miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nuevo Renault made in Argentina

Por Oliver Galak - Diario La Nación
La empresa invirtió casi $ 500 millones para fabricar el Fluence en Córdoba; prevé exportarlo a la región
En un doble movimiento con el que aspira a recuperar protagonismo en el segmento de vehículos medianos y, a la vez, duplicar su producción local en un lapso de dos años, Renault presentó ayer el resultado de su inversión de casi $ 500 millones, anunciada hace casi un año y medio, cuando la industria automotriz aún procuraba salir del golpe de la crisis internacional.

El inicio de la producción del Fluence, un sedán mediano que llegará a los concesionarios antes de fines de mes, sirvió además para que la planta de Renault en Santa Isabel -en las afueras de la capital cordobesa- fuera el escenario elegido por la presidenta Cristina Kirchner para su primera presentación en público tras el fallecimiento de Néstor Kirchner. La automotriz invirtió unos $ 160 millones para la ampliación y modernización de la fábrica (la más antigua de Renault fuera de Francia), con la instalación de una línea de montaje monoflujo, y unos $ 335 millones en el desarrollo del nuevo modelo, que hasta ahora sólo se fabricaba en Turquía, y del que se producirán en la Argentina 35.000 unidades en 2011.

Pero, además, el presidente de Renault Argentina, Dominique Maciet, anunció ayer que los técnicos de la automotriz ya están evaluando "un nuevo proyecto industrial", noticia que despertó fuertes aplausos por parte de los 2500 trabajadores que asistieron al acto de fuerte contenido político y emocional. Dijo que será un vehículo de "entrada de gama" del que se podrían fabricar 100.000 unidades anuales. En el sector se descuenta que será un restyling del Clio. De hecho, de las 65.000 unidades que se fabricaron en Santa Isabel durante 2009, este año se pasará a cerca de 100.000 vehículos (entre los modelos Clio, Kangoo, Symbol y Fluence).

"El próximo año tenemos la posibilidad de llegar a 140.000 autos producidos aquí. Para llegar a esa cifra, necesitaríamos sumar un tercer turno de producción", afirmó Maciet, luego, ante una consulta de LA NACION. Con las nuevas inversiones, la empresa debió sumar más de 500 puestos de trabajo. La capacidad máxima de la planta hoy es de 150.000 unidades, que se podría extender a 180.000 con una inversión de $ 7 millones.

Sin embargo, la perspectiva de más que duplicar la producción en el período 2009-2011 no está exenta de obstáculos, tal como reconoció Maciet ante la prensa: "Hay tres tipos de problemas. Primero, la formación de los operadores requiere una inversión importante, ya que no podemos bajar la calidad de la producción. Segundo, las inversiones adicionales que vienen aparejadas hasta en los detalles mínimos, como la provisión de embalajes para transportar piezas. Y tercero, y más importante, conseguir que los proveedores, que representan más del 65% del costo total del vehículo, puedan aumentar su cadencia cada vez que nosotros aumentamos la nuestra. Este es el punto más delicado para poder incrementar la producción".

En su discurso, la Presidenta destacó la alta integración local del Fluence. "Estamos orgullosos de que este auto tenga un 40% de componentes nacionales, porque contribuye al sector autopartista argentino, y que se prevea llegar al 45% en 2012", dijo. Con este modelo (que tendría un precio de entre $ 85.000 y 120.000), Renault busca ganar participación en un segmento que lidera el Toyota Corolla, y en el que también intervienen el Volkswagen Bora, el Peugeot 408 (que se presenta pasado mañana) y el Citroën C4. La idea es exportar por lo menos tres cuartas partes de la producción a la región.

martes, 2 de noviembre de 2010

“La Argentina en la economía mundial”

Hemos recibido del Movimiento Productivo Argentino esta excelente conferencia del Dr Roberto Lavagna (26 de octubre de 2010) , que adjuntamos para nuestros lectores y amigos:
Roberto Lavagna:
Desde ya, mi agradecimiento al Movimiento Productivo Argentino y a la Universidad Austral por la invitación y por la posibilidad de encontrarme con ustedes. Yo voy a hacer unos comentarios iniciales y, después, me parece interesante abrir el diálogo. La idea es tratar el tema de la Argentina en la economía mundial. Esto es, en definitiva, hablar de la competitividad que la Argentina tiene y cómo se inserta en un mundo global.

Este tema de la competitividad tiene dos tiempos: un tiempo del pasado, que fue el tiempo de los antecedentes, en el cual se forman las estructuras productivas y ocupacionales. Y, por otro lado, un tiempo del presente y el futuro -sobre todo, el futuro-, donde uno tiene que tratar de identificar cuáles son las cosas que tienen que consolidarse respecto de aquéllas que son buenas y cuáles tienen que modificarse.

A lo mejor alguien podría decir “no hablemos del pasado, hablemos nada más que del futuro”. La verdad es que yo creo que eso es imposible porque en la vida de las naciones, salvo por la magnitud de las cuestiones, pasa lo mismo que en la vida de cualquiera de nosotros respecto de los períodos de formación, las barcas que a uno le van quedando a lo largo de distintas circunstancias de la vida y los comportamientos repetitivos -positivos o negativos- que muchas veces tenemos.

De manera que, para hablar de futuro, necesariamente hay que reconocer algunas de estas constantes del pasado. Yo creo que, dentro de ese pasado, la Argentina ha tenido dos períodos con dos modelos o esquemas económicos positivos, con profundos efectos favorables en términos de crecimiento y de desarrollo del país, y dos períodos de profundo estancamiento.

Los períodos positivos son: Años más, años menos, el que va desde 1875 hasta 1925/30. Es el período del Modelo Agroexportador que permitió el salto inicial de peso de Argentina en el mundo. Y, después, el Modelo de Sustitución de Importaciones que va de 1945 a 1970/75. Esos dos modelos, cada uno en su
momento, fueron parte esencial en la formación de la estructura productiva, ocupacional y social.
Y, respecto de los períodos negativos, hubo dos de retraso importante: el que va de 1930 a 1945 y el que va de 1975 hasta la gran crisis del año 2001.

En un repaso muy rápido, el primer momento es en el que la Nación, que acababa de lograr su organización nacional, empieza a integrarse al mundo en términos económicos. Lo hace, por supuesto, en el esquema de la potencia dominante de la época, que era Gran Bretaña, y hay un fuerte aumento de la producción y de la
productividad que tiene que ver con que se agregan masivamente lo que los economistas llaman “factores de producción”.

Se agrega masivamente capital, en general de origen externo, que da lugar a los ferrocarriles, a los puertos y demás; se agrega mano de obra con sus conocimientos, en general europea, fruto del proceso de inmigración; y hay, además, un corrimiento fenomenal de las fronteras del país -no políticas, pero sí productivas-, producto de la conquista del desierto, que se van ampliando y permitiendo una enorme incorporación de tierras. Entonces, capital, mano de obra y tierra, más el cambio tecnológico que tiene que ver con el know how o conocimiento que tienen los inmigrantes europeos por el tipo de capital que se
incorpora. En ese momento, era un tipo de capital muy moderno, porque básicamente se trataba de ferrocarriles y puertos.

Ésa es la época de los arrendados, de la introducción de distintas razas bovinas, de los barcos frigoríficos. Ese modelo produce un muy fuerte impacto en términos de la producción con algún tipo de contraindicación, incluso con algunas diferencias respecto de países con los cuales habitualmente se ha comparado a la Argentina.

Por ejemplo, en la Argentina hubo un proceso de fuerte concentración de la tierra, que no se dio en Australia. Las tierras australianas siguieron perteneciendo a la corona y se entregaban en explotación, pero no para propiedad. O el peso de los capitales extranjeros, que también se dio en Canadá, pero allí el proceso de expansión ferroviaria -que fue muy similar en extensión al de Argentina- se dio sobre la base de la industria local canadiense. En el caso de Argentina, salvo los durmientes, todo el resto fue importado. Pero, de todas maneras, ese Modelo Agroexportador le dio a Argentina muchos años de un progreso importante.

El segundo momento positivo, desde 1945 hasta 1975, es el momento de la Sustitución de Importaciones. Es el momento en el cual, de manera deliberada y como fruto de políticas de gobierno, empieza el proceso de industrialización en el país. Y ahí nos pasó, salvadas todas las distancias, lo mismo que le puede estar
pasando a China en los últimos años: la mano de obra que viene del interior hacia las zonas urbanas empieza a trabajar en actividades industriales de una productividad mucho más alta que la que tenían en el campo, con el consecuente surgimiento de las clases medias y una nueva distribución del ingreso mucho más
equitativa.

Entonces, esos dos momentos -siempre con alguna discontinuidad- son los que aportaron un crecimiento per cápita muy importante en el país. Y, además, aportaron distintas formas de desarrollo, porque se produjo un cambio social y en la estructura política del país que permitió una presencia muy dominante de Argentina en América Latina. Muy dominante no necesariamente en términos de uso de la fuerza política o militar, sino simplemente por la vía de la fuerza de las ideas que emergían de una sociedad en permanente modernización. Cualquier latinoamericano de cierta edad recuerda haber estudiado con Billiken, por ejemplo.

Y eso implicó una influencia muy importante de Argentina en América Latina. Esos dos modelos se agotaron en algún momento. En el caso del Modelo Agroexportador, el punto más fuerte que se toma es el de 1930 porque allí fue la crisis internacional. Pero, en realidad, ya a partir de 1925 -incluso, algunos años antes- el modelo había empezado a funcionar con menor eficiencia. Tal es así que el Centenario del país se hizo con grandes muestras de progreso y, al mismo tiempo, con Estado de sitio y con una Ley de Defensa Social que incluía hasta la pena de muerte para los manifestantes de sectores anarquistas.

Asimismo, hubo un agotamiento de las tierras de mejor calidad. Pasaron muchos años para que la frontera nuevamente se corriera, lo cual ha ocurrido desde 1990 en adelante. La Argentina, en ese momento, no tuvo ninguna de las Common Laws y, en consecuencia, no tuvo ninguna de las ventajas que tuvieron Australia o Canadá. Entonces, cuando llega el momento de la crisis internacional, se cierran los mercados, caen los precios y esto fue mucho mayor en Argentina que en Australia o Canadá.

