lunes, 26 de noviembre de 2018

La sonda InSight ya tocó el suelo de Marte

(TN.com.ar) - La misión de la NASA va a estudiar los sismos en el planeta rojo para intentar comprender, entre otras cosas, cómo se forman planetas rocosos como la Tierra.
Cuenta regresiva para la InSight Mars.
La Nasa transmitió en vivo desde su página y por redes sociales la llegada a la superficie marciana de la nave que investigará, por medio de un sismómetro y un sensor térmico, el interior del planeta y su evolución.

"Aterrizaje confirmado!", anunció una operadora del centro de control de la misión, mientras toda la sala festejó el éxito de esta parte de la misión. 

Cuando se habla de transmisión en vivo en realidad se debería decir con un retardo de unos 10 minutos, tiempo necesario para que la señal recorra el trayecto de Marte a la Tierra. 
Etapas del aterrizaje de la sonda Insight en Marte previsto para el 26 de noviembre (AFP)
La sonda de la Nasa y países asociados InSight tardó seis meses para alcanzar el planeta Marte y tocar la superficie de la llanura llamada Elysium Planitia.
La InSight, que a bordo lleva también instrumentos desarrollados por países como Francia y Alemania, tuvo que aminorar en 7 minutos la velocidad con la que arriba a Marte, que es de unos 20.000 kilómetros por segundo. Hizo contacto con el suelo marciano a unos 5,5 kilómetros por segundo.

Crece el debate por la central atómica comprada a China

Por Cledis Candelaresi - Clarin.com
Dudas. La controversia incluye discusiones sobre si es necesaria o no. También surgen dudas por el financiamiento de la megaobra.
Anticipo. La construcción de una central atómica, en este foto en China, podría replicarse en poco tiempo en el país.

Energía está alistando el contrato comercial para contratar a China para la construcción de la cuarta central nuclear, obra estimada en alrededor de US$7500 millones para la que se empleará la tecnología de uranio enriquecido, diferente a la que utilizó el país hasta el momento. Esta decisión, que consolidaría al país asiático como un socio de fuste, podría ser anunciada formalmente en la inminente de visita del presidente chino, Xi Jiping, a Buenos Aires en el marco de la cumbre del G20 y promete animar un fuerte debate sobre sus implicancias científicas y económicas.

La intención de Javier Iguacel es que en ese evento se firme la carta de intención entre los dos gobiernos, iniciativa que lleva semanas de gestiones febriles en esta Capital y en Beijing, con avances concretos pero aún sin consenso cerrado dentro del propio ministerio de Hacienda.

Nicolás Dujovne necesita tener certeza de que la singular fórmula prevista para el financiamiento no comprometa el déficit 0.

Cristina Fernández de Kirchner había rubricado con aquel país un convenio marco que sólo oficiaba de paraguas inicial en el rubro. Luego, las conversaciones apuntaron a contratar bajo el sistema de llave en mano dos centrales por un monto total aproximado de US$14.500 millones. Una se construiría utilizando la tecnología CANDU, sobre la base del uranio natural, recurso que el país dispone. La segunda, en cambio, emplearía uranio enriquecido, insumo más costoso del que China es uno de los pocos proveedores mundiales, junto con Rusia y Estados Unidos.

El criterio para aquella doble contratación mixta fue que comprándoles a los chinos la tecnología que ellos quieren vender sería más sencillo conseguir financiamiento para la otra a través de créditos concesionales por el 85% del valor total del emprendimiento, con desembolsos “pari pasu” en relación con los que haga Argentina por el 15% restante. Pero las restricciones fiscales, entre otras, limitaron la contratación a sólo una.

En los primeros tramos de su gestión, el Gobierno puso énfasis en revisar en detalle los pactos suscriptos por sus antecesores con China y no tuvo apuro por cerrar ninguno. Así se abrió una instancia de frialdad aparente en el vínculo bilateral que, sin embargo, ahora la Casa Rosada tiene necesidad e interés en alimentar.

