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lunes, 19 de diciembre de 2016

Malvinas: reunión crucial para reanudar los vuelos

Resultado de imagen para Malvinas: reunión crucial para reanudar los vuelosPor Martín Dinatale - LA NACION
Funcionarios de la Argentina y de Gran Bretaña se encontrarán hoy en Londres para avanzar en el acuerdo alcanzado en septiembre; participarán representantes de las islas.

La Argentina y Gran Bretaña buscarán hoy en Londres avanzar hacia el relanzamiento de las relaciones bilaterales y cerrar algunos temas vinculados a las islas Malvinas. Así, se espera que el eje predominante del encuentro sea el eventual anuncio de un plan para reanudar los vuelos entre el continente y el archipiélago.

Fuentes calificadas de la Cancillería y de Londres dijeron a LA NACION que en la reunión estarán el vicecanciller británico, Alan Duncan; el flamante vicecanciller argentino, Pedro Villagra Delgado, y dos legisladores de las Malvinas que se sumarán al diálogo.

Las negociaciones empezarán hoy y seguirán mañana. El gobierno de Mauricio Macri confía en poder impulsar "una agenda positiva" con Gran Bretaña en lo que se refiere al intercambio comercial y a una larga lista de acuerdos de cooperación bilateral. Pero el dato más relevante y esperado del encuentro es sin duda el capítulo referido a las Malvinas.

Mike Summers, uno de los delegados de las islas que estarán en Londres, confirmó ayer a LA NACION que el propósito del encuentro es lograr un acuerdo para reanudar los vuelos a las Malvinas. "Queremos que se cumpla con los compromisos de la declaración conjunta de septiembre, donde se acordó que la Argentina no tenía ninguna objeción al plan de reanudación de vuelos", señaló Summers.

No está claro aún si la reanudación de los vuelos se hará de Buenos Aires a las Malvinas o de las islas a Brasil o a Chile. Actualmente, las islas tienen una única conexión aérea comercial semanal con Punta Arenas, a cargo de LAN Chile. Una vez por mes, uno de esos vuelo semanales hace escala en Río Gallegos. La intención de Londres es ampliar la oferta de vuelos al continente para lograr una mayor y más rápida conectividad de los isleños. Durante los años 90 había dos vuelos semanales del continente a las islas.

En la reunión que se hará hoy en Londres, por la Argentina, además de Villagra Delgado, estarán el vicecanciller Duncan; la subsecretaria de Malvinas de la Cancillería, María Teresa Kralikas, y el embajador ante organismos internacionales en Ginebra, Marcelo Sima.

Sima formó parte de las negociaciones con Londres y la Cruz Roja en las que se discutió el proceso de reconocimiento de los soldados NN que están enterrados en las Malvinas. Se espera que mañana también haya un anuncio relevante sobre este tema.

En lo que atañe a las relaciones bilaterales, el comunicado conjunto que se suscribió en septiembre pasado es muy amplio y ambicioso. Ese principio de acuerdo provocó una fuerte polémica en el Congreso argentino, ya que sus condiciones no habían sido consultadas previamente por el Gobierno con los legisladores.

El comunicado contempla, entre otras cosas, la lucha conjunta contra la corrupción y el crimen organizado; eventuales acuerdos de cooperación en ciencia y tecnología, derechos humanos y cuestiones de género; convenios sobre arte, cultura, educación y deportes, y la crisis de los refugiados. Pero sin dudas el punto más controvertido es el relacionado con el capítulo sobre el Atlántico Sur. Tanto en Londres como en Buenos Aires hay grandes expectativas en alcanzar resultados concretos que dejen atrás la etapa de confrontación que llevó adelante el gobierno de Cristina Kirchner.

"Se precisa avanzar en la solicitud de expresiones de interés de aerolíneas calificadas para operar el servicio de vuelos a las Falklands (Malvinas)", afirmó anoche en un comunicado el gobierno de las islas, que también mostró interés en que prosperen las negociaciones con la Argentina sobre cooperación científica, exploración de recursos petroleros y explotación conjunta de la pesca.

El comunicado conjunto de septiembre pasado fue un intento de mejorar relaciones que estaban particularmente deterioradas. En ese sentido, la canciller Susana Malcorra expresó la semana pasada a LA NACION que "hay una gran cantidad de temas que definimos trabajar con Gran Bretaña en una agenda que en un 80% sea propositiva y que en un 20% gire en torno de una cuestión compleja como lo son las Malvinas".

La canciller también dejó sentada su posición acerca de la reanudación de los vuelos: "Es evidente -señaló- que una de las áreas donde hay mucho interés del Reino Unido es la cuestión de los vuelos. Miraremos cuáles son las propuestas. En la cuestión de aerotransportes estamos abriéndonos de una manera muy significativa. Eso puede ser una forma de simplificar una posible solución del tema vuelos".

De todas maneras, en el Gobierno aseguraron ayer que antes de suscribir un acuerdo con Londres por la reanudación de los vuelos a se remitirá todo lo conversado al Congreso para su debate y eventual aprobación. En la Casa Rosada y en la Cancillería creen que no se debe volver a cometer el error de septiembre pasado, cuando el comunicado conjunto no fue previamente discutido y esa falta de búsqueda de consensos cayó muy mal tanto en el oficialismo como en la oposición.

Otro de los ejes polémicos de aquel comunicado fue que dejaba a un lado el debate por el reclamo de la soberanía argentina sobre las Malvinas en un paraguas diplomático similar al que utilizó Carlos Menem durante los años 90 al establecer su vínculo con Londres y con los isleños.

El vicecanciller británico Alan Duncan y la canciller Susana Malcorra se reunieron en septiembre pasado en Buenos Aires, donde redactaron el comunicadoAcercamiento diplomático

El vicecanciller británico Alan Duncan y la canciller Susana Malcorra se reunieron en septiembre pasado en Buenos Aires, donde redactaron el comunicado. Foto: Archivo
Malvinas

En el comunicado, ambos se comprometieron a establecer "un diálogo para mejorar la cooperación en todos los asuntos del Atlántico Sur de interés recíproco". Se deja a un lado el debate por la soberanía

Soldados NN - Si bien no se habló del diferendo , sí se acordó avanzar en la identificación de 123 soldados sepultados en el cementerio de Darwin

Ingreso a la OCDE - Gran Bretaña también apoyó la aspiración de la Argentina de ingresar a la organización internacional económica.

Plan anticorrupción - Ambos países se comprometieron a alinearse en la agenda global anticorrupción.

Comercio en común - Se acordó trabajar para incrementar el comercio bilateral y los vínculos de cooperación.

Refugiados - Londres avaló el plan de Macri para recibir 3000 refugiados sirios.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Se frustra un homenaje por las misiones secretas en Malvinas

El proyecto quedó demorado en DiputadosPor Mariano De Vedia - LA NACION
El proyecto, aprobado por el Senado, quedó demorado en Diputados; otorgaba la medalla al valor a 23 ex combatientes.

Si no fuera por la sensibilidad que rodea al tema Malvinas, se podría asimilar la noticia con aquella escena del Superagente 86 en la que Maxwell Smart recibe un diploma por el éxito de una misión secreta y sueña con enmarcarlo, pero el Jefe le ordena memorizarlo y destruirlo.

Desde hace 34 años se viene postergando el reconocimiento de 23 combatientes de Malvinas que realizaron misiones secretas durante la guerra. El carácter reservado de sus operaciones se mantuvo durante 30 años y la imposibilidad de que se hicieran públicas conspiró contra el reconocimiento.

Finalmente, un proyecto aprobado por unanimidad en el Senado en agosto de 2015 reconoció la actuación y el valor de los brigadieres, comodoros y suboficiales que participaron de las misiones. Pero la iniciativa perdió estado parlamentario el 30 de noviembre pasado, al no tratarse en la Cámara de Diputados.

Las condecoraciones eran para los integrantes de tres tripulaciones del Escuadrón 1 C 130, a bordo de un Hércules, encabezadas por los brigadieres (hoy retirados) Alberto Vianna y Horacio Armando Orefice, que cumplieron las misiones de demarcar blancos navales británicos e interferir el tránsito de la flota enemiga.

Intervinieron también los comodoros Jorge Alberto Valdecantos, Ronaldo Ernesto Ferri, Rubén Oscar Moro, Eduardo Senn, Roberto Mario Cerruti, Walter Hugo Véliz y Cristóbal Armando Villegas, y los vicecomodoros Andrés Francisco Valle y Hugo Alberto Maldonado.

Iniciada la guerra, Gran Bretaña colocó buques en sitios estratégicos para avisar al resto de la flota las acciones de aviones argentinos y alistar patrullas de intercepción.

Para contrarrestar esta estrategia, las tropas argentinas idearon la misión de enviar un C-130H para demarcar esos blancos navales británicos. Los aviones debían volar a muy baja altura (no más de 15 metros sobre el nivel del mar) para eludir los radares británicos. Se requerían precisión y arrojo, por eso la misión fue bautizada "el loco". "Teníamos entre un minuto y medio y dos minutos para volver a descender y escapar de algún misil lanzado desde un buque británico", recordó a LA NACION el comodoro Cerruti.

En el ascenso se activaba el IFF (identificador amigo/enemigo) para alertar sobre la proximidad de un buque o un radar británicos y así se determinaban las coordenadas en que estaba ubicado el navío.

La otra misión secreta fue la de "interdicción aérea lejana". Estaba destinada a identificar buques británicos en el océano Atlántico y si se confirmaba que cumplían la función de abastecimiento naval y pertenecían a la flota enemiga se informaba al Comando Aéreo Estratégico para preparar un ataque.

También participaron de las misiones secretas los suboficiales mayores Julio Miguel Daverio, Juan Carlos Luján, Nicolás Carlos Segovia, Jorge Luis Contigiani y Roberto Guillermo Puig; los principales Pedro Esteban Razzini, Carlos Alberto Bill, Delfino Fretes, Sergio Alberto Tulián y Oscar Alberto Gatto; el ayudante Carlos Domingo Nazzari, y el auxiliar Carlos Alberto Ortiz.

