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domingo, 3 de abril de 2016

Millonaria disputa por la pesca en las islas Malvinas

Por Leandro Dario | Perfil.com
Los isleños tienen ganancias anuales de 30 millones de dólares por la venta de licencias. Eso se suma a 500 más que Argentina pierde por la pesca ilegal.
Tension. Kirchner se reunió en 2003 con Blair y le reclamó por los recursos. CFK y Cameron también tuvieron roces.
Tension. Kirchner se reunió en 2003 con Blair y le reclamó por los recursos. CFK y Cameron también tuvieron roces. | Foto: Cedoc Perfil

Tras la algarabía inicial, el dictamen de la ONU que autorizó a la Argentina a extender su plataforma continental, incluyendo en sus aguas a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, dejó decenas de desafíos pendientes. Si bien la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano técnico creado por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido, no se expidió sobre el fondo de la cuestión.

La comunidad internacional convalidó el planteo argentino, extendiendo los derechos de soberanía a 1.782.000 km2 más allá de las 200 millas marinas. Pero ¿qué peso tiene ese dictamen? ¿Es vinculante legalmente? ¿Están las partes obligadas a respetarlo?

Londres relativizó el optimismo argentino. “Es importante recordar que éste es un comité asesor. Hace recomendaciones, que no son legalmente vinculantes, y la comisión no tiene jurisdicción sobre temas de soberanía”, dijo la vocera de David Cameron.

Desde el Palacio San Martín cuestionaron ese punto de vista. “Es muy positivo que la Comisión haya sostenido que existe una controversia entre Argentina y el Reino Unido por Malvinas. Es una reafirmación de la soberanía porque Argentina presenta su espacio marítimo con límites definitivos y obligatorios. Y se reconoce una disputa que el Reino Unido desconocía. Ese país es parte de la Convención. Ahora no lo puede desconocer”, afirmó a PERFIL Frida Armas Pfirter, titular de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla).

El documento es un informe científico y técnico –no jurídico–, que convalidó las recomendaciones presentadas por la Argentina en 2009. “La Comisión revisa y luego aprueba o rechaza si el país que realiza la presentación ha cumplido con los criterios científicos fijados por la Convemar para el trazado del límite exterior de su plataforma continental. Al aprobarlos, pasan a ser reconocidos por todos los demás Estados que son parte de la Convemar”, explicó un diplomático argentino. Lo que plantea esta decisión es el control y usufructo de los recursos en esa zona: fundamentalmente petróleo y minerales que subyacen en el lecho y subsuelo marinos.

Pesca. La disputa por la riqueza energética y mineral no es el único conflicto que enfrenta a la Argentina con el Reino Unido. “Es claro que esta decisión sobre la plataforma continental afecta la vital captura de peces y calamares en las islas y vuelve incierta la explotación de petróleo en su lecho marítimo”, aseguró en un editorial del diario británico The Times. La captura ilegal de recursos ictícolas en la Zona Económica de Exclusión argentina, que provoca pérdidas anuales por 500 millones de dólares, provocó recientemente un incidente diplomático con China, al hundir Prefectura un pesquero con bandera de ese país.

En una investigación realizada por este autor titulada “La Segunda Guerra de Malvinas: la disputa por los recursos pesqueros” –presentada ante la Maestría de Relaciones y Negociaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés y de Flacso, y pendiente de evaluación–, se analizaron los motivos que llevaron a la Argentina a cancelar la cooperación pesquera con el Reino Unido, que tuvo lugar entre 1990 y 2005. Desde que comenzó a operar, en 1986, la industria pesquera generó un auge de la economía de las Malvinas, con 30 millones de dólares de ingresos anuales en concepto de venta de licencias pesqueras y exportaciones por 262 millones, según el Departamento de Pesquerías de las islas. Los ingresos de esa actividad representan el 34% de su PBI.

Durante el gobierno de Carlos Menem, Argentina y el Reino Unido firmaron los acuerdos de Madrid, que estipularon, entre otras cosas, la normalización de las relaciones diplomáticas, la “construcción de medidas militares de confianza” y la cooperación en las áreas de hidrocarburos y pesca. En ese último apartado, los Estados comenzaron a compartir información científica y técnica sobre la evolución de las especies de altura y a celebrar dos reuniones anuales de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur, un organismo que emitía recomendaciones para evitar la sobrepesca de los recursos.

Sin embargo, en 2005 el gobierno de Néstor Kirchner decidió congelar ese intercambio. “Vimos que los acuerdos –firmados por otro gobierno– no eran equilibrados y solamente contribuían a que continuase incambiada la situación de hecho, es decir, la jurisdicción británica sobre aguas y recursos pesqueros. Agravada esta situación por la emisión de permisos de pesca por la autoridad colonial usurpadora”, explicó a PERFIL el ex canciller Rafael Bielsa.

“Se buscaba imprimirle a la negociación otras características, en procura de dejar de conceder sin recibir nada a cambio y de adoptar una actitud más firme y enérgica con el objetivo último de acercarnos a la reanudación de las negociaciones sobre soberanía”, reveló un diplomático de carrera. Otros elementos que incidieron en el cambio de postura argentino fueron las medidas unilaterales británicas que afectaron los recursos en disputa, entre ellas la venta de licencias pesqueras a 25 años, anunciada en 2005.

El ex vicecanciller Fernando Petrella admitió en el libro Década de encuentro Argentina y Gran Bretaña 1989-1999 que “el hecho de que el Reino Unido ejercía jurisdicción de facto con exclusividad, impidiendo a la Argentina pescar y patrullar dichos espacios marítimos, impidió mayores progresos tanto en la cuestión de la conservación de los recursos como sobre el fondo de la disputa”.

Es imposible analizar la política de los 90 en este tema aisladamente, sin subordinarlo a la política exterior general del menemismo, que buscó “insertar al país en el mundo”. Así, hubo un acercamiento estrecho a Estados Unidos y Europa occidental, en momentos en que caía el Muro de Berlín, se disolvía la Unión Soviética y el Consenso de Washington se propagaba por América Latina.

Tras 15 años de cooperación, el gobierno argentino entendió que ese proceso fortalecía a Londres. “El ‘paraguas’ protegía y fortalecía la posición de una sola de las partes, dejando a la otra reducida a la condición de reclamante y –algo mucho más grave– a que se interpretara que había un consentimiento tácito de Argentina”, agregó Bielsa.

El análisis histórico sobre la cooperación con el Reino Unido en los 90 cobra un renovado interés en momentos en que Mauricio Macri debe tomar una decisión: emprender una política exterior similar a la del menemismo, continuar con la confrontación o buscar una “tercera vía”, una síntesis entre esas dos políticas.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Malvinas, entre la historia y el derecho

Horacio CardoPor Facundo D. Rodríguez - Clarin.com
En 2008, dos ignotos autores, Graham Pascoe y Peter Pepper, publicaron un folleto titulado “Más allá de la historia oficial. La verdadera historia de las Falklands/Malvinas”. Fue distribuido en diferentes versiones, la última, con respaldo del gobierno británico, ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas en junio de 2015, bajo el pomposo título:“Historia falsa sobre las Falklands/Malvinas ante la Organización de las Naciones Unidas: Cómo la Argentina engañó a la ONU en 1964 – y sigue haciéndolo”.

Es conocida la habitualidad británica de utilizar emisores diversos para infestar el escenario. El objetivo es doble: atacar los sólidos argumentos histórico-jurídicos que demuestran la soberanía argentina y tratar de convencer que las islas están habitadas por un pueblo de origen multinacional que sería titular del derecho de libre determinación. 


Para el Reino Unido, la cronología que sostiene constituye el pilar de su postura. Sin embargo, la propaganda oculta la verdad. Dicen los británicos que el descubrimiento de las islas fue en 1592 por un marino inglés, John Davis. Sin embargo, en 1520, el capitán Andrés de San Martín, tripulante de la expedición de Magallanes, produce el primer mapa de las islas, a las que llama “Sansón y de Patos”. El establecimiento humano más antiguo es de Francia, en 1764. En 1766 traspasa las islas, con reconocimiento de derechos preexistentes, a Su Majestad Católica (España). Además, ya en 1540 un buque español recaló por varios meses en las islas. Estas pasan a posesión argentina por sucesión a los derechos de España. La Argentina nunca reconoció los derechos británicos sobre las Malvinas usurpadas en 1833. 

El argumento británico de la libre determinación en Malvinas se derrite por sus propias contradicciones. No hubo “libre determinación” cuando expulsó a los dos mil habitantes autóctonos del archipiélago de Chagos. Allí, en 1966, arrendó a los Estados Unidos la isla Diego García para instalar una base militar. En 1967, el gobierno británico compró la mayoría de las plantaciones de la isla para luego cerrarlas, dejando a la población sin alimentos ni medicinas. Inmediatamente, la desalojó despóticamente y envió a los isleños a Mauricio y Seychelles, negándoles, por una Ordenanza de Inmigración de 1971, el derecho al retorno. En Malvinas la libre determinación no cabe por cuanto el territorio no es británico. Según Rosalyn Higgins, ex jueza británica y ex Presidenta de la Corte Internacional de Justicia: ““Hasta que no se determine quién tiene la soberanía territorial, es imposible saber si los habitantes tienen el derecho de libre determinación”. Lo que corresponde jurídicamente, y los británicos se niegan, es resolver la cuestión de fondo: la soberanía. 

El principio de libre determinación, sin duda, le asiste al pueblo argentino. Resulta auspiciosa la política del gobierno que asumió el 10 de diciembre en términos de relacionamiento con el Reino Unido. Al respecto es esencial deponer cualquier ejercicio voluntarista. La complejidad del tema requiere estrategia, acción, perseverancia, firmeza y diplomacia excelsa. Los vaivenes emocionales lo único que acarrean son reveses. Adicionalmente, hay que comprender que no hay magia en las relaciones internacionales. Los resultados, por más razones que nos asistan -y nos asisten indudablemente- suelen ser más tardíos que las ansiedades de los protagonistas. 