Hay una presión social creciente por lo que ocurrió desde el Centenario en adelante y, en 1933, inmediatamente después de la crisis, los precios de los bienes que Argentina vendía al mundo habían bajado un 43%. Eso significa que los ingresos de Argentina como país se habían reducido de una manera muy sustancial. Y, sobre todo por un problema de interpretación errada por parte de los sectores dirigentes, se pensó que la crisis de 1930 era transitoria y que, pasada esa crisis, todo iba a volver a ser como antes (Argentina iba a tener nuevamente mercados abiertos, iba a exportar bienes agropecuarios y agroganaderos).

Pensaban que lo único que había que hacer eran algunos ajustes. Éstos se hicieron durante el gobierno de Justo, donde se crearon las Juntas Reguladoras para pasar la crisis. Esta crisis golpeó a toda América Latina y algunos países entendieron que esto no era transitorio, sino que era un cambio de paradigma permanente. En consecuencia, adoptaron políticas distintas. El caso más evidente es el de Brasil: la siderurgia brasilera empieza en 1930, porque llegaron a la conclusión de que sus bienes primarios, que tenían muchas características similares a los argentinos -si bien eran distintos-, no se iban a recuperar. Visto retrospectivamente, le creyeron más a Prebisch, quien decía que los bienes primarios iban a tener una tendencia secular de caída. Pero ésa no fue la posición de los argentinos.

Así, el país devaluó, creó Juntas Reguladoras, tratando de pasar la crisis; pero no lo logró. Hasta que llegó un punto en que, en 1940, alguien de la clase dirigente con más visión y más inteligencia, Federico Pinedo, unos pocos meses ministro de economía del gobierno de Ortiz y Castillo, presentó un programa donde empezó a esbozar la idea de que efectivamente éste era un cambio de fondo; que había que empezar el desarrollo industrial; crean el banco industrial; entender que la prioridad en términos de a quién referenciarse en el mundo ya no era más Gran Bretaña, que había entrado en un proceso de pérdida de peso, sino Estados Unidos; planteó un proceso de integración en profundidad con Brasil; volvió a devaluar y hubo una especie de “compre nacional” y créditos para el desarrollo industrial a 15 años. Sin embargo, todo ese programa requería el acuerdo parlamentario, el cual no salió sencillamente porque este hombre era una
excepción frente a una clase dirigente que no estaba dispuesta a cambiar y que estaba convencida de que sólo había que esperar.

El segundo momento de estancamiento va desde 1975 hasta la gran crisis del año 2001. ¿Qué pasó? El Modelo de Sustitución de Importaciones fue agotando también sus etapas. Primero, fue industria liviana, mediana, siderurgia y algún otro sector pesado durante el gobierno de Perón; después, fue la industria
petroquímica y automotriz con Frondizi y Frigerio; y el último eslabón de industrialización importante fue concluir el proceso de integración petroquímica, aluminio y papel en la época de Onganía y Krieger Vasena. Y, así, se llegó a los años ’70 donde, producidos todos estos eslabonamientos, el modelo empezó a no dar más. Esto significa que el aumento de productividad que ese modelo proveía era insuficiente para mantener un permanente proceso de distribución progresiva del ingreso.

Y allí se produce un conflicto: los sectores asalariados pierden participación en la distribución del ingreso o no hay fondos suficientes para el proceso de inversión. Este conflicto entre la inversión y la distribución aparece solamente en las sociedades que se estancan. En las sociedades que funcionan bien, ese conflicto no
existe, está resuelto precisamente por el proceso de crecimiento. En consecuencia, hubo dos modelos exitosos y dos modelos que se agotaron porque no cambiaron a tiempo; no registraron que, en los contextos internacional y local, había datos distintos que obligaban a modificar el modelo, incluso, de manera gradual. En el primer caso, agregándole al Modelo Agroexportador un proceso de industrialización. Y, en el segundo, agregándole al Modelo de Sustitución de Importaciones más competencia, abriendo más la economía, integrándose mayormente al mundo, con Brasil, etcétera.

De este modo, los modelos que no cambian por las buenas, porque las clases dirigentes del momento así lo entienden, cambian por las malas. Al modelo conservador, le siguió el modelo justicialista del año 1945; y, al modelo justicialista-desarrollista del ’45 en adelante, le sigue el orden conservador que se inaugura en el ’76. Es decir, cuando la clase dirigente de una sociedad no es capaz de entender los datos del mundo, de la región y de su propia sociedad, inevitablemente aparece un proceso de ruptura. Y ése es uno de los grandes
costos de la Argentina, porque las rupturas implican un fenomenal desgaste de energía social, un fenomenal reemplazo de una clase dirigente por otra, generalmente no elegantemente sino por las malas. Esto fue lo que pasó en los dos momentos.

Para acercarnos al presente, el agotamiento del Modelo de Sustitución de Importaciones pasa por distintas etapas a partir de 1975 y llega a esa fenomenal crisis del año 2001. Fue la crisis más grande que Argentina haya sufrido desde 1890, desde la que le había tocado enfrentar a Pellegrini, como presidente, y a Roca, como su principal ministro. Muy rápidamente, se puede observar un período de crecimiento desde 1875 en adelante, con algunos bajones en la crisis del ’30.

Pero, a partir de finales de los ’70, se produce un proceso de caída importante. Lo mismo se puede apreciar si vemos los datos parciales de algunos años para Argentina, Canadá, Australia y Estados Unidos. Argentina siempre tiene los valores más bajos. Vale la pena señalar que ya en 1895, en términos de PBI, Argentina
estaba por debajo de estos países. Y, a pesar del efecto favorable del modelo, siempre siguió en esa línea hasta 1929.

Si vemos Estados Unidos y Argentina en términos de Producto Per Cápita, hasta 1974 prácticamente no hay diferencia. Esto vale la pena registrarlo porque hay quienes dicen desde el orden conservador que, desde que se cambió el Modelo Agroexportador y se implementó el de Sustitución de Importaciones, la Argentina no creció. Esto no es cierto, el Modelo de Sustitución de Importaciones fue tan exitoso como el otro hasta 1974, donde Argentina queda decididamente por debajo de Estados Unidos.

Si comparamos Brasil, Australia, Estados Unidos y Argentina desde el año ’50 en adelante, nuevamente la gran brecha se produce desde mediados de la década del ’70, es decir, desde que se agota el segundo modelo. Y, si observamos lo que pasó en los últimos 28 años antes de llegar a la crisis -desde 1975 a 2001-, vemos que en esos 28 años Argentina tiene 14 años de caída de su Producto Bruto. No es que creció menos o más lento, sino que se retrocedió en términos absolutos 14 años de 28, con tres grandes crisis: la del ‘81/82, que fueron dos años y se perdió el 8% del Producto; ‘89/90/91, que fueron tres años y se perdió el 12% del Producto; y desde mediados del ’98 a la crisis de 2001, que fueron cuatro años y medio y se perdió el 20% del Producto. Es decir que, no sólo hubo una volatilidad tremenda, sino que cada crisis fue cada vez más profunda y más larga que la anterior.

Así llegamos a la crisis de 2001, ¿qué pasó desde esa crisis en adelante? Hubo dos etapas: una que va desde el segundo trimestre del año 2002 donde hubo un crecimiento del 8% en términos anuales, hasta el 2006, donde la Argentina creció un 9% acumulativo por año prácticamente sin volatilidad. Y la segunda etapa va desde el 2007 en adelante, donde no sólo la tasa de crecimiento es más baja sino que vuelve la volatilidad, hasta el 2010. Y, si vemos los pronósticos de consenso de los economistas de 2011/13, también se produce ese efecto. De este modo, hubo nuevamente cierta erraticidad en el crecimiento, sin llegar a tener valores negativos -salvo en el año 2009-, como ocurrió en ese período de 28 años.

Entonces, ésta es la situación actual: Desde 2002 a principios de 2007 hubo un crecimiento muy estable del orden del 9%; y, de ahí en más, hubo de nuevo un proceso de alta volatilidad. Con estos datos, ¿cuál es el desafío que tenemos a futuro en términos estratégicos? Porque esto, en definitiva, lo que hace es reflejar
la coyuntura o el corto plazo de estos años. En este sentido, me parece que hay dos prioridades:

1. Hay que hacer un enorme esfuerzo para estabilizar el crecimiento. Las economías que crecen con gran volatilidad son economías que favorecen a unos pocos y condenan a la mayoría. Una gran empresa internacional o local pueden soportar cada oscilación que se produce hacia abajo, pero las pequeñas y
medianas empresas se caen o desaparecen en esos momentos de caída. Puede volver a empezar un nuevo proceso cuando hay reactivación, pero es un permanente ciclo de surgimiento y muerte de empresas. Eso está muy ligado al trabajo en negro, que hoy es el 50% de la vida argentina. Entonces, la simple estabilidad de una tasa de crecimiento -que puede no ser del 9%, sino del 5/6%- tiene un valor en sí misma. Por ello, el primer punto es lograr estabilizar esa tasa de crecimiento a futuro. Probablemente, en el largo plazo, la Argentina puede crecer del 5,5 al 6%.

2. Hay que dar una pelea contra la inflación que está creciendo rápidamente y es parte principal de la problemática actual y de los próximos años. En todo caso, tuvimos un período muy estable y otro, que va desde el 2007 hasta ahora, con alta volatilidad. Y el desafío es lograr estabilizar eso a un nivel de crecimiento aceptable. Si no lo logramos hacer esto, hablar de cuestiones estratégicas pierde sentido porque los años malos arrastran las buenas intenciones, las empresas, las decisiones, las carreras universitarias, entre otras muchas cosas. Y, al mismo tiempo, esto es condición necesaria, pero no suficiente, no basta. La condición suficiente se da si uno discute en términos estratégicos qué es lo que quiere proponer para Argentina.

Hoy, hay cosas que están fuera de nuestro control, porque dependen del contexto internacional; hay cosas que están bajo el control del gobierno de turno; y hay cosas que están bajo el control de las empresas:

- El contexto internacional está fuera de nuestro control, pero extraordinariamente tiene un carácter positivo como no ha tenido en muchas décadas. O sea, el marco internacional hoy es favorable para plantearse un tipo de país productivo, ocupacional y con una distribución del ingreso distinta.