Desclasificadas las operaciones, el senador Roberto Basualdo (PJ-San Juan) presentó un proyecto para otorgar la medalla nacional "al valor en combate" a los oficiales y suboficiales "por sus relevantes méritos, valor y heroísmo en defensa de la patria". Aprobada en el Senado, la iniciativa tuvo dictamen en Diputados, pero no llegó al recinto. Ahora, depende de que Macri la incluya en extraordinarias.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Argentina y Reino Unido acordaron conformar un grupo forense para identificar ADN de caídos en Malvinas

Clarin.com - Acuerdos con el Reino Unido. Fue en una reunión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Los detalles.
El cementario argentino de Darwin donde estan los cuerpos de los soldados no identificados de la guerra de Malvinas. EFE
El cementario argentino de Darwin donde estan los cuerpos de los soldados no identificados de la guerra de Malvinas. EFE

Después de una ardua negociación entre ambos países, Argentina y el Reino Unido llegaron hoy a un acuerdo en Ginebra para  conformar un equipo forense destinado a identificar el ADN de los soldados caídos enterrados en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas.

Ambas naciones definieron los detalles del mandato conjunto a otorgar al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).  Según explicó Cancillería en un comunicado, se trata de una "iniciativa argentina destinada a identificar a estos héroes que lucharon por la Patria y traer tranquilidad a sus familias".

"El objeto de la iniciativa -sigue el texto difundido- es netamente humanitario y busca saldar una deuda histórica para con los familiares de combatientes caídos en el Conflicto del Atlántico Sur que yacen en el Cementerio de Darwin bajo la leyenda 'Soldado argentino solo conocido por Dios'".

Esta iniciativa conjunta permitirá identificarlos con nombre y apellido a cada uno en su lugar de descanso en el cementerio malvinense.

Así, la Cruz Roja constituirá un grupo de forenses que contará con la participación de dos expertos argentinos, a efectos de recoger muestras de ADN de los soldados no identificados, que luego serán comparadas con las muestras recabadas de las familias que voluntariamente hayan prestado su consentimiento para la identificación.

Los representantes de ambos países se pusieron de acuerdo en el posible cronograma y el alcance del proyecto, así como los procedimientos de identificación y otros detalles como cuestiones logísticas y sobre la selección de laboratorios para analizar las muestras de ADN.

La delegación argentina estuvo encabezada por la embajadora Martía Teresa Kralikas; Osvaldo Marsico, Director General de Malvinas y Atlántico Sur; y Tomás Giudici, jefe de la Secretaría Privada de la Canciller.

La reunión estuvo presidida por el director de Actividades Operacionales del CICR, Dominik Stillhart, y participó por el lado británico el embajador Julian Braithwaite, representante permanente del Reino Unido ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra.

El Comité Internacional de la Cruz Roja aseguró tener plena confianza en que el acuerdo será formalizado por ambos Gobierno a la brevedad. "Este es un paso crucial para avanzar en el esfuerzo por dar nombres a los soldados no identificados y llevar consuelo a sus familiares", señaló Stillhart.

De prestar conformidad ambos gobiernos a los instrumentos negociados en Ginebra, esta iniciativa humanitaria podría tener lugar en el transcurso de 2017.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Firmarían en diciembre el acuerdo para identificar soldados NN en Malvinas

Imagen relacionadaPor Adrián Ventura - LA NACION
La Cancillería y el Foreign Office le darán la misión a la Cruz Roja; intervendrán forenses argentinos.


La Cancillería argentina y el Foreing Office estarían cerca de firmar un acuerdo -posiblemente el 10 del mes próximo- para encomendarle al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que un grupo de expertos forenses identifiquen a 123 soldados argentinos sin nombre (NN) que están sepultados en el cementerio de Darwin, en las islas Malvinas .

El acuerdo, de concretarse, permitiría que un equipo de seis u ocho antropólogos forenses de la Cruz Roja -del que participarían dos expertos del Equipo de Antropología Forense de nuestro país- exhumen los restos que están en esas 123 tumbas, para cotejarlos con los perfiles genéticos de ADN de 80 familias que ya prestaron su consentimiento para saber si sus seres queridos caídos en combate descansan en el cementerio.

Una vez recogidas las muestras, el cotejo se haría en el laboratorio que el Equipo Argentino de Antropología Forense posee en Córdoba, mientras que los restos recibirían digna sepultura en el cementerio de Darwin.

Está claro que todo el procedimiento se hará bajo la fórmula del paraguas de la soberanía y, además, siguiendo el protocolo de la Cruz Roja, que en este tema humanitario -según subrayan en la Cancillería- actúa como un medidador.

En el Palacio San Martín deslizan que todavía faltan cerrar algunos detalles de la negociación, lo que podría demorar la firma de ese convenio. Pero en la cartera que dirige Susana Malcorra tienen este asunto como una prioridad de la gestión y avanzan con la intención de llegar antes de fin de año a darle un principio de solución. "Tenemos que saldar una deuda histórica", afirmó la embajadora María Teresa Kralikas, a cargo de la Subsecretaría Malvinas en la Cancillería.

El cementerio de Darwin -situado a casi 90 kilómetros de Puerto Argentino, en medio de la desolada geografía patagónica- tiene 230 cruces de madera custodiadas, de las cuales 123 tumbas guardan restos de soldados que nunca fueron identificados.

El reclamo

La historia se remonta a 2012, cuando las organizaciones de familiares se acercaron al entonces gobierno de Cristina Kirchner para pedir la identificación.

En junio de 2014, el gobierno británico aceptó la propuesta, si la Argentina se lo solicitaba a Londres y a la administración de los isleños de manera formal. En la Cancillería aseguran que la negociación se viene llevando adelante en forma bilateral, sólo con el Gobierno británico y sin intervención de los isleños. Y lo cierto es que avanzó.

Hace cuatro meses, con la autorización de Buenos Aires y de Londres, el Comité Internacional de la Cruz Roja decidió enviar una misión para evaluar cómo se harán los trabajos a realizar en el terreno. Y, entre otras cosas, se decidió que si el acuerdo se firma en diciembre, los trabajos de campo serán realizados durante el invierno del año próximo.

Mientras tanto, un equipo de trabajo argentino, integrado por funcionarios diplomáticos; de las carteras de Desarrollo Social y de Justicia y Derechos Humanos e, incluso, por la Escribanía General de Gobierno, vienen contactando a las familias de aquellos 123 soldados, para obtener sus autorizaciones y sus perfiles genéticos.

Hasta este momento, fueron localizadas 83 familias, 80 de las cuales prestaron su consentimiento, mientras que las tres restantes, por motivos personales, prefirieron no avanzar por esa vía.

Ahora, si se concreta la firma del convenio con el Reino Unidos, el Gobierno volvería a contactar a esas familias para asegurarse de que mantienen su consentimiento y, entonces sí, comenzarían los trabajos de campo para exhumación de los restos que se puedan encontrar en esas tumbas, una tarea que podría llevar entre dos y cuatro meses.

El acuerdo llegaría luego del traspié del presidente Macri, quien reveló que en su breve diálogo con la primera ministra Theresa May se había aceptado dialogar sobre la soberanía de las islas Malvinas, lo que luego fue negado por Londres.

Sepultura de los caídos

En el cementerio de Darwin, en Malvinas, hay 123 tumbas que guardan restos de soldados argentinos que nunca fueron identificados

El pedido de identificación partió de familiares de los caídos. Londres aceptó en 2014 si el gobierno argentino lo pedía formalmente

El trabajo de identificación estará a cargo de la Cruz Roja, con la participación de forenses del Equipo Argentino de Antropología Forense

martes, 8 de noviembre de 2016

Malvinas: la Cancillería se negó a que avance un juicio por crímenes de guerra

Por Martín Dinatale - LA NACION
En un escrito de 110 páginas que constituirá una pieza histórica para la jurisprudencia argentina, la Cancillería rechazó la posibilidad de avanzar en un juicio contra Gran Bretaña que inició en 1987 la Comisión de Familiares de Caídos en las islas Malvinas por crímenes de guerra y por el hundimiento del Crucero General Belgrano.

Según la respuesta que ofreció el 24 de agosto pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores a los abogados de las víctimas de torturas de la guerra de Malvinas y a los familiares de los muertos en el buque General Belgrano, el Gobierno descartó de plano la posibilidad de avanzar en un juicio contra el gobierno británico que causó esas lesiones y muertes. 

El escrito de la Cancillería, al que tuvo acceso LA NACION, justificó el rechazo jurídico bajo un argumento político: se amparó en que no puede declararse la inconstitucionalidad de la declaración de Londres y Buenos Aires firmada en 1989 (conocido como acuerdo de Madrid) que fijó un paraguas para el tema de la soberanía con el fin de que ambos países avancen en los acuerdos económicos, humanitarios y comerciales en las islas. Es que allí se acordó que ninguna de las partes impondría una demanda contra la otra.

En el caso del juicio por el hundimiento del crucero General Belgrano la abogada Ximena Bruzzone de la Cancillería sostuvo en el escrito que "esa es competencia del Ministerio de Defensa" por lo que delegó cualquier reclamo judicial ante esa cartera.

A la vez, en cuanto al caso del prisionero de guerra Raúl Vallejos que fue detenido y maltratado bajo el mando británico y perdió una pierna, la Cancillería no dio lugar al reclamo de "Acción Declarativa de Certeza" al entender que una declaración de "inconstitucional" del acuerdo de 1989 sería "perjudicial" en el restablecimiento de las relaciones políticas, diplomáticas, consulares, tecnológicas y de cooperación con el Reino Unido". Por ello, la Cancillería entendió que "menoscabar la integridad jurídica de la Declaración de 1989 ..tendría una connotación negativa para la política exterior de la Argentina no solo en su relación con el Reino Unido sino en cuanto a la posición que se desarrolla en en el marco de la Cuestión Malvinas".

De este modo, la Cancillería evaluó que interponer un recurso judicial por las víctimas de la guerra y declarar la inconstitucionalidad del acuerdo de 1989 para avanzar en un juicio contra Londres "sería muy negativo el impacto" para ese acuerdo sellado entre la Argentina y Gran Bretaña durante el gobierno de Carlos Menem ya que "pondría en riesgo la continuidad de la totalidad del instrumento y por ende el de la cláusula de soberanía". Se entiende: este mismo acuerdo volvió a aparecer en el comunicado conjunto que en septiembre pasado firmaron la canciller Susana Malcorra y el vicecanciller inglés Alan Duncan para relanzar las relaciones de la Argentina y el Reino Unido.