Hay mucho por transitar mirando el futuro y sin encorsetarnos con plazos perentorios. La Argentina debiera volver a llevar la cuestión Malvinas al seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Con el apoyo ya expresado por Unasur, Celac, OEA, G77 + China, países árabes y africanos, entre otros, se aseguraría su permanencia en la agenda del máximo nivel orgánico internacional y no sólo, como ahora, en el ámbito del comité de Descolonización de la ONU. Fortalecer los lazos comerciales con el Reino Unido es una decisión inteligente y permitiría, además, ir generando una relación positiva con el empresariado británico y por ende un lobby constructivo. El país tiene que ir recuperando de manera sostenida su presencia protagónica en el Atlántico Sur. A la vez, el respeto por la situación de los isleños no puede estar ausente, naturalmente circunscribiéndolos a su status marginal respecto del conflicto de soberanía. Deberían contemplarse paulatinos vínculos de cooperación e intercambio que cimenten la confianza mutua. La Argentina debería seguir propiciando debates académicos con los británicos. Allí puede quedar expuesto el desvencijado andamiaje jurídico de la postura de Londres. Contribuirían así a arrojar luz en la comarca planetaria. París, Washington, Bruselas, La Haya, serían escenarios a explorar. La invitación a organizaciones de la sociedad civil agregaría valor a la iniciativa.
Facundo D. Rodríguez es abogado. Co-autor del libro "Las Malvinas, entre el derecho y la historia" (Eudeba)

domingo, 27 de marzo de 2016

Aval de la ONU a un planteo argentino sobre Malvinas

Por Martín Dinatale - LA NACION
Una comisión adoptó por primera vez las recomendaciones sobre el límite exterior de la plataforma continental y admitió la disputa con Gran Bretaña


En lo que constituye un fuerte avance jurídico en materia de reafirmación de los derechos soberanos de la Argentina sobre los espacios marítimos y sus recursos en el Atlántico Sur, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) -un grupo de expertos internacionales que funciona en las Naciones Unidas- adoptó por consenso las recomendaciones sobre la presentación argentina del límite exterior de su plataforma continental. Reconoció, así, la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido en la zona de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

El Gobierno calificó como un "rotundo éxito" esta decisión, que se determinó a principio de marzo pasado en Nueva York y que apoya la posición argentina sobre la existencia de una controversia entre los dos países, lo que habilitará al país a avanzar sobre los proyectos petroleros en alta mar sobre zonas aún no exploradas. Esto implicará ampliar los negocios en materia petrolera, ya que se extiende el espacio de plataforma continental marítima para la Argentina.

La presentación argentina fue realizada en abril de 2009 e incluyó el límite exterior de la plataforma continental de todo el territorio argentino. Esto es: el área continental, islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Antártida Argentina. La superficie comprendida en la demarcación presentada, entre las 200 millas marinas y el límite exterior, es de 1.700.000 km2, equivalente a cerca del 48% del territorio emergido de la República Argentina, que se suman a los casi 4.800.000 km2 comprendidos entre las líneas de base y las 200 millas marinas.

La CLPC es un órgano científico encargado de analizar las presentaciones de los Estados. Creado por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, está integrado por 21 expertos de reconocido prestigio internacional.

"Ésta es una ocasión histórica para la Argentina. Hemos dado un gran paso en la demarcación del límite exterior de nuestra plataforma continental: el límite más extenso de la Argentina y nuestra frontera con la humanidad", dijo a LA NACION la canciller Susana Malcorra, que mañana anunciará públicamente los detalles de esta resolución.

La Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental adoptó por consenso -sin un solo voto en contra- las recomendaciones sobre la presentación argentina. Reconoció el caso de nuestro país como un leading case, pues fue el primero en el que se utilizaron todos los elementos permitidos por las normas vigentes de la forma más favorable para el país.

"Es un logro muy significativo de la política exterior argentina. Estamos reafirmando nuestros derechos de soberanía sobre los recursos de nuestra plataforma continental: minerales, hidrocarburos y especies sedentarias. La demarcación del límite exterior de la plataforma continental constituye un verdadero ejemplo de política de Estado: se ha trabajado con profesionalismo durante casi 20 años, con el propósito de reafirmar nuestra presencia, preservar nuestros recursos y reafirmar nuestros derechos soberanos en una zona política, económica y estratégicamente tan importante como el Atlántico Sur", añadió Malcorra.
Trabajo en equipo

El trabajo científico, técnico y jurídico que permitió demarcar el límite exterior de la plataforma continental argentina fue realizado por la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), a lo largo de 20 años de intensa labor. El organismo fue creado por ley y está presidido por la Cancillería e integrado por el jefe del Servicio de Hidrografía Naval y el Ministerio de Economía. El desarrollo del plan de tareas está a cargo de profesionales especialmente capacitados. Estos estudios permitieron profundizar el conocimiento de la geología marina y de los recursos existentes.

"Este resultado constituye el triunfo de la determinación sobre las adversidades y demuestra que con constancia, teniendo los objetivos claros y trabajando en equipo podemos lograr las metas más impensables", destacó, a la vez, el vicecanciller Carlos Foradori.

lunes, 7 de marzo de 2016

Malvinas: los isleños ven un enfoque "más abierto y cooperativo"

Por Martín Dinatale - LA NACION
El legislador Summers se mostró más receptivo con el gobierno de Macri

Tres días después de que el Gobierno le quitó el rango de secretaría al departamento que se encarga de las islas Malvinas en la Cancillería, en Puerto Argentino crecieron las expectativas de los isleños hacia una apertura de diálogo con Buenos Aires bajo la intención de mejorar las relaciones y tender un puente al continente.

Foto:LA NACION/Mauro V. Rizzi

En las islas Malvinas hay un clima más favorable, se percibe mayor expectativa con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada y existe una apertura que no hubo en mucho tiempo. Así lo reflejan varios referentes de las islas en estos días. "El gobierno de las islas Falklands [Malvinas] espera con interés las intenciones del nuevo gobierno argentino en su enfoque de las islas", dijo a LA NACION Mike Summers, legislador de las Malvinas y uno de los mayores referentes de los isleños a nivel diplomático.

Summers no sólo destacó el enfoque "más abierto y cooperativo" del gobierno de Macri en las relaciones con el Reino Unido, Europa y los Estados Unidos. También envió una señal a la Argentina al señalar que "el gobierno de las islas Falklands [Malvinas] se mantiene abierto a las discusiones sobre asuntos de interés mutuo, incluidas la pesca y las ciencias ambientales". Las expresiones de Summers, que representa a buena parte de las opiniones que hoy imperan en Malvinas, refleja un cambio de actitud sustancial si se lo compara con la reacción agresiva que tuvieron los isleños en los últimos años con el gobierno de Cristina Kirchner.

"Todas las medidas adoptadas por los gobiernos de los Kirchner fueron para intimidar y acosar a la gente de las islas", añadió Summers. Si bien el legislador de Malvinas negó que haya existido hasta ahora contacto alguno entre el gobierno de Macri y las autoridades de las islas, remarcó que "el gobierno de las Falklands [Malvinas] siempre ha dejado claro que está preparado para discutir asuntos de interés mutuo con el gobierno de Argentina". No obstante, Summers remarcó con énfasis un tema: "La voluntad de trabajar como buenos vecinos no implica ninguna voluntad de discutir la soberanía", dijo.

En este sentido, la decisión de Macri de entablar diálogo con el Reino Unido, como lo dejó expuesto en su encuentro con el primer ministro británico, David Cameron, en el Foro de Davos, es una muestra de apertura para los isleños. Pero las autoridades de las islas creen que la Argentina sigue haciendo caso omiso de los "derechos legales y morales" de los habitantes de las islas para "determinar su propio futuro político".

Según dijeron a LA NACION fuentes destacadas de la Casa Rosada, aún no hay intenciones concretas de dialogar con los isleños. Pero se buscarán mecanismos de diálogo con Gran Bretaña tendientes a distender el clima de agresividad con los isleños que se vivió en los últimos años con Cristina Kirchner.

El viernes pasado, el Gobierno le quitó el rango de secretaría al departamento que se encarga de las islas Malvinas en la Cancillería. Inmediatamente, la canciller Susana Malcorra aclaró que "se mantendrá" el reclamo de soberanía sobre las islas ante el Reino Unido.

"La ex Secretaría de Islas Malvinas se ha transformado en la Subsecretaría de Malvinas y Atlántico Sur, como ha sido tradicionalmente", explicó la jefa de la diplomacia. ¿Implicará este cambio una estrategia diferente ante las Malvinas? "Las formas probablemente vayan a ser distintas", dijo una hermética Malcorra. En reserva se manejan varias opciones. La designación de un embajador de carrera diplomática como Carlos Sersale di Cerisano en la embajada argentina en Londres es un primer cambio. También se evalúa una apertura mayor para que los isleños puedan conectarse con el continente con mayor frecuencia en varios aspectos.

viernes, 19 de febrero de 2016

Malvinas: un avance para celebrar

Por Andrés Cisneros PARA LA NACION
Con la reinstalación de la impasse acerca del tema de la soberanía de las islas Malvinas, el gobierno argentino ha tenido un acierto.

No sólo porque pone en marcha algo probadamente útil en el pasado, sino también porque, de cara al futuro, no existe un camino mejor hacia la solución del problema.

No se trata de la mera restauración de una política -buena o mala- que ya pasó. Hoy, su utilización responsable sería como un escalón que sucede al otro. Y los dos van para arriba, no para abajo.


En la Argentina siempre hubo que tener coraje para tomar algo de gobiernos anteriores y continuarlo simplemente porque es lo correcto. Eso, por ejemplo, hicieron Menem y Di Tella con la excelente política de Alfonsín y Caputo para terminar exitosamente con un siglo de conflictos fronterizos con Chile.