- La política macroeconómica, que está bajo el control de las autoridades, tiene una volatilidad que no hace bien y que hay que controlar. Respecto del marco de confianza, las expectativas, que son fundamentales para cualquier ciudadano o para quienes toman decisiones de inversión, la verdad es que no son buenas. Esto no es una opinión subjetiva mía, sino que se avala en que en los últimos cuatro años se han fugado capitales por 70.000 millones de dólares. Este dinero debería haber estado invertido en el país generando empleo, etcétera, pero se fueron porque, como la política macro no convence, las expectativas son negativas y se opta por la salida.

- En cuanto a las decisiones microeconómicas que dependen del control de las empresas, la cuestión es mixta: hay sectores a los cuales les está yendo extraordinariamente bien, como el caso de la industria automotriz o de la siderurgia que tienen alguna ocasión de inversión; y, por otro lado, hay otros sectores que prefieren sumarse a ese proceso de salida de capitales y esperar a ver qué pasa. Y, montado sobre las últimas cosas que tienen que ver con el control del gobierno y de las empresas, están las decisiones estratégicas. Decisiones estratégicas no hay; hay corto plazo permanente, día a día o parches. Como muchas veces se dice en Argentina, todo se arregla con un alambre. Del lado de las empresas, hay voluntad y entendimiento de dónde tiene que ir la Argentina. No todos los sectores, pero hay algunos muy modernos, que no son necesariamente grandes empresas, que entienden para dónde hay que ir. Pero, después, se encuentran con una política macro o con una política global que no les sirve. Eso incluye la desconfianza, etcétera. Entonces, supongamos por un momento que el contexto internacional siga siendo positivo, que la política macroeconómica y las estructuras mejoren y puedan lograr esa mayor estabilización, y metámonos de lleno para ver cuáles son las decisiones estratégicas a futuro. Ahí, la competitividad en el mundo tiene que ver fundamentalmente con cuatro fuentes, que pueden ser no posibles en la Argentina, otras son posibles para ciertos sectores y otras que son posibles para toda la economía.
Las “no posibles” son las circunstancias en que se compite con bajos salarios, que conllevan bajos sistemas de seguridad social, bajos sistemas de jubilaciones y pensiones, etcétera. En Argentina, somos 40 millones de habitantes, ¿qué sentido tendría que el país dijera que va a competir produciendo bienes o servicios de
cualquier tipo sobre la base de bajos salarios? No tendría ningún sentido. Del otro lado del mundo, tenemos dos países lanzados en este momento en términos de crecimiento, China e India, que juntos tienen 2300/2400 millones de personas; Indonesia tiene otros 500 millones; y al lado tenemos un vecino, un socio
estratégico, como es Brasil, con 200 millones. Entonces, Argentina no se puede plantear que va a ganar competitividad en el mundo peleando con bajos salarios.

- El otro factor “no posible” son sectores donde los costos son muy bajos porque las escalas de producción son tan amplias que tanto el desarrollo de procesos como el de productos permiten distribuir los costos de una masa fenomenal. ¿Puede toda la economía argentina pelear ahí? Si comparamos con China o Estados Unidos, seguramente han visto que las camisas son infinitamente más baratas que en Argentina. Eso es porque acá se produce para 40 millones de personas -es un decir- y allá para un mercado de otra dimensión, lo cual permite compartir los costos fijos, bajando los costos y en consecuencia siendo más competitivos. Pero hay un sector, y no es secundario, que tiene escala de producción a nivel mundial y en el cual Argentina tiene todas las posibilidades del mundo, que es el sector agropecuario en el sentido amplio de la palabra. Argentina puede producir alimentos para 350/400 millones de habitantes tranquilamente. Tiene una gran capacidad productiva y tierras que se han ido incorporando (las tierras del norte, de Salta, incluso algunas del sur). Tiene productores agropecuarios con un conocimiento y una capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías muy fuerte. En fin, tiene todo lo que tiene que tener, si la política no se lo impide, para llegar más o menos rápidamente a los 150 millones de toneladas -ahora estamos produciendo 99 millones-.
Entonces, ahí sí hay algo en lo cual Argentina compite con quien sea (con Estados Unidos, con Brasil, etcétera) en materia de producción de este sector. ¿Alcanza o no alcanza esto? Es una discusión que siempre aparece y la verdad es que no alcanza sólo con esto. A lo mejor no tanto en términos de generación de divisas, con estos precios internacionales muy altos, pero no alcanza en términos de ocupación. Gran parte de las producciones agropecuarias son extensivas con relativamente poca mano de obra. Por más que uno incorpore todos los eslabonamientos hacia atrás y hacia adelante, no alcanza.

Reconociéndole a ese sector agropecuario un papel absolutamente central y básico en la economía argentina, hay algo más que pasa por una fuerte competitividad en la diferenciación de productos. Esto no es vender un producto barato, sino vender un producto que, por alguna razón de calidad, de diseño o de concepción, es distinto y es identificable con el país. Tal es el caso de los vinos, carnes, dulces de las zonas frías; y no sólo bienes, sino también turismo, industrias culturales (cine, radio, televisión, libros). Estas últimas ya producen 10.000 millones de dólares por año, son el 3,2% del PBI del país con un crecimiento fenomenal en los últimos años.

Entonces, diferenciar significa que uno no está vendiendo un producto cualquiera que se confunde con el de cualquier país, sino que está vendiendo un producto que en determinadas zonas del mundo o en determinadas áreas es identificado como argentino, así como también están los vinos chilenos, los quesos franceses, la mortadela italiana -los ejemplos son infinitos-. Fíjense que la diferenciación de productos tiene una gran unión con el sector agropecuario. No todo deriva de allí, pero una gran parte tiene que ver con la materia prima de alta calidad y de bajo costo que produce el sector agropecuario. De manera tal que el peso de este sector en la economía hay que medirlo por la exportación de commodities cruda y también por todos aquellos productos con un valor agregado adicional que tienen que ver con esa materia prima. Pero sabiendo que no es la única fuente de diferenciación, hay otra serie de de servicios donde la diferenciación también es
posible.

Y queda el último sector posible que es el de la ciencia y la tecnología. Aquí no hay que macanear demasiado o entusiasmarse más allá de lo que podemos. En los últimos años, fruto de algunas cosas decididas por el gobierno -algunas las tomamos en el 2004, por ejemplo-, hubo un surgimiento de sectores de alta tecnología importantes. Un ejemplo es el caso del software y las tecnologías de la información. Nosotros sacamos una Ley, que se mandó al Congreso en el año 2004 y salió después, y hoy hay unas 60.000 personas trabajando en el sector software; hay una facturación del orden de los 2800 millones de dólares -es un sector de peso-, con exportaciones de más de 500 millones de dólares; y hay más de 1000
empresas, que son pequeñas y medianas en su mayoría -son las que se caen si hay volatilidad-.

La Argentina es el país número 12 en el mundo que tiene certificación de calidad de su software. Así como está la norma ISO y demás, están las normas de certificación de software. ¿Cuál es el límite para ese sector? Los recursos humanos. Este sector está necesitando por año 7000 ingenieros, pero salen alrededor de 2500. La limitación está ahí, no hay otra. La calidad intrínseca de los recursos humanos es muy buena, pero la cantidad no alcanza. Además, está el sector nuclear -por ejemplo-. Argentina le ha vendido reactores de
potencia media y baja y de tamaño mediano a Argelia, Egipto, Perú -todos países en desarrollo-; y también le ha vendido a Australia, que es un país ya desarrollado, y ha ganado la licitación contra Francia en Holanda -proceso que todavía está retrasado por el ajuste tarifario de Holanda-. Hoy aparece en los diarios que
Argentina va a volver a producir uranio enriquecido para usos pacíficos. En materia de medicina nuclear, Argentina ya tiene un espacio, sobre todo de isótopos y elementos radioactivos para imágenes de tipo médico. Y eso lo producen muy pocos países del mundo (Canadá, Holanda, Francia, Australia, Sudáfrica y
Argentina). Ése es un mercado importante.

Aunque todavía no suene como un mercado central, en el sector espacial, Argentina ya hizo tres satélites y ahora está haciendo el cuarto para la NASA. Esto no pesa 10, 15 ó 20 kilos, sino que es un satélite que pesa entre 1400/1500 kilos. Y hay otros tres satélites en construcción en colaboración con Francia, Italia, Gran Bretaña y una vez más con la NASA.

La biotecnología ha avanzado sola, a pesar de que el gobierno, con gran desidia,no reglamentó la Ley de Biotecnología que habíamos dejado pendiente. Al hacer la de software, habíamos hecho la de biotecnología, con la única diferencia de que la primera quedó con la reglamentación preparada y la segunda no. Ésta sigue
esperando la reglamentación después de tres años. Por eso digo que no se ve mucha preocupación por estas cosas por parte del gobierno.Sin embargo, en el sector de la biotecnología, hay 120 empresas; más de medio millón de facturación; 7000 empleados que están trabajando, en general en los campos de inoculantes, salud humana, salud animal, variedades de semillas; se están presentando en Estados Unidos y en la Unión Europea entre 70/80 patentes y registros por año. Y hay empresas haciendo cosas muy importantes: por ejemplo, Biosidus produce leche con proteína de crecimiento, anticuerpos y semillas transgénicas. Hay una serie de empresas desarrollándose en un mercado que está en plena expansión, donde la biotecnología recién está comenzando. Es un mercado de 100.000 millones de dólares por año, de los cuales la biotecnología está captando 6/7% en todo el mundo y está en plena expansión.

Respecto de los biocombustibles, se produce el biodiesel a partir de la soja y el etanol a partir de la caña de azúcar. Es un sector que ya está exportando más que la carne -1500 millones de dólares-. Hay un montón de sectores ligados a la ciencia y tecnología que están en plena expansión con empresas, en general, de tipo pequeñas y medianas -más medianas que pequeñas-.