Para los abogados Graciela Borro y Oscar Gil, el Acuerdo de 1989 "vulnera tanto nuestra Constitución como el Derecho Internacional Humanitario ambas partes contratantes se comprometen a que no habrá reclamaciones ni contra el otro Estado ni contra los ciudadanos del otro Estado".

Para los abogados de Vallejo y de otras diez víctimas más de tortura en la guerra de Malvinas, la Convención de Viena está por encima del acuerdo de Madrid, lo que permite a los particulares afectados por crímenes de lesa humanidad enjuiciar al Estado productor del daño para lograr una reparación.

Para la defensa de los damnificados por el hundimiento del crucero Belgrano y aquellos soldados torturados siendo prisioneros, la demanda no contiene reclamo económico alguno contra el Estado nacional sino que se exige una declaración de certeza que permita ocurrir por ante la Nación que ocasionó el daño, para solicitar las reparaciones .

En el escrito de la Cancillería se alerta sobre un "riesgo en cuanto al mantenimiento de relaciones comerciales de declarar la inaplicabilidad de dicha cláusula a los actores" y que podría ser entendido como una denuncia general del tratado, lo que los abogados Borro y Gil consideraron "desproporcionado y falso".

Desde la Cancillería, fuentes calificadas explicaron a LA NACION que el Ministerio de Relaciones Exteriores no se niega a que los demandantes avancen con un juicio por su cuenta contra Londres. Pero detallaron que no se puede ir en contra de un acuerdo internacional de dos Estados comprometidos en no agredirse mutuamente. A la vez, en la Cancillería avalaron todo tipo de demandas contra Londres desde un punto de vista particular. ¿Pero cómo puede avanzar un juicio si el Estado argentino no torga una declaración de certeza de los hechos?

Vallejos fue prisionero de guerra y al ser torturado perdió una pierna. Hoy vive en La Plata y espera un juicio contra sus captores. Junto con él demandaron a Gran Bretaña ex tripulantes del Crucero General Belgrano como el Coronel Juan Manuel, José María Gomez, Juan Roberto Vera, Domingo José Leal y los familiares de las víctimas de ese hecho ocurrido afuera del área de exclusión de la guerra.

"Aspiramos a que esta causa sea un modelo para la búsqueda de Verdad y Justicia en favor de aquellos que como nuestros combatientes dieron por sus compatriotas todo lo que en el momento del conflicto el Estado les podía reclamar; y que más allá del conflicto mismo fueron sorprendidos por el comportamiento inhumano de las tropas y/o del propio Estado contendiente sin que pudiesen obtener un reconocimiento y reparación por el crimen durante todos estos años" , coincidieron ante LA NACION los abogados Borro y Gil que llevan adelante el caso.

Por otra parte, aclararon que esta causa "es también un intento de recorrer el camino del reconocimiento del ser humano como razón de ser de toda representación política nacional o internacional y para que cuando quienes, pudiendo decidir, se atrevan a una aventura bélica comprendan que el límite de todos los intereses se encuentra en el hombre, y que éste podrá reclamar justicia y verdad cuando la acción de los estados o de sus representantes se aparte de los valores esenciales que hacen a la convivencia entre los pueblos."

Larga espera en los tribunales
Larga espera en los tribunales
Foto: Chacodiapordia.com

Los hechos: El soldado Raúl Vallejo, junto con otros compañeros, fue detenido en la guerra por los británicos: recibió maltratos y perdió una pierna en Malvinas en 1982

El juicio: Familiares de caídos en la guerra, de soldados torturados y de víctimas del hundimiento del crucero General Belgrano iniciaron una demanda al Estado británico

La respuesta: El juicio no pudo prosperar aún porque los abogados necesitan una acción declarativa de certeza. La Cancillería se negó a dar esto, en un polémico escrito

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Malvinas: avances para reconocer a soldados NN

Resultado de imagen para caídos enterrados en DarwinPor Martín Dinatale - LA NACION
Se definirá con la Cruz Roja el plan para identificar a los caídos enterrados en Darwin.
Luego de los cortocircuitos con Londres por el exabrupto de Mauricio Macri, al plantear que en su breve diálogo con la primera ministra Theresa May se había aceptado dialogar sobre la soberanía de las islas Malvinas, las cancillerías de la Argentina y Gran Bretaña acordaron reunirse el 10 de diciembre en Ginebra con la Cruz Roja, para poner en marcha uno de los temas más delicados desde la guerra de 1982: el proceso de reconocimiento de los 123 soldados argentinos sin nombre que están enterrados en el cementerio de Darwin.

Según adelantaron ayer fuentes calificadas de la Cancillería a LA NACION, Londres remitió a Buenos Aires una carta para coordinar las tareas científicas con la Cruz Roja y avanzar con el reconocimiento de los restos de los soldados caídos.

Los diplomáticos argentinos y británicos, con expertos de la Cruz Roja, buscarán acordar en un documento los detalles del proceso de reconocimiento, que se realizará con peritos forenses especializados.

También se abordará la posible realización de un censo de las familias de los uniformados argentinos enterrados sin nombre en Darwin. Hasta ahora se censaron 81 familias sobre los 123 soldados NN que yacen en el suelo de las islas Malvinas. Se estima que hay unos 20 soldados que carecen de familias o cuyos cuerpos nunca fueron reclamados.

La reunión de Ginebra será coordinada por la Cruz Roja. Se redactará un manual de procedimiento para realizar el trabajo de reconocimiento de los cuerpos con el ADN de las familias. También se pondrán las condiciones de la labor de los peritos, el plazo y los tiempos para efectuar las tareas de campo.

En verano

En las islas Malvinas como en Buenos Aires y en Londres coinciden en sostener que el verano argentino es el mejor momento para realizar el trabajo de los forenses, ya que no hay nieve o condiciones climáticas adversas que dificulten los trabajos.

Por la Argentina trabajan en este proyecto los diplomáticos de la Cancillería y funcionarios de las secretarías de Derechos Humanos y de Desarrollo Social.

La decisión de avanzar con este proceso de la Cruz Roja es una muestra de que las relaciones entre la Argentina y Gran Bretaña marchan por buen camino a pesar del traspié de Macri. Esto va en línea con el comunicado conjunto firmado por ambas cancillerías hace dos meses, en el que se establecen acuerdos comerciales y la posibilidad de avanzar en convenios de cooperación de pesca e hidrocarburos entre el gobierno argentino y los isleños.

domingo, 30 de octubre de 2016

Iberoamérica llama al Reino Unido a negociar con Argentina por Malvinas

Iberoamérica llama al Reino Unido a negociar con Argentina por Malvinas(Cronista.com) - En el marco de la cumbre iberoamericana, los mandatarios de la región pidieron al Reino Unido reanudar las negociaciones con Argentina.


En el marco de la XXV cumbre iberoamericana celebrada hoy en Cartagena, los presidentes y  jefes de Estado de esta región pidieron al Reino Unido reanudar las negociaciones con Argentina para encontrar una pronta solución a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas.              

A través de las Naciones Unidas, Argentina busca que Gran Bretaña acceda a retomar las negociaciones sobre el territorio en disputa, un pedido que Londres ha rechazado.              

En un comunicado, los mandatarios iberoamericanos reafirmaron "la necesidad de que los Gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden, a la mayor brevedad posible, las negociaciones tendientes a encontrar una pronta solución a la disputa de  soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich  del Sur y los espacios marítimos circundantes".              

Los mandatarios de Iberoamérica pidieron al secretario  general de la ONU realizar gestiones para que se reanuden las  negociaciones tendientes a encontrar una solución a la disputa.              

Las islas Malvinas, conocidas como Falkland Islands en inglés, actualmente forman parte de los denominados territorios autónomos de ultramar de Gran Bretaña.              

Los 22 presidentes y jefes de Estado de Iberoamérica  participaron en una cumbre en esta ciudad del Caribe colombiano.

sábado, 15 de octubre de 2016

Entusiasmo en el gobierno kelper por el acuerdo entre Argentina y Reino Unido

(Ambito.com) - El gobierno británico de Malvinas defendió la declaración firmada entre Londres y la Cancillería argentina para "remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico" de las islas y consideró que "mientras haya una oportunidad para hacer más, debemos impulsarla".

Así lo planteó el legislador kelper Mike Summers, quien consideró que la posibilidad de un vuelo extra que conecte las islas con el continente "no presenta un riesgo a la seguridad" de los isleños, en tanto que se pronunció a favor del levantamiento de las sanciones que rigen en la Argentina para la exploración y explotación de hidrocarburos.

En una nota publicada en el diario Penguin News, Summers confirmó que el gobierno británico de Malvinas analiza avanzar en un acuerdo para que haya vuelos de Malvinas a San Pablo, incluyendo una escala mensual en territorio continental argentino.

Summers se preguntó si "una escala mensual en Argentina es un precio demasiado caro para pagar por un vuelo directo a San Pablo, el más grande centro de conexión aérea de Sudamérica".

El político isleño explicó que de acuerdo a las tratativas en marcha entre Londres y la Argentina, el gobierno de Mauricio Macri "indicó que a cambio de pedirle al gobierno brasileño que no objete el vuelo, a ellos les gustaría que ese vuelo haga una escala una vez al mes" en territorio continental argentino.

Summers defendió el avance de las negociaciones en ese sentido y advirtió que lo único que se requiere es "un acuerdo explícito con la Argentina para no obstruir el vuelo" a San Pablo ya que "volar alrededor del espacio aéreo argentino, como algunos sugirieron, no es probable".

El dirigente advirtió que los isleños necesitan otro vuelo adicional al que conecta a las islas con Punta Arenas ya que "tenemos que llegar a los mercados".

"El puente aéreo (con Gran Bretaña) está bien para Gran Bretaña en cantidades limitadas pero está claro que tendremos nuestra capacidad limitada", advirtió. Y señaló que "una alternativa a través de un gran aeropuerto ha sido una necesidad desde hace tiempo" para los isleños.

