Lockheed MartinEE.UU. y sus aliados están atrapados con el
peor avión avanzado del mundo, proyecto cuya continuación amenaza el futuro de la Fuerza Aérea
nacional, sugieren analistas estadounidenses.
El caza de ataque unificado (JSF, por sus siglas en inglés)
F-35, desarrollado por Lockheed Martin para evadir radares enemigos, lanzar
ataques a tierra y lograr la superioridad aérea destruyendo aviones enemigos,
sigue presentando problemas. "Las recientes, aparentemente buenas noticias, no
pueden cambiar el defecto fundamental en el diseño de la aeronave que radica en
los requerimientos antagónicos exigidos al nuevo caza", escribe el
analista de temas militares David Axe.
Debido a los estrictos requerimientos para el nuevo avión
impuestos en su gran parte por el Cuerpo de Infantería de Marina, el F-35 sale
perdiendo frente a viejos aviones de combate rusos y chinos que tiene mayor
velocidad y autonomía y son más maniobrables. En un combate relámpago los F-35
son "demasiado pesados y están demasiado mal armados", expresó
Winslow Wheeler, el director del programa de supervisión estatal del Proyecto
Strauss de reforma militar.
Mientras tanto, los futuros aviones de adversarios
potenciales que se desarrollan exclusivamente para combates en el aire podrían
ser aún letales para los F-35. “El defecto fundamental en el diseño de la aeronave radica
en los requerimientos antagónicos exigidos al nuevo caza ”Realmente no importa
lo bien que Lockheed y los oficiales estadounidenses hagan su trabajo. Incluso
si son eliminadas todas las deficiencias de la aeronave, el F-35 seguirá siendo
un caza de segunda categoría en las situaciones más importantes: las de combate
aéreo. Y eso puede significar la sentencia de muerte para los pilotos
estadounidenses que vayan a pilotar los vulnerables F-35, recalca el analista.
"No puede virar, no puede ascender, no puede
acelerar". La inferioridad del F-35 quedó en evidencia hace cinco años
en un simulacro computarizado dirigido y llevado a cabo por John Stillion y
Harold Scott Perdue, dos analistas del centro analítico RAND, en Santa Mónica,
California. Fundada en 1948, la
RAND mantiene estrechos vínculos con la Fuerza Aérea, a la
que proporciona posibles escenarios de guerra para los contratistas
gubernamentales.
Durante la guerra simulada por Stillion y Perdue en 2008,
numerosas fuerzas navales y aéreas chinas atacaron Taiwán, su viejo rival, en
un escenario de tensión en el Pacífico occidental. El ataque masivo de misiles
chinos destruyó la pequeña y obsoleta Fuerza Aérea taiwanesa, dejando los
aviones de combate estadounidenses con base en Japón y Guam a solas con aviones
de combate chinos.
Según el escenario, 72 cazas chinos patrullan el estrecho de
Taiwán. Solo 26 aviones de guerra estadounidenses, los supervivientes de una
segunda andanada de misiles dirigidos contra sus bases, resultaron capaces de
despegar para interceptarlos, entre ellos 10 cazas bimotor furtivos F-22 que
rápidamente dispararon todos sus misiles. Eso dejó 16 cazas más ligeros, los F-35, a solas con los cazas
chinos. Su intercambio de ataques con los aviones enemigos dentro de los
modelos matemáticos del conflicto simulado dio resultados impactantes.
El nuevo caza furtivo estadounidense y futura espina dorsal
de la Fuerza Aérea,
el Cuerpo de Infantería de Marina y la Marina de Guerra de la principal potencia militar
del mundo, no fue capaz de resistir ante los cazas chinos. Pese a su elogiada
capacidad de evadir la detección de radar, los F-35 fueron derribados.
Los analistas arremetieron contra el nuevo avión, que, para
ser justos, solo tuvo un pequeño papel en la simulación global.
"Aceleración inferior, toma de altura inferior, inferior tasa de giro
sostenida", resumieron Stillion y Perdue en su informe sobre el simulacro
que después se filtró a los medios.
"También tiene una velocidad máxima más baja. No puede
virar, no puede ascender, no puede acelerar". Una vez disparados los
misiles, en los primeros segundos de combate, el F-35 fue incapaz de seguir el
ritmo de los aviones rivales.
Quien mucho abarca... La simulación de combate en 2008
debería haber servido de llamada de atención para el Departamento de Defensa
estadounidense. Desde mediados de los años 90 el Pentágono es totalmente
dependiente del F-35, diseñado para reponer la reducción de la flota de aviones
de combate, diseñados y construidos en gran parte en los años 70 y 80. Incluso
si hubiera existido una pequeña posibilidad de que el avión es incapaz de
combatir, el Pentágono debería estar muy, pero muy preocupado.
Entre las 'patologías' inherentes al diseño del F-35, la más
devastadora es el resultado de una especie de obsesión institucional con uno de
los tres clientes principales del programa (Fuerza Aérea, la Armada y el Cuerpo de
Infantes de Marina). Desde el inicio del proyecto los Infantes de Marina
lograron sacar adelante su versión de la aeronave, es decir la oportunidad de
despegar verticalmente.
Cabe recordar que el F-35 se desarrolla en tres versiones:
para la Fuerza Aérea,
la Armada y la Infantería de Marina, y
las tres comparten el mismo fuselaje, motor, radar y armas. Las alas y el
equipo de despegue vertical varían en función del modelo.
En total, las tres versiones del F-35 están destinadas a
reemplazar a una docena de aviones más viejos de una media docena de
fabricantes: tanto los maniobrables F-16, como los blindados A-10 y el AV-8B Harrier de los Marines, cazabombardero de despegue y
aterrizaje vertical de primera generación.
La ingeniería de 'compromisos' requeridos al F-35 en busca
de flexibilidad y adaptabilidad sin precedentes, impactó en el rendimiento de
los nuevos aviones. El enorme ventilador para crear la fuerza de ascenso
requerida por el Cuerpo de Marines hizo que la nave sea ancha, pesada y de
mucha resistencia al flujo aéreo. Su velocidad ni siquiera se acerca a la
velocidad de los F-16, mientras que su resistencia estructural no se puede
comparar con el viejo avión de asalto A-10. El prometedor F-35 en resumidas
cuentas no cumplió ninguna de sus esperadas promesas.
Al ganar en 2001 el concurso para el nuevo caza
multifuncional, Lockheed se enfocó en convertirse en el único fabricante activo
de aviones de quinta generación, dejando a competidores como Boeing la poca
envidiable suerte de actualizar sus aviones antiguos… Con lo cual el F-35
podría convertirse en el único nuevo caza de EE.UU.
En las décadas siguientes, la Fuerza Aérea de los
EE.UU. puede ceder por completo ante la Fuerzas Aérea de
cualquier país y, seguramente, ante los últimos modelos de aviones militares de
Rusia o China, uno de los cuales, el chino, irónicamente parece una versión
mejorada del F-35 si su 'famoso' sistema de aterrizaje vertical.
La sustitución del inútil caza universal estadounidense
sería, según Wheeler, un dolor de cabeza, pero la continuación del programa es
aún peor. El F-35, escribe Wheeler, "costará la vida de muchos de nuestros
pilotos".
Texto completo en:
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/103553-lockheed-avion-aerea-eeuu-f35