Es la visión del Gobierno en su Plan Productivo; las empresas destinan aquí una cuarta parte de lo que aportan las europeas; admite alta presión tributaria y falta de infraestructura
Los conceptos "creación de empleo" y "transformación" inundan el Plan Productivo Argentino a la australiana. Esas palabras surgen en 17 oportunidades en un total de 174 que tiene el plan oficial al que accedió LA NACION. En esa nube de palabras -que oficia de ránking-, aparecen detrás "crecimiento", "competitividad" y "productividad" (14), "infraestructura", "mejora logística" y "energía" (13), y finalmente, "apertura de mercados de crédito" e "inversiones" (9).
Las inversiones privadas escasean en la Argentina. Bien lo sabe el Gobierno, que hoy inaugura con una elevada expectativa el llamado "Mini Davos", calificación del Foro de Negocios e Inversiones que en la Jefatura de Gabinete tratan de olvidar. Será en el simbólico Centro Cultural Kirchner (CCK), y el plan sobrevolará buena parte al menos de las exposiciones oficiales.
De acuerdo con ese programa, en base a datos de la Secretaría de Transformación Productiva (STP) y números del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT), "las empresas argentinas privadas invierten poco en innovación, investigación y desarrollo (I+D)". Entre 2010 y 2012, los últimos datos disponibles, el país desembolsó 1,4% del total de las ventas en innovación (casi cuatro veces menos que Alemania) y 0,3% en I+D (tres veces menos). En una comparación regional, las empresas brasileñas invirtieron en 2009-2011 un 2,4% de su facturación global en innovación y un 0,8% en I+D. En Francia, por ejemplo, los programas de innovación de las compañías se llevan cerca del 3,1% de las ventas totales. La I+D, un 2,5 por ciento.
El mismo Plan Productivo Argentino, documento confidencial al que accedió LA NACION, parece dar una respuesta al porqué las empresas no apuestan a innovar y desarrollar en el país: allí aparecen altos impuestos, falta de financiamiento, escasez de infraestructura, poca mano de obra calificada y un clima de negocios poco amigable para atraer nuevas inversiones.
Limitantes
Como anticipó LA NACION una semana atrás una de las principales causas que limitan la inversión privada en el país es la elevada carga impositiva: la presión tributaria representa el 137,4% de las ganancias comerciales de las empresas. Según el mismo Gobierno, un empresario argentino tiene que generar cinco veces más riqueza que uno chileno para pagar los impuestos.
Los ejemplos que ofrece el sector privado son elocuentes a la hora de explicar el problema. También son causa, en parte, de los elevados precios por bienes de consumo que hoy tienen que pagar los argentinos en relación con el mundo y con la región. De cada 100 pesos gastados en alimentos en la góndola de un supermercado, casi 40 pesos corresponden a impuestos. De ese mismo monto, pero para bebidas, $ 50 son gravámenes.
Pero además, los empresarios locales sufren con los problemas logísticos. Transportar un contenedor desde algún punto lejano de la Argentina al puerto de Rosario es más caro que traerlo desde China a Buenos Aires. La falta de inversiones en infraestructura en los últimos años encareció los costos de producción. "La inversión en infraestructura está en los niveles más bajos de los últimos 40 años", sentencia un anexo del plan productivo.
Los datos oficiales basados en estadísticas de la Cepal no dejan lugar a dudas: la inversión en ese rubro como porcentaje del PBI entre 2008 y 2012 fue del 3,2%, más baja que entre 1980-1990 (3,3%) y muy por debajo de la registrada entre 1991 y 1999 (5,5%). En el primer período del kirchnerismo fue incluso menor que en su último período: 2,1% entre 2003 y 2007.
Sin crédito
Otro de los inconvenientes, según el documento oficial, es el "limitado" acceso al sistema financiero local. Mientras el crédito doméstico al sector privado como porcentaje del PBI es del 14,3% en la Argentina, en otros países el número es muy superior. Un 67,1% en Brasil, 109,4% en Chile y 197,1%, en los Estados Unidos. El empresario argentino se autofinancia a un alto costo.
"El ambiente de negocios en la Argentina es pobre en comparación con otros países de la región", reconoce el documento que el Gobierno mantiene como "confidencial" y del que poco se conoce aún entre los empresarios. El país aparece en el puesto 121° del "Doing Business" del Banco Mundial, por debajo de Brasil (116), Qatar (68), Colombia (54), Chile (48), México (38), España (33), Emiratos Árabes Unidos (31), Australia (13), Finlandia (10), República de Corea (4) Nueva Zelanda (2) y Singapur (1).
Queda claro: hasta ahora no era fácil hacer negocios en la Argentina. El último ítem que resalta el Plan Productivo a la hora de pensar las causas de la baja inversión privada en el país son "las importantes deficiencias en la oferta del empleo técnico calificado". De acuerdo con el informe de la STP sobre la base del INET (2016), la mitad de las empresas tiene dificultades para obtener técnicos y operarios calificados.
"Un 20% de las búsquedas laborales para puestos técnicos no reciben postulantes. Un tercio de las empresas considera que los técnicos profesionales no cuentan con la preparación adecuada y uno de cada cuatro compañías suspendieron o demoraron el desarrollo de nuevos proyectos por las limitaciones de personal calificado", explica el Gobierno, que hoy intentará convencer a 1800 personalidades y cerca de 100 CEO globales en el foro internacional, en el que se buscará superar estas barreras a la inversión.
Del editor: ¿qué significa? Un buen diagnóstico sobre la competitividad debe incluir los factores del sector público y los del privado; el abordaje conjunto puede dar soluciones