El gobierno porteño reconoce que sigue habiendo sitios críticos como el microcentro; pondrá el foco en vigilar a camiones y barrenderos
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires reforzará los controles sobre el servicio de limpieza, pues admite que quedan zonas críticas y que, en el área del microcentro, donde se registra la mayor acumulación de basura por la gran cantidad de comercios y oficinas, el 40 por ciento de esa recolección no satisface, según una encuesta entre vecinos. "Muchas de las zonas críticas han mejorado y esa situación irá en aumento cuando garanticemos que se cumpla el servicio que pagamos. El microcentro ha mejorado de 4 a 6 puntos (sobre 10), según una encuesta que realizamos entre vecinos. No tengo dudas de que Buenos Aires será una ciudad ejemplo en materia de higiene urbana", dijo a LA NACION el ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo.
Según ese funcionario, el histórico problema de la basura en Buenos Aires estará resuelto dentro de dos o tres años. El macrismo en el poder lleva ya un año y medio y espera actualmente que la Legislatura sancione una ley por la que se reestructurará el servicio de higiene de la ciudad, cuyos contratos caducaron en febrero pasado y el gobierno los viene renegociando mes tras mes.
Como parte de ese programa, anuncian que la ciudad intensificará los controles con GPS y monitoreo permanente en los camiones de residuos para certificar que cumplan los servicios acordados. Esta modalidad también la aplicarán a los 2100 barrenderos que cada día limpian las calles de la ciudad. "Al modificar esta metodología de control, garantizaremos el cumplimiento del servicio y habrá un gran cambio en la limpieza en las calles, que será muy notorio", dijo Piccardo al establecer que en tres meses el trabajo de los barrenderos será controlado por más inspectores del gobierno.
Si bien las autoridades porteñas consideran que han logrado mejorar 50 por ciento la limpieza de las calles durante esta gestión, la acumulación de residuos es una fotografía recurrente, después de las 19, en el micro y macrocentro porteños y en Almagro, San Telmo, Balvanera, Liniers y Retiro, entre otros barrios. Como también es común la presencia de roedores entre los desperdicios.
En varias recorridas realizadas por LA NACION se advirtió acumulación de basura, aún después del horario de recolección, en el cruce de Alem y Corrientes; en Humberto I, entre Defensa y Bernardo de Yrigoyen; en Independencia y Tacuarí; en Belgrano y Defensa, y en la avenida Avellaneda, entre otros sitios. Durante la mañana siguiente, en cambio, las zonas céntricas amanecieron limpias, no así algunas comerciales.
Por su parte, las empresas consultadas protestan porque dicen que muchos vecinos sacan la basura fuera de horario. El gobierno informó que en lo que va del año labró 2366 actas de infracción a empresas y a particulares por esa razón. Piccardo promete para este año impulsar la separación en origen, que implica que los vecinos deberán discriminar los residuos en secos y húmedos. Dice que será una campaña dentro de las denominadas "Jugá Limpio", que se ven desde fines de 2008. La creencia es que esto ayudará a los cartoneros a no hurgar en las bolsas para obtener cartón y plástico.
El gobierno envió el año pasado a la Legislatura el pliego de bases y condiciones para una nueva licitación de higiene urbana, cuyo plazo será por diez años. Después de varias audiencias públicas, hubo cambios en el proyecto original, que divide la ciudad en tres zonas (al Ente de Higiene Urbana se le deja sólo una porción en el sector sur), y que contempla seguir con la recolección por área limpia y no por tonelaje de basura recolectada.