Si las avanzadas conversaciones se plasman en papel, la central a emplazar en territorio bonaerense sería contratada a la China National Nuclear Corporation (CNNC), firma estatal de primer orden, cuyo presidente es dirigente de alto rango del Partido Comunista. Sería financiada por un consorcio bancario liderado por el ICBC y el Eximbank, que aportará unos US$6500 millones a repagar en veinte años, con ocho de gracia y 4,5% por ciento de interés anual.

Otras condiciones sustantivas ya consensuadas son que el 40% de la obra será de integración local —entre obra civil, montaje y componentes— y que se reforzó el nivel de responsabilidad de la contratista china que, según un esquema preliminar de obligaciones, era difusa y acotada sólo al 1% del valor de contrato.

Pero el punto medular es que el préstamo se devolverá con la energía que genere la central. La obra estará a cargo de la estatal Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima, que tomará la deuda (con el aval del Tesoro) y la cancelará con la venta de la electricidad de la propia usina.

La deudora es NASA y al repago aportarán los usuarios de electricidad mediante la tarifa y no todos los contribuyentes como ocurriría si el préstamo hubiese sido otorgado a la Nación. Un cambio de esquema clave respecto al modelo de acuerdo que se había empezado a discutir con el gobierno anterior y que incidirá en los cuadros tarifarios eléctricos, pero dentro de al menos dos mandatos presidenciales.

Para la culminación de Atucha II y la prolongación de la vida útil de Embalse ya se instrumentó una modalidad de contratación diferente a la que prevé la obra pública convencional: NASA asume la ingeniería del proyecto y dispone de mayor libertad para elegir a sus proveedores, actuando como sociedad anónima.

Estas usinas utilizan como combustible al uranio natural y al agua pesada. Virar al uranio enriquecido implica abandonar parte del capital consolidado con esa experiencia. Pero a decir de los militantes nucleares del Gobierno, no sólo alinea al país con la tendencia más firme del mundo sino que ayudaría a desarrollar la tecnología del Carem 25, un reactor de menor porte que el país está fabricando con miras a exportar a partir del 2022, cuando esté alistado el prototipo, y en el que se invierten $2.500 millones por año, según presupuesto.

Un ex funcionario del área nuclear aseguró al Económico que la tecnología china tiene atributos superadores respecto a la de otros países líderes, según coincidieron varios estudios que se hicieron en la órbita pública. Con la construcción de veintiocho centrales, Beijing se consolida como potencia y parece un proveedor confiable.

La nueva central con reactor Hualong One aportaría 1200 megas más al sistema eléctrico local, casi el doble que otra en base a uranio natural. Las dudas surgen en torno a cómo amortizar el alto costo que siempre tienen estos emprendimientos.

Para sus defensores, esa electricidad costaría alrededor de 70 dólares el mega, muy cerca del precio promedio mayorista actual. Pero a ese número sólo se arriba si se hiciera un cálculo de todos los costos e ingresos del sector nuclear en el que hay tres usinas ya amortizadas: es muy caro construir una usina, pero relativamente económico generar luego.

Más allá de la decisión oficial de erradicar subsidios y darles protagonismo a los privados en el rubro, el gobierno de Mauricio Macri descuenta que este es un renglón de inversiones que sólo puede ejecutar el Estado por su magnitud. Este concepto, así como la elección de un proveedor chino, establece un punto de contacto fuerte con la visión del kirchnerismo, que tuvo como prioridad estratégica tender un puente con el país asiático, segundo socio comercial y buen proveedor de financiamiento para infraestructura. Cancillería debería saber a cambio de qué.

Cómo será el despliegue militar nacional e internacional durante la cumbre del G20

Por Germán Padinger - gpadinger@infobae.com - Infobae.com
Además de las unidades controladas por Argentina, se espera la participación de buques y aviones estadounidenses y otros países han aportado equipo para controlar la seguridad del evento que reúne a los líderes de los países más poderosos del mundo

A cuatro días del inicio de la cumbre de líderes del G20 en Buenos Aires, Argentina, los reportes y rumores sobre el despliegue militar y de seguridad en el evento siguen dando de qué hablar.