También hay que tener coraje para revisar posiciones fallidas y, más allá del esperable maquillaje, aparecer ahora prácticamente coincidiendo con aquello que se combatió. Es una buena noticia: luego de una penosa década de enervamientos y hostilidades, representantes del kirchnerismo aceptan ahora la no discusión inmediata de soberanía y hasta proponen cooperaciones con el Reino Unido.

Al mismo tiempo, connotados militantes de fracciones de Cambiemos o cercanas a esa alianza que en su momento se opusieron a esta política hoy afirman que el camino parece ser cooperar en todos los demás temas con Gran Bretaña, aun cuando los ingleses no acepten discutir la soberanía de las islas. Di Tella debe estar sonriendo.

Eso también encierra el germen de una buena noticia: aunque todavía nadie se anime a reconocerlo, se están consolidando las bases de una actitud común hacia las Malvinas, elementos para una eventual política de Estado sin la cual nunca conseguiremos resolver el problema de las islas y, pronto, de la Antártida.

Los argentinos nos hemos dividido por demasiado tiempo. Unos pensábamos que, mientras no pudiéramos discutir la soberanía, lo mejor era concertar en las otras áreas para generar un clima de entendimiento que allanara el camino hacia una negociación que inevitablemente llegaría.

Otros sostenían que, de no acceder la corona a discutir la soberanía de entrada, entonces los argentinos no aceptaríamos discutir sobre nada. Los británicos, felices.

Tuvieron que pasar una guerra y más de un cuarto de siglo para que varios importantes seguidores de esta última posición comenzaran a atemperar su intransigencia hasta proponer, como propia, una idea central de sus adversarios: toleremos -aunque no lo aceptemos- esta impasse en la discusión de soberanía y avancemos en los otros aspectos de la relación mientras nos fortalecemos como país en el mundo.

No importa argumentar ahora quién tenía razón. Corresponde celebrar que, en el tema Malvinas, parecen irse limando discrepancias para privilegiar coincidencias. La solución de este asunto no sobrevendrá sólo de las astucias de juristas y diplomáticos, sino también del peso de la opinión pública nacional y mundial. Los avances en materias importantísimas -como derechos humanos, narcotráfico, la violencia armada, el racismo o el medio ambiente- han ocurrido porque numerosos gobernantes no tuvieron más remedio que ceder ante el peso de la opinión pública en el mundo y en el interior de sus propios países.

La solución en las Malvinas vendrá cuando la Argentina vuelva a ser un país importante en el mundo y tenga políticas de Estado firmes en lo interno. La reciente reinstalación del paraguas de soberanía y la revisión de posturas que hasta hace diez minutos reincidían en la intransigencia sonoramente patriótica son muy buenas noticias en esa dirección.

Ex vicecanciller, miembro del Club Político Argentino

jueves, 18 de febrero de 2016

Macri alertó a Londres por el viaje de un ministro

Por Martín Dinatale - LA NACION
Mostró "preocupación" por la visita a Malvinas del titular de Defensa.

El presidente Mauricio Macri planteó ayer su "preocupación" al Reino Unido por la presencia del ministro de Defensa británico, Michael Fallon, en las islas Malvinas en una visita oficial que hizo a la base militar y a la comunidad isleña.

El mensaje presidencial lo expresó la Cancillería a la embajada británica en Buenos Aires y llegó apenas 15 días después de que Macri se reunió en el foro de Davos con el primer ministro británico, David Cameron, con la intención de reencauzar las relaciones bilaterales.

Según confirmaron a LA NACION fuentes de la Casa Rosada, el Gobierno planteó formalmente a Gran Bretaña su "preocupación" por la presencia del ministro de Defensa inglés en las islas Malvinas ya que el hecho fue interpretado como una intromisión de Londres en el territorio argentino. Desde la embajada británica en Buenos Aires sólo se limitaron a expresar que no harían comentario alguno respecto.

Si bien el ministro de Defensa británico dijo desde las Malvinas que Londres busca "mejorar la relación" con la Argentina, aclaró que el "derecho de los isleños" en las Malvinas "se resolvió hace más de 30 años y fue confirmado en el reciente referendo" de 2013. Las expresiones de Fallon no fueron bien recibidas en el gobierno de Macri.

Según dijo a LA NACION un funcionario cercano al Presidente, la presencia de Fallon en las islas "no sirve para nada", en relación con la intención del Gobierno de retomar el diálogo con Gran Bretaña y establecer un puente con los isleños. Durante la reunión que Macri y Cameron mantuvieron en Davos habían acordado restablecer el diálogo bilateral entre ambos países luego de los años de enfrentamiento que tuvo Cristina Kirchner con Londres. De hecho, ambos presidentes habían acordado poner bajo un "paraguas" el conflicto por las Malvinas. Pero la presencia del ministro de Defensa británico en las islas no ayuda a encauzar esta idea.

Por otra parte, en la Casa Rosada evaluaron que el mensaje del ministro de Defensa británico fue también una señal para la puja interna que hay en el Reino Unido entre laboristas y conservadores. Es que en declaraciones a la BBC, el ministro británico sostuvo desde las islas Malvinas que "la mayor amenaza actualmente no es la Argentina. En realidad, es (el líder opositor) Jeremy Corbyn y el partido laborista, que parecen determinados a no hacer caso a los deseos de los isleños". Corbyn no sólo propuso establecer un diálogo entre los isleños y la Argentina sino crear una "administración conjunta" de las Malvinas entre Buenos Aires y Londres.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Malvinas, un sueño que puede ser rescatado

Por Dante Caputo PARA LA NACION
Para que los reclamos por la soberanía de las islas no se conviertan en nuevas frustraciones o en quimeras, la Argentina debe evitar los errores políticos del pasado y propiciar alternativas no exploradas hasta el momento

Cuando en 1989 se abandonó la política de presionar y aislar al Reino Unido a través de las votaciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se cerró la última puerta que podía llevar a un comienzo de solución del tema. El Reino Unido estaba aislado y sus reiteradas negativas a negociar tenían un costo creciente. La preocupación por el resultado de aquellas votaciones hacía que la primera ministra Thatcher interviniera personalmente presionando a los países que votaban para hacerles cambiar la posición.


Foto:Sebastián Dufour

Entre 1989 y 1990 la mayoría de los temas que eran tratados en la Asamblea General fueron resueltos o comenzaron a serlo. El fin de la Guerra Fría destrabó la mayoría de las tensiones y los litigios regionales.

En ese momento, el nuevo gobierno argentino privilegió la reanudación de las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña y retiró de la agenda de la Asamblea General la cuestión Malvinas. Naturalmente, el tema perdió tensión, el mantenimiento del statu quo dejó de representar costos políticos para el Reino Unido y el apoyo activo de muchos países a la posición argentina desapareció. Se desarmaron las bases sobre las que se trabajaba en las Naciones Unidas, a tal punto que hoy sería impracticable un retorno a la estrategia multilateral.

A partir de allí se intentaron dos caminos: la seducción de los habitantes de las islas y, más tarde, una diplomacia oral basada en un lenguaje duro y, a menudo, exaltado. Ninguno de esos métodos obtuvo el menor resultado. El primero se aplicó durante 10 años y el segundo, durante 12. Así, el balance de ese cuarto de siglo fue el fracaso.

La convivencia con el fracaso nos llevó a una estrategia litúrgica: celebramos la ceremonia del reclamo, clamamos por el territorio ocupado y tratamos de ignorar nuestra impericia para alterar la situación.

De acuerdo, podemos seguir así, en nuestra vieja tradición de imaginar que vivimos futuros que nunca existirán; a la deriva, penosamente, sin metas.

El interés en la cuestión Malvinas no debería ser sólo territorial. Tenemos casi tres millones de kilómetros cuadrados que no hemos administrado demasiado bien. No me parece que las islas cambiarían gran cosa en ese sentido. Tendríamos más territorio mal administrado. Sé, lector, que lo dicho puede molestar, pero aun así seguirá siendo cierto.

Más que el costo de un territorio perdido, creo que las islas se fueron transformando en un sueño que ayuda a mantener nuestra unión y es allí donde reside su mayor valor. Pero si esos sueños se transformaran en quimeras, tendrían el efecto inverso: frustrarían y transformarían a los habitantes en individuos resignados a un triste futuro. No hay muchas cosas que nos unan. El pasado no nos empuja, sino que más bien nos divide. Tampoco el futuro nos reúne en la búsqueda de algún sueño argentino. Ni la historia nos empuja ni el futuro nos atrae. Difícil ser nación en esas condiciones.

Dicho esto, lector, creo que si insistiéramos en los caminos que hemos transitado, transformaríamos nuestros sueños en quimeras, en frustraciones. Lo sabemos, pero no queremos pensarlo: el Reino Unido no cambiará de posición; la Argentina no tiene capacidad de presión diplomática y los habitantes de las islas no poseen el menor interés en ser parte de un país que exhibe la historia que hemos vivido. Una cosa es que no aceptemos en nuestras tesis jurídicas la voluntad de los habitantes de las islas y otra es que esa voluntad no exista. Existe y cuenta para el Reino Unido. Si alguien no entiende la diferencia entre una posición doctrinaria de orden jurídico y la realidad, decididamente la política no debería ser su campo de trabajo (menos aún la internacional).

En las ideas que propongo no doy un papel central a los argumentos jurídicos, esta estrategia no tiene relación con el derecho internacional, por la simple razón de que aun si tuviéramos toda la razón, de nada serviría. Éste no es un tema de justicia, es una cuestión de intereses, poder y oportunidades.

Las ideas que se presentan no tratan de lo que es justo, sino de lo que es alcanzable y, a la vez, deseable para nuestro país.

Es útil evaluar el riesgo de la propuesta, en el lenguaje de los economistas, su costo de oportunidad. Es decir, qué otro camino con mejores resultados descartaríamos si adoptáramos el que se propone. No creo que exista una alternativa, y si la hubiere, debería ser tiempo de hacerla conocer y practicarla. Como hasta ahora nada indica que exista, no veo costo de oportunidad en lo que se propone.

