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sábado, 16 de enero de 2016

Tensión en mares de Asia

(La Nación) - En los mares asiáticos, el comercio es el más intenso del mundo, pero también lo son los conflictos de soberanía que permanecen abiertos y que están originando otra lamentable carrera armamentística.

Nos referimos a las disputas entre China y Japón, que afectan a las islas que China denomina Diaoyu, y Japón, Senkaku. Aparentemente, en torno de ellas habría importantes yacimientos de petróleo y gas natural. Existen otros conflictos de soberanía, los marítimos, como el que enfrenta a Japón con Corea del Sur por las islas que el primero llama Takeshima y el segundo país, Dokdo.

Actualmente, en Asia hay en proceso de compra, adquisición u operación nada menos que dieciocho portaaviones. De ellos, cinco corresponden a China, cuatro a Japón, cuatro a la India, dos a Australia, dos a Corea del Sur y uno a Tailandia. Se ha desatado una verdadera fiebre cuyas consecuencias podrían resultar muy graves.

En todo el mundo hay hoy 37 portaaviones que están activos, distribuidos entre una docena de distintas marinas de guerra. El más moderno es el que botaron los Estados Unidos en noviembre de 2013: el Gerald Ford, con 4000 tripulantes, que puede lanzar 220 ataques aéreos por día.

En Asia se trata de portaaviones que, en su gran mayoría, son de los llamados "híbridos", aquellos capaces de llevar tanto aviones de despegue vertical como helicópteros modernos de ataque, armados con misiles.

En 2013, Japón también botó su portaaviones. Al propio tiempo, la India hizo lo mismo con el suyo. Hoy, la India tiene un segundo portaaviones navegando, que fue adquirido en Rusia. China había comprado su primer portaaviones a Ucrania en 1998 y anunció que tiene otro en construcción avanzada. Australia cuenta con dos en construcción. Corea del Sur, cuyo vecino del norte es particularmente intranquilizador, tiene uno del que despegan helicópteros artillados. Tailandia, desde 1997, opera el más pequeño del mundo, construido en España.

Esta carrera armamentística es preocupante. En África, Angola está adquiriendo el portaaviones español Príncipe de Asturias. Y podría encontrar imitadores.

La proliferación de este tipo de buques de gran porte y avanzada tecnología es una clara señal de la intranquilidad que generan en Asia los actuales conflictos y reclamos de soberanía. La región se encuentra en alerta, inmersa en un peligroso ambiente de movimientos estratégicos, que incluyen la construcción de islas artificiales y generan fuertes tensiones que, a su vez, alimentan viejas rivalidades.

jueves, 24 de septiembre de 2015

La Corte de La Haya falla a favor de Bolivia en su reclamación a Chile de un acceso al mar

(RT.com) - La Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) se declara competente en la demanda marítima de Bolivia, que históricamente exige a Chile un acceso al Pacífico. La decisión es favorable a Bolivia.
La Haya ha resuelto seguir adelante con el litigio entre Bolivia y Chile por el acceso al mar. Los 14 magistrados de la Haya votaron a favor de la competencia de la corte para seguir con la demanda presentada por Bolivia en contra de Chile. Dos magistrados votaron en contra.

La decisión es favorable a Bolivia, ya que implica que el proceso continuará. Si la Corte se hubiera declarado incompetente, el proceso habría concluido, obligando a Bolivia buscar otras vías para satisfacer su reclamación.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Las claves del proceso entre Bolivia y Chile ante la Corte de La Haya

EL PAÍS - FERNANDO MOLINA - La Paz -
Los abogados de ambos países presentan esta semana sus alegaciones en el litigio sobre la frontera marítima

Abogados de Bolivia y Chile comparecerán a lo largo de esta semana ante la Corte Internacional de La Haya y presentarán alegatos a favor y en contra de que esta Corte se declare competente para analizar una demanda en contra de Chile, que busca obligar a este país a negociar “de buena fe” la salida “soberana” de Bolivia al mar. Estas son las principales claves del proceso.

La demanda boliviana 
En 2013, el Gobierno boliviano presentó una demanda ante la Corte Internacional de La Haya en contra de Chile, la cual busca obligar a este país a negociar “de buena fe” la salida “soberana” de Bolivia al mar. Evo Morales anunció que haría esta demanda en 2011, después de declarar fracasada la negociación bilateral sobre 13 puntos, entre ellos el marítimo, que había iniciado con Michelle Bachelet durante la primera gestión de la mandataria chilena. Esta demanda es la última de una larga serie de acciones tomadas por Bolivia a lo largo de su historia para recuperar la “cualidad marítima” que perdió en la Guerra del Pacífico, en la que Bolivia y Perú fueron derrotados por Chile.

¿Qué se decide ahora?
Chile planteó una “objeción previa” a la vista de la demanda por la Corte de La Haya. Pidió que esta no fuera admitida, con el argumento de que afectaría a un tratado de límites que ambos países firmaron en 1904, siendo que la jurisdicción de este tribunal corre desde 1948 en adelante. Por su parte, Bolivia asegura que su demanda no pretende cuestionar este tratado de límites y en cambio se origina en los “derechos expectaticios” que generaron a su favor los ofrecimientos realizados por Chile a lo largo del tiempo para resolver el diferendo marítimo entre ambos países.

¿Qué alega Bolivia?
Bolivia alega que Chile debe cumplir el ofrecimiento que le hizo en varios momentos de facilitarle una salida soberana al mar. En particular se refiere a la “negociación de Charaña” (una pequeña población fronteriza que se hizo célebre por el encuentro en ella, en 1975, de los dictadores Augusto Pinochet y Hugo Banzer), en la que Pinochet ofreció a Bolivia un corredor hacia el océano Pacífico, sobre la frontera chileno-peruana, a cambio de la misma cantidad de territorio boliviano. La negociación fracasó por la resistencia de la población boliviana al canje territorial y por la simultánea oposición del Perú, que gozaba de derecho de veto, puesto que el territorio chileno que iba a traspasarse a Bolivia había sido peruano antes de la Guerra del Pacífico.

¿Qué alega Chile?
Chile alega que los ofrecimientos que hizo a Bolivia, pero que no acabaron en un acuerdo entre partes, no pueden generar derecho alguno, ya que si lo hicieran se restringiría la facultad de los países de explorar soluciones innovadoras a sus problemas internacionales, y se los condenaría a seguir un libreto invariable. Cree que la Corte debe inhibirse de actuar, dada la naturaleza “osada” de la demanda boliviana, que de admitirse tendría el potencial de desordenar el ordenamiento jurídico internacional.

¿Qué tiene que ver este proceso con el juicio de Perú contra Chile?
Entre 2008 y 2014, la Corte de La Haya trató una demanda de Perú contra Chile en torno al territorio marítimo fronterizo, y finalmente devolvió a la soberanía peruana 50.000 kilómetros cuadrados de mar. Este juicio es el antecedente directo de la acción boliviana, porque mostró que por esta vía podían obtenerse concesiones de Chile.

¿Quiénes participan en el proceso?
Ambos países han enviado a La Haya a sus cancilleres y a equipos de diplomáticos, parlamentarios y juristas nacionales e internacionales. La delegación boliviana cuenta con dos expresidentes, Rodríguez Veltze y Carlos Mesa. Los alegatos se transmiten en vivo por televisión para las dos naciones. Morales ordenó embanderar las casas durante toda esta semana, para mostrar el respaldo de la población a sus representantes ante la Corte Internacional. En Chile, una encuesta de la Universidad del Desarrollo estableció que el 49% de los habitantes cree que este país perderá la objeción previa que interpuso, y que la demanda boliviana continuará analizándose en La Haya.

¿Cuál es el estado de las relaciones bilaterales?
Entre 2006 y 2010, el tiempo que duró la negociación de los 13 puntos se produjo un deshielo sin precedentes de las relaciones entre ambos países, que están formalmente rotas desde 1978, fecha en la que el diálogo de Charaña naufragó. Desde 2011, las acusaciones mutuas y el distanciamiento entre Bolivia y Chile han escalado, gracias a las campañas comunicacionales de reivindicación nacionalista de Bolivia, y la competencia entre ambas diplomacias para presentar sus visiones del problema a la comunidad internacional.

Fuente: http://www.aviacionargentina.net/foros/discusiones-generales.14/10053-bolivia-y-la-salida-al-mar.html

domingo, 5 de abril de 2015

Los cinco lugares donde podría estallar la Tercera Guerra Mundial

(RT.com) - Las tensiones en Asia, la campaña contra del Estado Islámico y la crisis ucraniana son solo algunos de los conflictos que afectan los intereses geopolíticos de las potencias nucleares del mundo. ¿Habrá que prepararse para una nueva guerra mundial?

"Estos días el mundo parece estar literalmente ardiendo", sostiene el columnista del portal The National Interest James Hardy, y analiza los focos de tensiones donde la situación es 'suficientemente' explosiva como para que pueda estallar una Tercera Guerra Mundial.

Península coreana

Este mes de octubre, Corea del Norte empezó a celebrar reuniones de alto nivel con el sur, por primera vez en los últimos siete años. Sin embargo, ni la agenda ni sus resultados se dan a conocer.
 
Mientras tanto, entre las dos Coreas sigue habiendo tensiones. Este mismo octubre se registró tanto un intercambio de disparos entre barcos de los dos países como fuego de artillería de ida y vuelta en la frontera terrestre.

Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., reconoció en sus memorias que Washington estuvo dispuesto a usar armas nucleares contra Corea del Norte en 2010, el año que Seúl acusó a Pionyang de torpedear y hundir la corbeta surcoreana Cheonan.
  
Corea del Norte sigue desarrollando su polémico programa atómico mientras su vecino del sur está trabajando activamente en todo tipo de armamento, que advierte con usar para destruir las ojivas nucleares norcoreanas antes de que sean lanzadas, escribe Hardy y acentúa que en estos momentos la situación en la península es muy poco predecible.

Frontera chino-india

A mediados de septiembre, tropas chinas cruzaron la línea actual de control en la frontera disputada entre China y la India en las alturas del Himalaya y avanzaron unos cuantos kilómetros en el territorio indio. Los medios indios denunciaron que se trataba de aproximadamente 1.000 soldados y dedicaron sus portadas al incidente y asuntos relacionados a lo largo de varias semanas.