"El potencial para el turismo es obvio, y la mayor conectividad para otros negocios genera actividad que en la actualidad está suprimida", enfatizó Summers.

Por otra parte, el funcionario advirtió que la continuidad de las sanciones de la Argentina a empresas que operen en las islas "no está en el interés" de los isleños e "inhibe la necesidad de crecimiento económico que asegure nuestro futuro". "La vida al límite provee una clara y regular evidencia de que los isleños quieren progresar y continuar fortaleciendo su economía", advirtió Summers, al plantear que se avance en el levantamiento de las sanciones por parte de la Argentina.

"Mientras haya una oportunidad para hacer más debemos avanzar y tomar la oportunidad para crecer y expandirnos para las futuras generaciones", señaló.

El comunicado conjunto firmado por la canciller Susana Malcorra y un representante británico el 13 de septiembre pasado plantea "adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos".

"En este contexto acordaron el establecimiento de dos escalas adicionales mensuales en territorio continental argentino, una en cada dirección. Los detalles específicos serán definidos", añadió el comunicado.

Vuelve la tensión con Londres por ejercicios con misiles en Malvinas

Por Mariano De Vedia - LA NACION
La Cancillería protestó y le pidió explicaciones al embajador británico Kent, quien argumentó que se trata de actividades de rutina; el Gobierno intimó al Reino Unido a abstenerse de realizar las prácticas
La base militar británica en las Islas Malvinas. Foto: LA NACION / Mauro V. Rizzi
El gobierno de Mauricio Macri enfrentó ayer el primer conflicto internacional con Gran Bretaña por la cuestión Malvinas , al citar al embajador Mark Kent y pedirle explicaciones por los ejercicios militares y el lanzamiento de misiles que la administración de Theresa May tiene previsto realizar a partir del miércoles en el archipiélago.

El jefe de la misión británica, que llegó al país hace tres meses, debió concurrir al despacho del vicecanciller Carlos Foradori, quien le entregó una nota de protesta formal, en la que la Argentina le exige al Reino Unido que se "abstenga de realizar" los ejercicios militares. El encuentro se prolongó unos 20 minutos y el funcionario argentino le adelantó a Kent que transmitirá el reclamo a las Naciones Unidas. Se reactivó, así, la tensión entre ambos países por las islas.

El embajador argumentó que los ejercicios militares, que incluyen el lanzamiento de misiles Rapier, de corto alcance, son operaciones de rutina y fueron programados hace varios meses para realizarlos entre el 19 y el 28 de este mes. Si bien sólo tomó nota del reclamo, admitió que es muy difícil que se pueda volver atrás.
La base militar británica en las Islas Malvinas. Foto: LA NACION / Mauro V. Rizzi
La base militar británica en las Islas Malvinas. Foto: LA NACION / Mauro V. Rizzi

"La Argentina rechaza la realización de estos ejercicios en territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido, los que desconocen las resoluciones de las Naciones Unidas (ONU) y de otros organismos internacionales", declaró la Cancillería en un comunicado.

La operación militar con la inclusión de misiles fue revelada por el Ministerio de Defensa, a través del Servicio Hidrografía Naval, que alertó a los buques de navegación civil para que eviten circular por la zona cercana al archipiélago durante los días en que se realizarán los ejercicios.

Mientras la Cancillería llevó el conflicto a un punto extremo, al citar al embajador, en el Ministerio de Defensa recordaron a LA NACION que el uso de misiles en entrenamientos militares en Malvinas ya fue denunciado en años anteriores por el gobierno argentino. "Se realizan periódicamente desde 2006", dijo una fuente cercana al ministro Julio Martínez, en un intento inicial por relativizar el impacto de las maniobras británicas.

"El accionar del Reino Unido se contradice con el principio de solución pacífica de las controversias, apoyado unánimemente por los países de la región y que se refleja en el rechazo a dichas acciones militares, puesto de manifiesto en declaraciones de los países del Mercosur y la Unasur", dijo la Cancillería.

Antecedentes

Protestas similares a las que ayer transmitió Foradori -la canciller Susana Malcorra se encuentra en Roma con el presidente Macri- se transmitieron al Reino Unido en ocasión de otros ejercicios, como los realizados en octubre de 2012, en abril de 2013 y el mismo mes de 2014.

Fuentes castrenses interpretaron la ofensiva británica como una decisión de "querer marcar la cancha", tras las idas y venidas en torno de una eventual discusión de la soberanía sobre las islas generadas el mes pasado, en ocasión del fugaz saludo que Macri y la premier May, la nueva líder del Partido Conservador británico, tuvieron en la ONU.
Batería de misiles rapier
La Cancillería protestó y le pidió explicaciones al embajador británico Kent, quien argumentó que se trata de actividades de rutina; el Gobierno intimó al Reino Unido a abstenerse de realizar las prácticas. Foto: Royal Navy

En esa ocasión, Macri había revelado que Londres estaba dispuesto a hablar de la soberanía de las Malvinas, lo que después corrigió Malcorra, al aclarar que "en ningún momento de esa charla informal se dialogó de la posibilidad de debatir el tema de la soberanía en Malvinas". Más distancia puso entonces la representante británica ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Margaret Purdasy, al añadir que "no puede haber diálogo sobre soberanía, a menos que los isleños lo deseen". 

Dicha controversia se suscitó luego del comunicado conjunto en el que la Argentina y Gran Bretaña acordaron trabajar en la posible reanudación de vuelos directos al continente y la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos. Incluso está previsto que en noviembre se reúna en Ginebra una comisión con delegados de ambos países y de la Cruz Roja para trabajar en el reconocimiento de soldados argentinos enterrados sin nombre en el cementerio de Darwin.

En los últimos años, mientras crecía la tensión con el gobierno de Cristina Kirchner, Gran Bretaña reforzó la base militar de Mount Pleasant, a 60 kilómetros de Puerto Argentino. Allí trabajan unos 3000 soldados, muchos considerados de elite, con experiencia en Afganistán y en Irak.

La decisión de Gran Bretaña y la protesta de la Cancillería repercutieron con fuerza en el Parlamento e incluso dentro del interbloque Cambiemos.

El diputado Mario Negri, jefe del bloque de la UCR, anunció que presentará un proyecto de declaración para que "todo el Congreso se exprese en contra de estas reiteradas maniobras del Reino Unido, manifiestamente violatorias de las disposiciones de Naciones Unidas".

En tanto, la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, dijo que el Reino Unido actuó "con mala fe, pocos días después de haber emitido un comunicado conjunto con la Argentina, en el que bregaba por el diálogo y la integración".

Un artefacto letal, utilizado en la guerra

Batería de misiles rapier

Es un misil tierra-aire, de corto alcance, equipado con radares de búsqueda cercana. Se lo utiliza como última defensa frente a blancos cercanos. Son muy efectivos y letales y lo suelen emplear las fuerzas militares de Estados Unidos y de los países de la NATO. Gran Bretaña utilizó misiles similares en la Guerra de Malvinas, en 1982, ocasión en que derribó aviones argentinos de la Fuerza Aérea y de la Armada

Una relación marcada por desencuentros

21/1 - En Davos: Macri se reunió con el premier inglés David Cameron, en uno de los encuentros más importantes de su visita al Foro Económico. El Gobierno reactivó la relación y reafirmó su postura sobre Malvinas

2/4 - Encuentro informal: Los mandatarios se cruzaron en la cumbre de energía nuclear en Washington. Hubo un "buen clima" en el diálogo, pero no abordaron el tema más espinoso, la soberanía de las islas

13/9 - Cooperación: La canciller Malcorra suscribió con el vicecanciller británico Alan Duncan un acuerdo que contempla el reestablecimiento de la cooperación en materia comercial, de defensa, seguridad, inversiones

20/9 - Soberanía: En Nueva York, Macri dijo a la prensa que la primera ministra británica May le había dicho que estaba "lista" para "comenzar un diálogo que incluya el tema soberanía de Malvinas"

21/9 - Desmentida: El Foreing Office negó que May y el presidente argentino hayan dialogado del reclamo de soberanía. Macri debió rectificarse y admitió que no habían abortado en la charla informal el tema de la soberanía

4/10 - Veto británico: El Consejo de Seguridad de la ONU echó por tierra las aspiraciones de Malcorra de convertirse en secretaria general del organismo. Según trascendió, Gran Bretaña la habría vetado

La base militar de Mount Pleasant

Es la estructura que montó Gran Bretaña tras la guerra de 1982

jueves, 13 de octubre de 2016

Desembarca nuevo jefe británico en las Islas Malvinas

Barry Rowlan tiene 55 años, es apartidario y posee un master en administración de la Universidad de Durham. (foto: gentileza Chronicle Live)Por SEBASTIÁN D. PENELLI - Ambito.com
Barry Rowlan tiene 55 años, es apartidario y posee un master en administración de la Universidad de Durham. (foto: gentileza Chronicle Live).
A casi cuatro meses del triunfo del Brexit en el Reino Unido, el gobierno inglés que mantiene el control de las Islas Malvinas anunció el desembarco del nuevo jefe ejecutivo del archipiélago, Barry Rowland. "Viene de las islas del norte de Inglaterra y lleva más de 30 años de experiencia en el sector público, con 15 años de los que estar en una serie de funciones corporativas con responsabilidades de alta dirección", aseguraron las autoridades británicas, según pudo saber ámbito.com. 

El cargo público más reciente de Rowland fue director ejecutivo en un triunvirato al frente del Consejo del Condado de Northumberland. Northumberland es una región rural, ubicada en la frontera norte con Escocia, y famosa por las grandes llanuras montañosas, los castillos medievales y el uso de la gaita. Tiene unos 307.000 habitantes, casi 100 veces menos que la población isleña del sur argentino. "Rowland ha mejorado los servicios públicos y tenía una amplia gama de responsabilidades, incluyendo la seguridad ciudadana, contra incendios y rescates, la planificación y el desarrollo, la técnica y los servicios de primera línea", sostuvieron los ingleses en un comunicado oficial, : en referencia al agua potable, la luz y el gas, entre otros. Por esta posición recibió un salario anual que rondó los u$s 178.566.