El primer paso en esta estrategia consiste en lograr un acuerdo por el cual hasta el año 2033 (segundo centenario de la toma de las islas por los británicos) se congelan las posiciones sobre soberanía por ambas partes. A un ritmo rápido, aunque siempre guiado por la oportunidad y la prudencia, debería abrirse el intercambio de personas y mercancías entre las islas y el territorio continental. Toda actividad que pueda ser realizada por un extranjero con residencia debería poder ser hecha por un habitante de las islas.

La amplitud y normas que rijan esta apertura deberán, naturalmente, ser discutidas por ambas partes, pero el objetivo es que los habitantes de las islas puedan residir el tiempo que lo deseen en nuestro país, realizar las actividades sin que exista -en principio- limitación alguna. Comercio, atención médica, enseñanza de todos los niveles son ejemplos de actividades y servicios a los que tendrían acceso.

En principio, sería deseable que en ninguno de los dos sentidos se requiera otro documento que el equivalente del DNI.

Al comienzo serán poquísimos los isleños que prueben el continente sencillamente porque hay temores e historias inquietantes en el pasado. Pero éste es un ejercicio de casi dos décadas durante las cuales nuestro país puede iniciar una etapa, quizás una era, distinta de su vida. Lógicamente, si seguimos viviendo nuestras aventuras pendulares, populismos exaltados y conservadurismos incapaces de dar un salto en el desarrollo nacional, la Argentina no será atractiva para los isleños ni para la mayoría de las personas sensatas que habitan este planeta.

Pero si se inaugurara un historia diferente, si poco a poco comenzáramos a transformar nuestro país en un lugar donde se desenvuelve una vida estable, moderna y previsible, si los grandes trazos externos del desarrollo se vieran, la relación con los habitantes de las islas se alteraría fundamentalmente.

Si este camino se recorriera con razonable éxito, dentro de 17 años podríamos comenzar una discusión totalmente distinta entre la Argentina y el Reino Unido, porque sencillamente -y éste es el punto central de la propuesta- si cambia la percepción de los kelpers, cambiarán las alternativas que podrán discutirse con el Reino Unido.

No se trata de seducir a nadie, como en los años 90, sino de mostrar un país que se trasforma y se torna atractivo.

Por cierto, éste es un ejercicio que requiere no sólo el acuerdo de la otra parte, sino de la mayoría de los argentinos. De modo que si esta idea avanzara, no descartaría, luego de conocer la opinión británica, una consulta popular. Este ejercicio debería estar amparado en el paraguas de soberanía que escribimos junto con algunos colegas en 1985, por el cual nada de lo que se dijera u ocurriera durante su desarrollo podría ser utilizado como un reconocimiento o un título en el reclamo de soberanía.

Si lo intentáramos, estaríamos apostando a nosotros mismos, a nuestra capacidad (a nuestro orgullo) para hacer que la Argentina sea un país movilizado con los sueños por realizar y unido por los sueños realizados.

El ministro de Defensa británico visitó Malvinas: "La mayor amenaza en este momento no es la Argentina"

(La Nación) - Michael Fallon fue el primer titular de esa cartera en visitar el archipiélago en 14 años; apuntó contra el líder opositor, Jeremy Corbyn, quien pide negociar la soberanía de las islas con la Argentina


LONDRES.- El ministro de Defensa británico, Michael Fallon, visitó ayer las islas Malvinas, en la primera gira de un funcionario con ese cargo al archipiélago en 14 años, y afirmó que "la mayor amenaza en estos momentos no es la Argentina" sino el líder de la oposición británico, Jeremy Corbyn, quien pide negociar la soberanía.

La visita de Fallon se produce en medio de un acercamiento entre Londres y el gobierno de Mauricio Macri, un deshielo que el ministro tildó de "oportunidad", aunque subrayó que la soberanía de las islas, que se disputó en la guerra de 1982, no será negociada.

"El tema de la soberanía fue planteado hace 30 años y los isleños han tomado su decisión de manera muy clara, en un referéndum apabullante, así que [la soberanía] ya no es un tema ahora", dijo Fallon al diario Daily Telegraph.

"El tema ahora es cómo mejoramos las relaciones con el resto de América del Sur y tenemos la elección de un nuevo gobierno en la Argentina que puede abrir la puerta a eso", agregó.

Fallon fue más a fondo y criticó con dureza la propuesta reciente del líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, de sentarse a negociar con la Argentina la soberanía de las islas. "La mayor amenaza en estos momentos no es Argentina, es Jeremy Corbyn y el Partido Laborista, que quieren ignorar los deseos de los isleños", expresó.

Corbyn, un dirigente de ultraizquierda que el año pasado alcanzó el liderazgo del Partido Laborista, volvió a considerar el mes pasado que debe haber "una discusión sobre cómo conseguir un acuerdo razonable con la Argentina".

La cadena pública BBC informó hoy que pese a que se temía que la visita de Fallon pudiera "inflamar tensiones con Argentina", el titular británico ha confiado en que las relaciones entre ambos países puedan "mejorar" con la presidencia de Macri.

El mes pasado, poco después de asumir, Mauricio Macri se reunió con el primer ministro británico, David Cameron, y convinieron en el Foro Económico de Davos en que es el momento de "embarcarse en un nuevo capítulo" en las relaciones entre Londres y Buenos Aires.

Durante su viaje, Fallon rindió tributo en Port Stanley a los 255 militares británicos que cayeron durante la guerra de las Malvinas en 1982. "En recuerdo agradecido a aquellos que sacrificaron sus vidas por la liberación de estas islas", escribió el ministro en una nota dejada al pie del monumento junto a una corona de flores.

El ministro inspeccionó algunas de las obras que se realizan como parte del paquete de 180 millones de libras (258 millones de dólares) para modernizar la infraestructura defensiva de las islas, anunciado en marzo.

Agencias AFP y EFE

martes, 16 de febrero de 2016

Secretario de Defensa británico visita las islas Malvinas

El ministro británico de Defensa, Michael Fallon.
El secretario de Defensa del Reino Unido, Michael Fallon, viaja esta semana a las Islas Malvinas, reclamadas por Argentina, en medio de reticencias de la Cancillería británica.



El viaje de Fallon a las islas Malvinas, la primera visita de este nivel en más de una década, preocupa al Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, pues podría perjudicar al recién inaugurado entendimiento con el nuevo el Gobierno de Mauricio Macri, presidente de Argentina.

Desde el Ministerio de Defensa del Reino Unido sostienen que ”el Secretario de Defensa piensa que es importante mostrar solidaridad y apoyo a los más de 1400 británicos, personal civil y militar, desplazados en Mount Pleasant. [Canciller] Hammond no tiene ningún problema con que se haga la visita“.

Desde el Ministerio de Defensa sostienen que "el Secretario de Defensa piensa que es importante mostrar solidaridad y apoyo a los más de 1400 británicos, personal civil y militar, desplazados en Mount Pleasant. [Canciller] Hammond no tiene ningún problema con que se haga la visita".

No obstante, las fuentes políticas indican que este desplazamiento del secretario a las islas Falklands (denominación británica de estas islas) coincide con un receso parlamentario.

El momento elegido para tal viaje ha suscitado las sospechas entre quienes hacen campaña para que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE): alegan que con esta estrategia se pretende acercar posturas con los conservadores británicos contrarios al bloque comunitario, ya que se evoca la memoria de la ex-primera ministra Margaret Thatcher, que durante su mandato invadió esta isla en disputa con Argentina. 

Por otro lado, esta vista tiene lugar a dos meses y poco del fin de los ocho años de presidencia de la Cristina Fernández, que en política exterior priorizó el reclamo argentino de las Islas Malvinas.

Con la llegada del conservador presidente Macri a la Casa Rosada ha comenzado “una nueva era” en las relaciones con el Gobierno del primer ministro británico, David Cameron, en especial sobre el diferendo de las Islas Malvinas.

En esta línea del buen entendimiento, el presidente argentino y el premier británico recientemente se reunieron en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, para relanzar las relaciones diplomáticas entre las dos naciones.

domingo, 14 de febrero de 2016

Los kelpers rechazan el acercamiento de la Argentina

Puerto Argentino, en las islas Malvinas.Por Natasha Niebieskikwiat - Clarin.com
Ante las versiones de cómo el Gobierno abordará con Gran Bretaña el reclamo del archipiélago, el secretario de la Asamblea Legislativa de las Islas opinó que "Argentina está errando el punto".


En los últimos días circularon en la prensa distintas posibles líneas de acción del gobierno de Mauricio Macri frente a Gran Bretaña en lo que hace al reclamo de soberanía por las Malvinas. Las versiones se despertaron a raíz de la reunión que el mes pasado mantuvo Macri con el primer ministro, David Cameron, en Davos, Suiza. El encuentro representó, sin dudas, las intenciones de ambos de iniciar el deshielo frente a las tensiones de Londres con el kirchnerismo. Pero ahora, los kelpers rechazan cualquier cambio de postura, que los incluya o los excluya. E insisten en que hoy son autosuficientes y tienen una democracia autónoma.

En un duro artículo de opinión publicado en la agencia Mercopress, el secretario de la llamada Asamblea Legislativa de las Islas Falkland, Mike Summers escribió que "claramente el gobierno de Argentina había cambiado de 'tachuela' (por estilo) desde que el régimen de los Kirchner finalizara en diciembre". Opinó que si bien "resulta alentador" que haya una mejor relación bilateral con el Reino Unido "que se enfoque en negocios y comercio en lugar de estar dominada por el tema de la soberanía, como están las cosas, el reclamo sobre las Islas Falkland no ha cambiado y sigue en pie". El artículo de Summers va en la línea general de un imposible para el reclamo histórico argentino: que se retire el reclamo de soberanía. El mil veces mentado "drop the claim".