Nueva Delhi siempre ha advertido de que si Pekín despliega en el Índico sus submarinos nucleares, cruzará la linea roja. Con todo esto, desde el mes de septiembre un submarino chino dieseleléctrico clase 039 Song se encuentra en Colombo, el mayor puerto de Sri Lanka. Presuntamente, se trata de una escala en el camino hacia una patrulla antipirata en el golfo de Adén, entre la región del Cuerno de África y la península Arábiga. China acaba de finalizar unos ejercicios navales conjuntos con Irán y Pakistán, país con el que la India tiene numerosas disputas pendientes de resolver. Según informa el rotativo 'Want China Times', Pekín está negociando una cooperación marítima con Seychelles, Mauricio, Sri Lanka, Bangladés y Camboya. Además, de acuerdo con el mismo diario, China está incluso considerando la posibilidad de construir bases navales en el Índico.

"La amistad 'para toda la vida' de China y Pakistán y su avance en el interior del océano Índico amenazan la hegemonía regional de la India, mientras la 'mirada hacia Oriente' de la India es muy mal recibida por China, porque alinea Nueva Deli con Vietnam y Japón. Este tipo de competición estratégica podría desembocar en una escalada de la que ninguna de las partes podría alejarse", pronostica Hardy.

China versus EE.UU. (vía Japón o Taiwán)

Sin embargo, la disputa de Pekín con Nueva Deli no es la que debe causar más preocupación, según el analista. Desde su punto de vista, son las tensiones entre China, Japón y Taiwán el conflicto con el mayor potencial explosivo de todos los que existen en la actualidad.

"La amenaza de la 'trampa Tucídides' [término introducido por el politólogo estadounidense Graham Tillett Allison hijo para referirse al poderío emergente que causa temor en una potencia bien establecida hasta que desemboca en una guerra] se ha convertido en un tema de conversación notable en las relaciones chino-estadounidenses en los últimos años. (…) No se puede negar que el aumento y la modernización de las Fuerzas Armadas de China cambia el equilibrio del poder y afecta peligrosamente numerosos puntos de fricción", insiste el analista.

El profesor Han Xudong, de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército Popular de Liberación de China, tiene el mismo punto de vista. "Es probable que estalle una tercera guerra mundial para luchar por los derechos sobre mar", puntualizó Han en un artículo para el periódico estatal 'Global Times'.

Hoy en día, Pekín se ve implicado en una serie de disputas relacionadas con los derechos sobre el mar, tanto en el mar de la China Meridional como en el mar de la China Oriental. En el mar de la China Meridional, China reclama zonas marítimas extremadamente ricas en recursos naturales que Vietnam, Filipinas, Brunéi, Taiwán y Malasia también reclaman. La disputa más feroz es por las islas Spratly, en el arrecife de Scarborough. A inicios de este año, el comandante de las Fuerzas Armadas filipinas, el general Emmanuel Bautista, dijo que su país responderá militarmente si China usa la fuerza contra los pescadores filipinos que faenan en el área. En marzo, Filipinas presentó una demanda en el Tribunal Internacional de la Haya contra China. Taiwán, a su vez, está construyendo un puerto en las Spratly y está considerando desplegar en la zona buques de guerra de manera permanente.
   
En el mar de la China Oriental, Pekín insiste en que sus fronteras marítimas incluyen el grupo de islas Diaoyu ('Senkaku' en japonés), actualmente administradas por Tokio. En un intento de hacer más visible su derecho sobre el territorio, tanto China, como otros Estados vecinos sobrepusieron sus zonas de identificación aérea y marítima sobre el área y reforzaron las misiones de patrullaje. En vista de un posible enfrentamiento, Washington ha expresado claramente su intención de involucrarse y tomar una posición antichina. Durante una visita a Tokio en abril, el presidente Barack Obama declaró que si China ataca las islas disputadas con Japón, EE.UU. recurrirá a la fuerza. La Armada estadounidense se está preparando para un potencial conflicto con el país asiático, denunció un reportaje de la BBC de esta semana.

Oriente Medio

La alianza antiterrorista de 21 países liderada por el Pentágono ha acordado en una reunión una campaña a largo plazo contra el Estado Islámico para que el grupo "deje de ser una amenaza global". El presidente estadounidense Barack Obama aseguró que los ataques aéreos de la coalición continuarán tanto en Irak, como en Siria y que se tratará de una lucha larga. Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., por su parte, pronosticó que la coalición no podrá limitarse a bombardeos aéreos y que debería mantener sobre la mesa la opción de enviar a la región tropas terrestres.

Desde el punto de vista de Hardy, la única 'ventaja' de la situación es que es poco probable que sirva para que se desate una guerra nuclear. Con todo esto, sí que formula varios escenarios de cómo esto podría suceder. Desde su punto de vista, el vulnerable equilibrio atómico en la región puede quebrarse, si los yihadistas del Estado Islámico conquistan un almacén de material fisible y encuentran en sus filas a especialistas capaces de militarizarlo. Otro escenario imaginado por el analista es la intervención de Corea del Norte y que decida ir en ayuda del presidente sirio Bashar al Assad.    

Por último, Hardy contempla el escenario, cuando Arabia Saudita finalmente modernice los misiles balísticos DF-3 de producción china que adquirió hace casi tres décadas y los equipe con ojivas nucleares, tal y como se rumorea últimamente. La única pregunta que queda aquí es contra quién serán dirigidos estos misiles: contra Irán o Israel, subraya el columnista.

EE.UU. y la OTAN contra Rusia

"El desarrollo de los acontecimientos actuales en Ucrania es una reminiscencia de la crisis de los misiles en Cuba", opinó en mayo el político ucraniano Renat Kuzmín. Los acontecimientos de los últimos meses solo confirman esta sentencia.

En la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido) de septiembre, la Alianza empezó a elaborar un plan del refuerzo de su presencia en las fronteras rusas argumentando con las dimensiones de la crisis ucraniana, subraya Hardy. Esta semana, el Pentágono presentó un informe para proporcionar su "visión de los conflictos armados del futuro" en los que describe las estrategias para destruir a los potenciales rivales. En caso de un enfrentamiento con otra potencia nuclear, el documento propone atacar primero y "de manera que el adversario sea incapaz de responder con eficiencia".
  
El Pentágono está elaborando escenarios de operaciones cerca de las fronteras rusas, denunció este 16 de octubre el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. Actualmente, EE.UU. sufre una profunda crisis de desigualdad social y "la salida de esta crisis ya está bien planeada: es un conflicto militar, ya que el conflicto militar atrae inversiones, refuerza la industria, algo que pasó durante la Segunda Guerra Mundial", opina el analista político Vardán Bagdasarián, según recoge el portal Pravda.ru.
 
Solo en el mes de septiembre, la OTAN llevó a cabo tres simulacros en los países vecinos a Rusia: uno en Letonia y dos en Ucrania. La Alianza ha reforzado sus misiones de patrullaje en los países bálticos, vuelos de vigilancia, reconocimiento e inteligencia (AWACS) en Polonia y Rumania y desplegado buques de guerra adicionales en el mar Báltico y el Mediterráneo, además de aumentar contingentes y expandir programas de maniobras. La OTAN también planea establecer cinco nuevas bases en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia para reforzarse contra Rusia, a la que Occidente responsabiliza por la crisis en Ucrania. La Alianza puede desplegar sus tropas donde quiera, afirmó el nuevo secretario general del bloque militar, el noruego Jens Stoltenberg.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Arrasador ataque de EE.UU. contra las bases del ISIS

(Clarin.com) - Participaron aviones cazas y drones que lanzaron más de un centenar de bombas teledirigidas. Y se dispararon 47 misiles Tomahawks desde el mar. Hubo al menos 120 muertos en el inicio del ataque.

Disparo. Vista de la salida de un misil Tomahawk estadounidense lanzado hacia Siria desde un destructor mientras navega en el Golfo Pérsico./EFEFoto:  Disparo. Vista de la salida de un misil Tomahawk estadounidense lanzado hacia Siria desde un destructor mientras navega en el Golfo Pérsico./EFE

El ataque aéreo de Estados Unidos y sus aliados contra el bastión de los yihadistas del Ejército Islámico –conocido como ISIS– en Raqqa, Siria, fue devastador. Con precisión militar, comenzó a las cuatro de la mañana del martes –tal como informó Clarín en su segunda edición– cuando una nube de bombarderos, cazas y drones de combate arrojaron más de un centenar de bombas y misiles, provocando la destrucción de gran parte de la base de operaciones fundamentalista y la muerte de al menos 120 milicianos.

En total se lanzaron más de 100 bombas teledirigidas de alto poder y 47 misiles Tomahawk. De este ataque, el primero en el complejo marco de la guerra civil siria, participaron bombarderos B-1, cazas F-15, F-16 y los modernos F-22 Raptor (“stealth”), lo más avanzado en la aviación de EE.UU. Los Tomahawk fueron disparados desde dos naves, una en el Mar Rojo y la otra en el norte del Golfo Pérsico.

“Se escucha claramente el ruido de aviones de guerra. El cielo de Raqqa está lleno de drones”, escribió en Twitter uno de sus residentes, Abdulkader Hariri, minutos antes de que comenzaran a caer las bombas. El presidente estadounidense, Barack Obama, había dado la orden de atacar respaldado por sus aliados europeos y por cinco naciones árabes: Arabia Saudita, Jordania, Bahrein, Qatar y los Emiratos Arabes Unidos. Todas son de mayoría sunnita, la misma concepción islámica que el ISIS.

EE.UU. y Francia ya venían atacando posiciones de las milicias ultraislámicas en Irak, pero ésta fue la primera en territorio sirio. En el caso iraquí el gobierno de Obama golpeó primero y luego buscó apoyo militar de otros países. En cambio, en esta ocasión Washington se aseguró desde el principio un respaldo amplio en la región.

El poderío bélico utilizado en el bombardeo del martes fue una clara demostración de fuerza. Se usó todo tipo de avión de combate, así como los potentes misiles de los buques de guerra anclados en la región. A diferencia de Irak, donde se atacó especialmente vehículos y tanques, en este caso el objetivo fueron las centrales de comando, los puestos de control, los almacenes de armas y los campos de entrenamiento del integrismo.

Para que el operativo funcionara, durante más de un mes los pilotos estadounidenses habían recabado información sobre la situación en Siria mediante vuelos de reconocimiento. Según admitieron las autoridades militares estadounidenses, un aluvión de misiles y bombas de precisión cayeron el martes a la madrugada sobre Raqqa y otras localidades situadas en la frontera sirio-iraquí.

