Por Edgardo Aguilera - Ambito.com
El malestar en las tres Fuerzas Armadas por quedar afuera del 15 por ciento de aumento en el haber otorgado a la Administración Pública Nacional alimentó cuestionamientos a decisiones del presidente Mauricio Macri. "Antes de desplegar efectivos a las fronteras queremos que haya un plexo legal que cubra esas tareas que en esencia remiten a la seguridad interior", manifestaron a este diario fuentes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de las jerarquías más afectadas.
"No creemos que alcance con un decreto tal como se había hecho en el Gobierno anterior al reglamentar la ley de Defensa y autorizar el empleo de los militares sólo contra Fuerzas Armadas de otros Estados". "Esperamos primero la derogación del decreto 727/2006, por el que Néstor Kirchner reglamentó la ley de Defensa Nacional y estableció que "el sistema de defensa debe orientarse estructural y organizativamente hacia la conjuración de situaciones de agresión externa perpetradas por Fuerzas Armadas de otro Estado", agregaron los militares a este diario.
"Nos parece que es el momento de que se debata en el Congreso que es el ámbito natural para modificar la ley de Defensa ya que las tareas a ejecutar según lo anunció el Presidente implicarían empeñar medios y recursos humanos en operaciones que rozan la Seguridad Interior". Se huele la bronca por el destrato en materia de salarios.
El Boletín Oficial del lunes publicó el aumento del 8 por ciento (sólo se dio el 15 por ciento en tres cuotas a jerarquías bajas desde soldado voluntario hasta mayor), más dos sumas fijas "no bonificables y no acumulables" que representan una vuelta atrás en la liquidación del haber a semejanza de la política que ideó Domingo Cavallo en los 90.
La medida salarial de Macri abrió la puerta a nuevos juicios por discriminación y errónea determinación de las escalas salariales como ya existen por miles en la Justicia de la seguridad social. Los uniformados recalcaron que: el titular del Ejército puso reparos al anuncio que hizo Macri en el acto del día del Ejército de utilizar el instrumento militar en apoyo de operaciones contra narcoterrorismo y delitos trasnacionales en áreas fronterizas.
Se adivina que la definición del jefe militar será el libreto para ralentizar la iniciativa del Ejecutivo, una devolución de atenciones ajustada a explicaciones operativas y legales- por el magro aumento concedido a las fuerzas- Las fuentes recitaron de memoria la frase del teniente general Claudio Pasqualini: "Por cuestiones normativas y de reglamentación no podemos ocuparnos de seguridad interior". "Si se cambia la normativa, podríamos hacerlo en un futuro con equipamiento y entrenamiento. Llevaría tiempo poder implementar cambios en las tareas del Ejército", declaró Pasqualini minutos después del discurso que dio Macri en Campo de Mayo.
Traducido, dificultan que el despliegue de los efectivos pueda cumplirse según el cronograma que Macri definió en la reunión de seguimiento de Defensa efectuada en Olivos el 29 de junio pasado. Ése día expuso Oscar Aguad, acompañado por el teniente general Bari del Valle Sosa, jefe del Estado Mayor Conjunto. Se diría el fogonero de este nuevo paradigma que percibió gusta al Poder Ejecutivo, deseoso de encontrar un rol para las FF.AA. que en su interpretación están congeladas en el siglo pasado.
En esa reunión, Macri, rodeado de las mentes pensantes en el métier: el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, quien coordina temas sensibles de Cancillería, Defensa y Seguridad y la experta en ascenso, Paola Di Chiaro, subsecretaria de Asuntos Globales, estableció la agenda del plan de despliegue a las fronteras. La primera tanda arrancaría el 1 de agosto. Las Fuerzas Armadas trasladarán a 500 efectivos del Ejército, 40 pilotos de las Fuerza Aérea, 8 helicópteros y 3 aviones IA-63 Pampa en apoyo a la Gendarmería y la Prefectura.