Hay un solo límite para esto: los recursos humanos, como en el caso del software. En ciencias duras, hacen falta 10.000 personas por año y están saliendo 3000. En ciencias duras aplicadas, hacen falta 40.000 por año y están saliendo 20.000. En ciencias sociales, en cambio, hacen falta 30.000 por año y salen 60.000. Ahí hay un claro problema que, en términos educacionales, hay que enfrentar. No basta decir “educación gratuita”. Por ejemplo, el valor de un kilo de eritroproyetina equivale a 200 camiones de soja y el mismo cálculo se puede hacer con los satélites, etcétera. Esto no significa que hay que hacer uno y el otro no, hay  que hacer todo. Hay que hacer algunas cosas de base donde la escala pesa, pero el resto también. Y la segunda restricción es que no hay demasiado capitales de riesgo. Estas medianas empresas precisan estos capitales, no créditos, sino capitales que hacen una apuesta de funcionamiento. Hay, pero faltan.

La historia nos está marcando que hemos tenido grandes períodos, pero también períodos de fuerte estancamiento por no haber sabido cambiar a tiempo. Acabamos de pasar por una crisis casi Terminal. Yo recuerdo que en el mundo se consideró “intervenir” a la Argentina como se había hecho con Austria después de la Primera Guerra Mundial, no militarmente, sino con funcionarios. Les recuerdo que la idea era no tener bancas, sino que las bancas iban a ser off shore, etcétera. Pocos apostaban adentro y nadie apostaba afuera.
Sin embargo, con un fenomenal esfuerzo, la sociedad fue capaz de salir. Esa sociedad hoy tiene un problema: tuvo un período estable de alto crecimiento y hemos vuelto a la volatilidad. Lo primero que tiene que hacer es volver a dominar esa volatilidad y, luego, profundizar toda esta discusión que rápidamente planteé sobre las fuentes de competitividad.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que en 1974, cuando colapsa el último de los modelos y empiezan a abrirse las diferencias con el resto del mundo, Argentina tenía cuatro argentinos de cada 100 debajo de la línea de pobreza; hoy tiene 32 argentinos de cada 100. Eso significa que, en un país que tiene un fenomenal potencial, la dirigencia (política, empresaria, sindical, intelectual, de medios de comunicación, universitaria, etcétera) -no toda la sociedad- no hemos sabido transformar esa enorme potencialidad en lo único que importa, que es transformarla en bienestar para los argentinos. Ése es el desafío y nada mejor que una universidad, donde estamos hoy, y un organismo como el MPA, que se ha preocupado por estos temas, para hacer una reflexión de este tipo. Ahora hay que animarse e ir a la cancha.
Gracias.

Preguntas del auditorio:

Más allá de los posicionamientos políticos de coyuntura que se producen en torno al tema, ¿qué opina sobre la participación de los trabajadores en las ganancias como mecanismo de estímulo productivo y de distribución de ingresos?
R.L.: Desde ya, mi posición es claramente favorable. Primero, porque estoy ligado a un partido como el Justicialismo que nació incorporando estas cosas. Pero, además, no es el único: el otro gran partido nacional, que es la UCR, fue un actor activo en la comisión constituyente donde se agregó un artículo 14 bis que incluyó la distribución de las ganancias. Esto es la filosofía o la teoría.
En la práctica, ¿es éste el momento en que se puede hacer o las oportunidades son otras? Hoy, el 50% de los trabajadores están en negro. ¿Qué le importa a ese 50% de los trabajadores, que en general son los más pobres, la distribución de las ganancias si no les va a tocar? Hoy, uno de los problemas que tenemos es que la inversión anual para poder crecer en una línea del 5% requiere una tasa de expansión de la inversión que no puede ser menor al 20% anual. Esto estuvo por encima del 20% hasta el 2005; pero ya en el 2006 cruzó la línea, estuvo en 18%, y después siguió bajando. Este año se recupera el Producto Bruto, pero la
inversión apenas pasa el 14%.
Ésta es la realidad: el problema de la caída de la inversión no es un problema de los empresarios, es un problema de todos. La inversión es la que permite la creación de empleo. Entonces, no hay creación de
empleo y mucho menos de calidad, hay creación de empleo en negro.
Entonces, ¿qué distracción es este juego de la distribución de las ganancias? Es para aparentar. En nuestra sociedad -y en otras también-, hay una cierta tendencia a aparentar. Importa más aparentar que ser, pero el Modelo de Sustitución de Importaciones se agotó cuando se produjo el conflicto entre la distribución del ingreso y la inversión. Hoy, el conflicto ya lo estamos teniendo y lo vamos a agravar más.
Entonces, es un tema legítimo, que los argentinos tenemos que animarnos a ponerlo naturalmente dentro de nuestros hábitos, pero hoy tiene más de distracción y apariencia que de algo realmente importante, por lo menos, para ese 60% de la población que está del decil sexto para abajo en la distribución del ingreso.

Teniendo en cuenta la descripción de las diversas etapas positivas y negativas que Usted hizo, ¿qué pasa con el período 2001-2010?
R.L: El desafío es el que les comentaba: un primer período 2002-2006 con una cierta estabilidad y, luego, una vuelta a las andadas -para decirlo de alguna manera- con desaparición del superávit fiscal, subida de la inflación, caída de la inversión, fuga de capitales. ¿Cuál es el último año neto de ingresos de capitales? Es el 2005. En 2006, salen 3000 millones de dólares; en 2007, 8800; en 2008, 23.000; en 2009, 14.000; en 2010, estamos a razón de 13.000/14.000; y hay pronósticos para el año que viene de 14.000 -siendo buenos, puede ser de 10.000-. Respecto de las reservas, cuando el Gobierno se pone contento porque hay 50.000 millones, deberíamos tener 110.000. En realidad, deberíamos estar haciendo lo que hace Brasil que le presta al Fondo Monetario. No se pelean con el Fondo Monetario, le prestan para que el Fondo le de crédito a alguna nación del mundo que todavía sigue su programa.
Ahora, eso es lo que todavía no se ve, porque las oportunidades perdidas son muy difíciles de explicar desde el punto de vista político. Por ejemplo, a nivel internacional, todos los expertos están de acuerdo en que, si Obama no hubiese hecho lo que hizo en Estados Unidos, el nivel de presión económica y desempleo
sería mucho mayor que la actual. Pero, como la actual no es satisfactoria, la gente mira la actual, no entiende que hubiera sido peor.
Acá pasa lo mismo: tenemos 50.000 y estamos contentos. Podríamos haber tenido 110.000. El votante medio, sobre todo si no hay una gran contribución de los medios de comunicación, no se da cuenta de estas cosas. Las oportunidades perdidas son difíciles de explicar en el momento en que se viven, con el tiempo
llega el momento en que alguien reflexiona a ese respecto.

¿Considera el factor humano actual capaz de intentar el cambio necesariohacia la producción, el trabajo y el crecimiento? ¿O, por el contrario, enestos últimos años, se desvalorizó el trabajo?
R.L: No es que se haya desvalorizado el trabajo, sino que se crearon condiciones contrarias al trabajo y a la productividad. Les mostraba recién lo nula que es la inversión; la fuga de capitales, que es la otra cara de la inversión; la tasa de inflación hoy está ubicada al 27% anual, camino al 30%; el tipo de cambio real va
camino al 1 a 1, porque la misma inflación que yo les mostraba que se come los sueldos, las jubilaciones, etcétera, se come también al valor de cambio. Entonces, venimos perdiendo competitividad porque está muy ligada al valor del dólar. Por eso, no es que alguien deliberadamente dice “se desvaloriza el trabajo”,
lo que ocurre es que las condiciones macroeconómicas hoy no están respondiendo bien. En consecuencia, antes de hablar de las cuestiones estratégicas, el desafío es una cierta coherencia y estabilidad macroeconómica.

¿Qué se puede hacer desde el lugar de estudiante ciudadano para generar un cambio, si gran parte de los factores necesarios para mejorar dependen del gobierno de turno, hoy poco interesado en políticas económicas sustentables?
R.L: En algún momento, yo decía que uno tiene que hacer todo el análisis, teniendo las circunstancias históricas, para saber qué hay que consolidar y qué hay que cambiar. Algunas cosas hay que cambiar y, si uno no cambia, persiste en el error y pasará lo mismo que pasó en circunstancias anteriores. El modelo anterior está agotado, no da para invertir, distribuir, generar competitividad, por errores de la política macroeconómica -en alguna medida-. Creo que justamente ahí es donde hay que introducir el cambio para que la oportunidad no se pierda.
Entre las condiciones extraordinarias actuales que les mencionaba, están los precios internacionales de Argentina. En los últimos dos o tres años, hubo una suba fenomenal, única, que no tiene antecedentes en muchísimos años. Eso hay que aprovecharlo, es lo que cae dentro de esos sectores que tienen productividad y competitividad a escala. Si lo dejamos pasar, la oportunidad no va a durar para siempre, tienen ciclos. Si hubiéramos tenido estos precios internacionales en el 2002/4, cuando había que salir de ese negro pozo en que estaba el país, habría sido maravilloso, habríamos salido infinitamente más fácilmente. Tuvimos que hacerlo como sociedad y como gobierno con los precios que teníamos, que eran normales, no eran malos ni
particularmente buenos tampoco. Hoy tenemos esto y hay que aprovecharlo.

¿Qué importancia le asigna al desorden social, la anomia que hoy impera en la sociedad argentina, en el factor confianza de la inversión? ¿Y qué es lo ideal para que la inversión exterior se sienta permanentemente seducida por el país?
R.L: Primero que nada no empecemos por el exterior, porque nos han llenado tanto la cabeza durante tantos años, sobre todo en la década del ’90, que nos parece que la inversión del país dependiera de eso. El 90% de la inversión es local, no tiene nada que ver con la extranjera. Pero eso no significa que la extranjera no importa, también importa porque en general se da en sectores más modernos, con tecnología más moderna, e incorpora al país cosas que aún no tiene. Pero es el 10% nada más.
Entonces, lo primero que uno tiene que intentar es que no se vayan esos 70.000 millones de dólares -entre 12.000 y 15.000 millones de dólares por año-. No es que no vienen, sino que se van de acá. Y, después, está lo otro: ¿Por qué Brasil está atrayendo a razón de 100.000 millones de dólares por año; Chile 25.000; y Argentina sólo 8000? Esos 8000, además, están incluidos en la cuenta de lo que entra y sale. Así que lo que sale es mucho más que lo que entró.