Nunca antes la capital argentina recibió a tal cantidad de líderes mundiales de las principales potencias, muchos de los cuales están trenzados en conflictos comerciales y geopolíticos importantes y que representan a países con históricos intereses en juego.

Al respecto, las fuerzas armadas y de seguridad de Argentina, afectadas por décadas de falta de presupuesto, debieron reequiparse para hacer frente a los desafíos en seguridad de la que probablemente sea la cumbre más importante, y peligrosa, del mundo, especialmente luego de una serie de atentados limitados ocurridos en la ciudad de Buenos Aires por militantes anti G20 e, incluso, presuntos miembros del grupo libanés Hezbollah, pero también de la frustrada final de la Copa Libertadores del sábado entre River y Boca.
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Se cree que al menos seis aviones de ataque I.A. 58 Pucará, cuatro cazabombarderos A-4AR Fightinghawk y seis aeronaves de entrenamiento I.A. 63 Pampa III pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina participarán del operativo para proveer seguridad aérea, mientras que 13.400 efectivos de la Policía Federal, la Prefectura Naval, Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria trabajarán en tierra.
Cañones antiaéreos Oerlikon de 35 mm
Cañones antiaéreos Oerlikon de 35 mm

Además, recientemente se compró un director de tiro Skyguard para las baterías de cañones antiaéreos Oerlikon de 35 mm utilizadas por Argentina.

Los diferentes anillos de seguridad comenzarán a desplegarse por la tarde del miércoles 28 de noviembre y el 29 entrarán en rigor la Zona Aérea Exclusiva, el cierre de aeropuertos y limitación de los servicios.  Esto se mantendrá durante desarrollo de la cumbre entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. A las 22.00 (hora local) de este último día comenzará el desmantelamiento del operativo.

Las principales áreas afectadas serán el centro de convenciones de Costa Salguero, donde tendrá lugar la cumbre, el contiguo Aeroparque Jorge Newbery, el museo de arte MALBA y el Teatro Colón.

El aporte de Estados Unidos

Hasta el momento se espera que el despliegue militar más importante realizado por una potencia extranjera sea el de Estados Unidos, país con históricos lazos en la región y buena relación actual con el gobierno argentino, con el cual ha cooperado con sus ministerios de Defensa y Seguridad.

Se ha reportado que un contingente de cerca de 800 personas acompañarán al presidente Donald Trump a Buenos Aires, volando en al menos 10 aeronaves de pasajeros y carga, incluyendo los enormes Boeing C-17A Globemaster III, que ya comenzaron a llegar a la Argentina, además del Air Force One del mandatario. Se trata de una flota muy superior a la de otros países que participarán en el cumbre.

De portaaviones, helicópteros y destructores

Pero, además, en los últimos meses se ha especulado desde diversas fuentes, incluyendo la agencia de noticias estadounidense Voice of America, que Washington podría enviar un portaaviones nuclear a la región del Río de la Plata, sobre el Oceáno Atlántico, o bien a una latitud similar pero sobre el Océano Pacífico.

Infobae intentó corroborar con la embajada de Estados Unidos en Argentina sobre la posible llegada de un buque de estas características, pero por cuestiones de seguridad no hubo confirmación ni negación oficial.

De efectivamente llegar a Sudamérica, el inmenso buque, una verdadera ciudad flotante, podría prestar ayuda para controlar la Zona de Exclusión de 460 kilómetros alrededor de la ciudad de Buenos Aires en la que cualquier aeronave no identificada podría ser derribada, una medida usual en las cumbres del G20.
El portaaviones USS Carl Vinson
El portaaviones USS Carl Vinson
Para esto utilizaría sus escuadrones de cazabombarderos F-18 embarcados, de los cuales un portaaviones nuclear de este tipo suele llevar cerca de 70.

Pero la posibilidad de que arribe un portaaviones nuclear a estas costas es remota por la lejanía y los inmensos costos económicos y políticos del despliegue de una de estas naves. Aún no se conoce cuál de los 11 actualmente en servicio en la marina de Estados Unidos podría ser enviado a Sudamérica a tiempo para la cumbre del G20, pero la opción, de concretarse, parecería estar sólo entre el USS Carl Vinson o el USS George H. W. Bush.