"Argentina está errando el punto, errando el punto en cuanto a que la gente importa, errando el punto en cuanto que los derechos humanos básicos de la gente deben ser respetados, y errando el punto en cuanto que no se puede pasar una mano de cal a la historia y retornar a los días previos a que cometiera un gigantesco error de juicio al invadir las Islas Falkland", señaló Summers, haciendo también un repaso sobre los hechos de los últimos días, en los que funcionarios del gobierno y académicos expresaron ideas sobre cómo resolver el conflicto, pese a que en realidad los gobiernos de Macri y Cameron no se lanzaron a ninguna negociación que incluya o excluya a las islas.

Según sabe Clarín, entre Gran Bretaña y Argentina no hay conversaciones al momento sobre las Malvinas, aunque sí sobre la agenda bilateral, que estuvo literalmente paralizada. Una de esas visitas sí podría incluir a Hugo Swire, el ministro del Foreign Office, que se encarga de las región y también de las Malvinas.

Por cierto, ni siquiera la subsecretaría de Malvinas y Atlántico Sur que funcionará en la Cancillería está conformada. Esta abordará el tema con una mirada amplia a la confrontación de la década K. Al momento, lo que hay es el inicio de la misión del nuevo embajador argentino en Gran Bretaña, Carlos Sersale, quien va con instrucciones de explorar los ámbitos de cooperación y negocios que se pueden activar ya con Gran Bretaña. Macri aún no muestra su carta sobre cómo llevará su relación con los kelpers, a los que en principio, sus funcionarios buscarán dar la mano cuando se crucen en las Naciones Unidas. Un cambio respecto al pasado.

En el comunicado que Cameron hizo distribuir tras su encuentro con Macri en Davos se informó que hablaron de economía, energía transparencia y ciencia. De que el británico querría "expandir significativamente el comercio bilateral", que actualmente es de US$ 1.572 millones, y sí incluyeron reformas sobre temas "ligados a infraestructura, petróleo y gas, minería y tecnología agropecuaria". Sobre la cuestión de soberanía, la oficina del premier conservador señaló: "El primer ministro fue claro acerca de que nuestra posición es la misma y que el reciente referendum fue absolutamente claro acerca de que los isleños desean seguir siendo británicos".

Con todo, cuando los kelpers le hablan a los argentinos, también lo hacen a los británicos, que en muchas situaciones también han recurrido a la presión como método para generar cambios relacionados a la comunicación con Argentina, que tiene pendiente con las islas cuestiones como el petróleo, la pesca, el ADN a los caídos en Darwin y el pedido para que haya un vuelo directo y semanal del continente a Mount Pleasant, que ahora están ofreciendo funcionarios uruguayos.

martes, 9 de febrero de 2016

Gran Bretaña reiteró que su postura por Malvinas no cambiará

(La Nación) - El embajador británico en España se mostró firme, aunque elogió la relación con Macri

El embajador británico en España, Simon J. Manley, aseguró ayer que la posición del Reino Unido sobre el reclamo argentino de soberanía sobre las islas Malvinas "no va a cambiar", pese a lo cual señaló que su país tiene "una buena relación" con el gobierno de Mauricio Macri.

"Tenemos buena relación con el nuevo gobierno del presidente Macri, buenos contactos con él y con su equipo", aseguró el diplomático británico, que sin embargo ratificó: "Nuestra posición sobre las Falklands (Malvinas) es muy conocida y no va a cambiar".

Las declaraciones de Manley fueron hechas a la agencia EFE cuando el diplomático fue consultado sobre la posibilidad de que ambos países encaren una nueva etapa en la negociación sobre las islas del Atlántico Sur, sobre las cuales los gobiernos argentinos mantuvieron históricamente el reclamo de soberanía plena.

Durante el Foro Económico Mundial celebrado en Davos (Suiza), hace poco más de dos semanas, el presidente argentino y el primer ministro británico, David Cameron, convinieron en "embarcarse en un nuevo capítulo" en las relaciones bilaterales, según informó -entonces- un portavoz del jefe del gobierno británico. En el encuentro, ambos mandatarios dialogaron sobre la posibilidad de reencauzar las relaciones bilaterales en lo que respecta a la cooperación en materia de energía, ciencia, tecnología, cambio climático y lucha contra el terrorismo.

Tras esa reunión, la canciller argentina, Susana Malcorra, prometió que el Gobierno tendrá una "perspectiva amplia" al momento de tratar el conflicto de las islas Malvinas, a diferencia de la postura "muy dura" que mantuvo el kirchnerismo durante sus gobiernos con respecto a los isleños.

A la vez, la funcionaria dijo en ese entonces que la administración de Macri buscará tener una actitud "evolucionaria" y no "revolucionaria" en la disputa.

domingo, 7 de febrero de 2016

El Gobierno cambia la estrategia para encauzar el reclamo por Malvinas (II)

Carlos Sersale Di Cerisan, embajador en Londres(La Nación) - Diálogo directo con Gran Bretaña y trabajos conjuntos en el Atlántico Sur, parte del plan diplomático


Foto: Carlos Sersale Di Cerisan, embajador en Londres

Mauricio Macri planea dar sus primeros pasos hacia la refundación de las relaciones con el Reino Unido en el marco del reclamo por la soberanía de las islas Malvinas. El Presidente prometió un nuevo tipo de vínculo para dejar atrás la estrategia confrontativa que caracterizó a la etapa kirchnerista. En línea con esa idea de renovación, las autoridades de la Cancillería y de la embajada argentina en Londres iniciarán un camino que incluye entablar una relación estrictamente con Gran Bretaña, eludiendo a los kelpers, y encarar actividades conjuntas en el Atlántico Sur.

Según pudo averiguar LA NACION de fuentes de Cancillería, la estrategia del gobierno argentino incluirá proponer un diálogo directo con Gran Bretaña y dejar de lado la participación de los isleños en las negociaciones por la soberanía sobre Malvinas. El modo de acercarse a los llamados kelpers no los pondría como protagonistas de los planteos por la soberanía, sino que se limitaría a abrirles las puertas para que puedan acceder a formación educativa en la Argentina.

Una de las propuestas más fuertes que se pondrán en marcha en la nueva etapa es intentar que nuestro país y Gran Bretaña realicen tareas conjuntas en la zona del Atlántico Sur. Esos trabajos podrían consistir en exploraciones con fines científicos en la Antártida.

La idea de la diplomacia argentina es que estas tareas se desarrollen sin incluir el análisis de la cuestión de fondo de la soberanía sobre el archipiélago. La estrategia del Gobierno es que la cooperación se produzca en el marco de proyectos conjuntos "en el Atlántico Sur", sin nombrar a las Malvinas en esa etapa del vínculo entre los dos países.

Al frente de esta nueva estrategia nacional en el tema Malvinas estará el flamante embajador en Londres designado por Macri. Se trata de Carlos Sersale Di Cerisan, quien era embajador en Sudáfrica, y reemplazó a Alicia Castro en Londres.

La canciller argentina, Susana Malcorra, dejó traslucir parte del plan del Gobierno para la relación con los británicos en una entrevista que concedió a LA NACION días antes de que Macri asumiera su mandato. "El Presidente quiere ver el tema del Atlántico Sur en su globalidad porque allí hay muchos temas que preocupan. Hay toda un área relacionada con el tema Antártida. No vamos a negar nuestros reclamos, pero lo haremos en el contexto de que ése es un tema de las relaciones con Gran Bretaña, pero que no lo es todo", dijo Malcorra.

El pasado 3 de enero, cuando se cumplieron 183 años de la usurpación británica de las islas, la Cancillería emitió un comunicado en el que "invita al Reino Unido a reanudar las negociaciones con miras a resolver -a la mayor brevedad posible, y de manera justa y definitiva- la disputa de soberanía sobre las islas Malvinas".

Los diálogos entre diplomáticos argentinos y británicos ya habrían dado un primer fruto para nuestro país. Con aval de Gran Bretaña, la Cruz Roja podría desembarcar en Malvinas e intervenir para proceder a la identificación de las tumbas NN de soldados argentinos caídos en combate en la guerra de 1982.

Además, en la búsqueda de favorecer un clima de mayor distensión, el nuevo embajador argentino habría tenido contactos informales para pedir la desmilitarización británica del Atlántico Sur, ya que la Argentina no es un riesgo por su postura pacífica para encarar el conflicto por Malvinas.

Puertas adentro

Para el Gobierno, la estrategia con los británicos incluye una pata estrictamente nacional. Uno de los puntos a trabajar en este sentido, según pudo averiguar LA NACION, es que haya una postura unificada de todos los sectores políticos argentinos, consensuada con la oposición.

La Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos Circundantes, que durante el kirchnerismo condujo Daniel Filmus, cambiará de denominación. Pasará a llamarse, simplemente, Secretaría de Malvinas y la Antártida.

El encargado de la nueva política

Carlos Sersale Di Cerisan - Embajador en Londres
El representante diplomático argentino encabezará la nueva estrategia desde su nuevo destino diplomático. Esto incluye pedir a Gran Bretaña que desmilitarice la zona del Atlántico Sur y un acuerdo, con aval británico, para que la Cruz Roja pueda identificar tumbas argentinas NN

Nuevo diálogo por Malvinas: cómo lo ven en el Reino Unido

Por Gustavo Sierra - Clarin.com
El proceso abierto tras el encuentro Macri-Cameron.Todo menos la soberanía, insisten en Londres. La opinión de los parlamentarios y especialistas.
Isleños. Festejos por el triunfo de la posición pro británica en el referendum del 11 de marzo de 2013. Reuters
 Isleños. Festejos por el triunfo de la posición pro británica en el referendum del 11 de marzo de 2013. Reuters

El gobierno conservador de Gran Bretaña no puede ser más claro con respecto a la disputa por las Islas Malvinas: todo menos soberanía. En este sentido, ningún cambio con respecto a sus antecesores. Aunque el encuentro Cameron-Macri logró una distensión en la relación bilateral y comienzan a aparecer ciertas sutilezas. Por ejemplo, el líder de la oposición Laborista que convoca a un “diálogo sensato”. Y algunos legisladores de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes, en el parlamento británico, como los académicos que siguen el tema desde cerca en Londres, Oxford y Cambridge, hablan de posibles “caminos creativos” de desarrollo económico que con el tiempo podrían llevar a un diálogo algo más sustancial. Pero, antes, coinciden todas las fuentes consultadas, Argentina tiene que regresar al escenario global donde pasó a tener un papel irrelevante como consecuencia de la errática política internacional del gobierno kirchnerista.