El cargo anterior fue de presidente ejecutivo del municipio de Newcastle. Allí, según los kelpers, dirigió "el desarrollo económico de la ciudad, la renovación urbana y social". Ingresó en 1979 como aprendiz de administración y permaneció en el ayuntamiento más de 30 años hasta llegar a ser el intendente en 2009. Fue protagonista de una ola privatizadora de servicios que dominó la comuna, célebre en el auge del neoliberalismo en épocas de Margaret Thatcher. Desde ese puesto, "estableció una fuerte relación con el sector privado y trabajó en estrecha colaboración con las principales instituciones del sector público para ofrecer planes a la ciudad". Sin embargo, es apartidista. En el Reino Unnido se lo define como un "administrador".

El nuevo funcionario llega con el objetivo de conseguir la viabilidad económica de las Islas, luego que el Brexit dejara a los kelpers al borde de la quiebra por la caída de los beneficios contratos con Comunidad Europea, en materia pesquera e hidrocarburífera.

En 2012, Rowland renunció en Newcastle después de un enfrentamiento público con el jefe Consejo local, Nick Forbes. "La partida de Barry Rowland se produjo tras meses de escenas de tensión ocultas con los líderes políticos (del propio Consejo) que culminaron en una revisión independiente", afirmó en ese momento la prensa británica. Según los medios, un informe de gestión interno, denominado "Peer Challenge report", detectó que "las aspiraciones políticas del nuevo líder laborista (por Forbes) no habían sido objeto de seguimiento por los funcionarios del Consejo". Ese documento enfureció a sus detractores.

El periódico The Guardian publicó por esos días que Forbes forzó el desplazamiento Rowland por que buscaba "reinventar el concepto de servicios públicos en el siglo XXI, de una manera que coincida con los valores de la igualdad y la equidad, contratando cooperativas y nuevos modelos de prestación que protejan los servicios públicos esenciales de las fuerzas destructivas de la competencia en el mercado". 

En ese marco, Forbes acusó a Rowland de ser un burócrata. "El Consejo ha tenido demasiadas prioridades en los últimos años, lo que provocó que se vaya de foco y se haga lento para responder a las necesidades de la gente, por lo que vamos a introducir una nueva estructura de gobierno político diseñado en acelerar la toma de decisiones y aumentar la responsabilidad política para cada uno", escribió el jefe del Consejo de Newcastle al despedirlo. Tras el escándalo, se fue de común acuerdo, con una indemnización de u$s 263.362. 

"También tuvo responsabilidades más amplias en todo el noreste de Inglaterra para el transporte, incluyendo el desarrollo del ferrocarril y el metro subterráneo", agregaron los kelpers al anuciar su arribo. 

Pero hay otra mancha en su currículum. En 2011 ocupó la primera plana de los diarios ingleses después de ser atrapado por exceso de velocidad por una cámara de control colocada por su propio gobierno.

El nuevo "Chief" de las Malvinas está casado con Lynne, que según se dijo, se instalará junto a él desde fin de año. Sus cuatro hijos mayores permanecerán en Inglaterra. Su objetivo será coordinar la tarea de los ministros consejeros y asistirá a los proyectos de los legisladores kelpers. Reemplazará a Keith Padgett, que se retira después de cinco años al frente del Consejo. El nuevo jefe fue seleccionado por el gobernador Colin Roberts tras entrevistar a cinco candidatos. Cobrará unos u$s 78.886 por su nuevo trabajo.

Al pisar el suelo isleño en disputa entre Inglaterra y la Argentina, el 3 de octubre pasado, Rowland hizo sus primeras declaraciones públicas. "Quedé encantado con la calidez y el espíritu de la gente que encontré y espero trabajar con interés en esta gestión, junto con los residentes y la comunidad empresarial durante los próximos años, hacia la construcción de un fuerte servicio público que pueda servir a la comunidad de las Islas Malvinas de ahora en más y en el futuro, y la creación de una economía sustentable más fuerte y mejorar la calidad de vida".

miércoles, 5 de octubre de 2016

Malvinas: Londres insistió en que no debatirá la soberanía

Por Martín Dinatale - LA NACION - La representante británica en la ONU avaló a los isleños; Malcorra, al Senado

La respuesta oficial de Londres a la Argentina tardó en llegar, pero fue contundente: "No puede haber diálogo sobre soberanía [de las islas Malvinas] a menos que los isleños lo deseen y ellos, a través de un referendo realizado en 2013, enviaron un mensaje muy claro en el sentido de que no quieren diálogo sobre soberanía".

La frase fue pronunciada el viernes pasado y corresponde a Margaret Purdasy, la representante británica ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. De esta manera, Gran Bretaña desterró por completo aquel a gaffe del presidente Mauricio Macri, que tras reunirse en Nueva York con la primera ministra británica Teheresa May había dicho que Londres estaba dispuesto a hablar de la soberanía de las Malvinas.
La canciller argentina, Susana MalcorraLa canciller argentina, Susana Malcorra. Foto: LA NACION / Archivo.

Si bien el traspié presidencial fue corregido y relativizado de inmediato por la canciller Susana Malcorra, fuentes calificadas del Foreign Office expresaron a LA NACION el día posterior a los dichos de Macri que "en ningún momento de la charla informal que la primera ministra May mantuvo con Macri se dialogó de la posibilidad de debatir el tema de la soberanía en las islas Malvinas".

Hasta allí, toda respuesta a Buenos Aires se manejó desde Londres por canales informales. Pero durante la 33» sesión del Consejo de Derechos Humanos, que se realizó en Ginebra el viernes pasado, Purdasy advirtió que "el gobierno de la Argentina debería respetar los deseos" de los isleños. Luego destacó: "El Reino Unido no tiene duda de su soberanía sobre las islas Falkland [Malvinas], Georgias del Sur y las Sandwich del Sur, y sus áreas marítimas circundantes".

Según consignó el diario británico Express, la funcionaria británica destacó que Londres tampoco tiene "ninguna duda sobre el derecho de los isleños a la autodeterminación". Para la representante británica ante el Consejo de Derechos Humanos, los isleños "han determinado libremente su estatus político y son libres de perseguir su desarrollo económico, social y cultural. Se refería al referéndum que emitieron en 2013 los isleños en el que por una abrumadora mayoría resolvieron permanecer bajo el ala de Gran Bretaña.

La respuesta de Purdasy en Ginebra se dio luego de un planteo que hizo la representante argentina en ese mismo organismo internacional, Victoria Gobbi, al ratificar el reclamo de soberanía argentina sobre el archipiélago. "La resolución 2065 de la Asamblea General sobre las Islas Malvinas, así como también las resoluciones adoptadas sobre el mismo tema por el Comité Especial de Descolonización a la fecha, reconocen de modo expreso la existencia de una disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido, reconociéndolos como las únicas partes en la disputa, y estableciendo que la única forma de resolverla es a través de la reanudación de negociaciones bilaterales", remarcó Gobbi.

Visita al Senado

La negativa oficial de Londres a debatir el tema de la soberanía en las islas se da justo antes de que la canciller Susana Malcorra concurra hoy a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, para explicar los alcances del polémico comunicado que selló la Argentina con Gran Bretaña y que incluye eventuales acuerdos de pesca e hidrocarburos con Malvinas.

Malcorra concurrirá hoy, a las 10, y según consignaron fuentes del Palacio San Martín a LA NACION, ratificará que "no existe acuerdo firmado con el Reino Unido", sino un comunicado conjunto. También se prevé que la canciller aclare expresamente que "nunca estuvo en tela de juicio la soberanía". Malcorra quiere aclarar al Senado que cuando se habla de "remover obstáculos" se espera que el Reino Unido empiece por eliminar, por ejemplo, las licencias de pesca por 25 años.

lunes, 3 de octubre de 2016

Malvinas: "En 1993, un alto funcionario británico dijo a los isleños que una negociación podía suceder en el futuro"

Resultado de imagen para Malvinas: "En 1993, un alto funcionario británico dijo a los isleños que una negociación podía suceder en el futuro"Por Claudia Peiró - Infobae.com - cpeiro@infobae.com -@PeiroClaudia.
El ex vice canciller Fernando Petrella afirma que hubo discusiones muy avanzadas con Londres pero que “nunca se tradujeron en negociación porque siempre existió, del lado argentino, la idea de conseguir de inmediato lo que en realidad debía ser el objetivo final”

En charla con Infobae, Petrella insiste en el hecho de que la resolución 2065 de Naciones Unidas no dice que la soberanía es nuestra sino que debe haber una salida negociada.

Es por ello que la intransigencia declarativa de ciertos políticos resulta inconducente y podría malograr la nueva oportunidad que, en su opinión, se abre en esta etapa. "No tenemos que alienarnos los apoyos de los principales aliados del Reino Unido", dice, como Estados Unidos, "que nos respalda para que negociemos con racionalidad", ni pedirle a "aquellos que no son aliados del Reino Unido, como China y Rusia por ejemplo, y que apoyan a la Argentina, que la apoyen en posiciones extremas".

En ese marco, recuerda que con los ingleses se había llegado a avanzar en propuestas como el condominio, ofrecido por ellos en la tercera presidencia de Juan Perón; una solución que éste había aceptado pero que su muerte impidió concretar. Después de la guerra, el momento de mayor acercamiento fue bajo la gestión de Carlos Menem. Fue por entonces que   un alto funcionario del Foreign Office dijo: "…podrá verse una discusión (de soberanía) en el futuro, pero no por la fuerza".

— ¿Por qué nunca se llegó a esa negociación con los ingleses por Malvinas?
En diplomacia hay cuatro etapas para obtener un resultado en una negociación bilateral: primero el diálogo, después la conversación, después la discusión y finalmente la negociación, cuando lo que se discute pasa a ser formal. La Argentina, en los mejores momentos de la relación bilateral con el Reino Unido, llegó a discusiones muy de fondo sobre Malvinas. Pero en general esas discusiones nunca se tradujeron en negociación porque siempre existió, del lado argentino, la idea de conseguir de inmediato lo que en realidad debía ser el objetivo final, si es que se llega a él alguna vez.

