-masacre-civiles

sábado, 19 de marzo de 2016

¿Por qué Rusia retira el grueso de sus fuerzas de Siria?

Por: Federico Gaon - Infobae.com
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la retirada del grueso de las fuerzas rusas apostadas en Siria. La decisión se produce casi siete meses después de que los contingentes rusos entraran en la refriega siria, en principio para socorrer al régimen de Bashar al Assad. Con este anuncio, lo cabal es que Moscú apuesta por bajar las tensiones que de momento venían recrudeciendo día a día, especialmente con Arabia Saudita y con Turquía.

La retirada rusa, que cabe aclarar que no es completa, responde al pragmatismo del Kremlin. En primera instancia, este evidentemente ha logrado preservar al régimen alauita en el poder. Como consecuencia, esto implica que los rusos conservan a su aliado, como así también su única salida estratégica al Mediterráneo, la base naval de Tartus. Desde una perspectiva más amplia, aunque es muy temprano para confirmarlo, la retirada de las fuerzas rusas delinearía las nuevas fronteras de facto de una Siria fragmentada.

Hace una semana, por medio de una columna, discutía que existían fundamentos para suponer que las tensiones entre Rusia, por un lado, y Arabia Saudita y Turquía, por el otro, no estallarían en una guerra abierta. Si bien reconocía que un escenario bélico de grandes proporciones era posible, y en teoría aún lo es, argumentaba que ningún actor tenía algo que ganar con un enfrentamiento directo. Obligados a tomar posición en el conflicto sectario que sacude a Medio Oriente, sucede que los sauditas, los turcos y una coalición de países sunitas están vehemente opuestos a que Irán preserve su influencia en Siria, lo que equivale a que Assad permanezca como mandamás en Damasco. Los actores sunitas entienden que el conflicto sirio no será solucionado en tanto no haya un cambio de régimen, y su oposición al clan Assad estriba en los múltiples intereses en juego. Entre otras razones, la proximidad geográfica de las áreas calientes con las zonas fronterizas y las sensibilidades religiosas encontradas, que echan leña al fuego del extremismo antisistémico como es el yihadismo, obligan a las partes enfrentadas a Irán a plantear su oposición.

Además de la retórica religiosa que pueda ser empleada, en los niveles de la alta política, la principal preocupación de los turcos está representada por la pérdida de influencia a nivel regional, lo que incluye el cercamiento de Turquía por parte de Rusia (que tiene presencia militar en Crimea y en la costa siria), y el riesgo de que los kurdos consoliden una entidad soberana a lo largo de la frontera sur con Siria. Si esto último llegara a ocurrir, el riesgo de que sucedan disturbios importantes entre la población turca de origen kurdo sería considerable, sobre todo si se tienen presentes los antecedentes políticos, y terroristas, existentes dentro de este grupo étnico.

En el caso de las monarquías árabes del Golfo, la realidad de una Siria fragmentada esquematiza una amenaza tajante al statu quo. Puesto sucintamente, la lógica es la siguiente: si las fronteras sirias (e iraquíes) han quedado desbaratadas en todo menos en nombre, ¿qué impide que el devenir histórico se torne en contra del multimillonario establecimiento monárquico que prevalece en la región?

En efecto, luego de que las placas tectónicas de la política de Medio Oriente se desplazaran, como resultado de todos los eventos desatados con la llamada Primavera Árabe, para algunos parecía que la era Sykes-Picot había llegado a su fin. Esta observación, contrastable en Siria y en Irak, apunta a que los trazados fronterizos característicos de la región, delineados por Francia y Gran Bretaña durante y luego de la Primera Guerra Mundial, no han probado ser lo suficientemente duraderos como para sostener más de un siglo de permanencia.

En todo caso, lo cierto es que las monarquías en cuestión temen por su supervivencia, y en la medida en que observan que Estados Unidos se retira de Medio Oriente, encuentran en Irán y en el Gobierno sirio una amenaza perniciosamente desestabilizadora.
gaon 1
Habiendo dicho esto, los destacamentos rusos en Siria figuraban como una llaga que entorpecía los esfuerzos combinados de los Estados sunitas. En otras palabras, su mera presencia ponía en riesgo un enfrentamiento con un enemigo digno de ser temido, en circunstancias que, tal como lo mostró el incidente con el caza ruso derribado por los turcos, podrían subir de tono muy rápidamente. Cabe afirmar, en parte por esta misma razón, que, tras el anuncio de la retirada rusa, Putin espera bajar las tensiones. Rusia ya tiene demasiadas presiones financieras y encargos en materia de defensa para comprometerse a una misión militar permanente y de semejante operatividad logística como la desplegada en Siria.

A esto se refiere Putin cuando sostiene que es tiempo de concentrarse en las conversaciones de paz. El hombre fuerte de Rusia ha creado indubitablemente las condiciones para que la continuada existencia del régimen de Assad sea una realidad asentada en el terreno. Con esto, Putin en simultáneo proyecta fuerza que puede canjear, en términos de influencia, tanto en casa como en el extranjero, particularmente en las subsiguientes negociaciones sobre Siria y sobre Ucrania.

Por otro lado, aunque a estas alturas sería iluso dar por completamente terminada la presencia rusa en Siria, la retirada puede ser interpretada como un mensaje hacia Assad y compañía. Con las presentes medidas, Moscú le dice a Damasco que no se comprometerá a continuar la reconquista del territorio sirio perdido. En consecuencia, Rusia le dice al mundo que está dispuesta a buscar el consenso en función de velar por la estabilidad regional que tanto preocupa a todas las partes. Con la zona aledaña al Mediterráneo asegurada en manos de Assad, de momento los rusos verían sus intereses en materia de seguridad satisfechos. No obstante, esto no quita la amenaza permanente que suponen los elementos yihadistas rusos, especialmente en la vulnerable región del Cáucaso septentrional (norte), de donde provienen algunos miembros del Estado Islámico (ISIS).

Por lo pronto, quedará por verse cómo quedan trazadas las fronteras en el plano real. La nueva realidad en el terreno, en continuo desarrollo, podría sobrevenir en un Estado alauita, gobernado por el clan Assad; otro sunita, incluyendo las áreas dominadas por el ISIS en Siria y en Irak; otro chiíta, comandado desde Bagdad por la mayoría chiíta al sur de Irak; y finalmente, otro kurdo, regido desde Erbil por una autoridad que ambiciona la autodeterminación.

miércoles, 17 de febrero de 2016

El conflicto, como una "cuestión de Estado"

Por Mariano Obarrio - LA NACION - El Gobierno tratará el tema hoy en la reunión de gabinete

El gobierno de Mauricio Macri analizará hoy en reunión de gabinete el conflicto del hospital Posadas como una "cuestión de Estado". Será a las 8 en la Casa Rosada. De allí pueden surgir decisiones, entre las que no se descartan una o varias denuncias penales por la contratación indebida en 2015 de 1700 personas que el Gobierno atribuye a la agrupación Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella.

Según altas fuentes de la Casa Rosada, la información que tiene el ministro de Salud, Jorge Lemus, indica que de esos 1700 "militantes" 500 fueron incorporados durante todo el año pasado y unos 1200, desde el 1° de diciembre pasado.

Todos los cañones del Gobierno apuntan a la gestión del ex director del Posadas Martín Latorraca. El Presidente podría dar instrucciones sobre los futuros pasos.

"De esos 1700 militantes, casi todos son de Nuevo Encuentro y muchos son barrabravas del club Deportivo Morón, que tiene controlado el hospital. Vamos a actuar con firmeza, porque es una mafia que hay que sacar del hospital", dijo a LA NACION una alta fuente del gabinete macrista. El conflicto se precipitó por el sabotaje denunciado ayer.

Según el equipo de Lemus, la incorporación de la mayoría de esos trabajadores es irregular. No se les terminó el trámite de aprobación por no tener el título de secundario completo, requisito indispensable, y algunos tienen incluso antecedentes penales. Sin embargo, se detectó que muchos de ellos cobraron haberes sin haber sido nombrados, lo que será denunciado.

Según confiaron a LA NACION las fuentes de Salud, esos detalles serán materia de las futuras denuncias ante los tribunales. Además del caos administrativo y de supuestos actos de corrupción, la actual conducción del Posadas, dirigida por Alberto Díaz Legaspe, encontró que el actual presidente del club Deportivo Morón, Diego Spina, era administrador de ese hospital de alta complejidad durante la gestión de Latorraca.

Se investiga si Spina podría tener vínculos con barrabravas de Morón que controlan la seguridad. Además, en Salud también acusan al delegado de ATE, Darío Silva, de defender a Nuevo Encuentro y a los supuestos barras de Deportivo Morón. De los 1700 contratados, unos 300 no accedieron a presentar sus certificados de antecedentes penales.