Horas después del ataque, Obama asumió el liderazgo del operativo. “Ayer por la noche, bajo mis órdenes, las fuerzas armadas de Estados Unidos comenzaron los ataques contra el Estado Islámico en Siria”, dijo en la Casa Blanca. Y aclaró: “Este esfuerzo va a llevar tiempo, habrá desafíos en el futuro, pero vamos a hacer los que sea necesario para luchar contra este grupo terrorista, por la seguridad de nuestro país, de la región y de todo el mundo”.

El jefe de operaciones del Pentágono, William Mayville, justificó la decisión al señalar que los bombardeos no sólo buscaban destruir al ISIS, sino también a la cúpula de una agrupación ultraislámica aliada de estos yihadistas, llamada “Khorasan”. “Se decidió actuar para proteger a nuestros intereses. El grupo Khorasan se encontraba en la fase final para ejecutar grandes ataques contra objetivos occidentales y potencialmente territorio estadounidense”, afirmó y agregó: “Creemos que los individuos que preparaban y planificaban estos ataques fueron eliminados”.

Si bien Mayville no dio precisiones, fuentes de Inteligencia estadounidense dijeron a medios estadounidenses que el grupo planeaba cometer atentados contra aviones utilizando explosivos especiales que se pueden disimular en dentífricos y vestimenta.

Khorasan está integrado por veteranos que en su momento combatieron junto a la red Al Qaeda. Hasta ahora habían pasado desapercibidos porque no se mostraban como organización, sino como parte integrante del ISIS y del Frente al Nusra, también blanco de los bombardeos.

Al parecer, Khorasan no tiene como misión combatir en terreno, como lo hace el Estado Islámico, sino reclutar yihadistas que vivan en países occidentales para cometer atentados en Europa y en EE.UU. Su líder es Muhsin al Fadhli, un kuwaití de 33 años que ingresó de muy joven a la organización que en su momento comandaba Bin Laden. De acuerdo a los servicios de inteligencia estadounidenses, Al Fadhli en persona se encargaba de entrenar a los suicidas.

lunes, 22 de septiembre de 2014

La batalla comunicacional de ISIS: superior a sus logros militares

Por Augusto Scarella Arce, Periodista / Teniente Coronel del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. de Chile, Magíster en Ciencia Política Seguridad y Defensa

Actual dominio de ISIS en territorio iraquí y sirio.  Fuente: http://www.globalresearch.ca/invading-iraq-2-0-isis-propaganda-proxy-wars-and-us-natos-blitzkrieg/5388616
Actual dominio del ISIS
Lejanos a Chile parecieran ser los graves sucesos que están ocurriendo en el atribulado Irak y la frágil Siria con la irrupción de un grupo que le ha disputado el liderazgo de la Yihad global al grupo Al-Qaeda: ISIS. Sin embargo, sus acciones comunicacionales han llevado el conflicto a todo el mundo, incluyendo técnicas de marketing como parte de su estrategia comunicacional, que ha superado incluso su capacidad de maniobra militar.

Los sucesores de Al-Qaeda han sufrido variadas metamorfosis en el tiempo, variaciones que han sido tan disímiles como pertenecer a una rama del temido grupo terrorista ya nombrado.

Los orígenes de ISIS se remontan a un pequeño grupo extremista jordano que se fundó en 1999 y que en el año 2004 volvió al alero de Al-Qaeda en Irak. Posteriormente en el año 2006, regresó como Estado Islámico de Irak.

Abu Bakr al-Baghdadi, su líder desde 2010, concita al misterio y la especulación. Muy poco se conoce de él. Se cree que nació en Samarra, Irak, a principios de los setenta y sus estudios habrían culminado con un doctorado en educación de la Universidad de Bagdad.

En 2011, el líder Baghdadi llevó a cabo una serie de ataques suicidas contra objetivos, en su mayoría chiitas. Con la intención de anexarse mayor control de territorio, adoptó la decisión de enviar a sus combatientes al territorio sirio. Ni las constantes amenazas de Al-Zawahiri en ese entonces el líder de Al-Qaeda, lo hicieron desistir. Nombró a su organización como Estado Islámico de Irak y el Levante, y centró sus esfuerzos en destruir o absorber otros rebeldes sirios, organizando diversas acciones además de aprovechar los yacimientos petrolíferos, en vez de combatir directamente a Bashar Hafez al-Asad, presidente de Siria. Desde el 2011, varias facciones insurgentes surgieron de la organización de Baghdadi.

Después de haber controlado el oeste de Irak en los primeros cuatro meses de este año y sus éxitos militares en el norte de Irak en junio, el grupo decidió que el momento era propicio para su etapa más dramática. Anunciaron el establecimiento de un califato: un Estado islámico universal, liderado por un sucesor (califa) de Mahoma, en este caso Baghdadi, lo que fuera acompañado por otro cambio de nombre del grupo, el Estado Islámico (IS), o ISIS o ISIL como se le conoce hasta ahora.

Las estrategias de su líder
Diversas fuentes sitúan entre siete a ocho mil combatientes de ISIS en Irak y otros cinco mil en Siria. Según informes, existen varios extranjeros dentro de sus filas. Chechenia, Afganistán, Europa.

Su estrategia tiene como objetivo implantar la Sharia en todo el territorio sirio e iraquí. ISIS ya controla buena parte de esos territorios como veremos en la imagen a continuación. El avance sobre Mosul se suma a las ciudades que ya capturaron a comienzos de 2014 y amplias zonas de la provincia de Ambar.

Hace algunos meses, los combatientes de ISIS llegaron a Ambar, en el oeste de Irak, procedentes de la provincia siria de Rakka. En enero se establecieron en la ciudad de Faluya, conquistaron depósitos de armas del Ejército iraquí y resistieron a los ataques de las tropas del Gobierno.

En cuanto a fondos, la organización de Abu Bakr al-Baghdadi también se ha preocupado de abastecerse convenientemente. En junio de este año, según informó el alcalde de la ciudad de Mosul, ISIS tomó 450 millones de dólares de un banco de esa ciudad.

Los combatientes del ISIS siguen sus avances hacia Bagdad luchando contra las fuerzas de seguridad y milicias chiitas. Los enfrentamientos tienen lugar a unos 80 kilómetros de la capital pero hay algunas facciones adelantadas que se encontrarían incluso a la mitad de distancia de la capital.

ISIS dispone también de material militar pesado como tanques y helicópteros. En Siria, los combatientes ya se financian con las extorsiones que cobran a los cristianos que se quedaron en sus hogares a cambio de protección.

Asimismo, controlan la mayor refinería de petróleo del país capaz de procesar unos 320.000 barriles de crudo al día. El grupo terrorista es fuerte allí donde la población está dividida y los musulmanes sunitas son mayoría. En Siria, fueron bien recibidos al principio por la oposición mayoritariamente sunita contra el presidente Bashar al Asad, un alauita, a quién catalogan como "enemigo del enemigo".

En Irak, muchos sunitas ven la situación de igual punto de vista. Se sienten discriminados por el Gobierno de Bagdad, dominado por chiitas.

Por eso, la milicia terrorista puede avanzar fácilmente y combatientes locales rebeldes se suman a sus filas.

La batalla comunicacional, parte de la estrategia militar
Ejecuciones de supuestos rivales por decapitación que intentan impactar a la población para que no se unan a las filas proclives del Gobierno, videos de propaganda donde diferentes líderes explican el propósito de la Yihad o guerra santa, el uso de la red Twitter para anunciar la muerte por ejecución de mil setecientos soldados chiitas, la emisión de comunicados, inversiones en marketing - camisetas con imágenes alusivas a la causa - estimulan una estrategia comunicacional cuidadosamente estudiada y dirigida a audiencias específicas, que dio resultados y que el gobierno iraquí sólo ha dispuesto la censura de Internet en el afán de cortar el flujo.

La censura no ha funcionado efectivamente en ningún país del mundo y no es la mejor forma de combatir este tipo de amenazas. Por mucho tiempo, fuerzas de menor tamaño y capacidad se valieron de técnicas de uso comunicacional para captar la atención y simpatía de audiencias externas en cuanto a sus causas, lo cual obligó a extrapolar las decisiones militares que se pudieran adoptar para contrarrestar sus ofensivas.

En el caso de ISIS, pese a que en la actualidad posee una relativa supremacía militar que trata de ser contrarrestada con el envío de ayuda de los países de la Coalición, es de mayor interés que exista por parte del Gobierno iraquí una planificación comunicacional que permita otorgar la visión desde otra dimensión de los sucesos que están ocurriendo en Siria e Irak.

ISIS se ha preocupado de conquistar audiencias, ya sea por la vía de la simpatía o mayormente por la del terror, donde sin un trabajo estratégico comunicacional, debidamente planificado y dirigido, ni siquiera contando con una fuerza militar lo suficientemente grande para controlar el territorio en manos de los yihadistas se extinguirá la influencia en la población afectada por parte de ISIS, cuestión en la que el Gobierno de Irak, apoyado por la Coalición, debería ya planificar rápidamente.

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Logrará vencer a Estado Islámico una coalición de casi 40 países?

Estado IslámicoPor Jonathan Marcus - BBC


Casi 40 países se han ofrecido a contribuir con la coalición internacional para luchar contra los militantes de Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, según lo aseguró este domingo el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry.

Mientras la comunidad internacional intensifica las acciones contra el grupo yihadista radical, el corresponsal diplomático de la BBC Jonathan Marcus analiza qué posibilidades reales tiene la alianza de frenar su amenaza.

¿Por qué EE.UU. optó por la línea dura con EI?

El alcance de EI lo diferencia de otros grupos yihadistas: hasta ahora ha logrado el control de una franja significativa de territorio de Siria e Irak. Los militantes se han apoderado de una gran cantidad de armamento y posee recursos financieros considerables, lo que le otorga un carácter más parecido al de un estado que a la célula de una organización terrorista.

Con la ambición de establecer un califato islámico a lo largo de las zonas que ya controla, EI representa una clara amenaza para los aliados de EE.UU. en la región y ─dada la cantidad de militantes extranjeros en sus filas─ potencialmente para los países de Occidente también.

John Kerry¿Qué apoyos ha logrado asegurar John Kerry?

El secretario de Estado recibió un fuerte respaldo ─al menos en el papel─ de los estados prooccidentales en la región.

Una declaración firmada la semana pasada incluye aspectos que van más allá de la acción militar: control de las fronteras, medidas drásticas contra la financiación de EI, esfuerzos para contrarrestar su ideología y para evitar que combatientes extranjeros se unan al grupo.

