martes, 2 de febrero de 2016

Electroingeniería avanza con las represas de Santa Cruz


Por Antonio Rossi - LPO - Tras el amague de Macri de frenar las obras, Electroingeniería avanza con las represas de Santa Cruz. El grupo ultrakirchnerista con tácita luz verde del gobierno avanza con las obras.



La chance de que se revisen y paralicen las obras de las represas santacruceñas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic que dejó entrever la administración macrista a fines de diciembre quedó prácticamente diluida tras una reciente movida que concretó el consorcio constructor que integra la firma ultrakirchnerista Electroingeniería, con la tácita anuencia de funcionarios nacionales.

Electroingeniería es una firma cordobesa liderada por Gerardo Ferreya y Osvaldo Acosta, muy cercana a Carlos Zannini, que gracias a esa cercanía pasó durante la década kirchnerista de ser una contratista pequeña de la provincia mediterránea a uno de los grandes jugadores de la obra pública nacional.

De hecho, Cristina le entregó una de las últimas joyas de la corona de su gestión: la construcción de las dos represas hidroeléctricas de Santa Cruz que demandarán una inversión cercana a los 5.000 millones de dólares. Y lo hizo pese a que la firma tenía serios problemas financieros y tuvo dificultades para presentar las mínimas garantías establecidas para acceder al financiamiento.

Vamos a intentar pararlas porque hay otras opciones más viables, limpias y económicas, había dicho Macri al inicio de su gestión. Macri había insinuado que iba a revisar esas adjudicaciones y en su entorno se habló de redireccionar el financiamiento de China, que integra el consorcio constructor a través de la firma Gezhouba. Pero al parecer la idea fue descartada. 

Esta semana el consorcio puso en marcha 8 procesos licitatorios de alcance nacional e internacional para la compra de equipos, herramientas, puentes y vehículos de transporte por un valor total de 335 millones de pesos. La convocatoria a los oferentes y proveedores de equipamientos es la primera del año del consorcio y se efectuó bajo los parámetros establecidos por la Oficina Nacional de Contrataciones de la Jefatura de Gabinete y el régimen de “Compre Trabajo Argentino” de la ley 25.551.

El ítem más relevante de los ocho que conforman el “concurso privado de precios nacional e internacional” que lanzó a la calle Electroingeniería y Gezhouba es el referido a la compra de 50 colectivos para el transporte del personal a los campamentos y zonas de obras. El presupuesto fijado es de 103 millones de pesos.

Luego se ubican la provisión de diversos equipos de construcción por 78 millones de pesos y un puente tipo Bailey valuado en 39,3 millones de pesos. A continuación aparecen un paquete de compresores y bombas por 33,5 millones de pesos; silos para el acopio de cemento por 31,1 millones de pesos; una planta de cortado y doblado de 29 millones de pesos; retroexcavadoras y tractores por 17 millones de pesos y herramientas de taller con un presupuesto de 3,1 millones de pesos.

Visto bueno

El visto bueno que los funcionarios nacionales le dieron a la jugada de Electroingeniería y Gezhouba alejaría cualquier posibilidad de que la polémica obra de las usinas patagónicas puede verse frenada y anulada en el corto plazo. 

De hecho, con un oportunismo típico del empresariado argentino, apenas se supo que habría ballotage, Electroingeniería incluyó en una comunicación a La Bolsa un lapidario informe sobre la situación económica, que contrataba de manera brutal con las expresiones de Ferreyra en Twitter defendiendo hasta las más ridícula de las iniciativas de Cristina Kirchner y atacando a los opositores y periodistas críticos.

No obstante este paso, la relación entre el grupo adjudicatario y el gobierno nacional permanece en el limbo. Durante la administración kirchnerista, su interlocutor formal era el ministro de Planificación, Julio de Vido; aunque tenían línea directa en Zannini que los defendía con el mismo carió que se defiende a un socio.

Con el nuevo organigrama oficial, la cuestión de las represas debería pasar por las carteras de Interior y Obras Públicas de Rogelio Frigerio y de Energía y Minería de Juan José Aranguren. Pero hasta el momento, ninguna dependencia se hizo cargo del tema.

Sin embargo, este viernes Frigerio finalmente se reunió con la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, la mandataria provincial que más demoraba el encuentro con el ministro del Interior.

Marcha atrás

Luego de tres intentos fallidos de licitación, el proyecto de las represas santacruceñas fue adjudicado en agosto de 2013. Tras varias idas y venidas con la negociación del crédito chino, el acta de inicio de obras se terminó firmando el 14 de febrero de 2015.

Hasta ahora, el consorcio lleva contratados alrededor de 1.000 operarios para trabajos de suelo e instalación de obradores. Del crédito chino por un total de US$ 4.700 millones, ya ingresaron en 2015 unos US$ 300 millones y para este año está previsto –si no se atrasa el cronograma de obras—otro desembolso de casi US$ 1.000 millones.

La continuidad de las represas quedó en la mira a los pocos días de que Mauricio Macri asumiera como presidente. En una reunión en la Casa Rosada con Cristine Mc Divitt (la viuda del filántropo ecologista Douglas Tompkins) y Sofía Heinonen (de la ONG Conservation Land Trust), Macri deslizó la intención oficial de frenar las obras.

Macri en la reunión con la viuda de Tompkins, a quien prometió que intentaría frenar las represas.
“Vamos a intentar pararlas porque hay otras opciones más viables, limpias y económicas”, habría planteado el presidente en esa audiencia según indicó una fuente del ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable que conduce el rabino Sergio Bergman.

A partir de ese momento, el gobierno comenzó a recibir distintas señales de funcionarios chinos que alertaron sobre las consecuencias negativas que podrían generarse si se frenaban las represas.

Además de resaltar la ayuda que representa el swap otorgado para fortalecer las reservas del Banco Central, desde Beijing le habrían recordado a la administración macrista que el crédito para las usinas no puede ser redireccionado a otro proyecto y una suspensión de los trabajos puede afectar las restantes asistencias crediticias vigentes para la modernización del ferrocarril Belgrano y obras de infraestructura en las provincias.

Curiosamente en las últimas tres semanas el gobierno no volvió a tocar el tema y no hubo ninguna decisión oficial sobre la eventual cancelación de las obras.

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