Lemus armará un gabinete de emergencia integrado por la Jefatura de Gabinete y los ministerios de Salud, Modernización, Seguridad y Justicia; el municipio de Morón, y la gobernación bonaerense.

lunes, 1 de febrero de 2016

Sunitas y chiitas: el conflicto que tiene en vilo al mundo

Ilustración: Iker Ayestaran
Por Lorena Oliva - LA NACION - Viejas rivalidades económicas y territoriales se superponen con la amenaza terrorista, en una espiral de violencia difícil de modificar


Es cuestión de desandar la espiral de violencia que conmueve a Medio Oriente, una de las regiones menos pacíficas del planeta, para que el camino nos lleve hasta un acontecimiento religioso ocurrido en el año 632 de nuestra era. La muerte del profeta Mahoma, sin un claro sucesor, marcó el inicio de una rivalidad dentro del islam entre dos grandes corrientes-los chiitas y los sunitas- que se extiende hasta nuestros días.

La falta de acuerdo sobre quién sería el nuevo sucesor espiritual del Profeta acabó convirtiéndose en una grieta dentro del islam que fue profundizándose con el correr de los siglos. Y lo que nació como una confrontación de tipo religioso se fue transformando, con el paso del tiempo, en una disputa geopolítica tan compleja como peligrosa, así como también en la causa que muy a menudo agita el terrorismo para justificar su razón de ser.

Con más de 1500 millones de fieles, el islam es la religión oficial de muchísimos países, cuyas constituciones y fuentes jurídicas se basan o se inspiran en gran medida en el Corán. En este contexto, si bien ambas ramas tienen puntos de acuerdo -todos adhieren a los pilares básicos del islam-, una de sus diferencias es que para los chiitas el imán es intermediario entre Alá y la comunidad, y para los sunitas sólo dirige la oración y vela por la comunidad.


Ilustración: Iker Ayestaran.

Se estima que los chiitas representan al 15% de los musulmanes, mientras que los sunitas comprenden el 85% restante, según el Pew Center Research. Más allá de las similitudes y diferencias entre ambas corrientes, es la pregnancia de lo religioso sobre lo político -un rasgo común entre ambas- lo que hace difícil separar lo sagrado de lo profano a la hora de analizar el alto nivel de conflictividad de la región.

En consonancia con su superioridad numérica, los sunitas son mayoría en Arabia Saudita Afganistán, Pakistán, Jordania, Kuwait, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Qatar, Libia, Turquía y Siria; mientras que hay mayoría chiita en Irán, Azerbaijan, Bahréin, Irak y El Líbano. Basta mirar la multiplicidad de alianzas y enfrentamientos que hoy se dan entre éstas y otras naciones para detectar, con bastante frecuencia, conexiones con este enfrentamiento histórico. Sin embargo, no todo lo que allí acontece puede explicarlo el conflicto entre sunitas y chiitas. Es, en todo caso, un factor que se combina con otros, de tipo político, económico, territorial o estratégico.

Sin ir más lejos, la histórica rivalidad ideológica entre Arabia Saudita e Irán también se replica en el plano geopolítico. Ambos países cuentan con enormes recursos en materia de gas y petróleo, y el reciente levantamiento de las sanciones económicas contra Irán le devuelven su estatus de jugador de primera línea en el mercado mundial. ¿En qué medida la novedad será disparadora de nuevas tensiones entre ambos países? Difícil saberlo. Lo cierto es que no soplan vientos de paz. Basta recordar la reciente ejecución de un predicador chiita por parte de Arabia Saudita y la posterior quema de la embajada saudita en Teherán. Actualmente ambas naciones han roto sus relaciones diplomáticas.

"Es cierto que Irán y Arabia Saudita han intensificado sus rivalidades. No obstante, explicar todas las disputas geopolíticas contemporáneas remitiendo la comprensión a la diferenciación doctrinal sunitas vs. chiitas puede sonar didáctico pero es un tanto simplificador. Las cuestiones geopolíticas pueden coincidir con líneas divisorias de pertenencia identitaria a distintos modos de comprender la religión, pero su dinámica está marcada por procesos contemporáneos de alianzas, estrategias, influencias políticas y modos de construir el poder, como en cualquier arena de negociación o de tensión internacional", admite la investigadora del Conicet Silvia Montenegro.

Con ella coincide Javier Martín, delegado de la agencia de noticias EFE en el norte de África y autor del libro Estado Islámico, geopolítica del caos, publicado el año pasado, que ya va por su quinta edición: "Aunque tiene raíces religiosas, el actual conflicto entre chiitas y sunitas es esencialmente político. Tanto Irán, único Estado chiita del mundo, como Arabia Saudita, que se atribuye el liderazgo ideológico e incluso político del universo sunita, así como también los movimientos radicales como Al Qaeda y la organización yihadista Estado Islámico manipulan las diferentes sensibilidades sectarias para forzar y azuzar el conflicto en función de sus intereses políticos, económicos y geoestratégicos en la región."

Sin embargo, Federico Gaon, analista internacional especializado en islamismo y Medio Oriente, no desestima el rol que juega la fe en el tejido de alianzas y conflictos en la región. "Lo religioso juega un papel fundamental. Para los occidentales, esto es un concepto difícil de digerir por el simple hecho de que no estamos acostumbrados a que la religión tenga semejante peso en nuestros días, o por lo menos no en nuestras latitudes."

A pesar de la profusa cobertura mediática de los conflictos en Medio Oriente, así como el estupendo papel que han sabido jugar las redes sociales a la hora de sortear cualquier cerco informativo, la visión estereotipada que suele circular sobre la región permanece vigente.

"Los estereotipos son más fáciles de digerir que la complejidad y la diversidad de la realidad, y todas las regiones subdesarrolladas del globo padecen ese tipo de simplificaciones. Así, África es la región de las hambrunas, las enfermedades y las guerras civiles; Latinoamérica, de los narcos, el fútbol y los carnavales; y Medio Oriente, del terrorismo, el fanatismo y el atraso. Pero las raíces de estos prejuicios no son inocentes. En lo que respecta a Medio Oriente, la desinformación y la distorsión han sido sistemáticas desde tiempos del colonialismo europeo, que dividió al mundo en dos entidades imaginarias e irreconciliables: una avanzada y otra salvaje; una regida por los valores de la Ilustración, la otra por una 'religión violenta' llamada islam. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tomó la posta que dejaron allí Francia y Gran Bretaña, y esas distorsiones no han hecho más que profundizarse, llegando a aplanar la historia en la burda ecuación 'democracia versus terrorismo'", considera la licenciada en comunicación Ana Prieto, también autora del libro Todo lo que necesitás saber sobre terrorismo (Paidós).

Pese a la miopía occidental, la violencia tiene efectos devastadores a nivel planetario, como bien pudimos comprobar con los recientes atentados en París. De acuerdo con el último informe del Institute for Economics and Peace (Instituto para la Economía y la Paz), un organismo no gubernamental que creó en 2008 el Índice Global de Paz, los principales actores de Medio Oriente se cuentan entre los doce países menos pacíficos del planeta. La organización, que releva a 162 países, también estima que el costo de la violencia global, fuertemente concentrada en esa zona, equivale al 13,4% del producto bruto mundial. En otro trabajo, el Índice Global sobre Terrorismo, se señala que, en 2014, Estado Islámico y Boko Haram habían sido los responsables del 51% de las muertes por terrorismo que, durante ese año, totalizaron unas 32.658, un 80% más que el año anterior.

Las principales organizaciones terroristas que operan en la región, como por ejemplo Estado Islámico, Al Qaeda (que se identifican con los elementos más militantes y radicales del sunismo) o Hezbollá (ligada a los chiitas) respaldan su accionar criminal en las enseñanzas del Corán, con una noción de yihad global que apela a una lucha armada en defensa del islam y en su conquista. Lo cierto es que, si bien la mayoría de los musulmanes adhieren a la yihad, existen serios matices interpretativos.

"La mayoría de los musulmanes adhieren al significado de yihad como esfuerzo, esforzarse en el camino de Dios, y rechazan la equiparación con la idea de "guerra santa" como un elemento de difamación mediática, construido por los medios occidentales, que funcionaría para producir una asociación instantánea entre islam y violencia. De hecho, muchos pensadores y líderes musulmanes no dejan de aclarar este aspecto ante los medios o escribir sobre el tema", puntualiza Montenegro.

"Otra es la concepción de los llamados grupos 'yihadistas', y su idea de yihad global -continúa la especialista-, que se consolida con la diáspora de combatientes que lucharon en Afganistán contra la invasión de la Unión Soviética en 1979. A partir de ahí surgen organizaciones (como Al Qaeda) o actualmente Estado Islámico, que apelan a la idea de yihad e instrumentalizan o son instrumentalizadas por determinados intereses. En ese contexto, y en la acepción que esos grupos le otorgan, se forja la idea del yihadista. Éste aparece como un combatiente de un ejército global que responde a un llamado y se moviliza a un territorio de origen distinto del suyo, donde se entiende que es necesario el combate o incluso actúa como cuentapropista para acciones que pueden, al modo de una franquicia, ser luego reivindicadas por organizaciones."