Varios de los aliados occidentales de Washington también han intensificado su posición. Australia, por ejemplo, anunció que enviará 600 efectivos a los Emiratos Árabes Unidos. Se prevé que el envío incluya soldados de las Fuerzas Especiales que entrenarán unidades iraquíes y kurdas, seis aviones de combate FA-18 Super Hornet, buques cisterna y otros aviones de apoyo. Aparentemente, Francia también se involucrará militarmente.

Con respecto al Reino Unido, todas las señales indican que se unirá a la coalición, aunque no está claro cuándo y si abarcaría acciones sólo en Irak o si se extendería también a Siria.


ejército MehdiEl ejército Mehdi, liderado por el clérigo chiita Moqtada al Sadr, luchó contra las tropas estadounidenses durante la ocupación.

Está claro que el horror de la decapitación del trabajador humanitario británico, David Haines, podría obligar al primer ministro David Cameron a actuar con firmeza. Su decisión oficial, sin embargo, podría demorar debido a la actual coyuntura del referendo para la independencia de Escocia, que se llevará a cabo el próximo jueves.

Se espera que más países se unan a la alianza cuando la naturaleza de la misión sea más clara.
El general estadounidense retirado, John Allen, fue nombrado responsable de coordinar lo que espera convertirse en una coalición amplia y diversa, que podría mantenerse por tiempo considerable.

¿Podrían los países de la región hacer esto por cuenta propia?

Simplemente no tienen las habilidades o capacidades requeridas. Incluso algunas unidades del ejército iraquí equipadas y formadas por los estadounidenses han colapsado frente a ataques de EI.
Estados Unidos y sus aliados no pelearán en el terreno, pero se encargarán de proveer apoyo aéreo a las tropas iraquíes, tal y como lo ha enfatizado el presidente Barack Obama.
En Siria, donde la situación es aún más compleja y donde es probable que no exista un respaldo árabe confiable a las tropas prooccidentales en el terreno, los ataques estadounidenses tendrán que ser liderados por inteligencia, intentando degradar el poder de EI.

EE.UU. tiene un ejército poderoso, ¿por qué necesita aliados?


Avión militar estadounidense
EE.UU. un gran poder aéreo pero necesita aliados que envíen tropas al terreno. Por razones políticas y prácticas.

Estados Unido ha dejado un amargo legado en la región debido a las fallas cometidas tras la operación para derrocar a Saddam Hussein en Irak.

Aunado a esto, muchos de los aliados árabes de Washington consideran que Obama ha sido indeciso y no ha querido actuar con firmeza.

La construcción de una coalición amplia es importante tanto para Medio Oriente ─para convencer a la gente de que esto no es una nueva versión de la guerra en Irak─ como para la opinión pública en EE.UU., para convencer a los ciudadanos de que no habrá tropas estadounidenses en el terreno y de que serán los aliados locales quienes den la batalla.

¿Cuánto tiempo podría tomar destruir a EI?

La primera cuestión es si es posible "destruir" a Estado Islámico, o más bien degradarlo y contenerlo. Muchos analistas estadounidenses han puesto en duda la meta de Obama de acabar al grupo, pues dicen que eso es imposible de lograr.

Estos grupos tienden a desaparecer: sólo hay que pensar en el auge de al Qaeda en Irak durante la ocupación estadounidense, que fue derrotada en gran medida por los grupos sunitas locales. Estado Islámico representa, hasta cierto punto, un retorno de este fenómeno.

De cualquier manera la lucha contra EI será a largo plazo, entre otras cosas porque las fuerzas iraquíes y los demás elementos vitales de la coalición necesitan ser capacitados e integrados al poder aéreo occidental.

La campaña en Irak es una cosa, pues al menos tiene un nuevo gobierno que ha dado muestras de querer ser más inclusivo. Pero en Siria, los problemas son otros.

El hecho de que los voceros estadounidenses hayan empezado a referirse a la lucha contra EI en términos de "guerra", quiere decir que la misión será a largo plazo.

¿Puede ser esta "guerra" exitosa sin la presencia de Siria e Irán?

Kerry, ministros de relaciones árabes Foto: Kerry, ministros de relaciones árabes

Según EE.UU., al menos 10 países árabes serán parte de la coalición internacional contra Estado Islámico.

Irán es un factor vital y su apoyo al gobierno de Bagdad es un elemento clave para combatir el ataque a EI.

Sin embargo, Estados Unidos insiste en que no puede establecer relaciones explícitas con Irán, a pesar de haber sostenido conversaciones al margen de otras reuniones.

El problema es que mientras EE.UU., el Golfo Pérsico y los intereses de Irán estén alineados hasta cierto punto con Irak, permanecerán distanciados de Siria. Irán es uno de los pocos países que apoya al régimen de Bashar al Asad.

La política de la coalición en cuanto a Siria es complicada por el simple hecho de que mientras el gobierno de ese país esté luchando contra EI, la coalición no querrá tener nexos explícitos con Damasco. En este caso, el enemigo de mi enemigo no es mi amigo.

Ha sido el caos en Siria lo que le ha permitido a EI establecerse y luego exportar su marca de barbarie de vuelta a Irak.

De modo que sin una solución a largo plazo a la crisis siria, su territorio continuará siendo un refugio para EI, complicando aún más la destrucción del grupo radical islámico.

¿En qué se diferencia esta coalición de las anteriores?


TanqueLos países occidentales no quieren repetir lo ocurrido en Irak y Afganistán.

Todas las coaliciones tienen cierto grado de similitud, y al mismo tiempo, tienen diferencias con las de otras crisis.

En 1991 una coalición de unos 30 países fue ensamblada por los estadounidenses para desalojar a las fuerzas iraquíes de Kuwait.

Incluía a los principales actores occidentales militares como Francia y Reino Unido, y estados árabes clave como Arabia Saudita, Egipto y Siria.
La diferencia es que fue una campaña militar breve, con un objetivo claro y alcanzable.

Desde el 11 de septiembre de 2001, la lucha más amplia contra al Qaeda también provocó la formación de una gran coalición de países, con algunos apoyando labores de distinta naturaleza en Afganistán, Irak, Yemen y algunos países de África.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Qué llevó a Obama a anunciar ataques contra Estado Islámico en Siria

Barack ObamaPor Redacción BBC Mundo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que por primera vez extenderá los ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) a Siria y que liderará una coalición internacional para hacer frente a lo que considera una amenaza para el país y para el Medio Oriente. "Nuestro objetivo es claro: reduciremos y en última instancia destruiremos a EI a través de una sostenida e integral estrategia antiterrorista", aseveró el mandatario.

Dentro de dos semanas Obama participará en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con el fin de "movilizar a la comunidad internacional en torno a este esfuerzo". "No escatimaremos esfuerzos para llevar a cabo acciones contra EI en Siria así como en Irak. Este es el principio fundamental de mi presidencia: si amenazan a Estados Unidos, no podrán esconderse en ningún lugar seguro", dijo Obama.

El mandatario anunció el envío de 475 efectivos adicionales estadounidenses a ese país. Sin embargo, fue claro al afirmar que no participarán en combates en tierra.

Principales puntos de la estrategia
-Una campaña sistemática de bombardeos aéreos en contra de blancos de EI, tanto en Irak como en Siria.
-Apoyo a las fuerzas rebeldes sirias que se oponen tanto al gobierno de Bashar al Asad como a EI.
-Medidas dirigidas a eliminar el financiamiento que recibe Estado Islámico y a contrarrestar el reclutamiento de combatientes islámicos por parte del grupo.
-Asistencia humanitaria a civiles afectados por el avance de la organización.

"El anuncio de este miércoles representa un incremento considerable en la lucha de Estados Unidos contra Estado Islámico, especialmente en comparación con la estrategia que presentó Obama en agosto cuando autorizó los ataques aéreos selectivos en Irak"

Los rebeldes moderados sirios, la Coalición Siria, recibió con beneplácito el anuncio de Obama. "Estamos listos para aliarnos con la comunidad internacional no sólo para derrotar a EI sino también para acabar con el régimen de Asad". Pero el corresponsal de la BBC Jim Muir señala que la oposición siria está fragmentada y dominada por islamistas, que aunque se oponen a EI también buscan establecer un gobierno islámico, no una democracia.

Lo que llevó a Obama a dar este anuncio
El anuncio de este miércoles representa un incremento considerable en la lucha de Estados Unidos contra Estado Islámico, especialmente en comparación con la estrategia que presentó Obama en agosto cuando autorizó los ataques aéreos selectivos en Irak, explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow.

En ese entonces, el presidente presentó sus planes de manera limitada, con el objetivo de contener la avanzada de Estado Islámico, proteger al personal diplomático estadounidense y brindar ayuda humanitaria a los yazidíes que se encontraban atrapados en una montaña.

Obama se reunió el martes con los líderes del Congreso para presentarles su plan. Pero en las últimas semanas, el gobierno ha descrito la amenaza de los militantes de manera mucho más dramática, hasta el punto de que el secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo que el grupo "va más allá de cualquier cosa que hayamos visto" y el vicepresidente Joe Biden aseguró que Estados Unidos seguirá a los militantes "hasta las puertas del infierno". "La principal razón para ese aumento en el interés de Washington fue la muerte de los periodistas James Foley y Steven Sotloff", explica Sparrow. "Por un lado fue un ataque directo contra dos estadounidenses, lo que incrementó la presión política para que Obama actuara de manera más agresiva".
"Por el otro, la muerte de dos periodistas y su horrible difusión en video causaron que muchas personas dejaran de ver el conflicto en Irak y Siria como un tema lejano y ajeno a Estados Unidos", agrega el corresponsal.

La muerte de los periodistas James Foley y Steven Sotloff aumentó el nivel de alerta en Estados Unidos.
De hecho, una encuesta previa al discurso de Obama, realizada por el diario The Washington Post y la cadena ABC News, encontró que el 91% de los entrevistados considera que Estado Islámico es una amenaza seria a los intereses de Estados Unidos. El 71% apoya los ataques contra los militantes en Irak (hace tres semanas, era 54%) y el 65% está a favor de que se expandan a Siria. Esto es un contraste marcado con la reticencia que había hace un año, cuando Obama intentó atacar Siria tras las acusaciones de que el gobierno de ese país utilizó armas químicas.

La coalición internacional
Además del apoyo a nivel local, otra razón que explica el aumento de la participación estadounidense es que cuenta con aliados internacionales, algo que tampoco estaba tan claro hace un año.
Esto es fundamental para el presidente Obama, pues uno de sus pilares en política exterior es que la responsabilidad es compartida entre las diferentes potencias.
En la reciente cumbre en Gales de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el gobierno anunció una coalición principalmente con otros países occidentales, y el secretario de Estado John Kerry se encuentra en Medio Oriente para discutir sus planes con Jordania y Arabia Saudita.

