Por EZEQUIEL M. CHABAY - Cronista.com
En una entrevista con El Cronista, el Presidente asegura haber culminado una gira positiva por Europa, adonde transmitió una continuidad en el cambio de rumbo que adoptó su gobierno y tomó nota de las inquietudes de los inversores.
En sus últimas horas por Europa, el presidente Mauricio Macri hizo un balance positivo de su gira de una semana por Rusia, Suiza y Francia, adonde aseguró haber mantenido “reuniones positivas” con las autoridades políticas (Vladimir Putin, Ángela Merkel, Emmanuel Macron, y el primer ministro holandés Mark Rutte) y con los empresarios interesados en sus capitales en el territorio nacional.
Visiblemente cansado tras haber atravesado múltiples vuelos, traslados y temperaturas (- 7° C en la gélida Moscú, 3° en la villa alpina de Davos, y 13° en una París agradable), pero de buen humor, el Presidente recibió a El Cronista y otros medios nacionales, en la que subrayó el reconocimiento a su programa de reformas en la Argentina.
Macri vuelve a la Argentina entusiasmado con el espaldazo internacional por su rol en el G20, el foro para la concertación de políticas para la gobernanza macroeconómica y financiera mundial, que este año preside, y la aprobación del estabishment de Foro Económico Mundial de Davos, pero consciente de los desafíos que restan para recibir más inversiones que colaboren en su objetivo de reducir la pobreza y generar más empleo.
Para ello, avisó, buscará avanzar en la reducción de costos para la productividad, con acuerdos sectoriales, y el cambio de reglas de cara a los gremios, de los que lamentó su “reacción negativa” ya que “no entienden que todos tenemos que estar permanentemente desarrollando nuevas capacidades”.
Coincidencias económicas con el Kremlin
En el inicio de su gira por Rusia, ¿le ha manifestado a Putin su preocupación por Venezuela? En lo económico: ¿hubo conversaciones para impulsar la inversión? ¿Qué sucede con la central nuclear heredada del kirchnerismo, y nunca concretada?
Todo eso fue parte de la conversación. Putin dijo claramente que no tiene sentido el poco comercio con las relaciones históricas que tenemos, siendo el país de Latinoamérica con la mayor cantidad de descendientes rusos. Para ellos, los ejes importantes son la energía y el transporte. La mayoría de las centrales hidroeléctricas tienen turbinas rusas, y hacer la puesta a punto de las actuales.
Además, a los rusos les gustaría empezar a hablar de la sexta central nuclear, pero para nosotros no es tan prioritario ahora, ya que estamos en obras con la cuarta y quinta.
Ambos reconocimos el interés en la exploración y explotación del uranio, con una gran posibilidad en Chubut y en Salta. También nos parece importante asociarnos en el desarrollo del reactor nuclear Carem, para terminar su etapa final y mejorar la comercialización. Y en esa línea nos pone muy contentos haber ganado el concurso con el Invap para proveer a Holanda de un reactor, superando en la pulseada a Francia y Corea del Sur. Yo estoy convencido de que hemos tenido una gran ayuda del rey y la reina, que han querido marcar un gesto de afecto.
La Argentina vuelve al mundo y quiere participar en los organismos multilaterales… ¿entones, qué piensa el presidente argentino del liderazgo de Putin, de la anexión de Crimea, del apoyo incondicional al líder sirio Bashar Al-Asad?
Es muy difícil opinar acerca de la política exterior de Rusia, siendo que hay lineamientos que vienen de décadas. Sí estoy en condiciones de reconocerle un fuerte liderazgo, con un acompañamiento por parte de su gente casi único en el mundo.
Un gobierno aprobado en términos generales
Habiendo palpado el termómetro de los empresarios, ¿se lleva alguna idea que deba ser traducida en una reforma proyecto particular?
Yo diría que hay dos planos, distintos, pero que se conectan. Primero, el plano político e institucional. En Davos se transmitió un gran respeto para este nuevo posicionamiento de la Argentina en el mundo. No por nada nos han dado la presidencia del G20, algo que decidieron los países más importantes del mundo. Realmente ven una coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, por acompañar la solución de los problemas globales, nuestro compromiso con el cambio climático, y lo ven en la velocidad con la que hemos empezado a incorporar energías renovables. Ha sido tal el éxito de la licitaciones que hemos tenido, que el mundo se maravilla y sorprende, que a la vez genera una gran oportunidad de inversión para las empresas del mundo.