El primero se encontraba al 7 de noviembre en el puerto de San Diego, California, a unos 8.700 kilómetros de Valparaíso, en Chile, ubicado a una latitud similar a Buenos Aires, de acuerdo a los sitios de monitoreo naval Stratford y South Front. 

Mientras que el George H. W. Bush estaba, al 11 de noviembre, en el puerto de Norfolk, Virginia, a unos 10.000 kilómetros de Buenos Aires, de acuerdo a las mismas fuentes. Sin embargo, según el servicio de prensa del buque, el George H. W. Bush aún se encontraba amarrado el miércoles con motivo del Día de Acción de Gracias, por lo que su travesía al sur parecía imposible.
Un F-18 Hornet despegando de un portaaviones (Reuters)
Un F-18 Hornet despegando de un portaaviones (Reuters)
Ambos son portaaviones de la clase Nimitz, con un desplazamiento de poco más de 100.000 toneladas, más de 6.000 tripulantes, entre marinos y personal de aviación, y una velocidad máxima mayor a 30 nudos (unos 56 kilómetros por hora), con una autonomía sólo limitada por su necesidad de reaprovisionamiento de comida y otros artículos, y por la vida útil del uranio altamente enriquecido utilizado en sus reactores.

El Carl Vinson entró en servicio en 1982, mientras que el George H. W. Bush lo hizo en 2009 y es el último y más moderno de los buques de la clase Nimitz, sólo superado por el nuevo USS Gerald Ford, aún en pruebas.

Ambos pueden desplegar un enorme poder de fuego a través de sus escuadrones de cazabombarderos F/A-18 Hornet y SuperHornet, aeronaves supersónicas capaces de volar a una velocidad máxima de 1.915 kilómetros por hora, con una autonomía de 2.000 kilómetros y la capacidad de llevar una enrome variedad de armas, incluyendo bombas nucleares tácticas.

Al momento hay otros tres portaaviones desplegados en el mundo por Estados Unidos e incapaces de llegar a la cita del G-20. El USS Ronald Reagan y el USS John C. Stennis se encuentran en el mar de Filipinas realizando maniobras, y el USS Harry Truman se ubica en el Mar Mediterráneo tras participar en Noruega de una serie de ejercicios de la OTAN.
El USS Ramage en 2017
El USS Ramage en 2017
Los restantes seis portaaviones se encuentran en sus puertos recibiendo mantenimiento programado, de acuerdo a información publicada por los departamentos de prensa de cada buque, por lo que no estarían disponibles para ser afectados a la seguridad del G20.

Una segunda opción más limitada, pero quizás más realista, sería el envío de un destructor o crucero con capacidad antiaérea. En este caso, la opción más pertinente parecer ser el empleo del avanzado sistema de defensa antiaérea Aegis montado en un crucero clase Ticonderoga o un destructor clase Arleigh Burke.

Al respecto, Infobae tuvo acceso a información sobre la llegada de un único buque de guerra para asistir con el monitoreo aéreo y marítimo de la zona a pedido del gobierno argentino, lo que confirmaría la opción de que será un destructor o crucero, y no un portaaviones, que debe trasladarse con su escolta, el desplegado.

Aunque no se conoce cuál de estos buques podría ser enviado, se especula con el despliegue del USS Ramage, un destructor de la clase Arleigh Burke que a mediados de noviembre se encontraba en el puerto de Recife, en Brasil, y que está incorporado a la 4ta flota estadounidense, con área de operación en América Central y Sudamérica.
Un Sikorksy UH-60 Black Hawk
Un Sikorksy UH-60 Black Hawk
Se trata de un destructor misilístico que entró en servicio en 1995, con un desplazamiento de unas 7.000 toneladas y una tripulación cercana 300 marinos. Con su avanzado sistema de radares y de defensa antiaérea, el Ramage suele servir como escolta de portaaviones y podría ayudar a blindar el espacio aéreo.