La residencia del Primer Ministro en el número 10 de la calle Downing se remite a lo que dijo el portavoz oficial después del encuentro de los líderes en Davos: “En el tema de las Falklands (Malvinas) el Primer Ministro fue claro sobre el hecho de que nuestra posición permanece sin cambios y que el reciente referéndum fue absolutamente claro con respecto al deseo de los isleños de seguir siendo británicos”. El portavoz no quiso elaborar ninguna otra idea “a la espera de que haya algún avance diplomático” en los próximos meses.

En la oposición del Partido Laborista, el tema divide a su dirigencia. Por un lado, el líder del partido, Jeremy Corbyn, representante del ala más izquierdista, dijo en el programa del analista político Andrew Marr de la BBC que “tiene que haber algún tipo de discusión sobre cómo vamos a afrontar un diálogo sensato con Argentina”. Y agregó “me suena ridículo que en el Siglo XXI tengamos que enfrentar semejante conflicto con la Argentina sin tener ese diálogo”. Claro que cuando Marr lo confrontó con laposición oficial, Corbyn trajo de inmediato a la mesa de diálogo a los kelpers: “Por supuesto que los isleños tienen muchísimo que decir en todo esto, pero hagámoslo dentro de un diálogo sensible. Sucedió antes y estoy seguro de que puede suceder nuevamente”. A la otra mañana, el legislador del Laborismo encargado de las relaciones exteriores, Hilary Benn, contestó a Corbyn y retrotrajo todo a la posición tradicional de su partido: “Sigo siendo el secretario de asuntos internacionales del Gabinete en las Sombras (gabinete alternativo de oposición al gobernante) y hasta donde sé, nosotros seguimos creyendo en la autodeterminación de los pueblos y muy particularmente de las Falkland Islands”.

Por su parte, los legisladores conservadores miembros del comité de Relaciones Exteriores, también expresaron su apoyo a la posición de que “la soberanía no es negociable”. Aunque admitieron que se podrían abrir nuevas vías de entendimiento a través del desarrollo económico conjunto. “Doy la bienvenida a cualquier oportunidad de desarrollo económico entre Argentina y las islas”, expresó John Baron, miembro del Parlamento por los distritos de Basildon y Billericay. “Es auspicioso el nuevo diálogo y la cooperación entre el Reino Unido y Argentina. Pero cualquier potencial creación de una zona de libre comercio en las islas que se consiga con el acuerdo británico y argentino siempre debe contemplar el consentimiento de los habitantes de las Falkland”, respondió Andrew Rosindell, miembro de la Cámara de los Comunes por el distrito de Romford. Y Adam Holloway, parlamentario por el distrito de Gravesham, dijo que había pasado el último fin de año en Argentina y que se trata de un país fabuloso pero “no veo ningún motivo por el que Gran Bretaña quiera negociar la soberanía de las Falklands”.

“Estamos en esta situación como consecuencia de una “diplomacia de megáfono” y una simbología nacionalista estridente del gobierno anterior. Ahora, se puede abrir un diálogo pero primero hay que volver a ser un país creíble en el contexto internacional”, explica Celia Szusterman la destacada intelectual argentina del St Antony’s College de Oxford. “Se puede hablar de temas comunes como pesca, hidrocarburos, desminado, conservación, etc. Ese es el camino. Más allá de la voz aislada de Corbyn, no hay nadie en Gran Bretaña interesado en compartir o entregar la soberanía. Eso hay que entenderlo y cualquier cambio positivo tiene que ser producido por iniciativa del gobierno argentino”, agrega.

Para Guillermo Makin, investigador del Centro para Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Cambridge, cualquier avance debería cumplir con una premisa de la diplomacia tradicional: no hay política exterior sin correlato militar. Sin ser belicoso, las Fuerzas Armadas deben ser
operacionalmente creíbles en el Atlántico Sur. Oficiales británicos me lo dijeron, si Argentina tuviera credibilidad militar aconsejaríamos a cualquier primer ministro que negocie”. En tanto, de acuerdo a Makin, se podrían generar algunas acciones como “una campaña que tenga continuidad aquí en el Reino Unido con encuestas que demuestren que el electorado británico podría aceptar una cierta autonomía mientras se conserve el idioma, las costumbres y se respeten las leyes internacionales”.

Y Alistair Forsyth del South Atlantic Council, un centro de estudios creado en Londres en 1983 para “encontrar una solución a la disputa aceptable para todas las partes”, cree que se debe aprovechar el impulso de este flamante gobierno argentino y crear las bases para una nueva relación. “Se puede avanzar en áreas como el manejo de la pesca, la exploración y explotación de los hidrocarburos, el turismo y los enlaces aéreos, así como políticas conjuntas en la preservación del medio ambiente”, dice Forsyth. Y aclara que los isleños deberían dar su total apoyo a la nueva política de cooperación de Argentina como reconocimiento al total apoyo que le da el gobierno británico a su presente estatus. Y por lo tanto “los isleños -continúa Forsyth- deberían considerar un acuerdo para compartir la explotación de los recursos naturales, así como un servicio aéreo permanente entre las islas y el continente y una representación de ambas partes tanto en Stanley (Puerto Argentino) como en Buenos Aires”.

Las ideas que maneja el gobierno para las Malvinas

Por Marcelo Larraquy - Clarin.com
Deshielo entre Argentina y Gran Bretaña.Examina la posibilidad de que, en el futuro, se pueda volver a propuestas que circularon antes de la guerra de 1982, como el “retroarriendo”, con la transferencia de la soberanía de las islas a la Argentina y el alquiler simultáneo a Gran Bretaña.
Diálogo. La reunión en Davos , de enero pasado, entre Mauricio Macri y el primer ministro Cameron habilitó un nuevo tratamiento en las negociaciones. Foto AFP
 Diálogo. La reunión en Davos , de enero pasado, entre Mauricio Macri y el primer ministro Cameron habilitó un nuevo tratamiento en las negociaciones. Foto AFP

Desde que asumió, el gobierno anunció un cambio de estrategia en el tratamiento del reclamo por la soberanía en las islas Malvinas. La estrategia también incluye un cambio en las formas. Consiste en bajar el tono de confrontación y dureza con el Reino Unido y poner en la agenda bilateral todos los temas de interés, entre ellos Malvinas, pero no únicamente Malvinas. La reunión del presidente Mauricio Macri y el primer ministro David Cameron en Davos, en enero pasado, habilitó ese cambio de perspectiva. El gobierno conducirá la negociación por Malvinas a través de una Subsecretaría del Atlántico Sur, que incluirá también la Antártida. 

Medio siglo después de que la ONU en la resolución 2065 reconociera la existencia del conflicto e invitara a las partes a dirimirlo, la diplomacia argentina intentará un regreso a los orígenes de la negociación. 

Entonces, entre 1966 y 1982, a través de reuniones bilaterales y propuestas mutuas, la posibilidad de acceder a la soberanía, aunque fuese con la firma de un entendimiento a largo plazo, parecía cercana para Argentina. Una de ellas fue el retroarriendo, o “lease-back”, un tratado propuesto por el Foreing Office en 1980 en el que cedía la soberanía de las islas a la Argentina pero las retendría “en alquiler” por una cantidad de años a estipular. 

“Cuando nos sentemos a negociar la soberanía, esa puede ser una salida”, dice el nuevo embajador ante Naciones Unidas, Martín García Moritán, en entrevista a Clarín en la Cancillería. “Es una manera para que, gradualmente, la parte continental vaya asumiendo responsabilidades y obligaciones respecto a las islas y los habitantes, para que se vayan incorporando al territorio nacional en forma plena”. 

García Moritán plantea recuperar el espíritu de cooperación con los isleños, como sucedió a partir de los Acuerdos de 1971. “Si los isleños conciben que el territorio que tienen enfrente los acoge con la misma simpatía como lo hace Chile o el Reino Unido, hoy es probable que por comodidad o necesidad se acerquen más seguido al continente. Podrían tener a Ushuaia como base de operaciones para viajar por el mundo o educar a sus hijos. Queremos restablecer la confianza y darle más contenido a la relación bilateral en todos los ámbitos de Naciones Unidas”.

El plan de la diplomacia local apunta a conquistar el corazón y la mente de los malvinenses, como se había intentado en la década del ‘70; aunque hoy, después de la guerra, parece una posibilidad dífícil: en el referéndum de marzo de 2013, los isleños votaron, por el 99,8 % ,continuar bajo administración británica. 

Aún con divergencias para una solución definitiva, después de la Resolución 2065, Argentina y el Reino Unido acordaron “medidas prácticas”, que fueron la base para los Acuerdos de Comunicaciones de 1971. Entonces, la Fuerza Aérea Argentina construyó el aeropuerto de Puerto Stanley (Puerto Argentino), los isleños atendían su salud en el Hospital Británico porteño, existían becas que les permitían estudiar en colegios de Buenos Aires y tenían un documento argentino que les eximía el trámite de migraciones. 

En tres años alrededor de 1.600 personas, es decir, casi toda la población de Malvinas, fueron y vinieron de las islas al territorio continental. “Queremos darle a los isleños, gradualmente, el mismo trato que puede tener un argentino del continente –agrega García Moritán-. Para que haya confianza mutua tiene que haber continuidad, que las políticas de Estado se perpetúen en el tiempo. Si todas esas acciones del año ’71 se hubieran mantenido, hoy la bandera argentina estaría en las islas”, concluye. 