También reconocen el giro hacia la transparencia y el intercambio de información, dándole una dinámica a la UIF para luchar contra el narcotráfico, el lavado de dinero, el terrorismo, y lo hacemos de una manera muy profesional. El mundo se sorprende de la calidad de profesionales que tenemos en la UIF. Es un salto muy grande respecto a lo que había, que eran personas que estaban más bien para tapar cosas.
Todo eso va confirmando que la Argentina entró en un camino de vinculación e integración inteligente. Algo que confirmaron también Macron, Merkel y el primer ministro holandés, Mark Rutte, es el ingreso a la OCDE. Argentina hoy está número 1 para entrar a la OCDE, y eso va a ser un paso muy importante. Hay una gran cantidad de buenas prácticas a las que nos estamos comprometiendo que ya muchas las empezamos a implementar. No esperamos, sino que las empezamos a instrumentar, sin ser miembros, porque son buenas. Los argentinos no debemos volver a inventar la pólvora. Si esos países han implementado acciones que los hayan ayudado a reducir la pobreza, bueno, entonces implementémolas. En el camino, ojalá, encontremos cosas que las mejores, pero mientras tanto implementemos lo que ya sirvió.
¿Cómo evalúa la reacción ante la Argentina en este Foro Económico Mundial?
En Davos hubo una mayor intensidad, muy distinta a la visita anterior (n. de r.: enero de 2016). Ahora saben que esto va en serio, y por eso escuchamos a muchos empresarios sorprendidos porque lo que les dijimos hace dos años, se cumplió. Y nos vinieron a decir que ratifican inversiones, o que aumentaban sus inversiones, y otros que asumieron su demora en entrar, pero que ahora lo confirman: es el caso de los japoneses, que van a entrar a invertir en tres sectores. Recibimos un mensaje coherente. ¿Y qué demandan? Siempre, alguna aclaración más. Ellos piden que las reglas de juego sean claras. Si es así, nosotros sabemos qué hacer.
¿Usted atribuye la cautela de los inversores a eso?
Sí. Son dos años contra décadas de cambiar siempre las cosas, de no cumplir…
¿Y en legislación laboral, hay un tema pendiente de cara a los empresarios?
También hubieron planteos acerca de la necesidad de trabajar en pos de la productividad. Yo les he dicho que eso es un cambio muy grande, y que en la Argentina hemos vuelto a apostar a la cultura del trabajo, a la modernización, a la capacitación, y creemos ver liderazgo en las empresas. Queremos que estas mesas que hemos iniciado, en busca de productividad a través de los acuerdos sectoriales, se diversifiquen y se aceleren.
El mejor ejemplo es del caso de Vaca Muerta. Total, por ejemplo, confirmó sus inversiones, y el CEO de Shell, con quien no me pude reunir, pero tuvimos una charla informal, me confirmó que está muy contento. Esto va a generar cada vez más inversiones, nos va a devolver la capacidad de contar con gas propio y para exportar a Chile, lo cual produce más trabajo.
¿La búsqueda de inversiones no genera una mayor necesidad por bajar los costos de infraestructura, y también la inflación?
Yo estoy muy agradecido por el acompañamiento del mundo, que ha entendido este camino gradual que hemos elegido para cuidar a nuestra gente y para hacer parte de estos procesos de cambio a todos los argentinos. Ellos creen en eso, en la Ley de Responsabilidad Fiscal, que va a bajar los impuestos, y que va a bajar la inflación. Saben y nos dicen que trabajar con inflación es muy complicado. Nos hemos quedado casi solos, ¿no? Para el resto del mundo este tema casi no existe.
L’Oréal, en las reuniones acá en Francia, nos dijo que están felices por cómo evoluciona la cosa, y por eso van a ampliar una planta de producción, tomando la huella de carbono, para ser más sustentables, mejorando la producción y con vistas a volver a exportar a Latinoamérica. Y nos dicen, que cuanto más rápido logremos bajar la inflación, más van a invertir, porque creen en los recursos humanos de la Argentina. Tambié Nestlé confirmó que hará unas fábricas nuevas. Así que es muy positivo.
