Por Fernando Gutierrez -iProfesional.com
El 2012 encuentra al país batallando nuevamente con otra crisis financiera global. En este contexto, el Gobierno buscará que no decaiga el mercado interno, principal motor de la economía. Echará mano a distintos mecanismos para que la pasión por seguir de shopping "no se manche"
A esta altura, la pregunta ya es un clásico de cada comienzo de año desde que Cristina Kirchner es presidenta. Y, sin embargo, no pierde su vigencia ni su relevancia.
El interrogante, otra vez inevitable, es el siguiente: ¿quiénes comprarán los 900.000 autos cero kilómetro, las 700.000 motos, los 12 millones de celulares, los 2 millones de LCD, los 120 millones de pares de zapatos y el millón de entradas por shows internacionales en el estadio de River?
Es que el Gobierno insiste en que, contra todos los pronósticos y aun a pesar de sus propias medidas de ajuste -como la quita se subsidios- la demanda interna seguirá batiendo récords y volverá a constituirse en el principal motor de la economía.
Y no sólo se trata de un entusiasmo oficialista. Porque también los empresarios, tanto los industriales como los de las cadenas comerciales, mantienen un optimismo para el 2012 que no se condice con los pronósticos de tormenta económica en el mundo y coletazos sobre la Argentina.
¿Es racional semejante entusiasmo cuando los bancos prevén menos crédito, la inflación sigue siendo un problema y el poder adquisitivo se verá erosionado por la suba de los servicios públicos?
Los números muestran que, pese a los temores que pudieron haber generado el "cepo" al dólar o la quita de subsidios, la pasión por ir de shopping se mantiene.
Haciendo una cronología, en noviembre -tras instalarse las nuevas reglas en el mercado cambiario- se registraron buenas ventas, a pesar de que estacionalmente no suele ser un buen momento comercial (es una especie de valle entre el "pico" del Día de la Madre en octubre y la temporada navideña de diciembre).
Rubros como electrodomésticos y mobiliarios para el hogar registraron subas del 8% en volumen (es decir, en términos reales, sin el efecto inflación), según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa. Luego, la Navidad confirmó que los comerciantes estaban en lo cierto al esperar un boom de ventas que finalmente se dio, con una suba de 10% respecto del 2010.
Más cerca en el tiempo, siguieron las vacaciones, que marcaron récord de turistas tanto en el país como en el exterior (ver nota: Se se disparó la cantidad de argentinos que veranean en el exterior). En el caso de los autos -un rubro estrella y principal símbolo del bienestar económico K- la comercialización siguió registrando elevados niveles.
Hasta el momento, los empresarios de esta rama de actividad no ven un 2012 que les genere temor. Prevén que seguirán creciendo, aunque a menor ritmo. En este sentido, hay cinco cuestiones que se perfilan como las más relevantes para que el consumo se mantenga "caliente".
1: Efecto AFIP y dólar barato
En otros momentos, dificultarles a los argentinos el poder hacerse de su "bien más preciado", como lo es el dólar, o avisarles que iban a tener que pagar más por la luz, gas, agua o transporte hubiese significado un fuerte freno en sus decisiones de compra, e incluso vacacionales. Pero, para sorpresa de muchos, estas medidas no sólo no minaron la voluntad consumista sino que hasta parecerían haberla exacerbado.
Sucede que muchos tienen temor de adquirir divisas y así quedar bajo la lupa de la AFIP. Tampoco quieren quedarse con los pesos en el bolsillo y entonces adelantan sus decisiones de compra. Además, la percepción de que el dólar está barato juega como aliciente para adquirir productos importados -cuyos precios están atados a la evolución del billete verde- antes de que sobrevenga una eventual corrección cambiaria.
"Cuando la gente piensa en proteger su dinero, evalúa cuál es el activo alternativo. Y si no puede ir al dólar, entonces va a los bienes que se mueven junto a él", afirmaba Juan Luis Bour, de FIEL, al establecerse las nuevas medidas cambiarias.
Desde esa perspectiva, no considera para nada descabellada la idea de "un pico consumista de corto plazo, potenciado por aquellos que compran ahora para cubrirse ante un ajuste en el tipo de cambio". ¿Cuánto es ese "corto plazo"?:
• Para los analistas más escépticos es el primer cuatrimestre. A partir de ese entonces, las familias comenzarán a moderar sus gastos, al tener que enfrentar la primera ola de ajustes del año (colegio, prepagas, alimentos, expensas, alquileres, etc.) y, además, reciban "nuevas boletas" sin subsidios en tarifas.
• Para los más optimistas, puede extenderse unos meses más, siempre y cuando bancos y tarjetas alienten los pagos en cuotas fijas -que posibilitan el "efecto licuación"- o bien los argentinos mantengan su postura de no quedarse con pesos en el bolsillo. "Observamos un mercado con niveles similares de crecimiento sostenido, en base a las compras de productos que fueron muy fuertes en 2011", afirma Federico González Iturbe, gerente general de Compumundo.
2. Efecto empleo
¿Habrá un sustento real para que la aguja del consumo siga indicando "full"? Por lo pronto, la "batalla por el factor anímico" sigue mostrando una amplia predisposición a comprar. En contra de las previsiones de los economistas, los ruidos políticos de las últimas semanas no cambiaron la tendencia de los argentinos a seguir de shopping.
En este sentido, el sondeo mensual de la Universidad Católica -realizado ya en plena vigencia de los controles cambiarios y tras los anuncios sobre aumentos de los servicios públicos- indica que las expectativas sobre la economía y sobre la propia evolución de los ingresos familiares, aún muestran niveles altos.
