Por ÁNGEL MARIO ELÍAS - Cronista.com
Presidente del Ente Administrador Puerto Rosario y del Consejo Portuario Argentino.
La terminal amplía su oferta de servicios, atrae nuevos clientes, y aprovecha a pleno su potencial logístico.
El Puerto de Rosario, administrado por el Ente (EN.A.P.RO), que me ha tocado presidir en estos últimos diez años, es una institución viva, dinámica, de uso público, en cuyo ámbito siempre se intentará lograr la mejor solución logística para las cargas, buques y demás medios de transporte que lo requieran, con vista a facilitar la operativa particular de cada usuario y en general, beneficiar el comercio exterior argentino.
Conforme al desarrollo previsto en su Plan Maestro, el puerto desenvuelve su operativa a través de tres terminales principales, dos terminales especializadas: una de pasajeros (La Fluvial S.A.) y otra de agrograneles (Servicios Portuarios S.A. SE.POR. SA) y una importante terminal multipropósito operada por Terminal Puerto Rosario SA T.P.R. SA.
Todos los operadores de las terminales, sin excepción, a través del período de concesión transcurrido, no exento de dificultades internas y externas, han apostado permanentemente a la expansión de sus negocios e infraestructura.
La terminal granelera, la única que ofrece un servicio público de acopio y embarque de granos en la zona, ha finalizado la reconstrucción y reiniciado las operaciones por el muelle de la Unidad VII, inactivo por casi una década.
La Estación Fluvial de Rosario se ha convertido en el punto principal de conexión de los turistas y de los propios rosarinos con la navegación por el río, con el disfrute de sus islas, de sus playas, de su fauna, de su gente, de su historia Más allá, desde hace años, un trabajo empresarial silencioso se lleva a cabo para lograr expandir el hinterland, explorando la posibilidad de adicionar negocios y fijando nuevas metas como el desarrollar cruceros fluviales regionales o incentivar el uso del transporte acuático para el traslado de personas en la nuestra región metropolitana.
Aunque instalada en un entorno portuario cada vez más dedicado y direccionado, la terminal que opera T.P.R. SA se ha constituido en la mayor del país que mantiene su carácter netamente multipropósito, brindando servicios competitivos y eficientes a una amplia variedad de tipos de cargas, según su naturaleza, modalidad comercial, estado de agregación y embalaje.
En un escenario donde el comercio marítimo se vuelve cada vez más competitivo, los operadores portuarios, tanto nacionales como internacionales, han apostado por la especialización, la economía de escala y la operativa privada.
El ejemplo más claro es el cluster de casi treinta terminales privadas de empresas agroexportadoras asentadas en el cinturón portuario del Gran Rosario, la gran mayoría con carga propia, muchas de las cuales se integran al proceso de la molienda (crushing) para la producción de aceites y derivados en uno de los polos industriales de este tipo más importantes del mundo, el cual ha ido delineando sus proyectos portuarios: infraestructura, equipos, redes y servicios, principalmente especializándolos en la exportación de agrograneles sólidos y líquidos, como granos, harinas, subproductos, aceites y biocombustibles.
Uso público
La terminal multipropósito, de uso público, enfrenta el desafío de brindar servicios portuarios y conexos a una amplia y cambiante variedad de cargas y buques, de tráfico de importación, exportación o tránsito. En un principio es probable que ninguno de los volúmenes de cargas operados alcance una masa crítica tal que permita configurar un muelle o terminal especializada. Por lo tanto, hay que invertir permanentemente en nuevos equipos móviles de acuerdo a los contratos de estibaje que se vayan concretando, rediseñar lay-outs operativos y flujos de cargas, capacitar al personal a nuevas tareas y medidas de seguridad, y readaptar luego dichos equipos para utilizarlos en otros negocios.
En una terminal multipropósito: todo es multipropósito: los muelles, los equipos, las plazoletas, los depósitos y también el recurso humano: estibadores, capataces, profesionales deberán poner todo su ingenio y capacidad laboral adaptativa para enfrentar, a veces incluso durante la misma jornada, el desafío de llevar adelante operaciones tan diferentes como puedan imaginarse: autos, durmientes, fertilizantes a granel, contenedores, palanquillas, mineral de hierro, etc., lo que conlleva a lidiar con buques, equipos, cargas, medios de transporte y modalidades operativas y administrativas diferentes, a los que hay que ensamblar logísticamente y brindar el mejor servicio posible, just in time, a precios competitivos, en un escenario de seguridad de trabajo y control del medio ambiente.