Macri-Macron, un diálogo extenso cara a cara
¿Qué lectura hace del encuentro con Macron? ¿De qué hablaron durante la cena a solas?
Te diría que hay dos puntos. El primero es el fuerte respeto que marcó Macron a la Argentina, reconociendo una fuerte relación histórica, cultural, de lucha por los derechos humanos y la democracia. Hay un intenso intercambio cultural, por el que hicimos mucho desde la ciudad de Buenos Aires para mantenerlo vivo durante el tiempo de aislación kirchnerista. El segundo plano tiene que ver con el G20. Él hizo un fuerte hincapié en el liderazgo argentino, y que este es un año profundo para discutir temas que están sobre la mesa de la realidad mundial. Ligado a eso, ratificó que para Francia es una prioridad llegar a un acuerdo Unión Europea-Mercosur, lo que para mí ya es como natural: tiene que ver con profundizar lazos, profundizar cooperaciones técnicas correspondientes, inversiones, y allá viene el comercio.
Usted dijo que esperaba volver a Buenos Aires con “una buena noticia”… ¿la encontró, o esperaba un poco más?
Por supuesto, él marcó que tiene un delicado frente interno con el tema de la agricultura, y especialmente hoy se está focalizando en la carne. Pero dijo que hay que llegar a un acuerdo, y eso lo ratificamos en la comida de después. Hay que llegar a un acuerdo (con Europa) porque es muchísimo lo que tienen para ganar los habitantes de ambas regiones con un mayor intercambio.
Pero los franceses bloquean…
Tanto la Argentina como Francia tienen su peso, pero la verdad es que me sorprendió gratamente la claridad y la contundencia con la que el presidente Macron se pronunció a favor de llegar a un acuerdo, y buscar la forma de balancear las cosas. Lo mismo buscamos nosotros: empujamos la mayor apertura posible para nuestra agroindustria, y velamos por la mayor transición posible para la industria. Cada uno guarda y espera lograr la transición más acompañada posible para sus respectivos intereses.
¿Hasta dónde está dispuesta la Argentina a hacer un esfuerzo, para transformar esas “líneas rojas” de las que habló Macron a sus agricultores días atrás, en “líneas verdes”?
Estamos haciendo el máximo esfuerzo. No solo la Argentina, sino también Paraguay, Uruguay y Brasil. Por eso el canciller (Jorge Faurie) está confiado en que, a partir de la semana que viene, vamos a progresar en esto que es solamente el acuerdo político, al que vendrán luego meses esto es algo que se empezó a negociar antes de que yo hiciera silla. O sea que no termina más.
Había tres temas contenciosos entre la Argentina y Francia: las patrullas para la Armada, la deuda por el gasoducto de la época militar, y el pago al grupo Suez. ¿Cómo avanzan esas situaciones?
Ellos han venido con una nueva oferta para las lanchas, ya que el primer precio me pareció excesivo. Necesitamos equipos nuevos, mientras estamos en medio del debate sobre el nuevo rol de la defensa y la seguridad, pero los valores nos impedían aceptar la oferta. Ellos, diría yo, son insistentes vendedores, con lo cual acomodaron su oferta, haciéndola más competitiva, y les prometí nuestro mayor esfuerzo para estudiarla. Obviamente, no estamos obligados a comprar, más allá que hubiera un intercambio de cartas de intenciones sobre las propuestas.
El tema del gasoducto, a diferencia del caso Suez, que está en vías de solución, viene de hace casi 50 años. Ya es difícil encontrar papeles; hay, además, un fallo de la Corte que ha dicho que el asunto prescribió, pero también le dije (a Macron) que no queremos tener conflictos eternos, con lo cual veremos si se puede volver a hacer un estudio del tema. Ellos plantean un arbitraje, pero legalmente no hemos de momento encontrado todavía una solución.
¿Eso no impide que el Estado francés garantice las inversiones de sus compañias?
Sí. Al quedar el tema del gas en cabeza de la Coface (n. de r.: Compañía Francesa de Seguros para el Comercio Exterior, creada en 1964 bajo la órbita estatal, y privatizada en 1994) está restringida la cantidad de garantías a emitir, y también sucede algo similar con la BPI (Banca Privada de Inversión). Por eso estamos intentando resolver todos los casos. Queremos ser en el mundo gente cumplidora, que tiene palabra. Esos somos lo argentinos. Por eso tratamos de ir cubriendo los temas en el Ciadi, pero nos han dejado bajo la alfombra, peor de lo que pudimos imaginar.