Según le explicó a BBC Mundo Scott Stewart, vicepresidente de análisis tácticos en la firma de inteligencia global Stratfor, con sede en Texas, esta coalición debería involucrar a otros países como Irán, Arabia Saudita y otros países del Golfo. Esto responde "no sólo a que pueden ayudar a detener la logística de hombres y dinero que llegan a EI desde afuera, sino a que países como Arabia Saudita tienen la capacidad de afrontar la amenaza en el frente ideológico también y no sólo el físico", dijo Stewart.

El secretario Kerry, por su parte, ya dijo que la coalición se construirá para que dure meses o años y se discutirá más a fondo en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, a realizarse este mes.

martes, 9 de septiembre de 2014

EE.UU. reúne a 40 aliados para frenar a la Jihad

(La Nación) - Kerry viaja a la región para impulsar la coalición; el plan de Obama para desarticular a EI podría durar tres años

Milicianos kurdos ayudan a un grupo de desplazados por EI, en Irak. Foto: Reuters

WASHINGTON.- Cuando se cumple un mes de los primeros ataques aéreos de Estados Unidos contra Estado Islámico (EI) en Irak, la coalición internacional que promueve el presidente Barack Obama para luchar contra los jihadistas comienza a tomar forma. Más de 40 países aceptaron ya formar parte de la alianza con distintas fórmulas de participación, informó ayer el Departamento de Estado norteamericano.

"El objetivo de la coalición es coordinar las acciones frente a la amenaza que representa EI", dijo en un comunicado la vocera del Departamento de Estado, Jennifer Psaki, que recordó que Obama ha insistido en que Estados Unidos y sus aliados buscarán "debilitar y derrotar" al grupo jihadista. Entre los países que ya habían confirmado su apoyo a Estados Unidos figuran Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Australia, Dinamarca, Canadá, Polonia y Turquía.

Para fortalecer esa estrategia contra EI -cuyos milicianos controlan extensas zonas de Irak y Siria-, el secretario de Estado, John Kerry, viajará hoy a Jordania y Arabia Saudita para concretar los próximos pasos en la lucha contra el terrorismo islámico.

El viaje de Kerry a Medio Oriente será la antesala de la presentación que Obama hará mañana del plan contra EI. Según The New York Times, la operación diseñada por el Pentágono contra el grupo podría durar tres años, de acuerdo con la información facilitada por varios funcionarios de la Casa Blanca.

El plan de Estados Unidos para expulsar a los jihadistas de Siria e Irak se articularía en tres pasos. La primera fase ya comenzó hace un mes, con los bombardeos aéreos en el norte de Irak contra las bases estratégicas de EI. Una segunda etapa buscaría intensificar la formación, el asesoramiento y el equipamiento de los combatientes kurdos ("peshmergas") y del ejército iraquí.

La formación del nuevo gobierno iraquí, que ayer comenzó a gestarse, será decisiva en esta fase de la operación. Washington busca un gobierno más inclusivo, que permita limar diferencias entre chiitas y sunnitas. El plan prevé la provisión de armas y otros equipamientos militares. En una tercera etapa, se buscará destruir a los grupos jihadistas dentro de Siria, el bastión de los extremistas islámicos.

La operación militar podría durar hasta 36 meses, por lo que se prolongaría más allá del mandato de Obama. El presidente pronunciará mañana un importante discurso en el que detallará la estrategia para frenar el avance del jihadismo. Esa operación militar, en principio, no contará con tropas estadounidenses sobre el terreno.

Algunos países de la coalición internacional promovida por Washington podrían realizar ataques aéreos junto con Estados Unidos. Otros gobiernos, como el turco, tendrán un papel relevante a la hora de frenar la llegada de potenciales milicianos jihadistas a Siria e Irak a través de Turquía.

Aunque Obama prometió que no arrastrará a Estados Unidos a otra guerra como las que se lanzaron en Irak en 1991 y 2003, ésta será una campaña militar mucho más ambiciosa que las operaciones antiterroristas realizadas contra grupos islamistas en Yemen o Paquistán, que se limitaron a eliminar, con la ayuda de drones (aviones no tripulados) a los líderes de esos grupos. No habrá despliegue de tropas sobre el terreno, como en las guerras de Afganistán e Irak, pero debido a la complejidad de la situación en Siria e Irak la operación militar será muy diferente también a las intervenciones de Washington en el conflicto de Kosovo en 1999 -cuando el presidente Bill Clinton y la OTAN concentraron la ofensiva en apenas 78 días- o los ataques que terminaron en Libia con el derrocamiento de Muammar Khadafy.

En esta ocasión, Washington jugará un rol central. La decapitación de dos periodistas norteamericanos perpetrada por los jihadistas, con una amplia repercusión mediática, y el hecho de que el futuro de Irak esté en riesgo han hecho mella en la Casa Blanca.

Estados Unidos liderará la coalición internacional que se está formando y en la que se espera que se alisten tanto aliados de la Alianza Atlántica como algunos países árabes con influencia en la región.

Los ataques aéreos realizados hasta ahora debilitaron a los jihadistas, que se han visto obligados a ceder terreno a las fuerzas iraquíes y kurdas. Los bombardeos podrían incluir más adelante territorio sirio, donde ya se hicieron vuelos de reconocimiento. La ciudad de Raqqa, bastión de los islamistas y declarada capital de su califato, sería otro de los objetivos de la coalición.

No queda claro aún, sin embargo, qué grado de coordinación tendrían esos ataques con el régimen sirio del presidente Bashar al-Assad, enemigo declarado de Estados Unidos, que quiso derrocarlo el año pasado.

Agencias AP, AFP, ANSA y DPA

lunes, 8 de septiembre de 2014

Un mundo turbulento: las diez guerras que hacen de 2014 un año peligroso

Enviado por nuestro amigo Diego Estogarribia
Por Adriana Riva | LA NACION
A cien años del inicio de la Gran Guerra, el orden internacional vigente tambalea


El mundo, en medio de una escalada violenta.
Convencido de una victoria eminente, en el verano europeo de 1914 el káiser Guillermo II despidió a las tropas alemanas con un optimismo desmesurado: "Estarán en casa antes de que las hojas caigan de los árboles", les dijo. Fue una de las predicciones más fallidas de la historia: durante los siguientes cuatro años, el mundo sucumbió ante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que dejó diez millones de muertos y veinte millones de heridos.

A cien años del inicio de la Gran Guerra, los paralelismos del mundo actual con aquella época inquietan: proliferan ideologías extremistas, furias nacionalistas y ambiciones imperialistas. "La Primera Guerra Mundial puso fin a cuatro imperios, reconfiguró el mapa de Medio Oriente, dio pie a la revolución bolchevique y, eventualmente, a la Gran Depresión, Adolf Hitler y la Segunda Guerra Mundial. Aún vivimos en las sombras de ese gran desastre. Varias de las regiones en crisis de aquel entonces también lo están ahora", dijo a la nacion el economista Jeffrey D. Sachs, asesor especial del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Aunque no existe ninguna guerra activa declarada oficialmente entre diferentes Estados, el mundo es testigo de al menos diez grandes conflictos armados que dan cuenta de una realidad: que al igual que 100 años atrás, el orden internacional vigente se despedaza.

En una suerte de reacción tardía al derrumbe de la Unión Soviética, una revanchista Rusia anexa Crimea y la violencia estalla en Ucrania. En Irak, el sectarismo vuelve a resurgir y estrecha lazos con sus respectivas cofradías en la región. La Franja de Gaza, una vez más, sangra y arde. La cruenta guerra civil en Siria lleva más de tres años sin tregua. La violencia en Libia hunde al país en el más absoluto caos.

Se trata de conflictos que engrosan la lista de guerras de más larga data, como las de Afganistán, Somalia, Mali, Sudán del Sur y República Centroafricana, entre otras. Guerras olvidadas y relegadas a un segundo plano, pese a ser tan sangrientas como las más recientes.

Según los analistas, la ruptura del orden internacional es causa directa de esas agitaciones que irrumpen, cada vez con más violencia, en diversos rincones del mundo, y que son incapaces de apagarse sin un ejército de diplomáticos. Pero mientras que las zonas calientes se multiplican, nadie, empezando por Estados Unidos, parece dispuesto a apuntalar una estructura global.

En los últimos seis años, el mundo se volvió menos pacífico. Los conflictos en Irak, Siria, Afganistán, Sudán y República Centroafricana, en particular, ayudaron a lastrar el Índice de Paz Mundial anual que ofrece el Instituto para la Economía y la Paz. Sin embargo, si bien resulta fácil para muchos -especialmente para los halcones republicanos- vincular el reciente estallido de conflictos al repliegue norteamericano durante la administración de Barack Obama, reacia a ocupar el rol de sheriff del mundo, no es una asociación del todo correcta, según muchos analistas.

Es, en todo caso, tan errónea como culpar a la administración de George W. Bush, que sobrerreaccionó en más de una oportunidad, de todos los focos actuales de inestabilidad mundial. Y pese a que está cada vez más cerca de ser la principal potencia económica, China todavía es renuente a ocupar un lugar preponderante en el escenario diplomático global.

Ian Bremmer, presidente del grupo Eurasia, creó el término "mundo G-0", para explicar el orden global en el que vivimos. "Estamos en un mundo en el que ningún país o grupo de países quiere o puede asumir un liderazgo mundial y marcar la agenda internacional", dijo recientemente a la nacion.

Ni quiere, ni puede. Bush, en un mundo unipolar, parecía elegir sus guerras. Obama ya no puede darse ese lujo. Hoy rige el multilateralismo, que convive codo a codo con el ascenso de poderes regionales, que insisten en delimitar esferas de influencia, y el colapso del viejo y autoritario orden en Medio Oriente. Esta nueva estructura, en el mundo interconectado actual, no deja ningún país al margen. Y mientras los desafíos al orden internacional queden impunes, los conflictos arderán con más fuerza y duración, mucho más que un verano europeo.