¿Cuál es el conflicto entre los tipos de cambio de China, Estados Unidos y Europa? ¿Qué debería hacer la Argentina ante esto?
Primero, no debería dar lecciones al mundo, porque nos hemos especializado en salir a explicarle al mundo qué es lo que tiene que hacer. Y, después, seguir esto muy de cerca porque tenemos un peligro grande, no muy inminente -creo yo-, pero que está latente y es Brasil. A pesar de nuestro atraso cambiario, nosotros
hemos tenido un atraso cambiario menor que el de Brasil. Por eso, es diferente la competitividad que se pierde respecto del dólar y respecto del dólar, más el real, más el euro, que son las monedas con las que Argentina negocia. Ahí, también se pierde competitividad, pero menos. Si Brasil en algún momento modificara su política cambiaria -yo no creo que sea inminentemente, ni mucho menos-, el gran mercado que hoy está atrayendo a la industria siderúrgica, automotriz y de bienes argentinos pegaría un vuelco y nos quedaríamos sin ese mercado.
De manera tal que esas cosas hay que seguirlas de cerca. Argentina afuera no puede hacer nada, no tiene ningún peso como para influir en nada. Lo que puede hacer es adentro. Cuando uno sabe que corre determinados riesgos, trata de prevenirlos a tiempo. Un tipo de cambio comido por la inflación no es precisamente la mejor manera de prepararse si hay un sacudón.

¿La Argentina no invirtió lo suficiente o lo hizo ineficientemente en energía, infraestructura, capital social (educación, salud, exclusión social)? ¿Cómo recuperar lo perdido? No hay financiamiento para la inversión productiva, ¿hay espacio para un BNDES en la Argentina?
R.L: Sí, pero gobernar -desde mi punto de vista- es fijar prioridades, todo no se puede hacer. Es igual que la vida de todos nosotros, uno tiene que elegir cosas. Y, para eso, hay que fijar prioridades. Entonces, una discusión sobre una Banco Nacional de Desarrollo, al estilo del brasileño, es como el caso de la distribución de utilidades. Sí, es una discusión válida, ¿por qué no tener un banco así? Pero hay algo anterior a la falta de financiamiento: los 70.000 millones de dólares que se fueron eran financiamiento propio, local, sin pedirle a ningún banco. Ése era el financiamiento más genuino del mundo. Eso era capital empresario que, por miedo
o por la razón que fuere, se fue. Cuando digo que se fue, lo que quiero decir es que se puede haber ido a Suiza, si es sofisticado; al Gran Caymán, si es menos sofisticado; a Uruguay, que está más cerca; o debajo del colchón o la maceta. Desde el punto de vista económico, es lo mismo: es capital que salió del circuito
económico y está guardado.
Entonces, sí vale la pena la discusión. Nosotros tuvimos uno y lo quebramos allá por el año ’80, porque justamente fue fruto del agotamiento del modelo. Cuando se agotó el Modelo de Sustitución de Importaciones y se quería seguir redistribuyendo ingreso, los empresarios decían “si redistribuimos, no invertimos” y ahí empezó a prestar el banco. Pero un desarrollo basado exclusivamente en el crédito, sin capital propio, tiene patas cortas y el banco quebró. Entonces, el orden de las cosas es otro, va de mayor a menor, y esto es: ¿Cómo logramos que los capitales genuinos, propios, locales, se queden a invertir en el país?

lunes, 1 de noviembre de 2010

Defensa consolida programas bilaterales con Brasil

Nilda Garré y Nelson Jobim firmaron una carta de intención para participar de un programa por la construcción del avión KC-390. Así, continúa la política de cooperación económica estratégica existente tanto entre Brasil y la Argentina.
La ministra de Defensa, Nilda Garré, y su par de Brasil, Nelson Jobim, firmaron una carta de intención por la cual se comprometen a iniciar las negociaciones bilaterales con el objeto de "definir los términos y condiciones de la participación de Argentina en el programa KC- 390, referido a la producción en el país de segmentos de dicha aeronave".

El documento establece, también, el interés de hacer factible "futuras adquisiciones por parte del gobierno de Argentina de seis aviones KC- 390 (que cumplen la función de transporte de tropa, de carga similar a la desarrollada por los Hércules C-130), sujeto a la efectiva participación de Argentina en el programa de la aeronave". Esta iniciativa -explica Defensa- forma parte de la cooperación económica estratégica existente, tanto en el ámbito bilateral, como en el de América latina.
Por otra parte, con respecto al prototipo del vehículo liviano "Gaucho", se indicó que en diciembre quedará concluida su homologación y certificación para su posterior producción en serie; en la que Brasil se encargará del motor, y la Argentina de la carrocería. El año próximo, el Ministerio de Defensa llamará a licitación pública con el fin de que las PyMEs se encarguen de la producción.

Fuente: Ministerio de Defensa

Londres prioriza la presencia militar en las Malvinas

Por Graciela Iglesias - Diario La Nación
Recortará gastos de Defensa, pero no alterará las fuerzas distribuidas en torno a las islas.
El gobierno británico anunció drásticos recortes en su presupuesto de defensa, pero no alterará su presencia militar en torno a las islas Malvinas en el Atlántico Sur. Entre los ajustes -los más profundos realizados por un gobierno británico en más de una generación- figura el decomiso inmediato de la flota de aviones Harrier, a la cual Gran Bretaña debe en gran medida su victoria en la Guerra de Malvinas, y del buque insignia Ark Royal, con lo cual el Reino Unido quedará sin capacidad de desplazar una fuerza de portaaviones por casi una década.

Gran Bretaña mantendrá en la zona de Malvinas una fragata, un destructor, una patrullera, un buque explorador, un buque de suministro, el ocasional patrullaje por parte de un submarino y 1076 personas de servicio en tierra. Poco antes del anuncio, el ministro de Defensa, Liam Fox, advirtió que "si alguien cree que la defensa de las Falklands (Malvinas) quedará debilitada, es mejor que piense otra vez".

Es probable, sin embargo, que las tareas de esta "fuerza de disuasión" se vean afectadas por el impacto de los recortes en otras áreas de Defensa, como la reducción del número de destructores (de 24 a 19), el cierre de varias bases de la Royal Air Force, el despido de 25.000 empleados civiles, 7000 soldados y oficiales del ejército, 5000 miembros de la fuerza área y otros 5000 uniformados de la armada. El total del personal en retiro forzoso alcanzará así las 42.000 personas.

El presupuesto de Defensa se reducirá en un 8% durante cuatro años, lo que permitirá un ahorro de 1200 millones de dólares. Las medidas forman parte de un paquete de ahorros estatales aún mayor, que la coalición liberal-conservadora dará a conocer hoy para hacer frente al déficit presupuestario.

Según se informó, los nuevos portaaviones HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Wales no entrarán en servicio hasta 2016 y 2019. Transportarán helicópteros y aviones, no necesariamente británicos, sino también franceses y norteamericanos, ya que participarán de las operaciones dirigidas por la OTAN. La flota de aviones Tornado permanecerá en funciones, pero sólo hasta que cumplan su misión en Afganistán.

El primer ministro David Cameron admitió ante la Cámara de los Comunes que las medidas dejarán "un hueco en las defensas convencionales británicas por unos cuantos años", pero aseguró que el esfuerzo es necesario para "concentrarse en los peligros no convencionales del futuro, como el ciberterrorismo". En un encuentro con oficiales del Permanent Joint Headquarters (equivalente al Estado Mayor Conjunto), Cameron no pudo evitar ser blanco de duras críticas.

"Yo entiendo que hace falta hacer ahorros, pero estas medidas me parecen equivocadas", dijo el teniente coronel Kristin Ward, de 37 años, piloto de aviones Harrier e hijo del coronel Nigel Ward, que durante la Guerra de Malvinas estuvo al frente de la flota de aviones del buque HMS Invincible. Reprochó al primer ministro haber sido premiado por realizar 140 misiones exitosas en Afganistán, con unos recortes que lo dejan "virtualmente desempleado".

El decomiso de los Harrier fue también criticado por el ex ministro de defensa y almirante retirado lord Alan West. "Es algo muy riesgoso. Digamos que en dos años o en tres, Dios lo prohíba, los argentinos deciden invadir las Falklands (Malvinas). Entonces nos será totalmente imposible, aun cuando tengamos un ejército de 10 millones de soldados, ir y hacer algo concreto para defenderlas." Lo mismo opinó su colega, sir Jonathon Band, quien fue primer lord del almirantazgo entre 2006 y 2009: "Esta medida nos ha sacado de un solo golpe nuestra capacidad clásica de reacción ante un escenario de emergencia".

Francia venderá a Rusia portahelicópteros Mistral sin limitaciones de tecnología

© RIA Novosti. Por Aleksei Danichev - Le Bourget (Francia)
Ministro ruso califica de "concretas" las negociaciones sobre la compra del portahelicópteros Mistral.
La compañía estatal francesa DCNS fabricante del portahelicópteros anfibio “Mistral”, no tiene inconvenientes para suministrar esos barcos a Rusia con su respectiva tecnología, dijo hoy el director de la empresa, Pierre Legros a RIA Novosti.
“Los buques tendrán los mismos sistemas con los que cuentan los “Mistral” al servicio en la Marina francesa. No hay limitaciones”, aseguró el directivo durante la celebración de la Feria internacional marítima “Euronaval 2010” en el país galo. Anteriormente, medios de prensa rusos y extranjeros difundieron informaciones de que Francia podría vender navíos “Mistral” a Moscú sin sus modernos sistemas de control y mando. Legros señaló que de acuerdo al contrato que se prevé firmar con la parte rusa durante el año en curso, los dos primeros barcos serán construidos en Francia.

“Después de la transferencia de la tecnología, en los astilleros rusos se pueden construirse otros dos o cuatro buques. La respectiva decisión será tomada por Rusia”, precisó. El director de DCNS confió en que la parte rusa “valorará las ventajas de los buques “Mistral” y no se conformará con la construcción de sólo dos unidades”. Además, Legros informó que el ganador del concurso para el suministro a Rusia de portahelicópteros anfibio “Mistral” se conocerá después del 4 de noviembre.

“Estamos listos para recibir el respectivo contrato después del 4 de noviembre con el fin de poner en marcha la construcción (de los barcos) y terminarla en 36 meses”, concluyó. Con un desplazamiento de 21.000 toneladas y una velocidad de 19 nudos, el portahelicópteros Mistral, de 200 metros de eslora, tiene hasta seis helicópteros en cubierta y transporta cuatro lanchas de desembarco o dos aerodeslizadores. Su tripulación consta de 160 hombres y puede transportar hasta 450 efectivos.