“El objetivo de aquellos acuerdos –dice el especialista en Malvinas y ex funcionario de la Cancillería, Guillermo García- era que, por “efecto derrame”, se contemplara compartir en el futuro ‘algunos aspectos de la soberanía’, en tanto no hubiera rechazo de los isleños, que eran representados por el gobierno británico. La ventaja política para el Reino Unido era que en los hechos, tomaba medidas concretas para el desarrollo económico de las islas con la colaboración de los argentinos. Y la ventaja para los argentinos fue que se consiguió algún deshielo en la relación con los isleños”, afirma García.

El corolario de los Acuerdos de 1971 fue la propuesta británica de ofrecer a la Argentina el condominio de las islas. Según la estimación del ya fallecido embajador Carlos Ortiz de Rozas, en una conferencia que realizó el 21 de junio de 2006 en la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, “la finalidad (del condominio) era resolver la disputa sobre la base de una soberanía compartida con la Argentina con la conclusión de un tratado que permitiese que los isleños se desarrollasen conforme a sus intereses”. Durante la vigencia del tratado conjunto habría presencia de banderas de ambos países, idioma oficial inglés/español y un sistema legal adaptado a las “necesidades del condominio”. 

El historiador inglés, profesor Lawrence Freedman, autor de “The Official History of the Falklands Campaing”, la Historia Oficial de Malvinas que le encargó el gobierno británico, reveló que con el condominio Londres le reconocería a la Argentina de manera parcial los derechos de soberanía. El temor de los ingleses era que Argentina no fuese capaz de aceptar algo que no implicara la soberanía total. 

La propuesta de condominio, entregada por la embajada británica en Buenos Aires a la Cancillería argentina el 11 de junio de 1974, aún con sus límites, encandiló al presidente Perón. Le pidió a su canciller Alberto Vignes que le diera curso: “Es muy conveniente. Hay que aceptarla. Una vez que pongamos pie en las Malvinas no nos saca nadie y tiempo después tendremos la soberanía plena”. Perón murió 20 días después y “su viuda, que lo sucedió en la Presidencia, no creyó tener el poder suficiente para convencer a la opinión pública de que debía aceptar dicho ofrecimiento. Ante esa circunstancia el gobierno británico decidió retirarlo”, según reveló Ortiz de Rozas en la citada conferencia. 

El ex embajador en Londres, Vicente Berasategui considera que tanto la propuesta del condominio de 1974 como la de retroarriendo (“lease-back”) de 1980, o la de 1982, en plena guerra, que se narra aparte fueron algunas de las oportunidades malogradas. La del ex canciller Guido Di Tella, que regaló los ositos de felpa Winnie the Pooh a los isleños como parte de una política de seducción, en cambio, no obtuvo resultados.

“Hoy estamos lejos de aproximarnos a una solución de la cuestión y es necesario superar la situación de deterioro en las relaciones bilaterales a las que nos llevó una política equivocada de inútiles presiones. Es necesario abandonar una posición de dureza. Lo más aconsejable es recurrir a la persuasión y no a un choque permanente”, afirma Berasategui en entrevista con Clarín.

El ex embajador Carlos Pérez Llana también menciona las oportunidades que se perdieron por las políticas erráticas y cambiantes. “El camino diplomático debe basarse en una estrategia y en un diagnóstico de fuerzas y debilidades. Decididamente hace falta tiempo, ingenio y talento. Pero nada será para mañana. Tal vez el nuevo eje estratégico debería pasar por el “soft power”: mantener nuestro capital de aliados en el sistema multilateral y de convencer básicamente en Londres, una ciudad donde el 40%  de sus habitantes, que pagan impuestos, no nacieron en Gran Bretaña”. 

El ex embajador apunta el nuevo escenario que produciría la perspectiva de un divorcio de Gran Bretaña de la Unión Europea (“Brexit”), que se decidirá por referéndum a mitad de este año. “Si se produjera la salida, Gran Bretaña quedará devaluada estratégicamente en el mundo. Sus apoyos se debilitarán. Esto lo sabe la City londinense que impulsa el voto pro-Europa. Otro dato insoslayable: con este precio del petróleo la autonomía financiera de las Malvinas no está a la vista”, afirma Pérez Llana.

El reclamo por los derechos soberanos de las islas, con otras modalidades de negociación, pero con la misma determinación, podrá traer resultados en las próximas décadas. Como admite Lawrence Freedman en la Historia Oficial, “en lo referente a las Falklands (Malvinas), la ley ha importado menos que el poder y la determinación cuando se trata de decidir sobre la pertenencia”.

miércoles, 20 de enero de 2016

Macri busca en Davos la apertura al mundo y otro tipo de relación con el Reino Unido

Por Natasha Niebieskikwiat - Clarin.com
Un viaje clave. Llega hoy a Suiza con el objetivo de modificar la imagen internacional del país. Mañana se verá con el premier británico, David Cameron, pero el Presidente aseguró que Argentina mantendrá el reclamo de soberanía.

Horas antes de partir a Davos, donde mañana se reunirá por espacio de treinta minutos con David Cameron, y después con otros líderes mundiales, Mauricio Macri emitió una fuerte señal al Reino Unido. “Voy a intentar comenzar un nuevo tipo de relación” con dicho país, sentenció para remarcar también que el reclamo por la soberanía de las Malvinas se sostendrá. Antes de su triunfo electoral del 22 de noviembre pasado, el presidente ya afirmaba que quería una política de diálogo con Gran Bretaña buscando revertir el nivel de dura confrontación que adoptó el kirchnerismo al llegar al poder, en 2003.

“Vamos a continuar con el reclamo pero voy a tratar de empezar un nuevo tipo de relación”, dijo literalmente Macri según lo citó ayer The Guardian. El emblemático diario británico de centroizquierda le hizo una entrevista al presidente en vísperas de su partida, anoche, a Suiza donde participará de numerosas actividades políticas y empresarias en el marco del Foro Económico Mundial.

Entre las bilaterales que tendrá, por ejemplo, se encuentra una con el vicepresidente Joseph Biden, mientras que la canciller Susana Malcorra tendrá otra con el secretario de Estado, John Kerry. En la entrevista con Macri no sólo estuvo The Guardian, sino también los diarios Le Monde (Francia), El País (España) y La Stampa (Italia).

En relación a la posición de Macri sobre el Reino Unido, The Guardian -que mantuvo ayer durante horas la entrevista como la primera nota en su portada online- dijo que el presidente no dio muchos detalles a los periodistas cuando le preguntaron si ese giro significaría más comercio, mejores lazos de transporte, y otros cambios pedidos por los kelpers, después de 12 años de extrema tensión por los fuertes controles y la baja de acuerdos de cooperación que decidieron Néstor y Cristina Kirchner.

“Quiero sentarme y conversar sobre el tema y en el entretiempo encontrar formas sobre cómo podemos cooperar”, dijo sobre las relaciones con Londres en la entrevista, en la que The Guardian. El periódico aparece elogiando lo que llama “una cálida ofensiva” del presidente argentino, en contraste con las “acusaciones domésticas” (en referencia al kirchnerismo) de tener un “rasgo autoritario”.

También Cameron tuvo sus gestos. Llamó al argentino apenas asumió el gobierno el pasado 10 de diciembre, lo felicitó y le dijo que se encontrarían en el “futuro inmediato”. Davos era inminente. Después, cada uno mostraría las históricas “cartas credenciales” de dos países que se enfrentaron en la dura guerra de 1982 (649 argentinos y 255 británicos muertos). 

En su mensaje navideño a los kelpers, Cameron dijo que quería una relación “más madura” con la Argentina ahora, pero que siempre defendería la llamada “autodeterminación” que le concedieron a los kelpers tras su victoria en la guerra de hace casi 34 años. Y en los últimos días, apareció en Gran Bretaña una figura que irrumpió recientemente con un mensaje más flexible aún. El nuevo líder laborista, Jeremy Corbyn, que en el pasado ha tenido posiciones más abiertas para con la Argentina, señaló que era hora de que su país “reacomodara” sus posición sobre el conflicto de las Malvinas. Los conservadores siempre fueron más reacios al diálogo con Buenos Aires sobre esta cuestión, desde que Margaret Thatcher, lideró a sus tropas en la guerra de 1982.

Después, el último 3 de enero, la canciller Susana Malcorra, en relación al 183 aniversario del inicio de la ocupación británica de las Malvinas, envió una nota a Londres invitando a los británicos a resolver de manera breve, justa y definitiva la disputa de soberanía. Y les recordó que la ocupación era “ilegítima”. Por otra parte, Malcorra convertirá en Subsecretaría de Malvinas y Atlántico Sur, la secretaría que manejó el kirchnerista Daniel Filmus. 

Cristina chocó en persona con Cameron en 2012, en la Cumbre del Grupo de los 20 en México. En 2009 había mantenido una bilateral con el ex premier laborista Gordon Brown, en Santiago de Chile. Pero ninguno de los temas abordados prosperó. Entre ellos los vuelos humanitarios de los familiares al cementerio de Darwin, donde están enterrados los soldados argentinos.

¿Qué temas podrían hablar también Macri y Cameron, mañana jueves en Davos?

El argentino, de inversiones, de la deuda externa y del juicio con los fondos buitre, donde Cameron ofreció ayuda. También, del embargo de armamentos contra este país que el parlamento británico aprobó en 2012. Ello afecta las posibles compras que la Argentina quiere hacer en el exterior. Londres las ve como una amenaza. El kirchnerismo tuvo un éxito rotundo en el reclamo internacional de soberanía, que se instauró también contra la exploración petrolera que iniciaron británicos y kelpers en aguas de Malvinas. Pero generaron un enorme rechazo entre los kelpers, que ahora están inquietos con la reunión Macri- Cameron y por las palabras reiteradas de Corbyn.

