sábado, 9 de marzo de 2013

Inseguridad: Con plaza Flores, ya suman 86 los espacios verdes enrejados

Por Silvia Gómez - Diario Clarín
En ese barrio los vecinos juntaron 5.000 firmas para pedir que la protegieran. Denunciaron robos y una creciente marginalidad. Pusieron dos guardianes permanentes y hay policías de la Federal
 
Novedad. La reja fue inaugurada ayer en un acto del Jefe de Gobierno, Mauricio Macri. La plaza está abierta entre las 8 y las 22, y en invierno cerrará a las 21. /MAXI FAILLA

A la tradicional plaza Flores le colocaron rejas. Así se convirtió en un nuevo espacio público enrejado, el número 86 en la Ciudad. Pero a diferencia de lo que ocurrió en Parque Centenario –donde el cerco fue resistido por un grupo de vendedores ambulantes, manteros, vecinos y militantes, que se enfrentaron con la Policía Metropolitana–, en el barrio la gente venía reclamando las obras por el vandalismo y la inseguridad que generaba el abandono de la plaza.

Ayer, con un acto en homenaje por el Día Internacional de la Mujer, el Jefe de Gobierno Mauricio Macri, dejó inauguradas las obras de la plaza, cuyo nombre verdadero es General Pueyrredón. Renovaron los caminos interiores, el mobiliario, la iluminación, el césped, los areneros y colocaron cámaras de seguridad y las rejas. “Desde ahora la plaza tendrá dos guardianes, además de agentes de la Policía Federal durante el día. Estuvimos concientizando a los vecinos de que era el mejor camino para mantener en buen estado el lugar. Juntamos más de 5.000 firmas hasta consensuar el proyecto”, contó Eduardo Macchiavelli, al frente de la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana.

En una recorrida por la zona Clarín comprobó que vecinos y comerciantes están de acuerdo con las rejas. “Cada plaza tiene su dinámica, no sé porque la gente se oponía a las rejas en el Centenario, pero puedo asegurar que acá el clima era insostenible. No solo había robos. El estado de marginalidad era tremendo. Hubo hasta gente acuchillada en medio de la plaza, a metros de los areneros,” contó Juan Ignacio, encargado de una heladería tradicional de la calle Yerbal.

La Plaza Flores es un enclave tradicional e histórico en el barrio. Frente a la Basílica de San José de Flores, fue un terreno baldío hasta que en épocas de Juan Manuel de Rosas se construyeron los primeros jardines y se plantaron decenas de árboles. En otras épocas fue uno de los centros comerciales más importante de la Ciudad, pero luego comenzó a decaer, hasta transformarse en un lugar muy peligroso. Debido a su cercanía con la estación de trenes y a la cantidad de líneas de colectivos que pasan por la zona –más de 15– también se es un centro de trasbordo vital para el Oeste porteño y el Conurbano.

Las obras de renovación contemplaron a los vecinos históricos de la zona, por eso las mesas de ajedrez de concreto quedaron fuera del cerco perimetral. “En verano podemos estar jugando durante horas y hasta muy tarde. Además como las mesas no tienen ningún valor, por suerte no las rompen. Y tampoco nos roban porque saben que somos jubilados”, bromea Anselmo (82). El hombre nació en España pero llegó a Buenos Aires con 20 años y siempre vivió en el barrio. Desde hace algún tiempo también se arman partidos de truco y tute en estas tradicionales mesas de ajedrez que están sobre la calle Fray Cayetano Rodríguez.

Sobre la vereda de Yerbal, debajo de una gran arboleda, la calesita y los areneros –uno con juegos tradicionales y otro con juegos de madera– desbordaban de chicos. “Ojalá mantengan limpia la arena. El barrio tiene muy poco verde, casi no hay plazas para que jueguen los chicos”, contó una vecina.
La renovación de la Plaza General Pueyrredón forma parte de un plan de puesta en valor de toda la zona. Según informaron desde Atención Ciudadana –un área que depende directamente del Jefe de Gobierno– se colocará una doble iluminación sobre avenida Rivadavia, entre Nazca y Carabobo. “Y lo más importante es la apertura de la estación de subte Flores, de la línea A, que será en junio”, aseguró Macchiavelli.

En enero el Gobierno porteño intentó cercar el Parque Centenario y se encontró con una fuerte oposición. La Justicia porteña primero paró la obra y luego permitió que continuara.

La Ciudad tiene 86 espacios verdes enrejados de las más de 600 plazas que hay. El próximo trabajo podría ser Parque Lezama. Allí el Gobierno tendrá que lidiar con muchos vendedores ambulantes y manteros que resisten el cerco y todos los fines de semana copan sus sendas y el césped.

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