Inauguran en la Argentina el tercer mayor yacimiento de litio

Está en Jujuy y pertenece a la minera canadiense Lithium America. La autopartista Magna y el coloso Mitsubishi son socios de la compañía norteamericana
A unos 100 kilómetros al sur de Purmamarca, Jujuy, y en la desolación de la Puna hay un paraje llamado Susques. Y desde hace un par de años, cuando el geólogo Waldo Pérez se dio cuenta que en esa zona había mucha riqueza escondida, Susques dejó de ser un punto perdido en el mapa.

Según publica Clarín, el paraje de 300 habitantes se transformó en la base de operaciones de Lithium America, presidida por Pérez, que cotiza en la bolsa de Toronto y posee, a 8 kilómetros de allí, en un área bautizada Cauchari, 43.400 hectáreas que está dando que hablar. Como su nombre lo indica, la compañía mayoritariamente de capitales canadienses busca litio, el mineral de moda, materia prima para la colosal industria de las baterías que va desde las que se utilizan en los celulares a las que ya sirven para propulsar los autos eléctricos, consigna el matutino.

La autopartista Magna, que le compró la marca Oppel a Volkswagen y el coloso japonés Mitsubishi son socios de Lithium. Todos están interesados en garantizar ese insumo clave. Ya recolectaron u$s65 millones para los primeros 40 pozos de exploración y Cauchari les dio la sorpresa. Al principio estimaban una producción de 5 millones de toneladas y velozmente trepó a 8,1 millones de un litio casi puro y listo para ser comercializado. Así, Cauchari subió al podio al convertirse en el tercer yacimiento del mundo detrás de Uyuni en Bolivia explotado por una sociedad estatal, que produce 29,1 millón de toneladas y el Salar de Atacama en Chile, de la minera SQM con 26,5 millones de toneladas.

La Argentina contabiliza otros dos proyectos en marcha. Uno es el Salar del Hombre Muerto en Catamarca de FMC de EE.UU. El otro es Salar de Olaroz, de la australiana Orocobre en Jujuy y en la que Toyota tiene una participación de 25%, señala Clarín este lunes.

Waldo Pérez cuenta que el litio se obtenía históricamente a partir de la roca y que su extracción se basaba en un método costoso. Pero en la Puna se encuentra en el lecho subterráneo de los salares. Sólo basta bombearlo y se obtiene el mineral. "El proceso no requiere sustancias tóxicas sino una simple tarea mecánica amigable con el medio ambiente", insiste Pérez. La alta evaporación que existe en el lugar hace las cosas aún más sencillas.

La Puna tiene el 83% del litio del planeta, otro 15% se encuentra en el Tibet y un ínfimo 2% en Nevada, EE.UU. Y el mismo litio es considerado una fuente limpia de energía. Mario de Pablos, director de Lithium, cuenta que las regalías para Jujuy llegan a 3%. Y recalca el efecto multiplicador de la actividad en una zona con ínfimas alternativas económicas. Sin embargo, para otros analistas el 3% parece poco para un recurso no renovable. Sobre todo, si se comprara con las retenciones de 35% que le aplican a la soja.

Otro dato: la cotización de la tonelada del carbonato de litio duplicó su valor en los últimos años hasta alcanzar 6.000 dólares. ¿Motivo? El crecimiento exponencial de la fabricación de baterías recargables para netbooks, notebooks y móviles. La propia Mitsubishi estima un desborde de la demanda para los próximos 10 años. Los más entusiastas de este negocio aventuran, incluso, que la Puna boliviana y argentina podría llegar a ser Arabia Saudita.

Fuente: iprofesional.com

En la Argentina ya son 205 las empresas recuperadas por sus empleados

Las empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT) experimentaron una fuerte expansión en los últimos años y ya suman 205, con casi 9.400 empleados, y mantienen un intenso debate sobre la forma jurídica más adecuada para su consolidación.
Si bien la casi totalidad de las ERT (el 95%) está constituida como cooperativas de trabajo, muchos dirigentes creen que esa forma societaria respondió sólo a una necesidad del momento: la de expropiar activos (máquinas y edificios) de las empresas fallidas. "En realidad, lo que necesitamos es un estatuto del trabajo autogestionado", dijo a la agencia Télam Hugo Fucek, de la cooperativa textil Viniplast, al presentarse días atrás el Tercer Relevamiento de Empresas Recuperadas, realizado en el marco del programa Facultad Abierta, de Filosofía y Letras de la UBA.

El informe consistió en una encuesta general a empresas recuperadas de todo el país, y está prevista una nueva presentación para la zona sur del Gran Buenos Aires, en la Universidad Nacional de Quilmes, el 2 de noviembre. El director del proyecto de la UBA, Andrés Ruggeri, sostuvo que se trabajó con una muestra pormenorizada de 85 casos, visitados en forma presencial por un equipo de investigación formado por 85 estudiantes voluntarios, entre septiembre de 2009 y marzo último.

El relevamiento constató que el número total de ERT registradas en el país pasó de 161 en 2004 a 205 en la actualidad, de las cuales la mitad se concentra en Capital Federal (39) y Gran Buenos Aires (76), consigna Télam. Las metalúrgicas siguen siendo mayoría (48) entre las empresas recuperadas, que en conjunto crearon 2.400 puestos de trabajo en los últimos seis años.

Los datos, dijo Ruggeri, revelan que "la formación de cooperativas o empresas autogestionarias como forma de preservar, ya no es sólo un mecanismo defensivo, como lo fue en 2001-2002, sino también un procedimiento válido de acción frente a conflictos que antes no tenían salida". La puesta en marcha de la producción, de todos modos, sigue siendo uno de los mayores escollos a superar por los trabajadores, pese a que en los últimos años lograron asistencia oficial de distinto tipo, tanto del Ministerio de Trabajo como del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social).

El 49% de esas firmas trabajan para otras empresas que les encargan una determinada producción y les anticipan la materia prima, como una tercerización de servicios. La falta de capital de trabajo es la causa principal por la cual ninguna ERT pudo aún superar el 60% de su capacidad productiva, mientras 52% también reconoció tener serias dificultades para insertarse en el mercado, destaca Télam. Pese a estos problemas, la compulsa revela que la mayor parte del dinero que las ERT utilizan para renovar sus maquinarias (el 60%) surge de fondos propios y no de subsidios.

A los desafíos de crecimiento e inserción en sus respectivos mercados, las ERT afrontan retos especiales, como la necesidad de adecuar el marco regulatorio de las cooperativas, en particular para resolver al cuestión de las nuevos ingresos de personal. Como cooperativas de trabajo, las empresas autogestionadas sólo pueden tomar gente en calidad de aspirantes a socios, con un período de prueba de seis meses, vencido el cual deben definir si los integran.

Según la investigación de la UBA, 46% de las recuperadas tienen en su plantel de trabajadores a personas que no son socias, de las cuales casi dos tercios aparece como contratados. Plácido Peñarrieta, de la Cooperativa Gráfica Chilavert, cree que debe modificarse la Ley de Contrato de Trabajo, porque "si no tenemos una ley clara es muy complicado que podamos resolver la cuestión laboral y el tema de las jubilaciones". Ruggeri, a su vez, sostiene que es el Estado el que tiene que dar un impulso a las ERT "con una política seria y coherente, creando nuevas legislaciones para estos nuevos mundos

Fuente: iprofesional.com

Superamos las 2.000.000 de visitas

Gracias amigos y lectores:
Desarrollo y Defensa ya ha superado las 2.000.000 visitas. Este logro se lo debo a ustedes y al apoyo que me brinda Cecilio Bartolome y nuestro amigo Jorge Lucio.
Y cómo siempre, gracias por esta ahí.
Jorge Elías
Editor

Gran Bretaña pone a la venta el avión más conocido de la guerra de Malvinas

El Ejército se ve obligado a deshacerse de una flota significativa de Harrier dado los recortes presupuestarios anunciados hace algunos días. Son los únicos habilitados para despegar desde portaaviones

El gobierno británico busca compradores para su flota de cazas de despliegue vertical Harrier, que ha decidido jubilar por cuestiones de ahorro. Así lo informa hoy el diario Financial Times, según el cual la India y los Estados Unidos son los mercados que más posibilidades ofrecen para una cincuentena de esos aviones que, en caso de no encontrar comprador, estarían destinados al desguace o a algún museo.
El secretario de Estado de Defensa, Peter Luff, declaró al diario británico que parte del material militar del que el gobierno ha decidido desprenderse, que incluye aviones de reconocimiento Nimrod, podría encontrar acomodo en algún otro país. "No quiero especular sobre el mercado. No quiero que piensen que queremos deshacernos sin más (de ese material), pero estamos estudiando muy cuidadosamente las opciones posibles. Hay mercados fuera, particularmente para él ", explicó Luff.

La venta de esos aviones, aunque fuera a precios de saldo, sería una buena noticia para el Ministerio británico de Defensa, que trata de cumplir este año los objetivos que se le han marcado en materia de ahorros. Sin embargo, en fuentes tanto del gobierno como del sector de la defensa se reconoce que la venta no es fácil ya que existen otras alternativas en el mercado y sólo un puñado de países tiene experiencia con los Harrier. Todavía son menores, según FT, las probabilidades de encontrar comprador para el avión espía Nimrod MRA4 dado que su producción lleva nueve años de retraso y se ha rebasado el presupuesto inicialmente previsto.

La renuncia al Harrier, que tuvo un papel importante en la guerra de Malvinas, contra Argentina (1982), es una decisión tremendamente significativa ya que Londres no tendrá durante al menos diez años aviones con los que despegar desde sus portaaviones. El Ministerio de Defensa había invertido fuertemente en mejorar los sistemas electrónicos de esos aviones, que teóricamente al menos podrían continuar en servicio hasta mediados de la década siguiente.

Sin embargo, obligado a elegir entre el Harrier y el Tornado, que despega desde tierra, el gobierno optó por este último dada su mayor funcionalidad. Según Financial Times, el país que podría estar más interesado en el Harrier es la India, que en los años '80 compró ya una treintena de Sea Harriers, el modelo anterior.

