Mientras, la ministra de Seguridad busca sacar policías de las oficinas para mandarlos a patruller las calles del GBA.
El presidente Mauricio Macri y los ministros de Defensa, Oscar Aguad, y Seguridad, Patricia Bullrich, definirán el martes un esquema para movilizar “3 mil suboficiales del Ejército a la frontera”, informaron fuentes gubernamentales a Clarín. Los militares no cumplirán funciones policiales, sino solo de apoyo logístico según lo estipulado por los decretos de la ex presidenta Cristina Kirchner del 2011 que dieron lugar al “Operativo Escudo Norte” de la ex ministra de Seguridad Nilda Garré y el ex número dos de esa cartera, Sergio Berni.
Una alta fuente de Defensa afirmó que "la presencia del Ejército en la frontera está en etapa de estudio. Nada se decidió aún" sobre cómo será la movilización. Sin embargo, otras fuentes confirmaron que "ya está tomada la decisión política" y lo que se discute es cómo instrumentarla, aunque ya se sabe que la movilización a la frontera será consensuada y escalonada.
Mientras tanto, fuentes del ministerio de Seguridad señalaron que Bullrich “no sacará 3 mil gendarmes de sus 800 puestos de frontera o prefectos de sus 250 porque no quiere descuidar el decomiso de drogas que aumentó el 200 por ciento en los últimos dos años”. Sin embargo, la ministra impulsa una “reestructuración operativa” de la Policía Federal, la Gendarmería, la Policía de Seguridad Aeronáutica y la Prefectura para sacar más efectivos de las oficinas y ponerlos en las calles de la Capital, el Gran Buenos Aires y otros populosos centros urbanos del país. Desde el 2016, Bullrich ensaya, sin éxito hasta ahora, varias fórmulas para reforzar el control fronterizo,
A la reunión del martes de Macri, Aguad, Bullrich también asistirán los cada vez más influyentes secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Fulvio Pompeo, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Bari Sosa. El esquema que se definirá descartó la idea original de darle estado policial a 3 mil militares por dificultades legales y políticas que plantean las leyes de Defensa Nacional y Seguridad Interior que datan de la década del 80. Sin embargo, decenas de suboficiales hicieron consultas informales con Seguridad porque de pasarse a Gendarmería ganarían casi el doble de sueldo, entre otras ventajas.
El proyecto también se descartó porque varios generales del Ejército habían adelantado que pedirían el pase a retiro como forma de protesta ante una medida como esa que significaría otra pérdida de tropas. Actualmente, el Ejército se quedó solo con 6.100 oficiales, 23.300 suboficiales y 19 mil soldados voluntarios.
El retraso en dar una definición sobre el futuro de las FF.AA., que se pensaba iba a ser anunciado luego de la tragedia del submarino ARA San Juan en noviembre del año pasado, creó inquietud entre mandos militares, que temen que todo sea una excusa para reducir aún más a la estructura castrense. Después de todo, la tragedia de Once de 2012 obligó al gobierno de Cristina a invertir en equipamiento ferroviario, pero no se dio una respuesta similar frente al naufragio del San Juan.
Las fuentes agregaron que temen que detrás de este nuevo esquema “se esconda una intención de liberar inmuebles como cuarteles y campos de instrucción o planes para darle un gerenciamiento privado a la sanidad militar a fin de recaudar fondos y reducir el déficit”. En estos mandos militares se vería con agrado ser consultados, desde el punto de vista técnico, sobre en qué unidades se podría reducir efectivos para mandar a las fronteras según una perspectiva estratégica.
Ademas, en el Ejército, en particular, desde hace varios meses "se demoran los ascensos, no se terminaron de blanquear los sueldos, se redujeron las agregadurías militares en el exterior y se detecta una nula inversión en nuevos equipamientos", entre otros problemas.
Pero la mayor preocupación de los militares es que, hasta ahora, por las definiciones públicas que se conocen “el gobierno le está dando a las FF.AA. un rol secundario detrás de las fuerzas de seguridad”.
La semana pasada, Macri anunció la necesidad de que las Fuerzas Armadas brinden "apoyo logístico a las fuerzas de seguridad", al encabezar el acto por el 208° aniversario del Ejército. Al día siguiente el CELS y un grupo de intelectuales asesorados informalmente por Garré y su sucesor en Defensa, Agustín Rossi, salieron a afirmar que el Gobierno quería usar a los militares para la “represión interna”, lo que preanuncia el intenso debate que generará cualquier paso en esta dirección.
Sin embargo, durante las gestiones de Garré y Rossi con el operativo “Escudo Norte” efectivos del Ejército patrullaron la frontera acompañados por un gendarme, haciendo tareas de seguridad interna. De esta experiencia, el gobierno de Cambiemos sacó varias lecciones. “Movilizar militares por movilizar solo creó una enorme deuda con los militares por los viáticos. Hay que definir funciones concretas con una lógica de productividad”, contó una alta fuente del Gobierno.
Mientras Aguad tiene que definir una nueva función estratégica de las fuerzas armadas, Bullrich necesita por ejemplo que batallones de ingenieros del Ejército “cierren pasos no habilitados de la frontera o abran otros”, entre otras misiones de apoyo logístico contra el narcotráfico y otras nuevas amenazas. La ministra se queja, en privado, porque las fuerzas de seguridad federales tienen que hacer tareas de prevención en las provincias que corresponden a las policías provinciales.
En una entrevista con el programa Animales Sueltos, que conduce Alejandro Fantino, Bullrich dijo el lunes que "no se está pensando el ejército mezclado con las fuerzas de seguridad federales... El decreto (727 del 2006) que dejó Garré genera una sola hipótesis de conflicto”. Este decreto reglamentario de la Ley de Defensa dice que las ff.aa. solo puede actuar frente a la agresión de “un estado extranjero”. En ese sentido, Bullrich preguntó: "¿el ISIS (el estado islámico) es un ejército o una fuerza armada extranjera? ¿Hezbollah que voló la AMIA en Argentina es un estado extranjero? No. Con este criterio, el ejército americano no podía actuar en el 11-S porque los terroristas de Al Qaeda no eran un ejército que atacaba”.
"Nosotros lo que tenemos que hacer como Gobierno es no pensar el futuro con el espejo retrovisor del pasado y decir 'si estas fuerzas armadas participaron de una dictadura no pueden hacer nunca más nada en la vida', para eso no tengamos fuerzas armadas. Tenemos que ser capaces de mirar con los ojos del presente, que es pensar que estas fuerzas armadas, que además son todos hombres y mujeres ya nacidos en la democracia, tienen que poder tener la confianza en que trabajen en aquellas hipótesis que pueden ser peligrosas para nuestra sociedad, y eso es lo importante". No obstante, aclaró que esas hipótesis "no es la seguridad interna o para ir atrás de un motochorro, para eso están mucho más preparadas las fuerzas policiales y la gendarmería". Consultada por cuáles serían las posibles tareas del Ejército, afirmó: "Estar mucho más en la frontera, más presente, tener un despliegue como tiene Brasil en sus fronteras". Entonces, el nuevo modelo de seguridad y defensa es Brasil.