Pero, en cualquier caso, hay quienes creen que, más allá del fundamento ideológico de estas organizaciones, vale la pena mirarlas también como un reflejo de las contradicciones que se dan en nuestro mundo globalizado.

"Creo que, en el caso de Estado Islámico, se trata de una agrupación profundamente contemporánea: no sólo explota todas las herramientas digitales y comunicacionales a su alcance sino también porque es un hijo violento de las contradicciones de la globalización. La mayoría de sus jóvenes reclutas no están ahí por razones colectivas o religiosas (la devoción, si llega, llega después), sino para darles sentido a sus vidas, para canalizar sus propios impulsos violentos o para perseguir lo que les han vendido como una utopía. No hay que desestimar las motivaciones ni ambiciones personales de las personas que se unen a Estado Islámico", reflexiona Prieto.

Un poco de historia

La reinterpretación de los mandatos religiosos no es nueva en una religión que carga con siglos de fracturas. Basta recordar que fue la muerte de Mahoma la que enfrentó a la comunidad musulmana de entonces con el desafío de designar un sucesor. Para un sector (los luego llamados chiitas), el líder espiritual debía ser un descendiente directo del profeta, mientras que para el otro (representado por quienes después serían los sunitas) debía ser elegido por la comunidad y no necesariamente tenía que ser un descendiente directo del Profeta. La que se impuso fue esta última posición.

Tras aquella primera derrota, el chiismo, habiendo quedado en minoría y a los efectos de preservar sus formas frente a la mayoría, se abstendría de inmiscuirse en la búsqueda activa por el poder político. "Refugiándose en la creencia de que al final de cuentas todas las injusticias serían saldadas por la figura mesiánica del mahdi, 'el imán oculto', los chiitas encontraban consuelo espiritual a los agravios cometidos por el establecimiento sunita. Dicho sucintamente, había que esperar a la venida del redentor para poner las cosas en orden. Las circunstancias cambian en forma decisiva cuando se establece la dinastía safávida en 1501 en Irán. Con ella la mayoría de la población persa sería convertida al chiismo. Éste es un hito fundamental para entender lo que sucede hoy en día", explica Gaon.

Pero, si de hitos se trata, todas las fuentes consultadas concuerdan en señalar la Revolución islámica de 1979. "La Revolución islámica puede ser vista como la consagración del activismo político chiita. Representa la trasformación final del chiismo. De ser una corriente políticamente 'pasiva', resignada a su posición de inferioridad, pasó a ser un movimiento 'activo' en el plano político. Esto es algo insufrible para el establecimiento religioso sunita", agrega Gaon.

Con él coincide Khatchik DerGhougassian, doctor en Estudios Internacionales y profesor en la Universidad de San Andrés. "Históricamente los sunitas dominaron a partir de la dinastización del califato y por muchos siglos los chiitas fueron los perseguidos, los pasivos en la política, pues esperaban el regreso del último imán ocultado para establecer justicia en el mundo. Pero cuando con los fatímidas en Egipto, los safávidas en Irán y, sobre todo, con la emergencia de la República Islámica de Irán el chiismo llegó al poder, la controversia con los sunitas adquirió una dimensión geopolítica. A falta de secularización política en el islam, y mientras siga el conflicto en Medio Oriente, es muy difícil distinguir la pelea por el liderazgo de la comunidad musulmana de la lucha por el poder expresado en claves de razón estatal."

A la par de la Revolución iraní, se produjeron otros incidentes que despertaron los fuegos del radicalismo sunita. "Primero, la toma de la Gran Mezquita (Al-Masjid al-Haram) en La Meca por parte de extremistas adversos al de ya de por sí rígido y conservador régimen de los sauditas. Segundo, se produjo la invasión soviética de Afganistán, la cual inspiraría a miles de musulmanes de todo el mundo a librar una guerra santa, una yihad, contra el 'imperio ateo' invasor. La eventual derrota de los rusos daría paso a la creación de Al-Qaeda y a la usanza yihadista que estamos acostumbrados a ver en las noticias", agrega Gaon, quien compara la actual tensión entre Arabia Saudita e Irán tras el levantamiento de las sanciones con una debacle entre sunitas y chiitas que no tenía lugar desde la guerra entre Irak e Irán en los años ochenta.

Las perspectivas de paz en la región requieren de una serie de condiciones previas. "Mucho depende de la voluntad política y capacidad de cooperación de los actores regionales (Irán, Arabia Saudí y Turquía). En menor medida, de un acuerdo entre, por un lado, Estados Unidos y sus aliados europeos y, por el otro, Rusia. De hecho, este acuerdo existe pero no se puede implementar ni siquiera en el contexto de las negociaciones bajo el auspicio de la ONU entre el régimen de al-Asad y los opositores", aporta DerGhougassian.

Para Martín, en cambio, la paz sólo será posible siempre que se obligue a los actores regionales a cumplir con los derechos humanos y se trate con igual contundencia a todos los países. "Desde hace años, se ha denunciado el régimen dictatorial de Irán y sus prácticas mafiosas en la región, y debe seguir haciéndose dentro de la nueva era que se ha abierto tras el necesario acuerdo nuclear. Pero no se puede mantener el silencio y permitir que Arabia Saudita siga aplicando las mismas políticas mafiosas, violando los derechos de su pueblo y de los pueblos de la zona con impunidad. Igual que era necesario el retorno condicionado de Irán a la mesa de Oriente Medio por la influencia que tiene en muchos de los actores, es necesario frenar a Arabia Saudita para que el diálogo pueda funcionar."

Resolver la puja que dio origen a esta fractura es todavía mucho más complejo. Así lo cree Federico Gaon: "Estamos hablando de intereses irreconciliables, tanto religiosos como estratégicos. Es un juego de suma cero. Por ello, algunos comentaristas sugieren que la guerra es inevitable, y que sólo después de un conflicto decisorio como atroz, podrá alcanzarse, puertas adentro del islam, una solución religiosa que incite a darle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Por lo menos esto fue lo que necesitó Europa para que, al cabo de pocos siglos y luego de un sangriento enfrentamiento entre católicos y protestantes, se consagrara el secularismo".

sábado, 16 de enero de 2016

Tensión en mares de Asia

(La Nación) - En los mares asiáticos, el comercio es el más intenso del mundo, pero también lo son los conflictos de soberanía que permanecen abiertos y que están originando otra lamentable carrera armamentística.

Nos referimos a las disputas entre China y Japón, que afectan a las islas que China denomina Diaoyu, y Japón, Senkaku. Aparentemente, en torno de ellas habría importantes yacimientos de petróleo y gas natural. Existen otros conflictos de soberanía, los marítimos, como el que enfrenta a Japón con Corea del Sur por las islas que el primero llama Takeshima y el segundo país, Dokdo.

Actualmente, en Asia hay en proceso de compra, adquisición u operación nada menos que dieciocho portaaviones. De ellos, cinco corresponden a China, cuatro a Japón, cuatro a la India, dos a Australia, dos a Corea del Sur y uno a Tailandia. Se ha desatado una verdadera fiebre cuyas consecuencias podrían resultar muy graves.

En todo el mundo hay hoy 37 portaaviones que están activos, distribuidos entre una docena de distintas marinas de guerra. El más moderno es el que botaron los Estados Unidos en noviembre de 2013: el Gerald Ford, con 4000 tripulantes, que puede lanzar 220 ataques aéreos por día.

En Asia se trata de portaaviones que, en su gran mayoría, son de los llamados "híbridos", aquellos capaces de llevar tanto aviones de despegue vertical como helicópteros modernos de ataque, armados con misiles.

En 2013, Japón también botó su portaaviones. Al propio tiempo, la India hizo lo mismo con el suyo. Hoy, la India tiene un segundo portaaviones navegando, que fue adquirido en Rusia. China había comprado su primer portaaviones a Ucrania en 1998 y anunció que tiene otro en construcción avanzada. Australia cuenta con dos en construcción. Corea del Sur, cuyo vecino del norte es particularmente intranquilizador, tiene uno del que despegan helicópteros artillados. Tailandia, desde 1997, opera el más pequeño del mundo, construido en España.

Esta carrera armamentística es preocupante. En África, Angola está adquiriendo el portaaviones español Príncipe de Asturias. Y podría encontrar imitadores.

La proliferación de este tipo de buques de gran porte y avanzada tecnología es una clara señal de la intranquilidad que generan en Asia los actuales conflictos y reclamos de soberanía. La región se encuentra en alerta, inmersa en un peligroso ambiente de movimientos estratégicos, que incluyen la construcción de islas artificiales y generan fuertes tensiones que, a su vez, alimentan viejas rivalidades.

jueves, 24 de septiembre de 2015

La Corte de La Haya falla a favor de Bolivia en su reclamación a Chile de un acceso al mar

(RT.com) - La Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) se declara competente en la demanda marítima de Bolivia, que históricamente exige a Chile un acceso al Pacífico. La decisión es favorable a Bolivia.
La Haya ha resuelto seguir adelante con el litigio entre Bolivia y Chile por el acceso al mar. Los 14 magistrados de la Haya votaron a favor de la competencia de la corte para seguir con la demanda presentada por Bolivia en contra de Chile. Dos magistrados votaron en contra.