Otro posible comprador serían los Estados Unidos, que podrían con ellos complementar su propia flota, al servicio del cuerpo de marines. España e Italia utilizan también algunas versiones de ese caza.

Fuente: Infobae.com

El ancestral dinkel, un cereal que se presenta en el país

Por Roberto Seifert - LA NACION
Silvia Lafontaine desarrolla el cultivo en su campo de General Alvarado; se trata de un "pseudotrigo" muy rico en cualidades nutricionales y medicinales
El dinkel está en la Argentina y sus productos elaborados con su harina estarán disponibles muy pronto. ¿De qué estamos hablando?: de un nuevo cereal en el país, pero con una historia ancestral en Europa. Este dinkel ( Triticum Espelta ) patentado en la Argentina con el nombre Eco Fauno, es un "pseudotrigo" como lo definió su obtentora, Silvia Elena Lafontaine, quien desde 1996 comenzó a sembrarlo en el establecimiento familiar La Madrecita, en Nicanor Otamendi, partido de General Alvarado, Buenos Aires. Lo hace en forma orgánica (sin agroquímicos) sin arar la tierra, manteniendo el suelo fértil naturalmente.

"Se trata de una especie de trigo que se cultivaba unos 7000 años antes de Cristo y es considerado el origen de todas las variedades actuales de se cereal", dijo Lafontaine, integrante del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO) y única productora de dinkel en el país. "Es un cereal que él público local no conoce y que es muy importante no sólo para la elaboración orgánica de panes, fideos, masas, patés y cervezas de agradable sabor dulzón parecido a las avellanas, entre otros productos, sino también por sus propiedades para combatir el colesterol y los triglicéridos, entre otras virtudes. Es rico en hidratos de carbono, proteínas, oligoelementos y minerales como el magnesio, hierro, fósforo, regulariza el metabolismo del azúcar en sangre (bueno para los diabéticos), aunque por su alto contenido de gluten es contraindicado para los celíacos", dijo la productora a LA NACION.

Lafontaine informó que el público podrá conocer el Eco Fauno en la degustación que harán las panificadoras orgánicas porteñas Haus Brot, Esquina de las Flores y Campo Claro, en la presentación de productos orgánicos que se hará mañana, de 11 a 16, en el hotel Hyatt, en esta capital, con entrada libre y gratuita. Además, del 26 al 28 de noviembre, estará en la Primera Feria Nacional de Turismo Rural Sustentable y Producción Orgánica, en Luján (Buenos Aires).

Lafontaine es licenciada en Ciencias Políticas, pero debió cambiar su rumbo: desde 1987 quedó a cargo del campo cuando su padre le relegó el mando por razones de salud. "Fue Lanfranco Burattini, amigo y productor orgánico, quien me trajo las semillas de dinkel desde Europa hace 14 años y me acompañó y confió en mí para que las empiece a multiplicar en nuestro establecimiento", explicó la productora. "Tuve que capacitarme e investigar mucho para hacer rentable un campo pequeño (159 hectáreas). Aprendí sola y también de la mano de mi patrocinante, el ingeniero agrónomo Gustavo Lundberg", agregó Lafontaine, quien complementa su actividad con ganadería, que desarrolla con pastoreo racional intensivo.

Finalmente el dinkel Eco Fauno se inscribió en el Registro Nacional de Cultivares y el Registro de Propiedad de Cultivares el 30 de julio de 2008. Es un cultivo de ciclo largo. Se siembra en mayo y se cosecha a fines de diciembre o principios de enero. "Las ventajas son enormes porque como cuenta con una calidad genética superior y pura no tiene manipulación genética, por lo tanto es muy resistente a la sequía, a las plagas y a los parásitos", apuntó la productora. Agregó que en su campo destinó al cultivo entre 40 y 70 hectáreas. "El rendimiento es variable: de 1500 a 3000 kilos por hectárea. Esto es parte del aprendizaje que aún me falta. Busco la estabilidad, porque siempre aparece una espiga diferente. Por eso es muy importante la rotación con cualquier otro cereal", dijo la productora, quien consignó la participación de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Barrow en los ensayos.

Contó Lafontaine que en 2004 había empezado a exportar a Europa. Fue un contenedor con unas 27 toneladas. "Pero en 2008 surgió el conflicto del campo con el Gobierno que nos afectó directamente como productores orgánicos. Teníamos compromisos de exportación que no pudimos cumplir en tiempo y forma porque la Oncca, que funciona en el control de mercados y no en su verdadera función de fiscalizar, suspendió los cupos. La inscripción en ese organismo como importadores y exportadores tardó dos meses, en consecuencia, no pudimos importar semilla para la propagación, se perdió la fecha de siembra y la sequía impidió multiplicar esta especie en 400 hectáreas por primera vez en el país", agregó.

Y este año cuando se aprestaba a exportar el cereal a Europa, a 1600 dólares la tonelada (tiene esa alta cotización por el poco rendimiento y excelente calidad), surgió la crisis en Grecia y la operación se vino abajo. "Por eso estoy ingresando en el mercado interno con un producto que pocos conocen; pero necesito respaldo financiero. Tengo un altísimo costo (unos 500 dólares por tonelada sin contar la semilla). Además, a todos los productores orgánicos nos falta apoyo del Gobierno para promoción y difusión de nuestros productos", concluyó Lafontaine.

Dilma Rousseff: la primera presidenta de Brasil

Por Leandro Uría para el diario La Nación

La candidata oficialista venció con amplitud al socialdemócrata Serra y será la sucesora de Lula; emocionada, agradeció el respaldo del mandatario, crucial para su victoria
 Tal como anticipaban las encuestas, Dilma Rousseff, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT, en el gobierno), se convirtió ayer en la primera mujer que presidirá Brasil, al vencer en el ballottage con un 56% de los sufragios (55,7 millones de votos), a su rival socialdemócrata, José Serra, que logró el 44% de los votos (43,6 millones).

De este modo, Rousseff, una economista de 62 años de ascendencia búlgara, que fue guerrillera y estuvo en prisión entre 1970 y 1973, cuando sufrió torturas reiteradas, se transformará el 1° de enero próximo en la sucesora del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, un ex sindicalista metalúrgico que no terminó la escuela primaria y que en casi ocho años de presidencia siguió con la transformación del país que había iniciado su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, hasta volverlo una de las principales potencias emergentes del mundo.

Al igual que en la primera vuelta (en la que Rousseff logró un 47% de los votos, 14 puntos más que Serra), la votación, que se realiza por medio de urnas electrónicas, sorprendió por lo rápida y ordenada: los resultados estuvieron una hora y cuatro minutos después del cierre de la última urna, lo que fue considerado "un récord mundial" por el Tribunal Superior Electoral de Brasil. "Agradezco a los brasileños y brasileñas la confianza que depositaron en mí. Prometo honrar su confianza", dijo anoche Dilma en las primeras declaraciones a la prensa tras la difusión de los resultados, mientras salía del Palacio la Alvorada, donde esperó con Lula los resultados, que al final de la jornada arrojaron el dato de que la abstención fue de un récord de 21,5%. En la primera vuelta había sido del 18%.

"Recibí la misión más importante de mi vida. Es una demostración del avance democrático de nuestro país, porque por primera vez una mujer presidirá Brasil", dijo anoche Rousseff, la duodécima mujer en llegar al poder en América, en su primer discurso como presidenta electa. Se comprometió a honrar a las mujeres, erradicar la miseria, valorizar la democracia y procurar "la más amplia libertad religiosa y de prensa". Sobre las 22.40 locales, Serra, que ya había sido derrotado por Lula en las elecciones de 2002, reconoció su derrota y felicitó a Rousseff, en un discurso en el comité del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en San Pablo. "Estoy muy agradecido a los 43,6 millones que votaron por mí. No puedo hablar de frustración, sí de confianza y de esperanza", dijo Serra.

Más allá de que carece del carisma de Lula, cuya gestión es respaldada por el 83% de los brasileños, Dilma logró consagrarse con un mensaje simple: prometió continuar con las políticas de Lula (con el eje en la justicia social y en la reducción de la pobreza), pero con un estilo propio para desarrollar lo que denominó "un Brasil con alma y corazón de mujer".

Para ello contó con el apoyo incondicional del mandatario, presente en interminables actos de campaña. A pesar de que fue la primera vez que se presentó para un cargo electivo, esta economista con fama de técnica "dura e implacable", que se convirtió en la mano derecha de Lula tras desempeñarse como su ministra de Energía y jefa de gabinete, logró ayer el triunfo electoral más resonante al que pueda aspirar un político en este país. Al igual que Lula, la presidenta electa de Brasil se presenta como una "luchadora", un perfil que atrae mucho al electorado brasileño.

Gobernará un país en franco ascenso: durante sus casi ocho años del mandato, el gobierno de Lula logró sacar a 23 millones de personas de la pobreza, mientras que la economía, que este año se expandirá un 7,5%, crece en forma sostenida. Brasil vive hoy un boom de consumo y capta millonarias inversiones extranjeras, fogoneadas en parte por el descubrimiento de cuantiosos yacimientos petrolíferos submarinos, conocidos como presal. En 2014, el país será sede del Mundial de Fútbol, y dos años después, de los Juegos Olímpicos. Para ese entonces, será, según las estimaciones, la quinta economía mundial.

Para Dilma no fue un camino fácil. Virtual desconocida para la mayoría de los brasileños, necesitó una transformación total de su imagen, en la que participó un equipo de asesores de marketing, peinadores, vestuaristas y cirujanos plásticos. Pero la clave estuvo en el apoyo incondicional que recibió de Lula, que anoche, por primera vez desde que comenzó la campaña, resignó el alto perfil que mantuvo a pesar de la catarata de críticas y dejó el escenario libre para Dilma y su compañero de fórmula, Michel Temer.

"Serra sale empequeñecido. El hizo una campaña agresiva contra Dilma, que fue víctima del prejuicio contra la mujer", había dicho Lula al votar. "No considero participar de nuevo", afirmó después, al ser consultado sobre la posibilidad de postularse en 2014. Serra, que apenas se difundieron los primeros resultados llamó a su rival para felicitarla, dijo anoche en su discurso que los votos que recibió representan una "victoria estratégica" y anticipó una dura oposición. "Para los que nos imaginan derrotados, quiero decir: apenas estamos comenzando una lucha", afirmó. Al votar, el propio Serra había admitido que durante la campaña enfrentó una "batalla desigual" y subrayó la necesidad de una alternancia en el poder.