Londres seguramente pondrá sobre la mesa la suspensión de los vuelos charter de Lan Chile que solían sumarse en la temporada de verano a los vuelos semanales de Lan. También la suspensión de los acuerdos petroleros, y las amenazas por cartas a empresas y ejecutivos de las petroleras que envió el kirchnerismo. Otro tema: la caída en desuso de los acuerdos pesqueros. Y el hecho de que los kelpers no sean contemplados.

martes, 19 de enero de 2016

Un líder opositor británico le reclamó al gobierno de su país reestablecer el diálogo con la Argentina por las Malvinas

Jeremy Corbyn(La Nación) - Jeremy Corbyn dijo que le parece ridículo que todavía continúe el conflicto por las islas y pidió que se llegue a un "acuerdo razonable"


Jeremy Corbyn.Foto:BBC

El líder del opositor Partido Laborista de Gran Bretaña, Jeremy Corbyn, reclamó hoy al gobierno de su país restablecer el diálogo con la Argentina por las Islas Malvinas, y dijo que hay que discutir "cómo conseguir un acuerdo razonable".

"Creo que tiene que haber una discusión sobre cómo conseguir un acuerdo razonable con Argentina. Tengamos esa discusión, sin fijar agendas de entrada", señaló.

El gobierno del conservador David Cameron se niega a discutir con Buenos Aires sobre la soberanía de este archipiélago del Atlántico Sur, alegando que los isleños quieren seguir siendo británicos, una postura en la línea con la de los gobiernos que le precedieron desde la guerra de 1982.

En declaraciones a la cadena BBC de Londres, el dirigente dijo que los habitantes de las islas deberían tener "mucho que decir" sobre la soberanía del archipiélago, aunque se negó a afirmar que puedan tener poder de veto sobre cualquier acuerdo entre Londres y Buenos Aires.

"¿Veto? Tienen derecho a quedarse donde están, tienen derecho a decidir su propio futuro, y eso será parte de las discusiones", explicó. El dirigente laborista agregó que le parece "ridículo que en el siglo XXI" Gran Bretaña esté "en conflicto con Argentina sobre las islas".

Corbyn formó parte en 2013 del grupo "Diálogo por las Malvinas" que abogaba por una gestión compartida de las islas y terminar con "la creciente militarización y explotación de recursos tanto renovables como no renovables en el Atlántico Sur".

Además, el kirchnerismo celebró su elección como líder opositor británico en septiembre pasado. La ex presidenta Cristina Kirchner le envió una carta en la que destacó la importancia de poner "la política al servicio de los pueblos y la economía al servicio del bienestar de todos los ciudadanos". Alicia Castro, que en ese momento era la embajadora argentina en Londres, también festejó el triunfo del laborista: "Es uno de los nuestros", dijo.

Agencias DyN y AFP

lunes, 4 de enero de 2016

El gobierno de Macri reitera el reclamo por Malvinas a 183 años de la usurpación

Susana Malcorra y Mauricio Macri(La Nación) - Un comunicado de Cancillería llama a resolver en breve y de manera justa y definitiva la disputa con el Reino Unido


Foto:LA NACION/NICO BOVIO

"El 3 de enero de 1833, las Islas Malvinas fueron ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente, reemplazándolas por súbditos de la potencia ocupante. La República Argentina protestó inmediatamente ese acto de fuerza ilegítimo que aún se mantiene, sin consentirlo en momento alguno".

De este forma arranca el comunicado emitido hoy por la cancillería de la Nación, a cargo de Susana Malcorra , que además resalta que tanto las autoridades como el pueblo son quienes reafirman los derechos del país sobre Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Además, en el mensaje se destaca "el objetivo permanente e irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de la soberanía sobre dichos territorios y espacios marítimos, de conformidad con los principios del derecho internacional y respetando el modo de vida de los habitantes de las Islas Malvinas. Este objetivo es una política de Estado y responde al anhelo de todo el pueblo argentino".

Otra de las cuestiones que se mencionan en el texto es que en 2015 se cumplió el 50º aniversario de la adopción de la resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la primera referida a la Cuestión de las Islas Malvinas, ratificada por todas las resoluciones posteriores de la Asamblea General y de su Comité Especial de Descolonización. Y ahonda en que la usurpación de las islas es "una de las formas de colonialismo a la que debe ponerse fin".

También se enumeran los distintos reclamos del gobierno argentino ante organismos internacionales como las cumbres de Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados, de la Unasaur, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Cumbre Iberoamericana. Como así el respaldo a la posición nacional de grupos como el Grupo de los 77 y China.

El gobierno llama así al encuentro de una "solución pacífica de las controversias, el derecho internacional y el multilateralismo e invita al Reino Unido a reanudar las negociaciones con miras a resolver -a la mayor brevedad posible, y de manera justa y definitiva- la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, a través del camino del diálogo, la paz y la diplomacia".

A cinco días de asumir como canciller, la canciller designada por Mauricio Macri había asegurado que la cuestión Malvinas "no se esquiva porque es un tema histórico y central. Hay un profundo sentimiento de los argentinos. Nadie esquiva los temas. Es un tema que está allí y tenemos que intentar ver si hay mecanismos para avanzarlo".

Sin embargo, lo que también había destacado era que este conflicto no debería impedir que las relaciones entre el Reino Unido y Argentina puedan avanzar en otras áreas.

sábado, 26 de diciembre de 2015

La canciller Malcorra promete una "perspectiva amplia" para el tema Malvinas

(Clarin.com) - Dijo que la Constitución establece que el reclamo de soberanía "es una cuestión total y absolutamente prioritaria".

La ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, consideró que el conflicto con el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas es "un tema constitucional no opcional", al tiempo que -luego de calificar "muy dura" la posición de la administración kirchnerista- anticipó que se va a "integrar el conflicto con una perspectiva más amplia".

"Malvinas es un tema constitucional no opcional, nuestra Constitución establece que la cuestión de Malvinas es una cuestión total y absolutamente prioritaria", precisó Malcorra, durante un contacto con un grupo de medios, reproducido por la agencia DyN.

En esa línea, consideró que el gobierno de Cristina Kirchner tuvo una posición "muy dura al respecto", además de hacer del conflicto "el tema central" y que "se transformara en un tema absolutamente preponderante en sí mismo".

"No siempre se logra lo máximo endureciendo totalmente las posiciones, lo cual no quiere decir que uno vaya a ceder en los principios. Ahora tenemos que mirar dónde se calibra la posición para que la defensa de los intereses de Argentina se mantenga sin ninguna duda, pero hay que ver de qué forma se puede hacer", consideró.

La canciller sostuvo que desde el gobierno de Mauricio Macri van a ser "evolucionarios, no revolucionarios" en la disputa, ya que van a "trabajar" sobre la "base de la Constitución". "Vamos a integrar el conflicto con una perspectiva un poco más amplia", anticipó.

"Malvinas también hay que verla en el contexto del Atlántico Sur, así como hay que ver Antártida. Vamos a crear un área que probablemente sea una subsecretaría del Atlántico Sur, en la cual va a estar inserta Malvinas", concluyó.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Los kelpers festejaron el triunfo de Macri y le pidieron que sea "inteligente"

(Ambito.com) - A través de la cuenta de Twitter "Falkland Islands", los kelpers festejaron los resultados preliminares que arrojan los boca de urna y felicitaron al candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, al que también le pidieron que sea "inteligente".


"Felicitaciones Mauricio Macri. Sea inteligente, trabaje con nosotros, no en contra nuestra" fue el escueto mensaje que los kelpers dedicaron al líder del PRO. A través de la cuenta en Twitter en que los kelpers difunden las posiciones oficiales del gobierno en las islas, le advirtieron al, por ahora, virtual presidente electo, que "sea inteligente" y le sugirieron cambiar la política argentina hacia las islas.

viernes, 9 de octubre de 2015

Una guerra que en la Argentina no se cierra

Daniel Gallo - LA NACION
El grupo de ex soldados instalados en la Plaza de Mayo sólo representa el núcleo visible de una cuestión que la Argentina no terminó de definir tras el conflicto en 1982. En ese lugar emblemático de las protestas sociales se mantiene el reclamo más prologando, con los mismos protagonistas que llegaron al lugar en marzo de 2008. No se movieron. Tampoco apareció la solución. Buscan ser reconocidos como ex combatientes. En parte tienen razón, en parte no. Así quedó definido en tribunales.

El momento elegido para ocupar el espacio público no fue producto del azar, sino la respuesta a un cambio en la situación de los ex combatientes. En los meses finales de 2007 el Gobierno modificó la lista de quienes podían acreditar esa consideración.

Ese año se definió que se consideraría ex combatientes a 23.295 efectivos, divididos en 10.331 del Ejército, 10.496 de la Armada, 2264 de la Fuerza Aérea, 65 de la Gendarmería y 139 de la Prefectura. Esa modificación no alcanzó a "los soldados continentales".

El Teatro de Operaciones Atlántico Sur (TOAS) no alcanzaba las bases ubicadas en el continente. Eso dejó afuera a quienes estuvieron en esas unidades de la segunda línea del conflicto. La definición de "acciones de guerra" parece no tomar en cuenta todas las situaciones. Un brigadier -con buques hundidos por sus acciones- contó que la solución para que las bombas estallaran fue encontrada por un mecánico gracias a una soldadura de hierros casera. Y ese hombre que golpeaba con una maza las carcasas con 500 kilos de explosivos no es considerado ex combatiente...

Los reclamos también están en los tribunales. Y no son sólo de ex conscriptos. En octubre de 2014 la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata ordenó considerar ex combatiente a un oficial que desempeñó misiones de planificación en Comodoro Rivadavia. Otra cámara rechazó un pedido similar. Al Estado le preocupa reconocer a unas 5000 personas que pedirían el subsidio -tres jubilaciones mínimas- y sus retroactivos. El dinero importa, pero también hay una dimensión de honor a tomar en cuenta...
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