La decisión es favorable a Bolivia, ya que implica que el proceso continuará. Si la Corte se hubiera declarado incompetente, el proceso habría concluido, obligando a Bolivia buscar otras vías para satisfacer su reclamación.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Las claves del proceso entre Bolivia y Chile ante la Corte de La Haya

EL PAÍS - FERNANDO MOLINA - La Paz -
Los abogados de ambos países presentan esta semana sus alegaciones en el litigio sobre la frontera marítima

Abogados de Bolivia y Chile comparecerán a lo largo de esta semana ante la Corte Internacional de La Haya y presentarán alegatos a favor y en contra de que esta Corte se declare competente para analizar una demanda en contra de Chile, que busca obligar a este país a negociar “de buena fe” la salida “soberana” de Bolivia al mar. Estas son las principales claves del proceso.

La demanda boliviana 
En 2013, el Gobierno boliviano presentó una demanda ante la Corte Internacional de La Haya en contra de Chile, la cual busca obligar a este país a negociar “de buena fe” la salida “soberana” de Bolivia al mar. Evo Morales anunció que haría esta demanda en 2011, después de declarar fracasada la negociación bilateral sobre 13 puntos, entre ellos el marítimo, que había iniciado con Michelle Bachelet durante la primera gestión de la mandataria chilena. Esta demanda es la última de una larga serie de acciones tomadas por Bolivia a lo largo de su historia para recuperar la “cualidad marítima” que perdió en la Guerra del Pacífico, en la que Bolivia y Perú fueron derrotados por Chile.

¿Qué se decide ahora?
Chile planteó una “objeción previa” a la vista de la demanda por la Corte de La Haya. Pidió que esta no fuera admitida, con el argumento de que afectaría a un tratado de límites que ambos países firmaron en 1904, siendo que la jurisdicción de este tribunal corre desde 1948 en adelante. Por su parte, Bolivia asegura que su demanda no pretende cuestionar este tratado de límites y en cambio se origina en los “derechos expectaticios” que generaron a su favor los ofrecimientos realizados por Chile a lo largo del tiempo para resolver el diferendo marítimo entre ambos países.

¿Qué alega Bolivia?
Bolivia alega que Chile debe cumplir el ofrecimiento que le hizo en varios momentos de facilitarle una salida soberana al mar. En particular se refiere a la “negociación de Charaña” (una pequeña población fronteriza que se hizo célebre por el encuentro en ella, en 1975, de los dictadores Augusto Pinochet y Hugo Banzer), en la que Pinochet ofreció a Bolivia un corredor hacia el océano Pacífico, sobre la frontera chileno-peruana, a cambio de la misma cantidad de territorio boliviano. La negociación fracasó por la resistencia de la población boliviana al canje territorial y por la simultánea oposición del Perú, que gozaba de derecho de veto, puesto que el territorio chileno que iba a traspasarse a Bolivia había sido peruano antes de la Guerra del Pacífico.

¿Qué alega Chile?
Chile alega que los ofrecimientos que hizo a Bolivia, pero que no acabaron en un acuerdo entre partes, no pueden generar derecho alguno, ya que si lo hicieran se restringiría la facultad de los países de explorar soluciones innovadoras a sus problemas internacionales, y se los condenaría a seguir un libreto invariable. Cree que la Corte debe inhibirse de actuar, dada la naturaleza “osada” de la demanda boliviana, que de admitirse tendría el potencial de desordenar el ordenamiento jurídico internacional.

¿Qué tiene que ver este proceso con el juicio de Perú contra Chile?
Entre 2008 y 2014, la Corte de La Haya trató una demanda de Perú contra Chile en torno al territorio marítimo fronterizo, y finalmente devolvió a la soberanía peruana 50.000 kilómetros cuadrados de mar. Este juicio es el antecedente directo de la acción boliviana, porque mostró que por esta vía podían obtenerse concesiones de Chile.

¿Quiénes participan en el proceso?
Ambos países han enviado a La Haya a sus cancilleres y a equipos de diplomáticos, parlamentarios y juristas nacionales e internacionales. La delegación boliviana cuenta con dos expresidentes, Rodríguez Veltze y Carlos Mesa. Los alegatos se transmiten en vivo por televisión para las dos naciones. Morales ordenó embanderar las casas durante toda esta semana, para mostrar el respaldo de la población a sus representantes ante la Corte Internacional. En Chile, una encuesta de la Universidad del Desarrollo estableció que el 49% de los habitantes cree que este país perderá la objeción previa que interpuso, y que la demanda boliviana continuará analizándose en La Haya.

¿Cuál es el estado de las relaciones bilaterales?
Entre 2006 y 2010, el tiempo que duró la negociación de los 13 puntos se produjo un deshielo sin precedentes de las relaciones entre ambos países, que están formalmente rotas desde 1978, fecha en la que el diálogo de Charaña naufragó. Desde 2011, las acusaciones mutuas y el distanciamiento entre Bolivia y Chile han escalado, gracias a las campañas comunicacionales de reivindicación nacionalista de Bolivia, y la competencia entre ambas diplomacias para presentar sus visiones del problema a la comunidad internacional.

Fuente: http://www.aviacionargentina.net/foros/discusiones-generales.14/10053-bolivia-y-la-salida-al-mar.html

domingo, 5 de abril de 2015

Los cinco lugares donde podría estallar la Tercera Guerra Mundial

(RT.com) - Las tensiones en Asia, la campaña contra del Estado Islámico y la crisis ucraniana son solo algunos de los conflictos que afectan los intereses geopolíticos de las potencias nucleares del mundo. ¿Habrá que prepararse para una nueva guerra mundial?

"Estos días el mundo parece estar literalmente ardiendo", sostiene el columnista del portal The National Interest James Hardy, y analiza los focos de tensiones donde la situación es 'suficientemente' explosiva como para que pueda estallar una Tercera Guerra Mundial.

Península coreana

Este mes de octubre, Corea del Norte empezó a celebrar reuniones de alto nivel con el sur, por primera vez en los últimos siete años. Sin embargo, ni la agenda ni sus resultados se dan a conocer.
 
Mientras tanto, entre las dos Coreas sigue habiendo tensiones. Este mismo octubre se registró tanto un intercambio de disparos entre barcos de los dos países como fuego de artillería de ida y vuelta en la frontera terrestre.

Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., reconoció en sus memorias que Washington estuvo dispuesto a usar armas nucleares contra Corea del Norte en 2010, el año que Seúl acusó a Pionyang de torpedear y hundir la corbeta surcoreana Cheonan.
  
Corea del Norte sigue desarrollando su polémico programa atómico mientras su vecino del sur está trabajando activamente en todo tipo de armamento, que advierte con usar para destruir las ojivas nucleares norcoreanas antes de que sean lanzadas, escribe Hardy y acentúa que en estos momentos la situación en la península es muy poco predecible.

Frontera chino-india

A mediados de septiembre, tropas chinas cruzaron la línea actual de control en la frontera disputada entre China y la India en las alturas del Himalaya y avanzaron unos cuantos kilómetros en el territorio indio. Los medios indios denunciaron que se trataba de aproximadamente 1.000 soldados y dedicaron sus portadas al incidente y asuntos relacionados a lo largo de varias semanas.

Nueva Delhi siempre ha advertido de que si Pekín despliega en el Índico sus submarinos nucleares, cruzará la linea roja. Con todo esto, desde el mes de septiembre un submarino chino dieseleléctrico clase 039 Song se encuentra en Colombo, el mayor puerto de Sri Lanka. Presuntamente, se trata de una escala en el camino hacia una patrulla antipirata en el golfo de Adén, entre la región del Cuerno de África y la península Arábiga. China acaba de finalizar unos ejercicios navales conjuntos con Irán y Pakistán, país con el que la India tiene numerosas disputas pendientes de resolver. Según informa el rotativo 'Want China Times', Pekín está negociando una cooperación marítima con Seychelles, Mauricio, Sri Lanka, Bangladés y Camboya. Además, de acuerdo con el mismo diario, China está incluso considerando la posibilidad de construir bases navales en el Índico.

"La amistad 'para toda la vida' de China y Pakistán y su avance en el interior del océano Índico amenazan la hegemonía regional de la India, mientras la 'mirada hacia Oriente' de la India es muy mal recibida por China, porque alinea Nueva Deli con Vietnam y Japón. Este tipo de competición estratégica podría desembocar en una escalada de la que ninguna de las partes podría alejarse", pronostica Hardy.

China versus EE.UU. (vía Japón o Taiwán)

Sin embargo, la disputa de Pekín con Nueva Deli no es la que debe causar más preocupación, según el analista. Desde su punto de vista, son las tensiones entre China, Japón y Taiwán el conflicto con el mayor potencial explosivo de todos los que existen en la actualidad.

