Por Daniel Avellaneda - diario Clarín
Los planes son muchos y van desde una pretemporada en común hasta un clásico en otros rincones del planeta.
Ellos. Los presidentes de River y Boca, Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici, el sábado pasado. / MARCELO GENLOTE
La imagen del sábado no es casual. Ahí estaban en el palco del estadio mundialista de Mar del Plata, codo a codo, Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici, los presidentes de River y Boca. Compartían noventa minutos, cada uno haciendo fuerza por sus colores. Aunque fuera de los márgenes del campo de juego, la idea de uno y otro mandamás es formar una sociedad de negocios que explote, como nunca antes, el marketing de los dos clubes más populares del fútbol argentino. Se viene el Proyecto Superclásico .
“El día del partido, hay que salir a ganar. Pero luego, River y Boca tienen que estar juntos”, dice D’Onofrio. “Estoy convencido de que el 70 por ciento del fútbol argentino pasa por Boca y River. Juntos, todo se va a potenciar más”, afirma Angelici. Y desde los Departamentos de Marketing de ambos clubes hay intenciones de que esas palabras que brindaron los dirigentes no terminen en un montón de nada. Por el contrario, hay planes que abarcan desde una pretemporada hasta un clásico en otros rincones del mundo.
El marketing de los clubes era un negocio marginal, ya que los ingresos fuertes siempre estuvieron vinculados con la venta de jugadores. Pero ese comercio exportador cayó. Como muestra, basta el último mercado de pases. River, por ejemplo, no pudo cerrar ninguna transferencia que aliviara su devastada tesorería. En Boca, sin ir más lejos, una de sus joyas , Leandro Paredes, fue prestado a la Roma. En otros tiempos, hubiera sido imposible que un jugador como el joven enganche fuera cedido por un año y medio.
Es una apuesta de dinero a futuro, claro. No obstante, las instituciones europeas, incluso las más poderosas, ya no vienen a la Argentina dispuestas a poner una fortuna por un futbolista, como ocurría hace una o dos décadas.
Un main sponsor entrega un ingreso anual de 3,5 a 5 millones de dólares.
Lo que quieren River y Boca es que el aprovechamiento de sus marcas, como mínimo, alcancen ese nivel. Hay varias consignas que están en la carpeta de los dirigentes de ambos clubes. La realización de una pretemporada en conjunto es una de ellas, con la inclusión de un Superclásico en Estados Unidos, India o China. Otra idea es armar un River “B” y un Boca “B”, dos equipos alternativos que darían la vuelta al mundo para jugar amistosos.
También quieren vender la experiencia River-Boca, para que un fanático del fútbol de cualquier parte del planeta venga a la Argentina a ver el partido más tradicional de nuestro país. Y que esa misma persona, por ejemplo, pueda tomarse una foto en el campo de juego. Otra posibilidad que manejan es generar acciones sociales y fomentar la rivalidad -otro negocio dentro del propio negocio- desde sus patrocinantes. River con Adidas y Coca Cola, Boca con Nike y Pepsi. Y hasta quieren que los jugadores tengan más compromiso con los eventos para poder usufructuar su imagen, como sucede con las figuras en Europa.
La nueva dirigencia de River quiere profesionalizar el marketing y el área de prensa, algo que en Boca ya funciona hace un tiempo. “Boca y River son dos marcas muy fuertes y reconocidas del país, pero sobre todo a nivel internacional”, apunta Angelici. Dentro de la cancha, seguirán siendo los máximos rivales. Fuera de ella, serán hinchas de intereses comunes.