— ¿A qué se llegó en esas discusiones?
— Durante el período 1965 – 1982, el Reino Unido y la Argentina discutieron el condominio, el retroarriendo y una solución a lo Hong Kong, es decir, un solo país, dos soberanías. Nada de eso se pudo concretar.

— ¿Qué implicaba el retroarriendo?
— Que el Reino Unido nos transfería la soberanía y la Argentina le alquilaba las islas por 99 años.

— Son nuestras pero las tienen ellos.
— Ellos las administran. Fueron soluciones que en su momento se ofrecieron y que la Argentina por distintos motivos no aceptó. Perón aceptó el condominio pero no se formalizó antes de su fallecimiento [1° de julio de 1974], y luego Isabelita no se animó…

— Perón hubiera podido contener la intransigencia de algunos…
— Lógico. Lo que Isabel invocó, tal vez con razón, fue que la violencia que había en la Argentina en ese momento… hay que acordarse de Montoneros, hay que acordarse de los enfrentamientos… O sea que todo esto se malogró. Y el gobierno dictatorial evidentemente tenía otra cosa en la cabeza porque tampoco aceptó la solución Hong Kong.

— ¿Cuando se propuso esa solución?
— Antes de la guerra. Todavía en el período en que la Argentina tenía YPF, tenía becas y vuelos por los cuales los malvineros venían a la Argentina como paso previo a ir a Inglaterra. Porque, recordemos que en esa época no eran ciudadanos británicos.

— Usted insiste en aclarar que la resolución de Naciones Unidas dice que debe haber negociación, no que las islas son nuestras. ¿Por qué es importante esa distinción?
— Cuando Inglaterra pone el territorio de Malvinas bajo el sistema de descolonización, como muchos otros territorios, la Argentina disputa eso y dice "las islas son nuestras". Y lo que Naciones Unidas reconoce es que es probable que no sean británicas, que hay una disputa, y dice: resuélvanla bilateralmente por medios pacíficos y teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas. Es decir, hace una excepción sobre el concepto de descolonización donde lo que se tenía en cuenta eran los deseos, los wishes, de los habitantes y en cambio dice los intereses.

—¿Qué pasó a partir de aquella primera resolución, en 1965?
— Empezó una negociación bilateral donde la Argentina más o menos pedía la devolución de las islas y los ingleses iban muy despacito. Sin embargo, los ingleses, en más de una ocasión, hablaron de que podía haber una devolución de las islas dentro de ciertas condiciones. Al principio, en el año 66, 67, hubo un episodio militar que desalentó mucho a los ingleses, que fue el famoso "Operativo Cóndor", en el que un grupo de jóvenes argentinos comete tres delitos de lesa humanidad: secuestro de un avión en vuelo, captura de la tripulación y secuestro de gente en tierra. Eso causó en los británicos un sentimiento de retroceso muy grande. Se superó con el tiempo, pero siempre está.
 Cuando se propone el condominio, tanto Firmenich, como el almirante Rojas, se opusieron.

— ¿Por qué equipara la actitud de Mario Firmenich con la del almirante Isaac Rojas en este tema?
— Porque cuando se propone el condominio, tanto Firmenich, Montoneros, como el almirante Rojas, que era la derecha, se oponían, querían la devolución. Interpretaban que la resolución de Naciones Unidas era un aval a la soberanía argentina y no es así. Los países que nos apoyan lo hacen para que negociemos y esperan de todo corazón que usemos ese aval para negociar seriamente y no para hacer manifestaciones nacionalistas o para política interna.

— ¿Cómo evalúa el documento negociado por nuestra canciller, Susana Malcorra, con Alan Duncan, vicecanciller británico?
— Lo que está pasando actualmente no tiene precedentes. El presidente argentino se ha reunido primero con David Cameron, cuando varios presidentes argentinos tuvieron que trabajar años para encontrarse con el Premier británico, y bajo condición de no tratar el tema Malvinas. Ahora ha ocurrido algo distinto: Macri al verlo a Cameron le habló del tema y Cameron le dijo, bueno, nosotros tenemos otro criterio. La señora (Theresa) May le manda una carta muy cordial, que en un párrafo habla del deseo de asociar a la Argentina y al Reino Unido a grandes temas de la agenda internacional y en otro párrafo referido al Atlántico Sur, que hay que leer con mucha atención, dice: allí donde tenemos diferencias –es decir soberanía- tratémoslas con respeto mutuo y para beneficio de todos los involucrados –es decir, la Argentina también-. Después dice: esto incluye petróleo y comunicaciones, es decir una serie de cosas que son la posición británica. O sea, proponen incluso una agenda. Saben que el punto de vista argentino es distinto y saben también que, iniciando una conversación, discusión, sobre el Atlántico Sur, vamos a terminar en el tema soberanía de alguna manera. Vamos a terminar en un cambio de estatus de las islas, y eso es gradual. Por eso hay que sostener que la cláusula constitucional no es un cepo, es un objetivo al cual hay que ir llegando gradualmente, paso a paso, administrando este esquema de trabajo conjunto con los isleños y con el Reino Unido.

— Mientras lo escuchaba, pensé: ¿puede suceder que los ingleses deseen avanzar más de lo que dicen, o lo hayan deseado alguna vez, y no lo hacen por no ver del otro lado una contraparte que encare el tema con madurez, que no diga "les arrancamos las islas", que no sostenga un discurso patriotero que hasta juega en contra?
— Ha jugado en contra históricamente, porque la Argentina avanzó bastante: discutir soberanía, ejercicios compartidos, hablar sobre los recursos, etcétera. Pero nunca se pudo concretar realmente porque siempre estaba el temor del qué dirán acá. Creo que ahora hay un cambio de contexto internacional. Probablemente en la Argentina haya una nueva madurez. 
El Brexit implica que a lo mejor el Reino Unido está tratando de recrear sus viejas asociaciones para asegurarse alimentos y materias primas, recursos naturales. La Argentina fue históricamente eso. Y deben estar pensando, porque tienen la diplomacia más calificada del mundo, si el conflicto puede ayudar a unir y no a separar. Si nosotros lo vemos desde ese punto de vista y sabemos poner una pausa en nuestras aspiraciones finales, tal vez nos sirva de mucho y tal vez podamos compartir una cantidad de cosas en el Atlántico Sur para beneficio propio. Ahora, compartir implica tener presencia. Cuando se avanzó en materia de hidrocarburos y de pesca era porque en la Argentina YPF funcionaba bien, estaba (José) Estenssoro [titular de YPF durante la presidencia de Carlos Menem], se gastó en eso, teníamos presencia, y eso forzó al Reino Unido a los acuerdos que se hicieron. Porque nadie es santo, no hay santos en el escenario internacional. Es decir, hay que hacer la política y acompañarla de hechos, siempre compatibles con la buena relación y con el derecho internacional. Y creo que ahora el campo está abierto, hay nuevas posibilidades y ojalá las aprovechemos.

— Usted citó en un artículo a un alto funcionario inglés avisando a los habitantes de Malvinas que en algún momento habrá que hablar de la soberanía.
— Eso salió en el Penguin News. Creo que el Penguin News es de lectura obligatoria. Uno se entera de la vida social de las islas, de los autos que se venden, de cómo fue la pelea en el bar… El señor David Heathcoat Amory era mi contraparte, y se llegó a discutir el tema de la soberanía. Entonces era corriente en los encuentros argentino-británicos. O sea, no es que se excluye el tema; cuando nos sentamos a conversar eso es lo que está permanentemente y es usado por los británicos para conseguir pequeñas concesiones. En la medida en que esas concesiones nos acerquen al objetivo, nosotros las otorgamos. Acá no hay nada oculto ni nada novedoso. Y esa manifestación de Heathcoat Amory a los isleños [Penguin News, 3 de julio de 1993] diciéndoles que una discusión o conversación sobre soberanía es posible pero nunca por la fuerza, para nosotros fue muy importante. Cuando hablan de "fuerza", no se refieren otra invasión militar, sino a la confrontación, a una expresión indebida, a gritarles "colonialistas", "imperialistas".
El diario de las islas que debería ser de lectura obligada para los políticos que quieran ocuparse del tema Malvinas
— ¿Había un clima positivo entonces?
— Sí, pero como los ingleses no son santos, como no hay santos en el sistema, y hacia el final de la década de los 90, la Argentina venía mal económicamente -eso lo sabía todo el mundo-, nuestra presión en materia de presencia en el Atlántico Sur había disminuido. Se mantenía la pesca, los cruceros conjuntos, en barcos nuestros, de científicos británicos y argentinos para investigación pesquera, había una gran camaradería… Pero en el Reino Unido sabían que la Argentina venía en picada. Consecuentemente empezaron con acciones unilaterales que llevaron a que, finalmente, durante la gestión Kirchner, nosotros denunciásemos los acuerdos de petróleo y pesca. Eso fue visto como un acto directamente de ruptura.

— A partir del momento que asume Néstor Kirchner, ¿se mantuvo el diálogo en algunos de estos niveles?
— La última reunión de alto nivel con los británicos fue la de Carlos Ruckauf, como canciller, con su par Jack Straw, en 2002, en la presidencia de Duhalde, yo era subsecretario [de Relaciones Exteriores].

— Vino luego un largo período de congelamiento.
— Alguna cosita en Naciones Unidas, pero no hubo nada… hubo sí reacciones nuestras, pesca, petróleo. Y la molestia del canciller (Héctor) Timerman que usó el foro de Naciones Unidas para acusar a los ingleses de tener una base militar, de estar militarizando el Atlántico Sur; en fin, las cosas que a lo mejor dictaba en ese momento la necesidad política, pero creo que fueron muy estériles.
 Jugar a los héroes que murieron en las islas para frenar cualquier negociación no conduce a nada y desprestigia a quien lo hace

— En la reunión en el Congreso esta semana a Carlos Foradori se habló de "traición a la patria".
— Soy muy respetuoso de nuestros representantes, pero los asesores tienen que estudiar los papeles, para objetar con argumentos. Si uno piensa realmente que la resolución 2065 le da la razón a la Argentina, que los que nos apoyan para negociar creen que las islas son argentinas, estamos en un error. El apoyo de Estados Unidos, que es importantísimo, es para que negociemos con racionalidad. No tenemos que alienarnos los apoyos de los principales aliados del Reino Unido. Y tampoco le podemos pedir a aquellos que no son aliados del Reino Unido, como China y Rusia por ejemplo, y que apoyan a la Argentina, que la apoyen en posiciones extremas, porque entonces se van a contener y vamos a perder fuerza relativa en cualquier negociación.