"La amenaza de la 'trampa Tucídides' [término introducido por el politólogo estadounidense Graham Tillett Allison hijo para referirse al poderío emergente que causa temor en una potencia bien establecida hasta que desemboca en una guerra] se ha convertido en un tema de conversación notable en las relaciones chino-estadounidenses en los últimos años. (…) No se puede negar que el aumento y la modernización de las Fuerzas Armadas de China cambia el equilibrio del poder y afecta peligrosamente numerosos puntos de fricción", insiste el analista.

El profesor Han Xudong, de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército Popular de Liberación de China, tiene el mismo punto de vista. "Es probable que estalle una tercera guerra mundial para luchar por los derechos sobre mar", puntualizó Han en un artículo para el periódico estatal 'Global Times'.

Hoy en día, Pekín se ve implicado en una serie de disputas relacionadas con los derechos sobre el mar, tanto en el mar de la China Meridional como en el mar de la China Oriental. En el mar de la China Meridional, China reclama zonas marítimas extremadamente ricas en recursos naturales que Vietnam, Filipinas, Brunéi, Taiwán y Malasia también reclaman. La disputa más feroz es por las islas Spratly, en el arrecife de Scarborough. A inicios de este año, el comandante de las Fuerzas Armadas filipinas, el general Emmanuel Bautista, dijo que su país responderá militarmente si China usa la fuerza contra los pescadores filipinos que faenan en el área. En marzo, Filipinas presentó una demanda en el Tribunal Internacional de la Haya contra China. Taiwán, a su vez, está construyendo un puerto en las Spratly y está considerando desplegar en la zona buques de guerra de manera permanente.
   
En el mar de la China Oriental, Pekín insiste en que sus fronteras marítimas incluyen el grupo de islas Diaoyu ('Senkaku' en japonés), actualmente administradas por Tokio. En un intento de hacer más visible su derecho sobre el territorio, tanto China, como otros Estados vecinos sobrepusieron sus zonas de identificación aérea y marítima sobre el área y reforzaron las misiones de patrullaje. En vista de un posible enfrentamiento, Washington ha expresado claramente su intención de involucrarse y tomar una posición antichina. Durante una visita a Tokio en abril, el presidente Barack Obama declaró que si China ataca las islas disputadas con Japón, EE.UU. recurrirá a la fuerza. La Armada estadounidense se está preparando para un potencial conflicto con el país asiático, denunció un reportaje de la BBC de esta semana.

Oriente Medio

La alianza antiterrorista de 21 países liderada por el Pentágono ha acordado en una reunión una campaña a largo plazo contra el Estado Islámico para que el grupo "deje de ser una amenaza global". El presidente estadounidense Barack Obama aseguró que los ataques aéreos de la coalición continuarán tanto en Irak, como en Siria y que se tratará de una lucha larga. Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., por su parte, pronosticó que la coalición no podrá limitarse a bombardeos aéreos y que debería mantener sobre la mesa la opción de enviar a la región tropas terrestres.

Desde el punto de vista de Hardy, la única 'ventaja' de la situación es que es poco probable que sirva para que se desate una guerra nuclear. Con todo esto, sí que formula varios escenarios de cómo esto podría suceder. Desde su punto de vista, el vulnerable equilibrio atómico en la región puede quebrarse, si los yihadistas del Estado Islámico conquistan un almacén de material fisible y encuentran en sus filas a especialistas capaces de militarizarlo. Otro escenario imaginado por el analista es la intervención de Corea del Norte y que decida ir en ayuda del presidente sirio Bashar al Assad.    

Por último, Hardy contempla el escenario, cuando Arabia Saudita finalmente modernice los misiles balísticos DF-3 de producción china que adquirió hace casi tres décadas y los equipe con ojivas nucleares, tal y como se rumorea últimamente. La única pregunta que queda aquí es contra quién serán dirigidos estos misiles: contra Irán o Israel, subraya el columnista.

EE.UU. y la OTAN contra Rusia

"El desarrollo de los acontecimientos actuales en Ucrania es una reminiscencia de la crisis de los misiles en Cuba", opinó en mayo el político ucraniano Renat Kuzmín. Los acontecimientos de los últimos meses solo confirman esta sentencia.

En la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido) de septiembre, la Alianza empezó a elaborar un plan del refuerzo de su presencia en las fronteras rusas argumentando con las dimensiones de la crisis ucraniana, subraya Hardy. Esta semana, el Pentágono presentó un informe para proporcionar su "visión de los conflictos armados del futuro" en los que describe las estrategias para destruir a los potenciales rivales. En caso de un enfrentamiento con otra potencia nuclear, el documento propone atacar primero y "de manera que el adversario sea incapaz de responder con eficiencia".
  
El Pentágono está elaborando escenarios de operaciones cerca de las fronteras rusas, denunció este 16 de octubre el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. Actualmente, EE.UU. sufre una profunda crisis de desigualdad social y "la salida de esta crisis ya está bien planeada: es un conflicto militar, ya que el conflicto militar atrae inversiones, refuerza la industria, algo que pasó durante la Segunda Guerra Mundial", opina el analista político Vardán Bagdasarián, según recoge el portal Pravda.ru.
 
Solo en el mes de septiembre, la OTAN llevó a cabo tres simulacros en los países vecinos a Rusia: uno en Letonia y dos en Ucrania. La Alianza ha reforzado sus misiones de patrullaje en los países bálticos, vuelos de vigilancia, reconocimiento e inteligencia (AWACS) en Polonia y Rumania y desplegado buques de guerra adicionales en el mar Báltico y el Mediterráneo, además de aumentar contingentes y expandir programas de maniobras. La OTAN también planea establecer cinco nuevas bases en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia para reforzarse contra Rusia, a la que Occidente responsabiliza por la crisis en Ucrania. La Alianza puede desplegar sus tropas donde quiera, afirmó el nuevo secretario general del bloque militar, el noruego Jens Stoltenberg.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Arrasador ataque de EE.UU. contra las bases del ISIS

(Clarin.com) - Participaron aviones cazas y drones que lanzaron más de un centenar de bombas teledirigidas. Y se dispararon 47 misiles Tomahawks desde el mar. Hubo al menos 120 muertos en el inicio del ataque.

Disparo. Vista de la salida de un misil Tomahawk estadounidense lanzado hacia Siria desde un destructor mientras navega en el Golfo Pérsico./EFEFoto:  Disparo. Vista de la salida de un misil Tomahawk estadounidense lanzado hacia Siria desde un destructor mientras navega en el Golfo Pérsico./EFE

El ataque aéreo de Estados Unidos y sus aliados contra el bastión de los yihadistas del Ejército Islámico –conocido como ISIS– en Raqqa, Siria, fue devastador. Con precisión militar, comenzó a las cuatro de la mañana del martes –tal como informó Clarín en su segunda edición– cuando una nube de bombarderos, cazas y drones de combate arrojaron más de un centenar de bombas y misiles, provocando la destrucción de gran parte de la base de operaciones fundamentalista y la muerte de al menos 120 milicianos.

En total se lanzaron más de 100 bombas teledirigidas de alto poder y 47 misiles Tomahawk. De este ataque, el primero en el complejo marco de la guerra civil siria, participaron bombarderos B-1, cazas F-15, F-16 y los modernos F-22 Raptor (“stealth”), lo más avanzado en la aviación de EE.UU. Los Tomahawk fueron disparados desde dos naves, una en el Mar Rojo y la otra en el norte del Golfo Pérsico.

“Se escucha claramente el ruido de aviones de guerra. El cielo de Raqqa está lleno de drones”, escribió en Twitter uno de sus residentes, Abdulkader Hariri, minutos antes de que comenzaran a caer las bombas. El presidente estadounidense, Barack Obama, había dado la orden de atacar respaldado por sus aliados europeos y por cinco naciones árabes: Arabia Saudita, Jordania, Bahrein, Qatar y los Emiratos Arabes Unidos. Todas son de mayoría sunnita, la misma concepción islámica que el ISIS.

EE.UU. y Francia ya venían atacando posiciones de las milicias ultraislámicas en Irak, pero ésta fue la primera en territorio sirio. En el caso iraquí el gobierno de Obama golpeó primero y luego buscó apoyo militar de otros países. En cambio, en esta ocasión Washington se aseguró desde el principio un respaldo amplio en la región.

El poderío bélico utilizado en el bombardeo del martes fue una clara demostración de fuerza. Se usó todo tipo de avión de combate, así como los potentes misiles de los buques de guerra anclados en la región. A diferencia de Irak, donde se atacó especialmente vehículos y tanques, en este caso el objetivo fueron las centrales de comando, los puestos de control, los almacenes de armas y los campos de entrenamiento del integrismo.

Para que el operativo funcionara, durante más de un mes los pilotos estadounidenses habían recabado información sobre la situación en Siria mediante vuelos de reconocimiento. Según admitieron las autoridades militares estadounidenses, un aluvión de misiles y bombas de precisión cayeron el martes a la madrugada sobre Raqqa y otras localidades situadas en la frontera sirio-iraquí.

