(Seprin) - El
aumento de la recaudación es uno de los argumentos con los que el
gobierno festeja cada mes haber cumplido nuevos objetivos. Ahora, detrás
de ello se esconde el aumento de la presión tributaria y una inflación
de más un 8,7 por ciento, como afirma el Indec. Por supuesto que el
problema no es pagar impuestos, sino que lo es las tasas desactualizadas
(a propósito), la negación del aumento de precios, etc.
Según un reciente informe de Idesa, el impuesto a las ganancias (fuertemente resistido por los trabajadores, quienes piden que se actualice el tope para adecuarlo al real coste de vida) es una parte pequeña que explica aumento de la recaudación. Le siguen las cargas sociales y el IVA, que aumenta en consonancia con la inflación.
En efecto, el impuesto a las ganancias representa un del 20% del incremento de la presión tributaria total, mientras que el IVA y las cargas sociales que explican el 56% del de dicho crecimiento. Y el caso del impuesto al valor agregado, que en Argentina significa un impuesto al consumo del 21%, es particularmente revelador ya que el aumento en la recaudación de este gravamen desenmascara al gobierno, sacando a la luz el aumento de la inflación a más del 20%.
Esta situación, según el informe, afecta más a los hogares más pobres que a los altos y medios, es decir que son estos quienes más tienen que lidiar con las tasas desactualizadas y la presión tributaria inédita, que este año financiará el 6% del gasto. Pero el gobierno necesita de ese ingreso, por lo que se espera una larga puja por la adecuación de “ganancias”.
“La escasa afluencia de turistas a los centros vacacionales domésticos es consistente con datos más precisos que muestran el estancamiento de la actividad económica y el deterioro en el empleo durante el año pasado. El problema central es el vertiginoso crecimiento de la presión impositiva, que no guarda relación con la cantidad y calidad de los servicios que brinda el Estado”, comienza el informe, exponiendo la grave situación del país.
y Continúa “la no actualización del impuesto a las ganancias constituye la faceta más visible y cuestionada del crecimiento en la presión impositiva. Pero los mayores perjuicios económicos y sociales los genera el aumento en los otros impuestos”.
El informe destaca el dato de que la temporada de verano, que se mantiene lejos del éxito esperado, es una de las principales marcas que dan cuenta del estado de la economía: “Por las complicaciones que el cepo cambiario impone para viajar al exterior, se esperaba una promisoria temporada de turismo nacional. Sin embargo, en los principales centros vacacionales la temporada se presenta escasa en visitantes y nivel de consumo. Este fenómeno es consistente con la información de las cuentas nacionales que publicó el INDEC para el tercer trimestre del año 2012 que delataba estancamiento económico y deterioro en la creación de empleos”.
Son datos que suman a la hora de hacer un análisis global, y aquí se puede acceder al informa completo de Idesa, no obstante, la poca concordancia entre los impuestos y la economía real resulta evidente, de forma tan clara como la inflación.
Según un reciente informe de Idesa, el impuesto a las ganancias (fuertemente resistido por los trabajadores, quienes piden que se actualice el tope para adecuarlo al real coste de vida) es una parte pequeña que explica aumento de la recaudación. Le siguen las cargas sociales y el IVA, que aumenta en consonancia con la inflación.
En efecto, el impuesto a las ganancias representa un del 20% del incremento de la presión tributaria total, mientras que el IVA y las cargas sociales que explican el 56% del de dicho crecimiento. Y el caso del impuesto al valor agregado, que en Argentina significa un impuesto al consumo del 21%, es particularmente revelador ya que el aumento en la recaudación de este gravamen desenmascara al gobierno, sacando a la luz el aumento de la inflación a más del 20%.
Esta situación, según el informe, afecta más a los hogares más pobres que a los altos y medios, es decir que son estos quienes más tienen que lidiar con las tasas desactualizadas y la presión tributaria inédita, que este año financiará el 6% del gasto. Pero el gobierno necesita de ese ingreso, por lo que se espera una larga puja por la adecuación de “ganancias”.
“La escasa afluencia de turistas a los centros vacacionales domésticos es consistente con datos más precisos que muestran el estancamiento de la actividad económica y el deterioro en el empleo durante el año pasado. El problema central es el vertiginoso crecimiento de la presión impositiva, que no guarda relación con la cantidad y calidad de los servicios que brinda el Estado”, comienza el informe, exponiendo la grave situación del país.
y Continúa “la no actualización del impuesto a las ganancias constituye la faceta más visible y cuestionada del crecimiento en la presión impositiva. Pero los mayores perjuicios económicos y sociales los genera el aumento en los otros impuestos”.
El informe destaca el dato de que la temporada de verano, que se mantiene lejos del éxito esperado, es una de las principales marcas que dan cuenta del estado de la economía: “Por las complicaciones que el cepo cambiario impone para viajar al exterior, se esperaba una promisoria temporada de turismo nacional. Sin embargo, en los principales centros vacacionales la temporada se presenta escasa en visitantes y nivel de consumo. Este fenómeno es consistente con la información de las cuentas nacionales que publicó el INDEC para el tercer trimestre del año 2012 que delataba estancamiento económico y deterioro en la creación de empleos”.
Son datos que suman a la hora de hacer un análisis global, y aquí se puede acceder al informa completo de Idesa, no obstante, la poca concordancia entre los impuestos y la economía real resulta evidente, de forma tan clara como la inflación.
"El fracaso del turismo agrega evidencias sobre un problema más profundo. Hay un desmedido y desordenado crecimiento de la presión impositiva que no se legitima con más y mejores servicios por parte del Estado. Por eso, el debate centrado en la actualización de los parámetros con los que se calcula el impuesto a las ganancias es equivocado. La solución pasa por eliminar gastos improductivos y redireccionar recursos públicos hacia funciones más estratégicas y con mejor gestión estatal" (Informe Idesa, 2013)