Terminal Puerto Rosario SA, un joint venture entre el poderoso grupo agroexportador e industrial de Vicentín y el know-how que aporta el grupo chileno Ultramar, ha elaborado una estrategia de negocios que en poco tiempo revirtió experiencias frustrantes de décadas anteriores y entusiasmó a grandes clientes, logrando la confianza operativa necesaria para atraer, en principio, las cargas de su hinterland natural y proyectar ampliar su oferta de servicios hacia otras.
Su operatoria general alcanzará este año 2017 los 2,5 millones de toneladas, que componen un amplio universo de cargas. Entre otras, junto con el break-bulk de rieles y durmientes que proveen el 100 % del material ferroviario del Plan Belgrano, se han llevado a cabo operaciones importantes de trasbordo de ferromanganeso, mineral de hierro y harinas, exportación de azúcar, y aceites vegetales e importación de fertilizantes, todos a granel.
Cabe destacar la operatoria de contenedores que llegaría a casi 70.000 teus lo que representa un aumento de entre un 15% a un 20% sobre el movimiento del año anterior. Esta carga configura unos de los pilares de la terminal, que ha ido creciendo en importancia tal, que llegan regularmente al puerto tres de la navieras más importantes del mundo: Maerks, MSC y Hamburg Sud. La terminal multipropósito, honrando esa confianza empresarial, ha apostado a mejorar su infraestructura, esperando a principios del año venidero inaugurar la totalidad de la obra encarada, consistente en la ampliación de la plazoleta de contenedores, la adquisición de un nuevo scanner de última generación y la construcción de un nuevo edificio destinado al control documental y despachantes de aduana, todo lo que ha supuesto una erogación, en los últimos dos años de casi u$s 12 millones, para posibilitar mover hasta unos 150.000 teus anualmente, lo que significa duplicar la capacidad operativa actual, con vistas a conformar un área de operación especializada dentro de la terminal.
Automotores
El otro eje está en la operatoria automotriz. El concesionario ha establecido, desde hace un par de años, relaciones con la empresa General Motors. En principio insertando al puerto en la cadena logística para el denominado Proyecto Fénix, empezando con la manipulación de contenedores con autopartes, unos 6.000 Teus anuales, pero con la mira puesta en la importación y exportación de vehículos. Después de algunas operaciones de prueba, el corriente año se espera llegar a los 5.000 vehículos de importación manipulados en la modalidad roll on-roll off.
La idea original, a partir de la radicación de la planta de General Motors en la década de los 90s, era que Rosario fuese el puerto cabecera para el movimiento de autopartes y vehículos con origen y/o destino en la planta industrial. A partir de allí, la conformación y afianzamiento de una terminal roll on roll off, también permitiría captar el flujo de las automotrices cordobesas.
Tras más de dos décadas, este proyecto empieza a concretarse. General Motors anunció meses atrás una ampliación de su planta de más de u$s 500 millones, parte de los cuales serían invertidos por proveedores, concatenado con ello T.P.R. SA salió recientemente en Córdoba, a vender el puerto a la Región Centro, exponiendo las exitosas experiencias llevadas a cabo y las posibilidades y proyectos futuros. La especialización de una parte de Puerto Rosario para conformar una terminal de autos es ya más que un mero deseo o declamación, es un objetivo en estudio y definición.
El Puerto de Rosario deberá seguir creciendo, reinventándose cotidianamente, sin solución de continuidad, para ampliar su oferta de servicios, atraer nuevos clientes, aprovechar su potencial logístico a pleno, y también, consustanciarse cada vez más con la comunidad rosarina.
El EN.A.P.RO seguirá acompañando junto a todos los que conforman el Consejo Portuario Argentino, los esfuerzos gubernamentales para transparentar y reducir las distorsiones en los precios y procedimientos de los servicios ligados al comercio exterior. Y, domésticamente en nuestro puerto, apoyando y facilitando la labor de los concesionarios que brindan los servicios en sus tres terminales actuales, que deberán seguir apostando a la inversión, ingenio, diversificación, nuevas tecnologías, respeto al medio ambiente, y relación amigable con la ciudad, única manera de crecer sosteniblemente en un ambiente de tanta competencia e innovación.