Al posible contingente aeronaval también se sumarían tres helicópteros Sikorsky UH-60 "Black Hawk", aeronaves polivalentes de carga que pueden ser también artilladas. En el caso específico del G20, se trataría del VH-60 "Marine One" de transporte presidencial pero también de los modelos MH-60M diseñados para operaciones especiales, armados y con motores más potentes, y similares a los utilizados en 2011 durante el asalto en el que murió Osama Bin Laden, líder del grupo terrorista Al Qaeda.

Normalmente los MH-60M pueden llevar dos ametralladoras calibre .50 (12,7,mm) de tipo Gatling, una a cada lado, además de diferentes tipos de misiles y cohetes.

Los inmensos aviones de carga C-17 Globemaster III, uno de las cuales ya fue visto en los aeropuertos de Mendoza y El Palomar y otro en Ezeiza, pueden cargar dos de estos grandes helicópteros en su bodega.
Una lancha israelí Shaldag
Una lancha israelí Shaldag

También se espera la llegada de dos helicópteros Sikorsky VH-3D Sea King de transporte , junto a un contingente de infantería de marina, parte de un despliegue usual durante visitas del presidente de Estados Unidos.

Por otro lado en Uruguay, vecino oriental de Argentina, habrá también un despliegue de 400 estadounidenses entre civiles y militares, junto a ocho aviones de logística, como el C-17, y de monitoreo, como el Boeing E3 AWAC, en apoyo del operativo, según reportó el periódico El País.

Cooperación con otros países

Además del acuerdo de cooperación con Estados Unidos, el gobierno argentino ha tomado contacto con Alemania, Reino Unido, Israel, Francia, Australia y China por cuestiones de seguridad.
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China donó al gobierno argentino cuatro vehículos blindados Dongfeng CSK131, 30 motos de alta cilindrada, escáneres antiexplosivos y otros equipos, para ser utilizados en el operativo de seguridad.

Mientras que la Prefectura Naval Argentina utilizará dos de las cuatro lanchas rápidas Shaldag recientemente compradas a Israel. Estas embarcaciones estarán afectadas, junto a otras unidades, a la zona de Costa Salguero para realizar un eventual evacuación fluvial en caso de emergencia.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Investigadores de la UNS desarrollan boyas oceanográficas

(CONICET) - Un grupo de investigadores del Instituto Argentino de Oceanografía desarrolla sus propias boyas y sensores que utilizan para monitoreo medioambiental. Además, exportan a Uruguay y Portugal.
En el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO, CONICET-Universidad Nacional del Sur) de Bahía Blanca, un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) realizan estudios de los procesos físicos de las áreas costeras, fundamentalmente playas, estuarios y humedales, y de la interacción mar-atmósfera-suelo con énfasis en el estudio de ondas de tormenta e intercambio de calor. “También trabajamos en procesos físicos en lagunas y ríos”, agrega M. Cintia Piccolo, investigadora superior del CONICET y doctora en Oceanografía.

En 2005 se sumó al equipo como becario doctoral, Alejandro Vitale, actualmente investigador adjunto del CONICET y doctor en Ingeniería electrónica. “Cuando empecé con el doctorado no tenía el instrumental para hacer el trabajo de campo, entonces empecé a reciclar piezas y desarrollé un procesador de datos para interconectar todo. Luego le agregamos un módem para que transmita datos en tiempo real. Eso fue escalando y hoy tenemos un producto industrial que tiene sensores meteorológicos e hidrográficos con transmisión de datos, un soporte web, servidores y base de datos”, dice Vitale.

Y agrega: “Menos el panel solar que es de La Rioja –empresa SolarTec- está todo hecho en Bahía Blanca, incluyendo los sensores, la tornería, la pintura y la herrería. Hasta tenemos impresoras 3D donde hacemos los rotores, anemómetros y otras piezas”.