UCRANIA
Este país, que como muchas ex repúblicas soviéticas lleva años tironeado por Rusia y la Unión Europea (UE), comenzó a dividirse por sus costuras en noviembre pasado, cuando el gobierno de Viktor Yanukovich se negó a firmar el Acuerdo de Asociación con la UE. Ese rechazo desencadenó una ola de protestas, que finalizó el 22 de febrero, con la destitución de Yanukovich y la convocatoria a elecciones anticipadas para mayo. Varias áreas del Este y el Sur no reconocieron la legitimidad del gobierno de Kiev y reivindicaron la federalización del país. Tropas rusas hicieron entonces su ingreso triunfal a la provincia de Crimea, en defensa de los rusos que residen allí, y el 11 de marzo esa provincia declaró su independencia de Ucrania, reconocida sólo por Moscú, que promulgó la anexión del territorio. En abril, grupos prorrusos ocuparon sedes gubernamentales de ciudades del Este, lo que llevó a Kiev a enviar tropas a la región. Desde entonces, la tensión aumentó y tuvo un cimbronazo el 17 de julio, cuando rebeldes derribaron un avión de Malaysia Airlines, con 298 personas a bordo.

GAZA
El conflicto israelí-palestino tiene raíces profundas. Pero el último capítulo de lo que muchos consideran una historia sin fin se desató a fines de junio, tras el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes, y la posterior muerte de un adolescente palestino. Tras ello, Israel y Hamas se enfrentaron brutalmente. En respuesta al lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza, y amparado en su "derecho a defenderse", el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lanzó el 7 de julio la operación Barrera Protectora, cuyo principal objetivo es la destrucción de los túneles que utiliza Hamas para ingresar y atacar a Israel. La milicia, por su parte, exige para un alto el fuego permanente el fin del bloqueo israelí, que rige desde 2007, cuando Hamas se hizo del control de la Franja. La ronda actual de combates entre Hamas e Israel se detendrá algún día. Pero, por ahora, la comunidad internacional ha sido incapaz de forzar una tregua prolongada, y la muerte, el caos y destrucción arrecian con el paso de las horas.

LIBIA
Tres años después de la caída de Muammar Khadafy, Libia se encamina hacia una nueva guerra civil, a raíz de violentos enfrentamientos entre milicias rivales que se pelean por la influencia política y regional que dejó el excéntrico dictador. Fruto de las diferencias políticas, étnicas y territoriales que existen en el país, la caída de Libia en el caos y el desgobierno fue progresiva desde las elecciones parlamentarias de julio de 2012. Estos desencuentros provocaron el bloqueo de la transición democrática y la paralización de la reconstrucción de las instituciones del país. Las autoridades reconocieron más de una vez su incapacidad de integrar a las milicias surgidas en el levantamiento de 2011 en las fuerzas de seguridad, que aún son la ley en las calles. La situación se agravó en las últimas dos semanas, cuando milicias islamistas de la ciudad de Misurata lanzaron un ataque contra el aeropuerto internacional de Trípoli, bajo el control de una milicia rival de la localidad de Zintan. Ante la escalada de violencia, varios países evacuaron a su personal diplomático.

MALI
En marzo de 2012, al calor de la guerra de Libia, que una vez finalizada liberó armamento y mercenarios dispuestos a luchar por el mejor postor, estalló en el norte de Mali una rebelión separatista del pueblo tuareg, que siempre se sintió marginado por Bamako, capital del país. El estallido pronto provocó un golpe de Estado. Pero aprovechando el caos y el vacío político, dos grupos radicales islámicos se hicieron del control del territorio tuareg, desplazaron a los "hombres azules" e impusieron la ley islámica a la población. En enero del año pasado, el avance de los jihadistas finalmente provocó la intervención militar francesa, que logró su repliegue. En agosto de 2013, Ibrahim Bubakar Keita ganó las elecciones presidenciales. Pero los enfrentamientos y los atentados aún continúan.

REPÚBLICA CENTROAFRICANA
Al igual que otras ex colonias europeas en África, esta nación apenas conoció un momento de estabilidad política desde su independencia. Su última crisis se desató a fines de 2012, cuando la coalición de fuerzas rebeldes musulmanas Seleka tomó varios pueblos del Noroeste, aduciendo que el entonces presidente François Bozize no había respetado los acuerdos de paz firmados en 2007. La revuelta provocó la huida de Bozize y el envío de militares franceses y de una misión de paz de la ONU. El líder de la coalición rebelde, Michel Djotodia, asumió el poder, pero renunció en enero pasado, ante la imparable oleada de violencia interconfesional entre cristianos y musulmanes.

AFGANISTÁN
El conflicto que para muchos norteamericanos sería "un paseo por las montañas" se convirtió en la guerra más larga en la que ha participado Estados Unidos y en una verdadera pesadilla para Washington. En octubre próximo se cumplirán 13 años de la invasión posterior al 11 de Septiembre, y la victoria militar aliada sobre la resistencia de los talibanes aún es una quimera. En 2011, con el anuncio de la Casa Blanca de un retiro de tropas que finalizaría en diciembre próximo, los insurgentes y el gobierno afgano iniciaron negociaciones secretas para alcanzar la paz, pero fracasaron. Tras negarse a participar de los comicios generales de abril pasado, los talibanes iniciaron una ofensiva en mayo. Todo parece indicar que el último soldado en retirarse dejará un gobierno débil y una insurgencia revitalizada, el escenario ideal para una nueva guerra civil.

IRAK
Sumido en una profunda inestabilidad desde que las tropas estadounidenses se retiraron del país, en 2011, a mediados de junio Irak sucumbió ante una ofensiva relámpago de los jihadistas sunnitas del Estado Islámico de Irak y el Levante. En una vertiginosa arremetida, los milicianos se hicieron del control de Mosul y empezaron a avanzar hacia la capital, ante la desbandada del ejército iraquí y la perplejidad del gobierno chiita de Bagdad. La ofensiva ocurrió poco después de que los jihadistas se hubieran hecho de buena parte del nordeste de Siria, y, días más tarde, anunciaron la instauración de un califato islámico en los territorios que controlan en ambos países. Desde entonces, el mayor riesgo es que los enfrentamientos entre sunnitas y chiitas en Irak hagan metástasis hasta convertirse en una sola guerra en la región.

SUDÁN DEL SUR
El Estado más joven del mundo no nació con buena estrella. El país logró su independencia en 2011, como resultado de un proceso que comenzó con el acuerdo de paz de 2005, que puso fin a una de las guerras civiles más largas del siglo XX. El nuevo país no tardó en tener un conflicto fronterizo con su vecino del Norte, Sudán, que limitó su producción petrolera, su principal recurso. En diciembre pasado, un fallido golpe de Estado dividió al partido gobernante y provocó un conflicto armado con violencia étnica, que ya dejó 1000 muertos y un millón de desplazados. A raíz de ello, se perdieron cosechas y hoy, según la ONU, el país sufre la peor crisis alimentaria del mundo, que afecta a cuatro millones de personas, un tercio de su población.

SIRIA
En marzo de 2011, la "primavera árabe" finalmente floreció en Siria y muchos creyeron que la caída del presidente Bashar al-Assad sería cuestión de tiempo. Las protestas contra el régimen del joven "león de Damasco", sin embargo, fueron duramente reprimidas y pronto dieron pie a una cruenta guerra civil, que ya lleva más de tres años y dejó más de 170.000 muertos. A lo largo del conflicto, la oposición, respaldada tibiamente por Occidente, se fue despedazando en varios grupos, que abarcan desde rebeldes moderados hasta militantes islamistas extremos. Y Al-Assad, que cuenta con el apoyo de Rusia e Irán, y el respaldo de un poderoso y leal ejército, fue reelegido el 3 de junio en unas elecciones que Occidente y la oposición calificaron de "farsa". Actualmente, el gobierno controla el 40% del territorio del país, y al 60% de la población.

SOMALIA
Hubo un tiempo en que Somalia fue una nación. Pero pocos de sus ciudadanos lo recuerdan. Desde 1991, el país sobrevive sin un gobierno estable y es testigo de una guerra de todos contra todos para llenar el vacío de poder que dejó el derrocamiento del dictador Mohammed Siad Barre. En 2004, diferentes facciones llegaron a un acuerdo para conformar un gobierno de transición y unificar al país, y en 2012 se aprobó una nueva Constitución provisional. Pero, a pesar de los tímidos avances políticos de los últimos años, Somalia sigue inmersa en un conflicto armado. Actualmente, el grupo más poderoso es la milicia islamista Al-Shabbab, que en 2012 anunció su unión a Al-Qaeda. El grupo controla más territorio que el propio gobierno, que subsiste gracias al apoyo internacional, y busca instaurar un Estado islámico de tipo wahabi en el país..

Un verano muy preocupante

Enviado por José Luis Calvo.Análisis GESI
Pese al clásico cliché de periodo escaso en noticias, raro es el verano que no trae consigo la aparición o agudización de alguna crisis bélica importante. 
 
En 2014 este fenómeno ha sido especialmente intenso no solo por los numerosos conflictos armados en curso, sino por sus graves consecuencias regionales y globales. Para los estados europeos la situación resulta aún más preocupante porque la mayoría de las crisis han tenido lugar en su periferia, han afectado directamente sus intereses y están poniendo progresivamente en riesgo su propia seguridad.

Vamos a referirnos a los cuatro conflictos de mayor relevancia que han acaparado los titulares en los meses estivales: la crisis en Ucrania, la espectacular ofensiva del Estado Islámico en Irak y Siria, el nuevo episodio de enfrentamiento entre Hamas e Israel en Gaza y el caos que progresivamente se apodera de Libia.

La situación en Ucrania
En Ucrania la crisis ha alcanzado ya el nivel de guerra civil. Durante meses las milicias separatistas fueron alimentadas por Moscú lo necesario para prolongar el conflicto pero no tanto como para hacer demasiado evidente la intervención rusa. El derribo el 17 de julio del vuelo MH 17 fue, aparte de una tragedia, un golpe muy negativo para los intereses de los separatistas y de la Federación Rusa. Efecto negativo que se amplió cuando, tras meses de vacilaciones y ante la evidencia de que el conflicto estaba fuera de control, tanto Estados Unidos como la UE decidieron a finales de julio aplicar sanciones económicas realmente dolorosas.

Pero el terrible incidente, que algunos interpretaron como el fin de la insurgencia separatista ucraniana, no ha tenido de momento demasiadas consecuencias. Las responsabilidades del derribo del avión malasio se han diluido en una maraña de acusaciones mutuas y dificultades para acceder a los restos del aparato y llevar a cabo una investigación seria. Todos los líderes separatistas relacionados con el suceso han sido ya discretamente relevados de su cargo.