Mi mensaje, en todos los lugares, es que los argentinos queremos ser socios confiables para resolver los temas globales, desarrollar proyectos económicos en conjunto, que vengan y que den trabajo en la Argentina. En lo bilateral, ellos hacen su juego, llevando las situaciones al máximo, pero yo estoy acá para defender los intereses de los argentinos.
Inserción inteligente al mundo
¿Qué posición va a tomar como líder del G20? ¿La Argentina va a tener un papel de coordinador, o involucrado en temas específicos?
Como responsable de conducir este G20 vamos a tratar de llevar adelante nuestra visión y buscar acuerdos sobre el futuro del trabajo, el impacto del mundo digital, cómo se cobran los impuestos, la consecuencia de las monedas digitales, y más. Esperamos llegar a fondo y obtener respuestas.
También el debate va a girar en torno a la educación. Como lo dije en Davos, el gran problema que estamos teniendo es la reacción negativa de los gremios, que no entienden que todos tenemos que estar permanentemente desarrollando nuevas capacidades. Especialmente, los maestros, que deben preparar a nuestros hijos para trabajos que hoy no existen. El debate acerca de cómo persuadir a los gremios va a ser algo fundamental.
El segundo tema a profundizar es el de la infraestructura, con mucho interés en Davos. Hay mucho interés en los proyectos de Participación-Privada (PPP), y muchos bancos quieren acompañar a empresas argentinas y extranjeras en sus ofertas, y particularmente en Francia con el transporte, sobre todo en el ferrocarril, y en el tema aeropuertos.
El tercer punto es, para la Argentina, campo de gran peso, como lo es la seguridad alimentaria, para ver cómo producimos más alimentos, sin descuidar el medioambiente. Hay un debate acá sobre qué tipo de fertilizantes se puede utilizar, qué tipo de modificaciones genéticas son viables… esto también me lo manifestó Bill Gates, ya que debemos tener cuidado, pero sin innovación genética, no podremos incrementar la cantidad de producción de alimentos. Por eso hay que estudiar el tema en base al análisis riguroso, teniendo en cuenta que la prioridad es el medioambiente, y sin caer en extremismos.
El frente interno, con desafíos a la vista
Se acercan las negociaciones paritarias, y el Gobierno se propone bajar la inflación al 15%. ¿Lo que está pasando en el frente sindical, y el evento con el Ministro de Trabajo, puede llegar a afectar esa meta?
Las paritarias son libres, así que cada sector verá qué es lo que puede hacer en función de su realidad. Queda claro que en la Argentina tenemos que ir rumbo a reducir el valor de los bienes y servicios. Nos sorprendemos de ver cómo la gente cruza a Chile para comprar las cosas que valen la mitad, y eso quiere decir que hay mucho que hacer por el lado empresario y del Gobierno para reducir el costo de vida de la gente.
Después, en el caso de las paritarias del Estado, más allá de la inflación, tiene que ver con qué podemos pagar. La gente ya no puede pagar más impuestos, y nosotros nos hemos comprometido a bajar la carga tributaria, que en la década anterior se fueron a cualquier lugar, impidiendo la creación de trabajo. Eso ha provocado que crezca la economía en negro, indefensa y sin seguridad social. Ahí cada municipio, provincia y la Nación tendrán que ver de pagar los sueldos que le permitan los impuestos que recaudan. No hay otra manera, ya que todos estamos comprometidos con cumplir para crecer. Cada intendente, gobernador y funcionario nacional tiene que ser austero con su presupuesto, y así permitir que se genere empleo en el sector privado.
¿Le preocupa la suba del precio que tuvo en la última semana el dólar, y su impacto en la inflación, ya que es tema recurrente para los empresarios?
No. Nosotros tenemos que bajar la inflación para volver a pensar en pesos. El dólar viene actuando en forma libre, con flotación, y sube, y baja, y eso no es algo a lo que debamos plantear mucha atención. Nosotros tenemos que pensar en pesos, en trabajar, en hacer las cosas bien, y en reducir los precios de las bienes que fabricamos y de los servicios que prestamos para que, y en esto insisto, cada vez más gente pueda acceder a más bienes y servicios, y vivir cada vez mejor.