— Parecen discursos más bien dirigidos al público interno.
— Jugar a los héroes que murieron en las islas para frenar cualquier negociación, o jugar la clausula constitucional como si fuera un cepo, no conduce absolutamente a nada y a mi juicio se desprestigia quien recurre a esas dos excusas. Pero además, lo peor que se puede hacer en una negociación es obligar a la otra parte a definirse en un sentido contrario al objetivo de la negociación por exceso de intransigencia inicial.

— ¿Se excedió Macri al decir que se habló de soberanía?
—Yo no sé lo que hablaron. Cuando Macri sale de ahí dice "tocamos" o "toqué", una cosa indefinida. Ahí estaba ante el frente interno porque le tiran que a él no le importan las Malvinas. El Reino Unido dice que no se tocó el tema, pero no usa la fórmula de siempre: "No tenemos dudas sobre nuestra soberanía". En todos estos intercambios que ha habido desde que asumió Macri, el Reino Unido no usó esa fórmula, que sí es una fórmula rupturista porque dice "El Reino Unido no tiene ninguna duda". Esa fórmula la archivaron cuando se fue Cristina Kirchner. Todo aquel que entiende la microdiplomacia, y que se está conversando con una de las diplomacias más sofisticadas del mundo, tiene que tener estas cosas presentes. Por eso entiendo que todo este núcleo que empieza con la carta de Theresa May y el comunicado Foradori-Duncan, la cuestión en Naciones Unidas, es enormemente positivo si lo queremos aprovechar bien.

— Usted subrayaba también el hecho de que los ingleses vinieron a firmar la nota conjunta acá. ¿Por qué es importante eso?
— La diplomacia es forma y es fondo. Con los británicos hemos tenido momentos sin comunicación, hemos tenido comunicados divergentes y a veces conjuntos. En general, se firmaban en un terreno neutral: Naciones Unidas, Ginebra. Esta vez no, lo firmó Duncan en la Argentina. Eso, si vamos al detalle, es una cuestión de importancia. ¿Hay que hacer alharaca? No. Pero si nosotros mismos atacamos el comunicado… Hubo un señor del Foreign Office que vino a la Argentina, puso en riesgo su prestigio diplomático frente a sus pares y sus autoridades para venir a firmar un comunicado acá, y nosotros encima le pegamos una cachetada.

— Sería lamentable que los ingleses quieran avanzar más y no puedan hacerlo por el infantilismo de ciertos políticos argentinos.  
— Sí, porque todo está indicando que hay un nuevo contexto. Esto hay que unirlo a la visita de Obama a la Argentina. Ellos tienen el mapa. Ven un territorio importante, estratégico, lleno de recursos, con energía nuclear, satélites, alimentos, ciencia y tecnología. Dicen, hay que tratar de traerlos para nosotros.

— También está el hecho del Brexit.
— Claro. Si les decimos a los isleños: esto no cambia nada, seguimos siendo amigos. Es más, creo que hay acá gente importante que quiere establecer una especie de diálogo privado con los isleños. Y eso no sería a mi juicio algo errado.

— ¿Hubo algún intento de restablecer cosas como las becas y otros intercambios que había antes de la guerra con los isleños?
— Lo hubo en la gestión de Timerman. Daniel Filmus y él propusieron. Pero no estamos en los años 70, ahora los isleños van a estudiar a Europa. Entonces, ¿qué becas podríamos dar nosotros que puedan tentar? Deberían ser de altísima excelencia: para el Instituto Balseiro, el INVAP, o para estudiar con el doctor Zaldívar [Mendoza], por ejemplo. Aquellas cosas que para un isleño en Europa, en Inglaterra, serían imposibles o prohibitivas y en las que estamos al nivel de Europa. Pero hay que hacerlo sin estar mostrando las garras detrás…

viernes, 30 de septiembre de 2016

Malvinas: los kelpers buscan seducir al líder laborista que quiere soberanía "compartida"


Por Natasha Niebieskikwiat (Clarin.com) - Cuando el año pasado Corbyn volvió a plantear un "poder compartido" entre la Argentina y el Reino Unido lo llamaron "entregador repugnante".

Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista británico, en la última conferencia del Partido LaboristaFoto: Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista británico, en la última conferencia del Partido Laborista.

Cada vez que se recalienta el debate sobre la soberanía de las Malvinas entre Londres y Buenos Aires, los isleños también se sacuden. Cuando hace un año el líder laborista Jeremy Corbyn asumió el liderazgo de su partido, salieron a la luz sus posturas antibelicistas y en ese marco también se reavivó su convicción de que Argentina y el Reino Unido deben ir a una suerte de “poder compartido” del archipiélago para resolver la histórica disputa.

Los sectores más nacionalistas de su país lo llamaron “repugnante entregador”. Michael Fallon, el entonces secretario de Defensa, lo consideró el peligro “mayor”. Y desde las Malvinas le enviaron mensajes a diestra y siniestra con fuertes críticas. Esta semana, los isleños lo encararon en persona y lo volvieron a invitar a que los visite para que observe en persona cómo viven y se sienten ciudadanos de la Corona.

El stand de Malvinas en la convención del partido laborista
Foto: El stand de Malvinas en la convención del partido laborista.

Contaban ayer la agencia Mercopress y el sitio The Spectator que el autollamado Gobierno de las Islas Fakland logró montar un stand en los pasillos de la conferencia del Partido Laborista que se celebró esta semana en Liverpool. Lejos de estar en un momento de euforia, los isleños están algo golpeados en primer lugar por la posibilidad de que el Brexit deje a sus productos afuera del mercado europeo cuando el Reino Unido negocie su “divorcio” de Bruselas. Y temen que ello los debilite ante el histórico reclamo de Argentina.

Pero además, Corbyn –quien no goza de simpatía en las islas- se acaba de alzar con una nueva confirmación de su liderazgo en el partido, al destrozar los intentos de Owen Smith por desplazarlo. En ese tren, Corbyn, un tradicional hombre de la izquierda europea, acaba de cerrar la conferencia laborista con una fuerte defensa de la inmigración, una posición contraria al cierre de fronteras que pretenden numerosos países inclusive los conservadores británicos. El “no” a los inmigrantes fue precisamente una de las razones del triunfo del Brexit.

Pero cuando caminaba por los pasillos de la conferencia de su partido, Sukey Cameron, la veterana representante del gobierno isleño en Londres, lo abordó junto a la legisladora Janet Cheek. “Empero parece que las aprehensiones originales han sido en parte superadas por el peso de las visitas recibidas y graficadas en fotos de las redes sociales, además de un encuentro informal con el propio Corbyn. Queda al líder laborista y a los representantes de las Falklands comentar cuando corresponda lo que se conversó, por lo visto en un ambiente muy amigable”, señalaba Mercopress. En las redes sociales se multiplicaron los comentarios sobre el encuentro, pero no hubo posición oficial.

Ahora, los isleños se aprestan a participar de la conferencia del Partido Conservador, que se desarrollará entre el 2 y 5 de octubre, en Birmingham. Aunque allí se encontrarán oídos más amigables a su posición de rechazo a la Argentina, el acercamiento de Mauricio Macri a David Cameron y a su sucesora Theresa May, los inquietó al punto que hay ya isleños juntando firmas para oficializar un documento con las negociaciones en danza sobre vuelos, pesca, petróleo, navegación y turismo.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Malvinas: la Cancillería defendió el acuerdo con Londres ante duras críticas

El vicecanciller Foradori y Carrió, ayer, en DiputadosPor Laura Serra - LA NACION
El vicecanciller Foradori dijo que el comunicado sólo es una "hoja de ruta"; objeciones de toda la oposición.
El vicecanciller Foradori y Carrió, ayer, en Diputados.Foto:DyN/LUCIANO THIEBERGER

La cuestión Malvinas suele exaltar las pasiones, y así quedó en evidencia ayer, en la agitada y por momentos tensa reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores. El blanco de los reproches fue el vicecanciller Carlos Foradori, quien, pese a insistir en que el Gobierno "tiene la camiseta argentina puesta" y que no cederá en el reclamo por la soberanía en las islas, la oposición -incluso la presidenta de la comisión, la oficialista Elisa Carrió- lo reprendió con fuertes críticas.

"En ningún momento el Gobierno reivindicó la soberanía argentina sobre Malvinas. No lo hizo (Mauricio) Macri en su reunión con (el ex premier británico) David Cameron. No lo hizo la canciller (Susana) Malcorra con (su par británico Philip) Hammond", arremetió el diputado kirchnerista Guillermo Carmona. Tomó el guante el jefe del interbloque oficialista Mario Negri: "No queremos el statu quo, pero tampoco vamos a negociar ni entregar nacionalismo falso para jugar con el sentimiento de quienes murieron por la patria", dijo.

La tensión se palpaba en el aire. La discusión se desató a partir del comunicado que suscribió la cancillería argentina con Gran Bretaña el 13 del mes pasado, criticado tanto por los opositores como por sectores del oficialismo, en el que se propone negociar el regreso de los vuelos desde aeropuertos continentales argentinos a las Malvinas y la realización de proyectos conjuntos de exploración de hidrocarburos en las islas. La oposición criticó que no se incluyera el reclamo de la soberanía argentina en Malvinas y, con el aval del oficialismo, se citó a Foradori a que dé explicaciones del caso a la Comisión de Relaciones Exteriores.

"Las Malvinas son argentinas. El objetivo (la soberanía argentina sobre las islas) es compartido absolutamente por todos", arrancó el vicecanciller apenas comenzó el debate. "En ningún momento el interés de la Cancillería no ha sido otro que le interés nacional", enfatizó. Y aclaró que lo que se firmó con Gran Bretaña no es un acuerdo o un tratado, sino un comunicado, una "hoja de ruta" a seguir en la estrategia de diálogo con aquel país.