Horas después del ataque, Obama asumió el liderazgo del operativo. “Ayer por la noche, bajo mis órdenes, las fuerzas armadas de Estados Unidos comenzaron los ataques contra el Estado Islámico en Siria”, dijo en la Casa Blanca. Y aclaró: “Este esfuerzo va a llevar tiempo, habrá desafíos en el futuro, pero vamos a hacer los que sea necesario para luchar contra este grupo terrorista, por la seguridad de nuestro país, de la región y de todo el mundo”.

El jefe de operaciones del Pentágono, William Mayville, justificó la decisión al señalar que los bombardeos no sólo buscaban destruir al ISIS, sino también a la cúpula de una agrupación ultraislámica aliada de estos yihadistas, llamada “Khorasan”. “Se decidió actuar para proteger a nuestros intereses. El grupo Khorasan se encontraba en la fase final para ejecutar grandes ataques contra objetivos occidentales y potencialmente territorio estadounidense”, afirmó y agregó: “Creemos que los individuos que preparaban y planificaban estos ataques fueron eliminados”.

Si bien Mayville no dio precisiones, fuentes de Inteligencia estadounidense dijeron a medios estadounidenses que el grupo planeaba cometer atentados contra aviones utilizando explosivos especiales que se pueden disimular en dentífricos y vestimenta.

Khorasan está integrado por veteranos que en su momento combatieron junto a la red Al Qaeda. Hasta ahora habían pasado desapercibidos porque no se mostraban como organización, sino como parte integrante del ISIS y del Frente al Nusra, también blanco de los bombardeos.

Al parecer, Khorasan no tiene como misión combatir en terreno, como lo hace el Estado Islámico, sino reclutar yihadistas que vivan en países occidentales para cometer atentados en Europa y en EE.UU. Su líder es Muhsin al Fadhli, un kuwaití de 33 años que ingresó de muy joven a la organización que en su momento comandaba Bin Laden. De acuerdo a los servicios de inteligencia estadounidenses, Al Fadhli en persona se encargaba de entrenar a los suicidas.

lunes, 22 de septiembre de 2014

La batalla comunicacional de ISIS: superior a sus logros militares

Por Augusto Scarella Arce, Periodista / Teniente Coronel del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. de Chile, Magíster en Ciencia Política Seguridad y Defensa

Actual dominio de ISIS en territorio iraquí y sirio.  Fuente: http://www.globalresearch.ca/invading-iraq-2-0-isis-propaganda-proxy-wars-and-us-natos-blitzkrieg/5388616
Actual dominio del ISIS
Lejanos a Chile parecieran ser los graves sucesos que están ocurriendo en el atribulado Irak y la frágil Siria con la irrupción de un grupo que le ha disputado el liderazgo de la Yihad global al grupo Al-Qaeda: ISIS. Sin embargo, sus acciones comunicacionales han llevado el conflicto a todo el mundo, incluyendo técnicas de marketing como parte de su estrategia comunicacional, que ha superado incluso su capacidad de maniobra militar.

Los sucesores de Al-Qaeda han sufrido variadas metamorfosis en el tiempo, variaciones que han sido tan disímiles como pertenecer a una rama del temido grupo terrorista ya nombrado.

Los orígenes de ISIS se remontan a un pequeño grupo extremista jordano que se fundó en 1999 y que en el año 2004 volvió al alero de Al-Qaeda en Irak. Posteriormente en el año 2006, regresó como Estado Islámico de Irak.

Abu Bakr al-Baghdadi, su líder desde 2010, concita al misterio y la especulación. Muy poco se conoce de él. Se cree que nació en Samarra, Irak, a principios de los setenta y sus estudios habrían culminado con un doctorado en educación de la Universidad de Bagdad.

En 2011, el líder Baghdadi llevó a cabo una serie de ataques suicidas contra objetivos, en su mayoría chiitas. Con la intención de anexarse mayor control de territorio, adoptó la decisión de enviar a sus combatientes al territorio sirio. Ni las constantes amenazas de Al-Zawahiri en ese entonces el líder de Al-Qaeda, lo hicieron desistir. Nombró a su organización como Estado Islámico de Irak y el Levante, y centró sus esfuerzos en destruir o absorber otros rebeldes sirios, organizando diversas acciones además de aprovechar los yacimientos petrolíferos, en vez de combatir directamente a Bashar Hafez al-Asad, presidente de Siria. Desde el 2011, varias facciones insurgentes surgieron de la organización de Baghdadi.

Después de haber controlado el oeste de Irak en los primeros cuatro meses de este año y sus éxitos militares en el norte de Irak en junio, el grupo decidió que el momento era propicio para su etapa más dramática. Anunciaron el establecimiento de un califato: un Estado islámico universal, liderado por un sucesor (califa) de Mahoma, en este caso Baghdadi, lo que fuera acompañado por otro cambio de nombre del grupo, el Estado Islámico (IS), o ISIS o ISIL como se le conoce hasta ahora.

Las estrategias de su líder
Diversas fuentes sitúan entre siete a ocho mil combatientes de ISIS en Irak y otros cinco mil en Siria. Según informes, existen varios extranjeros dentro de sus filas. Chechenia, Afganistán, Europa.

Su estrategia tiene como objetivo implantar la Sharia en todo el territorio sirio e iraquí. ISIS ya controla buena parte de esos territorios como veremos en la imagen a continuación. El avance sobre Mosul se suma a las ciudades que ya capturaron a comienzos de 2014 y amplias zonas de la provincia de Ambar.

Hace algunos meses, los combatientes de ISIS llegaron a Ambar, en el oeste de Irak, procedentes de la provincia siria de Rakka. En enero se establecieron en la ciudad de Faluya, conquistaron depósitos de armas del Ejército iraquí y resistieron a los ataques de las tropas del Gobierno.

En cuanto a fondos, la organización de Abu Bakr al-Baghdadi también se ha preocupado de abastecerse convenientemente. En junio de este año, según informó el alcalde de la ciudad de Mosul, ISIS tomó 450 millones de dólares de un banco de esa ciudad.

Los combatientes del ISIS siguen sus avances hacia Bagdad luchando contra las fuerzas de seguridad y milicias chiitas. Los enfrentamientos tienen lugar a unos 80 kilómetros de la capital pero hay algunas facciones adelantadas que se encontrarían incluso a la mitad de distancia de la capital.

ISIS dispone también de material militar pesado como tanques y helicópteros. En Siria, los combatientes ya se financian con las extorsiones que cobran a los cristianos que se quedaron en sus hogares a cambio de protección.

Asimismo, controlan la mayor refinería de petróleo del país capaz de procesar unos 320.000 barriles de crudo al día. El grupo terrorista es fuerte allí donde la población está dividida y los musulmanes sunitas son mayoría. En Siria, fueron bien recibidos al principio por la oposición mayoritariamente sunita contra el presidente Bashar al Asad, un alauita, a quién catalogan como "enemigo del enemigo".

En Irak, muchos sunitas ven la situación de igual punto de vista. Se sienten discriminados por el Gobierno de Bagdad, dominado por chiitas.

Por eso, la milicia terrorista puede avanzar fácilmente y combatientes locales rebeldes se suman a sus filas.

La batalla comunicacional, parte de la estrategia militar
Ejecuciones de supuestos rivales por decapitación que intentan impactar a la población para que no se unan a las filas proclives del Gobierno, videos de propaganda donde diferentes líderes explican el propósito de la Yihad o guerra santa, el uso de la red Twitter para anunciar la muerte por ejecución de mil setecientos soldados chiitas, la emisión de comunicados, inversiones en marketing - camisetas con imágenes alusivas a la causa - estimulan una estrategia comunicacional cuidadosamente estudiada y dirigida a audiencias específicas, que dio resultados y que el gobierno iraquí sólo ha dispuesto la censura de Internet en el afán de cortar el flujo.

La censura no ha funcionado efectivamente en ningún país del mundo y no es la mejor forma de combatir este tipo de amenazas. Por mucho tiempo, fuerzas de menor tamaño y capacidad se valieron de técnicas de uso comunicacional para captar la atención y simpatía de audiencias externas en cuanto a sus causas, lo cual obligó a extrapolar las decisiones militares que se pudieran adoptar para contrarrestar sus ofensivas.

En el caso de ISIS, pese a que en la actualidad posee una relativa supremacía militar que trata de ser contrarrestada con el envío de ayuda de los países de la Coalición, es de mayor interés que exista por parte del Gobierno iraquí una planificación comunicacional que permita otorgar la visión desde otra dimensión de los sucesos que están ocurriendo en Siria e Irak.

ISIS se ha preocupado de conquistar audiencias, ya sea por la vía de la simpatía o mayormente por la del terror, donde sin un trabajo estratégico comunicacional, debidamente planificado y dirigido, ni siquiera contando con una fuerza militar lo suficientemente grande para controlar el territorio en manos de los yihadistas se extinguirá la influencia en la población afectada por parte de ISIS, cuestión en la que el Gobierno de Irak, apoyado por la Coalición, debería ya planificar rápidamente.