Al mismo tiempo Moscú decidió jugar la carta humanitaria. Los rebeldes se replegaron hacia zonas densamente urbanizadas donde resultaba difícil para Kiev evitar bajas civiles. La neutralización de la fuerza aérea ucraniana por la eficaz defensa aérea de los separatistas obligó a utilizar masivamente la artillería convencional. Sin proyectiles guiados ni sistemas de observación y dirección de tiro avanzados el resultado fue un dramático aumento de civiles muertos y heridos.
Rusia mostró su indignación ante diversos organismos internacionales y organizó un gran convoy humanitario que sirvió para concentrar la atención internacional y desviarla del evidente refuerzo en equipo y personal que se estaba produciendo en las filas rebeldes, justo cuando la ofensiva ucraniana comenzaba a perder fuelle ante un severo desgaste (unas 3500 bajas entre muertos heridos a mediados de agosto). 
 
La entrada y rápida salida del convoy de Ucrania, sin el permiso de las autoridades de Kiev, marcó el inicio de una contraofensiva de las milicias separatistas, con un apoyo cada vez más evidente de fuerzas regulares rusas. En el momento de escribir estas líneas la ofensiva ha dado un vuelco a la situación sobre el terreno. Los separatistas han llegado ya hasta el Mar de Azov y embolsado a miles de combatientes ucranianos al Sur de Donetsk. La desastrosa situación sobre el terreno, y las dificultades económicas para sostener la campaña ha obligado al presidente ucraniano Poroshenko a aceptar un alto el fuego, cuyos términos han sido en su mayoría dictados desde Moscú.

La reacción rusa a las sanciones no ha sido menos animosa. El veto a las importaciones de productos agrícolas ha tocado uno de los puntos sensibles de la economía de la UE, y las autoridades rusas han tenido tiempo, en los meses previos de inactividad europea, para tomar medidas que mitiguen el impacto de las sanciones de Bruselas. Pero la gran baza de Putin es, como para todo estratega ruso que se precie, la llegada del invierno. Descartada ya la neutralización de las áreas rebeldes para el otoño, Ucrania se asoma a la perspectiva de una ruina helada. Y Europa al difícil desafío de sustituir el gas ruso en un contexto de recuperación económica todavía muy dudosa. 
 
La pregunta principal es ¿Qué pretende Vladimir Putin? Probablemente lo que se adivinó desde un principio: desestabilizar el gobierno ucraniano hasta que Kiev acepte negociar en condiciones favorables para Moscú. Eso significaría una muy amplia autonomía de las regiones del Este, que mantendrían una constante amenaza de escisión ante cualquier gesto de Kiev que disguste a Moscú.

La alternativa, si la opción negociadora falla, sería provocar la partición de Ucrania. Pero es poco probable que los estrategas rusos se conformen entonces con una Nueva Rusia integrada por Donetsk y Luhansk. No es descabellado pensar que Jarkov, Odessa y toda la costa del Mar de Azov estén en el punto de mira de las ambiciones rusas. Los restos de una Ucrania rota y arruinada se dejarían entonces a la atención de la Unión Europea, y como un trágico regalo de advertencia para la OTAN.

La siguiente pregunta sería; ¿Y qué piensan hacer los estados europeos al respecto? La respuesta es todavía una incógnita. Cabe albergar serias dudas sobre endurecimiento de las declaraciones de los líderes de la OTAN durante la cumbre de esta semana, sobre todo si se tiene en cuenta que se han producido coincidiendo con un alto el fuego totalmente favorable a los intereses rusos. El anuncio de nuevas y vacilantes sanciones no ha evitado que el índice MICEX de Moscú haya subido más de 6% esta semana y esté ya en zona de ganancias anuales. El caso es que la guerra ha llamado a las puertas de Europa y sus dirigentes se miran unos a otros, y todos a Estados Unidos, para ver si alguien responde a la llamada.
 
Irak/Siria
La potente ofensiva de los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Irak y Siria ha sido quizás el acontecimiento bélico más inesperado del verano. Es cierto que, desde principios de año, el EI había conseguido hacerse con el control de varias ciudades en Irak (Faluya y parte de Ramadi entre ellas) gracias al apoyo de las tribus sunníes locales. En Siria había logrado también imponerse a otros grupos rebeldes y consolidar su dominio en la parte nororiental del país. Pero la explosión de acontecimientos que han tenido lugar desde junio ha supuesto una sorpresa especialmente preocupante.

Primero se produjo el hundimiento del ejército iraquí en Mosul y el rápido avance de los yihadistas hacia Bagdad, que a duras penas fue contenido al norte de la capital. Después, la conquista de prácticamente todo el Oeste iraquí lo que permitió al EI declarar la fundación de un califato islámico en una vasta región entre Siria e Irak. Más tarde una potente ofensiva en Siria causaba el mayor número de bajas entre las fuerzas gubernamentales de Al Assad desde hace más de un año. Los yihadistas barrían a las fuerzas del régimen de la provincia de Raqqah, haciéndose con bases militares y campos de gas y petróleo. Finalmente, los combatientes kurdos, en los que se habían puesto grandes esperanzas para detener al EI, se veían obligados a retroceder hacia su capital Erbil, forzando a Estados Unidos a lanzar ataques aéreos para detener el avance yihadista.
Resulta sorprendente que el EI sea capaz de lanzar operaciones en varios frentes a la vez con semejante energía. Ciertamente nunca hay que subestimar el poder de una horda de fanáticos, pero desgraciadamente el EI parece ser algo más que eso. La alianza con las tribus sunníes de Irak ha sido un elemento decisivo, especialmente para hacerse con el control de las provincias del Oeste y el Norte del país. Pero por sí solo tampoco explica el auge del grupo yihadista, ni su capacidad para humillar a la vez a las fuerzas armadas sirias, iraquíes y kurdas, aparte de a otros grupos islamistas de la oposición siria.

La gestión financiera y logística aparece como uno de los elementos que explicarían ese auge. La organización se ha mostrado muy eficaz para explotar recursos locales en las áreas conquistadas en Siria y se dice que incluso ha vendido petróleo al régimen de Al Assad, en una de esas paradojas tan difíciles de comprender para un occidental en los conflictos de Oriente Medio. Los éxitos en Siria e Irak, la fundación de un califato y una estrategia de comunicación pública sorprendentemente moderna y bien dirigida han convertido al EI en el beneficiario principal de las redes globales de reclutamiento y financiación que alimentan el yihadismo. Y por último las sospechas de un apoyo directo o indirecto por parte de algunas monarquías del Golfo resultan difíciles de descartar. No sería la primera vez que se intenta utilizar a los yihadistas como instrumento para conseguir objetivos estratégicos en la región, aunque siempre con resultados desastrosos.

La crisis ha creado extraños aliados. Irán y Estados Unidos coinciden ahora en que hay que frenar al EI como sea. Y para ello no han dudado en colaborar para apartar de su cargo al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, a quien se hace responsable de que las tribus sunníes se hayan unido al EI en respuesta a su política descaradamente sectaria en beneficio de la mayoría chií. Por su parte, Al Assad se ha convertido repentinamente en puntal geopolítico de Occidente en la región, ya que el hundimiento de su régimen terminaría por convertir al EI en dueño de gran parte del Creciente Fértil. Un reticente Obama se ha visto obligado a intervenir de nuevo en Irak, con el Pentágono aconsejando extender la intervención también al territorio sirio. Los ataques aéreos norteamericanos parece que han conseguido estabilizar la situación en el Norte de Irak, y han dado un respiro a los combatientes kurdos e iraquíes para reorganizarse y contratacar.
Durante el verano los militantes del EI se han encargado de mantener las redacciones de los principales medios de comunicación bien abastecidas de imágenes brutales y casi apocalípticas. Cristianos, yazidíes, chiíes o simples sunníes moderados huyen desesperadamente de matanzas masivas, que además son aireadas con orgullo. Paradójicamente, en esta brutalidad sin límites se encuentra la vulnerabilidad tradicional del yihadismo, y las razones de su fracaso en múltiples lugares del mundo. Fue en parte esta brutalidad la que ya provocó que las tribus sunníes iraquíes se convirtiesen en aliados de Estados Unidos a partir de 2005, y probablemente hará que abandonen de nuevo a los yihadistas si se abren perspectivas razonables para sus aspiraciones políticas.

El nuevo gobierno iraquí, la intervención de Estados Unidos y la aparente unidad internacional tanto en la condena a los yihadistas como en la disponibilidad a contribuir en la lucha contra ellos quizás conjuren la amenaza a medio plazo. Pero como ya ha advertido Obama no será rápido ni se logrará sin sufrimiento.

El conflicto en Gaza
En Gaza se ha vuelto a producir una de las sangrientas y periódicas explosiones de esa olla a presión en la que se ha convertido la Franja. El terrible asesinato aún no aclarado de tres adolescentes israelíes, seguido por la muerte no menos terrible de un joven palestino a manos de radicales judíos fue la espoleta que volvió a desencadenar la tragedia. Como trasfondo la insostenible situación de un área superpoblada, con un acceso muy limitado a cualquier tipo de recurso, gobernada por extremistas en su interior y con un gobierno israelí también especialmente propenso al extremismo en el exterior.

El golpe de estado que sacó del poder a los Hermanos Musulmanes en Egipto creó una situación preocupante para Hamas, por lo que una apertura de hostilidades como medio para recuperar protagonismo y obligar a Israel a negociar era previsible. Y Hamas se ha preparado concienzudamente para ello en los últimos años.

La crisis se inició con el habitual lanzamiento de cohetes por parte de las milicias palestinas. Cohetes más potentes, de mayor alcance y en mayor número que en ocasiones anteriores. El sistema antiproyectiles israelí Iron Dome funcionó muy bien, mejor de lo esperado, aunque se trata de una herramienta extremadamente cara. Cada misil interceptor cuesta 50.000 dólares, y aunque el sistema solo ataca aquellos proyectiles que calcula pueden caer en áreas pobladas, hacer frente a un ataque masivo supone un gasto considerable.
La respuesta israelí se dirigió como es habitual sobre los lugares de lanzamiento y sobre los cuadros de mando de Hamas. Pero en esta ocasión los efectos fueron reducidos y, pese al sistema de avisos previos antes de cada ataque para evitar bajas civiles, éstas se produjeron en cantidad desproporcionada. Pero lo peor llegó cuando, ante la evidencia del limitado efecto de los bombardeos iniciales, Israel se lanzó a una ofensiva terrestre para destruir la infraestructura de Hamas sobre el terreno.