Esta estrategia de diálogo, insistió Foradori, "no es una aventura de este gobierno", sino que va en línea con las posiciones históricas que tuvo nuestro país respecto de Malvinas.

"Yo no comparto esa hoja de ruta en la que un 80 por ciento son temas que le interesan a Gran Bretaña y un 20 se lo relega a la soberanía", retrucó el diputado Gustavo Fernández Mendía (Bloque Justicialista). "Está claro que lo que se firmó no es una simple comunicación. Y que no se incluya la palabra «soberanía» es traición a la patria, más allá de toda la sarasa que usted dice", aguijoneó la correntina Araceli Ferreira (FPV).

Pero quien dio la nota no fue la oposición. Fue Carrió, otra vez. Enfundada en un vestido naranja furioso reprendió en más de una oportunidad al funcionario. "Ustedes (por el Poder Ejecutivo) tienen que saber que no van a poder obviar al Congreso. Es una prepotencia de poder que este Parlamento se entere por los diarios de un acuerdo firmado con una potencia extranjera. Recuerden que nosotros podemos avanzar en el tratamiento de los tratados, pero también podemos retroceder", advirtió.

Y no quedó allí. Cuando Foradori señaló que el presidente Mauricio Macri y la canciller Malcorra son los únicos que tienen "plenos poderes" para suscribir tratados internacionales, la líder de la Coalición Cívica lo cortó en seco. "Señor vicecanciller, no hay plenos poderes en la Argentina. Ni el Poder Ejecutivo ni nosotros (el Congreso)", espetó. Foradori balbuceó una explicación. "Decile que se calle porque lo que dice es una estupidez", conminó Carrió a un colega sin percatarse de que su micrófono estaba abierto.

El oficialismo intentó atenuar el impacto de las críticas. "Acompañamos totalmente la agenda positiva del Gobierno en política exterior. Frente al todo o nada que plantean algunos, del cual sólo sacamos nada, preferimos el diálogo con todos", enfatizó Eduardo Amadeo.

Una de las más enfáticas en la defensa de la estrategia del diálogo que lleva adelante la Cancillería fue Margarita Stolbizer (GEN). "No sirve la confrontación", sostuvo. Sin embargo, fue implacable con Macri. "Estuvo al límite del papelón internacional", acusó Stolbizer al referirse al mal paso que dio el Presidente en Nueva York cuando tras un encuentro casual con Teresa May dijo que ambas naciones discutirán todos los temas, soberanía incluida.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Kelpers: "Más vale no acordar antes que un mal acuerdo"


(Ambito.com) - Luego de la polémica suscitada por la declaración conjunta firmada entre Argentina y el Reino Unido, en las Islas Malvinas siguen de cerca el curso de las negociaciones entre ambos gobiernos y advierten que "un mal acuerdo en materia de petróleo puede resultar peor que ningún acuerdo".

Según publica en su edición de hoy el diario de las islas, el "Penguin news", durante la sesión de la asamblea legislativa celebrada esta semana en Puerto Argentino, el CEO saliente de la administración de las islas, Keith Padgett, le advirtió al gobierno actual del archipiélago que "un mal acuerdo en materia de petróleo puede resultar peor que ningún acuerdo".

"Más vale dejar el petróleo en la tierra o bajo el mar hasta tanto las condiciones para un resultado pleno y apropiado para las Islas pueda cristalizar. No debemos permitir que las acciones concertadas de unos pocos individuos se sobrepongan al interés nacional", dijo Padgett en su intervención, según publica hoy la agencia Mercopress reproduciendo al diario local.

El funcionario de las islas, quien este año se retira de la función pública, sostuvo que está "ansioso para ver que en las Islas se pueda desarrollar una industria del petróleo, ya que sería un gran impulso para la economía y habilitaría inversiones en muchos servicios que necesitamos e iniciativas". 

En el documento firmado días atrás entre las cancillerías de ambos países, se coincidió en la necesidad de "remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable" del archipiélago, como comercio, pesca, navegación e hidrocarburos; y se acordó el establecimiento de nuevas escalas en los vuelos a las islas, en una negociación que -por el momento- dejó a un lado la cuestión de la soberanía.

Ante las críticas que despertó la declaración entre ex combatientes, dirigentes opositores e incluso aliados del gobierno de Mauricio Macri como el radicalismo y la Coalición Cívica, el Congreso decidió citar para el próximo miércoles al vicecanciller Carlos Foradori para que explique los alcances del acuerdo.

La cuestionada declaración fue firmada entre la canciller Susana Malcorra y el vicencanciller británico, Alan Duncan, en su paso por Buenos Aires días atrás. Duncan recibió ayer en Londres a la legisladora electa de las Falklands Jan Cheek, y la representante permanente del gobierno de las Islas en Londres, Sukey Cameron, para discutir "todo lo relativo a las Falklands", según escribió en su cuenta oficial de Twitter.

Según publica hoy Mercopress, otro integrante de la asamblea de las islas, Mike Summers, reveló que las negociaciones entre Londres y Argentina fueron "en permanente consulta" con los legisladores electos de Malvinas. Summers adelantó que el gobierno de las islas "está muy interesado y pendiente del anuncio del levantamiento de las sanciones que pesan sobre las empresas que trabajen en el las islas en pesca, navegación, comercio e hidrocarburos", impuestas durante el gobierno de Cristina de Kirchner.

Según advirtieron desde la oposición argentina, la fórmula usada en la declaración conjunta de "remover los obstáculos que limitan el crecimiento económico" de las islas podría significar el "levantamiento de las medidas administrativas, legislativas y judiciales" que adoptó la Argentina en los últimos años para proteger sus recursos naturales. "Ello implicaría derogar o violar la ley de hidrocarburos y sus modificaciones, que prohíben la explotación ilegal de petróleo en plataforma continental argentina y establecen las sanciones pertinentes", según argumentaron desde la oposición.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Una palabra sensible

Resultado de imagen para MalvinasPor Jorge Liotti - LA NACION
La complejidad diplomática de la disputa por las islas Malvinas ha quedado reflejada a lo largo de los años en una serie de sutilezas semánticas que tienen fuertes implicancias políticas. No es lo mismo hablar de "los intereses" de los kelpers que de sus "deseos", porque el primer término hace referencia a cuestiones económicas, culturales o sociales, mientras que el segundo remite al principio de autodeterminación que defienden los isleños.
En los textos diplomáticos también hay un cuidado especial para referirse a las Malvinas o a las Falklands en el caso de los británicos, así como de llamar "continente" al territorio argentino para que no se pueda entender que el archipiélago es parte de otro país.

En este universo de terminología de guantes blancos que ambos países han conservado por años, la palabra "soberanía" es la más determinante, porque divide las aguas entre el reclamo de la Cancillería y el rechazo del Foreign Office. La Argentina se apoya en la resolución 1065 de la ONU, que reconoció una disputa internacional, y Gran Bretaña considera que el tema quedó resuelto con la guerra de 1982 y jamás aceptó hablar de la cuestión.

Este delicado desentendimiento retórico entre ambos países fue sacudido abruptamente por el presidente Mauricio Macri cuando dijo que la primera ministra británica, Theresa May, había aceptado dialogar sobre soberanía. Una ruptura con 34 años de tradición diplomática en una conversación de dos minutos. Demasiado bueno para ser cierto. Ayer se conoció la esperada desmentida británica.

"Macri le propuso dialogar sobre todos los temas bilaterales, que incluyen Malvinas, pero no específicamente sobre la soberanía", admitió un integrante de la comitiva que acompañó al presidente a Nueva York. Es decir: interpretó que la aceptación de May a hablar "de todos los temas" implicaba hablar de "soberanía", pero esta palabra no fue dicha. En una interrelación de palabras y silencios cuidados, puso una palabra donde hubo un silencio.

Ayer en el Congreso, donde se discutió el tema en ambas cámaras, varios atribuían el traspié al trazo grueso que Macri suele utilizar ante temas que escapan a sus prioridades. Ya le había pasado, por ejemplo, cuando tuvo que hablar sobre los desaparecidos en la dictadura. "Es un ingeniero manipulando jarrones chinos", graficó un legislador del oficialismo. Un exceso de voluntarismo y simplismo verbal.

También hay una interpretación algo más sofisticada. Macri llegó a Nueva York en medio de los cuestionamientos que generó el documento conjunto que firmaron la semana pasada los vicecancilleres Carlos Foradori y Alan Duncan. Allí se habló, entre otros temas, de negociar una mayor frecuencia de vuelos entre las islas y el continente, y de avanzar en la cooperación en materia hidrocarburífera y pesquera, con una referencia al posible levantamiento de las sanciones. Sin embargo, no hubo ningún compromiso que pudiera ser interpretado como un progreso para los objetivos argentinos en relación con Malvinas.

Tanto la oposición como sectores del oficialismo cuestionaron la excesiva generosidad del comunicado, que interpretaron como una extensión ampliada de la carta que May le había mandado a Macri poco tiempo después de asumir. Incluso diplomáticos que conocen de cerca el tema, como el ex embajador en Londres Vicente Berasategui, se sorprendieron por el desbalance.

Con este dato en mente, Macri pareció intentar revertir esa percepción. Apenas pisó Nueva York dijo que el reclamo de soberanía "no es negociable". Después acentuó la idea al hablar ante la Asamblea de la ONU. Y más tarde, con el mismo impulso, sobreejecutó un comentario de compromiso de May.

Gran Bretaña olvidará rápidamente el desliz porque tiene más intereses que antes para mejorar la relación con la Argentina. El Brexit la obliga a reorientar su búsqueda de mercados alternativos y el discurso aperturista de Macri es bienvenido. También los isleños presionan para abrir compuertas porque el sueño de la sustentabilidad económica basada en el petróleo está demorada por la baja del precio del crudo.

El problema de fondo para Macri reside en elaborar una estrategia que no quede recluida en el buen diálogo y los gestos de amabilidad. Una estrategia que permita incorporar en la negociación el concepto de soberanía. Esa palabra que marca la diferencia.

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