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Logrará vencer a Estado Islámico una coalición de casi 40 países?

Estado IslámicoPor Jonathan Marcus - BBC


Casi 40 países se han ofrecido a contribuir con la coalición internacional para luchar contra los militantes de Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, según lo aseguró este domingo el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry.

Mientras la comunidad internacional intensifica las acciones contra el grupo yihadista radical, el corresponsal diplomático de la BBC Jonathan Marcus analiza qué posibilidades reales tiene la alianza de frenar su amenaza.

¿Por qué EE.UU. optó por la línea dura con EI?

El alcance de EI lo diferencia de otros grupos yihadistas: hasta ahora ha logrado el control de una franja significativa de territorio de Siria e Irak. Los militantes se han apoderado de una gran cantidad de armamento y posee recursos financieros considerables, lo que le otorga un carácter más parecido al de un estado que a la célula de una organización terrorista.

Con la ambición de establecer un califato islámico a lo largo de las zonas que ya controla, EI representa una clara amenaza para los aliados de EE.UU. en la región y ─dada la cantidad de militantes extranjeros en sus filas─ potencialmente para los países de Occidente también.

John Kerry¿Qué apoyos ha logrado asegurar John Kerry?

El secretario de Estado recibió un fuerte respaldo ─al menos en el papel─ de los estados prooccidentales en la región.

Una declaración firmada la semana pasada incluye aspectos que van más allá de la acción militar: control de las fronteras, medidas drásticas contra la financiación de EI, esfuerzos para contrarrestar su ideología y para evitar que combatientes extranjeros se unan al grupo.

Varios de los aliados occidentales de Washington también han intensificado su posición. Australia, por ejemplo, anunció que enviará 600 efectivos a los Emiratos Árabes Unidos. Se prevé que el envío incluya soldados de las Fuerzas Especiales que entrenarán unidades iraquíes y kurdas, seis aviones de combate FA-18 Super Hornet, buques cisterna y otros aviones de apoyo. Aparentemente, Francia también se involucrará militarmente.

Con respecto al Reino Unido, todas las señales indican que se unirá a la coalición, aunque no está claro cuándo y si abarcaría acciones sólo en Irak o si se extendería también a Siria.


ejército MehdiEl ejército Mehdi, liderado por el clérigo chiita Moqtada al Sadr, luchó contra las tropas estadounidenses durante la ocupación.

Está claro que el horror de la decapitación del trabajador humanitario británico, David Haines, podría obligar al primer ministro David Cameron a actuar con firmeza. Su decisión oficial, sin embargo, podría demorar debido a la actual coyuntura del referendo para la independencia de Escocia, que se llevará a cabo el próximo jueves.

Se espera que más países se unan a la alianza cuando la naturaleza de la misión sea más clara.
El general estadounidense retirado, John Allen, fue nombrado responsable de coordinar lo que espera convertirse en una coalición amplia y diversa, que podría mantenerse por tiempo considerable.

¿Podrían los países de la región hacer esto por cuenta propia?

Simplemente no tienen las habilidades o capacidades requeridas. Incluso algunas unidades del ejército iraquí equipadas y formadas por los estadounidenses han colapsado frente a ataques de EI.
Estados Unidos y sus aliados no pelearán en el terreno, pero se encargarán de proveer apoyo aéreo a las tropas iraquíes, tal y como lo ha enfatizado el presidente Barack Obama.
En Siria, donde la situación es aún más compleja y donde es probable que no exista un respaldo árabe confiable a las tropas prooccidentales en el terreno, los ataques estadounidenses tendrán que ser liderados por inteligencia, intentando degradar el poder de EI.

EE.UU. tiene un ejército poderoso, ¿por qué necesita aliados?


Avión militar estadounidense
EE.UU. un gran poder aéreo pero necesita aliados que envíen tropas al terreno. Por razones políticas y prácticas.

Estados Unido ha dejado un amargo legado en la región debido a las fallas cometidas tras la operación para derrocar a Saddam Hussein en Irak.

Aunado a esto, muchos de los aliados árabes de Washington consideran que Obama ha sido indeciso y no ha querido actuar con firmeza.

La construcción de una coalición amplia es importante tanto para Medio Oriente ─para convencer a la gente de que esto no es una nueva versión de la guerra en Irak─ como para la opinión pública en EE.UU., para convencer a los ciudadanos de que no habrá tropas estadounidenses en el terreno y de que serán los aliados locales quienes den la batalla.

¿Cuánto tiempo podría tomar destruir a EI?

La primera cuestión es si es posible "destruir" a Estado Islámico, o más bien degradarlo y contenerlo. Muchos analistas estadounidenses han puesto en duda la meta de Obama de acabar al grupo, pues dicen que eso es imposible de lograr.

Estos grupos tienden a desaparecer: sólo hay que pensar en el auge de al Qaeda en Irak durante la ocupación estadounidense, que fue derrotada en gran medida por los grupos sunitas locales. Estado Islámico representa, hasta cierto punto, un retorno de este fenómeno.

De cualquier manera la lucha contra EI será a largo plazo, entre otras cosas porque las fuerzas iraquíes y los demás elementos vitales de la coalición necesitan ser capacitados e integrados al poder aéreo occidental.

La campaña en Irak es una cosa, pues al menos tiene un nuevo gobierno que ha dado muestras de querer ser más inclusivo. Pero en Siria, los problemas son otros.

El hecho de que los voceros estadounidenses hayan empezado a referirse a la lucha contra EI en términos de "guerra", quiere decir que la misión será a largo plazo.

¿Puede ser esta "guerra" exitosa sin la presencia de Siria e Irán?

Kerry, ministros de relaciones árabes Foto: Kerry, ministros de relaciones árabes

Según EE.UU., al menos 10 países árabes serán parte de la coalición internacional contra Estado Islámico.

Irán es un factor vital y su apoyo al gobierno de Bagdad es un elemento clave para combatir el ataque a EI.

Sin embargo, Estados Unidos insiste en que no puede establecer relaciones explícitas con Irán, a pesar de haber sostenido conversaciones al margen de otras reuniones.

El problema es que mientras EE.UU., el Golfo Pérsico y los intereses de Irán estén alineados hasta cierto punto con Irak, permanecerán distanciados de Siria. Irán es uno de los pocos países que apoya al régimen de Bashar al Asad.

La política de la coalición en cuanto a Siria es complicada por el simple hecho de que mientras el gobierno de ese país esté luchando contra EI, la coalición no querrá tener nexos explícitos con Damasco. En este caso, el enemigo de mi enemigo no es mi amigo.

Ha sido el caos en Siria lo que le ha permitido a EI establecerse y luego exportar su marca de barbarie de vuelta a Irak.

De modo que sin una solución a largo plazo a la crisis siria, su territorio continuará siendo un refugio para EI, complicando aún más la destrucción del grupo radical islámico.

¿En qué se diferencia esta coalición de las anteriores?


TanqueLos países occidentales no quieren repetir lo ocurrido en Irak y Afganistán.

Todas las coaliciones tienen cierto grado de similitud, y al mismo tiempo, tienen diferencias con las de otras crisis.

En 1991 una coalición de unos 30 países fue ensamblada por los estadounidenses para desalojar a las fuerzas iraquíes de Kuwait.

Incluía a los principales actores occidentales militares como Francia y Reino Unido, y estados árabes clave como Arabia Saudita, Egipto y Siria.
La diferencia es que fue una campaña militar breve, con un objetivo claro y alcanzable.

Desde el 11 de septiembre de 2001, la lucha más amplia contra al Qaeda también provocó la formación de una gran coalición de países, con algunos apoyando labores de distinta naturaleza en Afganistán, Irak, Yemen y algunos países de África.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Qué llevó a Obama a anunciar ataques contra Estado Islámico en Siria

Barack ObamaPor Redacción BBC Mundo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que por primera vez extenderá los ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) a Siria y que liderará una coalición internacional para hacer frente a lo que considera una amenaza para el país y para el Medio Oriente. "Nuestro objetivo es claro: reduciremos y en última instancia destruiremos a EI a través de una sostenida e integral estrategia antiterrorista", aseveró el mandatario.

Dentro de dos semanas Obama participará en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con el fin de "movilizar a la comunidad internacional en torno a este esfuerzo". "No escatimaremos esfuerzos para llevar a cabo acciones contra EI en Siria así como en Irak. Este es el principio fundamental de mi presidencia: si amenazan a Estados Unidos, no podrán esconderse en ningún lugar seguro", dijo Obama.

El mandatario anunció el envío de 475 efectivos adicionales estadounidenses a ese país. Sin embargo, fue claro al afirmar que no participarán en combates en tierra.

Principales puntos de la estrategia
-Una campaña sistemática de bombardeos aéreos en contra de blancos de EI, tanto en Irak como en Siria.
-Apoyo a las fuerzas rebeldes sirias que se oponen tanto al gobierno de Bashar al Asad como a EI.
-Medidas dirigidas a eliminar el financiamiento que recibe Estado Islámico y a contrarrestar el reclutamiento de combatientes islámicos por parte del grupo.
-Asistencia humanitaria a civiles afectados por el avance de la organización.

