(Infodefensa.com) Roberto Caiafa. El portaviones
São Paulo (A-12) fue adquirido en Francia y entró al servicio con la
Marina de Brasil a finales del año 2000, reemplazando al veterano
Minas Gerais
(A-12), un buque de la Segunda Guerra Mundial reformado en Europa en la
posguerra antes de ser incorporado a la escuadra en 1961. Dos años
después, en julio de 1963, su futuro substituto, el entonces
Foch, entraba en servicio con
Marina de Francia.
Para organizar el ala aérea embarcada del
São Paulo, la Marina de Brasil adquirió 23 aviones de combate A4K/KU
Skyhawk de Kuwait, y 36 aviadores navales de ala fija fueron capacitados en la
Fuerza Aérea Brasileira (
FAB) y en la
Armada estadounidense (
US Navy). Surgía el
Escuadrón VF-1.
Un resumen bien sucinto de 14 años de operación del navío, los
últimos no fueron libres de problemas como incendios, explosiones y
bajas en la tripulación, durante un largo y atribulado período de
mantenimiento general (PMG) iniciado en 2005.
A pesar de su baja disponibilidad actual, causada por problemas con los generadores principales de bordo, el
São Paulo
deberá continuar en los planes de la Marina de Brasil por lo menos 15
años más, período en que su cubierta de vuelo deberá recibir “nuevas”
aeronaves que actualmente están siendo modernizadas, doce aviones de
combate AF-1
Falcão y turbohélices bimotores COD/AEW del modelo
Tracker/
Tracer remotorizados.
El ala aérea del portaviones se completará con helicópteros
Sirkosky MH-16
Sea Hawk y
Airbus
EC725 (antisubmarino y antisuperfície) actualmente en proceso de
entrega. Se espera que el buque adquiera la capacidad de lanzar y
recoger sus aviones en la noche, recibiendo para eso nuevos sistemas
electrónicos y sensores de fabricación brasilera.
Nuevo portaviones
Segundo recientes declaraciones del ministro de
Defesa,
Celso Amorim, Brasil planea la construcción de un nuevo portaviones en un plazo de 15 años, los estudios hacen parte parte del
Programa de Modernización de la Marina (
PRM)
2006-2025.
Y la razón para alargar la vida del portaaviones
São Paulo,
invirtiéndose en un costoso y demorado mantenimiento y actualización,
tiene mucho que ver con el hecho de que la Escuadra no dispone, en la
actualidad, de las condiciones para ejecutar dos proyectos de esta
magnitud, comparando el ProNae junto al ProSub en términos financieros
(presupuesto), industrial y de personal (ingeniería) para la
construcción de nuevos elementos.
En pocas palabras, la Marina precisa concluir su programa de submarino nuclear, poniendo los cuatro
Scorpenne
convencionales y el SBN en servicio en la base de submarinos y
astillero en Itaguaí, para, a continuación, volcar sus esfuerzos en la
obtención de un nuevo portaaviones, algo previsto para 2025,
aproximadamente.
Se trata de un pragmatismo de planificación absolutamente consciente
frente las dificultades impuestas por impuestas por presupuestos
insuficientes y, además, expuestos a cortes y contingencias por el
Gobierno Federal.
El futuro
La Marina de Brasil desea un nuevo portaviones convencional que
desplace entre 30 mil a 60 mil toneladas, siendo capaz de operar hasta
40 aeronaves entre aviones y helicópteros, y preparado para actuar como
Centro de Comando y Controle en múltiples misiones, además de su papel
natural como nave insignia de la escuadra y vector de proyección de
poder.
Los estudios actualmente en curso apuntan a la necesidad de la
industria brasileira a asociarse con un país que ya posea la tecnología
necesaria para construir ese tipo de navío, en un programa con
transferencia de tecnología y calificación de mano de obra a medio
plazo.
Las dos opciones del proyecto que a la Marina del Brasil estudia son
de un portaviones convencional clásico y más pesado, de cubierta
angulada con lanzamiento/recuperación por catapulta y aparejo de parada,
como la propuesta
PA2 presentada por la francesa
DCNS (un
Charles de Gaulle de propulsión convencional), y, un portaviones de rampa
Sky-Jump y más leve, como el
Cavour de la
Marina italiana, construido por
Fincantieri.
Existen también propuestas de astilleros británicos y rusos para la
construcción conjunta de un portaviones para el Brasil. El fabricante de
aeronaves de combate
Saab, vencedor del Programa FX-2 de la Fuerza Aérea Brasileira con el caza
Gripen NG, ofrece el desarrollo conjunto del
Sea Gripen, versión navalizada del avión y destinada a substituir los AF-1 modernizados a partir de 2026/28, operando con
sky-jump del futuro navío.
Foto: Marinha do Brasil