Anoche todo eso había quedado atrás. En la Explanada de los Ministerios, la amplia avenida flanqueada por edificios vanguardistas, todo era fiesta: miles de partidarios del PT esperaban a Dilma haciendo flamear sus banderas y celebrando eufóricos bajo la lluvia. Tal vez así lo había soñado Oscar Niemeyer, el arquitecto que diseñó esta ciudad en un intento de darle a Brasil una capital acorde con su vocación de gran potencia, que hace unos días anticipó que apoyaría a Dilma en estos comicios.

Comentario:
Mucha suerte Brasil y que continuen los exitos...

Recordando al Fokker 100

El Fokker 100 es un avión de pasajeros bimotor a reacción fabricado por la compañía neerlandesa Fokker entre 1986 y 1997, con la intención de reemplazar al Fokker F28, con el que comparte el diseño básico del fuselaje y de las alas. Su lanzamiento se anunció en noviembre de 1983, de manera conjunta con otro modelo, el turbohélice Fokker 50. El primer prototipo realizó su primer vuelo el 30 de noviembre de 1987, convirtiéndose en el mayor avión construido por el fabricante neerlandés.

En 1993 se introdujo una versión más corta y con menor capacidad de pasajeros para reemplazar de manera directa al Fokker F28, que recibió la denominación Fokker 70. También se tenía prevista otra versión para más capacidad, denominada Fokker 130, y una versión carguera denominada Fokker 100QC que no llegaron a materializarse debido a la quiebra de la compañía en 1996. Desde 1999 la empresa neerlandesa Rekkof (que corresponde al nombre de Fokker leído inversamente) pretende reanudar la fabricación de los modelos Fokker 70 y Fokker 100, pero hasta el momento el proyecto no ha seguido adelante.

Especificaciones:
Tipo: Avión comercial

Fabricante: Fokker
Primer vuelo: 30 de noviembre de 1986
Introducido: Febrero de 1988
Estado: En servicio
Producción: 1986 - 1997
Construidos: 283
Desarrollo del Fokker F28
Desarrollo del Fokker 70
Motores: 2 Rolls-Royce Tay Mk 62015, instalados en la parte posterior del fuselaje
Capacidad: 107 (1 clase) o 97 (2-clases) pasajeros
Longitud: 35,53 m
Envergadura: 28,08 m
Altura: 8,50 m
Velocidad máxima de vuelo: 845 km/h (525 mph, 456 kn)
Alcance máximo: 4.300 km
Peso del avión vacío: 24.272 kg
Peso máximo en despegue: 43.390 kg
Tripulación: 2 pilotos y 2 o 3 tripulantes de cabina.

Fuente: Wikipedia (Modificada)

Avión Yun-8X de Patrulla Marítima

El avión Y-8 de patrulla marítima (MPA) con base en tierra, es un avión de guerra antisubmarina basada en el avión turbohélice Y-8 de transporte fabricado por la Corporación industrial Shaanxi de China. Solo se han construido cuatro aparatos para la Armada China desde mediados de la década de 1980.
En 1983, la Shaanxi Aircraft Company desarrolló un avión de propósito especial sobre la base del aviones de transporte turbohélice Y-8 (copia china con licencia de Rusia del An-12 Cub) para efectuar patrulla marítima de largo alcance y misiones de reconocimiento, búsqueda y salvamento (SAR).
El desarrollo comenzó en 1983,  con el objetivo fijado para entregar el primer avión a la PLANAF en 1984.
El Y-8MPA se basa en el fuselaje del Y-8, pero equipado con aviónica mejorada y diversos equipos  para el vuelo de la misión marítima de largo alcance. El avión está equipado con radar de búsqueda, el sistema Omega de navegación, contramedidas electrónicas de autodefensa (ECM), sistemas ópticos con cámaras infrarroja, receptor de sonar y sonoboyas. La puerta trasera de carga fue removida y reemplazada por una ventana para efectuar tareas con sonoboyas y cámaras. La torreta trasera también fue eliminado y sustituido por el asiento del operador de sonar.
Shaanxi logró terminar el desarrollo en menos de un año, la confección de 11.000 páginas de planos y la realización de más de 20 pruebas. El primer Y-8MPA fue entregado a la Marina a finales de 1984, y el avión recibió el certificado nacional de diseño en 1985.
El  Y-8MPA ha sido ampliamente mejorado con aviónica mejorada y equipos de misión. El avión está equipado con el radar de búsqueda de superficie Litton APSO-504 (V) 3 (ahora parte de Northrop Grumman) alojados en la cúpula de su proa. El avión ha mejorado su sistema de radio, sistema de navegación inercial (INS) y el sistema Omega de navegación global. Los equipos requeridos incluyen equipos de detección infrarroja de submarinos, cámara óptica para media y alta, cámara óptica de baja altitud, cámara infrarroja de superficie, sonoboyas, receptor de sonar, radio UHF, receptor de radio baliza, y unos cinco botes de goma lanzables individuales. Además, incluye receptores de advertencia de radar (RWR) y lanzadores de bengalas.

Especificaciones:
Origen: China
Tripulación técnica de vuelo: 5
Tripulación estándar: 2 a 4 hombres
Envergadura: 38.0m
Longitud: 34.02m
Altura: 11,6 m
Peso en vacío: 35.488 kg
Peso: 54.000 kg
Peso máximo al despegue: 61.000 kg
Velocidad de crucero: 550 kmh
Velocidad máxima: 662 kmh
Techo de servicio: 10.400 m
Velocidad de ascenso: 10 m/s 
Alcance: 5.620 kilómetros - 10,5 horas de vuelo
Distancia de despegue: 1.270 m
Distancia de aterrizaje: 1.050 m

Fuente: Sinodefence.com (Traducción libre Desarrollo y Defensa)

La Marina Noruega recibe otro buque patrullero rápido clase Skjold

La Real Marina Noruega recibió el segundo de seis barco de patrulla rápido Skjold, bajo el programa conducido por un consorcio que abarca DCNS y dos contratistas noruegos con DCNS que actúan como diseñador del sistema de combate y a coproveedor. Las autoridades noruegas confiaron el programa Skjold a un consorcio de tres contratistas con DCNS como autoridad y coproveedor del diseño del sistema de combate.
DCNS está trabajando con el astillero Umoe Mandal de Noruega y Defence & Aerospace de Kongsberg. Skjold FPB fue diseñado específicamente para patrullar las aguas litorales de Noruega. Por consiguiente, el sistema de combate se adapta a los requisitos de este ambiente exigente así como de una tripulación reducida. Gracias a las comunicaciones avanzadas y a los sensores, estos barcos también podrán participar activamente en operaciones internacionales conducidas por la OTAN.

Las características de sistema del combate ocho misiles anti-ship y un cañón de 76 milímetro que pueden adquirir varios blancos inmediatamente en alcance que exceden los 12 kilómetros. La validación del sistema de combate fue alcanzada después de la finalización acertada de una campaña que implicaba los lanzadores de señuelos y el arma principal. Los ensayos ocurrieron en agosto en Bergen. El primer buque de clase Skjold FPB, P961 Storm, fue entregada formalmente el 9 de septiembre durante una ceremonia de bautizo llevada a cabo el mismo día.
El segundo de la clase, P962-Skudd, fue bautizado y entregado el 28 de octubre de 2010. Los cuatro siguientes de esta clase se planean entregar antes de finales de 2011. El éxito del programa Skjold es el fruto de una sociedad a largo plazo entre DCNS y Noruega. Entre 1997 y 2004, DCNS demostró su maestría en diseño del sistema de combate y el desarrollo como primer contratista para la modernización de 14 barcos de patrulla rápidos de la clase Hauk para la Real Marina Noruega.

Fuente: Espejo Aeronautico (Modificado)

Rusia suministrará a Venezuela 35 carros de combate T-72 y T-90

Rusia tiene previsto suministrar una nueva partida de de 35 tanques al Gobierno de Hugo Chávez así como otro tipo de armamento, según declaraciones del primer ministro ruso Vladimir Putin.
Aunque Putin no lo precisó, diversos expertos consideran que se trata de los tanques T-72 y los T-90, que sustituirían a los MX-30 franceses y que ya han sido adquiridos por una treintena de países, entre ellos Irán y Siria. "Estamos dispuestos a suministrar tanques y, con respecto a otros tipos de armamento, también lo haremos de forma amplia. Las empresas rusas han comenzado a trabajar de acuerdo a sus pedidos", dijo Putin.

Por su parte, Chávez subrayó que "el tema de la cooperación militar, por la que tanto nos atacan, va muy bien". "Ahora, sí tenemos unas Fuerzas Armadas", aseveró Chávez, quien mencionó algunas de las compras de armamento ruso realizadas por Caracas en los últimos años: blindados, cazas Sujói, que describió como "el mejor avión del mundo", o fusiles Kaláshnikov.
Por su parte, el presidente ruso, Dimitri Medvédev, aseguró también que Moscú no reducirá la cooperación técnico-militar con Caracas, "en esta esfera ni siquiera ahora hemos disminuido sus revoluciones", afirmó Medvédev. En su última visita a este país en septiembre de 2009, Chavez arrancó el compromiso de Medvédev de que Rusia suministrará a Venezuela las armas que necesita, incluidos tanques y carros blindados. En abril pasado durante su visita a Venezuela, Putin afirmó que Venezuela planeaba comprar armas rusas por valor de más de 5.000 millones de dólares.

Esa cifra incluye el crédito de 2.200 millones de dólares que Moscú entregará a Caracas para la adquisición de ese armamento pesado. Venezuela, que desde 2005 ha adquirido armas rusas por un valor de 4.400 millones de dólares, se ha convertido en el principal cliente latinoamericano de la industria militar rusa, lo que preocupa a EEUU y Colombia. Además, la prensa rusa ha informado de que Venezuela podría estar interesada en submarinos diesel-eléctricos de la clase "Varshavianka".

Fuente: Infodefensa.com (Modificado)
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