Así surgieron las Estaciones de Monitoreo Ambiental Costero (EMAC), una plataforma con un panel solar. A la torre se conectan sensores para medir diferentes variables en aire y agua: conductividad, presión, olas, sedimentos en suspensión, humedad, velocidad y dirección del viento y salinidad. Las ventajas de estas estaciones es que graban la información cada cinco minutos y la transmiten en tiempo real cada media hora a un sitio web. Además, tienen la versatilidad de ser compatibles con equipos comerciales y de tener un costo menor a insumos importados.

Ventajas

En referencia a la frecuencia con la que miden los datos, la doctora Piccolo expresa que: “Hemos descubierto que midiendo en alta frecuencia hay variaciones importantes, por ejemplo de la clorofila -un proxy de lo que puede pasar con el fitoplancton- en menos de dos días, y no lo hubiéramos visto sino hubiese sido con estas mediciones”.

Actualmente, hay más de 60 equipos instalados y una red de 40 personas en Argentina. A través de Servicios Tecnológicos de Alto Nivel (STAN) –herramienta de Vinculación Tecnológica del CONICET han suministrado boyas a Uruguay –laguna Rocha- y a Portugal para una empresa dedicada a la acuacultura.

“Otro de los beneficios es que estamos en constante control de la situación de los equipos. Por ejemplo, si un equipo falla podemos ir inmediatamente a ver qué sucede y llevar un repuesto si es necesario. Uno de los problemas de los monitoreos es la pérdida de la serie de tiempo, es decir si quedan baches de tiempo esto perjudica el análisis”, explica Gerardo Perillo, investigador superior del CONICET y doctor en Oceanografía.

Vínculo con la comunidad

Los investigadores trabajan activamente en la laguna La Salada de Pedro Luro con la Sociedad de Fomento, la Municipalidad y el Comité Interjurisdiccional del río Colorado (COIRCO). “Aportamos datos de nuestra boya más los estudios que hacemos con otro grupo del IADO que se encarga de la parte de contaminación, apoyando a todos los actores sociales, tomadores de decisiones de esta laguna para que sepan cuál es el estado del cuerpo de agua, todo esto a partir de un subsidio del Instituto InterAmericano para el Estudio del Cambio Global”, explica Perillo.

Desde el año 2012, han instalado una boya en la laguna Salada y trabajan con chicos de escuelas primarias y secundarias a los que les proveen un kit de instrumentos. “Los chicos van una vez por mes a tomar sus propias mediciones y usan los datos de la boya. A 50 km tienen el mar y además, en Pedro Luro tienen termas. A raíz de la importancia del agua hicieron una Feria de Ciencias tomando el río Colorado, la laguna La Salada, las termas y el mar. Para nosotros fue una satisfacción y una de las cosas que tiene nuestro equipo es que a través de los chicos llegás a los mayores”, explica Piccolo.

Además, a la doctora Piccolo le han pedido un trabajo puntual desde el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Bahía Blanca : demostrar que Bahía Blanca tiene las mismas condiciones climáticas que Santa Rosa, Viedma o Neuquén que son consideradas zonas frías y, por lo tanto, tienen un costo de gas más económico. “Con un trabajo de campo y análisis posteriores, como fundamentos, se puede solicitar que reduzcan el precio del gas en Bahía Blanca”, sostiene Perillo.

En la actualidad, el grupo de investigación participa por el nodo de Bahía Blanca del proyecto de Redes del CONICET denominado Pampa, que se aboca al estudio de lagunas pampeanas, una red que involucra a más de 30 investigadores de todo el país, fundamentalmente de la región pampeana y Córdoba. Como parte de este trabajo instalaron cinco boyas en lagos de la provincia de Buenos Aires, incluyendo la laguna de Chascomús y lagunas cercanas y otras como La Salada de Pedro Luro, Sauce Grande y el Dique Paso Piedras.

En cuanto a los desafíos a futuro, Vitale expresa que sería importante “industrializar un poco más las boyas, mandar a fabricarlas con un sistema de rotomoldeo íntegro de plásticos que se puedan encastrar, ampliar los laboratorios, además de poder sumar más personas porque es constante los pedidos de equipos que nos hacen. Hay muchas variables en las que necesitas una infraestructura muy delicada”, concluye.
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