Desde el primer momento, los soldados israelíes se encontraron con una compleja red subterránea por la que los combatientes de Hamas se movían con relativa seguridad. La súbita aparición de grupos armados en la retaguardia israelí, e incluso en el propio suelo de Israel, provocó una gran alarma y endureció los combates hasta límites especialmente dramáticos. La necesidad de evitar que algunas unidades quedaran cercadas o arrolladas por los combatientes palestinos llevó a los mandos israelíes a lanzar ataques aéreos y de artillería devastadores, como el sufrido por el barrio de Shejaiya, en los que el número de bajas civiles se disparó.
De destruir las lanzaderas de cohetes y la infraestructura para utilizarlas se pasó a considerar la destrucción de túneles como la prioridad principal de la operación. Eso llevó a las unidades israelíes a una dura lucha urbana en la que sufrieron 66 muertos y varios centenares de heridos. Como es habitual, el endurecimiento de la lucha y el aumento de los muertos civiles provocaron una ola de protestas internacionales contra la actuación israelí que, tras el también habitual tira y afloja de negociaciones y treguas no respetadas, ha llevado finalmente a una situación de posible solución negociada.

Israel ha demostrado de nuevo su determinación para afrontar cualquier amenaza contra su seguridad sin retroceder ante presiones internacionales. Y de paso también ha demostrado que cada día tiene menos que temer de los cohetes de Hamas. Pero el movimiento islamista ha demostrado a su vez que es ahora menos vulnerable a los ataques de Israel, y que si las fuerzas del Tsahal osan pisar el suelo de Gaza tendrán que pagar un alto precio. La formación de un gobierno palestino unificado, que incluye al movimiento islámico, y su relativa eficacia en la lucha contra Israel han reforzado además su peso político.
Más de dos mil personas muertas ha sido el precio para que unos y otros hayan tenido la oportunidad de demostrar sus respectivas fortalezas. Al mismo tiempo, Egipto ha demostrado también que sigue siendo un mediador esencial en el conflicto, pese a los intentos de Turquía y Qatar por usurparle el puesto. Paradójicamente, la evidencia del estancamiento militar está llevando a una esperanzadora ronda de negociaciones sobre el futuro de la Franja. A cambio de garantías sobre la seguridad de Israel, el gobierno de Tel Aviv estaría dispuesto a considerar cuestiones como la flexibilización del bloqueo, la reapertura del aeropuerto o la construcción de un puerto marítimo. Solo cabe desear que las esperanzas de paz en la zona no se vean de nuevo defraudadas por la acción de los extremistas de ambos bandos.

El avispero de Libia
La situación en Libia es quizás la más esperable de las crisis que han sacudido este verano de 2014. En realidad, tras el derrocamiento del dictador Gadafi el país africano nunca llegó a estabilizarse del todo. Pero en los últimos meses la situación ha degenerado rápidamente hacia lo que se puede ya calificar de conflicto armado abierto.

Penetrar en la inextricable maraña de la situación interior libia puede ser agotador. Baste decir que la región de Cirenaica, con Bengasi como centro urbano principal, intenta acabar con su tradicional subordinación a Trípoli y la Tripolitania. Las milicias islamistas de Misrata, las más potentes del país gracias al apoyo de Qatar, disputan el control de la capital a las milicias de Zintán, de origen beduino y orientación más laica. Un antiguo general sublevado hace décadas contra Gadafi, al Haftar, se ha convertido en cabeza de un movimiento para neutralizar las milicias armadas en el país, especialmente los grupos islamistas más radicales, con el apoyo de Emiratos, Arabia Saudí y probablemente Estados Unidos. En el Sur existen todavía milicias gadafistas, aunque lo más habitual es que las tribus locales combatan entre sí por el control de las rutas saharianas por las que se mueven todo tipo de tráficos ilegales. Y las milicias islamistas de Bengasi, integradas en el yihadismo global, han anunciado ya un emirato islámico en el Este del país, presumiblemente subordinado al califato del Estado Islámico. Entre todo este caos el parlamento libio intenta reunirse donde los combates se lo permiten, y elegir a primeros ministros que apenas permanecen unas semanas en el cargo.
El conflicto ha contribuido a que se dispare la emigración ilegal en el Mediterráneo Central, obligando a Italia a poner en marcha la operación Mare Nostrum, que ha rescatado ya a unos 100.000 inmigrantes que afrontan el tránsito de Libia a Italia en condiciones inhumanas. Se cree que el número de los que han muerto intentado alcanzar las costas italianas llega ya a los 2.000 en lo que llevamos de año. La crisis ha abierto de nuevo el debate de la inmigración en la Unión Europea con profundos desacuerdos entre los países del Sur que exigen una acción más contundente, y los del Centro y Norte, que alegan que la inmigración procedente del Este es aún de mayor magnitud.

En las últimas semanas se ha producido además un suceso aparentemente menor, pero que sirve como indicativo de la situación de desorden internacional. Algunas milicias islamistas que combatían por el control del aeropuerto de Trípoli sufrieron ataques aéreos nocturnos con armas guiadas. Como la realización de este tipo de ataques está fuera de las capacidades de la muy modesta fuerza aérea libia, surgió la duda sobre quién había sido el autor. Pronto se supo que se trataba de aviones de Emiratos Árabes Unidos que habían utilizado bases egipcias. Pero lo más preocupante es que aparentemente Estados Unidos no había sido informado del ataque, lo que significa que, ante la inacción de Washington, las potencias regionales comienzan a tomar iniciativas por su cuenta y riesgo.

La crisis del liderazgo norteamericano
Y es que gran parte de la intensa conflictividad global que se ha producido este año, y especialmente este verano, se debe a la aparente pasividad norteamericana. Dicha pasividad es relativa, pues Washington sigue interviniendo de una forma u otra en casi todas las crisis que sacuden el mundo (esta última semana el ataque de un dron acababa con la vida del líder de los yihadistas somalíes de Al Shabab). Pero esas intervenciones no tienen la contundencia que se necesitaría para que se convirtiesen en decisivas.

Se echa la culpa de la situación al Presidente Obama, y probablemente la tiene en parte. Pero no hay que olvidar que llegó a la Casa Blanca en una situación de crisis económica aguda y descrédito militar notable. Un periodo de repliegue, ajuste y reflexión era esperable y comprensible. Más comprensible si cabe si se tiene cuenta la ausencia de aliados fiables. Europa se muestra cada vez más incapaz de atender a su propia seguridad. Los aliados tradicionales en Oriente Medio, desde Turquía hasta Egipto pasando por las monarquías del Golfo, se están desequilibrando progresivamente debido a los conflictos en la zona, y emprenden acciones cada vez más peligrosas por iniciativa propia. Y Japón está demasiado obsesionado con China, y solo está iniciando una tímida liberación de sus restricciones constitucionales para el uso de la fuerza en el exterior.

Ante este panorama, el presidente de Estados Unidos optó por desengancharse primero de los conflictos en Irak y Afganistán, y por no abrir nuevos frentes después. La labor de gendarme internacional ha estado presidida por la moderación, las intervenciones limitadas, el máximo aprovechamiento de la inteligencia disponible y el uso de medios sutiles como los drones.

El problema para Obama es que se ha encontrado con la mayor crisis económica global desde hace quizás 80 años, que ha provocado de manera directa o indirecta un dramático incremento de la conflictividad. Y las medidas que podrían haber sido suficientes para garantizar una estabilidad aceptable en una situación normal, son ahora claramente insuficientes. Pero, sin apoyos internacionales fiables, y con escasos apoyos internos, el presidente no tiene demasiada libertad de acción para tomar decisiones espectaculares. Probablemente habrá que esperar a una nueva administración presidencial en Washington para que comience a apreciarse una reacción de cierto vigor. No obstante, hay que reconocer que la crítica desde Europa a Estados Unidos por su pasividad es algo que se aproxima bastante a la desfachatez.

José Luis Calvo Albero es Coronel del Ejército de Tierra e investigador principal del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI).

Editado por: Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI). Universidad de Granada. Lugar de edición: Granada (España). ISSN: 2340-8421.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Bolivia, denuncia que carabineros chilenos movieron hitos fronterizos


Bolivia decidió enviar tropas a una región fronteriza con Chile por denuncias reiteradas acerca de carabineros chilenos corriendo la frontera. El asambleísta departamental Hugo Ticona informó que el denunciante guardián de la frontera Jacinto Mollo, visitó Oruro para explicar detalles de esta incursión y que determinaría que comunidades enteras bolivianas pasen a dominio chileno.

Hito entre Bolivia y Chile
(Urgente24) - Un contingente militar de Bolivia fue desplazado a la frontera con Chile para indagar si hubo una remoción de hitos limítrofes por parte de carabineros chilenos, como denunció días atrás un campesino, informó ayer un jefe militar boliviano al diario Correo del Sur.
 
"Hemos destacado un reconocimiento para verificar la información", dijo el comandante de la Segunda División del Ejército, general Teddy Ayllón, a la radio católica Pío XII, sin precisar el número de efectivos desplazados."Temprano en la mañana, ya han salido (los efectivos militares) para verificar la información que esto sucede entre los hitos 22 y 26", precisó.
 
El comandante de la Segunda División de Ejército, acantonada en el departamento de Oruro, fronteriza con la Región de Arica, al norte de Chile, explicó que un dirigente campesino denunció que días atrás carabineros chilenos removieron hitos fronterizos.
 
Ayllón acotó que de verificarse una remoción de hitos, "elevaremos la información correspondiente a instancias superiores, al Comando de Ejército y al Comando en Jefe para que esto pueda llegar, a través del Ministerio de Defensa, hasta la Cancillería".
 
El asambleísta departamental Hugo Ticona informó que el denunciante guardián de la frontera Jacinto Mollo, visitó Oruro para explicar detalles de esta incursión y que determinaría que comunidades enteras bolivianas pasen a dominio chileno.
 
“El guardián nos ha visitado y nos ha hecho una denuncia en el sentido de que los hitos, 23, 24, 25 y 26 fueron removidos y se ha sufrido una penetración de los gendarmes chilenos. El día 25 de agosto, ocho vehículos y 18 gendarmes de manera prepotente habrían incursionado a los hitos".
 
De acuerdo con el legislador, varias comunidades podrían formar parte del territorio chileno si se cumple el tratado firmado en 1962, de modificación de hitos, según el reporte.
 
“Estamos de Jalluma, Pacollo, Chorivinto y Sica Chinchillani (los cuales) serían los territorios que han sido avasallados por los chilenos. Nos preocupa porque son del cantón Parajaya, ayllu Sacari, de la provincia Sabaya (del departamento de Oruro)”, agregó.
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