"El anuncio de este miércoles representa un incremento considerable en la lucha de Estados Unidos contra Estado Islámico, especialmente en comparación con la estrategia que presentó Obama en agosto cuando autorizó los ataques aéreos selectivos en Irak"

Los rebeldes moderados sirios, la Coalición Siria, recibió con beneplácito el anuncio de Obama. "Estamos listos para aliarnos con la comunidad internacional no sólo para derrotar a EI sino también para acabar con el régimen de Asad". Pero el corresponsal de la BBC Jim Muir señala que la oposición siria está fragmentada y dominada por islamistas, que aunque se oponen a EI también buscan establecer un gobierno islámico, no una democracia.

Lo que llevó a Obama a dar este anuncio
El anuncio de este miércoles representa un incremento considerable en la lucha de Estados Unidos contra Estado Islámico, especialmente en comparación con la estrategia que presentó Obama en agosto cuando autorizó los ataques aéreos selectivos en Irak, explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow.

En ese entonces, el presidente presentó sus planes de manera limitada, con el objetivo de contener la avanzada de Estado Islámico, proteger al personal diplomático estadounidense y brindar ayuda humanitaria a los yazidíes que se encontraban atrapados en una montaña.

Obama se reunió el martes con los líderes del Congreso para presentarles su plan. Pero en las últimas semanas, el gobierno ha descrito la amenaza de los militantes de manera mucho más dramática, hasta el punto de que el secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo que el grupo "va más allá de cualquier cosa que hayamos visto" y el vicepresidente Joe Biden aseguró que Estados Unidos seguirá a los militantes "hasta las puertas del infierno". "La principal razón para ese aumento en el interés de Washington fue la muerte de los periodistas James Foley y Steven Sotloff", explica Sparrow. "Por un lado fue un ataque directo contra dos estadounidenses, lo que incrementó la presión política para que Obama actuara de manera más agresiva".
"Por el otro, la muerte de dos periodistas y su horrible difusión en video causaron que muchas personas dejaran de ver el conflicto en Irak y Siria como un tema lejano y ajeno a Estados Unidos", agrega el corresponsal.

La muerte de los periodistas James Foley y Steven Sotloff aumentó el nivel de alerta en Estados Unidos.
De hecho, una encuesta previa al discurso de Obama, realizada por el diario The Washington Post y la cadena ABC News, encontró que el 91% de los entrevistados considera que Estado Islámico es una amenaza seria a los intereses de Estados Unidos. El 71% apoya los ataques contra los militantes en Irak (hace tres semanas, era 54%) y el 65% está a favor de que se expandan a Siria. Esto es un contraste marcado con la reticencia que había hace un año, cuando Obama intentó atacar Siria tras las acusaciones de que el gobierno de ese país utilizó armas químicas.

La coalición internacional
Además del apoyo a nivel local, otra razón que explica el aumento de la participación estadounidense es que cuenta con aliados internacionales, algo que tampoco estaba tan claro hace un año.
Esto es fundamental para el presidente Obama, pues uno de sus pilares en política exterior es que la responsabilidad es compartida entre las diferentes potencias.
En la reciente cumbre en Gales de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el gobierno anunció una coalición principalmente con otros países occidentales, y el secretario de Estado John Kerry se encuentra en Medio Oriente para discutir sus planes con Jordania y Arabia Saudita.

Según le explicó a BBC Mundo Scott Stewart, vicepresidente de análisis tácticos en la firma de inteligencia global Stratfor, con sede en Texas, esta coalición debería involucrar a otros países como Irán, Arabia Saudita y otros países del Golfo. Esto responde "no sólo a que pueden ayudar a detener la logística de hombres y dinero que llegan a EI desde afuera, sino a que países como Arabia Saudita tienen la capacidad de afrontar la amenaza en el frente ideológico también y no sólo el físico", dijo Stewart.

El secretario Kerry, por su parte, ya dijo que la coalición se construirá para que dure meses o años y se discutirá más a fondo en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, a realizarse este mes.

martes, 9 de septiembre de 2014

EE.UU. reúne a 40 aliados para frenar a la Jihad

(La Nación) - Kerry viaja a la región para impulsar la coalición; el plan de Obama para desarticular a EI podría durar tres años

Milicianos kurdos ayudan a un grupo de desplazados por EI, en Irak. Foto: Reuters

WASHINGTON.- Cuando se cumple un mes de los primeros ataques aéreos de Estados Unidos contra Estado Islámico (EI) en Irak, la coalición internacional que promueve el presidente Barack Obama para luchar contra los jihadistas comienza a tomar forma. Más de 40 países aceptaron ya formar parte de la alianza con distintas fórmulas de participación, informó ayer el Departamento de Estado norteamericano.

"El objetivo de la coalición es coordinar las acciones frente a la amenaza que representa EI", dijo en un comunicado la vocera del Departamento de Estado, Jennifer Psaki, que recordó que Obama ha insistido en que Estados Unidos y sus aliados buscarán "debilitar y derrotar" al grupo jihadista. Entre los países que ya habían confirmado su apoyo a Estados Unidos figuran Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Australia, Dinamarca, Canadá, Polonia y Turquía.

Para fortalecer esa estrategia contra EI -cuyos milicianos controlan extensas zonas de Irak y Siria-, el secretario de Estado, John Kerry, viajará hoy a Jordania y Arabia Saudita para concretar los próximos pasos en la lucha contra el terrorismo islámico.

El viaje de Kerry a Medio Oriente será la antesala de la presentación que Obama hará mañana del plan contra EI. Según The New York Times, la operación diseñada por el Pentágono contra el grupo podría durar tres años, de acuerdo con la información facilitada por varios funcionarios de la Casa Blanca.

El plan de Estados Unidos para expulsar a los jihadistas de Siria e Irak se articularía en tres pasos. La primera fase ya comenzó hace un mes, con los bombardeos aéreos en el norte de Irak contra las bases estratégicas de EI. Una segunda etapa buscaría intensificar la formación, el asesoramiento y el equipamiento de los combatientes kurdos ("peshmergas") y del ejército iraquí.

La formación del nuevo gobierno iraquí, que ayer comenzó a gestarse, será decisiva en esta fase de la operación. Washington busca un gobierno más inclusivo, que permita limar diferencias entre chiitas y sunnitas. El plan prevé la provisión de armas y otros equipamientos militares. En una tercera etapa, se buscará destruir a los grupos jihadistas dentro de Siria, el bastión de los extremistas islámicos.

La operación militar podría durar hasta 36 meses, por lo que se prolongaría más allá del mandato de Obama. El presidente pronunciará mañana un importante discurso en el que detallará la estrategia para frenar el avance del jihadismo. Esa operación militar, en principio, no contará con tropas estadounidenses sobre el terreno.

Algunos países de la coalición internacional promovida por Washington podrían realizar ataques aéreos junto con Estados Unidos. Otros gobiernos, como el turco, tendrán un papel relevante a la hora de frenar la llegada de potenciales milicianos jihadistas a Siria e Irak a través de Turquía.

Aunque Obama prometió que no arrastrará a Estados Unidos a otra guerra como las que se lanzaron en Irak en 1991 y 2003, ésta será una campaña militar mucho más ambiciosa que las operaciones antiterroristas realizadas contra grupos islamistas en Yemen o Paquistán, que se limitaron a eliminar, con la ayuda de drones (aviones no tripulados) a los líderes de esos grupos. No habrá despliegue de tropas sobre el terreno, como en las guerras de Afganistán e Irak, pero debido a la complejidad de la situación en Siria e Irak la operación militar será muy diferente también a las intervenciones de Washington en el conflicto de Kosovo en 1999 -cuando el presidente Bill Clinton y la OTAN concentraron la ofensiva en apenas 78 días- o los ataques que terminaron en Libia con el derrocamiento de Muammar Khadafy.

En esta ocasión, Washington jugará un rol central. La decapitación de dos periodistas norteamericanos perpetrada por los jihadistas, con una amplia repercusión mediática, y el hecho de que el futuro de Irak esté en riesgo han hecho mella en la Casa Blanca.

Estados Unidos liderará la coalición internacional que se está formando y en la que se espera que se alisten tanto aliados de la Alianza Atlántica como algunos países árabes con influencia en la región.

Los ataques aéreos realizados hasta ahora debilitaron a los jihadistas, que se han visto obligados a ceder terreno a las fuerzas iraquíes y kurdas. Los bombardeos podrían incluir más adelante territorio sirio, donde ya se hicieron vuelos de reconocimiento. La ciudad de Raqqa, bastión de los islamistas y declarada capital de su califato, sería otro de los objetivos de la coalición.

No queda claro aún, sin embargo, qué grado de coordinación tendrían esos ataques con el régimen sirio del presidente Bashar al-Assad, enemigo declarado de Estados Unidos, que quiso derrocarlo el año pasado.

Agencias AP, AFP, ANSA y DPA
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...