Otro dato expresivo es la confianza respecto de la buena situación en el empleo. La cantidad de argentinos que perciben como un problema la falta de trabajo está en sus mínimos de la última década. Y las expectativas para los próximos meses son, incluso, la de una mejora en este ítem. Un 75% de los encuestados cree que la cantidad de puestos de trabajo disponibles aumentará o, al menos, se mantendrá igual.
La confianza sobre la estabilidad laboral es algo que está íntimamente ligado con la predisposición a consumir, tal como ya quedó comprobado. De hecho, influye más que otros aspectos del contexto económico, tales como la inflación. Esa es, por otra parte, una de las grandes diferencias entre el momento actual y el último antecedente de recesión global, ocurrido en 2009.
En aquella oportunidad, la cantidad de argentinos que temía por la escasez de trabajo era más del doble que la de hoy en día. Y esto contribuyó a que muchos postergaran sus decisiones de compra.
3. El efecto "redireccionamiento"
Está claro que, pese a ser un factor muy importante, el buen estado de ánimo de gran parte de la sociedad puede no ser suficiente para mantener el consumo "caliente", frente a un enfriamiento en el ritmo de crecimiento del país. Es ahí donde entra en juego el Gobierno y el despliegue de su artillería para empujar el ritmo de compras, si bien en 2012 dispondrá de menos municiones que en años previos. "Pienso defender con uñas y dientes esta poderosa demanda interna", había afirmado la presidenta Cristina Kirchner en la inauguración de una planta industrial.
Los dichos de la mandataria fueron replicados -en una especie de "dogma de fe"-, por el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien afirmó días atrás que el "consumo no será una variable de ajuste".
Desde el Gobierno no explicitaron cómo se hará, aunque es un secreto a voces que el Ejecutivo aplicará los mismos estímulos de siempre: la utilización de recursos públicos. Según estima Ricardo López Murphy, el incremento podría llegar hasta u$s30.000 millones en 2012, lo que implicaría un aumento del 14% (en dólares) respecto del gasto actual.
"El kirchnerismo ha demostrado ser pragmático. Lo que está haciendo ahora es adecuarse a un entorno internacional que se presenta más difícil, pero sin renunciar a que el consumo siga siendo el motor", señala Ricardo Delgado, economista jefe de Econométrica.
Y agrega: "Las prioridades seguirán siendo la asistencia al empleo y el gasto social".
La pregunta del millón (o de los millones) es cómo hará para contar con ese dinero, en un año que lucirá más complicado. Y la respuesta ya fue contestada por los propios funcionarios: redireccionando el "ahorro" que logrará vía quita de subsidios.
El propio ministro Julio De Vido dio las primeras pistas: "La reducción paulatina no está pensada para generar un ahorro fiscal", afirmó ante un auditorio de empresarios, a quienes aclaró que los fondos serán "redireccionados". Por lo pronto, los casi $5.000 millones que quedarán "liberados" en esta primera etapa de recortes pueden parecer un porcentaje todavía pequeño frente a los $70.000 millones que se gastan anualmente en subsidios, pero dicho monto disponible crecerá sustancialmente cuando empiece la fase masiva de quita de beneficios.
4. El efecto ANSES
Hay, además, otro jugador importante que en 2012 está llamado a tener un rol protagónico en el estímulo al consumo. Es la ANSES, que ya en la anterior recesión de 2009 volcó buena parte de sus recursos a otorgar préstamos para empresas. Ahora, se acrecientan las versiones respecto de que jugará un rol muy activo en el financiamiento de las grandes cadenas de comercios -destinando parte de sus fondos a la compra de fideicomisos financieros que éstas estructuran.
¿Por qué apuntan a esto? Porque este mecanismo de fondeo es el que les permite a los comercios ofrecer a los consumidores los tan ansiados pagos en cuotas fijas. Para tener una idea de la importancia de este sistema, los valores colocados en el Banco Central -por más de $20.000 millones- equivalen a casi la mitad del saldo que los bancos prestan mediante tarjetas de crédito.
Al respecto, directivos de grandes cadenas consultados por iProfesional.com se mostraron confiados en que, ante una eventual disminución o encarecimiento del crédito bancario, la intervención estatal posibilitará que los retailers puedan incrementar el financiamiento propio. Más aun. La posibilidad de que la ANSES sea la que "lubrique" este sistema es algo que ya hoy está en las hipótesis de trabajo de los gerentes financieros.
5. El efecto "estilo chino" en sectores de menores recursos
Finalmente, la otra apuesta fuerte del Gobierno será la de mantener bien en alto los planes de asistencia social, que posibilitan el consumo de los sectores de menores ingresos. Por lo pronto, en su debut ante el Congreso, Lorenzino, adelantó que en 2012 se sumarán 100.000 nuevos beneficiarios al programa de Asistencia Universal por Hijo.
Los analistas sostienen que no hay que subestimar la importancia de este segmento. Es que las posibilidades con las que ahora cuentan para gastar más se han convertido en uno de los fenómenos sociales más destacables de los últimos años. Pueden dar cuenta de ello varias ramas de actividad comercial, tales como supermercados, que siguen mostrando buenos números.
A modo de ejemplo, los autoservicios chinos vienen reportando aumentos interanuales de ventas en torno del 8 por ciento.
La Presidenta ha sido bien explícita respecto de la importancia que le asigna a este tema, y del efecto positivo de la baja propensión al ahorro de los sectores menores recursos. "Todo lo que ganan, lo consumen. Y así mantienen la fuerza de la actividad económica. Si no me creen, pregúntenle a los chinos", sentenció.
La batería de medidas está lista. Entre los analistas se percibe cierto escepticismo. Pero esta sensación no es compartida por los comerciantes que se muestran confiados en que será otro buen año. Mientras tanto, tal como afirma un reciente número de la revista The Economist, en relación a la Argentina y la crisis global, "Cristina se prepara para desafiar la ley de la gravedad".