El Gobierno contempla crear un fuero especial y acotar los plazos procesales en causas que involucran a inmigrantes.
Tan polémico como pragmático. Así se prevé la letra fina de un proyecto de ley que prepara en sigilo el Gobierno para acelerar los procesos de expulsión de extranjeros en condiciones irregulares o con causas judiciales pendientes. En los últimos días comenzó a redactarse un proyecto de ley que prevé reformular la actual ley de migraciones con un objetivo: avanzar en los demorados procesos de expulsión de extranjeros en situaciones jurídicas contrarias a las normas de la Argentina.
Según revelaron a LA NACION fuentes calificadas de la Casa Rosada, el proyecto de ley se está elaborando entre los ministerios de Seguridad, Justicia e Interior. En este último caso, bajo el mandato de la Dirección Nacional de Migraciones. Sustancialmente, lo que plantearía el nuevo proyecto de reforma a la ley de migraciones será:
- Fuero migratorio. La intención sería crear un fuero especial para tratar allí todas las causas judiciales en las que estén involucrados inmigrantes extranjeros con problemas judiciales. En el Gobierno aducen que en la justicia ordinaria hay casos que llevan muchos años frenados porque los jueces están atiborrados de causas y no dan prioridad a los casos de ciudadanos extranjeros. Un fuero migratorio especial -evalúan- agilizaría esos casos.
- Acotar plazos. La intención de la reforma a la ley también sería reducir los plazos y pasos de recusación de una causa. "Hay una industria de la recusación y una avivada de los abogados que hace que un caso de un delincuente extranjero con pruebas fehacientes de un delito demore muchos años por las recusaciones que se presentan", dijo un funcionario del Gobierno que trabaja en este tema. Hay casos en los que un juicio se puede extender por 400 días hábiles en primera instancia por la flexibilidad que permite hoy la ley de migraciones en cuanto a pedidos de recusación.
- Diferenciación de figuras. La intención de la iniciativa oficial de reforma también es ajustar la figura de reincidente de un delito. Es que en muchos casos el extranjero se va del país con una causa penal, pero al volver a delinquir nuevamente en la Argentina no se lo considera reincidente y extiende los plazos de permanencia en el país.
Desde lo conceptual, el Gobierno busca establecer una clara diferencia entre aquellos extranjeros que delinquen y que deben ser expulsados de inmediato de aquellos que están radicados con sus papeles al día y dispuestos a trabajar.
Según datos oficiales a los que accedió LA NACION, en la Argentina existen en la actualidad unos 15.000 extranjeros en condiciones de ser expulsados por diversos motivos que van desde irregularidades en su documentación de radicación hasta casos de acusados de delitos.
A la vez se estima que el 30% de la población del sistema penitenciario federal son casos de extranjeros con condena o proceso en condiciones de ser expulsados. Se trataría de unos 3500 extranjeros cuyas causas judiciales fueron postergadas en el tiempo por la demora de los jueces o por una eventual situación de aprovechamiento de los abogados que utilizan los resquicios legales actuales para alargar los plazos de permanencia. En el Gobierno evalúan que "la mano garantista" que imperó en la administración kirchnerista de los últimos años hizo que exista un parate absoluto de las expulsiones de extranjeros con causas penales. De esta manera se supo que en los últimos 10 años, la Argentina expulsó a 70 extranjeros con causas judiciales y delitos comprobados. De ese universo, 30 fueron eyectados del país durante la actual administración macrista en este último año.
Las autoridades de la Dirección de Migraciones, por su parte, destacaron a LA NACION que "no existe una política de expulsión, sino que, por el contrario, la Argentina es un país altamente receptivo de inmigrantes". Esto lo fundamentan con cifras: en lo que va de este año se efectivizaron 280.000 trámites de radicaciones de extranjeros en el país. Así, la Argentina es uno de los países de América latina con mayor índice de radicación de extranjeros. En Brasil, el año último hubo 70.000 trámites de radicación de extranjeros, y en Uruguay apenas 3000.
"No se puede decir que el gobierno de Macri es expulsivo. Todo lo contrario. Es inclusivo. Pero hace falta cumplir a rajatabla la ley y evitar abusos legales para aquellos que delinquen", graficó un funcionario del Gobierno que trabaja en el proyecto de reforma. Como ejemplo de ello, el funcionario explicó que el plan para albergar a 3000 refugiados sirios es una estrategia de inclusión que no todos los países de América latina llevan adelante.